SISTEMA INFORMATIVO
Diálogo Abierto por el Cuidado de la Casa Común, defiende abandono de combustibles fósiles
Tags: crisis climática combustibles fósiles carbón madre tierra laudato sí clar celam Iglesia
La crisis climática y el Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles, fue el tema de reflexión que convocó a esta jornada que se celebró el 19 de octubre, gracias a la unión de seis plataformas globales, dentro de las que se encuentra la Iglesia católica.
“Hoy más que nunca, urge la necesidad de escuchar las voces de las sociedades ancestrales y milenarias a través de sus herederos, los pueblos indígenas para fortalecer el cuidado de la vida de nuestra hermana y madre tierra". Esta fue una de las invitaciones de los asistentes al Diálogo Abierto por el Cuidado de la Casa Común en su deseo de ofrecer una vía estructural de salida a la crisis climática del planeta.
Una reflexión efectuada a la luz del Evangelio, la Doctrina Social de la Iglesia y el conocimiento científico, tomando como punto de partida el llamado moral a los gobiernos del continente, para impulsar un Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles en la próxima Cumbre Climática COP 27.
"Apoyamos moralmente a nuestros gobiernos en la consecución de un Tratado global y vinculante a fin de abandonar pronta y gradualmente los combustibles fósiles y apoyar una transición energética justa, impulsada por las energías limpias localmente accesibles, y un futuro de desarrollo integral y sostenible para todos", afirma el mensaje final de la actividad impulsada por el Movimiento Laudato Si’, el secretariado Nacional de Pastoral Social Cáritas Colombiana, el Servicio Cristiano de Solidaridad con los Pueblos de América Latina Oscar Romero (SICSAL), la Alianza Global Con Vida 20, la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosas y Religiosos (CLAR), la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) y la Red Iglesias y Minería.
Diálogo sin diferencias
En el evento efectuado desde lo virtual y presencial desde la sede del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño en Bogotá; se escucharon voces con experiencias diversas, aportes desde la sociedad civil, más allá de las confesiones religiosas, las tendencias políticas o las experiencias de vida.
Aquí hay algo que une y supera cualquier diferencia y es la preocupación por el planeta. El Cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, Monseñor Jorge Lozano, secretario general del Celam, Susana Muhamad, ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible en Colombia y Teresa Subieta, embajadora de Bolivia ante la Santa Sede, hicieron parte de la lista de personas involucradas desde sus roles en este ejercicio de escucha, diálogo interreligioso, reflexión y aportes para el cambio.
El encuentro, recordó el llamado contundente de la ciencia climática publicado en el informe sobre Mitigación al Cambio Climático del Panel de Expertos de Naciones Unidas, que confirma la necesidad de trabajar para que se reduzca a la mitad, el nivel de emisiones de gases de efecto invernadero.
Particularmente del dióxido de carbono, si es que se busca no sobrepasar el límite del calentamiento global, latente en el aumento de la temperatura. Actualmente ya hay un aumento de 1,2°C; sin mencionar los cambios en el clima que han provocado cientos de catástrofes en el mundo. La meta trazada en la Cumbre Climática de 2015 en el Acuerdo de París es de 1,5°C.
Energías alternativas
Así, científicos, líderes y políticos advirtieron que la mitigación incluye la adopción e implementación de temas como la desinversión y el abandono rápido y gradual de los combustibles fósiles como energía de base; por lo que plantearon en el mensaje final del Diálogo Abierto por el Cuidado de la Casa Común que se trabaje para desafiar los efectos de lo que definen como el colonialismo del carbono.
Esto implicará fortalecer el trabajo en el desarrollo de energías alternativas y la financiación para que el proceso de transición se realice con justicia para los países que tienen más necesidades económicas. "Las negociaciones internacionales no pueden avanzar significativamente por las posiciones de los países que privilegian sus intereses nacionales sobre el bien común global", argumentan.
En este sentido el Diálogo Abierto por el Cuidado de la Casa Común hizo eco de la urgente e imperiosa necesidad de desarrollar políticas para que en los próximos años se reduzcan las emisiones de gases altamente contaminantes, desarrollando fuentes de energía renovable. Ideas que expresan su adhesión a las reflexiones del Santo Padre en cartas encíclicas como Laudato Si’ o exhortaciones Apostólicas Post sinodales como Querida Amazonía.
Voces desde la Iglesia
Ante este clamor y desde la perspectiva de la Iglesia universal, el Cardenal Michael Czerny recordó que el Papa Francisco ha implorado al mundo que se escuche la voz de la creación que alaba al Creador con dulzura y al mismo tiempo lamenta el maltrato a la naturaleza, por lo que llamó a todas las naciones a comprometerse con acciones más audaces durante las cumbres COP27 y COP15.
El Santo Padre, -afirma el cardenal- está unido a los científicos para que se mantengan las metas sobre el aumento de la temperatura del acuerdo de Paris, asegurando que "toda nueva exploración y producción de carbón, petróleo y gas, debe cesar inmediatamente y la producción ya existente de combustibles fósiles debe ser urgentemente eliminada. Esta eliminación gradual debe incluir una transición justa para los trabajadores afectados hacia alternativas ambientalmente saludables".
El purpurado considera que el Tratado de No proliferación de Combustibles Fósiles es muy prometedor para complementar y mejorar el acuerdo de Paris una razón para que "muchas instituciones católicas ya estén desinvirtiendo en compañías de combustibles fósiles y esforzándose por lograr un impacto climático neto nulo".
Resaltando la importancia del encuentro la Hna. Alessandra Smerilli, secretaria del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, indicó que es necesario buscar juntos caminos de liberación para el planeta. "Hoy en día sabemos que dialogar con todos, escuchar a todos, quiere decir Sínodo y por naturaleza, la Doctrina Social de la Iglesia está en diálogo con otros saberes para nutrirse de ello y aportar perspectivas de significado y valor que orienten la acción hacia el bien común" y ante la COP27 la expectativa es que la comunidad de naciones ofrezca toda su cooperación para que los cambios sean tangibles.
Hablando de su experiencia pastoral al servicio del continente Monseñor Jorge Lozano, secretario general del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM), advirtió que es imperioso que los pocos que conducen los destinos del mundo escuchen y atiendan a los muchos que reclaman sobre el compromiso con la Creación.
"En el fondo decimos no al abuso de poder y la prepotencia de los intereses económicos" dijo y ante la gravedad de la situación es necesario que paralelo a las disposiciones legales emprendidas por los gobiernos las personas adelanten cambios en sus estilos de vida, "los programas en las instituciones educativas y la educación en la familia deben cuidar de no introducir en la cultura del uso y tiro; desde la alimentación a la vestimenta; desde los envoltorios a los juguetes. Digámoslo con claridad y firmeza. No hay tiempo que perder para tomar las decisiones políticas necesarias", agregó.
Por su parte Monseñor Juan Carlos Barreto, obispo de Soacha y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral social en Colombia, recordó que es necesario pasar de los discursos a las acciones concretas y este diálogo entre diferentes actores de la sociedad civil debe permitir que se encuentren las propuestas necesarias para que se trabaje en el acompañamiento a las poblaciones que actualmente luchan solas por sus territorios.
El prelado insistió en trabajar desde la formación, porque si bien existe un avance en la conciencia ambiental, urge emprender acciones pedagógicas para evitar que los intentos de manipulación y engaño sobre esta problemática tengan efectos y se fortalezcan la visibilización y denuncia de lo que sucede en los territorios, buscando caminos de incidencia ante organismos del estado y organizaciones internacionales.
"Hay que seguir generando herramientas que nos permitan trabajar en redes, trabajos conjuntos que nos ayuden a ser más fuertes frente a los grandes poderes económicos y políticos que van sembrando división entre las comunidades más afectadas por la destrucción del medio ambiente", concluyó.
La tarea
De esta forma el Diálogo Abierto por el Cuidado de la Casa Común, reconoce que la cuestión energética ante la emergencia climática propone muchos desafíos para la humanidad ante los que no se puede claudicar, por ello invita a la ciudadanía global a descubrir la importancia del Vivir Bien, entendido como el firme deseo de construir cada día en armonía con la tierra, como uno aporte individual para superar la crisis climática.
"Estamos llamados a unirnos en un camino de esfuerzo junto a otros hermanos y hermanas, pueblos indígenas, líderes de la sociedad civil, jóvenes, gobiernos de ciudades, académicos y científicos, que hoy claman por un Tratado”.
Hacer visible la gravedad del problema es una de las tareas, en segundo lugar, está emprender actitudes de cambio ante los malos hábitos para reflejar el nivel de conciencia que llevará a la sociedad civil a manifestarse para que los gobiernos actúen.
LE PUEDE INTERASAR TAMBIÉN | «Lograr acuerdos y compromisos firmes», una meta de Mons. Jorge Lozano para la COP 27
“Les traigo la paz” (Juan 20, 19.21.26)
Vie 5 Abr 2024
Jue 25 Abr 2024
Provincia Eclesiástica de Manizales: sede de las primeras jornadas de capacitación del año sobre atención y prevención de abusos
La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) puso en marcha la segunda etapa de su iniciativa pedagógica enfocada en la atención y prevención de abusos y violencias, especialmente en niños, niñas, adolescentes y personas vulnerables, denominada “Iglesias seguras y protectoras”. La Provincia Eclesiástica de Manizales, conformada por la Arquidiócesis de Manizales y las diócesis de Armenia, Pereira y La Dorada-Guaduas, acogió, entre el 17 y el 19 de abril, las primeras jornadas de formación del año.Más de 500 personas participaron de los diversos espacios, entre sacerdotes, miembros de la vida religiosa, seminaristas, diáconos, laicos comprometidos, agentes de evangelización, servidores parroquiales, así como directores y educadores de las instituciones educativas católicas de la región. Monseñor José Miguel Gómez, monseñor Carlos Arturo Quintero, monseñor Rigoberto Corredor y monseñor Hency Martínez, arzobispo y obispos de estas jurisdicciones, lideraron y acompañaron los espacios.Monseñor Carlos Arturo, obispo de Armenia, remarcó la importancia de esta formación en las provincias como un nuevo paso hacia adelante en el camino de la prevención ha venido transitando de manera consistente la Iglesia colombiana en los últimos años. “Un trabajo que está centrado en la cultura del cuidado y que implica indudablemente todo el ser y quehacer, la misión y la identidad de la Iglesia tiene que ver precisamente con el cuidar, proteger y salvar, tres verbos en los que hemos insistido durante estas jornadas de capacitación”, explicó el prelado.Las charlas y talleres estuvieron a cargo de miembros del Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado (las doctoras Ilva Myriam Hoyos y Milena Barguil; y el padre Leonardo Cárdenas), de monseñor Pedro Mercado, vicario judicial y presidente del Tribunal Eclesiástico de la Arquidiócesis de Bogotá, así como de la coordinadora de comunicaciones de la CEC, Lida Losada.Temas como las ‘Líneas guía para la Cultura del Cuidado’ de la Conferencia Episcopal de Colombia, fundamentos canónicos para la atención de situaciones de abuso en sus diferentes tipos (sexual, de poder y de conciencia); atención a víctimas y reparación integral; factores de riesgo y acciones preventivas en ambientes eclesiales; y comunicación con enfoque preventivo, transparente e institucional, fueron protagonistas de estas jornadas, realizadas específicamente en las ciudades de Manizales y Pereira.La doctora Milena Barguil remarcó que para prevenir de manera efectiva es esencial conocer lo que se va a prevenir. “Es fundamental que tengan claros los conceptos y hemos enfatizado mucho en eso, en qué son las violencias, los tipos de violencia, los distintos tipos de abuso; también en la normativa tanto estatal como canónica, y los pasos a seguir ante un posible caso de abuso; la activación de rutas, porque no podemos quedarnos con una revelación sin hacer nada. Entonces ha sido muy importante que tengan claro ante un caso qué debemos hacer tanto en la esfera civil como en la esfera canónica”, explicó la abogada.Emmanuel Hoyos, seminarista en Manizales destacó que recibir estas charlas en este momento de su formación es fundamental: “Como seminarista, como futuro pastor de la Iglesia, me marca la responsabilidad que tengo de escuchar, de proteger y de guiar al pueblo de Dios en un camino seguro en donde se sienta que realmente vale, en donde su dignidad como persona sea lo principal”, afirmó.Por su parte, la hermana Delfina Crespo, de la Diócesis de La Dorada-Guaduas, se refirió a la relevancia de brindar estas capacitaciones a los catequistas, no solo para que tengan presente aspectos doctrinales, “sino un proceso que los lleve a madurar como seres humanos y que entre ellos también se ayuden con el respeto y los valores que nos imprime las exigencias del Evangelio, que es lo más interesante de todo eso, es caminar con Cristo fortaleciendo diferentes ambientes de su entorno y también sus familias, porque en este proceso queremos también que las familias se vinculen, que las familias hagan parte de este caminar, porque lo que buscamos también es hacer camino juntos”, precisó.Precisamente Lorena Galvis, catequista de la Arquidiócesis de Manizales, valoró esta formación para aplicarla en la cotidianidad de las parroquias en función de prevención, pero también el mensaje de esperanza que se puede transmitir entendiendo este como un proceso de purificación y la transformación desde la Iglesia que también transciende a otros contextos: “Es un lugar para abrirnos a la esperanza, saber que tenemos un compromiso grande con los niños y con los jóvenes, no solo en nuestra parroquia, sino en esta sociedad, y que podemos ser un equipo para prevenir cualquier abuso o generar además espacios seguros, protectores y cuidadores para nuestros niños, para nuestros jóvenes y también, por qué no, para aplicarlo en nuestros hogares”.Monseñor José Miguel Gómez ratificó que el compromiso de la Iglesia con la cultura del cuidado está transversalizado por volver siempre a la esencia de su misión: “Sabemos que la Iglesia de nuestro Señor Jesucristo merece que todos los bautizados, en todas las circunstancias de la vida, demos gloria a Dios con nuestra vida, con nuestra mente, con nuestro cuerpo, con nuestro corazón. Por eso, nos comprometemos a seguir evangelizando, que es la prevención más eficaz para cualquier abuso, para cualquier ofensa a Dios nuestro Señor y a nuestros hermanos”.Durante las jornadas también se llevaron a cabo encuentros con los miembros de las oficinas diocesanas creadas para este propósito. Esto, bajo la idea de apoyar su fortalecimiento, desde la consolidación de los equipos hasta la asesoría para la implementación de políticas enfocadas en la cultura del cuidado.Las próximas capacitaciones se llevarán a cabo en las provincias eclesiásticas de Ibagué, Santa Fe de Antioquia, Tunja y Barranquilla. Al final de esta etapa, en el mes de junio, la Conferencia Episcopal espera poder formar a por lo menos 2.500 personas a través de esta iniciativa.El proyecto “Iglesias seguras y protectoras” se viene desarrollando desde octubre de 2022. Desde entonces, ha contado con el auspicio de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos.
Mar 23 Abr 2024
Conferencia Episcopal de Colombia apoyará la búsqueda de personas dadas por desaparecidas en el marco del conflicto armado
Dada la magnitud y el profundo dolor que ha producido la desaparición de personas en el contexto del conflicto armado en Colombia, la Iglesia Católica colombiana formalizó este lunes, 22 de abril, un convenio que tiene como propósito central apoyar la búsqueda de tantos hombres y mujeres que han sido víctimas de este delito. El acuerdo fue firmado entre la Conferencia Episcopal de Colombia y la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD).En la reunión de formalización, en representación del episcopado, estuvieron presentes monseñor Luis Manuel Alí Herrera, secretario general y monseñor Juan Carlos Barreto Barrero, obispo de Soacha y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social. Por parte de la UBPD, Luz Janeth Forero Martínez, directora de la entidad, fue quien firmó el convenio.Aunque desde la creación de la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas como entidad transicional en el año 2017, en el marco del Acuerdo de Paz establecido entre el Gobierno Nacional y las Farc, se han venido adelantando acciones de colaboración conjunta, este acuerdo formaliza la cooperación interinstitucional y define una ruta de acción concreta.La amplia presencia y credibilidad de la Iglesia Católica en los territorios, representa un elemento clave para apoyar esta importante tarea. De allí, que las acciones definidas en dicha ruta implican la articulación directa con los administradores de los cementerios a cargo de la Iglesia, especialmente de aquellos ubicados en sitios de interés forense para la UPBD, para realizar el acompañamiento humanitario en las labores de prospección, exhumación y recuperación de cuerpos. Además, actividades pedagógicas en las jurisdicciones eclesiásticas del país, encuentros con obispos y directores diocesanos de pastoral social para la socialización del convenio, así como apertura de espacios de interacción entre las instituciones durante momentos clave como el de la Semana por la Paz.“La búsqueda humanitaria y extrajudicial es una tarea absolutamente compleja por y se hace indiscutiblemente en los territorios con la información, en los territorios, con socios, con distintos actores. En el caso particular de nuestro trabajo con la Conferencia Episcopal, por ejemplo, han sido un canal, un puente muy importante para divulgar el mandato de la unidad, para que las personas con confianza, con credibilidad, se acerquen a nosotros y nos hagan solicitudes de búsqueda frente a esos desaparecidos. También nos han acompañado de una manera significativa, por ejemplo, desde la Pastoral Social, en hacer que nuestras entradas a los territorios sean mucho más seguras gracias a la gran credibilidad que tiene la institucionalidad religiosa en muchos territorios”, afirma Luz Janeth Forero.Inicialmente, el acuerdo tendrá una vigencia de dos años y permitirá identificar roles concretos para cada institución; el Secretariado Nacional de Pastoral Social asumirá una especie de coordinación. Desde la Iglesia, estará transversalizado por una misión esencialmente pastoral, inspirada en el Evangelio, que pide estar cerca de todos, especialmente de quienes más sufren, como aquellos que han padecido la pérdida de un ser querido en contextos tan dolorosos, como el de la desaparición forzada. “Por eso nosotros desde nuestro aporte espiritual-pastoral, pues terminamos siendo también un apoyo psicosocial para estas familias y queremos entonces apoyar las iniciativas que en coordinación se harán con la unidad de búsqueda de personas dadas por desaparecidas”, explica monseñor Juan Carlos Barreto.Según reportes de la UBPD, el conflicto armado en Colombia ha dejado a más de 100.000 personas desaparecidas, una preocupante cifra que se traduce en historias, rostros y recuerdos que mantienen viva la esperanza en quienes las buscan. De allí, la importancia de este convenio.A continuación vea el informe:
Lun 22 Abr 2024
Cardenal Luis José Rueda valora expresión democrática y pacífica de las marchas e invita al Gobierno a escuchar a los diversos sectores
En representación de la Iglesia Católica colombiana, el cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente del episcopado, se pronunció sobre las marchas desarrolladas en el país este domingo 21 de abril. El purpurado destacó el sentido pacífico de las movilizaciones y las describió como "una experiencia democrática, popular, social", en la que un importante número de ciudadanos que demostró su amor por el país, salió a manifestar en diversas regiones "que hay cosas que debemos mejorar, que hay preocupaciones, pero que también hay esperanzas". Dijo también que el Gobierno Nacional tiene en estos llamados una importante oportunidad para escuchar y reconocer la diversidad de expresiones que se tienen.A propósito de las nuevas marchas que está convocando el Presidente de la República Gustavo Petro para el próximo miércoles 1 de mayo, fecha en la que se conmemora el Día Internacional del Trabajo, el primado de Colombia, destacó su valor desde un enfoque de construcción y de unidad:"Que sean bienvenidas las marchas, la movilización, la del 1 de mayo y todas las que vengan, siempre y cuando manifiesten sobre todo la búsqueda de encontrarnos, no de separarnos. No que se dan marchas que van a ratificar la separación entre nosotros, sino marchas que nos lleven a unirnos, pero además que se realicen en un ambiente de tranquilidad, de respeto y de paz a las personas y a los bienes".Vea a continuación el mensaje del cardenal Luis José Rueda Aparicio:
Vie 19 Abr 2024
Obispos eméritos de Colombia se reunieron para generar aportes al trabajo de la Iglesia colombiana y universal con énfasis sinodal
Este 15 y 16 de abril, en la sede de la Conferencia Episcopal de Colombia, se reunieron veinte obispos eméritos del país para desarrollar su encuentro anual. En esta oportunidad, bajo el propósito central de abordar aspectos relacionados con la realidad eclesial y sociopolítica del país, así como para estudiar el documento síntesis de la primera etapa de la asamblea general del sínodo de los obispos, desarrollada en octubre de 2023.Los prelados fueron convocados y acompañados permanentemente por el cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente del episcopado, quien los escuchó y tomó en cuenta sus recomendaciones para el trabajo de la Iglesia colombiana y para hacer eco de ellas en la siguiente fase de la asamblea sinodal. Esto, reconociendo su amplia experiencia y la importancia de los aportes que aún pueden realizar, pese a estar retirados del gobierno pastoral por su edad.El cardenal Jorge Enrique Jiménez Carvajal, arzobispo emérito de Cartagena, quien lideró el espacio, destacó esta oportunidad: “Es bonito sentir las manos extendidas, pero además de la fraternidad, sentir que algo podemos aportar nosotros al caminar de Iglesia colombiana y eso se le debe al señor cardenal Rueda, quien es el presidente de la Conferencia Episcopal y que valora este encuentro y lo manifiesta especialmente, nos anima y está con nosotros todo el tiempo”.A propósito del discernimiento que realizaron sobre la situación actual del país, el cardenal Jiménez remarcó que pese a tantos desafíos y preocupaciones que se viven, la Iglesia está llamada a sembrar esperanza: “la esperanza de que lo que se acerca no es un precipicio, sino que podemos construir verdaderamente una Colombia digna de todos los colombianos, de todos los jóvenes y especialmente de los que están más necesitados”.A continuación, conozca los detalles, narrados por el cardenal Jorge Enrique Jiménez: