Pasar al contenido principal

migrantes

Vie 3 Sep 2021

La paz es un bien irrenunciable

Por: Mons. Darío de Jesús Monsalve Mejía - No quiero ocultarles que escribo este mensaje editorial con el corazón palpitante de angustia y con un inevitable sentimiento de impotencia humana, ante la cruel realidad por la que pasamos y ante el horizonte incierto del inmediato futuro en el que nos adentramos. “Verdad que podemos” es el lema que nos han propuesto a nivel nacional para esta 34ª Semana por la Paz 2021. Es un llamado a valorar este bien irrenunciable de la paz y a rehacer el protagonismo ciudadano, personal y colectivo, en su construcción. Es también un llamado a la conciencia que interioriza el valor de la paz como meta, camino y método, basados en la verdad y el respeto por el diverso y por el adversario. La paz transita por el ejercicio de la palabra entre personas, en todo espacio y territorio, entre etnias y pueblos, entre sociedades e instituciones, entre Estado y pueblo, entre nacionalidades y naciones. Es el bien que nos permite forjar una consciencia de humanidad planetaria, de ciudadanos de la tierra y buenos ancestros de las generaciones futuras. Las realidades actuales de la migración que rompe las más lejanas y disímiles fronteras, para nosotros, un país del que muchos emigran por sus graves desajustes y carencia de garantías para la vida, pero que no recibía, hasta hace poco, una inmigración significativa, es una necesidad inmediata. La llegada de poblaciones migratorias es algo que estamos improvisando y que hemos de leer como “providencial” para que salgamos de nuestros muchos egos violentos y acaparadores, hacia un nosotros de gentes solidarias y fraternas. Siempre el forastero fue una imagen bíblica de la visita de Dios a pueblos “cerrados”. Siempre las inmigraciones fueron constructoras de naciones abiertas y prósperas. Venezolanos, haitianos, asiáticos, africanos, quizás afganos, más las corrientes turísticas y de inversionistas mundiales, nos deberían “sacar” de estas mentalidades bandoleras y bravuconas, hegemónicas y tramposas, que han dominado y sepultado gran parte de nuestra historia doméstica colombiana. Junto a ello, necesitamos un país al que retornen los compatriotas exiliados, que no son pocos, los talentos forjados en niveles de vida superiores al nuestro. Esta triste historia de Colombia necesita ya un punto final, un punto de inflexión, liberándola del yugo opresor que se reproduce sobre las mismas carencias y necesidades que produce, mantiene y explota, con demagogia, mentira y fraude. Septiembre es el mes de los derechos humanos y de la “Semana de la Paz”, en torno a la magnífica e insuperable figura de San Pedro Claver, el “esclavo de los esclavos negros”, el defensor de la igual dignidad humana y de los derechos humanos. Para Colombia y para nuestras poblaciones y etnias negras, para la criminal trata de personas como “herramientas de trabajo” y de explotación sexual o como “mercancía humana”, que, dolorosamente aún persisten, quedó sembrada su semilla de inconformidad, de denuncia y protesta cristiana, evangélica, pacífica pero interpelante y solidaria con las víctimas, contra todo tipo de abusos y de esclavitudes. Pero, más que defensor de estas causas, recordadas alrededor de su fiesta litúrgica del 9 de septiembre, San Pedro Claver plantó en el puerto negrero de Cartagena de Indias, como los grandes evangelizadores de la historia de la Iglesia y de la humanidad, el deber creyente de escuchar siempre, en todo tiempo, en todo lugar y modelo social, el clamor de las víctimas, de los indefensos, de los más débiles y de los más necesitados. Hoy en día tendríamos que añadir el clamor del inmigrante y el clamor mismo del planeta tierra. Desde que Dios se hizo hombre, toda persona es más que mera imagen de Dios y todo prójimo hace parte de la fe como deber de amor, respeto y justicia. “Apenas llegaban los barcos con los esclavos, reza un testimonio, miraba por la ventanita pequeña de su cuarto y decía: 'Es Cristo que viene a mi ‘. Y, entonces, iba con sus traductores y ayudantes a llevarles alimento, medicinas y los primeros auxilios, a ayudar al bien morir a los que llegaban moribundos y a mostrarles algo de misericordia”. Las Jornadas de Derechos Humanos y de la Paz Colombiana (del 5 al 12), el Día Internacional de la Paz (el día 21), el mes de la Biblia, dedicado este año a San José de Nazaret, y la 107ª Jornada Mundial de los Migrantes (26 de septiembre), con el mensaje pontificio “hacia un nosotros cada vez más grande”, sean ocasiones para que nuestras comunidades e instituciones eclesiales demos testimonio de nuestro sentido social, arraigado en la Persona de Cristo y en la fe de todo verdadero cristiano. Los días venideros serán nuevamente una prueba a nuestra capacidad de construir paz con justicia social. La pobre y muchas veces dura y virulenta respuesta a los desafíos de la protesta social y del paro nacional, de las “primeras líneas”, buscando culpables sin reconocer responsabilidades de cambio, ni redoblar garantías de derechos y democracia, presagian nuevas movilizaciones y más fuertes reclamos sociales. Ante la jornada electoral del 2022 y su antecedente campaña política, necesitamos preparar la consciencia ciudadana y hacer el compromiso moral de exigir garantías y de votar con absoluta libertad y, quizás, con la responsabilidad más grande de toda nuestra historia. ¡No nos podemos equivocar! No podemos legitimar un estado de cosas como el que indican los asesinatos y las masacres, la corrupción y la represión a los clamores sociales. Oramos unidos y nos unimos a la lucha pacífica y al compromiso comunitario por el logro de una Colombia con pan, educación, convivencia, democracia y seguridad para todos. Nos unimos para promover e impulsar un Estado con garantías para la institución familiar y una economía que incluya a todos y cuide el medio ambiente, que preserve los recursos y el futuro. + Darío de Jesús Monsalve Mejía Arzobispo de Cali

Vie 30 Jul 2021

La Iglesia se pronuncia ante situación migratoria en Necoclí - Antioquia

Frente a la grave situación humanitaria que se presenta en Necoclí, Urabá antioqueño, donde más de 10.000 migrantes se agolparon en el municipio buscando una salida hacia Panamá, la Diócesis de Apartadó, a través de su obispo, Hugo Alberto Torres Marín, ha extendido una invitación a la comunidad a ser buenos samaritanos con aquellos extranjeros en condición migratoria. “En estos momentos en que nuestro territorio es visitado por tantos extranjeros en situación de migración, seamos todos, buenos samaritanos con estos hermanos que van en busca de mejores condiciones de vida o que por múltiples motivos han tenido que dejar sus hogares de origen”, asintió el obispo. A través de un comunicado, el prelado llamó la atención de las instituciones municipales, departamentales y nacionales para que cumplan con la debida atención que requiere esta situación. Exhortó a la comunicad urabaense para que conserven una conducta ética coherente con los principios cristianos que caracteriza a los habitantes de este municipio en el territorio de Urabá, recordándoles la invitación hecha por el Papa Francisco para “acoger, proteger, promover e integrar al migrante”. Monseñor Torres Marín pidió a las organizaciones que trabajan en la atención a migrantes, hacerse presentes y ser solidarios con estas personas que atraviesan esta dura realidad. A los comerciantes, les pidió no incrementar los costos de los productos para que esta población tenga la oportunidad de acceder a la compra de sus principales necesidades básicas. Si bien el tema del transito de la población migrante que cruza por Necoclí viene de hace años, lo que está sucediendo por estos días ha sido calificado como un hecho sin precedentes. Según las cifras que manejan la alcaldía local y Migración, este año han transitado unas 33 mil personas provenientes de Haití, Cuba, Chile, Senegal y Ghana.

