SISTEMA INFORMATIVO
[ENTREVISTA] “El cristiano tiene una locura diferente, un sabor que es irresistible”: Paula Andrea Mora
Tags: Paula Andrea Mora papa francisco colombia jmj cracovia Jornada Mundial de la Juventud
![](/sites/default/files/2022-10/Miniatura-general_2016.jpg)
Paula Andrea Mora, la joven colombiana que se hizo famosa por almorzar con el Papa Francisco y luego comentar que el pontífice aseguró que durante el 2017 visitará nuestro país, a través del chat de Facebook, ha compartido algunas vivencias de la experiencia que tuvo en la Jornada Mundial de la Juventud Cracovia 2016 en los últimos 8 meses.
Para Paula Andrea, Cracovia no iba a ser su primera experiencia, ya en 2013 había hecho un esfuerzo muy grande para participar en la JMJ Río. Ese sueño quedó truncado luego de haber sufrido una estafa. “Yo apliqué para el voluntariado de corto plazo y me estafaron con los tiquetes que compré, así que no pude ir a Río”, comenta.
Perseverancia y fe es una fórmula inequívoca y así lo entendió Paula Andrea, por eso para cumplir su sueño decidió que - esta vez - nadie podía robarle ese anhelo de participar de la JMJ en Cracovia.
“Cuando les comenté a mis papás lo de Polonia pusieron el grito en el cielo y era obvio (luego de lo que pasó en Río). Después de explicarles muchas veces e incluso que mi párroco hablara con ellos recién se tranquilizaron. Ya era una decisión tomada y no quería irme sin su bendición. Fue un camino bastante doloroso y difícil para poder llegar a Polonia y ser voluntaria de largo plazo, pero valió la pena”, cuenta Paula Andrea.
Su camino hacia Cracovia no comenzó ni siquiera en Río, sino hace 15 años. Impulsada por su familia sirvió en su parroquia como monaguillo, luego catequista, estuvo 10 años en la Pastoral Juvenil de Pasto, hace poco estuvo en el servicio de música de la Renovación Carismática Católica. “Al recibir el sacramento de la confirmación sentí un deseo especial para vincularme de lleno con la Iglesia”, comenta.
Paula Andrea Mora es licenciada en Inglés y Francés. Estuvo como docente de inglés en el Colegio San Francisco de Asís en Pasto. Su historia es quizás parecida a la de muchos jóvenes colombianos y del mundo que han soñado en participar de la JMJ. Paula Andrea lo consiguió y tuvo el plus de compartir con el Santo Padre. Ahora tras este terremoto peregrino retorna a su ciudad. Sin duda su vida ha cambiado, pero la actitud la mantiene y como ella bien lo dice es tiempo de descansar, retomar fuerzas y seguir.
Compartimos la entrevista que ha concedido en exclusiva para la Oficina de Comunicaciones de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC).
CEC: Al ser una de nuestras representantes en la JMJ y estar apoyando como voluntaria internacional, qué experiencias puedes destacar de la labor desarrollada?
PAM: Hay muchas experiencias que sin lugar a dudas se quedarán en mi corazón y me animarán en mí caminar de fe hasta el final. Una de ellas es el intercambio de las experiencias de fe de los integrantes del Comité Organizador Local. Todos en algún momento, tuvimos un encuentro personal con Cristo que nos movió a dejarlo todo y servirle en este servicio por los jóvenes del mundo. Todos sentimos un llamado a poner nuestros talentos a funcionar, porque son talentos que no nos pertenecen; sino que han sido regalo del mismo Dios. En muchos de mis compañeros vi mucha radicalidad y espiritualidad; ninguno perdió la alegría de ser jóvenes, solo que sabíamos que hay algo más valioso que nos hizo optar y permanecer en ese camino emprendido. El cristiano tiene una locura diferente, un sabor que es irresistible y que se conjuga cuando se encuentra con otros de la misma comunidad, porque todos somos miembros de un mismo cuerpo que es la Iglesia.
He servido a la Iglesia durante muchos años de mi vida y a pesar de los tropiezos y momentos difíciles, quiero seguir desgastándome por ella. No hay nada más valioso que servir al Señor.
CEC: En los últimos meses te hemos visto en el micro programa Minuto JMJ. ¿Además de este servicio qué otras labores en comunicaciones e informativas haz realizado?
PAM: El Minuto JMJ fue un proyecto de Fabíola Goulart, voluntaria de largo plazo de Brasil quien también hizo parte del COL de Río de Janeiro. Cuando yo llegué, era la primera hispano-hablante y me propusieron ser la anfitriona del programa en español. Hicimos el primer capítulo, con muchas tomas y mucho nerviosismo, les gustó, me gustó y así quedó. Desde que llegué hice parte del equipo de Relaciones Internacionales, pero estuve vinculada por 8 meses con el departamento de Comunicaciones: primero como traductora de los diferentes textos y contenidos al español, y luego como responsable del contenido en español para la página web. Asistí a ruedas de prensa, entrevisté a algunos protagonistas de anteriores ediciones de la JMJ y escribí algunos artículos para el sitio web. Fui la editora de un proyecto llamado “Tierra del Papa”, una serie de artículos en los que se “contrastaba” las experiencias y vida de San Juan Pablo II y del Papa Francisco. Hago parte también del equipo de Social Media y presenté las emisiones en vivo para Facebook, empezando el día de la fiesta de la Divina Misericordia.
CEC: Hablando a nivel pastoral. Tú eres de la diócesis de Pasto y tienes mucha experiencia en el trabajo con la pastoral juvenil. A tu juicio, ¿cuáles son las principales lecciones que deja Cracovia a los jóvenes del mundo y en particular a los colombianos?
PAM: La Jornada Mundial de la Juventud se ha convertido en el recurso más importante para la pastoral. Tuve la oportunidad de conocer de cerca el trabajo de diferentes países en su preparación camino a la Jornada. Los diferentes movimientos juveniles, delegaciones y grupos apostólicos internacionales preparaban sus catequesis y formación pastoral en torno al tema de la Jornada: “Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia”.
La Jornada es la Iglesia joven que se renueva y se recrea con la inspiración del Espíritu Santo y suscita nuevas formas, nuevas iniciativas pastorales, para que los jóvenes desarrollen un caminar catequético que no concluye con una edición de la Jornada; sino que continua y anima a los jóvenes a comprometerse con la causa del evangelio. Son innumerables los testimonios de conversión de los miles de jóvenes que participan en una Jornada o que se dejan tocar por su espíritu, que es el Espíritu de Dios. La Jornada no es solo una semana que se vive cada tres años, ese es tan solo un momento. La Jornada no acaba, porque con cada Jornada son muchos los carismas que se despiertan, para enriquecimiento de la misma Iglesia. San Juan Pablo II fue un gran conocedor de esto, su visión antropológica – cristocéntrica le permitió optar por los jóvenes, pues sabía la juventud es la protagonista de la civilización del amor.
Francisco: "Un corazón misericordioso se anima a salir de su comodidad" #Krakow2016 pic.twitter.com/gFHLnfwNxn
— JMJ Español (@jmj_es) 29 de julio de 2016
CEC: Desde el lugar que has estado, ¿cómo viste la participación de Colombia en esta jornada?
PAM: Tuve la posibilidad de encontrarme con algunos peregrinos de Colombia, en los momentos en los que salí de la oficina y recorrí las calles para participar de la fiesta. El número de colombianos fue considerable, teniendo en cuenta la lejanía, los costos y la situación económica que vivimos en Colombia. En muchos de ellos noté un deseo de vivirla de la mejor manera y aprovechar cada oportunidad para compartir con los demás y experimentar la alegría de ser cristiano.
CEC: ¿Qué ha cambiado en tu vida luego de esta experiencia?
PAM: Siento que mi fe es un poco más fuerte, aun debo recorrer mucho camino, pero la certeza de ser Iglesia y de querer servir en ella, me impulsa a sentirme bendecida por feliz; amo más a Dios y a su Iglesia.
CEC: Tu labor terminó con broche de oro. Nada menos que un almuerzo con el Papa. ¿Cómo te has sentido?
PAM: Como una hija muy amada por Dios. Me dieron la notica al día siguiente de mi cumpleaños y aunque hay mucha felicidad y al principio no me lo creía, siento que es también un compromiso muy grande. Es un llamado a ser mejor cristiana, a testificar con mi vida aquello en lo que creo y a dar razón de mi fe con mi vida, más que con mis palabras.
CEC: ¿A raíz de esta experiencia cuál es tu mensaje para todos los jóvenes colombianos?
PAM: Dios está vivo, actuante y si lo buscas, Él estará feliz de dejarse encontrar. Es más, en muchas ocasiones es Él quien sale a nuestro encuentro. Vale la pena entregarle todo a Él, porque si nuestros deseos están en sintonía con Su voluntad, Él los cumplirá; Dios nos hace soñar aquello que nos quiere dar.
Colombia necesita de jóvenes dispuestos a darse a Dios y a los demás, sin temor, porque Dios no falla jamás. Colombia necesita de jóvenes que ante tantos escenarios de horror y violencia que hemos vivido durante las últimas décadas, tracen pautas de paz, de reconciliación; pero de la paz verdadera, que es don del Espíritu Santo.
Colombia necesita las voces de esperanza que solo pueden brotar de los jóvenes que se dejan amasar por Dios; el Camino, la Verdad y la Vida.
No debemos temer en dar razón de nuestra fe, porque la Iglesia está viva y aunque muchos desean lo contrario, no podrán contra ella. El mismo Señor, en la persona de Pedro: Juan Pablo II, Benedicto XVI, Francisco y muchos otros antes de ellos, han confiado la construcción de una mejor sociedad a nosotros los jóvenes. No debemos temer a responder como María, con un Sí total. ¡Dios nos bendice!
![](https://cec.org.co/sites/default/files/2024-06/28-nombramiento-german-medina-y-edwin-raul-episcopal.jpg)
![](https://cec.org.co/sites/default/files/2024-06/13-inicio-grupo-de-trabajo-por-colombia-en-roma-papa-francisco-colombia%20%282%29.jpg)
![](https://cec.org.co/sites/default/files/2023-05/monse%C3%B1or-jose-libardo-garces-monsalve_Obispo%20de%20C%C3%BAcuta.jpg)
La familia defiende y protege la vida
Mar 11 Jun 2024
![](https://cec.org.co/sites/default/files/2024-06/25-fallecimiento-monse%C3%B1or-william-de-jesus-ruiz-velasquez.jpg)
Mar 25 Jun 2024
Falleció monseñor William de Jesús Ruiz Velásquez, Prefecto Apostólico Emérito de Leticia
A sus 82 años de edad, falleció monseñor William de Jesús Ruiz Velásquez, quien, entre el 8 de julio de 1997 y el 23 de octubre del 2000, se desempeñó como Prefecto Apostólico de Leticia (Amazonas). El pastor antioqueño fue el segundo en desempeñar este oficio, antes que dicha circunscripción eclesiástica fuera elevada a Vicariato Apostólico por el papa Juan Pablo II.La muerte de monseñor Ruiz Velásquez se produjo en la madrugada de este martes 25 de junio en la ciudad de Medellín, donde vivía desde el año 2016 en una casa familiar.Monseñor William de Jesús nació el 2 de octubre de 1941 en el municipio de Entrerríos (Antioquia). Realizó sus estudios de Filosofía y Teología en el Seminario Conciliar Santo Tomás de Aquino de la Diócesis de Santa Rosa de Osos. Cursó una maestría en Catequesis en la Universidad Católica de París (Francia).Fue ordenado sacerdote para el clero esa misma jurisdicción el 11 de septiembre de 1966, por monseñor Miguel Ángel Builes. Allí desempeñó múltiples oficios pastorales, entre ellos: Vicecanciller de la Curia y Notario del Tribunal Eclesiástico (1969), Promotor Diocesano de la Pastoral Vocacional (1973), Vicario de Pastoral de la Diócesis (1995) y Coordinador de la Pastoral Familiar (1996). En julio de 1997 fue nombrado Prefecto Apostólico de Leticia, misión que desempeñó por tres años.Al regresar a su región natal, entre los años 2001 y 2016 fue párroco en los municipios de Amalfi, Yarumal y Donmatías. Allí apoyó también diferentes procesos de desarrollo municipal e impulsó iniciativas asociadas a la educación, la defensa de la vida y la institucionalidad.Fue colaborador permanente del Consejo de Administración de la Cooperativa Fraternidad Sacerdotal.El padre Luis Alfonso Urrego Monsalve, administrador diocesano de Santa Rosa de Osos, expresó sus condolencias a familiares y amigos del presbítero, e informó que las exequias se celebrarán este miércoles 26 de junio, a las 3:00 p.m., en la Catedral Metropolitana de Medellín.
![](https://cec.org.co/sites/default/files/2024-06/24-jornadas-de-capacitacion-cultura-del-cuidado-provincia-eclesiastica-de-barranquilla-2.jpg)
Mar 25 Jun 2024
Finaliza la segunda etapa de ‘Iglesias seguras y protectoras’: la última jornada de formación en prevención de abusos se desarrolló en la Provincia de Barranquilla
Entre el 19 y el 21 de junio, en la ciudad de Barranquilla, se llevó a cabo la última jornada de capacitación de la iniciativa ‘Iglesias Particulares Seguras y Protectoras’ implementada por la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) con el auspicio de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos. Un proyecto que tiene como finalidad promover la atención y prevención de abusos y violencias en las diferentes regiones del país.A este llamado por la cultura del cuidado en la Iglesia Católica acudieron alrededor de 500 personas, entre obispos, sacerdotes, consagrados y laicos de la Arquidiócesis de Barranquilla y de las diócesis de Riohacha, Santa Marta, Valledupar y El Banco, jurisdicciones que conforman la Provincia Eclesiástica de Barranquilla.Como parte de la agenda desarrollada en esta última etapa, se implementaron diferentes talleres y conferencias sobre la cultura del cuidado: los desafíos a nivel social y eclesial, la generación de entornos protectores y la atención a víctimas. También se presentaron las líneas guía, líneas operativas y buenas prácticas propuestas por la CEC. Estos espacios estuvieron a cargo de los miembros del Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado, del Departamento de Comunicaciones de la Conferencia Episcopal y del presidente del Tribunal Eclesiástico de Bogotá, monseñor Pedro Mercado.La psicóloga Diana Suárez, miembro del Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado, comenta que se pudo dar un encuentro como comunidad eclesial para trabajar en aspectos que, en materia de prevención, son de gran importancia. De ellos, destacó el reconocimiento de la realidad sobre la problemática de violencia sexual en cada territorio de la Provincia de Barranquilla, así como la evaluación de los factores de protección que favorezcan el cuidado, de manera especial, de niños, niñas y adolescentes.Por una cultura del cuidado con rostro provincialEstos tres días de formación significaron el encuentro fraterno de una “Iglesia viva, actuante y alegre”, así lo indicó la doctora Ilva Myriam Hoyos, presidenta de ese organismo de la CEC.De acuerdo con monseñor Pablo Emiro Salas Anteliz, arzobispo de Barranquilla, los prelados de las cinco Iglesias particulares estuvieron de acuerdo con que estas jornadas coincidieran con la formación obligatoria de sus cleros, de tal manera que se les diera la mayor importancia posible. “Para la provincia ha sido un momento providencial porque también nos ha permitido acercarnos de manera mucho más profunda y consistente al Sistema para la Cultura del Cuidado que ha impulsado la Conferencia Episcopal. Diríamos que ahora este sistema va a adquirir un rostro provincial, el rostro de la Provincia de Barranquilla”, así lo expresó monseñor José Mario Bacci Trespalacios, obispo de Santa Marta.Monseñor Bacci Trespalacios, indicó también que ahora cada Iglesia particular tiene como tarea no solo divulgar los contenidos abordados, sino también profundizar en cómo hacer vida la cultura del cuidado en todos los ámbitos eclesiales.Una cultura del cuidado que no se agota en las jornadas de las provincias“Es muy importante reconocer que el ejercicio no se puede quedar solamente en esta capacitación o en las capacitaciones realizadas en las diferentes provincias. Es necesario que esta información también sea comunicada con los diferentes miembros que hacen parte de los ambientes eclesiales y de allí la importancia de realizar un trabajo muy riguroso con las comunidades”, señaló la doctora Diana Suárez.La piscóloga, quien, además, coordina la Oficina del Buen Trato de la Arquidiócesis de Bogotá, señaló también la necesidad de sensibilizar a los agentes de evangelización y a los padres de familia sobre los riesgos que hay en el entorno digital para los menores y en las normas específicas para el cuidado y la protección de todos los que hacen parte del ambiente eclesial. Además, brindar un acompañamiento integral a las personas que han sufrido a causa de abusos o violencias, sin riesgo a revictimizarlas.Al cierre de estas jornadas, monseñor Pedro Mercado, indicó que, a pesar de que la primera parte del proyecto se ha cumplido, la labor pedagógica debe continuar, de manera especial, con los futuros pastores de la Iglesia: “Hay que acentuar todavía más la prevención e ir sobre todo a los seminarios para que la cultura del cuidado no llegue ya en un momento tardío de la formación sacerdotal, sino precisamente cuando se está gestando ese futuro ministro, ese futuro sacerdote, servidor del pueblo de Dios. De tal manera que, desde esa etapa temprana, la cultura del cuidado haga parte de su formación para un servicio integral a la Iglesia”, remarcó monseñor Mercado.De esta forma, concluyeron las jornadas de capacitación sobre atención y prevención de abusos implementadas por la Conferencia Episcopal de Colombia en once de las catorce provincias eclesiásticas del país, desde la iniciativa ‘Iglesias Seguras y Protectoras’. La Oficina para la Cultura del Cuidado continuará animando y articulando otros procesos formativos en diversas instituciones eclesiales bajo el propósito de aportar a la construcción del Sistema para la Cultura del Cuidado propuesto por los obispos en las ‘Líneas guía’.Vea el resumen informativo de la jornada:Para conocer más información sobre el trabajo de la Iglesia colombiana por la cultura del cuidado, haga clic aquí.
![](https://cec.org.co/sites/default/files/2024-06/21-713-comedores-comunitarios-alimentan-a-58-mil-personas-arquidiocesis-de-cali.jpg)
Vie 21 Jun 2024
En “La Sucursal del Cielo”: Iglesia, Estado y comunidad luchan juntos contra el hambre
Con la operación de 713 comedores, ubicados en las 22 comunas y en 15 corregimientos del Distrito Especial de Santiago de Cali, la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Cali, en articulación con la Alcaldía de la capital vallecaucana y gracias al apoyo de gestores de la comunidad, diariamente brinda alimento a 58.000 personas de diferentes edades que tienen grandes necesidades económicas.En el caso de la Iglesia, la iniciativa se realiza mediante un servicio conocido como “Diaconía del Pan”. Desde el cual no solo brindan alimento material sino también espiritual a personas de escasos recursos.A través de estas acciones, la Arquidiócesis de Cali busca hacer vida la Doctrina Social de la Iglesia. Es así, como el padre Diego Fernando Guzmán, delegado de la pastoral social arquidiocesana, comenta que, hace aproximadamente nueve años, existe una alianza con el Distrito de Cali y los gestores sociales, mediante la cual se ha generado un impacto social importante para mitigar el hambre, un problema de grandes dimensiones en la denominada “Sucursal del Cielo”.“Desde esta acción conjunta logramos que la acción del Evangelio, el amor misericordioso de Jesucristo, la invitación a la fraternidad, a la mano tendida para el más pobre, pues se pueda hacer realidad, se pueda hacer efectiva”, agregó el sacerdote.De ollas a comedores comunitariosLa historia de estos comedores se remonta a 1996 con la creación de la Comisión Arquidiocesana Vida, Justicia y Paz y del Banco de Alimentos, por iniciativa de monseñor Isaías Duarte Cancino. El pastor que abanderó una lucha decidida contra la violencia y la defensa de los derechos humanos. Lucha que, seis años más tarde, le costaría la vida, pues fue asesinado, al parecer, por sus fuertes denuncias en el marco del conflicto armado que afectada a la capital vallecaucana y a muchas otras regiones del país.En el año 2015, la Arquidiócesis y la Alcaldía de Cali firmaron el primer convenio para trabajar por la mitigación del hambre. Con el apoyo de un importante número de laicos que hasta hoy desempeñan labores de gestores, pusieron en funcionamiento 46 espacios denominados “ollas comunitarias”, a través de los cuales alimentaban a cerca de 6.000 personas.En dichas “ollas” se unían diferentes familias, lideradas en su mayoría por las mujeres, para cocinar y compartir grandes cantidades de alimento como medio de supervivencia, debido a la difícil situación económica y la enorme ola de violencia que golpeada su territorio. En dicha misión, al calor de fogón de leña, prevalecía siempre el sentido por el bien común.Con el pasar de los años la iniciativa se fue fortaleciendo y permitió pasar “de las ollas”, a la creación de un programa más integral de comedores comunitarios. Desde él, ya no solo buscan brindar alimento material sino también alimento espiritual y acompañamiento psicosocial a las personas beneficiadas. Además, han logrado crear huertas comunitarias y apoyar emprendimientos locales, entre ellos, de pequeños productores, favoreciendo así el desarrollo y empoderamiento de las comunidades.Conozca más detalles ingresando aquí.
![](https://cec.org.co/sites/default/files/2024-06/19-Iglesia-en-Boyaca-atencion-y-prevencion-de-abusos-cultura-del-cuidado.jpg)
Jue 20 Jun 2024
Iglesia en Boyacá recibió formación en atención y prevención de abusos: casi 800 personas participaron
Entre el 12 y el 14 de junio, Duitama fue sede de las jornadas regionales de capacitación sobre atención y prevención de abusos desarrolladas por la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) en el marco de la iniciativa “Iglesias Seguras y Protectoras”. En esta oportunidad, con obispos, sacerdotes, seminaristas, religiosas y laicos de la Provincia Eclesiástica de Tunja. De manera especial, de las cuatro jurisdicciones de Boyacá: la Arquidiócesis de Tunja y las diócesis de Duitama-Sogamoso, Garagoa y Chiquinquirá.Cerca de 800 personas de zonas urbanas y rurales del departamento acudieron a esta convocatoria, liderada por los obispos y los miembros de los organismos encargados de la cultura del cuidado en cada una de estas Iglesias particulares . También asistieron algunos representantes de la Diócesis de Yopal, que hace parte de esa provincia.Se trata del cuarto ciclo de formación por provincias eclesiásticas facilitado en lo que va corrido del 2024 por el Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado y el Departamento de Comunicaciones de la CEC, así como por el Presidente del Tribunal Eclesiástico de Bogotá, monseñor Pedro Mercado. En él, se llevaron a cabo conferencias, talleres y diálogos específicos en torno a temáticas como: claves para generar entornos protectores, elementos psicosociales para identificar situaciones de abuso, fundamentos canónicos para la atención y aspectos necesarios para comunicar con enfoque de cuidado y prevención.“Este momento ha sido un paso más, un escalón más, en todo el compromiso que tenemos las diferentes diócesis de esta jurisdicción, en esta cultura del cuidado y ser verdaderas apóstoles de la prevención”, expresó el padre Ricardo Alonso Lache, también de la Diócesis de Garagoa.Sobre el sentido fundamental de la cultura del cuidado y las reflexiones suscitadas durante las jornadas, monseñor Julio Hernando García Peláez, obispo de Garagoa, afirmó: “Se trata de un acto de responsabilidad en lo que es la Iglesia como tal, que debe continuar la obra de Jesús, atendiendo de modo especial a los niños y brindándole a los niños ambientes seguros. Jesús bendecía a los niños. Nosotros estamos para cuidar a los niños y bendecirlos.”Por su parte, el padre Óscar Pinzón, administrador diocesano de Duitama, destacó la necesidad de afianzar cada vez más el trabajo por la cultura del cuidado a nivel provincial, así como los retos que tienen tras esta formación:"Aquí en Boyacá el tema provincial está muy muy arraigado y hemos trabajado de la mano las diócesis vecinas, conformando una suerte de comisión o Delegación Provincial para la Cultura del Cuidado, con la cual nos reunimos mes a mes, hemos preparado también remotamente este encuentro de Iglesias particulares, pero sigue el esfuerzo de ver qué nos hace falta: perfeccionar los decretos con los cuales se crean las comisiones, las oficinas, también de los materiales y de las formas en que en cada diócesis podemos llegar a ser multiplicadores de esta buena noticia".Monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos, arzobispo de Tunja también valoró la actividad como una oportunidad para aclarar dudas y unificar criterios. Además, aprovechó para hacer una invitación especial que permita seguir fortaleciendo el Sistema para la Cultura del Cuidado que ha sido definido por la Iglesia Católica colombiana:"Invitar a todos los que ya han pasado también por esta formación a que demos un paso adelante: que se estabilice en cada una de las jurisdicciones la oficina, como lo ha pedido el papa Francisco "Vos Estis Lux Mundi", que haya un organismo en el cual la gente tenga fácil acceso a todo lo que tiene que ver con denuncias o prevención de este fenómeno, de los abusos de poder, de conciencia y sexuales, que tanto dolor causan en la sociedad y específicamente nuestra Iglesia".Las jornadas finales de este ciclo formativo se están desarrollando entre el 19 y el 21 de junio con las jurisdicciones que conforman la Provincia Eclesiástica de Barranquilla. Así, la Conferencia Episcopal de Colombia clausurará la segunda etapa de este proyecto, que ha sido auspiciado por la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos.Vea a continuación el informe del evento: