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Dios envió a su Hijo al mundo para que se salve
Tags: Predicación Orante de la Palabra lectio dominical predicación orante 4 de junio de 2023 Liturgia iglesia católica iglesia colombiana

LA SANTÍSIMA TRINIDAD
4 de junio de 2023
Primera lectura: Éxodo 34,4b-6.8-9
Salmo: Daniel 3, 52ac.53a y 54a.55a y 56a (R. 52b)
Segunda lectura: 2Corintios 13,11-13
Evangelio: Juan 3,16-18
I. Orientaciones para la Predicación
Introducción
La celebración de esta solemnidad ofrece una ocasión inigualable para realizar una catequesis sobre el Misterio de la Santísima Trinidad y sus resonancias en la vida cristiana. La Palabra de Dios, escrita y transmitida, revela lo que el mismo Dios ha querido darnos a conocer sobre esta verdad de fe. El predicador debería aprovechar la ocasión para repasar los numerales 232 a 267 del Catecismo de la Iglesia Católica y, así, tener mayor claridad al respecto.
En primer lugar, la Sagrada Escritura, particularmente los textos que en este domingo se exponen, presentan el Misterio sirviéndose de lo que en teología se llama “Economía de la salvación”, es decir, el modo particular como Dios obra para realizar la salvación. En segundo lugar, la Sagrada Tradición nos ayuda a entender que la economía de la salvación, esto es, lo que hemos visto y oído de este Misterio, corresponde al ser íntimo de Dios que no podemos ver y conocer con nuestra débil y reducida inteligencia; sin embargo, la Santísima Trinidad como Misterio se vuelve vida cristiana gracias a la comunión con cada una de las divinas personas en la unidad de su único ser: “El que da gloria al Padre lo hace por el Hijo en el Espíritu Santo; el que sigue a Cristo, lo hace porque el Padre lo atrae (cf. Jn 6,44) y el Espíritu lo mueve (cf. Rm 8,14)” (Catecismo, 259).
1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?
El Evangelio de este domingo concentra su atención en el modo como Dios nos salva; de allí parte el conocimiento limitado que tenemos del misterio de la Santísima Trinidad puesto que este se asimila de una manera más fácil a través de las obras que Dios realiza para nuestro bien; por ello, el evangelista parte de la consideración de una cantidad, un sentimiento, un destinatario y un protagonista. Si empezamos por esto último, el papel protagónico lo tiene el Padre a través del Hijo único; allí ya se comienza a ver una unidad en la distinción de las personas divinas. El Padre es quien ama y, para amar al mundo - que es el destinatario -, ama primero al Hijo único, dirá San Agustín. Así pues, el Padre ama al Hijo, primero; luego, ama al mundo por el Hijo, pues por medio de Él fueron creadas todas las cosas; es el mundo del Hijo, a Él le pertenece.
La cantidad del amor, es decir, aquel “tanto” que expresa san Juan respecto del amor de Dios al mundo, corresponde a la grandeza del que es enviado a salvar; es decir, es grande el Hijo en cuanto es Hijo eterno del Padre y existía con Él desde siempre; así mismo, es grande el amor, inconmensurable, con el cual el Padre y el Hijo se aman entre sí y aman al mundo. No es un amor pequeño y limitado, es el amor como fuerza de unidad: quiere decir que el Padre ama, el Hijo es amado, el Espíritu Santo es el amor.
Por ello la “economía” de la salvación es una historia del amor de Dios por la humanidad a través del amor al Hijo. El Padre ama al mundo en el Hijo. El Hijo ama al mundo y se entrega hasta el final; de allí que el objetivo de ser enviado no sea realizar un juicio sino salvar la naturaleza humana caída y elevarla a sobrenaturaleza, es decir, realizar el proceso de “divinización”, como lo llamaron los Padres de la Iglesia.
2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad?
La economía o plan salvífico es progresiva: la revelación de la unicidad de Dios en el Antiguo Testamento se aclara y entiende de una manera más específica cuando en el Nuevo Testamento el Padre es revelado por el Hijo; y el Padre y el Hijo son revelados por el Espíritu Santo. Por ello, entre la revelación de Dios a Moisés en la montaña del Sinaí, como Dios único y verdadero, y la confesión trinitaria que hace san Pablo en su segunda carta a los corintios, hay un punto de inflexión determinante: la venida de Cristo, verdadero Dios (uno en su naturaleza divina con el Padre y el Espíritu Santo) y verdadero hombre (consubstancial a la humanidad por su naturaleza humana).
San Beda lo expresó de una manera magistral: “El mismo redentor y creador nuestro, que es el Hijo de Dios que existe antes de los siglos, en los últimos tiempos se hizo Hijo del hombre, para que, quien nos había creado con el poder de su divinidad para gozar de la bienaventuranza de la vida eterna, fuera él quien con la fragilidad de nuestra naturaleza nos restaurara, para recibir la vida que habíamos perdido (Homilías sobre los Evangelios, 2, 18).
Así pues, aunque a veces nos cueste trabajo asimilar con las limitadas luces de nuestra razón aquel gran misterio que es la Santísima Trinidad, sin embargo, siempre queda el recurso de contemplar el modo como Dios nos ha salvado; esa contemplación conlleva al cristiano a asimilar una verdad de fe y a traducirla en hechos concretos de amor y renovación espiritual.
3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?
En sus Homilías sobre el Evangelio de Juan (27, 2-3), san Juan Crisóstomo escribió una página que ayuda a volver concreto el mensaje de esta solemnidad. Dice el santo que la expresión “Tanto amó Dios al mundo, pone de relieve la grandeza y la intensidad de ese amor […]. Entregó a su Hijo Unigénito; no a un siervo, a un ángel o un arcángel. Ningún padre ha sentido tanto amor por sus propios hijos como Dios por sus siervos ingratos […]. Dio su vida por nosotros, por nosotros derramó su preciosa sangre. Por nosotros, que ni éramos buenos ni se lo íbamos a agradecer […]”. San Francisco de Asís repetía, lamentándose, que “el Amor no es amado”, ¡triste paradoja que nos cuestiona!; no obstante, el Crisóstomo nos da a entender que el amor de Dios es generoso y su misericordia no tiene medida aun cuando reciba la ingratitud del ser humano.
Es más, el Padre de la Iglesia continúa, para señalar de qué manera nuestra indiferencia con las necesidades del prójimo son indiferencia a Dios mismo: “Hasta tal punto llega nuestra ingratitud que somos capaces de revestir con finos ropajes y mantos de oro a nuestros criados, a nuestros mulos y caballos, y despreciamos a nuestro Señor desnudo y vagabundo, cuando mendiga de puerta en puerta… Él, por el contrario, quiso someterse a sufrir tanto por nosotros. Voluntariamente padece hambre para que tú puedas alimentarte. Va desnudo para otorgarte el derecho a que te revistas de incorruptibilidad. Y, sin embargo, jamás le ofreces nada de lo que posees”.
De allí que vivir y celebrar la solemnidad de la Santísima Trinidad tenga una resonancia especial en el amor al prójimo, reflejo del amor que debemos profesar a Dios, pálido espejo del amor del Padre al Hijo en el Espíritu Santo.
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Recomendaciones prácticas:
• En este domingo se concluye la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos que ha tenido como lema “Haz el bien, busca la justicia” (Cf. Is. 1, 17). Podría hacerse una mención acerca de la importancia de que los cristianos busquen la unidad a semejanza de Dios, uno y trino.
• La fiesta del 31 de mayo, Visitación de la Bienaventurada Virgen María, y la memoria obligatoria de la Bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia, el 29 de mayo, ilustran, concretamente, que es posible amar la intimidad de la esencia divina y reflejarla en el servicio a los demás.
• Día del Campesino
II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles
Monición introductoria de la Misa
En este domingo, solemnidad de la Santísima Trinidad, alegrémonos por el misterio de la salvación, ya que el Padre Eterno ha enviado a su Hijo único para que conozcamos su amor y lo hagamos vida, impulsados por el Espíritu Santo, a través del servicio a nuestros hermanos. Seamos conscientes de este misterio de amor y celebremos comunitaria y activamente el gozo de la redención.
Monición a la Liturgia de la Palabra
Dios Padre viene a nuestro encuentro a través de su Hijo Jesucristo, y el Espíritu Santo confirma esta misión. La Palabra de Dios nos prepara para recibir la gracia, experimentar el amor y vivir la comunión a semejanza de las divinas personas. Escuchemos con atención.
Oración Universal o de los Fieles
Presidente: Oremos al Padre Eterno que, con su infinita misericordia, nos sostiene para que lleguemos al conocimiento pleno de la verdad y nos alienta a ser testigos de la unidad y de la paz. Digamos juntos:
R. Muéstranos tu rostro, Señor.
1. Por el santo pueblo fiel de Dios para que camine en la unidad a ejemplo de la Santísima Trinidad, escuchando el consejo de los pastores y viviendo la concordia de los corazones. Oremos.
2. Por los gobernantes y la sociedad civil para que promuevan el progreso de los pueblos y generen el desarrollo integral de las personas que se les confía a su cuidado. Oremos.
3. Por esta comunidad eclesial para que, con alegría en el seguimiento de Jesucristo, busque la perfección y sus miembros tengan un mismo sentir y vivan en paz. Oremos.
4. Por nuestros agricultores y campesinos, para que vean recompensados sus trabajos con abundantes cosechas y precios justos para sus productos. Oremos.
5. Por todos los que padecen alguna tribulación para que descubran en nuestra cercanía y ayuda un reflejo del amor del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Oremos.
Oración conclusiva
Atiende oh, Padre,
nuestras humildes súplicas,
presentadas con fe a través de
tu Hijo Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.

Jue 31 Ago 2023
Que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga
VIGÉSIMO SEGUNDO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO3 de septiembre de 2023Primera lectura: Jeremías 20,7-9Salmo: 63(62),2.3-4.5-6.8-9 (R. 2b)Segunda lectura: Romanos 12,1-2Evangelio: Mateo 16,21-27I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónEl eje central de la contemplación de la Palabra para este domingo gira sobre el fundamento del llamado desde el discernimiento. La Iglesia ha enseñado que Dios es quien llama, y en esa vocación Dios nos da los medios y, por tanto, en la vivencia de su vocación el ser humano se hace feliz. Para vivir el llamado que Dios hace, los seres humanos, están invitados a dejarse moldear por su Señor. De allí que vivir la vocación engrandece el espíritu y ensancha el corazón de felicidad. En el camino de la experiencia sinodal de la Iglesia, de nuevo, el llamado del Señor es una forma de manifestar la predilección de Él por su pueblo. Así, Jesús lo expresa al llamar a los que él mismo eligió para formar la comunidad. Pues, Dios no hace promesas falsas, por ello, Mateo en el evangelio de este domingo reitera una condición para seguir al Señor: «Si alguno quiere seguirme, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga».1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?En la primera lectura el tono de reclamo del profeta Jeremías no es un detalle exclusivo de su profecía. Basta leer la travesía del pueblo de Israel en el desierto para verificar que constantemente en la Sagrada Escritura las menciones de reclamo de los seres humanos contra Dios son más frecuentes de lo que pensamos. Sin embargo, en la lucha espiritual interna, el ser humano también recuerda cómo en lo profundo de su ser hay una semilla del Verbo que hace que con el profeta recite: «había en mis entrañas como fuego, algo ardiente encerrado en mis huesos». La presencia de Dios, en el interior del ser humano, nunca deja de arder, y si así fuere, de nuevo Dios vuelve a seducir con amor, de modo que no hay batalla con Dios en la que él no salga victorioso, porque con su amor de nuevo el ser humano vuelve a no reusar la presencia de lo divino en su existencia. En la segunda lectura de este domingo, se presenta cómo el discernimiento es un don que paulatinamente el creyente va cultivando en su ser. De allí que Pablo da tres claves para alcanzar en el discernimiento la renovación de la mente. «Lo qué es bueno, lo que le agrada a Dios y lo perfecto»; estas claves paulinas, para el discernimiento, no son otra cosa que una forma de no dejarse amoldar, es decir configurar, al estilo del mundo, sino que por medio del discernimiento el ser humano se forja según el Espíritu de Dios. Así, la exhortación de Pablo a los Romanos es hoy, para la vida de la Iglesia, un aliciente para continuar el camino de santidad. Una santidad que es conducente a aquello que Dios, en la vocación a la que llama a todos, se convierte en don supremo para la humanidad.En el evangelio de este domingo el anuncio de Jesús de ir a Jerusalén revela para su comunidad apostólica un miedo que recorría su ser por el presagio en contra de los profetas que padecían en la ciudad Santa. Los seguidores de Jesús no lo quieren perder, quizá la tentación de no practicar un amor mediado por el desprendimiento es el que está presente en la respuesta de Pedro en la perícopa evangélica. Por esta razón, la respuesta de Jesús tiene que ser contundente para derribar de sus discípulos el manto de miedo que no los dejaba reconocer que la presencia de su Señor podría llegar a superar la barrera que imponen los límites del cuerpo y la carne. Por ello, la sentencia que desenvolverá el miedo de los apóstoles está proferida por Jesús: «Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga»; este llamado de Jesús mitigará el miedo con la valentía a la que el apóstol está llamado. Por ende, ser valiente es asumir la cruz como un estilo de vida, y a la vez, una manera de ser de quien da su vida por el Señor y su evangelio. 2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad?El camino de la santidad en la vida del cristiano es una meta con diversos derroteros, como diversos son los cristianos. De allí que, el mensaje de la Palabra de este domingo sea una invitación a construir de manera personal el camino para alcanzar por medio del seguimiento de Cristo un estilo de vida, una manera de ser. Pues, todo aquel que se siente llamado a vivir en el amor de Cristo debe disponer su vida a la acción del Espíritu, para ello, Pablo muestra en su carta a los Romanos el camino del discernimiento como una forma de apertura al Espíritu de Dios de modo que todo «Lo qué es bueno, lo que le agrada a Dios y lo perfecto» pueda ser ofrecido a Dios para la vida en Cristo.Pero ¿qué es lo bueno para Dios? Todo aquello que esté mediado por el amor, la compasión, la misericordia y el perdón es ajustado al querer de Dios y este querer de Dios moldea al ser humano. Para Dios todo lo que promueva el respeto, cuidado y defensa de la dignidad humana, es bueno. Y, puesto que el ser humano es la creatura más excelsa creada por Dios y todo lo que favorezca el cuidado de esta creatura es bueno para Dios. Por tanto, Dios es la bondad más alta por ello todo el que pertenece a Dios está ligado a lo bueno y es bueno.¿Qué es lo que le agrada a Dios? Puede estar definido por todo aquello que le genere capacidades de amar a los demás desde el amor que se tiene de sí mismo. Una de las grandes lecciones de Jesús fue agradar a su Padre del cielo, poniendo en el centro de sus relaciones al ser humano. Jesús expresa de modo original el amor que le venía del Padre porque él mismo es amor, y por ello, agradar a Dios es brotar desde lo más profundo del ser en amor, por amor y hacia el amor.¿Qué es lo perfecto? Bíblicamente el término perfecto significa llegar hasta el final. Así, el cristiano que discierne está llamado a ser fiel hasta el fin, por ello el discernimiento es aprender a escuchar qué es lo que Dios quiere de la persona, y en ese querer, entender la voluntad de Dios y el cómo relacionarnos mejor con Dios y por ende con sus congéneres. El permanecer fiel en Dios pasa por la fidelidad que nos lleva hasta dar la vida y vaciarnos en amor por completo por los otros, y esto se logra con los criterios que emergen del discernimiento.3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Renovar el llamado del Señor en este domingo es renovar la confianza en el discernir de aquello que Dios quiere para la felicidad del ser humano. La Palabra del Señor vuelve a interpelarnos para hacer que el mensaje de aprender a cargar la cruz sea una manera de vivir el seguimiento de Cristo de manera real. La experiencia de la cruz es un camino de fortalecimiento de la fe y del amor por aquel que muestra en su entrega la manera de renovar la fidelidad a Dios.La vida del seguidor de Cristo es una constante forma de encontrarse con la cruz. Los discípulos del Señor temían al encuentro con las situaciones propias del camino de la cruz, de allí su reticencia a ir a Jerusalén. Esta reticencia es la misma que se puede experimentar en la vida cotidiana al tener miedo a las situaciones de sufrimiento, dolor, duelo, desprendimiento, separación, enfermedad y otras circunstancias que se asocian a la cruz. Por ello, permitamos que esta Palabra fortalezca de nuevo el camino de la comunidad para así asumir seguimiento de Cristo en las situaciones de cruz que reflejen el rostro del Señor en nuestras acciones de vida._______________________Recomendaciones prácticas:•Comienza la Semana por la paz.II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Este domingo nos reunimos como comunidad de seguidores de Cristo para celebrar la presencia de Dios en medio de nuestras vidas. Este es el momento para agradecer por todos los bienes que recibimos de la infinita bondad de Dios por la humanidad. Participemos de esta celebración, rogándole al Señor para que dispongamos nuestra vida al misterio de la cruz como una manera de solidarizarnos en el amor, en la construcción permanente del bien común. Dispongamos nuestros corazones para seguir creyendo, celebrando y viviendo en nuestra vida la experiencia del amor oblativo del Señor en la eucaristía.Monición a la Liturgia de la Palabra La Palabra del Señor en este domingo nos presenta cómo Dios nos llama a ser discípulos por medio de la cruz. Para vivir nuestra vocación, Pablo muestra la importancia del discernimiento como camino de escucha permanente del Señor. Dejemos que el mismo profeta Jeremías nos presente cómo Dios nos llena de su amor de manera, pasiva, compasiva y misericordiosa. Dispongamos nuestra mente y corazón para que la Palabra nos permee profunda e íntimamente, escuchemos con atención el mensaje del Señor en este domingo.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Con la fe puesta en las promesas de Dios, dirijamos en este momento nuestras necesidades y peticiones, respondiendo a cada plegaria:R. Te rogamos, Señor.1.Por el Santo Padre y los ministros de la Iglesia, para que sigan el camino de cruz a ejemplo de Jesús que entregó su vida por la salvación de toda la humanidad, oremos.2.Por la Iglesia para que siga disponiéndose en este camino sinodal a descubrir desde el discernimiento la voluntad de lo que Dios nos pide, oremos.3.Por los gobernantes de toda la tierra para que trabajen por la paz de sus naciones y sigan construyendo una sociedad cimentada en la justicia, la fraternidad y el diálogo en medio de los conflictos, oremos.4.Por nuestros hermanos migrantes, refugiados y desplazados que cargan con la cruz del destierro para que en nuestras comunidades encuentren signos de acogida, cuidado y protección de su dignidad, oremos.5.Por esta comunidad de fe, para que encontremos en la escucha de la Palabra y la comunión un signo de fraternidad y reconocimiento del amor de Dios en nuestro prójimo, oremos.Oración conclusivaConcede, Padre de bondad,que tu pueblo guiado por tu amorreciba de tu misericordiaaquello que te pide con confianza.Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.

Vie 25 Ago 2023
Vosotros, ¿Quién decís que soy yo?
VIGÉSIMO PRIMER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO27 de agosto de 2023Primera lectura: Isaías 22,19-23Salmo: 138(137),1-2a. 2bc-3.6 y 8bc (R. 80[79],18)Segunda lectura: Romanos 11,33-36Evangelio: Mateo 16,13-20I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónEn el tiempo durante el año, la Palabra de Dios va desarrollando un recorrido que permite una lectura semi continua del Evangelio de Mateo y que nos va llevando a una comprensión cada vez más clara del significado de este Evangelio de la Iglesia.En este domingo, el tema de las llaves aparece como hilo conductor en la liturgia de la Palabra y va llevando desde la idea de la pequeñez a la elección y llamada de Dios.En este domingo la liturgia nos presenta las llaves en el contexto del dominio de la casa (primera lectura), para ejercer el ministerio de la misericordia y suplicar el perdón (salmo responsorial), ya que, de Dios, por él y para él existe todo (segunda lectura), llegando así a la manifestación del misterio de las llaves en la persona de Pedro (Evangelio)1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?El Profeta Isaías presenta un oráculo contra Sobná, que era un alto funcionario de la corte y era de origen extranjero y reivindica la suerte de Eliaquín, a quien se le promete entrar la línea de la descendencia davídica y poder llenarse del poder del palacio (tema de las llaves)En el salmo 138 (137) es una acción de gracias y recuerda la mirada del Señor sobre el humilde en contraposición a las actitudes del soberbio.La carta a los Romanos en el apartado que se proclama en este domingo continúa la exposición ya iniciada el domingo anterior en torno a la llamada y la iniciativa divina pero ahora da un paso adelante alabando la sabiduría y la misericordia de Dios que gobierna todo, para presentar la obra de Cristo en conexión con el mundo para afirmar que todo existe por él y para él.El texto de este domingo continúa en los capítulos 14 al 18, que en Mateo corresponden al entorno del discurso comunitario o eclesial.El texto de este domingo nos pone en el camino de Cesarea de Filipo y en la contemplación de la misión de Pedro bajo el tema de las llaves. Como en otros textos bíblicos, el cambio de nombre indica la encomienda de una tarea o misión: Jesús cambia a Simón este nombre por el de Pedro, que traduce el arameo Kephas y quiere decir «roca»; de este modo señala la construcción de una casa o templo, de una nueva comunidad, en la que Pedro va a tener un papel fundamental. Este papel lo indican la expresión semítica «atar y desatar» y la imagen de las llaves. La primera implica autoridad doctrinal y disciplinar y manifiesta que Pedro, además de ser prototipo del discípulo de Jesús, es el garante de la interpretación auténtica de la enseñanza del Maestro (15,15; 17,24-27; 18,21) y tiene autoridad para excluir o incluir en la comunidad. Por su parte, la imagen de las llaves alude a la autoridad sobre la casa (véase Is 22,22), en la que subyace la consideración de la Iglesia como construcción. Esta declaración corresponde al papel eminente que Pedro jugó en los primeros tiempos de la Iglesia (Hch 1,13.15; 2,14; Gál 2,7, etc.).2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad?El tema de las llaves se comprende sólo y únicamente en el contexto eclesial, en el contexto de lo comunitario.Hoy es necesario mirarse como comunidad y descubrir la necesidad de la fidelidad a un ministerio que ha sido entregado por el Señor y que posibilita y garantiza la unidad.Si el domingo anterior se insistía en el reconocimiento de los otros, hoy se hace prioritario hablar de la comunidad como espacio de acogida, de apertura y desarrollo, pero siempre bajo el timón (poder de las llaves) de un ministerio que pueda ser signo de la unidad.3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Atar y desatar aparecen como la expresión concreta del poder de las llaves, por eso hay que suplicar al Señor para que la Iglesia, la gran comunidad de los creyentes pueda experimentar la unidad y la fidelidad, la obediencia a quien tiene las llaves.Este domingo tiene que llevar a la comunidad a un gran examen de consciencia sobre su identidad y su misión en medio del mundo: somos perdonados para perdonar, reconciliados para construir unidad. La vocación cristiana debe reflejar el encuentro con Cristo en la medida en que se aprende a obedecer y a escuchar, a no pararse en caminos paralelos.Para contemplar, el Evangelio nos regala una bella síntesis en las palabras que Jesús dirige a Pedro: “Tu eres Pedro, y te daré las llaves del reino de los cielos”._______________________Recomendaciones prácticas:Jornada Dona Nobis 2023: plan de sostenimiento de la obra evangelizadora de Colombia.La oración colecta habla de la firmeza en la perseverancia y ello puede ser una idea fuerza que se desarrolle pastoralmente en este domingo.El martes 29 se celebra la jornada nacional de oración por los cristianos perseguidosII.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa La Iglesia nace de la Eucaristía y por eso convocados en el día del Señor los cristianos de diversos rincones se reúnen para experimentar la vida que el Resucitado da a la comunidad, y la edificación que permanente hace de una casa para la comunidad, una casa que se vuelve espacio existencial. Dispongámonos para celebrar este misterio del amor de Dios.Monición a la Liturgia de la PalabraLa Palabra resuena en la asamblea litúrgica y reclama una actitud de escucha y obediencia, que lleve a la firmeza en la perseverancia. Abramos nuestros oídos y dejemos que el Señor siga construyendo la comunidad con su Palabra.Oración Universal o de los Fieles Presidente: La Iglesia, edificación de Dios es casa abierta siempre a todos los hombres y por ello nos invita a dirigir nuestra oración confiada. Respondamos a las intenciones:R. No abandones la obra de tus manos, Señor.1.Oremos por el Papa Francisco y nuestro Obispo N., para que siempre muestren un rostro de la Iglesia que es casa de la misericordia y lugar de acogida. Roguemos al Señor.2.Oremos por la Iglesia en Colombia, para que su misión de llevar la Buena Noticia y construcción del Reino de Dios, llegue a todos los rincones del país. Roguemos al Señor.3.Oremos por quienes están al frente de las comunidades y lideran los procesos de desarrollo en las comunidades, para que sean siempre constructores de unidad y fraternidad. Roguemos al Señor.4.Oremos por los que están aislados y no se integran en la vida de la Iglesia, por quienes se viven una fe como experiencia individual, para que puedan descubrir el valor de la comunidad y busquen vivir su fe en espacios que hagan crecer a todos. Roguemos al Señor.5.Oremos por esta comunidad que celebra su fe en la Eucaristía, para que en la fidelidad a la Iglesia pueda ser luz para los hombres y mujeres en la sociedad de hoy. Roguemos al Señor.Oración conclusivaRecibe Padre santo,la oración de tus hijos y fortalece la fidelidad de tu Iglesia . Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.

Vie 18 Ago 2023
Mujer, qué grande es tu fe
VIGÉSIMO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO20 de agosto de 2023Primera lectura: Isaías 56,1.6-7Salmo: 67(66),2-3.5.6 y 8 (R. cf. 4)Segunda lectura: Romanos 11,13-15.29-32Evangelio: Mateo 15,21-28I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónEl tiempo durante el año se convierte en una contemplación gradual y permanente del rostro de Jesús, Hijo del hombre, que va iluminando el acontecer de la comunidad cristiana en diferentes aspectos de su ser y quehacer.En este domingo, la liturgia se convierte en una invitación universal a la salvación en Jesucristo:Con Isaías se afirma que Dios traerá a su monte santo a los extranjeros y eso será motivo de júbilo ya que finalmente el Templo se3 convierte en casa de oración para todos (primera lectura).El salmo 67(66), muy conocido en el ambiente litúrgico, como parte del invitatorio, recordando lo que significa la peregrinación y subida al Templo de Jerusalén, hace la invitación a la alabanza universal y a que todos los pueblos experimenten la justicia de Dios y exulten en alabanza.Es necesario reconocer que Dios no se arrepiente de sus promesas y sus dones son irrevocables, pero la elección de Dios hace que él tenga misericordia de todos (segunda lectura),Para llegar al culmen de esta Palabra con el texto de Mateo en su relato de la mujer cananea que obtiene el favor de Jesús (Evangelio)1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?La liturgia de la Palabra inicia su recorrido con el texto del profeta Isaías, quien a los inicios de la última parte de su libro (Tercer Isaías cap. 56-66) y pensando en restauración, habla de una vocación universal a la salvación, donde caben extranjeros y eunucos que decidan observar el respeto a la alianza y su liturgia.Los peregrinos que quizás llegaban a Jerusalén para la fiesta de los Tabernáculos (sukot) entonaban el salmo 67(66) como una solemne acción de gracias comunitaria en clave sacerdotal y allí la alegría nuevamente alcanza a todas las naciones.El texto de la carta a los Romanos presenta la idea de la restauración y la entrada en el misterio de la regeneración por parte de los gentiles (cristianos de Roma). Aquí son esenciales las ideas de don y llamada como iniciativa divina.El texto del Evangelio de este domingo continúa en los capítulos 14 al 18, que en Mateo corresponden al entorno del discurso comunitario o eclesial.El relato nos permite contemplar el encuentro de Jesús con una mujer pagana y nuevamente aparece la misión de los discípulos, que ahora no reparten el pan como en Mt 14,13-21 sino que interceden para que Jesús atienda a la mujer.La respuesta de Jesús a los discípulos muestra el pensamiento en el que se debatía la comunidad judeocristiana de la época del evangelio: Jesús viene sólo a los suyos o realiza una misión universal de salvación.En el Primer Testamento, los cananeos eran los no judíos por antonomasia. De acuerdo con la orientación general del relato de Mateo, no es Jesús quien se adentra en ese territorio extranjero, sino la mujer la que sale al encuentro del Maestro y, frente a las reticencias iniciales de este último, logra con su gran fe que la buena noticia de la llegada del reino alcance también a quienes no son judíos. Se adelanta así de alguna manera la misión universal que Jesús ordenará a sus discípulos después de Pascua (28,19).2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad?En este domingo la comunidad cristiana, muy avocada en la sinodalidad, descubre que está invitada a ser instrumento de comunión y desde allí irradiar a todos los hombres el favor de Dios.La llamada universal a la salvación es un camino de humildad que hay que recorrer para reconocer que no somos ni los únicos ni los mejores, que hay muchos que hacen camino con nosotros y que seguramente también están gozando del favor divino.La Palabra de Dios suscita en el corazón de la comunidad el deseo de acogida y no de discriminación, el deseo de fraternidad que construye puentes y supera las barreras de la indiferencia de unos y otros.Si la gloria del cristiano es la Cruz del Señor, esta Cruz se vuelve punto de encuentro y posibilita que allí haya árbol de acogida para todos.3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?El Prefacio VIII (“la Iglesia congregada por la unidad de la Trinidad) en el misal expresa: “Porque has querido reunir de nuevo, por la sangre de tu Hijo y la fuerza del Espíritu, a los hijos dispersos por el pecado”. De esta manera se ve la comunidad como espacio de encuentro de quienes Dios ha querido llamar y reunir.Suplicamos a Dios que nos conceda el don de la unidad en medio de la diversidad, el don del reconocimiento del otro y la humildad para saber reconocer que Dios actúa donde quiere, como quiere, cuando quiere y con quien quiere.Este domingo debe ser un compromiso en el camino sinodal con expresiones muy concretas de reconocimiento de la realidad del otro y la búsqueda de las “semillas del Verbo” presentes en todas las culturas y pueblos.Debemos reflejar en la vida este llamado universal a la salvación, posibilitando que Dios actúe en la vida de los demás y no queriendo retenerlo para nosotros no manipularlo con nuestras palabras y acciones.Para contemplar es muy oportuno reconocer en la vida del otro como en la vida de la mujer cananea “¡Qué grande es tu fe!” y repetir a lo largo de la semana esta frase para dejar que la Palabra se haga carne en nuestra existencia diaria._______________________Recomendaciones prácticas:-La oración colecta de este domingo insiste en que Dios prepara bienes invisibles para los que le buscan, por eso es importante insistir en el tema de la llamada universal a la salvación como un acto de amor divino que requiere una respuesta desde el amor de los hombres.-Una propuesta pastoral en el espíritu del camino sinodales la invitación a la oración por todos los hombres, la oración que une a creyentes y Cristo y se proyecta en sus frutos a los no creyentes.-El prefacio VIII puede ayudar a concretar mejor el mensaje del domingo.II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa En la Eucaristía, somos invitados a participar todos porque el Señor convoca a hacer fiesta por sus maravillas y la comunidad responde en la generosidad y obediencia para reconocer que el favor de Dios llega a todos. Oremos unos por otros y celebremos este misterio del inefable amor Divino.Monición a la Liturgia de la PalabraComo peregrinos de la esperanza nos movemos en la escucha de la Palabra de Dios y abrimos el oído para experimentar el paso del Señor por nuestra asamblea. Acojamos su invitación y subamos al monte del Señor para vivir su salvación. Escuchemos.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Convocados al monte de la salvación y buscando juntos el favor de Dios, presentemos nuestras súplicas con fe.R. Ten piedad de nosotros, Señor.1.Por el Papa Francisco, nuestro Obispo N., y todos los pastores de la Iglesia, para que siempre y en todo lugar sean garantes de la unidad e inviten a todos a acercarse a la Iglesia para construir la familia de los hijos de Dios. Roguemos al Señor.2.Por los pueblos de la tierra, para que el triunfo de Jesús sobre la muerte apague los odios y restaure la paz. Roguemos al Señor.3.Por los gobernantes de todos los pueblos, para que construyan puentes de unidad y promuevan políticas de integración y reconocimiento de los otros. Roguemos al Señor.4.Por los que sufren y viven en la tristeza su existencia, para que experimenten la cercanía de sus hermanos y todos nos comprometamos en la búsqueda de mejores circunstancias y ambientes de vida para todos. Roguemos al Señor.5.Por esta asamblea, para que en la humildad experimente el llamado a la conversión y fortalecida por la Eucaristía salga a edificar una sociedad más humana y cercana. Roguemos al Señor.Oración conclusivaRecibe la oración que te presentamos, Padre Santo yacoge las necesidades de todos los hombres,que te buscan con sincero corazón. Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.

Vie 11 Ago 2023
Soy yo, no tengáis miedo
DÉCIMO NOVENO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO13 de agosto de 2023Primera lectura: 1Reyes 19, 9a.11-13a Salmo: 85(84),9ab y 10.11-12.13-14 (R. 8)Segunda lectura: Romanos 9,1-5Evangelio: Mateo 14,22-33Orientaciones para la Predicación Introducción Luego de la multiplicación de los panes del domingo pasado, la liturgia nos presenta el episodio de la tempestad calmada. Mensaje dirigido a los seguidores de Jesús para que crean que Él es Dios con nosotros, que para salvarnos nos exige no tener miedo y creer en Él. La barca sacudida de un lado para otro es símbolo de las distintas realidades que golpean la vida de la Iglesia y la propia vida. Hoy el Señor nos da la certeza que, para no ahogarnos en las dificultades, debemos creer en Él. El cristiano camina seguro en medio de las exigencias de la vida y sus dificultades, solo cuando se aferra a la Palabra de Dios, si duda de ella, el hombre se hundirá irremediablemente. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El primer libro de los Reyes, en el capítulo 19 nos presenta una de las páginas más bellas del Antiguo Testamento, donde Dios se reveló en el silencio de un suave viento. Recordamos como después que Elías deja en ridículo a más de cuatrocientos profetas de Baal, la reina Jezabel inicia una persecución a muerte al profeta Elías, haciéndolo huir al desierto. En su camino por el desierto Elías experimenta el rigor de la aridez, casi hasta la muerte, a la vez, siente como la providencia de Dios no lo abandona y le exige seguir adelante hasta llegar al monte Horeb. En este monte, Elías tiene la experiencia de encuentro con Dios, que no se manifiesta ni en el huracán, ni en el terremoto, ni en el fuego, sino en una brisa suave. En este encuentro Elías recibe la misión de regresar a la ciudad y continuar con su misión de profeta.El Salmo 85 (84), canta el regreso de Israel del desierto, destacando, cómo Dios lleno de paz y misericordia, cuida con amor a su pueblo: “muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación”. El autor de este salmo proclama cómo la salvación está ya cerca de los que creen, de los que son fieles del Señor. El apóstol Pablo en la Carta a los Romanos, en el capítulo 9 que leemos hoy, hasta el capítulo 11, expresa el apasionado amor que Pablo siente hacia su pueblo, su preocupación por la suerte del pueblo de Israel, “los de mi raza según la carne”. Lamenta que los suyos no han hecho la opción por Cristo, después de tantos testimonios narrados y expresados con esperanza en el Antiguo Testamento, el pueblo de la antigua alianza no ha sido capaz de reconocer la presencia viva de Dios en la historia. San Mateo en el capítulo 14, narra cómo Jesús después de haber multiplicado los panes y de saciar el hambre de la multitud, al atardecer se retira el solo a orar, es su costumbre después de realizar grandes signos. Los apóstoles en la barca, pasando a la otra orilla, estaban viviendo momentos de angustia, pues el viento recio y contrario sacudía la barca de un lado para otro. En medio de esta fatigosa travesía, al amanecer, se les aparece el Señor caminando sobre el agua, haciendo del momento ya difícil, una experiencia de pánico y de gritos. El Señor les habla y su voz trae la calma. Pedro pide que le deje caminar sobre el lago, da los primeros pasos y pierde confianza, tiene miedo y empieza a hundirse, clama al Señor: “Señor sálvame” y el Señor extendiendo su mano lo rescata y le exige tener fe. Al subir a la barca se calma el viento y todos se postran reconociendo “Realmente eres Hijo de Dios”.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? El Señor hoy también nos exige creer en su Palabra, aceptar su presencia divina entre nosotros, reconocerlo como el Hijo de Dios que ha venido a salvarnos. Este Domingo la Palabra nos quiere ayudar a reconocer que Jesús es Dios con nosotros, es el Dios del silencio del Horeb, es el Dios de la paz y la misericordia del salmista, Jesús es el Dios anunciado y predicado desde antiguo como lo expresa San Pablo, Jesús es el Dios que calma las tempestades, las angustias, dudas y miedos de nuestras vidas, así como lo escuchamos hoy en el Evangelio. San Pablo quisiera que todos sus conciudadanos, hermanos de raza, creyeran en Jesús, así como él y muchos otros han dado ese paso de fe. Pero sabemos que muchos son obstinados, duros de corazón y de cabeza para experimentar el encuentro con Dios en la Persona de Jesús. Ante la falta de fe y el rechazo del pueblo de la Alianza, San Pablo siente dolor y una gran tristeza. Esta angustia de Pablo hoy debería ser la de todos los que creemos en Cristo, de los padres para con sus hijos, de los educadores para con sus estudiantes, de los catequistas para con sus catequizandos, de los misioneros para con los destinatarios de su misión, de nosotros ministros ordenados para con todo el pueblo de Dios, especialmente con los más alejados; todos deberíamos experimentar un profundo deseo para que toda persona conozca a Jesús y crea en su Palabra.El testimonio del Profeta Elías es muy elocuente, el profeta huyendo de la muerte llega al monte santo del Horeb, donde desea encontrar a Dios en la fuerza del huracán, del terremoto, del fuego, seguramente, así como lo vio actuar con los profetas de Baal, en ninguna de estas fuerzas está Dios, solo lo percibe cuando viene una brisa suave, un elocuente silencio. Dios le enseña a Elías a calmar su temperamento a serenar su ímpetu, Dios prefiere una cercanía suave, discreta, hecha mayormente en el silencio de nuestra oración. El Señor Jesús quiere dar una lección a sus seguidores más cercanos, quiere afianzar en sus corazones la certeza de su fe, de sus convicciones; luego de reconocerlo como aquel que calma el hambre, que multiplica el pan, como don de Dios para una multitud hambrienta, luego de orar, se les aparece caminando sobre el lago, por encima de las fuerzas de la naturaleza, Él es Dios. En medio de fuertes vientos y del miedo, el Señor con su Palabra trae paz a los que están en la barca, quita el miedo y calma la tempestad. Para el apóstol Pedro y para todos nosotros, una lección de confianza, Pedro empieza a caminar sobre el agua como Jesús lo hace, pero se llena de miedo, le falta fe y se hunde, clama al Señor pidiendo su ayuda, y Jesús responde “¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado? Hoy el Señor quiere rescatarnos, quiere calmar la tempestad de nuestras vidas, el extiende su mano para no dejarnos hundir, pero nos exige reconocer su divinidad, su presencia actual entre nosotros, que seamos capaces de decir con los apóstoles “realmente eres Hijo de Dios”. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? La manifestación de Dios en el Horeb a Elías, la confianza del salmista en Dios que acompaña a Israel en el desierto, la tristeza de Pablo por los hombres de su propia raza que no creen y la actitud de Pedro llamado a tener más fe y confianza en el Señor; nos hacen pensar en lo importante que es hoy pedirle a Dios la gracia de poder encontrarlo en el silencio de nuestra oración, experimentar su compañía en las horas de desierto, sentir la necesidad de anunciarlo, para que muchos crean y la oportunidad de confiar cada vez más en su presencia que calma toda tempestad en la vida. Hoy se nos ofrece una amplia diversidad de creencias, filosofías, ideologías y prácticas espirituales, aprender a descubrir lo fundamental en medio de tanto ruido, de las angustias cotidianas, de los desiertos por los que pasa la existencia humana, se vuelve abrumador, exigente, pero sin duda, no imposible de buscar la verdad, encontrarnos con Dios, sentir su mano que rescata, todo esto se hace realidad en el corazón de quien es capaz de dar el paso de la fe. Hoy la Palabra de Dios señala un camino excepcional, ese camino es Cristo, en quien debemos confiar más y creerle. El Evangelio nos coloca en medio de una tempestad, sin duda no es difícil percibir la barca de nuestras vidas sacudidas por situaciones que nos llevan de un lado para otro: violencia, pobreza, injusticia social, divisiones en los hogares, entre muchas otras realidades. Todas estas amenazas hacen que las personas faltas de fe y de confianza en el Señor, incapaces de reconocerlo presente en la historia, sucumban en medio de las tempestades de la vida y otros como Pedro, sean rescatados por la mano del Señor, trayendo la calma y serenidad propias de quien confía plenamente en su Palabra. La historia de la iglesia, desde sus orígenes hasta nuestros días, nos ha demostrado que su andar no ha sido fácil, si Cristo no está en la barca de la Iglesia, de la propia vida, corremos el riesgo de naufragar, si lo dejamos subir a la barca el viento amaina y encontramos las fuerzas necesarias para sobrevivir sin miedo en medio de las fatigas y desesperanzas que pretenden alejarnos de Dios y de su querer._______________________ Recomendaciones prácticas: Asunción de la Bienaventurada Virgen María, 15 de agosto.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Sean todos bienvenidos a la celebración de la Eucaristía, el día del Señor. Nos hemos reunido para escuchar la Palabra de Dios y participar de la Fracción del pan, somos invitados a buscar a Dios, a encontrarnos con Él en el silencio de nuestras plegarias y a confiar plenamente en sus promesas. No tengamos miedo y dejemos que esta liturgia serene nuestras vidas, fiándonos de la presencia y protección de Dios presente en esta celebración. Participemos con fe.Monición a la Liturgia de la Palabra La Iglesia y la propia vida están sometidas a fuerzas que pretenden separarnos de Dios, producen miedo y desesperación, solo quien cree en Dios y sabe escucharlo en el silencio de su plegaria, encuentra la paz y la serenidad necesarias para enfrentar los sucesos que traen consigo tribulación. Escuchemos atentamente.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Oremos a Dios nuestro Padre, para que escuche la oración de los que con fe venimos a clamar su ayuda. R. Te rogamos, óyenos.Por la Iglesia, para que confiada en el Señor siga su tarea evangelizadora y muchos crean en el salvador del mundo, el Señor Jesús. OremosPor la paz del mundo y de nuestra patria, para que el reconocimiento de la presencia del Señor entre nosotros apague la tormenta de la guerra. OremosPor los pobres y los que más sufren, para que sus angustias y miedos se vean mitigados por la paz y la solidaridad de los que creen en Cristo. Oremos Por los que están sometidos a la enfermedad, extraviados por el mal uso de la libertad, por quienes están en las cárceles, para que el Señor sea fuente de salud, libertad y paz. Oremos Por nosotros y los que están buscando a Dios, para que en el silencio de la oración encontremos su presencia siempre nueva y misericordiosa. Oremos Oración conclusiva Señor Dios nuestro, a quien reconocemos presente en los acontecimientos de nuestra historia, concede en abundancia lo que hemos pedido hoy con fe, para poder así, avanzar confiados con tu amorosa protección y ayuda. Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.