Jue 22 Jul 2021

Encuentro Regional Latinoamericano de Migrantes

El contexto actual de la pandemia que afecta hoy a la humanidad, ha generado un incremento en el número de la población migrante, esto, sumado a las difíciles realidades económicas, sociales y políticas que mueven la dinámica de todos los países. Para reflexionar frente a estos aspectos, diversas organizaciones gubernamentales, civiles y eclesiales, realizarán el próximo 26 de julio el Encuentro Regional Latinoamericano de Migrantes. Según lo señalan sus convocantes, son varias las organizaciones, entes civiles y eclesiales que actualmente trabajan en la búsqueda de respuestas y atención de esta problemática humanitaria que padece la población migrante, “pero lamentablemente, las manos y los corazones no alcanzan ante la dimensión creciente de la acuciante realidad descrita misma que, además, va incorporando a tantas otras poblaciones en situación de creciente vulnerabilidad”. Se trata entonces, de brindar un espacio virtual que va de 09:00 a.m. a 13:30 hora colombiana, donde sus organizadores se proponen entre otros objetivos: visibilizar y sensibilizar sobre la problemática migrante; buscar caminos que ayuden a fortalecer el acceso a derechos de las poblaciones migrantes; Identificar oportunidades para la inclusión de estas poblaciones, así como sus recursos en cuanto a resiliencia y transformar las condiciones de violencia en la región; establecer acciones colectivas concretas orientadas a realizar cambios efectivos en la condición de vida de la población migrante; y trabajar en la conformación de una red regional para el tratamiento conjunto de derechos colectivos migrantes. El hijo conductor para el desarrollo de este evento eclesial, estará marcado por las cuatro actitudes fundamentales que propone el Papa Francisco con el fin de asegurar que los derechos humanos de los migrantes sean respetados: Acoger, Proteger, Promover e Integrar. Se tendrán tres paneles que responderán a temas como: La situación del migrante en región, el aporte cultural y económico de los movimientos migratorios y migrantes, el acceso a derechos y vulneraciones. Igualmente se ofrecerán 8 talleres en simultánea, diseñados para fomentar la participación virtual activa de cada participante, para ello deberán inscribir previamente. Los entes convocantes desde la Red Clamor son: Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP); Universidad Nacional de Córdoba (UNC); Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF); Red Internacional de Educación para el Trabajo (RIET); Red de Intercambio Técnico con la Economía Popular (RITEP); Ministerio Público de la Defensa (CABA); entre otras instituciones Formulario de inscripción [icon class='fa fa-download fa-2x'] AQUÍ[/icon] Mayor información [icon class='fa fa-download fa-2x'] AQUÍ[/icon]

Lun 22 Feb 2021

El “Jesús, Habitante de Calle” llega al cerro tutelar de Monserrate

El pasado viernes 19 de febrero en el Santuario del Señor de Monserrate, fue bendecida la escultura “Jesús, Habitante de Calle”, por monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y primado de Colombia, dijo que este monumento devela el rostro sufriente de tantos migrantes y personas habitantes de calle, a los que hay que prestar mayor atención. A la inauguración asistieron el rector del santuario de Monserrate, padre Jesús Pinzón, los obispos auxiliares Pedro Salamanca y Luis Manuel Alí; el vicario para la Dimensión Social de la Evangelización, monseñor Jaime Mancera, y el secretario de la Nunciatura Apostólica en Colombia, monseñor Giovanni Bicchierri. La jornada inició con Lectura del texto bíblico sobre la pasión de Cristo, continuó monseñor Luis José Rueda con la meditación sobre el texto bíblico (San Marcos 15,21-39). Posteriormente, siguieron las palabras de la hermana Nohemí Sánchez, Hija de la Caridad Sierva de los hermanos de la calle, Fray Gabriel Gutiérrez más conocido como “Fray Ñero”, director de la Fundación Callejeros de la Misericordia y además también de dos ex habitantes de la calle. Luego, se dio paso a la presentación de la escultura por monseñor Luis Manuel Alí y la bendición a un costado del templo de la escultura por monseñor Luis José Rueda Aparicio. La escultura La obra fue donada por un feligrés de la arquidiócesis de Los Ángeles, por intermediación de monseñor Luis Manuel Alí Herrera. Es hecha de bronce, de tamaño natural, presenta a un hombre anónimo, con su cara y manos escondidas debajo de una manta. Sin embargo, las heridas abiertas en sus pies revelan que se trata de Jesús. “Estoy muy feliz de tener al “Jesús, Habitante de Calle” en Bogotá, es un gran honor para mí. Hace muchos años cuando creé la escultura por primera vez, me encontraba en Toronto, Canadá. Vi una persona sin hogar en medio del invierno cubierta con una manta, volví al estudio y no pude olvidar a esa persona, sentí que acababa de ver a Jesús. Entonces empecé a crear una figura de Cristo como ninguna otra, donde su cuerpo se encuentra cubierto y la mayoría de su cuerpo también” indicó Tim Schmalz. El papa Francisco, bendijo el modelo pequeño de la escultura y afirmó que era una excelente y hermosa representación de Jesús. La obra ha sido puesta en varios lugares del mundo como la Catedral Nacional en Madrid (España), también en la Catedral de Nueva York y en y Cafarnaúm en Tierra Santa entre otras. “Creo que el lugar escogido en Bogotá para instalarla, es muy simbólico, porque no solo pertenece a la montaña, sino que tiene toda la vista a la ciudad y en ese sentido Jesús estará mirando todo el país, que cubrirá con su manta simbólica a toda Colombia, afirmó Schmalz. Fuente: Of. Comunicaciones de la Arquidiócesis de Bogotá Fotos y video:Of. Comunicaciones de la Arquidiócesis de Bogotá

