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Pascua

Vie 5 Mayo 2017

Cristo es la puerta para la vida eterna

Reconocer a Jesús muerto y resucitado, nos lleva a reconocerlo como “Señor y Mesías”. Todos hemos sido salvados por Cristo y la liturgia de este domingo nos presenta a Cristo como la puerta por donde pasan los que quieren vida eterna Lecturas [icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: Hch 2,14a.36-41[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Salmo 23(22),1-3a. 3b-4.5.6 (R. 1) [/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: 1P 2,20b-25[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Jn 10,1-10[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO BÍBLICO[/icon] ¿Qué dice la Sagrada Escritura? La primera lectura tomada de los Hechos de los Apóstoles 2,14.36-41, narra el primer discurso de Pedro a un auditorio judío (v.36) y la reacción que provoca en ellos (vs.37-41). El v. 36 es una apretada síntesis del mensaje pascual, “Sepan, pues, con plena seguridad todos los israelitas que Dios ha constituido Señor y Mesías a este Jesús, a quien ustedes crucificaron”. La expresión “Señor y Mesías” resalta la realeza de Cristo y el cumplimiento de las profecías mesiánicas. La resurrección constituye la gran señal de que Él es efectivamente el Hijo de Dios. El salmo 22 es uno de los favoritos del salterio: por la tradición de David Pastor y por la culminación en la imagen del Buen Pastor. También por su sencillez y riqueza. San Pedro, habla de las obligaciones de los cristianos. Después de haberlos exhortado a someterse a la autoridad civil, da instrucciones a determinados grupos particulares. A la correspondiente exhortación añade Pedro el incomparable cuadro de los sufrimientos del Señor (2,21b-24) En el evangelio de Juan 10,1-10 se proclama a Cristo como puerta. Una fórmula solemne introduce una serie de referencias y situaciones tomadas de la vida de los pastores (vs. 1-5). Los fariseos no captan el sentido (v. 6). Jesús explicita ese sentido (vs 7-10). El significado de la puerta ya ha quedado formulado en los vs. 1-2: el uso o no uso de ella para entrar en el aprisco constituye a uno en pastor o ladrón. El v. 8 dice, que los guías de Israel, no hacen uso de la puerta, es decir, no aceptan a Jesús. El v. 9 comienza formulando la misma identificación Jesús-puerta, para pasar después a indicar las ventajas que reporta el entrar al aprisco por la puerta. Estas ventajas están formuladas en futuro porque su disfrute está condicionado al paso por la puerta. ¿Qué me dice la Sagrada Escritura? “Cristo padeció por vosotros, dejándoos un ejemplo, para que sigáis sus huellas… Sus heridas os han curado”. Pedro se dirige a todos los cristianos esclavizados y martirizados: hemos de recordar a Jesús maltratado y crucificado por nuestros pecados, inocente y paciente. La figura de Cristo, como la puerta domina toda la liturgia de este domingo. Jesús es la Puerta. Las puertas de nuestros templos nos recuerdan esta verdad. Pero, entre todas, la principal debe ser para todos los fieles un llamado a entrar por Cristo, “Puerta” que nos conduce con seguridad al redil acogedor del Padre, para saborear la abundancia del alegre festín de la salvación. Jesús llama a cada uno por su nombre, le da a cada uno una vocación singular. Quien pasa por la puerta que es Cristo, recibe de él una misión, una tarea, por eso este día se celebra la Jornada Mundial de las Vocaciones, no se trata únicamente del llamado para el ministerio sacerdotal, sino también de todas las vocaciones que el Pastor suscita para seguirlo con radicalidad. ¿Qué me sugiera la Palabra que debo decir a la comunidad? El crucificado ha sido constituido por Dios “Señor y Mesías”, como lo escuchamos en la primera lectura. Los que han tomado conciencia de la culpabilidad en la que se encuentran, preguntan: "¿Qué tenemos que hacer?” “Convertíos” y la actitud del creyente ante una ofensa hecha, "Bautizaos", ya que el perdón va asociado al bautismo y éste a la fe en el resucitado como Señor y salvador. Al atardecer, los pastores llevaban los rebaños a un solo aprisco; ellos marchaban y las ovejas quedaban bajo la protección de un guarda, que estaba a la puerta. Nadie que no fueran los pastores podía entrar en el aprisco. Quien quiera robar las ovejas tendrá que hacerlo derribando las tapias. Las ovejas no van saltando tapias sino que salen por la puerta. Jesús se compara con la puerta. Solamente pasando por él se accede a los buenos pastos y se tiene vida en abundancia, vida eterna. Sólo los que entran por la puerta, que es Cristo, son auténticos pastores. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO SITUACIONAL[/icon] El que el mismo Cristo se presente hoy como la puerta tiene una intención muy concreta. Puerta significa entrada, acogida, mediación, acceso. “El que entre por mí se salvará... encontrará pastos”. Cristo se revela como el enviado del Padre, el verdadero Maestro, la invitación a entrar, la bienvenida a la casa de Dios, a su Reino. Las ovejas, que hacen uso de la puerta, es decir, los que aceptan a Jesús, están a salvo, gozan de plena libertad y tienen abundancia de pastos. Jesús no ha venido a imponer una reglamentación de cargas y prácticas. Una puerta de par en par jamás es obstáculo. Jesús ha venido para que los hombres vivan la pura alegría de saberse con sentido. En un mundo que se plantea interrogantes radicales y urgentes, él aparece como la respuesta y el camino, como la clave que da sentido a nuestra existencia, como la única puerta de acceso a la verdad y la vida. Así nos lo ha presentado Pedro, en su discurso: Cristo es el único Salvador, en quien tenemos el perdón de los pecados, porque ha entregado su vida por nosotros. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO CELEBRATIVO[/icon] La liturgia propone este domingo la figura de Cristo Buen Pastor como la puerta, quien entra por ella se salvará. En este día tiene lugar la jornada mundial de oración por las vocaciones, por aquellos que serán pastores según el corazón de Jesús. Jesús es el Buen Pastor prometido por Dios, es la única Puerta de salvación y nosotros somos el rebaño de su pertenencia, abierto a la conversión (primera lectura) y a la imitación del Pastor (segunda lectura). Cristo es nuestro Buen Pastor que nos conoce por nuestro nombre, conoce nuestras cualidades y defectos. Nos ama. Nos alimenta con los sacramentos y con su Palabra. Seguimos en un clima que debe ser claramente pascual, centrado en la gran noticia de la resurrección de Cristo Jesús. Cristo ha hecho a su comunidad un entrañable don: ha querido que haya personas que colaboren con él para la guía y defensa del pueblo cristiano. [icon class='fa fa-play' link='']Recomendaciones prácticas[/icon] El Cuarto Domingo de Pascua tiene un marcado acento pastoral, se podría colocar la imagen del «Buen Pastor» en un lugar visible del templo con la frase “Yo soy el buen Pastor” u otra para el caso. Se celebra hoy la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones sacerdotales. Por esto, invitar a la comunidad a orar de manera más especial por las vocaciones al ministerio ordenado, así como por todos los ministros para que sean fieles al encargo recibido. Se podría tener en cuenta el mensaje del Santo Padre para esta ocasión. Pudiera seguirse el Prefacio de Pascua V: «Cristo sacerdote y víctima», p. 379 del Misal, por resaltar el papel oferente de Cristo, sacerdote, víctima y altar. En este día se celebra la Jornada Mundial de la Infancia Misionera. Recordar que el sábado 13 de mayo, es la memoria libre de Nuestra Señora de Fátima; oportunidad para invitar a la comunidad a continuar en el ambiente pascual en compañía de María, motivando el rezo del Santo Rosario en familia.

Jue 27 Abr 2017

Lo que vi en Semana Santa y no es…

Por: P. Jorge Enrique Bustamante Mora - La Semana Santa, o Semana Mayor convoca a miles de fieles, es el momento en que aparecen los “católicos” que a lo largo del año se esfuman mágicamente, pero no es de esto que quiero hablar, sino de la importancia que sacerdotes y quienes son responsables de las distintas celebraciones deben de colocar para que el centro del año litúrgico, el Triduo Pascual, Triduo del crucificado, sepultado y resucitado, adquiera el verdadero sentido que debe tener, y así invitar a una mejor comprensión de la fe, tanto a frecuentes como a los que ocasionalmente por este tiempo aparecen. Sé que cada uno coloca lo mejor de sí, ¡ni más faltaba dudar! Pero hay algunas cosas que se pueden mejorar. Pues con eso de las redes sociales, aunque no salí del lugar de mi misión, a través de las miles de fotos que me llegaban, especialmente a través de WhatsApp y del Facebook, donde todos compartían con el afán de mostrar, pude muchos lugares “visitar”, y puedo decir que mucho de lo que vi no es lo que debe pasar. El Monumento… o será mejor decir “lugar de la reserva”, pues la Iglesia nos dice que para este lugar hay que evitar el término “sepulcro o monumento” por la connotación que estos términos tienen de dar sentido de un “santo sepulcro” o cárcel del Señor. En muchas de las fotos no estaba el “tabernáculo” sino la exposición del Santísimo en la Custodia, incluso en algunas, desaparecía la Custodia entre la centralidad de arreglos y flores, ¿dónde estarían las otras formas consagradas en tan especial celebración? “El Sacramento hay que conservarlo en un sagrario cerrado, sin hacer la exposición con la custodia”. “No ha de hacerse nunca una exposición con la Custodia u ostensorio” para este momento; que buena oportunidad para motivar la adoración y el encuentro con la presencia del Señor en el Sagrario o Tabernáculo donde permanece el resto del año, es la imagen común que el fiel encontrará en cada capilla o Iglesia; hay lo esperará siempre el Señor, presente en Sacramento que nos ha regalado en este día; al punto que la Congregación invita a usar el mismo lugar de la reserva habitual si está separada de la nave central: “Cuando el sagrario está habitualmente colocado en una capilla separada de la nave central, conviene que se disponga allí el lugar de la reserva y de la adoración”. Otra evidencia fotográfica era el esplendor a veces exagerado… más que lugar de la reserva del Sacramento fruto de la Cena del Señor, en el contexto del Triduo Pascual, parecen altares de la Solemnidad de Corpus Christi; el Señor se merece lo mejor, pero un poco de sobriedad por el contexto de la Pasión del Señor, que bien nos hará; que bueno recuperar el sentido de cada una de las dos fiestas, bien diferenciadas. “Es preciso iluminar a los fieles sobre el sentido de la reserva: realizada con austera solemnidad y ordenada esencialmente a la conservación del Cuerpo del Señor, para la comunión de los fieles en la Celebración litúrgica del Viernes Santo...” remarcando que se trata de una invitación, esencialmente, “a la adoración, silenciosa, y prolongada, del Sacramento admirable, instituido en este día” (Cf. Directorio sobre la piedad popular y la liturgia, #141; y Congregación para el Culto Divino, carta circular sobre la preparación y celebración de las fiestas pascuales). ¡Gracias por las fotos! Perdonen mi atrevimiento, pero no podía callar, solo les comparto para que en esta responsabilidad de evangelizar podamos cada día lo mejor brindar y así esos corazones para Cristo conquistar. ¡Felices pascuas! P. Jorge Enrique Bustamante Mora Director del Departamento de Doctrina y Animación Bíblica

Mar 25 Abr 2017

Resucitaremos con ÉL

Por: Mons. Ricardo Tobón Restrepo - Estamos celebrando la Pascua, el acontecimiento fundamental de nuestra fe. Nosotros somos cristianos, es decir discípulos de Jesús, porque él ha resucitado de la muerte. “Si Cristo no hubiera resucitado”, dice San Pablo, “nuestra fe sería vana”. Ser cristiano, finalmente, es creer en la muerte y resurrección de Cristo, que ha cambiado la historia de la humanidad y debe cambiar también nuestra propia vida. Podemos acercarnos al misterio de la Pascua desde varios niveles. En primer lugar, el nivel fenomenológico. La resurrección de Cristo, aunque supera la historia, es un hecho que ocurre en la historia; por eso, se puede documentar desde diversos testimonios. Ninguno ha sido testigo ocular de la resurrección; pero muchos han dado fe del sepulcro vacío, de un encuentro personal con el Resucitado, de un movimiento de fe y de la realidad de la Iglesia que exigen, a la raíz, un hecho histórico extraordinario. La resurrección no es un mito o una hermosa fábula; es un hecho que históricamente no se puede negar. Luego, el nivel de la fe. La resurrección es también un hecho misterioso, humanamente inexplicable. Exige la fe, don de Dios, para ser comprendido y aceptado. El ejemplo clásico es el de Santo Tomás, que no estaba presente cuando Jesús se apareció a los otros apóstoles y no creía que hubiera resucitado. Pero cuando pudo ver a Jesús y tocar las llagas de sus manos y de su costado, entonces aceptó que verdaderamente estaba vivo; luego, del hecho histórico pasa a la fe, reconociendo a Cristo como su Señor y su Dios. Es necesario pedir la fe para no vivir como si Dios no existiera y como si Cristo no estuviera vivo. El tercer nivel de comprensión de la Pascua es el de la identificación con Cristo. No basta saber que resucitó y no basta aceptar que él ofrece un camino de salvación. Es necesario conocer y amar a Cristo, comprometerse con alegría a seguirlo, asumir su proyecto de vida que me llevará a vivir eternamente. La fe se me ha dado para que configure mi vida con la de Cristo y luego sea luz del mundo, sal para las personas con las que comparto, levadura para la sociedad humana. Vivir la Pascua significa encontrar un sentido para la propia vida, tener una meta en la existencia, caminar en la certeza de que resucitaré con él. La resurrección es la gran novedad del Cristianismo. Otras cosas las dicen, más o menos, las demás religiones y los demás libros sagrados; pero la resurrección de la muerte para vivir la vida eterna con Dios es una verdad que solamente Cristo nos ha revelado y nos ha prometido también a nosotros. Es en este nivel donde la Resurrección nos consuela y hace auténtica y feliz nuestra vida. Nuestra esperanza es ésta: Cristo ha resucitado para que nosotros también resucitemos. Así, la fe en la resurrección se vuelve un proceso que comienza ya y nos mantiene el espíritu joven en la conquista de la verdad, de la libertad y del bien. Cristo resucitado es fuente de gozo y de fortaleza, nos da una mirada llena de confianza sobre nuestra vida y sobre el mundo en el que vivimos; es decir, nos hace ver la realidad que nos rodea, no con nuestros ojos, sino con los ojos de Dios. A quien asume la vida en Cristo, a pesar de los sufrimientos y pruebas, no le faltan nunca la paz y la alegría. Qué importante que, en el momento actual cuando hay desorientación sobre las metas y eclipse de valores, cuando se necesitan más que nunca certezas absolutas y horizontes que resistan el paso del tiempo, nosotros seamos capaces de mostrar con nuestra vida y nuestro testimonio que la vida verdadera ya ha comenzado y se encuentra sólo en Cristo. + Ricardo Tobón Restrepo Arzobispo de Medellín

Vie 21 Abr 2017

“Creyeron en Él por las palabras de la mujer”

Por: Monseñor Omar de Jesús Mejía Giraldo - “Los discípulos estaban reunidos” - El evangelio de este segundo domingo de pascua comienza con una sentencia real y coherente con lo que le ha sucedido a su Maestro, dice la Palabra: “Ese mismo día, el primero después del sábado, los discípulos estaban reunidos por la tarde con las puertas cerradas por miedo a los judíos”. ¿Para qué se reunieron los discípulos? No es difícil intuir la razón de su reunión. Ellos están llenos de miedo, quieren huir antes que ser condenados también a la muerte. Quizás estaban pensando volver a los oficios de antes. Lo cierto es que tenían miedo y no era para menos. El miedo es aterrador, el miedo encierra, el miedo perturba el ánimo, el miedo genera pánico, el miedo hace que los problemas se vean más grandes de lo normal. El miedo no es buen consejero. El miedo enferma el alma, el espíritu y hasta el cuerpo. El miedo no deja pensar, no deja espacio para la oración (escasamente se reza). El miedo genera relaciones tormentosas y crea desconfianza. En fin, sentir miedo no es conveniente… Lo peor que nos puede pasar es que nuestras relaciones estén basadas en el miedo. ¡Cuidado con el miedo¡. El miedo frustra, deprime, genera resentimiento, odio, deseos de venganza y hasta nos puede llevar a la muerte. El miedo es una amenaza. Popularmente decimos: “al miedo nadie le ha puesto calzones”. El miedo nos impulsa a la ambición, cuando le tenemos miedo al futuro, desconfiamos de todo, de todos y hasta de Dios. Jesús continuamente dice: ¡No tengan miedo¡, y en el evangelio de hoy Jesús, resucitado repite tres veces: “La paz esté con ustedes”. En otras palabras le está diciendo a sus discípulos y a nosotros hoy: ¡Ánimo, soy yo, no tengan miedo¡ Hermanos, si somos imagen y semejanza de Dios ¿por qué nos tenemos miedo? Si Dios habita en mí, porque vivo con miedo? Jesucristo ha resucitado, resucitemos con Él, dejemos atrás el miedo. El único que nos puede dar la paz verdadera es Jesucristo resucitado, abramos nuestros corazones a Él. Sin apertura al resucitado no habrá paz en nuestras familias, comunidades e instituciones. Escuchemos el mensaje de la Palabra: “Jesús les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron mucho al ver al Señor”. Necesitamos ver al Señor. Él se hace presente en la Palabra, en los sacramentos, en los hermanos, en las circunstancias de cada día. Hermanos, Jesús resucitado está presente en el sacramento de la reconciliación, en este sacramento, a través del sacerdote el Señor nos dice: “Reciban el Espíritu Santo”. Cuando el sacerdote nos dice: “Te absuelvo de tus pecados en el nombre del Padre…”, nos está liberando de la esclavitud del pecado, nos está regalando el don de la gracia, nos está dando el don de la Vida Eterna…, nos está resucitando con Cristo, nos restablece la amistad con el resucitado. Todos los días y de una manera especial, la iglesia nos invita a que nos reunamos como discípulos, no por miedo, no; la iglesia nos convoca para que nos reunamos en la Eucaristía, para celebrar el triunfo de la vida sobre la muerte. En la Eucaristía conmemoramos la muerte y resurrección del Señor. Por eso decimos: “Anunciamos tu muerte proclamamos tu resurrección, ven Señor Jesús”. Pongámosle atención al mensaje de la primera lectura (Hech 2,42-47): “Los hermanos eran constantes en escuchar la enseñanza de los apóstoles, en la vida común, en la fracción del pan y en las oraciones”. Hermanos, por favor, no nos cansemos de encontrarnos con fe para celebrar la fe, para profundizar la fe, seamos fieles a la reunión semanal (ningún domingo sin misa). Nos reunimos para crecer en la fe, para dar gloria y alabanza al Señor, nos reunimos para acrecentar nuestra unidad. Si de verdad creemos y queremos tener vida en Jesús, tengamos en cuenta: Nuestras reuniones no son como las de un club de amigos. Nuestros encuentros deben estar inspirados por el resucitado, son para recibir la fuerza del resucitado, para recibir su paz (la paz esté con ustedes). Los cristianos nos reunimos con la fuerza del Espíritu Santo para alegrarnos, para meter nuestra mano en el costado de Jesús resucitado, para meter nuestros dedos en los agujeros de sus manos y para gritar desde lo profundo del alma: “Tú eres mi Señor y mi Dios”. De cada reunión nuestra y sobre todo de cada Eucaristía, debemos salir con más fuerza, debemos salir con el impulso del Espíritu Santo a gritarle al mundo: “Jesucristo ha resucitado , yo lo he experimentado”. De cada Eucaristía debemos salir plenos de alegría y con el deseo inmenso de gritarle a los demás: “!Jesús es mi Señor¡ Nuestras asambleas se deben distinguir porque son reuniones de creyentes que se encuentran por la fe en Cristo, porque son asambleas abiertas y dinámicas, nuestra fe no puede ser un gueto. En la fe nos reunimos, mis hermanos, para crecer en fraternidad y en el espíritu de servicio; nos reunimos en el nombre del Señor, para continuar su obra: pasar por el mundo haciendo el bien… Como creyentes nos encontramos para celebrar la fe y para ayudarnos mutuamente a asumir los sufrimientos de cada día. Nos reunimos, en especial cada domingo, para celebrar nuestra fe y el encuentro con el resucitado. No se nos olvide: “Somos una comunidad sacramental, no un club de amigos”. Finalmente entendamos una cosa fundamental: Toda reunión de los cristianos es para celebrar la salvación que Cristo nos ha traído. Nuestra salvación y la salvación de nuestros hermanos debe ser por último nuestra única y real preocupación. Para iluminar esta realidad meditemos el siguiente poema antiguo: “La ciencia más acabada es que el hombre bien acabe, pues al fin de la jornada aquél que se salva sabe, y el que no, no sabe nada”. (Anónimo) + Omar de Jesús Mejía Giraldo Obispo de Florencia

Sáb 15 Abr 2017

Abramos los ojos y el corazón: El Señor ha resucitado

Hermanos, bienvenidos a esta celebración. Como María Magdalena busquemos a Jesús. Como Pedro y Juan corramos a comprobar qué ha pasado. Dejemos que la experiencia del encuentro en esta Eucaristía nos lleve a descubrir a Jesús presente en la Iglesia, en nuestra vida, y gozosos salgamos a comunicar a nuestras familias, a nuestra sociedad, a nuestra patria, que Cristo no está sepultado, que Él ha Resucitado. Lecturas [icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: Hch 10, 34a.37-43[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Salmo: 118(117),1-2. 15c+16a+17.22-23 (R. 24)[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: Col 3,1-4 o 1Co 5,6b-8 [/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Jn 20,1-9 [/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO BÍBLICO[/icon] Todos los textos de este domingo tratan el tema de la Resurrección. Se puede seguir el hilo cronológico de los acontecimientos, para hacer notar su unidad y progreso. De los hechos del día de la resurrección, pasamos al anuncio de ese acontecimiento, para terminar en la comprensión teológica de cómo ese acontecimiento toca la vida de cada creyente. 1) El capítulo 20 de Juan narra “el día de la resurrección”, como final del acontecimiento glorificador de Jesús. Las dos formas primeras para expresar la resurrección fueron las apariciones y el sepulcro vacío. En la primera sección (Jn 20, 1-10) tenemos el sepulcro vacío y el estado de las cosas en él, que excluye el “robo” del cadáver, puesto que un ladrón no hubiese dejado las cosas tan ordenadas como aparece el sudario de la cabeza. El evangelio muestra el primer momento, “la incertidumbre de lo sucedido”, las mujeres creen que “se han llevado del sepulcro el Señor y no saben dónde lo han puesto”. Junto a este acontecer histórico y la perplejidad tenemos los dos discípulos que corren juntos, Pedro y Juan, que representan en su unidad a la Iglesia: el poder y el amor; sólo cuando los dos están juntos, dentro del sepulcro vacío – poder y amor, la Iglesia – el Texto Sagrado nos dice “vio y creyó”, no se trata que uno de ellos vio y creyó y el otro no, ni es Pedro, ni Juan el que ve y cree, son los dos, pero al singular, es decir la Iglesia vio y creyó. Luego el texto pasa al plural de nuevo “pues hasta entonces no habían comprendido las Escrituras”, las Escrituras se comprenden a la luz del misterio de la resurrección de Jesús y en la unidad de la Iglesia, la Iglesia que ve y cree, ahora entiende las Escrituras. De lo anterior se siguen consecuencias prácticas sobre las cuales se puede insistir. a. La Lectura de las Escrituras debe acontecer en comunión efectiva con la Iglesia, aun cuando se lea de manera individual; Ella debe ser leída con el amor y las enseñanzas de la Iglesia para poder comprenderla. b. La vivencia de la vida cristiana en Iglesia acontece en la unidad del respeto y aceptación de la autoridad eclesial y la dimensión del amor. El amor no se opone a la autoridad. De gran importancia para el crecimiento eclesial que todas las parroquias de nuestra Iglesia en Colombia trabajen en los distintos grupos y realidades la Carta de la Congregación para la Doctrina de la Fe, “Iuvenescit Ecclesia, - La Iglesia Rejuvenece - sobre la relación entre los dones jerárquicos y carismáticos. 2) La Iglesia comunica el acontecimiento Jesús de Nazaret, que se convirtió en el contenido del anuncio. La primera lectura, de los Hechos de los Apóstoles, se enmarca en la confirmación de la misión a los paganos por parte de la experiencia de Pedro, en Cesarea, en casa de Cornelio, (cap. 10) Pedro realiza un discurso realizando el anuncio kerigmático a partir de dar a conocer la persona de Jesús de Nazaret. Anuncia el mensaje completo: la persona de Jesús de Nazaret, su vida, su obra, su relación con Dios y centra su mirada especialmente en su muerte y resurrección. Nótese el énfasis de los verbos: “ungido por Dios…”, “pasó haciendo el bien” “curando”, “Dios estaba con Él”, “lo mataron”, “Dios lo resucito”, “nos lo hizo ver”… todo con el fin de presentar el anuncio y suscitar la adhesión de Fe a Jesús y asumir la responsabilidad evangelizadora dando testimonio. La segunda lectura muestra la madurez y desarrollo teológico que ha adquirido el tema cristológico. En Colosenses 3, 1-4 Pablo coloca como base sólida la unión efectiva con Cristo resucitado, y esta unión se da gracias al Bautismo. La Iglesia post-pascual comprende que el acontecimiento “Muerte y Resurrección” de Jesús de Nazaret no es cuestión del pasado, sino que siendo un hecho histórico es un hecho del presente, vuelve a acontecer en cada cristiano, “ya que habéis resucitado con Cristo”, condición del hoy que exige asumir las responsabilidades del presente que garantizarán el futuro, “buscar los bienes de arriba” para que se logre la plenitud en el encuentro definitivo con Dios en su gloria. El acontecimiento del pasado – la resurrección de Jesús – se actualiza en el presente en cada creyente – por medio del bautismo – de forma que el futuro está garantizado con la participación en la salvación. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO SITUACIONAL[/icon] El acontecimiento, el anuncio y la comprensión teológica de la resurrección acontecieron en situaciones de dificultades, en realidades donde el grupo de creyentes – la Iglesia – supo leer su realidad y profundizarla a la luz de la fe, con la certeza que este acontecimiento había colocado las bases de una realidad nueva. Hoy, nosotros como Iglesia Católica que celebra este acontecimiento y profundiza en esta realidad debe leer su hoy como compromiso transformador en fidelidad al anuncio de la resurrección, nuestra realidad colombiana necesita que se le anuncie el acontecimiento salvador de Jesús de Nazaret, este debe ser el empeño de cada plan pastoral diocesano o parroquial, “comunicar el kerigma y hacerlo vivir en cada persona”, que cada uno descubra el valor y viva la riqueza trasformadora de su bautismo. El mensaje de hoy nos presenta un contenido que ilumina al hombre, que comparte el Espíritu, que presenta a Cristo, Fuente de Vida. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO CELEBRATIVO[/icon] Celebrar la victoria de Jesús de Nazaret, en su resurrección, es celebrar nuestra victoria, porque este acontecimiento gozoso que embarga la Iglesia y la mantendrá en exultante jubilo, durante estos ocho días que llamamos octava de pascua, y que se prolongará a lo largo de cincuenta días, también nos exige asumir compromisos, responsabilidades, celebrar en la vida nuestro bautismo, viviéndolo como realidad nueva, trasformadora y, ante todo, evangelizadora. Se trata de embriagar nuestra vida de la fuerza pascual para que en todo momento y en todo lugar demos testimonio de nuestra condición de hijos de Dios a la luz del misterio Pascual. [icon class='fa fa-play' link='']Recomendaciones prácticas[/icon] Ofrecer una breve explicación sobre la Pascua y su importancia, sirviéndose del subsidio ofrecido al inicio: La Espiritualidad del Año Litúrgico. Insistir en la relación entre el acontecimiento, la predicación eclesial y el compromiso de cada cristiano. Se podrían destacar palabras como: resurrección, bautismo, testimonio, anuncio. En la celebración de la misa de hoy se pueden usar algunos elementos pastorales de incalculable valor, contenidos en la Vigilia Pascual, especialmente en las asambleas que no han participado en la Noche Santa. (cf. Misal Romano tercera y cuarte edición, p. 197. Domingo de Pascua, segunda forma). En efecto, dice que se pude realizar procesión de entrada con el Cirio Pascual, usando las expresiones propias de “Luz de Cristo”; renovación de los compromisos bautismales con cirios encendidos; terminado el credo se puede hacer la aspersión con el agua que se bendijo en la Vigilia Pascual. El Prefacio es el de Pascua I: «El Misterio Pascual», p. 375 del Misal, con la parte propia «en este día». Es oportuno seguir el Canon Romano o Plegaria Eucarística I, por las partes propias que contiene. En la Eucaristía se pueden destacar los momentos pascuales y bautismales: el Gloria cantado, el Aleluya solemne, el uso del incienso; igualmente, se pude resaltar la importancia y respeto por el cirio pascual, cuyo mejor sitio es cerca del lugar de la Palabra. La Bendición final de la Misa es solemne, como en la Vigilia Pascual, se agrega el doble Aleluya. Con las segundas Vísperas de este día termina el Sagrado Triduo Pascual. Insistir en la importancia de la “Octava de Pascua” Sería de gran provecho para la comunidad que en estos días de la octava de pascua se celebre el “Vía Lucís” – Camino de la Luz, para poner de relieve la presencia del resucitado en medio de la comunidad.

Mié 12 Abr 2017

Descarga el Plan de Predicación para el Triduo Pascual

El departamento de Liturgia de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) pone a disposición de los fieles las orientaciones que ofrece el Plan de Predicación para el Sagrado Triduo Pascual Jueves Santo (Misa vespertina), Viernes en la Pasión del Señor y la Vigilia Pascual. Con el Triduo Pascual se recuerda la conmemoración de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor, el misterio de la fe que celebramos y vivimos bajo el signo del amor y la unidad. DESCARGA PLAN DE PREDICACIÒN TRIDUO PASCUAL

Jue 16 Feb 2017

Obispo de Guapi agradece cercanía tras el fallecimiento de su papá

Monseñor Carlos Alberto Correa Martínez, obispo del Vicariato Apostólico de Guapi, expresó el agradecimiento de su familia por el acompañamiento que recibió del episcopado y los fieles tras la muerte de su señor padre Antonio José Correa, ocurrida los primeros días de febrero. “La familia Correa Martínez agradece el acompañamiento en la enfermedad y muerte de nuestro esposo, papá, abuelo, bisabuelo y diácono ANTONIO JOSÉ CORREA CORREA, sus oraciones, presencia y solidaridad han sido fundamentales en la vivencia de la pascua de este ser querido, regalo de Dios”, agradece en una nota enviada a la Oficina de Comunicaciones del Episcopado Colombiano. El prelado además de reiterar su agradecimiento, encomienda a las oraciones de todos los fieles el eterno descanso de su querido papá.

Vie 27 Ene 2017

Descarga Indicaciones litúrgicas para la Pascua del Señor Ciclo A

El Departamento de Liturgia de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) gracias a un material ofrecido por el padre Diego Uribe C., Profesor – Titular UPB e integrante de la Comisión Nacional de Liturgia, pone a disposición Indicaciones litúrgicas para la celebración de la Pascua del Señor Ciclo A. En el texto se recuerda que la celebración la Pascua del Señor “es el centro mismo del Año Litúrgico y el punto de partida y llegada de la experiencia de la Evangelización”. Así también, se destaca que la Conferencia Episcopal este año ha querido poner énfasis, como línea de acción, la frase: “dejémonos reconciliar por Dios”, que está tomada de 2 Corintios 5, 20 y que sirve de punto de partida a la gran preparación para la Pascua que es la Cuaresma. Esta línea de acción favorece para que la Cuaresma esté iluminada por la voz del Señor que nos invita a mirar a Cristo para que contemplando su sacrificio nos garantice una vida fraterna y una experiencia de comunión El tener una línea de acción es importantísimo en la preparación adecuada de estos días de gracia, porque nos ubica en la línea de la predicación, nos favorece para que la Cuaresma esté iluminada por la voz del Señor que nos invita, de modo especial en las circunstancias actuales de Colombia, a propiciar desde la fe el encuentro de hermanos que se descubren hijos de Dios que están llamados a mirar en la misma dirección: mirar hacia el que nos ha salvado con su sacrificio pascual para que sea él el que garantice una vida fraterna y una experiencia de comunión que da vida y sostiene en la esperanza. DESCARGA LAS INDICACIONES Imagen tomada de Internet