SISTEMA INFORMATIVO
La Asamblea de obispos dedicó espacio para hablar de la Amazonía y la Casa Común
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![Rueda de prensa Amazonía](/sites/default/files/styles/large/public/2023-02/09-febrero-asamblea-plenaria-amazonia-y-la-casa-comun%20%283%29.jpg?itok=xa-IxDak)
Este miércoles 08 de febrero, en el marco de la CXIV Asamblea Plenaria del Episcopado, se dio un diálogo abierto con los medios de comunicación, donde obispos colombianos y peruanos se refirieron a varios temas como: la propuesta de la Iglesia de crear la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA), el calentamiento global, la deforestación y la tala indiscriminada de árboles.
¿Creen ustedes que debe haber una política como lo está planteando el Gobierno Nacional, de moderar la acción penal contra los pequeños cultivadores de coca dándoles alternativas reales para que sustituyan ese cultivo ilícito con uno lícito?
Al respecto monseñor Joaquín Pinzón apuntó que para nadie es un secreto que uno de los factores que está llevando a la deforestación, es el cultivo ilícito, de manera especial por la siembra de hoja de coca y agregó, que, esto no solo se presenta en Colombia sino en países vecinos, por lo que observó que se hace necesario que los Gobiernos realicen unas nuevas políticas de estado claras.
“Creo que nos estamos quedando en grandes discursos, nos estamos quedando en grandes disertaciones, falta esa presencia del Estado, que llegue a los territorios y que establezca los diálogos, y no solo eso, sino que también logren llegar a acuerdos, porque todas estas políticas al quedarse muy en el escritorio, muy en las oficinas, como que no llega a darle una solución a todo lo que está sucediendo allí”, apuntó.
Insistió que el Estado debe crear unas políticas donde se generen nuevas alternativas de producción e ingresos, allí donde las comunidades puedan sustituir los cultivos ilícitos que solo les deja destrucción y pobreza.
Más allá de leyes se requiere una cultura educativa
Por su parte monseñor Omar Mejía, al referirse al tema del narcotráfico y microtráfico, dijo que estos dejan dos rostros tristemente visibles: los que cultivan y los que consumen. Los que cultivan sumidos en la pobreza y en la persecución. Los consumidores agrega “Es muy fácil también atacarlos y violentarnos muchas veces por porque son rostros visibles ¿Pero cómo se va a regular el rostro invisible del narcotráfico y el microtráfico?”
En este contexto, observó que siempre será interesante generar nuevas políticas en cuanto a que respondan a nuevas necesidades. “Porque más allá de leyes, que seguramente son necesarias, necesitamos también una cultura educativa. Hay que llegarles con educación a los campesinos, hay que llegarles con las alternativas sociales, no solamente con una acción militar y es lo que reclaman todas estas culturas”.
Falta de reformas agrícolas
Durante su intervención, monseñor David Martínez de Aguirre, obispo de Puerto Maldonado – Perú y vicepresidente de la Conferencia Eclesial de la Amazonía, dijo desconocer la situación propia de Colombia a este respecto, pero expuso que en muchas zonas de su país también se genera esta problemática, hecho que ha permitido que el campesino por falta de garantías abandone sus cultivos agrícolas para dedicarse a sembrar la hoja de coca, siendo esto último más rentable para la supervivencia de las familias.
“Son poblaciones en Perú que proceden de gente pobre, donde no hay unas verdaderas alternativas para la agricultura, y donde la gente va buscando un medio de vida ante la falta de alternativas, por eso acaban buscando aquel producto que le genere una cierta rentabilidad”.
Frente a esta realidad, dijo el obispo se requiere “precisar ciertamente políticas del Estado que acompañen a todas estas grandes masas poblacionales que no encuentran unas reformas agrícolas, que no encuentran la forma de poder vivir del campo de manera sana digna”.
TALA INDISCRIMINADA DE ÁRBOLES E INCENDIOS FORESTALES
Monseñor David Martínez de Aguirre, señaló que los índices de deforestación son tan altos que ya los científicos afirman que están llegando a un punto de no retorno, es decir de un mal irreversible para el ecosistema, afectando de manera considerable el ciclo del agua en la Amazonía.
Explicó que los pueblos originarios son sociedades del bosque, son sociedades que dependen del bosque, por tanto son los principales afectados y sienten el dolor del daño al ecosistema. Por otra parte, dijo que los “citadinos que están acostumbrados a tener unos metros cuadrados de terreno para vivir, no concibe que una sociedad necesite grandes extensiones de territorio para que se produzca la vida”.
Afirmó que en el bosque amazónico, algunos incendios son naturales, pero otros son provocados para ganar espacios para la agricultura y para las grandes explotaciones agrícolas. “Una tierra es rica en tanto se le conserva la capa de humus que la propia vegetación genera, y cuando arrasamos con esa vegetación desertificamos la selva”.
Al respecto monseñor Omar Mejía, aseguró que la mayoría de veces estas talas indiscriminadas se dan por objetos meramente económicos, a lo que asintió que es urgente gestar un plan para educar y en el caso de la Iglesia Evangelizar en la protección del ecosistema.
“Entonces aquí es urgente que sigamos en un proceso educativo y desde luego, nosotros como Iglesia esa es una opción, pero no es de ahora, ya lo dije desde 1988 venimos en ese proceso, pero también empezar a educar a formar para que precisamente no haya esta tala indiscriminada, porque decir tala indiscriminada ya es una acción poco racional”.
¿Cómo articular el trabajo que hacen los Gobiernos en otros países?
Monseñor Joaquín Pinzón, dijo que la propuesta de la Iglesia Católica de crear la Conferencia Eclesial para la Amazonía (CEAMA), es una invitación a superar fronteras de países por territorios y sentirse más bien viviendo en la Amazonía como una sola, superando ideologías y poniendo por encima el cuidado de la vida que trae consigo la Amazonía.
“Pienso y creo que la CEAMA es como una semillita que la Iglesia ofrece y que está proponiendo también a los Estados, pongámonos de acuerdo creando políticas que nos permitan vivir en este territorio, compartir el territorio y al mismo tiempo cuidar del territorio (…) Solos no podemos, si en uno de los países se cuida el ecosistema y en el otro no, pues el daño sigue creciendo”, puntualizó.
Presentación de la CEAMA a la Iglesia colombiana
El cardenal Pedro Barreto, arzobispo de Huancayo en Perú y presidente de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA), centró su intervención en el llamado que el papa Francisco hace en la encíclica social Laudato si, numerales 37 y 38, de cuidar uno de los pulmones del mundo, el cuidado de la vida y del territorio, y ahí expresamente habla de la Amazonía y de la Cuenca fluvial del Congo y otros acuíferos.
Recordó como la Iglesia dentro de su misión de más de 500 años ha estado presente en todos los rincones de la Amazonía y ahora de una manera más directa con la creación de CEAMA, hecho que ha permitido que la Iglesia se sienta más comprometida con los pueblos originarios y con el cuidado de la región Amazónica.
“La Conferencia significa un espacio no solamente de diálogo estable y permanente, es una Conferencia Eclesial. No quiere decir que solo participan obispos, sino también sacerdotes, religiosas, laicos y laicas del territorio, con voz y voto. Esto es una novedad, la primera Conferencia Eclesial en la historia de la Iglesia para poder servir mejor a Dios, a nuestros hermanos que viven en la Amazonía y también a todo el territorio que Dios nos ha dado y el mandato de cuidar”.
Advirtió que si bien la CEAMA cuenta con la aprobación Pontificia donde se le reconoce como organismo jurídico, eclesial y público, también requiere del reconocimiento legal de 8 países: Brasil, Perú, Bolivia, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guyana, Surinam y también el territorio de ultramar de Guyana francesa. Explicó además que, Colombia por su importancia, fue el primer país donde vinieron a presentar la CEAMA, proyecto que fue expuesto a los obispos presentes en la CXVI Asamblea Plenaria del Episcopado.
Qué es la Conferencia Eclesial de la Amazonía – CEAMA.
