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iglesia católica

Vie 26 Nov 2021

Testimonio de fe y esperanza que comparte la religiosa Gloria Cecilia

En un tono bajo y sereno la religiosa Gloria Cecilia Narváez Argoty, sostuvo un breve diálogo con el Departamento de Comunicaciones de la Conferencia Episcopal de Colombia, donde devela algunos de los momentos y las dificultades que pasó durante los cuatro años y ocho meses de su cautiverio. Expresa, que, siempre mantuvo viva la esperanza y vivió cada momento con mucha fe, paciencia y humildad, tomada de la mano de Dios y María Santísima. Además, narra cómo siguiendo el carisma de San Francisco de Asís, tuvo todo el tiempo del mundo para contemplar cada detalle del paisaje que le tocó vivir en el desierto. Agradeció por el agua, difícil y precioso líquido de conseguir en estos territorios, avistó el paso de los pájaros que cruzaban de una manera libre por el cielo e incluso bendijo los insultos y el maltrato que cada día recibía por parte de sus captores. A pesar de todo lo vivido durante su cautiverio, la religiosa extiende una invitación para que toda persona se arriesgue a vivir de manera generosa una aventura misionera de servició hacia los demás e incluso dice ella, “de estar dispuestos a entregar la vida sin fronteras por los más necesitados”. Finalmente, al pedirle que ofreciera una palabra de aliento a aquellas personas que sufren el flagelo del secuestro, la hermana Gloria Cecilia los invita a afianzar su fe en Dios y confiar en Él, orar mucho y no perder la esperanza, “solo así -asegura la religiosa- podremos lograr la libertad”. Recordemos que la retención de la religiosa de 59 años, oriunda del departamento de Nariño y miembro de las Hermanas Franciscanas de María Inmaculada, se produjo un siete de febrero del 2017, estando ella en desarrollo de su servicio pastoral en la aldea de Karangasso, cerca de Koutiala, unos 400 kilómetros al este de Bamako (República de Malí – África Occidental). Con el propósito de poder compartir con nuestros lectores cada detalle que la religiosa Gloria Cecilia nos narró sobre su retención, presentamos la transcripción completa de la entrevista, que sin lugar a dudas nos llenará de lágrimas, pero también, nos permitirá agradecer a Dios por la vida de esta religiosa y la de tantas religiosas y religiosos que a lo largo del planeta entregan su vida de una manera generosa por los más necesitados. Lea el testimonio completo de la religiosa Pregunta: ¿Cómo vivió su experiencia de Dios durante estos cuatro años y ocho meses de cautiverio en el desierto? Gloria Cecilia. En medio de muchos grupos armados Al Qaeda y Talibanes. Viví con mucha confianza en Dios, con mucha oración desde lo que yo podía contemplar en el desierto, el salir del sol, alababa a Dios, en todo momento agradecí a Dios, como decía San Francisco de Asís: ‘si te azotan considéralo como una gracia’. Yo me decía: ‘acepta este momento como Dios te lo presenta y no quieras pedirle como tú quieres que sea’. Entonces, siempre puse esta prueba que Dios me permitió vivir, este cautiverio con mucha fe en Dios, con mucha paciencia, edificada con mi madre fundadora, la madre Caridad que decía ‘Alabar o callar, dejar que Dios nos defienda’. Dios no se deja ganar en generosidad, agarrarse fuertemente de Dios y de la Virgen Santísima y eso fue lo que yo viví. Yo sabía que nuestra Fundadora intercedió por mí, qué tantas hermanas que pasaron ya en nuestra congregación, que fueron los cimientos y los pilares de nuestra congregación, intercedieron por mí, que mi madre, mi familia, las hermanas de la Congregación y la Iglesia entera oraban por mí. Entonces lo viví con mucha fe, con mucha paciencia, con mucha humildad y pues fui creciendo, mi fe se afianzaba cada vez más, lo viví con serenidad, en ningún momento me desesperaba, claro como es natural uno tiene cierto miedo, pero yo lo viví confiada siempre en mi Dios. P. En nombre de la Vida Consagrada de Colombia, de la Conferencia Episcopal, de manera muy especial de la familia Franciscana le damos la bienvenida. ¿Cuéntenos cómo se fortalece el carisma Franciscano en esta experiencia, cuando San Francisco de Asís nos enseña a contemplar y a alabar a Dios en todas sus creaturas? GC: Yo viví esta contemplación de la creación como San Francisco lo proclamaba, ‘es mi hermana toda la creación’, el salir del sol para mí en el desierto era algo hermoso, contemplar ese color fuerte del sol radiante, ver cómo los camellos subían por esas montañas de arena, seguro caminaron muchos kilómetros, iban a buscar agua a un pozo, porque en el desierto hay que caminar muchos kilómetros para conseguir el agua. Yo alababa y bendecía a Dios por el agua que podía tener, dos litros de agua, yo decía: ‘en un desierto con un calor tan fuerte, como es de valiosa esta agua, como es de preciosa’, como Francisco de Asís lo decía y por ello le daba gracias a Dios; y si de pronto veía algún pajarito, yo contemplaba también ese momento, como Dios en ese pajarito que tenía su libertad iba y venía, podía también alabar y bendecir a Dios; incluso en los insultos y en el maltrato que estos grupos me hacían yo también lo alababa, yo decía, es una oportunidad que Dios me da para revisar mi vida de fidelidad frente a Él, para también purificarme yo y para bendecirlo por esta oportunidad que me da, por la paciencia, por la humildad, yo lo alabo y lo bendigo en todo momento; y si me tiraban un poco de leche o me tiraban lo que fuera, también lo alababa y lo bendecía. Yo sabía que la religión de ellos era el islam, yo me mantenía en mi fe y con la esperanza viva, porque mi familia es muy católica, en mi pueblo y en Nariño mismo somos muy creyentes y desde pequeña mi mamá nos afianzó en la fe y me decía mi mamá: Gloria ‘si uno es fósforo, usted no sea candela’, como mantenerme en esa paz y ser instrumento de paz. Yo pedía por las personas que me tenían secuestrada, dentro de esta espiritualidad Franciscana que es de mucha paz, yo proclamaba la oración de la Paz o a veces yo componía mis propias alabanzas a Dios con lo que yo podía admirar y bendecir, entonces yo creo que esta espiritualidad se afianzó más en el desierto. Y de por sí, vivir esa fraternidad universal dentro de la misión en la que estábamos, con la gente no había diferencia de religión, yo decía ‘aquí estoy frente a grupos extremistas’, es diferente de haber vivido nuestra misión allá en la vereda, allá era la fraternidad lo que nos unía, el podernos ayudar, el poder compartir con la gente y acá es diferente pero en medio de esa diferencia yo respeto mucho y bendigo a Dios. P. Valoramos mucho su testimonio de vida misionera. Qué consejo daría usted a tantos católicos, bautizados que quieren ir a prestar un servicio de misión en Colombia o en otra parte del mundo, a través de la misión Ad Gentes. GC: Les invitaría a ser generosos, estar dispuestos a entregar su vida sin fronteras, no encerrarnos. Nosotros sabemos que aquí en Colombia hay mucha necesidad; yo he tenido la oportunidad de estar en el Putumayo, en el Caquetá, en la bota Caucana, también en Bocas de Satinga y por Tumaco, yo veía mucha necesidad, pero también la presencia de Franciscanos, de otras comunidades y de misioneras (os) que están en estos territorios de misión. Por eso, es importante estar atentos a este llamado de la Iglesia, que nos hace el Papa Francisco, estar allá en la periferia, estar en los lugares donde nos necesitan, no por lo que somos, ni lo por lo que vamos a dar, sino por el testimonio. Yo me acuerdo ahora que salí del cautiverio un padre malinés me escribió y me dijo ‘hermana Gloria nosotros le agradecemos mucho por su testimonio de vida porque en este tiempo que usted estuvo cautiva la fe en Mali se ha afianzado, nos hemos unido más los católicos y ahora somos más fuertes’ y agregaba: ‘hermana, no es tanto dar, ni hacer cosas, sino testimoniar nuestra fe y estar ahí con la gente, nosotros nos hemos edificado y si todos los misioneros o bautizados tuviéramos esa fe tan grande, entonces pudiéramos vivir como hermanos y vivir en medio de la diferencia’ y todo eso me edificó también. Igualmente me edificó las palabras de monseñor Zerbo, el cardenal de Bamako en Mali, quien me dijo: ‘hermana Gloria cada día yo reservaba la comunión, decía, por la hermana Gloria’ y eso me llenó como de una alegría y decía además el cardenal que oraba en medio de tanta dificultad y tanto sufrimiento que se vive en Mali, y pues él estaba compartiendo conmigo, uniéndose espiritualmente, frente a esto, entonces, yo haría un llamado a todos para que nos entreguemos radicalmente y entreguemos nuestra vida en servicio de los demás. P. En Colombia hay muchos secuestrados, ¿Cuál sería su mensaje para ellos a partir de su experiencia particular? GC: Yo les pediría que tengan una confianza muy firme en la fe. Yo viví esta experiencia con uno de mis primos de la familia que estuvo siete años secuestrado, pero él decía ‘el Santo Rosario, Gloria, la sagrada Biblia cada vez yo tenía la oportunidad de reflexionar en la palabra de Dios’, que yo no la tenía allá por la religión, entonces de afianzarse mucho, creer mucho en Dios confiar en Él, agarrarse fuertemente de Dios y nunca perder la esperanza, Dios está con nosotros y si confiamos en Él podemos lograr nuestra libertad.

Jue 25 Nov 2021

Iglesia anima a seguir construyendo un proyecto de Nación basado en el bien común

En vísperas del inicio del tiempo litúrgico de Adviento, con el que la Iglesia se prepara espiritualmente para la celebración de la Navidad, los obispos envían un mensaje al pueblo colombiano en el que recuerdan algunos aspectos que han marcado la vida de los ciudadanos durante este año y hacen recomendaciones frente a lo que se avecina para el país, en materia de política y democrática. En su misiva enumeran los tiempos de luces y sombras que los colombianos han tenido que enfrentar como: pandemia, reaparición de formas de violencia armada, marchas, protesta social, reactivación económica, gestos concretos de solidaridad, retorno a los trabajos y a las aulas, entre otros. “Estas situaciones, -agregan- dolorosas y esperanzadoras a la vez, nos han concedido vestirnos con el sayal del luto y los atavíos de fiesta”. Un diálogo social permanente, franco y persistente Afirman, que, mientras se prende la primera vela de la corona de Adviento, el pueblo de Dios se ve iluminado “por el misterio de la Encarnación del Hijo de Dios, que nos anima a despojarnos de los atuendos de aflicción y a vestirnos de galas festivas con la convicción de que, por la práctica de una buena política, la del servicio desinteresado y del diálogo social permanente, brotarán los frutos de paz y de justicia que necesitamos todos y cada uno de los colombianos”. Este diálogo agregan, debe ser franco y persistente, “fundado en la consciencia de que somos, como colombianos, un solo pueblo, en y desde nuestras diversidades, con una riqueza y un patrimonio natural y cultural”. Los obispos recuerdan lo ya manifestado por el Papa Francisco en la Encíclica Fratelli Tutti, 199: “Un país crece cuando sus diversas riquezas culturales dialogan de manera constructiva: la cultura popular, la universitaria, la juvenil, la artística, la tecnológica, la cultura económica, la cultura de la familia y la de los medios de comunicación”. Un debate político que permita construir democracia Al referirse a los próximos comicios electorales que se avecinan para el año entrante, los prelados animan a los colombianos a asumir los desafíos de “un debate político que permita construir democracia al reconocer que tenemos una responsabilidad social de unos para con otros”. Finalmente, al desear un bendecido camino de Adviento, piden la intercesión de la Virgen María para que ella, ayude al pueblo colombiano a seguir construyendo un “proyecto de Nación basado en el bien común”. La misiva, es firmada por Mons. Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal; Mons. Omar Alberto Sánchez Cubillos, OP, arzobispo de Popayán y vicepresidente de la Conferencia Episcopal; y Mons. Luis Manuel Alí Herrera, obispo auxiliar de Bogotá y secretario general del episcopado. DESCARGAR MENSAJE DE ADVIENTO [icon class='fa fa-download fa-2x'] AQUÍ[/icon]

Vie 19 Nov 2021

Pautas para vivir sinodalmente el Ciclo de la Manifestación del Señor

La Comisión Central del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (SPEC), para la animación del Sínodo 2021-2023 pone a disposición de los creyentes estas pautas que servirán de apoyo para “hacer concreta la vivencia de la espiritualidad en esta coyuntura eclesial, de la mano de la Familia de Nazaret, primera Iglesia doméstica y sinodal”. En la presentación, el secretario general de la Conferencia Episcopal, monseñor Luis Manuel Alí, expresa que se trata de un documento que ofrece fundamentos bíblicos y patrísticos, orientaciones pastorales y un subsidio celebrativo para el Adviento, la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, la Navidad y el fin e inicio del año civil. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar pautas[/icon]

