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iglesia católica

Mié 15 Nov 2017

Iglesia en Colombia se prepara para vivir la Jornada Mundial de los Pobres

Respondiendo al llamado del Papa Francisco para celebrar este 19 de noviembre la Jornada Mundial de los Pobres, la Iglesia Católica en Colombia, en diferentes jurisdicciones del país, ha organizado talleres, jornadas de encuentros con personas en condición de pobreza y la celebración de la Eucaristía en sintonía con esta jornada. En la Diócesis de Pereira se realizará en todas las parroquias una reflexión alrededor del mensaje que el Papa escribó para esta jornada. Monseñor Rigoberto Corredor Bermúdez, obispo de esta diócesis, invitó a abrir el corazón y tener en cuenta la pobreza como una realidad que obliga, desde nuestra fe, a atender a las personas que padecen esta situación. El obispo informó que el 19 en la catedral, después de la misa de 12 m, estará compartiendo con personas que viven en condición de pobreza. Así mismo, animó para que todos los párrocos sean creativos y promuevan alguna actividad especial en favor de los menos favorecidos. Por su parte, el obispo de Duitama Sogamoso, Monseñor Misael Vacca Ramírez, invitó a las parroquias y comunidades para unirse al llamado del Papa Fracisco y "volver los ojos a los más necesitados". "El rostro de Jesús se hace presente hoy en los pobres, en los necesitados y en los migrantes, ayudemos solidariamente con quienes padecen situaciones de marginalidad", afirmó el prelado. Entre tanto, en la Arquidiócesis de Cali, Monseñor Darío de Jesús Monsalve Mejía, señaló que esta jornada es una oportunidad para "corregir rumbos y unir esfuerzos para que la vida y la dignidad de todo ser humano tengan lugar y horizonte". En esta misma línea recordó que "la pobreza es un pecado de injusticia y de ambición que hace víctimas a millones de seres humanos en la tierra". La Arquidiócesis de Cali preparó una cartilla que trabaja temas centrales del mensaje de la jornada. Así también, a través de sus redes sociales ha promovido el mensaje del Papa y las obras pastorales y sociales que ejecuta en favor de los más excluidos.

Lun 24 Jul 2017

Centro del Apostolado Católico renueva su portal web

A medida que la Iglesia católica continúa creciendo en áreas de habla hispana en todo el mundo, también lo deben hacer las organizaciones que sirven a los fieles. En esa línea, el Centro del Apostolado Católico lanza una nueva versión de su Página Web totalmente en español. Esta versión del sitio web cuenta con muchos de los recursos más populares del Centro y con otros servicios adicionales especializados que se vienen implementando. Puede acceder al sitio a través de www.CentrodelApostoladoCatolico.org Esta iniciativa tiene como objetivo proveer las herramientas y recursos para los líderes en el ministerio y para todos los católicos activos, y así ayudar a una formación más profunda y a vivir como discípulos misioneros. "Hoy en día, los medios de comunicación en todo el mundo han crecido estratégicamente, este sitio web es una de las herramientas que ayudará a todos los católicos activos a enriquecer su fe y los impulsará a comprometerse con la Iglesia y la sociedad", dice José Antonio Varela, Coordinador Internacional del Programa. Las visitas del personal a varios países también han servido para informar al Centro sobre las diversas realidades pastorales, para que el Centro pueda responder a las necesidades de la Iglesia local y crear recursos que ayuden a todos. A través de este sitio web especializado, el Centro ofrece recursos sobre la catequesis, la enseñanza social católica, el matrimonio y la familia, el discernimiento vocacional, la colaboración en el ministerio y la evangelización. En dichas páginas puede encontrar enlaces a recursos de la Santa Sede, conferencias episcopales en Estados Unidos y América Latina, e instituciones y organizaciones académicas católicas. Del mismo modo, en el blog Ad Infinitum encontrará reflexiones sobre diferentes áreas de nuestra fe, sugerencias sobre cómo vivir la vida como apóstoles, recibir lecciones de los santos y otras herramientas que animan a estar en constante renovación espiritual. En general, el nuevo sitio contiene material diverso y atractivo en español proporcionado por organizaciones católicas y universidades. Con el tiempo, el Centro producirá recursos adicionales incluyendo webinars, videos, podcasts en colaboración con líderes de la Iglesia en América Latina, Estados Unidos y Canadá. Según el Director del Centro, padre Frank Donio, S.A.C., "Este nuevo sitio web en español forma parte del servicio continuo del Centro del Apostolado Católico a fin de satisfacer las necesidades actuales de la Iglesia en su esfuerzo por formar y enviar discípulos misioneros, como dice el Papa Francisco; o apóstoles como San Vicente Pallotti, el patrono del Centro del Apostolado, ha enseñado”.