Monseñor David Martínez de Aguirre, vicepresidente de la Conferencia Eclesial de la Amazonía, describió que esta organización nace del trabajo que instituciones como la CLAR, Caritas y otras entidades estaban realizando en la Amazonía y que luego vieron la necesidad de formarse y trabajar como red.
En el año 2014 hay una visita del papa Francisco a la Amazonía de Perú en Puerto Maldonado, con un encuentro de los pueblos indígenas peruanos. Allí el papa Francisco anuncia el Sínodo para la Amazonía, que se realizó en octubre del 2019. De este Sínodo surgió la Exhortación Apostólica del Papa Francisco “Querida Amazonía”, presentando sus cuatro sueños, social, cultural, ecológico, eclesial y que luego animó al surgimiento de la Conferencia Eclesial de la Amazonía – CEAMA.
Esta nació oficialmente el 29 de junio del 2020 como organismo eclesial, permanente, representativo y de carácter institucional para la Región Amazónica. Al año siguiente, el 9 de octubre del 2021 fue erigida canónicamente por el Papa Francisco como entidad jurídica, pública y eclesiástica.
Recientemente el 3 de octubre del 2022, ha sido cuando el papa Francisco creó la personería jurídica de la Conferencia Eclesial de la Amazonía.
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La familia defiende y protege la vida
Mar 11 Jun 2024
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Mar 25 Jun 2024
Falleció monseñor William de Jesús Ruiz Velásquez, Prefecto Apostólico Emérito de Leticia
A sus 82 años de edad, falleció monseñor William de Jesús Ruiz Velásquez, quien, entre el 8 de julio de 1997 y el 23 de octubre del 2000, se desempeñó como Prefecto Apostólico de Leticia (Amazonas). El pastor antioqueño fue el segundo en desempeñar este oficio, antes que dicha circunscripción eclesiástica fuera elevada a Vicariato Apostólico por el papa Juan Pablo II.La muerte de monseñor Ruiz Velásquez se produjo en la madrugada de este martes 25 de junio en la ciudad de Medellín, donde vivía desde el año 2016 en una casa familiar.Monseñor William de Jesús nació el 2 de octubre de 1941 en el municipio de Entrerríos (Antioquia). Realizó sus estudios de Filosofía y Teología en el Seminario Conciliar Santo Tomás de Aquino de la Diócesis de Santa Rosa de Osos. Cursó una maestría en Catequesis en la Universidad Católica de París (Francia).Fue ordenado sacerdote para el clero esa misma jurisdicción el 11 de septiembre de 1966, por monseñor Miguel Ángel Builes. Allí desempeñó múltiples oficios pastorales, entre ellos: Vicecanciller de la Curia y Notario del Tribunal Eclesiástico (1969), Promotor Diocesano de la Pastoral Vocacional (1973), Vicario de Pastoral de la Diócesis (1995) y Coordinador de la Pastoral Familiar (1996). En julio de 1997 fue nombrado Prefecto Apostólico de Leticia, misión que desempeñó por tres años.Al regresar a su región natal, entre los años 2001 y 2016 fue párroco en los municipios de Amalfi, Yarumal y Donmatías. Allí apoyó también diferentes procesos de desarrollo municipal e impulsó iniciativas asociadas a la educación, la defensa de la vida y la institucionalidad.Fue colaborador permanente del Consejo de Administración de la Cooperativa Fraternidad Sacerdotal.El padre Luis Alfonso Urrego Monsalve, administrador diocesano de Santa Rosa de Osos, expresó sus condolencias a familiares y amigos del presbítero, e informó que las exequias se celebrarán este miércoles 26 de junio, a las 3:00 p.m., en la Catedral Metropolitana de Medellín.
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Mar 25 Jun 2024
Finaliza la segunda etapa de ‘Iglesias seguras y protectoras’: la última jornada de formación en prevención de abusos se desarrolló en la Provincia de Barranquilla
Entre el 19 y el 21 de junio, en la ciudad de Barranquilla, se llevó a cabo la última jornada de capacitación de la iniciativa ‘Iglesias Particulares Seguras y Protectoras’ implementada por la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) con el auspicio de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos. Un proyecto que tiene como finalidad promover la atención y prevención de abusos y violencias en las diferentes regiones del país.A este llamado por la cultura del cuidado en la Iglesia Católica acudieron alrededor de 500 personas, entre obispos, sacerdotes, consagrados y laicos de la Arquidiócesis de Barranquilla y de las diócesis de Riohacha, Santa Marta, Valledupar y El Banco, jurisdicciones que conforman la Provincia Eclesiástica de Barranquilla.Como parte de la agenda desarrollada en esta última etapa, se implementaron diferentes talleres y conferencias sobre la cultura del cuidado: los desafíos a nivel social y eclesial, la generación de entornos protectores y la atención a víctimas. También se presentaron las líneas guía, líneas operativas y buenas prácticas propuestas por la CEC. Estos espacios estuvieron a cargo de los miembros del Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado, del Departamento de Comunicaciones de la Conferencia Episcopal y del presidente del Tribunal Eclesiástico de Bogotá, monseñor Pedro Mercado.La psicóloga Diana Suárez, miembro del Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado, comenta que se pudo dar un encuentro como comunidad eclesial para trabajar en aspectos que, en materia de prevención, son de gran importancia. De ellos, destacó el reconocimiento de la realidad sobre la problemática de violencia sexual en cada territorio de la Provincia de Barranquilla, así como la evaluación de los factores de protección que favorezcan el cuidado, de manera especial, de niños, niñas y adolescentes.Por una cultura del cuidado con rostro provincialEstos tres días de formación significaron el encuentro fraterno de una “Iglesia viva, actuante y alegre”, así lo indicó la doctora Ilva Myriam Hoyos, presidenta de ese organismo de la CEC.De acuerdo con monseñor Pablo Emiro Salas Anteliz, arzobispo de Barranquilla, los prelados de las cinco Iglesias particulares estuvieron de acuerdo con que estas jornadas coincidieran con la formación obligatoria de sus cleros, de tal manera que se les diera la mayor importancia posible. “Para la provincia ha sido un momento providencial porque también nos ha permitido acercarnos de manera mucho más profunda y consistente al Sistema para la Cultura del Cuidado que ha impulsado la Conferencia Episcopal. Diríamos que ahora este sistema va a adquirir un rostro provincial, el rostro de la Provincia de Barranquilla”, así lo expresó monseñor José Mario Bacci Trespalacios, obispo de Santa Marta.Monseñor Bacci Trespalacios, indicó también que ahora cada Iglesia particular tiene como tarea no solo divulgar los contenidos abordados, sino también profundizar en cómo hacer vida la cultura del cuidado en todos los ámbitos eclesiales.Una cultura del cuidado que no se agota en las jornadas de las provincias“Es muy importante reconocer que el ejercicio no se puede quedar solamente en esta capacitación o en las capacitaciones realizadas en las diferentes provincias. Es necesario que esta información también sea comunicada con los diferentes miembros que hacen parte de los ambientes eclesiales y de allí la importancia de realizar un trabajo muy riguroso con las comunidades”, señaló la doctora Diana Suárez.La piscóloga, quien, además, coordina la Oficina del Buen Trato de la Arquidiócesis de Bogotá, señaló también la necesidad de sensibilizar a los agentes de evangelización y a los padres de familia sobre los riesgos que hay en el entorno digital para los menores y en las normas específicas para el cuidado y la protección de todos los que hacen parte del ambiente eclesial. Además, brindar un acompañamiento integral a las personas que han sufrido a causa de abusos o violencias, sin riesgo a revictimizarlas.Al cierre de estas jornadas, monseñor Pedro Mercado, indicó que, a pesar de que la primera parte del proyecto se ha cumplido, la labor pedagógica debe continuar, de manera especial, con los futuros pastores de la Iglesia: “Hay que acentuar todavía más la prevención e ir sobre todo a los seminarios para que la cultura del cuidado no llegue ya en un momento tardío de la formación sacerdotal, sino precisamente cuando se está gestando ese futuro ministro, ese futuro sacerdote, servidor del pueblo de Dios. De tal manera que, desde esa etapa temprana, la cultura del cuidado haga parte de su formación para un servicio integral a la Iglesia”, remarcó monseñor Mercado.De esta forma, concluyeron las jornadas de capacitación sobre atención y prevención de abusos implementadas por la Conferencia Episcopal de Colombia en once de las catorce provincias eclesiásticas del país, desde la iniciativa ‘Iglesias Seguras y Protectoras’. La Oficina para la Cultura del Cuidado continuará animando y articulando otros procesos formativos en diversas instituciones eclesiales bajo el propósito de aportar a la construcción del Sistema para la Cultura del Cuidado propuesto por los obispos en las ‘Líneas guía’.Vea el resumen informativo de la jornada:Para conocer más información sobre el trabajo de la Iglesia colombiana por la cultura del cuidado, haga clic aquí.
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Vie 21 Jun 2024
En “La Sucursal del Cielo”: Iglesia, Estado y comunidad luchan juntos contra el hambre
Con la operación de 713 comedores, ubicados en las 22 comunas y en 15 corregimientos del Distrito Especial de Santiago de Cali, la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Cali, en articulación con la Alcaldía de la capital vallecaucana y gracias al apoyo de gestores de la comunidad, diariamente brinda alimento a 58.000 personas de diferentes edades que tienen grandes necesidades económicas.En el caso de la Iglesia, la iniciativa se realiza mediante un servicio conocido como “Diaconía del Pan”. Desde el cual no solo brindan alimento material sino también espiritual a personas de escasos recursos.A través de estas acciones, la Arquidiócesis de Cali busca hacer vida la Doctrina Social de la Iglesia. Es así, como el padre Diego Fernando Guzmán, delegado de la pastoral social arquidiocesana, comenta que, hace aproximadamente nueve años, existe una alianza con el Distrito de Cali y los gestores sociales, mediante la cual se ha generado un impacto social importante para mitigar el hambre, un problema de grandes dimensiones en la denominada “Sucursal del Cielo”.“Desde esta acción conjunta logramos que la acción del Evangelio, el amor misericordioso de Jesucristo, la invitación a la fraternidad, a la mano tendida para el más pobre, pues se pueda hacer realidad, se pueda hacer efectiva”, agregó el sacerdote.De ollas a comedores comunitariosLa historia de estos comedores se remonta a 1996 con la creación de la Comisión Arquidiocesana Vida, Justicia y Paz y del Banco de Alimentos, por iniciativa de monseñor Isaías Duarte Cancino. El pastor que abanderó una lucha decidida contra la violencia y la defensa de los derechos humanos. Lucha que, seis años más tarde, le costaría la vida, pues fue asesinado, al parecer, por sus fuertes denuncias en el marco del conflicto armado que afectada a la capital vallecaucana y a muchas otras regiones del país.En el año 2015, la Arquidiócesis y la Alcaldía de Cali firmaron el primer convenio para trabajar por la mitigación del hambre. Con el apoyo de un importante número de laicos que hasta hoy desempeñan labores de gestores, pusieron en funcionamiento 46 espacios denominados “ollas comunitarias”, a través de los cuales alimentaban a cerca de 6.000 personas.En dichas “ollas” se unían diferentes familias, lideradas en su mayoría por las mujeres, para cocinar y compartir grandes cantidades de alimento como medio de supervivencia, debido a la difícil situación económica y la enorme ola de violencia que golpeada su territorio. En dicha misión, al calor de fogón de leña, prevalecía siempre el sentido por el bien común.Con el pasar de los años la iniciativa se fue fortaleciendo y permitió pasar “de las ollas”, a la creación de un programa más integral de comedores comunitarios. Desde él, ya no solo buscan brindar alimento material sino también alimento espiritual y acompañamiento psicosocial a las personas beneficiadas. Además, han logrado crear huertas comunitarias y apoyar emprendimientos locales, entre ellos, de pequeños productores, favoreciendo así el desarrollo y empoderamiento de las comunidades.Conozca más detalles ingresando aquí.
