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papa francisco

Mar 13 Oct 2015

La fe y el apego a las riquezas no pueden convivir: Papa Francisco

"Yo les pregunto a ustedes, jóvenes, chicos y chicas, que están en la plaza: ¿percibieron la mirada de Jesús sobre ustedes? ¿Qué le quieren responder? ¿Prefieren dejar esta plaza con la alegría que nos da Jesús o con la tristeza en el corazón que la mundanidad nos ofrece?", cuestionó, este domingo, el papa Francisco, antes del rezo del Ángelus dominical en la Plaza de San Pedro, a los jóvenes, a partir de la meditación del pasaje del Evangelio de Marcos en el que el joven rico se marcha entristecido porque no fue capaz de dejarlo todo para seguir a Jesús. Para responder a este reto, dijo el Pontífice, es importante recordar que "el dinero, el placer, el éxito deslumbran, pero luego desilusionan: prometen vida, pero causan muerte. El Señor nos pide el desapego de estas falsas riquezas para entrar en la vida verdadera, la vida plena, auténtica, luminosa". En este pasaje, explicó el Santo Padre, "el joven no se ha dejado conquistar por la mirada de Jesús y así no ha podido cambiar. Solo aceptando con humilde gratitud el amor del Señor nos liberamos de la seducción de los ídolos y de la ceguera de nuestras ilusiones". Francisco refirió luego que el joven rico le pregunta al Maestro por lo que debe hacer para alcanzar la vida eterna. "La respuesta de Jesús resume los mandamientos que se refieren al amor al prójimo. En este contexto, ese joven no tiene nada que reprocharse; pero evidentemente la observancia de los preceptos no le basta, no satisface su deseo de plenitud". Jesús intuye esta realidad en el joven, lo mira con gran amor y lo desafía a dejarlo todo, "pero el joven tiene el corazón dividido en dos patrones: Dios y el dinero, y se marcha triste. Esto demuestra que no pueden convivir la fe y el apego a las riquezas. Así, al final, el impulso inicial del joven se apaga en la infelicidad de un seguimiento que naufraga", que no prospera. El Papa dijo luego que el reto es grande. Sin embargo, "la salvación es sí misma 'es imposible para los hombres, ¡pero no para Dios!'". "Si nos confiamos al Señor, podemos superar todos los obstáculos que no nos dejan seguirlo en el camino de la fe. Encomendarse al Señor. Él nos dará la fuerza, él nos dará la salvación, él nos acompaña en el camino", afirmó Francisco. Para concluir el Papa hizo votos para que "la Virgen María nos ayude a abrir el corazón al amor de Jesús, a la mirada de Jesús, el único que puede saciar nuestra sed de felicidad". Fuente: Agencia AICA

Mar 13 Oct 2015

“El Sínodo busca fundamentalmente orientar”: Card. Salazar

El presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano CELAM y arzobispo de Bogotá, cardenal Rubén Salazar Gómez destacó la importancia de la familia para la Iglesia y la sociedad. "El Santo Padre Francisco nos ha hecho tomar conciencia de una manera muy clara de que la familia es la célula vital, fundamental de la Iglesia y de la sociedad, pero como la Iglesia está para servir a la sociedad tiene que tratar de acercarse a la familia en su condición de célula vital para poder desentrañar todo lo que eso implica y por lo tanto para que la familia cristiana pueda también ser un elemento vital para una renovación de la sociedad en la que vivimos". "Sin duda que la problemática que se vive ahora en el mundo, en este mundo globalizado, este mundo de profundos cambios culturales es en primer lugar la desorientación". "Hemos pasado, al menos en nuestros países latinoamericanos, en los cuales se aceptaba de una manera espontánea -diría yo- la enseñanza de la Iglesia acerca del matrimonio y de la familia a una situación en la cual se proponen muchas opciones, muchas posibilidades, por lo tanto en nuestra gente hay desorientación". "Yo pienso que el Sínodo busca fundamentalmente orientar, el Sínodo no es una panacea para resolver todos los problemas prácticos, los problemas de conciencia que se puedan vivir alrededor de una familia, pero si dar unas orientaciones generales para que en la Iglesia entera haya una renovación a fondo de la pastoral familiar", afirmó el prelado. Tomado de: Radio Vaticano

Jue 8 Oct 2015

El abrazo de la Iglesia a las familias

El pasado 24 de octubre concluyó en Roma el Sínodo sobre la familia. Fueron numerosas las conjeturas e interpretaciones de diversos medios de comunicación, que desde la búsqueda de sensacionalismo o desde sus intereses ideológicos, conducían el agua a su propio molino. De modo particular, se quiso reducir la reflexión de esta asamblea episcopal al tema de la comunión eucarística para los divorciados vueltos a casar. Infortunadamente, no pocas personas se quedaron con la visión recortada o con las suposiciones de dichos medios de comunicación. El contenido real de la reflexión sinodal quedó consignado en las 94 proposiciones, llenas de sugerencias y de esperanza, que, aprobadas por la mayoría, le fueron consignadas al Papa para la elaboración de un documento conclusivo. Pero no le corresponde, ahora, sólo al Papa hacer una reflexión más, sino a toda la comunidad eclesial seguir caminando con las familias, desafiadas por muchas pruebas y a la vez sostenidas por la fuerza de Dios, para ayudarlas a vivir su profunda identidad y a realizar su indispensable misión en la Iglesia y en el mundo. La primera conclusión que podemos sacar de estos dos años de reflexión de la Iglesia es la necesidad de contemplar y agradecer el don de Dios que es la familia. Tenemos que hacer hincapié en la belleza de la familia: iglesia doméstica basada en el matrimonio entre varón y mujer, célula fundamental de la sociedad, puerto seguro de los sentimientos más profundos, único punto de conexión en una época fragmentada, parte integral de la ecología humana. Debemos incluso hacer más significativo el lenguaje de la Iglesia, para que el anuncio del Evangelio de la familia responda realmente a las aspiraciones más grandes del ser humano. Luego, urge sentir el deber de acompañar las situaciones familiares complejas y la realidad de las familias heridas o en situación irregular. Esto requiere un especial discernimiento de acuerdo con la enseñanza de la Iglesia y con la experiencia de la gracia de Dios. Entre las ''sombras'' que se proyectan hoy sobre la familia el Sínodo cita el fanatismo político-religioso hostil al cristianismo, el creciente individualismo, la ideología de género, los conflictos, la pobreza, la inseguridad laboral, la coerción económica que excluye a la familia de la educación y la cultura, la globalización de la indiferencia que pone al dinero y no al ser humano en el centro de la sociedad, la pornografía y el descenso de la natalidad. Tiene en cuenta a los inmigrantes, a los refugiados, a los perseguidos, cuyas familias se disgregan y son víctimas que debemos acoger. No se olvida de las viudas y los viudos, de los discapacitados, de los ancianos y de los célibes por su compromiso en la Iglesia y la sociedad. Habla de la necesidad de valorizar la identidad y el papel del varón y de la mujer. De otra parte, dice que las personas con tendencia homosexual no pueden ser discriminadas. Frente a las dificultades de la familia no se trata solamente de decir que todo está bien o presentar una normativa, sino de tener el coraje de escuchar, acoger con ternura y buscar maneras de curar las heridas. La reflexión sinodal insiste en la necesidad de reforzar la preparación para el matrimonio, que no puede quedarse en cuatro o cinco clases antes de la boda. Es necesario formar la personalidad y la afectividad de los jóvenes para que aprendan a ser felices entregándose mutuamente. Hace un llamamiento a las instituciones, a las autoridades y a los católicos que participan en la política para que promuevan y protejan la familia y la vida, porque una sociedad que las descuida pierde su apertura al futuro. Es difícil sintetizar tantos temas; lo fundamental es acoger la invitación del Sínodo a trabajar seriamente porque cada familia sienta el abrazo de la Iglesia y el amparo de la misericordia de Dios. + Ricardo Tobón Restrepo Arzobispo de Medellín

Mié 7 Oct 2015

La familia es y será siempre la “carta magna” de la Iglesia

La familia puede ser y debe ser la familia de Dios por lo que "se podría decir que el 'espíritu familiar' es la carta magna de la Iglesia". Además, el mundo necesita una "robusta inyección" de este espíritu puesto que en la sociedad no se le da el debido "peso, reconocimiento y apoyo". Es lo que afirmó el Papa Francisco en la Audiencia General de este miércoles en la Plaza de San Pedro, cuando en el Vaticano se realiza hasta el 25 de octubre el Sínodo de los Obispos sobre la Familia. En su catequesis, el Santo Padre recordó que "la familia que camina en la vía del Señor es fundamental en el testimonio del amor de Dios y merece por ello toda la dedicación de la que la Iglesia es capaz". Por eso, "el Sínodo está llamado a interpretar, para el hoy, esta solicitud y este cuidado de la Iglesia". Francisco afirmó que "un vistazo atento a la vida diaria de los hombres y mujeres de hoy muestra inmediatamente la necesidad que hay en todas partes de una robusta inyección de espíritu familiar". El Santo Padre señaló que "el estilo de las relaciones parece muy racional, formal, organizado, pero también muy 'deshidratado', árido, anónimo". "Se convierte a veces en insoportable" y "en la realidad abandona a la soledad y al descarte a un número cada vez más grande de personas". El Pontífice manifestó la razón de por qué la familia abre a toda la sociedad una perspectiva más humana: "abre los ojos de los hijos a la vida –y no solo la vista, sino también todos los otros sentidos– representando una visión de la relación humana edificada sobre la libre alienación del amor". "La familia introduce la necesidad de lazos de fidelidad, sinceridad, confianza, cooperación, respeto; anima a proyectar un mundo habitable y a creer en relaciones de confianza, también en condiciones difíciles". Pero además, "enseña a honrar la palabra dada, el respeto de las personas, el compartir los límites personales y los de los demás". "Todos somos conscientes de lo insustituible de la atención familiar de los miembros más pequeños, más vulnerables, más heridos, e incluso más desastrosos en las conductas de su vida". "En la sociedad –agregó el Papa– quien practica estas actitudes, las ha asimilado del espíritu familiar, no de la competición y del deseo de autorrealización. El Pontífice aseguró también que a pesar de todo esto "no se le da a la familia el debido peso, reconocimiento y apoyo". "La familia no solo no tiene el reconocimiento adecuado, sino que no genera aprendizaje", dijo Francisco. "A veces diría que, con toda su ciencia y su técnica, la sociedad moderna no está todavía en grado de traducir estos conocimientos en mejores formas de convivencia civil". Francisco también subrayó que "no solo la organización de la vida común se encalla en una burocracia del todo extraña en los lazos humanos fundamentales, sino que además la costumbre social y política muestra a menudo señales de degradación –agresividad, vulgaridad, desprecio– que están muy por debajo del umbral de una educación familiar mínima". Por ello, "los extremos opuestos de esta 'brutalización' de las relaciones se conjugan y se alimentan el uno al otro", lo que resulta "una paradoja". "La Iglesia individualiza hoy, en este punto exacto, el sentido histórico de su misión respecto a la familia y del auténtico espíritu familiar: comenzando por una atenta revisión de vida que mira a sí misma". El Papa manifestó que "se podría decir que el 'espíritu familiar' es la carta magna de la Iglesia: así el cristianismo debe aparecer y así debe ser". "Jesús, cuando llamó a Pedro a seguirlo le dijo que lo haría convertirse en 'pescador de hombres' y por eso nos quiere un nuevo tipo de redes". "Podemos decir que hoy las familias son una de las redes más importantes para la misión de Pedro y de la Iglesia", y "no es una red que haga prisioneros". Al contrario, "libera de las aguas maliciosas del abandono y de la indiferencia, que ahogan a muchos seres humanos en el mar de la soledad y de la indiferencia". "Las familias saben bien qué es la dignidad de sentirse hijos y no esclavos, o extranjeros, o solo un número del carné de identidad". "De aquí, de la familia, Jesús retoma su paso entre los seres humanos para persuadirlos de que Dios no los ha olvidado". Francisco añadió que también "de aquí Pedro toma vigor para su ministerio" y "de aquí la Iglesia, obedeciendo a la Palabra del Maestro, sale a pescar al lago, con la certeza de que, si esto sucede, la pesca será milagrosa". Al terminar, el Pontífice pidió oraciones por los Padres Sinodales para que "animados por el Espíritu Santo fomenten el impulso de una Iglesia que abandona las viejas redes y se pone a pescar confiando en la Palabra de su Señor". Fuente: Agencia ACIPRENSA

Lun 5 Oct 2015

El Sínodo de la familia no es un “congreso”: Papa Francisco

El Papa Francisco saludó hoy a los participantes del Sínodo de los Obispos sobre la Familia en la primera Congregación General. A primera hora de la mañana de este lunes, en el Aula Pablo VI, el Pontífice explicó que "el Sínodo no es un congreso o un parlamento, no es un parlamento o un senado donde nos ponemos de acuerdo" sino "una expresión eclesial es decir, la Iglesia que camina junta para leer la realidad con los ojos de la fe y con el corazón de Dios". A continuación, el texto completo del saludo del Santo Padre: Queridas Beatitudes, Eminencias, Excelencias, Hermanos y Hermanas: La Iglesia retoma hoy el diálogo iniciado con la proclamación del Sínodo Extraordinario sobre la familia para evaluar y reflexionar juntos sobre el Instrumentum Laboris (Documento de trabajo) elaborado de la Relatio Synodi (Documento final del Sínodo de 2014) y de las respuestas de las conferencias episcopales y de los organismos con derecho. El Sínodo es un caminar juntos con el espíritu de colegialidad y sinodalidad, adoptando valientemente la parresía, el celo pastoral y doctrinal, la sabiduría, la franqueza y poniendo siempre delante de nuestros ojos el bien de las familias y la suprema lex: la salus animarum (salud del alma). El Sínodo no es un congreso o un parlamento, no es un parlamento o un senado donde nos ponemos de acuerdo. El Sínodo es una expresión eclesial es decir, la Iglesia que camina junta para leer la realidad con los ojos de la fe y con el corazón de Dios. Es la Iglesia que se interroga sobre la fidelidad al depósito de la fe, que por ella no representa un Museo para mirar y menos salvaguardar, sino que es una fuente viva de la cual la Iglesia bebe para saciar e iluminar el depósito de la vida. El Sínodo se mueve necesariamente en el seno de la Iglesia y dentro el Santo Pueblo de Dios, del cual nosotros formamos parte en calidad de Pastores, es decir, servidores. El Sínodo es por otra parte un espacio protegido, donde la Iglesia experimenta la acción del Espíritu Santo. En el Sínodo, el Espíritu habla a través de la lengua de todas las personas que se dejan conducir por Dios que sorprende siempre, del Dios que revela a los pequeños aquellos que esconde a los sabios e inteligentes, del Dios que ha creado la ley y el sábado para el hombre y no viceversa, del Dios que deja las 99 ovejas para buscar la única oveja perdida, del Dios que es siempre más grande que nuestras lógicas y nuestros cálculos. El Sínodo podrá ser un espacio de la acción del Espíritu Santo sólo si nosotros participantes nos revestimos de coraje apostólico, de humildad evangélica y de oración confiada. El coraje apostólico que no se deja asustar frente a las seducciones del mundo que tienden a apagar en los corazones de los hombres la luz de la verdad sustituyéndola con pequeñas y temporáneas luces y de frente al endurecimiento de algunos corazones que, no obstante, las buenas intenciones, alejan a las personas de Dios (...). La humildad evangélica que sabe vaciarse de las propias convicciones y prejuicios para escuchar a los hermanos obispos y llenarse de Dios, que lleva a señalar con el dedo no contra los otros para juzgarlo, sino para tenderles la mano, para realzarlos, sin sentirse nunca superiores a ellos. La oración confiada es la acción del corazón cuando se abre a Dios, cuando se silencia todos nuestros estados de ánimo para escuchar la suave voz de Dios que habla en el silencio. Sin escuchar a Dios todas nuestras palabras serán solamente palabras que no sacian y no sirven. Sin dejarnos guiar por el Espíritu Santo, todas nuestras decisiones serán solamente decorativas, que en lugar de exaltar el Evangelio lo cubrirán y esconderán. Queridos hermanos, como he dicho, el Sínodo no es un parlamento donde para reunir un consenso o un acuerdo común acude al negocio o al compromiso. El único método del Sínodo es el de abrirse al Espíritu Santo, con coraje apostólico, con humildad evangélica y con oración confiada, para que sea Él el que nos guíe, ilumine y nos haga poner delante de los ojos con nuestros pareceres personales la fe en Dios, el bien de la Iglesia y la salus animarum. Quiero agradecer a Su Eminencia el Cardenal Lorenzo Baldisseri, Secretario General del Sínodo; a su Excelencia Mons. Fabio Fabene, Subsecretario, y con ellos agradecer al Relator, su Eminencia el Cardenal Peter Erdo y al Secretario Especial, Su Excelencia Mons. Bruno Forte, a los presidentes delegados (...), a los traductores: gracias de corazón. Les agradezco igualmente a todos ustedes Padres Sinodales, Delegados Fraternos, Auditores, Auditoras y Asesores, por vuestra participación activa y fructífera. Un agradecimiento especial a los periodistas, gracias por vuestra apreciada participación. Iniciamos nuestro camino invocando la ayuda del Espíritu Santo y la intercesión de la Sagrada Familia, Jesús, María y San José. Fuente: Agencia ACIPRENSA

Vie 2 Oct 2015

Papa Francisco y obispos debatirán sobre la situación de la familia

La XIV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos iniciará este domingo 4 de octubre y sesionará hasta el próximo 25 del mismo mes, será un espacio donde se debatirá sobre la vocación y la misión de la familia. En estas reuniones se reflexionará de forma comunitaria sobre las orientaciones pastorales que debería asumir la Iglesia en temas como el matrimonio, las parejas de hecho, la adopción, entre otros, pero preponderando la "plena comunión de la comunidad eclesial", según indicó el feje de la oficina de prensa del Vaticano, padre Federico Lombardi, al anunciar este evento. Se trata de la segunda reunión eclesial mundial convocada por el Papa Francisco para reflexionar sobre la crisis de la familia. En la primera, celebrada en octubre de 2014, el Papa animó a "hablar con parresía", es decir, "claro" y a "escuchar con humildad" para poder ejercitar "la sinodalidad", "Que nadie diga: Esto no se puede decir, pensarán de mí así o así...", precisó. El sábado 3 de octubre el Santo Padre presidirá en la Plaza de San pedro la Vigilia de oración preparatoria de la XIV Asamblea General Ordinaria y el domingo 04 de octubre celebrará la Santa Misa de apertura del Sínodo. Entre los participantes se encuentran 166 representantes de las Conferencias Episcopales de todo el mundo, tanto cardenales como obispos, -cinco de Oceanía, 25 de países asiáticos, 44 de África, 45 de América y 47 de Europa, además de los 45 padres sinodales nombrados personalmente por el Pontífice. Por Colombia estarán presentes en el Sínodo el arzobispo de Bogotá, cardenal Rubén Salazar Gómez, el arzobispo de Villavicencio y vice-presdiente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), Oscar Urbina Ortega y el obispo de Armenia y presidente de la comisión episcopal de familia de la CEC, monseñor Pablo Emiro Salas Anteliz.