Lun 5 Jun 2017

La fe no se puede relegar al ámbito de lo privado

“Los valores que defiende la Iglesia antes de ser cristianos son humanos. La Iglesia es custodia de los valores y es servidora de la humanidad, en esto fundamenta su participación”, ha afirmado Monseñor Elkin Fernando Álvarez, Secretario General de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), al referirse al ‘Estado laico’, término usado en distintos niveles como argumento en contra de la participación de las confesiones religiosas en asuntos de la vida social y política. El prelado, en entrevista con el departamento de comunicaciones de la CEC, precisó que “un estado laico no significa que la Iglesia o cualquier expresión religiosa sea relegada al ámbito de lo privado, al contrario la Iglesia, que ha aportado al crecimiento de la sociedad y que está organizada en estructuras visibles, debe tener garantizada su presencia en lo público”. A continuación, compartimos la entrevista completa: ¿Qué nos puede decir frente a la participación de la Iglesia en la vida política y social en un estado que se confiesa laico? Mons. Elkin Alvarez: Es un tema muy actual y que demanda claridad porque en un Estado laico tiene que haber y ser bien entendida la libertad religiosa. Yo creo que, en el contexto internacional y por la enseñanza misma de la Iglesia, se reconoce una legítima autonomía del Estado en cuanto al ordenamiento de la vida social. La laicidad del Estado exige un respeto mutuo a la autonomía de las partes. El Concilio Vaticano II, en su Constitución Pastoral Gaudium et Spes, afirma y respeta la legítima autonomía de las realidades terrenas, reconociendo que las cosas creadas y las sociedades mismas gozan de leyes y valores propios que el hombre ha de descubrir, aplicar y ordenar paulatinamente. Esto no significa negar a la comunidad cristiana, a las confesiones religiosas y a quienes las representan, el derecho legítimo de pronunciarse sobre los problemas morales y/o civiles que interpelan la conciencia de todos los ciudadanos, en particular de los legisladores y de los juristas. ¿La opinión de la Iglesia en estos temas, no es una injerencia en materias que no le competen? Mons. Elkin Alvarez: Hablar de los temas morales como lo hace la Iglesia en el panorama nacional, no es una injerencia indebida, sino una afirmación y defensa de los grandes valores que dan sentido a la vida de la persona y salvaguardan su dignidad. En todo cuanto vengo diciendo estoy citando al Papa Benedicto XVI, quien nos legó un rico Magisterio Eclesial en torno al Estado laico y a la conveniente separación entre la Iglesia y el Estado, pero también dejó bien claro que la participación de las confesiones religiosas se ha de garantizar porque es un aporte a la construcción de nuevas sociedades donde se respetan los valores de unos y otros. Quiero enfatizar este tema porque me parece que hay mucha confusión al respecto. Los valores que defiende la Iglesia antes de ser cristianos son humanos. La Iglesia es custodia de los valores y es servidora de la humanidad, en esto fundamenta su participación. Se recurre, con frecuencia, al argumento simplista de que lo expresado por la Iglesia católica o cualquier otra confesión religiosa se debe rechazar bajo la premisa de que Colombia es un estado laico. Esto no es correcto. ¿Tiene la Iglesia particular interés en algunos temas? Mons. Elkin Alvarez: Hay, en la vida nacional, unos temas que a nosotros, nos tienen que interpelar, unos valores innegociables de la Iglesia, en los cuales la reflexión del Magisterio aporta a la vida de las sociedades; temas como la defensa de la vida, la integridad de la familia, la educación y la libertad religiosa. La Iglesia Católica tiene que seguir viviendo el compromiso a nivel social. ¿Es posible una buena relación de las confesiones religiosas con el estado laico? Mons. Elkin Alvarez: Claro, de hecho es necesaria una buena relación. Es posible una sana laicidad; tenemos que hablar y poner la mira en un proyecto común de país donde todos podamos participar. Un estado laico no significa que la Iglesia o cualquier expresión religiosa sea relegada al ámbito de lo privado, al contrario la Iglesia, que ha aportado al crecimiento de la sociedad y que está organizada en estructuras visibles, debe tener garantizada su presencia en lo público. Una palabra sobre la objeción de conciencia Mons. Elkin Alvarez: Ninguna ley humana puede obligar a actuar en contra de su conciencia, particularmente en temas como la defensa de la vida, el aborto y la eutanasia. Los organismos del Estado deben respetar y garantizar la objeción de conciencia, tanto personal como institucional frente a estos aspectos. La Constitución Política de Colombia es clara al señalar, en su artículo 18 "Se garantiza la libertad de conciencia. Nadie será molestado por razón de sus convicciones o creencias ni compelido a revelarlas ni obligado a actuar contra su conciencia". Yo invitaría a los laicos a participar de manera efectiva en el ordenamiento social de la sociedad desde sus propias convicciones. Los pastores de la Iglesia tenemos una tarea, pero los laicos tienen su función en el ordenamiento del orden temporal, es ahí donde necesitamos personas convencidas de su fe católica, que actúen en la economía, en la política, en los diversos estamentos de la sociedad. Bibliografía: Benedicto XVI. Discurso al 56º Congreso de la Unión de Juristas católicos italianos. 9 de diciembre de 2006.

Lun 5 Jun 2017

Año Jubilar de Fátima – Las indulgencias

Por: Mons. Luis Fernando Rodríguez Velásquez - Dice el Catecismo de la Iglesia Católica que “la indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados, en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la Iglesia (…) Todo fiel puede lucrar para sí mismo o aplicar por los difuntos, a manera de sufragio, las indulgencias” (n. 1471). Este es el nuevo regalo que el Papa Francisco ha hecho a la Iglesia con ocasión del centenario de las apariciones de la Virgen en Fátima. El Papa autorizó que no solo se beneficiaran de este don los peregrinos que asistieran al Santuario de Fátima, sino también “los fieles piadosos que visiten con devoción una imagen de Nuestra Señora de Fátima expuesta solemnemente a la veneración pública en cualquier templo, oratorio o lugar adecuado, en los días del aniversario de las apariciones (día 13 de cada mes desde mayo a octubre de 2017), y ahí participen devotamente en alguna celebración u oración en honor a la Virgen María, recen la oración del Padre nuestro, reciten el símbolo de la fe (Credo) e invoquen a Nuestra Señora de Fátima”. Pero ¿para qué sirven las indulgencias? Un ejemplo ayuda a entender: cuando una persona sufre una cortada, los médicos curan la herida pero queda la cicatriz. Luego existen medicamentos o intervenciones estéticas, que buscan limpiar la cicatriz. Así, cuando una persona comete un pecado, Dios, a través del sacerdote, le perdona el pecado, pero queda la cicatriz por las consecuencias lógicas del pecado cometido. La indulgencia pretende limpiar la cicatriz, por la autoridad que el Señor le confirió, siempre que el fiel cumpa los requisitos que la Iglesia considera necesarios: “Para obtener la indulgencia plenaria, los fieles, verdaderamente penitentes y animados de caridad, deben cumplir ritualmente las siguientes condiciones: confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Santo Padre”. Durante el año santo de la misericordia, fueron muchas las ocasiones en que se pudieron ganar las indulgencias, ahora, con motivo de la aparición de la Virgen en Fátima, se tendrá la posibilidad de beneficiarse de ese don. Que los corazones y las voluntades de muchos, estén dispuestos a vivir plenamente la alegría de sentirse amados por Dios, salvados por Cristo, y reconocidos como hijos por la Virgen Madre. +Luis Fernando Rodríguez Velásquez Obispo Auxiliar

Lun 22 Mayo 2017

¿Familia?

Por: Mons. Ricardo Tobón Restrepo – Las Naciones Unidas aprobaron en 1993 que el 15 de mayo de cada año se celebrara el Día Internacional de la Familia. La finalidad de esta decisión era crear una mayor conciencia sobre las cuestiones relacionadas con la familia e invitar a las naciones a hacer frente, mediante la aplicación de diversas medidas e iniciativas, a los problemas y desafíos que vive esta institución fundamental de la sociedad. Era un reconocimiento a la familia como unidad básica para la educación, la construcción de la sociedad y el desarrollo integral y sostenible de los pueblos. Infortunadamente, en los últimos años la familia se ha visto amenazada. En primer lugar, por un estilo de vida marcado por el materialismo, el hedonismo y el erotismo que le está robando la identidad, la paz y la armonía; por eso, disminuyen los matrimonios, no hay interés en la procreación, se han vuelto frecuentes la infidelidad y los divorcios, se han multiplicado los delitos sexuales y los abortos. Por otra parte, arrecian los ataques ideológicos contra la familia; para favorecer diversos intereses se pretende desvirtuar el género natural masculino y femenino y substituirlo por una opción individual y subjetiva. Se quiere poner en la sombra la familia natural y hacer entrar “nuevas formas” de familia con todos los derechos y todos los reconocimientos sociales. En ese contexto, podemos situar la reciente propuesta de convocar un referendo para impedir que se apruebe la adopción por parte de parejas homosexuales. Es clara la buena intención de la propuesta; pero, implícitamente puede aceptar graves errores: conceder que la adopción es un derecho de las parejas y no de los niños, ideologizar el enfrentamiento entre mayorías y minorías, autorizar que la verdad y los principios esenciales se deciden por votación. La Iglesia Católica ha sido siempre la gran defensora de la familia y hoy, sin irrespetar los derechos de ninguno en particular, continúa proponiendo la grandeza, la importancia y la belleza de la familia natural, basada en el matrimonio, como comunión de vida y amor fiel e indisoluble entre el varón y la mujer, abierta a la fecundidad. La Iglesia sabe que destruir la familia, uno de los valores más importantes de la humanidad, pone en peligro la maduración y felicidad de cada persona, la educación y formación de la sociedad, la estabilidad y la misma supervivencia del género humano. Por eso, renuevo el llamado a todos los evangelizadores a presentar la naturaleza y la misión de la familia como aparece en el proyecto de Dios, invito a todos los dirigentes y especialmente a los católicos que tienen posiciones desde donde se define la vida social a defender la familia en el campo cultural y político al menos en los términos que es reconocida por la Constitución Política de Colombia; invito a todos los fieles católicos a amar sus familias y a dedicarse con fe y con empeño a construirlas cada día conscientes de que son el mejor e indispensable ambiente para la plena realización humana. En esta hora en la que los conceptos se han vuelto confusos, la ideología de género hace diversas metástasis, los derechos y necesidades fundamentales de las familias son ignorados y hasta contravenidos por leyes, la realidad del matrimonio y la sexualidad no se afrontan con paz y naturalidad, la esquizofrenia social atropella a las mayorías para defender a las minorías olvidando incluso que la primera minoría es la familia, los católicos no podemos dejarle la suerte de la familia a las pasiones, a la sociedad de consumo, al resentimiento de ciertos grupos y a visiones recortadas de la persona y de la vida. No olvidemos que entre la descomposición social y la descomposición de la familia hay un círculo vicioso. + Ricardo Tobón Restrepo Arzobispo de Medellín

Lun 22 Mayo 2017

Episcopado rechaza proyectos sobre adopción, aborto y eutanasia

Los obispos del país denuncian y rechazan los proyectos legislativos que cursan actualmente en Congreso y que favorecen temas como el aborto, la eutanasia y la adopción de niños por parte de parejas del mismo sexo. Aseguran que en el país se pretende implementar una cultura política y jurisprudencial que desconoce el valor y la dignidad de la vida humana y de la familia. Así lo hicieron conocer, a través de un comunicado firmado por el presidente del episcopado, monseñor Luis Augusto Castro Quiroga. [icon class='fa fa-download' link='']DESCARGA EL COMUNICADO[/icon]

Jue 4 Mayo 2017

Iglesia Católica presenta un balance de la ayuda que se prestó en Mocoa

30 mil litros de agua y 60 toneladas de alimentos son algunas cifras de la ayuda que prestó la Iglesia Católica en Mocoa. Monseñor Luis Albeiro Maldonado, obispo de Mocoa, hizo un consolidado de las ayudas humanitarias recibidas y explicó que todo se ha distribuido en los 16 albergues que se establecieron en la ciudad luego de la tragedia del 31 de marzo y 1 de abril que cobró la vida de más de 300 personas. El prelado puntualizó que las ayudas fueron entregadas en la cárcel municipal, en el hospital José María Hernández y en las 4 parroquias que congregan el mayor número de damnificados. “Se han entregado 30.721 litros de agua, 13 toneladas con elementos de aseo pañales, toallas higiénicas y guantes; 29.1 toneladas de ropa, calzado y frazadas; 212 colchones y colchonetas; 624 kilos de elementos de cocina y 60.6 de toneladas de alimentos”, afirmó. El prelado destacó que aunque los problemas aún no se han solucionado, el impacto se ha ido superando gracias a la ayuda y solidaridad de todo el pueblo colombiano. “Luego de un mes no se han resuelto todos los problemas, pero si se va saliendo de las situaciones más difíciles, especialmente de todo lo que genera el primer momento de impacto”. Monseñor Albeiro Maldonado resaltó la cercanía de los obispos, el apoyo brindado por parte del episcopado a través de la Pastoral Social, del clero de religiosos y religiosas, de los sacerdotes de la diócesis, del equipo de voluntarios diocesanos y de una serie de instituciones que han estado presentes. Finalmente, precisó que en este momento se requiere un trabajo coordinado para entregar las ayudas a quienes las requieren. En este marco recordó que es importante que el Estado asuma su tarea en la reconstrucción de las zonas que fueron devastadas por la avalancha y así superar este terrible suceso.

Lun 10 Oct 2016

¡Cristo es nuestra paz!

Diversos medios de comunicación y líderes sociales han analizado ampliamente los resultados del plebiscito del pasado 2 de octubre que, contra todo pronóstico, rechazó los términos del Acuerdo final firmado entre el Gobierno Nacional y las FARC. Sin duda, muchos factores coadyuvaron a ese resultado inesperado. Pero uno en particular ha sido objeto de especial atención: el papel del sector religioso y específicamente de algunas iglesias cristianas, cuyo rol ha sido considerado "determinante" en la sorpresiva victoria final del "no". No han faltado, en el contexto de polarización y debate que vive nuestro país, duras críticas a aquellas iglesias y pastores que declararon públicamente su apoyo personal e institucional al "no". Y desde diversos sectores, se multiplicaron también las críticas al Episcopado colombiano por permanecer neutral ante el plebiscito, limitándose a recomendar a los católicos una participación activa en la consulta a través de un voto libre, informado y consciente. Paradójicamente, los mismos que hoy critican con rudeza la opción política asumida por algunos pastores y líderes cristianos, consideran “inaceptable” la neutralidad de la Jerarquía Católica juzgándola “cómoda, apática y cobarde”… En realidad, la posición asumida por la Iglesia no fue fruto de comodidad, apatía, tibieza o cobardía. Ninguna opción era, a corto plazo, más sacrificada y arriesgada que la “neutralidad”. Pero ninguna otra opción era posible, ni eficaz, ni evangélica, ni conveniente, ante el diagnóstico de realidad política y social que el Episcopado se planteó como escenario de su acción evangelizadora en favor de la reconciliación y la paz. Un escenario que, desde el primer momento, quiso superar los límites impuestos por la coyuntura de las negociaciones en La Habana, la agenda mediática y las interminables controversias sobre los detalles del Acuerdo final. La “neutralidad” de la Iglesia Católica en el plebiscito es consecuencia de un enfoque global, en el que la paz se vislumbra más como un proceso social, ético y moral, que como el mero fruto de una negociación política, sujeta a los cambiantes dinamismos de la realidad nacional. Pero existe, además del ya señalado, otro elemento que explica la neutralidad de la Iglesia en el plebiscito. Creemos firmemente que nuestras relaciones con el ámbito político deben estar caracterizadas por un exquisito respeto de la libertad de conciencia de los fieles laicos, verdaderos protagonistas de la evangelización de lo público, misión para la cual gozan de amplia libertad, capacidad de iniciativa y autonomía. Así nos lo enseñó claramente el Concilio Vaticano II. Si hemos de aportar en la construcción de la reconciliación y la paz, la Jerarquía ha de hacerlo con valentía y coherencia, pero siempre en el respeto de la legítima diversidad de opiniones, ideas e identidades políticas. Nuestra misión es iluminar, acompañar, animar, no imponer. A mis hermanos, pastores de otras comunidades cristianas a las que aprecio inmensamente, un consejo dado de corazón y con humildad. Consejo que extiendo también, con igual humildad, a algunos hermanos sacerdotes: Demos a Dios lo que es de Dios y a César lo que es de Cesar. ¡No dejemos que los políticos, sea cual sea su partido, manoseen a Cristo y a su Evangelio! El respeto por la libertad de nuestros fieles en el campo político es la única garantía de que no sucumbiremos ante la tentación del poder, del autoritarismo moral o del partidismo sectario, pudiendo así desarrollar nuestra misión evangelizadora sin compromisos o condicionamientos mundanos. En este campo, los discípulos del Señor nos jugamos la autenticidad profética de nuestra misión común: la predicación del Evangelio. !Cristo es nuestra paz! Mons. Pedro F. Mercado Cepeda Secretario Adjunto del Episcopado para las Relaciones con el Estado y Director del Departamento para el Diálogo Ecuménico e Interreligioso - Vicario Judicial de la Arquidiócesis de Bogotá.