Mar 29 Dic 2020

Diócesis de Cúcuta cumple cuarta fase de entregas de ayudas a migrantes caminantes

La Diócesis de Cúcuta ha asistido a miles de migrantes venezolanos que cruzan a pie por esta zona de frontera, con rumbo a otras ciudades de Colombia o países de Latinoamérica. En su camino, la Iglesia les acompaña y mitiga algunas de sus necesidades básicas. Con ayudas alimentarias, de higiene personal y elementos de bioseguridad, los migrantes caminantes han sido beneficiados en las fases que ha desarrollado la Iglesia Particular de Cúcuta para atenderlos. En las primeras tres fases, la asistencia se dio gracias a la Fundación Populorum Progressio. Durante el mes de noviembre, se unió a esta obra de caridad de la Iglesia Particular de Cúcuta, la Conferencia Episcopal Alemana a través de la Acción Episcopal Adveniat, que apoya a las Iglesias en América Latina y el Caribe en los proyectos pastorales. De esta manera, se ejecuta la cuarta fase de ayudas a migrantes caminantes, con la entrega de 9.000 kits de seguridad, higiene y alimentación. En la recta de Los Vados (municipio de Los Patios, Norte de Santander), se encuentra la sede de la Casa de Paso ‘Divina Providencia’, desde donde se acompaña en el camino a los migrantes. Allí se han estado entregando estos paquetes de ayudas entre las 7:00 a.m. y 1:00 p.m. cada día. La Diócesis de Cúcuta y Adveniat obran juntos, siguiendo la invitación del Papa Francisco de ir a las “periferias existenciales” (donde predominan el dolor y la injusticia), de llegar, como Iglesia, con mayor intensidad hacia los pobres. Fuente: Centro de comunicaciones de la diócesis de Cúcuta

Dom 6 Dic 2020

Diciembre 7: ¡A encender una luz por la vida!

A través del signo de encender una vela, el episcopado colombiano invita a los católicos y personas de buena voluntad del país para que este lunes 7 de diciembre, a las 7:00 de la noche, vísperas de la solemnidad de la Inmaculada Concepción, nos unamos en una breve y sentida oración por la vida. Según lo indicó el padre Juan Carlos Liévano, director del Departamento de Promoción y Defensa de la Vida de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), se trata de “una acción muy sencilla pero, a la vez, muy significativa: encender este lunes en la noche una luz, y unidos en familia o en pequeños grupos, rezar un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria; o de acuerdo a la experiencia de oración o credo religioso que se profese, acompañar esta iniciativa con una plegaria, para pedir que se respete la vida en todas las etapas de su existencia”. En esta línea, el padre Liévano expresó con vehemencia: “Todos los colombianos que amamos la vida nos debemos unir cada día más para orar y exigir que no se vulnere la dignidad del ser humano. Los bebes concebidos y aún no nacidos, por ejemplo, están expuestos a la terrible e inhumana amenaza del aborto; los ancianos y enfermos terminales pareciera que la eutanasia los acecha cada día con mayor fuerza; los migrantes que pasan por nuestro territorio son víctimas de agresiones y violaciones de sus derechos; también hay agresiones contra miembros de grupos significativos de la sociedad como niños, jóvenes, mujeres, adultos mayores, indígenas y líderes sociales, entre otros. Asimismo, la tierra sufre diferentes catástrofes y clama más cuidado y protección”. Esta realidad nacional, esbozada por el director del Departamento de Promoción y Defensa de la Vida de la CEC, es el argumento que soporta y anima la especial jornada de este lunes que, como indican los organizadores: “no exige grandes esfuerzos para participar, solo se necesita amar la vida y defenderla valientemente de todo lo que amenace con destruirla”.

Vie 20 Nov 2020

La diócesis de Cúcuta acompaña a los damnificados del invierno

La diócesis de Cúcuta, atendiendo el compromiso cristiano de encontrarse con el necesitado, a través de diversas iniciativas ha ejercido la caridad de Cristo, acompañando espiritual y materialmente a los más vulnerables, ya sea en situación de pobreza; a las personas que sufren las consecuencias del fenómeno migratorio; el innvierno, víctimas del conflicto; y quienes soportan carencias por la pandemia; entre otros. Durante esta semana ha estado ayudando a cientos de personas damnificadas por la ola invernal. Los días 18 y 19 de noviembre, la Iglesia católica ha acudido a los conjuntos residenciales Los Arrayanes y Rincón del Rodeo, y al barrio 23 de enero, lugares en donde el invierno ha ocasionado múltiples desastres. La Iglesia Particular de Cúcuta, a través del Banco Diocesano de Alimentos (BDA) y la Casa de Paso ‘Divina Providencia’, ha brindado hasta el momento unos 1.600 almuerzos; 1.000 refrigerios; 30 colchonetas; cobijas; y pañales. Beneficiando aproximadamente a 180 familias. El BDA está adelantando un censo para continuar llegando a estas comunidades en los próximos días y apoyar a los afectados. En Norte de Santander, las autoridades civiles junto a organizaciones públicas, privadas, y la Iglesia católica, se han unido para ejecutar acciones que mitiguen las necesidades por las que están pasando las personas que perdieron sus pertenencias. Por lo que, están invitando a la ciudadanía a donar alimentos no perecederos, útiles de aseo, colchonetas y ropa en buen estado. Fuente: Centro de comunicaciones de la diócesis de Cúcuta

Vie 25 Sep 2020

El SNPS / Cáritas Colombiana acoge con amor a migrantes y refugiados

La Iglesia católica a través del Secretariado Nacional Pastoral Social (SNPS) / Cáritas Colombiana, brinda apoyo y acogida a las personas migrantes. El 27 de septiembre de 2020 se conmemora la 106 Jornada del Migrante y el Refugiado, iniciativa que resalta la labor de organizaciones en pro de la población caminante. Uno de los proyectos que viene ejecutando esta Institución desde abril de 2020 y que irá hasta marzo de 2021 es ‘Respuesta Multisectorial a la Crisis Humanitaria de los Migrantes de Venezuela en Colombia 2020-2021’ que tiene por objetivo aliviar el sufrimiento y preservar la dignidad humana de los migrantes venezolanos vulnerables en Colombia. “Este proyecto consiste en brindar atención a migrantes de paso en albergue, protección, salud y transporte nacional, esto con el fin de aliviar un poco su tránsito a su lugar de destino”, explica Luisa Fernanda López Campos, especialista del proyecto. Se implementa además, en Arauca, Cali e Ipiales, ciudades en las que se brinda a los migrantes albergues, asesorías socio-jurídicas, acompañamiento psicosocial, referenciación y apoyo en transporte interno en salud, y apoyo en transporte nacional. “Las principales dificultades que se identifican para los migrantes es el desconocimiento de sus derechos como personas y como migrantes, situación que los ha llevado a que les vulnere su humanidad, sumado a esto está el desconocimiento y temor a regularizarse en Colombia, realizar este proceso les ayudaría a tener acceso a salud subsidiada que brinda el Estado, así como la posibilidad de acceder a un trabajo digno”, enfatiza la especialista. Hasta el momento se han atendido a 663 personas en los albergues de paso, se les ha brindado acompañamiento psicosocial a 284 y se han realizado 563 remisiones en salud. Muchos de estos beneficiados llegan al proyecto referidos por los párrocos de los barrios en los que habitan. “Las personas más vulnerables en este caso, los migrantes, buscan lugares que, por sus mismas creencias sienten que pueden ayudarlos, entonces se comunican con el párroco del barrio quien hace el enlace con la Pastoral Social para brindar respuesta a la población migrante, población que obtiene pocas respuestas de los entes territoriales. La Iglesia católica siempre ha buscado ayudar al más necesitado”, asegura. La especialista explica que, el fenómeno migratorio venezolano después de cinco años, no es algo transitorio, por lo que los desafíos se centran en responder a la estabilización socioeconómica de los migrantes, quienes manifiestan que no desean depender de organizaciones para sobrellevar su situación, lo que quieren es hacerse cargo ellos mismo de sus ingresos económicos para cubrir sus propias necesidades. Otro de los principales retos es trabajar para que la xenofobia disminuya, porque los rechazos y señalamientos siguen en aumento. “Este tipo de proyectos de emergencia en tiempos de pandemia son recibidos con agradecimiento, su vulnerabilidad se agudiza y brindarles respuestas rápidas alivian sus necesidades físicas y emocional”, puntualizó la especialista. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Leer mensaje de la Jornada[/icon] [icon class='fa fa-download fa-2x'] Insumos para animar esta jornada[/icon] Fuente: Oficina de comunicaciones del SNPS