Vie 19 Nov 2021

Sacerdote Eudista elegido obispo para la Diócesis de Santa Marta

El padre José Mario Bacci Trespalacios, C.J.M., fue nombrado por el Papa Francisco como nuevo obispo de la sede de Santa Marta, en el departamento de Magdalena al norte de Colombia, convirtiéndose en el 49 prelado desde que se fundó la diócesis en 1534. El padre Bacci Trespalacios sucederá a monseñor Luis Adriano Piedrahita, quien el pasado 12 de enero de 2021, falleciera por la Pandemia del Coronavirus. El nuevo obispo de Santa Marta actualmente viene de ocupar el cargo como Provincial de la Congregación de Jesús y María de Colombia y Centroamérica. Perfil del padre José Mario Bacci Trespalacios Nació en Magangué (Bolívar) el 19 de marzo de 1971. Fue incorporado a la Congregación de Jesús y María – Padres Eudistas el 19 de agosto de 1995. Y el 17 de diciembre del mismo año fue ordenado presbítero. Inició la formación para la vida presbiteral en el seminario san Carlos Borromeo de Cartagena, por la diócesis de Magangué. Allí cursó el año propedéutico (1988) y la etapa filosófica (1989-1990). Al iniciar la etapa teológica ingresó a la CJM y realizó los estudios de teología en la Pontificia Universidad Javeriana (1991-1994). Realizó estudios de Licenciatura en Sagrada Escritura en el Pontificio Instituto Bíblico de Roma (2007-2011). Cursó un semestre de estudios en la Ecole Biblique de Jerusalén (2011). En el ejercicio del carisma fundamental de la CJM, ha vivido sus 25 años de vida ministerial al servicio de la formación presbiteral en seminarios diocesanos en Ecuador (1994-1999), República Dominicana (1999-2001), Brasil (2001-2007) y Honduras (2012-2016). En esos lugares desempeñó diversas responsabilidades: miembro del equipo de formación, encargado de la formación académica, docencia en Sagrada Escritura y rector. Algunos de esos seminarios estaban vinculados a parroquias cercanas y en ellas colaboró regularmente en las actividades pastorales. Desde el año 2016 se ha desempeñado como superior provincial de la Provincia Eudista de Colombia. Desde el año 2019 ejerce el segundo período en este servicio dentro de su Congregación. El 19 de noviembre de 2021, el Santo Padre Francisco lo nombró obispo de la Diócesis de Santa Marta. La ordenación episcopal y toma de posesión canónica del nuevo obispo de Santa Marta, Monseñor José Mario Bacci Trespalacios, se realizará el 25 de enero de 2022. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar BIOGRAFÍA[/icon]

Jue 18 Nov 2021

El Obispo sucesor de los Apóstoles

Por: Mons. José Libardo Garcés Monsalve - Al recibir el nombramiento que me ha hecho el Papa Francis­co, como Obispo de la Dióce­sis de Cúcuta, como sucesor de los Apóstoles les ratifico mi oración fer­viente al Señor con la intención del crecimiento en la fe, la esperanza y la caridad, para seguir construyendo en camino sinodal, una comunidad viva, en salida misionera, al servicio de Dios y de los más pobres y nece­sitados. En la Iglesia Católica tenemos el re­galo de la sucesión apostólica, así lo enseña la Palabra de Dios cuando nos dice que: “El Señor llamó a los que Él quiso y se acercaron a Él. Desig­nó entonces a doce, a los que llamó Apóstoles, para que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar” (Mc 3, 13 - 15), y aprendieron de Jesús todo cuanto debían anunciar por todas partes. Esta designación fue una elección gratuita de Dios, los Apóstoles no eligieron el estado apostólico, fue el Señor quien los llamó, así lo expresa el Apóstol san Juan: “No me eligieron ustedes a mí, fui yo quien los elegí a ustedes. Y los he destinado para que vayan y den fruto abundante y duradero” (Jn 15, 16), de esta manera, fueron hechos portadores del testimonio de Jesús, de su muerte y resurrección y del anuncio gozoso de la gran noticia de la misericordia del Padre para toda la humanidad y de la presencia perma­nente en la Iglesia de los misterios de la Salvación. Para cumplir con el mandato del Señor de anunciar todo el misterio pascual de la pasión, muerte y resu­rrección de Nuestro Señor Jesucris­to, los Apóstoles instituyeron a otros hombres, con la misma autoridad y función en la Iglesia que ellos, y los llamaron Obispos, estableciendo a la vez colaboradores para el servicio del culto y el anuncio del Evangelio, a quienes llamaron presbíteros, y eli­gieron a otros para el servicio de la caridad, a quienes denominaron diá­conos (Cf. LG 20). Desde el mismo origen, con Pedro a la cabeza por elección del mismo Se­ñor y los demás Apóstoles, Nuestro Señor Jesucristo instituye la Iglesia Una, Santa, Católica y Apostólica, que sigue presente en los sucesores de los Apóstoles, que son los Obispos, que juntos conforman el Colegio Episcopal, al cual pertenecen to­dos los Obispos en co­munión con el Roma­no Pontífice, que en el momento actual es el Papa Francisco. Los Obispos presiden cada diócesis y garantizan la comunión en la ca­ridad, con Pedro y bajo la autoridad de Pedro; de tal manera, que la Iglesia de Cristo existe donde se encuentren hoy los sucesores de los Apóstoles, en comunión y obediencia al sucesor de Pedro, el Papa Francisco. Desde el principio hasta el día de hoy, el Obispo tiene la misión de ser testi­go de la Muerte y la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, principio de la comunión católica, animador de la misión de la Iglesia y estímulo para que el pueblo de Dios crezca en la fe, la esperanza y la caridad. Así lo enseña el Concilio Vaticano II cuando dice: “Con la consagración episcopal se confiere la plenitud del sacramento del Orden, que por esto se llama en la liturgia de la Iglesia y en el testimonio de los Santos Padres ‘supremo sacerdocio’ o ´cumbre del ministerio sagrado´. Ahora bien: la consagración episcopal, junto con el oficio de santificar, confiere también los de enseñar y regir, los cuales, sin embargo, por su naturaleza, no pue­den ejercitarse sino en comunión je­rárquica con la Cabeza y miembros del Colegio… los Obispos en forma eminente y visible, hacen las veces de Cristo, Maestro, Pastor y Pontífice, y obran en su nombre” (LG 21). La clave para el ejercicio del minis­terio episcopal está en la Comunión, afectiva y efectiva en el hoy de la historia con el Papa Francisco, como sucesor de Pedro y con la Iglesia Una, Santa, Católica y Apostólica, misterio que se hace presente en cada diócesis, donde está un Obispo legítimamente constituido y que a la vez es garantía de la sucesión apostó­lica, enseñanza que a la vez retoma Apare­cida cuando afirma: “Reunida y alimen­tada por la Palabra y la Eucaristía, la Iglesia Católica exis­te y se manifiesta en cada Iglesia Particu­lar, en comunión con el Obispo de Roma. Esta es, como lo afirma el Concilio, ‘una porción del pueblo de Dios confiada a un Obispo para que la apaciente con su presbi­terio” (DA 165). En virtud de esa institución divina, los Obispos representan a Cristo, de manera que escucharlos significa es­cuchar a Cristo. Así pues, además del sucesor de Pedro, también los otros sucesores de los Apóstoles represen­tan a Cristo pastor. Esto lo enseña el Concilio: “En la persona de los Obis­pos, a quienes asisten los presbíteros, el Señor Jesucristo, pontífice supre­mo, está presente en medio de los fieles” (LG, 21), realidad que tiene raíces en el Evangelio: “Quien los escucha ustedes, a mí me escucha (Lc 10, 16). De tal manera, que escuchar al Obispo sucesor de los Apóstoles es escuchar a Nuestro Señor Jesucristo. Los invito a que en espíritu de comu­nión, todos vivamos este comienzo de una nueva etapa, como diócesis en camino sinodal y en salida misionera. Por voluntad de Dios y llamado de la Iglesia, en cabeza del Papa Francisco, vengo a caminar con ustedes, con la convicción que yo los voy a escuchar, ustedes me van a escuchar y juntos vamos a escuchar al Espíritu Santo, que nos iluminará para discernir la Voluntad de Dios para este momento de nuestra historia diocesana, que será estar en salida misionera, buscando a los que están alejados, siguiendo el espíritu de la enseñanza de Apareci­da cuando afirma: “La Diócesis, en todas sus comunidades y estructuras, está llamada a ser una ‘comunidad misionera’, cada Diócesis necesita robustecer su conciencia misionera, saliendo al encuentro de quienes aún no creen en Cristo en el ámbito de su propio territorio y responder adecua­damente a los grandes problemas de la sociedad en la cual está inserta. Pero también, con espíritu materno, está llamada a salir en búsqueda de todos los bautizados que no partici­pan en la vida de las comunidades cristianas” (DA 168). Con este buen propósito nos pone­mos bajo la protección y amparo de la Santísima Virgen María, Estrella de la Evangelización, que nos protege y ampara y del Glorioso Patriarca San José nuestro patrono, que custodia nuestra fe, esperanza y caridad. Que ellos nos alcancen de Jesucristo todas las bendiciones y gracias necesarias, para emprender esta experiencia en camino sinodal y en salida misionera, para mayor gloria de Dios y salvación nuestra. En unión de oraciones, reciban mi bendición. + José Libardo Garcés Monsalve Obispo electo de la Diócesis de Cúcuta

Mar 16 Nov 2021

Iglesia y Cruz Roja Internacional reciben cuerpo de Tulio Mosquera

En un mensaje emitido este lunes 15 de noviembre, el obispo de Istmina-Tadó, Mario de Jesús Álvarez Gómez, informó que habían recibido los restos del ex alcalde Tulio Mosquera Asprilla, quien se encontraba secuestrado desde hacía más de un año y su muerte se había dado a conocer el pasado 5 de noviembre a través de un comunicado por parte del grupo armado ELN. “Me duele informar a toda la familia del señor Tulio Mosquera Asprilla; esposa, hijos, padre, hermanos, familiares, paisanos del Altó Baudó, amigos todos del Chochó y a toda la opinión pública, que hoy, hallando sus despojos mortales, termina, en parte, la dolorosa pesadilla que con él había iniciado el 24 de agosto del año 2019”. El prelado en nombre de la Iglesia Católica, rechazó la práctica del secuestro como vía de hecho para alcanzar cualquier objetivo, agregando que “esto lesiona profundamente la dignidad humana y pasa por encima de los elementales derechos de cada persona”. Según lo informó el obispo, el cuerpo del Señor Mosquera fue recibido por el Comité Internacional de la Cruz Roja (Cicr) y la Iglesia Católica, quienes a su vez lo entregaron a la Defensoría del Pueblo y a la Sijín, para realizar el procedimiento correspondiente. Monseñor Álvarez Gómez agradeció la confianza puesta en la Iglesia para adelantar este acto humanitario y dijo que se hizo con “todo el amor, la generosidad, con un alto sentido de Evangelio y de humanidad”. Finalmente, al impartir su bendición, recordó que si se va de la mano de Dios nunca se agotará la esperanza y el deseo de la paz. Según la versión del grupo guerrillero ELN, Mosquera Asprilla se ahogó cuando intentaba cruzar un río. El cuerpo fue llevado a Medicina Legal para determinar las causas de la muerte. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon] Audio: Mons.Mario de Jesús Álvarez Gómez, obispo de Istmina-Tadó

Jue 11 Nov 2021

Reunirá de los cuatro puntos cardinales a sus escogidos

TRIGÉSIMOTERCER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Noviembre 14 de 2018 Primera lectura: Dn 12,1-3 Salmo: Sal 16(15),5+8.9-10.11 (R.1) Segunda lectura: Hb 10,11-14.18 Evangelio: Mc 13,24-32 I. Orientaciones para la Predicación Introducción De los textos bíblicos en consideración emergen unas ideas para nuestra reflexión: · Los discípulos de Cristo, con discernimiento profético, buscarán siempre los significados de los misterios de Dios en las difíciles circunstancias. · La Iglesia es partícipe de la suerte de la humanidad, realizando el nuevo mundo inaugurado por el Hijo del hombre. · La razón, por sí sola, es capaz de aceptar la igualdad entre los hombres y de establecer una convivencia cívica entre ellos, pero no consigue fundar la hermandad. (Caritas in Veritate, 19) 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? La Iglesia es partícipe de la suerte de la humanidad, realizando el nuevo mundo inaugurado por el Hijo del hombre. La Palabra para este Domingo revela los rasgos fundamentales de la creación que, al final de los tiempos, estarán en plena armonía con la voluntad de Dios. Mientras en el mundo presente "en la medida en que los hombres son pecadores, les amenaza, y les amenazará hasta la venida de Cristo, el peligro de la guerra" (Gaudium et spes, 78), el querer de Dios tendrá como telón de fondo la paz y la armonía universales, que son y serán un derecho fundamental de todo hombre, ya que es fruto de la justicia y muchos otros bienes y que, sólo al final de los tiempos, surgirán luego de todos los fracasos experimentados por la humanidad al pretender implantar diversos modelos de sociedad basados en el poder del más fuerte y del uso constante de la violencia y el miedo como medios de sumisión. Es así como lo declaran los hagiógrafos para este este Domingo: La primera lectura del Profeta Daniel expresa la fe en la resurrección de los muertos, resaltando el apoteósico final de los que han mantenido su fidelidad a Dios a través de la enseñanza y práctica de la justicia. En la última página de la monumental reflexión sobre el sacerdocio y el sacrificio de Cristo, el autor de la Carta a los Hebreos concluye que todos los enemigos de Cristo serán vencidos y puestos bajo sus pies para lograr la plena perfección de los elegidos. El Evangelio de San Marcos describe la inmensa novedad del gran triunfador denominado Hijo del Hombre, título anunciado en el Profeta Daniel 7, que es el gran Salvador potente, que aparece en el esplendor de su gloria divina, para reunir a los elegidos, para hacerlos partícipes de la vida eterna en el reino dichoso del cielo. No hay en Marcos escenas de juicio, amenaza o condena queriendo alimentar la esperanza de aquellos que creen en la victoria final del Mesías, presente ya en la persona de Jesús. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Este capítulo 13 del Evangelio de Marcos emplea el lenguaje apocalíptico, que es la manera más apropiada para expresar lo que quiere Dios en medio de ambientes tan horripilantes. La primera comunidad cristiana de Roma, a la que pertenece Marcos, ha contemplado la muerte de Pedro y Pablo, lo mismo que la del emperador Nerón, asumiendo el poder Vespasiano quien, junto a su hijo Tito, propició la caída de la Ciudad Santa y la destrucción del Templo en el año 70, lo que produjo un enorme y nefasto impacto por su teológico significado. Es un contexto dramático por lo que los discípulos de Roma se preguntan ¿qué está pasando? pues no se ve el mundo nuevo anunciado por Cristo; hay mucha injusticia e inmenso dolor, sólo dominan los malos. Es necesario mirar a profundidad para dilucidar el misterio (apocalipsis=quitar lo que impide ver para observar lo que está escondido). Se requiere urgentemente quitar ese velo para ver lo que esconden las circunstancias. Desde la mentalidad evangélica, la mente de Cristo, los dolores padecidos son como los dolores inevitables de un parto, pues algo nuevo está surgiendo. Es el Kayrós de Dios, el tiempo propicio del actuar divino. Esa es la mentalidad que debería prevalecer. Pero la tentación de los discípulos en tiempos de dolor es quedarse con los aspectos de la agonía y la incertidumbre sin apreciar lo nuevo que está brotando: una Iglesia purificada y evangelizadora. Es necesario aprender a ver lo que ve Dios. De acuerdo con la mentalidad judía, y la cristiana, la destrucción del templo y de Jerusalén significa el fin del mundo, pero la interpretación de Jesús es más profunda por lo que acude al lenguaje apocalíptico: el sol se oscurecerá, etc. El sol era considerado como una divinidad en el medio oriente y sus descendientes en la tierra tenían el derecho de gobernar a toda costa. Pero esta divinidad caerá y con él los demás astros del cielo, es decir, los dominadores del mundo. La luna era en Mesopotamia una divinidad que dominaba los ciclos de la vida, y los astros eran las divinidades que habían seducido al pueblo con sus perversiones, por eso, también caerán. Es aquí donde el término “catástrofe” indica una nueva realidad pues significa el “cambio” de algo hacía otra cosa. Los que caen son los poderosos porque son inicuos dominadores, son ídolos creados por fuerzas humanas que engañan con falsas promesas. Entonces, está por nacer el mundo nuevo y es aquí donde surge la figura del Hijo del hombre (Daniel 7). Este profeta nos presenta las imágenes de las bestias que simbolizan la crueldad y la inhumanidad: el León que representa a Babilonia; el oso que representa a los medos por su ferocidad y destrucción; el leopardo que representa los persas, y la denominada “bestia”, la más fuerte de todas, que representa Alejandro magno. A cada poder le sucede uno mucho peor. Surge un quinto, que no es una bestia, con poder y fuerza, siendo un Hijo de hombre, es decir, un humano que viene a inaugurar un reino diferente al de las bestias, que no se deja espantar por los poderes de la tierra porque trae el anuncio del evangelio; es el Hijo del hombre que no domina, sino que ama al extremo y ese es su “poder”; de esa manera inaugura un mundo nuevo. Este Hijo del hombre envía a sus ángeles a reunir a todos los suyos, que están dispersos, desde los confines de la tierra. Ángel significa mediador de la salvación de Dios, es un instrumento en las manos del Señor en favor de los hombres, es decir, un espíritu enviado por Dios desde el cielo, pero, en este caso, la persona humana elegida y enviada por Dios para este propósito. Los ángeles son los hermanos que se mantienen fieles a Dios en medio de las grandes dificultades y reúnen a los dispersos. El evangelio de hoy habla a la realidad eclesial de nuestros tiempos: mentalidad laicista, relajación sexual, indiferentismo, hedonismo, etc., que requiere de una predicación valiente; no se puede presentar el evangelio con reduccionismos, ideologías, timideces o con desvíos; así no se puede reunir a nadie. Hay que presentar el evangelio auténtico, que contiene todo lo que Jesús ha anunciado. La parábola de la higuera representa lo nuevo que ya viene: las dificultades son las señales de que está por suceder un mundo nuevo “una nueva estación” y ya muchos ángeles están reuniendo a los hijos de Dios dispersos. Esta realidad se puede observar; solo basta abrir los ojos porque a Jesús pertenece el futuro. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Hace un poco más de un año, el Papa Francisco regaló a la humanidad entera el bello texto de su Carta Encíclica Fratelli Tutti dedicada a la a la fraternidad y a la amistad social. Allí nos previene sobre las nuevas “Situaciones extremas que pueden llegar a presentarse como soluciones en circunstancias particularmente dramáticas, sin advertir que son falsas respuestas, que no resuelven los problemas que pretenden superar y que en definitiva no hacen más que agregar nuevos factores de destrucción en el tejido de la sociedad nacional y universal. Se trata de la guerra y de la pena de muerte” (255). “No podemos pensar en la guerra como solución, debido a que los riesgos probablemente siempre serán superiores a la hipotética utilidad que se le atribuya. Ante esta realidad, hoy es muy difícil sostener los criterios racionales madurados en otros siglos para hablar de una posible “guerra justa”. ¡Nunca más la guerra!” (258). Y “Recordemos que «ni siquiera el homicida pierde su dignidad personal y Dios mismo se hace su garante»”(258). “El firme rechazo de la pena de muerte muestra hasta qué punto es posible reconocer la inalienable dignidad de todo ser humano y aceptar que tenga un lugar en este universo. Ya que, si no se lo niego al peor de los criminales, no se lo negaré a nadie, daré a toda la posibilidad de compartir conmigo este planeta a pesar de lo que pueda separarnos”. (269) “Quien derrame sangre humana, su sangre será derramada por otro ser humano» (Gn 9,5-6). Esta reacción de Jesús, que le brotó del corazón, supera la distancia de los siglos y llega hasta hoy como un constante reclamo.” (270). Por tanto, hay que invitar a toda la feligresía a meditar y orar sobre estas crudas realidades, ya que, como cristianos y miembros vivos de la Iglesia, no podemos acoger los métodos del mundo para establecer las “nuevas normalidades” para vivir tranquilos y en paz; tenemos que ser el reflejo vivo del Reino de Dios en medio de los hombres. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Queridos hermanos: estamos terminando el año cristiano, el próximo domingo celebraremos la Solemnidad de Cristo Rey del Universo, quien es el Señor y el futuro de la historia. Hoy, en medio de tantas dificultades, se nos invita como miembros vivos de la Iglesia, a vivir el auténtico amor fraterno que se expresará en las buenas y fraternas relaciones con la sociedad en la que vivimos, caminando cerca de los pobres, de los abandonados, de los enfermos, de los descartados, de los últimos. Celebremos con inmensa alegría. Monición a la Liturgia de la Palabra La Palabra de Dios nos presenta la esperanza viva del Hijo del Hombre, sentado a la derecha de Dios, quien ha creado un mundo según su querer, donde el mal, el pecado, la violencia y la muerte son los enemigos vencidos. Esta realidad está ya presente y hemos de aprender a verla en medio de las circunstancias adversas. Escuchemos con atención la Palabra de Dios. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Hermanos, el amor rompe las cadenas que nos aíslan, tiende puentes, nos permite construir”; roguemos al Padre y presentémosle nuestras intenciones diciendo: R. Que venga a nosotros tu Reino, Señor 1. Por la Iglesia, para que promueva en cada sociedad un crecimiento genuino e integral, a través de la transmisión de los valores como la ética, la bondad, la fe, la honestidad, ante aquellos que fomentan la degradación moral y la destrucción de todo fundamento de la vida social. Oremos. 2. Por los gobernantes de las naciones, para que, en sus planes, puedan guiar a sus pueblos hacia el mínimo de conciencia universal y de preocupación por el cuidado mutuo de las personas, promoviendo una cultura moral que les permita trascender más allá de las propias fronteras. Oremos. 3. Por las familias cristianas que pretenden disfrutar de todo lo que ofrece el mundo para que, a imagen del Hijo del hombre, participen en la creación de un mundo nuevo en el que habite la justicia, la paz y la misericordia. Oremos. 4. Por todos nosotros para que, como Hijos de Dios, busquemos el bien y la verdad para no participar de falsas justificaciones que propicien condiciones rigurosas de legitimidad moral ante la posibilidad de la guerra o la pena de muerte. Oremos. En un momento de silencio presentemos al Padre nuestras intenciones personales. Oración conclusiva Padre de infinita bondad, recibe las oraciones que te presentamos con esperanza en esta celebración comunitaria de nuestra fe. Por mediación de Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.

Jue 11 Nov 2021

No aplica para las Iglesias la exigencia del carné de vacunación

En una comunicación enviada a todas las Jurisdicciones Eclesiásticas del país, el secretario general de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Luis Manuel Alí Herrera, informa que el Decreto 1408, expedido por el Ministerio del Interior, en lo que respecta a la exigencia del carné de vacunación contra el Covid-19, no aplica para las Iglesias. Sin embargo, el también obispo auxiliar de Bogotá, advierte que si se llegara a realizar por parte de la Iglesia Católica alguna actividad masiva, como conciertos o celebraciones de navidad, se recomienda acatar las normas de bioseguridad, exigidas por los entes de salud. Recordemos que el pasado 03 de noviembre, el Ministerio del Interior, impartió instrucciones en virtud de la emergencia sanitaria generada por la pandemia del Coronavirus COVID - 19, mediante el Decreto 1408 de 2021, donde reglamenta la exigencia del carné de vacunación en ciertos establecimientos.