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obispo de cúcuta

Mar 3 Sep 2019

Nuncio observa implementación de los Acuerdos de Paz en el Catatumbo

El viernes 30 y sábado 31 de agosto, el Nuncio Apostólico del Papa Francisco en Colombia, Monseñor Luis Mariano Montemayor, estuvo en Norte de Santander, preocupado por el cumplimiento de los Acuerdos de Paz y para alentar la atención migratoria. "Estuve visitando Caño Indio, la sede de los antiguos miembros del Frente 33 de las FARC” (...) Es parte del recorrido que estoy haciendo, para verificar las condiciones de aplicación del Acuerdo de Paz y el estado de ánimo de los ex combatientes”, afirmóMontemayor, durante su visita a esta zona del país, en compañía del Obispo de Tibú, Monseñor Omar Sánchez Cubillos. El Nuncio aseguró que lo que pasó con Iván Márquez “lo veníamos venir”, pero constata que ha estado en cinco Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR), donde ninguno de los ex combatientes tiene ganas de volver, “de ahí no va a volver la mayor disidencia”. Finalizado su paso por Tibú, expresó: “venimos a decirles que no están solos, bien sea que se cumplan o no por parte del Estado todos los compromisos”, recalca en que en cualquier circunstancia, acompañarán a quienes dejaron las armas. En el ETCR de Caño Indio, Catatumbo, los ex guerrilleros reafirmaron su responsabilidad para dar cumplimiento a los Acuerdos de Paz, aseguran que seguirán en el proceso de reincorporación a la vida civil. Visita a la Casa de Paso ‘Divina Providencia’ El representante de Su Santidad, aseguró en su visita a Norte de Santander, que no podía dejar de ir a la Casa de Paso, ya que desde que llegó al país a asumir su rol, inmediatamente empezó a preocuparse por la frontera a causa de las migraciones de los venezolanos. El Nuncio manifestó su preocupación por la inestabilidad que vive Venezuela y “el colapso que nos causa a nosotros en Colombia. Ustedes saben que yo no soy Nuncio Apostólico en Venezuela, sino en Colombia, pero hasta la frontera me toca a mí, así que en cuanto ponen un pie aquí, esa es mi responsabilidad”. Destacó la labor del Obispo de la Diócesis de Cúcuta, Monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, a quien alienta a expandir este servicio, el cual ya ha alcanzado grandes resultados. Monseñor Luis Mariano, testifica que “esta Casa es un milagro”, suceso que desglosa en tres milagros: 1. Nació por una iniciativa espontánea. 2. Hace posible que exista gracias a los voluntarios, sino sería inmanejable y nos permite expandirnos, porque tenemos la seguridad que el servicio lo podemos prestar. 3. No falta el arroz y el aceite, que es lo que pedimos siempre; y hasta ahora el milagro de las vasijas que no se vacían, se cumple. Destaca que llegan los recursos, los cuales no han sobrado, pero tampoco han faltado. Incluso, relata que la Cruz Roja, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), entre otras organizaciones internacionales, “no pueden creer que podamos dar la cantidad de almuerzos completos para desayunos y almuerzos, con poco presupuesto”. “Hay una administración eficiente y eso es un ejemplo a nivel internacional, eso hace que los organismos internacionales y agencias humanitarias quieran colaborar con la Casa de Paso; hasta el Estado Americano quiere trabajar con nosotros y nosotros estamos dispuestos a trabajar con quien quiera verdaderamente ayudar a los venezolanos, esa es nuestra preocupación”. Subraya la colaboración que siempre se ha recibido de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), “ha estado desde el principio y ha seguido, nosotros tenemos que reconocerlo y agradecerlo”. Otra cara de las migraciones es la salud, un tema que el Nuncio ve “marginado” por parte del Estado, y, aunque el campo de la salud no es el de la Iglesia, se han aprovechado los recursos que la caridad provee para dar asistencia sanitaria y pediátrica. “He constatado que hoy vienen muchas más mujeres embarazadas y con niños, que antes”. Mientras tanto, reveló que la Orden de Malta, la cual está conectada con la Santa Sede, está “pensando en hacer un esfuerzo por la salud aquí (…) su especialidad es propia de este campo”. Monseñor es realista con la situación e insiste en que Colombia no debe cerrar fronteras, “una solución a este problema no se resuelve porque se vaya Maduro (presidente de Venezuela), ni en seis meses o un año. Primero deben llevar a cabo elecciones legítimas, reconstruir la economía, y eso lleva a lo menos, una década”. Por esto, lamenta la falta de previsión del Estado colombiano en su sistema de salud, porque “los que más han sufrido son los cucuteños, han dejado de recibir la asistencia correcta” por el colapso en las entidades médicas. A pesar de esto, “admiro la paciencia y tolerancia del pueblo colombiano, en permitir que el venezolano sea asistido”. El mayor impacto del fenómeno migratorio se da en la frontera y desata una crisis, la cual, “no ha sido peor, gracias a la Iglesia colombiana, que ha sido de las primeras instituciones y de las más eficaces en ayudar”. Resalta el Nuncio que el Santo Padre apoya fuertemente el esfuerzo de la Iglesia en Colombia por dar este gesto de solidaridad a los hermanos venezolanos.

Lun 15 Jul 2019

Vivir la caridad en una inmensa crisis

El Señor nos regaló un testamento de amor antes de padecer en la Cruz, “amaos los unos a los otros como yo os he amado” (Juan 13,34), precisamente vienen a nuestra mente estas palabras del Buen Maestro en el doloroso momento que vivimos en Colombia, especialmente en la frontera con la hermana nación de Venezuela. Desde hace casi cuatro años, hay un flujo creciente de personas, hombres, mujeres y niños que pasan a nuestro País a comprar alimentos, a buscar medicinas y los servicios de salud, también todo lo necesario para llevar adelante sus vidas en los más sencillos detalles. Cada semana llegan a ser 75 mil personas en un día del fin de semana. Un drama que ha venido aumentando progresivamente en los días, ahora, tenemos casi un millón trescientos mil venezolanos en nuestra casa, además de los colombianos que han retornado, ochocientos mil. Las distintas Diócesis de la frontera: Riohacha, Valledupar, Tibú, Nueva Pamplona, Ocaña, Málaga-Soatá, Arauca, los Vicariatos de Puerto Carreño y Vichada.El drama de estos hermanos ha tocado también a las ciudades donde otras comunidades de nuestras Iglesiashan atendido esta gran crisis, ayudando a los hermanos que sufren.Sólo la Diócesis de Cúcuta ha entregado más de ochocientos mil desayunos y más de un millón cuatrocientos mil almuerzos a estos hermanos en condiciones deplorables. Un gran número de laicos voluntarios, religiosas y religiosos, sacerdotes han atendido esta gran emergencia, con caridad, amor y fraternidad. En los últimos días esta situación de necesidad, la falta de alimentos y medicinas ha hecho aumentar el flujo de hermanos que vienen a Colombia y, previsiblemente, tendremos muchos Venezolanos que para poder sobrevivir pasaran la frontera, familias enteras. Nos corresponde orar mucho para que esta nación encuentre un camino que resuelva sus situaciones internas, respetando la libertad, la capacidad de escoger cada nación su destino y, especialmente respetar la dignidad de la persona humana. Al momento, en el horizonte no se ve una solución a este momento político de Venezuela, van llegando muchos hermanos, muchos niños y jóvenes que tenemos que ayudar y acoger con gran responsabilidad social y con fe, en la caridad de Cristo. Como nos ha repetido el Papa FRANCISCO, en el hermano que sufre, podemos ver y besar la “Carne de Cristo que sufre”. Santo Tomás de Aquino, el gran teólogo y doctor nos enseña que hacer “limosna es un acto de caridad favorecido por la misericordia” (S. Th. II-II, q. 1), pero nuestra ayuda a estos hermanos es algo más, son nuestra familia que sufre, somos el mismo pueblo y con las mismas raíces, pero que nos ha separado la historia. Cada uno de los oyentes de este programa puede empeñarse en ayudar a estos hermanos, con una palabra de aliento, con un trabajo justamente remunerado, facilitando su camino y sobre todo sembrando en ellos esperanza de un futuro mejor.Esta es una gran oportunidad para vivir el amor al prójimo, para cumplir aquello que nos relata el evangelio de San Mateo: “tuve hambre y me disteis de comer… tuve sed y me disteis de beber, estuve desnudo y me vestisteis”. (Mt 25, 35-36). Se acerca una gran crisis, el sufrimiento de nuestros hermanos venezolanos crece, oremos intensamente por ellos y ayudémoslos con gran fe.

Mié 27 Mar 2019

San José, justo y custodio

Por: Mons. Víctor Manuel Ochoa Cadavid - Hemos celebrado, el pasado 19 de marzo, la Solemnidad de San José, Esposo de la Santísima Virgen María, un día de júbilo y de fiesta en nuestra Iglesia Particular de Cúcuta, ya que no solo veneramos su figura como padre adoptivo de Jesús y modelo de fe en la Iglesia, sino que por él, nuestra Diócesis tiene además un particular cariño, puesto que es el Patrono, de nuestra Ciudad, nuestra Diócesis, el Seminario Mayor, Seminario Menor, y la Catedral. Al poner nuevamente la mirada en San José, debemos descubrir en este hombre sencillo la capacidad que tuvo de asumir en su vida los planes de Dios. Como hombre justo no solo quiso repudiar en secreto a la Virgen María (Mt 1, 19), sino que antes de cumplir una ley humana fue cumplidor de la voluntad divina, como lo afirma San Bernardino de Siena, en uno de sus sermones: “Esa es la actitud justa que admiramos en José, pero es justo no ante la ley de su pueblo, es ante Dios, aceptando totalmente su voluntad, y lo demuestra al alejarse de María en silencio, en secreto. El nos revela el misterio de la concepción virginal del Hijo de Dios en María”. No por ello debemos excluir que humanamente José no siente dudas ante el misterio que está envolviendo su vida y la de su Esposa la Santísima Virgen María, existen dudas sí, pero su amor y su fe en Dios, le llevan a vivir sus dudas en el silencio amoroso de esperar que la obra de Dios se realice en favor de la humanidad y del plan de Salvación que el Padre quiere realizar en su único Hijo. San José como hombre justo (Mt 1, 19), fue elegido por Dios, para que hiciese las veces de padre de Nuestro Señor Jesucristo, y fuese fiel custodio, no solo de la Santísima Virgen María, sino un fiel custodio del Verbo Eterno del Padre, un custodio por amor que desde el momento en que se realiza en la Virgen María, por obra del Espíritu Santo, la concepción virginal, asume con absoluta fidelidad el encargo de Dios. José trabaja en el oficio de artesano para alimentar y cuidar de su Hijo putativo Jesús y de su esposa María procurándoles todo lo necesario y conveniente para vivir con dignidad. Pero también en el peligro inminente asume su rol de custodio, escucha con fe las palabras del ángel: “Levántate, toma contigo al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo” (Mt 2, 13). Al escuchar atento estas palabras del ángel, se levanta y de noche cuida y protege su hogar emprendiendo camino a Egipto. Sin duda que San José es un modelo de virtudes tanto para la Iglesia universal, como para nuestra Iglesia particular de Cúcuta, puesto que el mismo San José revela el gran misterio de la paternidad del Padre Celestial sobre Jesucristo y sobre cada uno de nosotros. San José puede enseñarnos a vivir en el amor al Padre confiando en su bondadosa paternidad. Hoy a muchos padres de familia en esta zona de frontera, San José les muestra el camino para amar, custodiar y cuidar a sus familias, tal como lo afirmó Su Santidad Benedicto XVI: “él, que custodió al Hijo del Hombre. También cada padre recibe de Dios a sus hijos, creados a imagen y a semejanza de Él. San José fue el esposo de María. A cada padre de familia se le confía igualmente, mediante su propia esposa, el misterio de la mujer. Como San José, queridos padres de familia, respetad y amad a vuestra esposa, y guiad a vuestros hijos hacia Dios, hacia donde deben ir (Lc 2, 49), con amor y con vuestra presencia responsable”. Que San José haga de nosotros, hombres y mujeres llenos de Dios, que nos caractericemos por vivir la justicia, asumiendo con fe y amor la voluntad de Dios, para que en el silencio de nuestra oración, en este tiempo de cuaresma, descubramos cuanto nos pide el Padre Celestial, siendo custodios amorosos de los dones, carismas y ministerios, que el mismo Dios nos ha infundido y nos ha confiado. Terminemos esta sencilla reflexión orando a San José con las mismas palabras de San Bernardino de Siena: “Acuérdate, pues, de nosotros, bienaventurado José, e intercede con tus oraciones ante tu Hijo; haz también que sea propicia a nosotros la santísima Virgen, tu esposa, que es madre de aquel que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina por los siglos infinitos”. + Víctor Manuel Ochoa Cadavid Obispo de Cúcuta

Lun 11 Feb 2019

La dimensión social de la evangelización

Por: Mons. Víctor Manuel Ochoa Cadavid - En estos días hemos estado reunidos los obispos católicos de Colombia para la realización de la 107ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal de Colombia, en ella nos hemos encontrado los pastores de la Iglesia colombiana para reflexionar y compartir en torno a un gran tema: La dimensión social de la evangelización y el compromiso socio-político del cristiano. Los Arzobispos, Obispos y Vicarios Apostólicos han llegado desde los distintos rincones de Colombia, de las grandes ciudades y de los territorios más alejados, de contextos urbanos o rurales. Como pastores del Pueblo de Dios, nos hemos propuesto reflexionar sobre la situación y compromiso que la Iglesia tiene para afrontar la realidad social de nuestra Patria. El tema afrontado es bien importante, pues la Iglesia realiza su tarea de anuncio del Señor en medio del mundo y, además pastores y fieles viven y están insertos en una realidad social concreta a la cual tienen que aportar necesariamente en su condición de ciudadanos. La fe nos lleva a mirar a Cristo y a responderle con generosidad en hechos concretos de nuestra realidad diaria. Necesariamente la aceptación del mensaje de salvación nos lleva a dar generosamente a otros ese mensaje de vida, mostrando que Cristo es el camino, la verdad y la vida. La tarea de la Iglesia es el anuncio alegre de Cristo, que no es otra cosa que la evangelización, dar razón de la buena noticia del maestro. Esta tarea fue recibida de Cristo: Id al mundo entero y predicad el evangelio (Marcos 16, 15). Es la buena noticia de Dios que se nos manifiesta en Jesús, una nueva perspectiva de lo social y del mundo que está contenida en la Doctrina social de la Iglesia. San Pablo, en la Carta a los Gálatas (1, 16) nos presenta cómo hay que dar razón de esa buena noticia del Señor a todos los hombres. Esta tarea evangelizadora quiere hacer participar del mensaje salvador a los hombres y mujeres de todo el tiempo y en condiciones muy diversas. La evangelización es hacer participar de esta buena noticia, de vida eterna a todos los hombres. La acción evangelizadora se realiza en el mundo, en la historia, en las condiciones concretas de los hombres y mujeres. La aceptación del mensaje de Cristo, comporta también una adecuación de los comportamientos y formas de vida a las enseñanzas del Maestro. El texto del Evangelio de Mateo en el capítulo 28, nos da claridad sobre esto: “Vayan, pues, a las gentes de todas las naciones, y háganlas mis discípulos; bautícenlas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Por mi parte, yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28, 18-20). Esta invitación es a participar en la misión, con la generosidad para ir a todos los rincones de la tierra, con una verdadera generosidad y esfuerzo, como lo ha hecho la Iglesia y sus misioneros. También el mandato del Maestro comporta el “hacer los discípulos” llevándolos a vivir según este modelo particular de vida. En tercer momento es necesario enseñar a obedecer al Señor, poniendo en la vida, en los hechos y en la acción diaria de los cristianos, sus palabras. El trabajo de nuestra Conferencia Episcopal nos llevó en estos días a poner la atención en la realidad del país, como lo ha hecho siempre en su historia, en las realidades del nuevo contexto social en el cual nos movemos. Un análisis profundo y serio que se refleja en el mensaje que ha sido publicado. Son muy grandes los retos de este momento, para la construcción de la paz, para el análisis de grandes temas que ocupan el panorama nacional: la corrupción, el narcotráfico, el micro-tráfico, la pobreza, la urgencia del fenómeno migratorio de los venezolanos, la crisis educativa. Algunos elementos son parte de nuestro análisis de la realidad social, llevándonos a leer en clave evangelizadora: las referentes a la economía, la evangelización de la política, el cuidado del mundo y del entorno en el cual vivimos. La palabra de la Iglesia quiere iluminar la realidad social con la luz del Evangelio de Cristo, llevando a que la experiencia del Maestro marque profundamente la forma con la cual se analice, cuide y explicite la construcción de un mundo en el cual se cumpla el plan de Dios para la historia humana. Mons. Víctor Manuel Ochoa Cadavid Obispo Diócesis de Cúcuta

Mié 31 Ene 2018

Obispo de Cúcuta pide caminos más concretos para ayudar a venezolanos

Este es el llamado que hace el obispo de Cúcuta, monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, al Gobierno Nacional, sin desconocer la presencia que éste ha hecho frente a la emergencia que se vive en la frontera con los migrantes venezolanos. El obispo en un video mensaje afirmó que en las dos últimas semanas se ha duplicado el número de venezolanos que entran por la frontera a territorio colombiano, en busca de alimento, medicina y ayuda humanitaria. “El fenómeno ha crecido en las dos últimas semanas, prácticamente es el doble de los que pasaban hace un mes. Muchos de ellos con necesidades ingentes, con una gran pobreza, con grandes dificultades vienen a buscar alimentos y medicinas (…) Es dramática la presencia de tantos niños y mujeres en embarazo que vienen a Cúcuta para buscar recursos, atención médica y vacunas para sus niños”, afirmó el prelado. Así mismo, recordó que la Iglesia ha respondido a esta problemática, desde hace más de dos años. Primero atendiendo el tema de deportaciones a colombianos y en los últimos tiempos la migración de venezolanos a Cúcuta. Según el informe entregado por esta jurisdicción, son 8 casas de ayuda que se han abierto en las parroquias de las periferias y una casa de paso en la Divina Providencia ubicada en la parroquia de San Pedro a unos 100 metros de la frontera, donde se atienden diariamente unas 1.500 raciones de comida a las personas que allí se acercan. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar informe[/icon] Monseñor Ochoa Cadavid dijo que a pesar de los titulares de prensa que muestran una xenofobia contra los venezolanos, resaltó el compromiso de entrega de los más de 200 agentes pastorales que vienen atendiendo caritativamente los comedores comunitarios. Finalmente, hizo un llamado para que todos los colombianos se comprometan a ofrecer una ayuda a estos hermanos venezolanos, que en algún momento de la historia acogieron en su país a los colombianos. Fuente: Video oficina de comunicaciones diócesis de Cúcuta

Lun 29 Feb 2016

“Tenemos que entrar en una cultura de paz”

Fueron las palabras expresadas por monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, obispo de la diócesis de Cúcuta, quien hizo un llamado al diálogo y a evitar más muertes en medio de la situación que vive actualmente la capital nortesantandereana, por la violencia que se ha venido incrementado. Frente a las diversas víctimas mortales que se han reportado en los últimos días, dejando un saldo de 10 muertos en la ciudad y 6 en el departamento, monseñor Ochoa Cadavid manifestó, en comunicación con Caracol Radio, que se deben articular esfuerzos para llegar a la población y generar un cambio de mentalidad frente al contexto y estilo de vida que enfrenta la población por la falta de oportunidades educativas en el nivel superior y de empleo. “Es un fenómeno que lleva varias semanas, varios meses, Cúcuta vive un fenómeno de violencia muy complejo de violencia juvenil, la mayoría de muertos que tenemos son sobre todos jóvenes, creo que es una realidad que tenemos que enfrentar todas las instituciones”, puntualizó el prelado. Expresó también que éste es un problema que toca a las familias. “Que tristeza estas masacres en la zona rural que tocan familias, tocan personas humanas que pierden la vida en una violencia inaudita, tenemos que entrar en una cultura de paz”. Otra situación de orden público que preocupa a la comunidad son los panfletos encontrados en las zonas rurales de la ciudad, donde se habla de una supuesta limpieza social. Fuente: Of. comunicaciones diócesis de Cúcuta

Mar 17 Nov 2015

Aborto, ¡NO! La vida humana es sagrada

Por: Mons. Víctor Manuel Ochoa - Una vez más, recibimos la noticia que se quiere despenalizar totalmente el aborto en Colombia. Es un giro de palabras que quiere indicar el establecimiento del aborto libre, propiciando con este proyecto una apertura a esta acción que destruye la vida humana. El señor Fiscal General de la Nación, por las noticias recibidas, radicará un proyecto de Ley que pretende despenalizar el aborto, totalmente en Colombia. La Iglesia tiene que salir, con fuerza y vigor a defender la vida, a defender a los inocentes a quienes quieren destruir -asesinar-, es el término preciso. No es una batalla nueva para la Iglesia de Cristo, ella, siempre, desde los escritos de los primeros cristianos, ha salvaguardado la vida humana. A los cristianos se les invitaba a defender, en todo momento, a quien no había nacido. Esta ha sido siempre una constante y una clara enseñanza de la Iglesia. “No matarás al niño en el seno de su Madre”, enseñaba uno de los primeros escritos cristianos, La Didaje, reflexiones que pretendían dar los elementos de comportamiento a los primeros cristianos de frente a la forma común de razonar en el imperio Romano (Didaje. 2, 1-2). Pero sobre todo, esta posición tiene profundos fundamentos bíblicos: el primero en el designo amoroso de Dios, en sus mandamientos. Dios ha indicado claramente al hombre su voluntad: “No matarás” (Éxodo 20, 13). El hombre es una creatura, obra de la mano de Dios. El hombre, la persona humana, recibió de Dios la capacidad para reproducirse. Esa vida participa de una dignidad particular, al provenir de Dios, saliendo de las manos del creador. La Iglesia considera el aborto como un crimen abominable (Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes, n. 51, 3). No podemos con razonamientos y silogismos que defienden la modernidad y la civilidad destruir la vida humana. Estamos destruyendo al hombre mismo, estamos quitando la esperanza de nuestras vidas. Un niño que nace es esperanza, alegría, seguridad del futuro. La posición de la Iglesia es precisa, expresa un claro NO al aborto. Una posición firme que quiere defender el plan de Dios y la voluntad del Creador sobre la creatura que tiene un derecho preciso a la vida. La vida humana tiene su principio en la concepción que se da desde la unión del esperma y el óvulo hasta el término natural de esta vida que llega con la muerte. Propuestas, como las del fiscal, quieren destruir uno de los más grandes fundamentos de la condición humana del hombre. Desean matar a unos niños que están en estado de indefensión. Los católicos tenemos que defender una posición clara, neta, precisa, en torno a estas propuestas que pretenden destruir la vida humana con un crimen abominable. Es un NO claro a la propuesta del aborto. Quienes nos representan en el espacio legislativo tienen que respetar la voluntad del pueblo colombiano, con un NO al aborto y a esta propuesta concreta de Ley. Cada vez más, somos sensibles a la defensa de los derechos humanos en nuestra sociedad, quienes presentan esta iniciativa han sido propulsores y defensores de los derechos humanos en nuestra Colombia. NO podemos olvidar que el aborto destruye e irrespeta uno de los principios fundamentales de los derechos humanos: el derecho a la vida. Se deben comprender las situaciones, el dolor, la pobreza, las implicaciones sociales de cuanto vive una mujer en ciertas situaciones, pero ello no permite o autoriza la realización del aborto. Como Iglesia, en la Diócesis de Cúcuta abrimos espacios a la vida, a los niños, a las madres gestantes. Se presentan muchos razonamientos, con los cuales se pretende defender y hacer aceptar esta decisión en nuestra sociedad. Razonamientos que pretenden explicar y manifestar la realización de un asesinato de una creatura indefensa. Nuestra sociedad necesita consolidar principios de respeto y amparo de la vida humana, este es el momento de defender y luchar por la vida humana que se va a destruir con esta decisión. La Constitución colombiana defiende la vida, “El derecho a la vida es inviolable…” (Artículo 11). En los últimos tiempos vemos como en la interpretación de nuestra Constitución se han realizado lecturas que son equivocadas y que no respetan el sentido del texto que ha sido aprobado y votado por los colombianos. Señor Fiscal, respetuosamente, creemos que se está equivocando, está yendo contra la voluntad de la mayoría de los colombianos, la vida humana es sagrada. Todos a defender la vida humana. ¡No al aborto! + Víctor Manuel Ochoa Cadavid Obispo de Cúcuta