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Jue 20 Jun 2024
Iglesia en Boyacá recibió formación en atención y prevención de abusos: casi 800 personas participaron
Entre el 12 y el 14 de junio, Duitama fue sede de las jornadas regionales de capacitación sobre atención y prevención de abusos desarrolladas por la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) en el marco de la iniciativa “Iglesias Seguras y Protectoras”. En esta oportunidad, con obispos, sacerdotes, seminaristas, religiosas y laicos de la Provincia Eclesiástica de Tunja. De manera especial, de las cuatro jurisdicciones de Boyacá: la Arquidiócesis de Tunja y las diócesis de Duitama-Sogamoso, Garagoa y Chiquinquirá.Cerca de 800 personas de zonas urbanas y rurales del departamento acudieron a esta convocatoria, liderada por los obispos y los miembros de los organismos encargados de la cultura del cuidado en cada una de estas Iglesias particulares . También asistieron algunos representantes de la Diócesis de Yopal, que hace parte de esa provincia.Se trata del cuarto ciclo de formación por provincias eclesiásticas facilitado en lo que va corrido del 2024 por el Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado y el Departamento de Comunicaciones de la CEC, así como por el Presidente del Tribunal Eclesiástico de Bogotá, monseñor Pedro Mercado. En él, se llevaron a cabo conferencias, talleres y diálogos específicos en torno a temáticas como: claves para generar entornos protectores, elementos psicosociales para identificar situaciones de abuso, fundamentos canónicos para la atención y aspectos necesarios para comunicar con enfoque de cuidado y prevención.“Este momento ha sido un paso más, un escalón más, en todo el compromiso que tenemos las diferentes diócesis de esta jurisdicción, en esta cultura del cuidado y ser verdaderas apóstoles de la prevención”, expresó el padre Ricardo Alonso Lache, también de la Diócesis de Garagoa.Sobre el sentido fundamental de la cultura del cuidado y las reflexiones suscitadas durante las jornadas, monseñor Julio Hernando García Peláez, obispo de Garagoa, afirmó: “Se trata de un acto de responsabilidad en lo que es la Iglesia como tal, que debe continuar la obra de Jesús, atendiendo de modo especial a los niños y brindándole a los niños ambientes seguros. Jesús bendecía a los niños. Nosotros estamos para cuidar a los niños y bendecirlos.”Por su parte, el padre Óscar Pinzón, administrador diocesano de Duitama, destacó la necesidad de afianzar cada vez más el trabajo por la cultura del cuidado a nivel provincial, así como los retos que tienen tras esta formación:"Aquí en Boyacá el tema provincial está muy muy arraigado y hemos trabajado de la mano las diócesis vecinas, conformando una suerte de comisión o Delegación Provincial para la Cultura del Cuidado, con la cual nos reunimos mes a mes, hemos preparado también remotamente este encuentro de Iglesias particulares, pero sigue el esfuerzo de ver qué nos hace falta: perfeccionar los decretos con los cuales se crean las comisiones, las oficinas, también de los materiales y de las formas en que en cada diócesis podemos llegar a ser multiplicadores de esta buena noticia".Monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos, arzobispo de Tunja también valoró la actividad como una oportunidad para aclarar dudas y unificar criterios. Además, aprovechó para hacer una invitación especial que permita seguir fortaleciendo el Sistema para la Cultura del Cuidado que ha sido definido por la Iglesia Católica colombiana:"Invitar a todos los que ya han pasado también por esta formación a que demos un paso adelante: que se estabilice en cada una de las jurisdicciones la oficina, como lo ha pedido el papa Francisco "Vos Estis Lux Mundi", que haya un organismo en el cual la gente tenga fácil acceso a todo lo que tiene que ver con denuncias o prevención de este fenómeno, de los abusos de poder, de conciencia y sexuales, que tanto dolor causan en la sociedad y específicamente nuestra Iglesia".Las jornadas finales de este ciclo formativo se están desarrollando entre el 19 y el 21 de junio con las jurisdicciones que conforman la Provincia Eclesiástica de Barranquilla. Así, la Conferencia Episcopal de Colombia clausurará la segunda etapa de este proyecto, que ha sido auspiciado por la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos.Vea a continuación el informe del evento: