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iglesia colombiana

Vie 24 Mayo 2024

Monseñor Edgar Aristizábal Quintero es nombrado obispo de la Diócesis de Duitama-Sogamoso

Monseñor Edgar Aristizábal Quintero, quien se venía desempeñando como obispo de la Diócesis de Yopal desde junio de 2017, es designado por el papa Francisco para pastorear ahora la Diócesis de Duitama-Sogamoso. Así lo informó la Santa Sede este viernes 24 de mayo.Desde el 3 de marzo de 2023, esta jurisdicción eclesiástica ubicada en el departamento de Boyacá, estaba siendo administrada por el padre Óscar Iván Pinzón Bonilla, por designación de sus hermanos sacerdotes desde el Colegio de Consultores. Esto, tras el nombramiento de monseñor Misael Vacca Ramírez como arzobispo de Villavicencio.Al conocer la noticia de su nombramiento, monseñor Edgar agradeció al Santo Padre la nueva misión encomendada y expresó su gratitud con toda la Iglesia que peregrina en el departamento de Casanare:“Doy gracias a Dios cada día por el don de la vida y la vocación a la que me ha llamado. Agradezco al Santo Padre, el papa Francisco, el nombramiento como Obispo de la Diócesis de Duitama-Sogamoso. Asumo con fe y humildad la nueva misión, esperando servir con responsabilidad y alegría esta porción del pueblo de Dios. Mi eterna gratitud a todos mis hermanos de la Diócesis de Yopal; sacerdotes, diáconos, religiosos y religiosas, y fieles laicos en general, con quienes he caminado y experimentado el amor y la misericordia de Dios”, con estas palabras se refirió monseñor Edgar.Antes de ser nombrado obispo por el papa Benedicto VXI en el año 2011, como presbítero, monseñor Edgar Aristizábal, dirigió el Departamento de Doctrina y Ecumenismo del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (2009-2011). Actualmente, preside la Comisión Episcopal para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y del Diálogo Interreligioso de la Conferencia Episcopal de Colombia.Biografía:Monseñor Édgar Aristizábal Quintero nació en Cartago (Valle), el 2 de diciembre de 1965, en el hogar formado por Luis Arturo Aristizábal Ramírez y Olga Quintero Bedoya.Después de haber realizado los estudios de primaria, cursó el bachillerato en el Seminario Menor de Cartago. Estudió la filosofía en el Seminario Mayor San Pedro Apóstol de Cali y en el Seminario Mayor Nuestra Señora de la Anunciación en Cartago; la teología, en el Seminario Mayor Nuestra Señora del Rosario en Manizales y en el Seminario Mayor de Cartago. Una vez ordenado presbítero, estudió en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, obteniendo la licenciatura en teología bíblica.El 7 de diciembre de 1990 recibió la ordenación presbiteral por monseñor José Gabriel Calderón, entonces obispo de la Diócesis de Cartago.Entre los cargos que ha desempeñado en el ejercicio de su ministerio sacerdotal, se destacan:Párroco en San Gabriel Arcángel en Cartago (1990)Párroco en San Joaquín y Santa Ana en Cartago (1992-1993)Rector del Santuario Ecce Homo en Ricaurte (1994-1996)Profesor y rector del Seminario Menor y profesor en el Seminario Mayor de Cartago (1991-1996)Rector del Seminario Mayor de Cartago (1999-2009)Director del Departamento de Doctrina y Ecumenismo del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (2009-2011).Fue asesor eclesiástico de Cursillos de Cristiandad, miembro del Consejo Presbiteral, del Consejo Pastoral y del Colegio de Consultores de la Diócesis de Cartago.El Santo Padre Benedicto XVI lo nombró Obispo Auxiliar de Medellín, el 4 de mayo de 2011. El 4 de junio del mismo año recibió la ordenación episcopal, en la Catedral de Medellín, de manos de monseñor Ricardo Antonio Tobón Restrepo, arzobispo de Medellín.El 4 de mayo de 2017, el papa Francisco lo nombró obispo de Yopal. Tomó posesión canónica de esta jurisdicción eclesiástica el 17 de junio de 2017.

Mar 21 Mayo 2024

Iglesia celebró los 100 años de la Pascua Eterna de «la Santa de Cartagena y misionera de la misericordia»

A través de actividades religiosas, culturales y artísticas, la Iglesia de Cartagena honró la vida, obra y legado de Santa María Bernarda. Una religiosa Suiza que, desde que llegó a Colombia en 1895, con el beneplácito del entonces obispo de Cartagena, monseñor Eugenio Biffi, dedicó su vida a los más necesitados de La Heórica. “La Santa de Cartagena y misionera de la misericordia”, como fue catalogada, fundó la congregación Franciscanas Misioneras de María Auxiliadora y dejó importantas obras en favor de la educación, la asistencia social y la pastoral parroquial. La madre Bernarda murió el 19 de mayo de 1924, a sus 76 años de edad. Fue beatificada el 29 de octubre de 1995 por el papa Juan Pablo II y canonizada por el papa benedicto XVI, el 12 de octubre de 2008.El primer milagro que le fue atribuido y que dio pie a su beatificación sucedió en 1969 cuando, por su intercesión, a una niña de quince días de nacida, se le reconstruyeron los huesos de la bóveda craneal, con los cuales no había nacido. En 2002 se generó el segundo hecho considerado un milagro, necesario para proceder a la canonización de la religiosa, cuando una joven cartagenera recobró por completo la salud, pese a estar desahuciada luego de sufrir complicaciones a causa de una neumonía atípica. La celebración centenaria se dio bajo el liderazgo de monseñor Francisco Javier Múnera Correa, arzobispo de Cartagena y de la animadora general de la comunidad, Marelvi Buelvas; la participación de monseñor Carlos José Ruiseco, arzobispo emérito; y el apoyo de diversas entidades del distrito.La jornada fue denominada “Ruta de la Misericordia”. El punto de partida lo marcó una Eucaristía de acción de gracias, presidida por monseñor Ruiseco en el Santuario de Santa María Bernarda. Durante su homilía, el prelado “destacó la vigencia del legado de Santa María Bernarda en la actualidad, invitando a los presentes a seguir su ejemplo de fe, oración y servicio al prójimo”, así lo dio a conocer la oficina arquidiocesana de comunicaciones.Posteriormente, en el Centro de Espiritualidad Madre Bernarda, se llevó a cabo la inauguración de una galería fotográfica que plasma el recorrido misionero de la Santa, titulada «Camino Misionero de Santa María Bernarda en América Latina». La obra fue creada por la hermana Carmen Graciela Pazmiño de esta misma congregación.Luego se desplazaron, con fervor y alegría, por diversos lugares del centro histórico y del sector de Getsemaní, relevantes la vida de la Santa. En el recorrido participaron delegaciones de 10 países y más de 15 ciudades colombianas donde tiene presencia la Congregación de Hermanas Franciscanas Misioneras de María Auxiliadora.“Un momento emotivo fue la visita a las Ruinas del Convento Obra Pía, donde vivió por más de 30 años. La Ruta continuó por la Iglesia de la Trinidad, a la que asistía como feligresa, y el Cementerio de Manga, donde se realizó una ceremonia de la Luz en memoria de su pascua, el 19 de mayo de 1924, donde estuvo cuatro años hasta su exhumación y traslado a la capilla de la Obra Pía”, así lo indica la oficina arquidiocesana de comunicaciones de Cartagena.Durante la jornada también se llevó a cabo el lanzamiento de Café Verena, un producto y espacio creado por la Congregación y una familia de la ciudad, que busca llegar a todos los cartageneros y visitantes, con un mensaje social. A través de su compra, se contribuirá a la financiación de iniciativas de emprendimiento donde la comunidad religiosa desarrolla su misión.Vea el video producido por la Arquidiócesis de Cartagena, en el que se narra el milagro de sanidad de Santa María Bernarda:Fuente fotos: Oficina de Comunicaciones de la Arquidiócesis de Cartagena

Lun 20 Mayo 2024

“No soy yo, con lo poco que soy, el que debe conseguir los frutos en la diócesis...Es el Dios mismo, quien estará siempre conmigo”: Mons. Toro Vallejo

El pasado sábado, 18 de mayo, se llevó a cabo la ordenación episcopal de monseñor Juan Manuel Toro Vallejo, nombrado obispo de la Diócesis de Girardota por el papa Francisco el 21 de marzo. La ceremonia se celebró en la Parroquia Nuestra Señora del Carmen, ubicada en el municipio de El Carmen de Viboral (Antioquia) y fue presidida por el obispo de la Diócesis de Sonsón-Rionegro, monseñor Fidel León Cadavid Marín.Al evento asistieron 16 obispos oriundos de la región, incluyendo al arzobispo de Medellín, monseñor Ricardo Tobón Restrepo y a monseñor Guillermo Orozco Montoya, quien fungió como obispo de Giradota entre 2010 y lo corrido de este 2024. También, el administrador diocesano de la Diócesis de Santa Rosa de Osos, el padre Luis Alfonso Urrego Monsalve; así como cientos de sacerdotes, religiosas, religiosos y laicos de diferentes jurisdicciones del país.Monseñor Juan Manuel Toro también estuvo acompañado por un importante número de familiares y amigos. Además, por distintas autoridades civiles locales, quienes manifestaron su cercanía al nuevo obispo colombiano.Durante su homilía, monseñor Fidel remarcó que, a partir de ese momento, el nombrado obispo de Girardota, dejará de actuar en nombre propio según sus ideas, para empezar a hacerlo como enviado y colaborador de Jesús, con la responsabilidad de transmitir un mensaje que lo antecede y supera en grandeza y verdad, el mensaje de Dios.“Juan Manuel, que los momentos más importante de tu ministerio sean los que pases a los pies del Señor, porque de ahí también va a depender la adecuada y paternal relación con tus sacerdotes, que dice el Papa Francisco, son tus prójimos más cercanos…Y de ahí también va a depender la calidad del tiempo que pases con tu pueblo”, expresó el obispo ordenante.Al final de la Eucaristía, monseñor Juan Manuel manifestó su gratitud a los asistentes. De manera especial, a monseñor Cadavid, a monseñor Tobón y a monseñor Flavio Calle Zapata, obispo de emérito de Ibagué, de quien recibió la ordenación en 1995. También, a los demás obispos, por su fraternidad.“Gracias sean dadas al Señor por la vida y el ministerio de monseñor Fidel León Cadavid, instrumento suyo para pastorear en estos últimos años. Gracias sean dadas por el ministerio de monseñor Ricardo Tobón, quien con su cariño de pastor se hizo cercano en mi regreso de los últimos años y me confió cargos importantes que me han preparado para este de mi vida. Agradecer también al Señor por la vida de monseñor Flavio, que, fiándose de mí, fue instrumento Señor para conferirle los sacramentos del diaconado y luego del presbiterado. Una acción de gracias muy especial al Señor por la presencia de los señores obispos de la Conferencia Episcopal de Colombia, que me han permitido experimentar de múltiples maneras su cercanía y la fraternidad del Colegio”.Además, monseñor Toro Vallejo agradeció a los miembros de la Asociación Sacerdotal Siervos del Espíritu Santo presentes en la ceremonia, de quienes fue director durante los últimos cuatro años. Rol que, asegura, le permitió empezar a prepararse para esta nueva tarea. “Fueron mi última escuela, en la que ya me preparaba el Señor para este nuevo servicio en el episcopado, constituyéndose, además, en un medio precioso para establecer una cercanía especial con la persona del Espíritu Santo”.El designado obispo de Girardota destacó que durante su ministerio sacerdotal ha inmensamente feliz pese a tener que asumir, desde la obediencia, cargos que, por temor, no hubiese deseado tener:“En realidad, la felicidad no depende hacerse feliz a uno mismo dentro de la autorreferencialidad, como mucho lo ha recalcado el papa Francisco, depende de hacer feliz a los demás, de hacer feliz al otro, porque en el otro está Dios. Pues como lo dice el mismo Jesús: “Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo””.En este mismo sentido, monseñor Juan Manuel afirmó que, aunque ese acontecimiento de su ordenación representa también felicidad para él, no había deseado ser obispo. Por eso, aunque siente temor, está dispuesto a asumir con amor en ese servicio pastoral que le ha pedido Dios a través del Santo Padre. “Sé que el Señor quien me ha llamado, que Él me dará la gracia y, además, porque no hubiera podido vivir el resto de mi vida habiendo dicho un “no” cuando Cristo nos enseñó, siendo el mismo el Amén encarnado, que el hombre está llamado a ser siempre un sí para Dios”, agregó.Además, enfatizó en que esa nueva misión episcopal no se trata de lo que pueda lograr él, en este caso, pastoreando la Diócesis de Girardota, sino que es obra del mismo Dios.“No soy yo, con lo poco que soy, el que debe conseguir los frutos en la diócesis que el Señor me confía, sino que es el Dios mismo, quien estará siempre conmigo”, expresó monseñor Juan Manuel Toro, tras su ordenación.Luego de la ceremonia, el alcalde de El Carmen de Viboral, Hugo Jiménez Cuervo se acercó al obispo para hacerle entrega de un copón y un cáliz elaborado por artesanos carmelitanos con las pintas características de la cerámica local.Vea a continuación la transmisión de la ceremonia:

Vie 17 Mayo 2024

Paz a vosotros

DOMINGO DE PENTECOSTÉSMayo 19 de 2024Primera Lectura: Hch 2,1-11Salmo: 104(103),1ab y 24ac. 29bc-30.31 y 34 (R. cf. 30)Segunda Lectura: 1Co 12, 3b-7.12-13 o Ga 5,16-25Evangelio: Jn 20,19-23I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónSumerjámonos hoy en este misterio guiados por la Palabra, de manera que nos impregnemos de él. Los invitamos en este año a leer con mayor atención el Pentecostés lucano narrado en Hechos de los Apóstoles 2,1-11 (primera lectura de la Solemnidad). La “Lectio” de este pasaje nos ayudará a recrear la atmósfera, el estado de ánimo de Pentecostés, porque es verdad que no puede haber un estado de ánimo mejor, una actitud más completa con la cual podamos vivir la vida que ¡la del Espíritu Santo! Salido de la artística pluma lucana, notamos que el relato de Pentecostés es un drama bellísimo, un drama en el sentido original del término, que es el de una participación, de un fuerte movimiento interno cargado de fuertes emociones que le da un gran giro al escenario. ¡Qué intensidad hay en cada palabra! Para captarlo, entremos en la atmósfera espiritual de los dos cuadros que lo componen: (1) Dentro del cenáculo: la efusión del Espíritu (2,1-4) (2) Fuera del cenáculo (2,5-11)1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?La venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles que celebramos el día de hoy se ubica dentro de la plenitud de la revelación con la encarnación y el misterio pascual de Nuestro Señor Jesucristo, que ascendido a los cielos y no nos dejó huérfanos, pues cumplió la promesa de enviarnos su Espíritu. Este acontecimiento extraordinario se ubica dentro de las acciones salvíficas de Dios a lo largo de la historia de la salvación; en efecto, Pentecostés, en sus orígenes, era una fiesta agrícola: daba gracias a Dios por las primeras cosechas del trigo; con la liberación de la esclavitud y la alianza sellada en el Sinaí cincuenta días después de la salida de Egipto, según la tradición judía, quedó ligada definitivamente a este acontecimiento fundamental de su historia en el que nació y se constituyó como pueblo de la alianza al recibir y aceptar Ley santa que Dios le dio.Como esta alianza muchas veces fue transgredida por el pueblo, Dios anunció una nueva por boca de Ezequiel: “Os tomaré de entre las naciones, os recogeré de todos los países y os llevaré a vuestro suelo. Os rociaré con agua pura y quedaréis purificados; os purificaré de todas vuestras inmundicias y de todas vuestras basuras. Os daré un corazón nuevo, infundiré en vosotros un espíritu nuevo, quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Infundiré mi espíritu en vosotros y haré que os conduzcáis según mis preceptos y observéis y practiquéis mis mandatos” (36,24-27). Y, también, por el profeta Joel: “Después de esto yo derramaré mi espíritu sobre todo mortal y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas, vuestros ancianos tendrán sueños, vuestros jóvenes verán visiones. Y hasta sobre siervos y siervas derramaré mi espíritu en aquellos días” (3,1-2). Esto es lo que se realiza en le cenáculo mientras los apóstoles con algunas mujeres, entre ellas María, la madre del Señor, estaban reunidos en el piso de arriba y en oración. El Espíritu Santo como viento impetuoso irrumpe en el lugar y se posa sobre todos ellos en forma de lenguas de fuego; de esta manera, los hace profetas, pues inmediatamente comienzan a pregonar las maravillas de Dios en distintas lenguas.El Espíritu Santo es el don de Cristo resucitado. Es lo que se nos indica en el Santo Evangelio; en efecto, en las horas de la tarde del mismo día de la resurrección, Jesús se aparece a sus discípulos, que estaban con las puertas cerradas por miedo a los judíos, y les insufla su Espíritu. Pasando por la pasión y muerte en cruz y levantado de la tumba por el poder divino, resurge victorioso y del Padre obtiene todo poder y, también, la potestad para enviar su santo Espíritu sobre aquellos que lo han aceptado. Él nos adquirió este don mediante el sufrimiento y la muerte.Este santo Espíritu ha sido derramado en nuestros corazones desde el día de nuestro bautismo y desea animar y conducir toda nuestra vida hacia la santidad o perfección de la caridad; quien le abre su corazón y le deja actuar, trabajando por liberarse de todos los obstáculos, entonces dará los frutos tan hermosos que san Pablo nos enuncia en la lectura de su carta a los Gálatas que hemos escuchado en el día de hoy: “amor, alegría, paz, comprensión, servicialidad, bondad, lealtad, amabilidad, dominio de sí”.2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad?“Todos quedaron llenos del Espíritu Santo”. Dios se nos da con generosidad; su Espíritu es el amor del Padre y del Hijo; todo su amor quiere morar en nuestros corazones y lo hace desde el día de nuestro bautismo, pero solamente puede llenarnos de toda su bondad y misericordia si le abrimos las puertas de nuestra alma de par en par; y esto exige un trabajo serio y decidido por dar muerte, con su gracia, a todas las obras de la carne. En la medida que avancemos por este camino, su santo Espíritu nos irá inundando más y más, hasta que todo nuestro ser quede permeado y penetrado por Él, que nos quiere llenar completamente, pues su amor no tiene medida; somos nosotros quienes ponemos un límite.Para que Jesús nos pueda colmar cada vez más con su santo Espíritu hemos de acercarnos cada vez más a Él. En la medida en que nos unamos más a su corazón, entonces nos insuflará con más fuerza e intensidad su Espíritu. Precisamente, el día de la resurrección sopló sobre ellos y les concedió este Don. Y la condición para ser sus amigos, para ser de sus íntimos es, tal como Él mismo nos lo dijo en varios pasajes de los Evangelios, cumplir sus mandamientos, es decir, en todo momento seguir su querer, hacer lo que más le agrada, pues Él siempre desea lo mejor para nosotros.En la medida en que nos vayamos dejando poseer más y más por Él, su Espíritu nos llenará y nos fortalecerá para dar los hermosos frutos de una existencia llena de paz, de gozo, alegría… y, de este modo, también nuestro corazón, inundado de su santo Espíritu se convertirá, cumpliéndose las palabras del mismo Jesús, en un torrente de agua viva, en una fuente de agua viva, o mejor, el Espíritu pasará por nosotros a muchos otros, comunicándoles su suavísimos y deliciosísimos frutos que estimularán a los demás a una vida de seguimiento del Maestro y a testimoniarlos con las obras y, también, con las palabras, con palabras de fuego, pues una persona poseída por la tercera Persona de la Santísima Trinidad rebosa del fuego ardiente del Amor y su palabra es como horno encendido, según dice Ecl 48,1, refiriéndose a Elías: “Entonces surgió el profeta Elías como un fuego: su palabra quemaba como antorcha”. Esto es lo que se nos indica con el signo de las lenguas de fuego.3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Señor: haz que no temamos al fuego de tu Santo Espíritu; Él no viene a destruirnos; solamente quiere hacer cenizas todo lo que en nosotros ha sido fruto de una vida según la carne; Él solamente quiere liberarnos de las escorias del pecado y del egoísmo que es la fuente de todo mal; Él solamente quiere purificarnos y embellecernos, para que seamos imágenes vivas y radiantes de su Amor misericordioso.Señor: ayudándonos a acercarnos cada vez más a Ti, para que siempre estés insuflando tu santo Espíritu sobre nuestro corazón; así, colmados de tu amor y de tu bondad, no tendremos temor a nada ni a nadie, pues habremos experimentado que solamente Tú tienes Palabras de vida, que solamente Tu eres el Camino, la Verdad y la Vida, que solamente Tu nos puedes conceder la Resurrección y una existencia muy plena ya desde esta tierra.Señor: concédenos la gracias de ser valientes testigos de tu amor en medio del mundo, comunicando ante todo con nuestra vida, que quien te sigue encuentra el camino hacia una vida hermosa y bella, llena de paz, gozo y alegría, muy libre de todo temor y servidumbre, pues teniendo en el corazón al Dios de la Vida y del Amor, todo es nada comparado a este Tesoro que al morir se nos concede de manera plena y definitiva, una vez purificados de toda mancha del mal._______________________Recomendaciones prácticas:•Hoy termina el Tiempo Pascual. Después de la última misa, en la noche, se apaga el cirio pascual y se retira del presbiterio. Conviene colocarlo decorosamente en el bautisterio para que arda durante la celebración del Bautismo y poder encender en él los cirios de los bautizados. •Comienza la Semana de oración por la Unidad de los cristianos.II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la MisaLa Eucaristía es el encuentro con Cristo Resucitado que nos da su Espíritu, mediante el cual tenemos la fuerza para vivir una existencia auténtica y verdadera, colmados del amor de Dios y dispuestos a comunicarlo a los demás mediante una existencia transfigurada y llena de humildad y bondad. Participemos con gozo y devoción de esta celebración para obtener este fruto tan necesario para nuestras vidas no pocas veces herida por el mal y el pecado.Monición a la Liturgia de la Palabra La Palabra de Dios nos cuenta las intervenciones salvíficas de Dios en bien de la humanidad y de cada persona; hoy escucharemos su intervención culminante que quiere actualizarla y realizarla también en nuestra vida. Escuchemos con atención.Oración Universal o de los Fieles Presidente: El Espíritu derramado en nuestros corazones desde el día de nuestro bautismo nos invita a clamar al Padre; presentémosle a Él todas nuestras súplicas con fe y confianza.R. Escucha, Padre, nuestra oración.1.Por el Papa Francisco, por nuestros obispos, sacerdotes y religiosos, para que en todo momento se dejen conducir por tu santo Espíritu hacia una vida de auténtica caridad.2.Por quienes gobiernan las naciones, para que siempre elijan lo que la sabiduría de tu santo Espíritu les inspire para bien de todos los ciudadanos.3.Por quienes sufren, para que aleccionados por el Espíritu Santo y fortalecidos por su presencia en sus corazones, asuman sus dolores como una oportunidad para configurarse más plenamente a Cristo y contribuyan a la salvación de la humanidad.4.Por nosotros, aquí reunidos, para que nunca entristezcamos al santo Espíritu de Dios; por el contrario, muy dóciles a sus inspiraciones podamos caminar hacia una vida llena de gozo y alegría. Oración conclusivaEscucha Padre Santolas súplicas que te hemos dirigido; que lleguen a tu presencia y alcancen de Ti lo que te hemos dirigido con fe y confianza, por Jesucristo nuestro Señor.R. Amén.

Vie 17 Mayo 2024

La Voz del Pastor | 19 de mayo de 2024

Reflexión del señor Cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y primado de Colombia:Lectura del Santo Evangelio según San Juan 20, 19 - 23

Jue 16 Mayo 2024

Iglesias particulares del Tolima y del Huila reafirman su compromiso con la prevención, detección y atención de abusos

Esta vez, cerca de 250 personas participaron en las jornadas de formación sobre prevención, detección y atención de abusos y violencias, orientadas por el Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), en el marco de la iniciativa ‘Iglesias Seguras y Protectoras’. Entre el 8 y el 10 de mayo, sacerdotes, religiosas, seminaristas y laicos provenientes de diferentes territorios que conforman la Arquidiócesis de Ibagué y las diócesis de El Espinal, Líbano-Honda, Neiva y Garzón, acudieron a este importante llamado, liderado por sus propios obispos.La Casa de Retiros Casa Blanca de la ciudad de Ibagué (Tolima) fue la sede elegida para el desarrollo de estos espacios pedagógicos, que se hacen posible gracias al auspicio de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos y a la articulación entre la Conferencia Episcopal de Colombia y las jurisdicciones eclesiásticas del país.Diversas conferencias, talleres prácticos y espacios de trabajo grupal, hicieron parte de la metodología que orientó las jornadas. “Hicimos análisis de factores de riesgo, promoción de factores de protección, el reconocimiento de la problemática de la violencia sexual y el cómo poder abordar ese tipo de situaciones, no solamente en el ámbito civil, sino también en el ámbito canónico. Fue un ejercicio que también nos permitió reconocer la realidad de la población de cada uno de esos territorios y pensarnos un poco hacia dónde debemos caminar en materia de prevención y de promoción de una cultura del cuidado”, así lo explica la doctora Diana Marcela Suárez, miembro del Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado de la CEC y coordinadora de la Oficina del Buen Trato de la Arquidiócesis de Bogotá.Por su parte, Myriam Maryory Saavedra Vanegas, coordinadora psicosocial de la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Ibagué, quien participó en todas las jornadas, se refiere a lo que para ella es más significativo: “Más allá de las herramientas y de los elementos que nos han brindado para fortalecer estos procesos que llevamos. Si bien es cierto es una queja, es un sufrimiento que viene dándose en la Iglesia desde hace muchos años y para nosotros como laicos es una medida de mucha esperanza, que nos puedan incluir en esos procesos para garantizar la protección de esas personas que pueden ser vulneradas de sus derechos. Siendo los ambientes de Iglesia esos espacios para poder protegerlos, resguardarlos, para poder evangelizarlos en muchos momentos, consolarlos”.Frente a la aplicación específica de estas orientaciones en diversos ambientes eclesiales, la hermana Doris Pulgarín, de la Congregación de las Hijas de las Misericordias, quien apoya a la Diócesis de Líbano-Honda y está vinculada a un colegio, afirma que en el ámbito educativo se tiene que prestar aún más atención a estos a este tema; “tenemos que saber diligenciar y operar bien las rutas para evitar también muchas complicaciones a nivel pastoral educativa…Hacernos conciencia a todos y generar esa inquietud de seguirnos formando permanentemente sobre la cultura del cuidado, que se haga para nosotros cultura”.La delegación de la Diócesis de Neiva en el evento estuvo conformada por cerca de 70 personas, entre ellas, los 36 seminaristas del Seminario Mayor San Sebastián. Monseñor Marco Antonio Merchán, obispo de la Diócesis de Neiva, comparte la importancia de esta participación:“Queda lo que podemos hacer de ahora en adelante, esa formación de los futuros sacerdotes. Tenemos que apostarle con responsabilidad, con todos los elementos que podamos brindarles para que verdaderamente puedan ser testigos de Jesucristo, con todo lo que esto implica, de vida recta, de santidad, de responsabilidad, de predicación, de testimonio, de coherencia. Por eso me interesaba mucho que vinieran los seminaristas, porque tenemos que apostarle a quienes están formando, para que sean en el día de mañana los mejores sacerdotes, que continúen esa labor que el Señor Jesucristo ha depositado sobre cada uno de nosotros pecadores como somos, frágiles, con tantas incoherencias, sí, pero que en este aspecto, podamos ser el mejor testimonio para el mundo de hoy”.En esta oportunidad, las jornadas contemplaron varios momentos dedicados a la espiritualidad, oraciones y reflexiones también orientados desde la cultura del cuidado. Los obispos de la provincia eclesiástica presidieron las Eucaristías celebradas. La doctora Ilva Myriam Hoyos, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado, relata el sentido:“Tenemos que centrar también nuestro encuentro en la oración porque el magisterio pontificio ha insistido muchísimo en que este tema de las violencias, de los abusos en los entornos eclesiales, ante todo, plantea un problema de conversión. Y la conversión nos tiene que llevar a reconocernos como hijos de Dios y asumir las responsabilidades que nos corresponden. Entonces, una centralidad de la Eucaristía, en la reflexión y en la oración, pidiendo por las víctimas, pero también solicitando la misericordia de Dios respecto de los agresores. Creo que estos espacios de oración indudablemente nos plantean que, como Iglesia, tenemos que buscar una respuesta armónica. No somos una simple ONG. El trabajo de la Iglesia no se reduce a presentar protocolos manuales, procesos de formación y capacitación, sino partir de la conversión y necesariamente esto implica la oración”.Además de las jornadas formativas generales, hubo espacio para que los miembros del Consejo, pudieran dar respuesta a algunas inquietudes manifestadas por los miembros de los equipos diocesanos encargados de este trabajo frente a temas relacionados con sus funciones y procedimientos. Esto permitió que se generaran varios planes de trabajo y compromisos de coordinación para construir un sistema cada vez más sólido, con desarrollo y proyección regional por la cultura del cuidado.“Hemos organizado para que en la Provincia Eclesiástica de Ibagué, por diócesis, cada uno se encargue de diferentes trabajos. Hay que hacer protocolos para los seminarios, por ejemplo, entonces, hay un equipo de trabajo en ello. Hay que hacer protocolos para las parroquias. También hay que ir mirando que esté todo muy en sintonía y nos podemos ir ayudando para que no se repita en cada diócesis trabajos que pueden hacerse en conjunto”, señala monseñor Miguel Fernando González Mariño, obispo de El Espinal y administrador apostólico de la Diócesis de Garzón.Más allá de las tareas puntuales, hay desafíos esenciales que deben transversalizar este trabajo, así lo comenta el arzobispo de Ibagué, monseñor Orlando Roa Barbosa, haciendo también referencia puntual a la charla brindada por monseñor Pedro Mercado Cepeda, presidente del Tribunal Eclesiástico de la Arquidiócesis de Bogotá, quien este año también se sumó al equipo de facilitadores de la iniciativa:“¿Qué tareas y qué desafíos de manera general quedaron para el trabajo como provincia en el sentido de la cultura del cuidado? Todos me gustan, pero me encantó el de acompañar. Lo expresó el padre Pedro Mercado y me parece muy importante el tema de acompañar a víctimas y de acompañar al victimario de alguna manera, sí así podemos referirnos, con esa expresión un poco dura y fuerte, pero real. Que el obispo, el clero en general, el equipo de profesionales, pueda hacer un acompañamiento serio, un acompañamiento que sirva para que las personas puedan superar traumas que han dejado algunos hechos de abuso”.Las siguientes jornadas de formación se llevarán a cabo del 22 al 24 de mayo en la Provincia Eclesiástica de Santa Fe de Antioquia.Vea a continuación el resumen audiovisual de las jornadas: Para conocer más detalles sobre el trabajo de la Iglesia Católica colombiana por la cultura del cuidado o consultar documentos orientadores, ingrese aquí.

Mié 15 Mayo 2024

Obispo de Apartadó tomó posesión de su sede, monseñor Carlos Alberto Correa se convierte en el sexto pastor de esta diócesis

El pasado sábado, 11 de mayo, en la Catedral Santa María la Antigua, se llevó a cabo la ceremonia de Posesión Canónica de la Diócesis de Apartadó por parte de monseñor Carlos Alberto Correa Martínez, tras haber recibido este encargo por parte del papa Francisco el 19 de marzo.Además de familiares, miembros de la comunidad diocesana, fieles y autoridades civiles de la región, 17 obispos colombianos y el arzobispo de la Arquidiócesis de Panamá, monseñor José Domingo Ulloa, acompañaron al nuevo pastor de la Iglesia en la región del Urabá en esta ceremonia que marca el inicio oficial de sus funciones episcopales allí. También contó con la compañía de representantes del Vicariato Apostólico de Guapi, a quienes pastoreó por diez años.Monseñor Paolo Rudelli, Nuncio Apostólico en Colombia, presidió la posesión. Posteriormente, tras haber sido posicionado, monseñor Carlos Alberto presidió la Solmene Eucaristía. Fue concelebrada por el representante del Papa y por los dos arzobispos metropolitanos: monseñor Hugo Alberto Torres Marín, arzobispo de Santa Fe de Antioquia y monseñor Ricardo Tobón Restrepo, arzobispo de Medellín.Al iniciar su homilía, de manera especial, monseñor Carlos Alberto valoró la compañía de sus hermanos obispos en la ceremonia. Agradeció a monseñor Hugo Alberto Torres Marín, anterior obispo de Apartadó, por la acogida que le expresó desde su nombramiento; también, al arzobispo de Panamá, de quien destacó su unión en favor de un tema tan importante para la misión pastoral de la Iglesia en ambos países, como el de los migrantes. Además, al padre Leonidas Moreno Gallego, quien estuvo desempeñándose como administrador diocesano de Apartadó desde el 28 de marzo de 2023, por elección de sus hermanos sacerdotes a través del Colegio de Consultores.“Fijar los ojos en Jesús significa cuidar nuestra oración”El prelado hizo un llamado especial a los sacerdotes para que continúen con su mirada fija en Jesucristo, a quien describió como el origen, centro y sentido del sacerdocio. Les recordó que la Iglesia es heredera del amor misericordioso con el que Jesús sigue acompañando a su pueblo santo a través de la gracia de los sacramentos. Para ello, les pidió cuidar su oración y a través de ella, el encuentro personal con el Señor.“El sacerdote debe ser un hombre de oración, el mundo con su ruido y activismo pierde sentido de lo importante…Toda crisis vocacional comienza por el abandono o la tibieza de la oración”, afirmó.Al tiempo, monseñor Carlos Alberto les pidió renovar la unción con la que fueron introducidos al sacerdocio de Cristo para acompañar con calidad pastoral al pueblo de Dios en esa porción de territorio y conducirlo a Jesús. Recordó que es el Espíritu el que les permite ver las realidades de manera clara, la de quienes, en sus ciudades, barrios, campos, hospitales y escuelas, sufren, luchan, oran, esperan y también se alegran. “Anunciemos, promovamos y seamos garantes de la dignidad humana”El nuevo obispo de Apartadó les pidió también cultivar el espíritu de la cercanía, la fraternidad y la sinodalidad:“En esta renovación de la unción invito a mis hermanos sacerdotes a actualizar la memoria del corazón de que no fuimos constituidos presbíteros de modo individual y aislado sino como miembros de un presbiterio de comunión y servicio”.Sobre los múltiples desafíos humanos y sociales que enfrenta esta región, les pidió ser siempre garantes de la dignidad humana, rechazando todo tipo de violación, entre ellos, la violencia, la pobreza, la migración, la trata de personas, los abusos sexuales, el aborto y la eutanasia. “Como Iglesia de Cristo resucitado anunciemos, promovamos y seamos garantes de la dignidad humana”, enfatizó.“Apartadó, déjame ver tu rostro”Finalmente, monseñor Carlos Alberto Correa reconoció que en esta nueva misión episcopal que le encomendó el Santo Padre, lo acompaña un espíritu ilusionado y alegre de poder servir, para ser instrumento y presencia de Cristo consolador en toda aflicción. Pidió la intercesión Santa María La Antigua del Darién, patrona de esta Iglesia particular e hizo una solicitud muy especial a toda la comunidad:“Apartadó, déjame ver tu rostro, tu maravilloso semblante de historia, de luz, de trabajo y entrega, no solo para continuarlo sino para entrar en profunda comunión contigo, el amor es comunión, déjame orí tu voz en la oración…Las voces que necesitan ser escuchadas, acogidas, atendidas, purificas y amadas…Hasta conocerte, amarte y entregar la vida por encima de cualquier interés personal”.Vea a continuación la transmisión de la ceremonia:

Mié 15 Mayo 2024

El Espíritu Santo: un faro de esperanza para nuestros pueblos

Por Pbro. Gerardo Andrés Guayacán Cruz - En Pentecostés celebramos la venida del Espíritu Santo dado a los apóstoles y luego a toda la Iglesia, cincuenta días después de la Resurrección del Señor. Con este acontecimiento Dios infunde valor, sabiduría y fortaleza para proclamar el Evangelio por todo el mundo.El Espíritu Santo nunca abandona su obra, Él está presente en la creación, para que el hombre busque la renovación interior a través de la oración, la adoración y la intimidad con Dios. El mundo en que vivimos no existe por sí mismo; es obra del Espíritu creador, que pone orden y armonía al mundo.En el contexto de la acción pastoral de la Iglesia en Colombia, Pentecostés tiene un significado personal, profundo y práctico. Significa renovación espiritual, fortaleza para enfrentar desafíos y sabiduría para guiar a los fieles en un entorno diverso y a menudo desafiante. Es el Espíritu Santo quien revitaliza y fortalece las comunidades cristianas, para abordar las necesidades sociales, económicas y espirituales de nuestros pueblos.En un país como el nuestro, la Iglesia desempeña un papel importante en la vida de las personas, inspirándoles a permanecer fieles al amor de Dios, aun en las pruebas difíciles, sin perder nunca la esperanza.Pentecostés impulsa a la Iglesia a trabajar por la justicia social, la paz y la reconciliación en una nación que ha experimentado conflictos prolongados. Enfrentar los problemas sociales en nuestros territorios puede ser desafiante y agotador. El Santo Espíritu de Dios puede proporcionar fortaleza espiritual y perseverancia a los que trabajan por la justicia, permitiéndoles seguir adelante incluso en la adversidad.Muchas personas se ven afectadas por los problemas sociales de manera directa o indirecta, lo que puede generar sufrimiento y desesperanza. En este panorama, solo el Señor puede consolar y lo hace a través de su Espíritu, recordándonos el amor infinito incluso en los momentos más oscuros. Es la esperanza en el amor de Dios que nos recuerda el Papa Francisco: “La esperanza efectivamente nace del amor y se funda en el amor que brota del Corazón de Jesús traspasado en la cruz”. [Bula de Convocación del Jubileo Ordinario del Año 2025. n°3].La acción del Espíritu Santo es fundamental para la vida y la misión de la Iglesia. A través de su influencia y poder, Él capacita a los líderes y fieles para enfrentar los desafíos sociales y llevar el amor de Dios a quienes más lo necesitan.En un contexto marcado por la pobreza, la violencia, la desigualdad y otros problemas que aquejan a nuestras familias, la presencia del Espíritu Santo es fuente de Luz. Es Él, quien inspira a la Iglesia a ser una fuerza transformadora en la sociedad, trabajando incansablemente por el bien común y el Reino de Dios. En última instancia, la presencia soberana del Espíritu Santo en Colombia es un recordatorio del amor incondicional de Dios y su deseo de restaurar y renovar todas las cosas en sí mismo.Es la Iglesia quien responde a la llamada del Espíritu Santo y se convierte en un faro de esperanza y transformación en medio de la oscuridad, llevando la luz del Evangelio a los más pobres y construyendo un camino hacia un futuro más justo y pacífico para todos.A medida que la Iglesia abraza plenamente el camino de Pentecostés, se convierte en un testimonio vivo del amor de Dios en el mundo, manifestando la unidad y proclamando la buena nueva de Jesús Resucitado a toda la creación.Pbro. Gerardo Andrés Guayacán CruzSacerdote de la Diócesis de Duitama-Sogamoso