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evangelio

Vie 22 Oct 2021

La voz del Pastor | 24 de octubre de 2021

Reflexión de monseñor Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y primado de Colombia Lectura del Santo Evangelio segúnSan Marcos 10,46-52

Jue 21 Oct 2021

«Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación»

JORNADA MUNDIAL DE LAS MISIONES Octubre 24 de 2021 Primera lectura: Is 56, 1.6-7 Salmo: Sal 66, 2-3.5.7-8 Segunda lectura: Ef 3 2-12 Evangelio: Mc 16, 15-20 I. Orientaciones para la predicación Introducción • La salvación es para todos los que por la fe se adhieran al mensaje del Señor. • La salvación no es exclusiva para un determinado grupo. • El mandato misionero de Cristo es para ir a anunciar el Evangelio a todo el mundo. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El pasaje de Isaías que leemos este domingo corresponde al Trito-Isaías que a su vez está organizado en tres partes, y en el caso del texto que nos ocupa se ubica dentro de la primera parte de los capítulos 56 al 59, donde se denuncian los aspectos negativos de Israel y se ofrece un mensaje de esperanza para el futuro de la humanidad. Así, el mensaje de este día, nos habla del universalismo de la salvación mediante la figura del lugar de culto como casa de oración, abierta para todos sin excluir a nadie. Esto se debía a que en la época del Exilio se habían presentado muchas dificultades para ofrecer sacrificios en la ciudad de Jerusalén, por lo que los judíos buscaron otro modo de relacionarse con Dios mediante la escucha de la Torá y la oración como medios para comunicarse con Yaveh. Ahora el culto y la relación con Dios no se limita únicamente al templo, sino que se habla del monte como lugar de encuentro y casa de oración, para todos aquellos hombres y mujeres que quieran acceder a la comunión con el Señor. El apóstol san Pablo en su carta a los Efesios nos dice que la salvación no es algo exclusivo del pueblo judío, sino qué por gracia de Dios, a él como anunciador de la Buena Nueva, le ha sido confiado este anuncio que es para todos los pueblos y así se incluye a los gentiles que no pertenecían al pueblo hebreo. A estos se les llama los coherederos de la salvación y con esto se reconoce que los primeros herederos fueron los judíos; a ellos, en primer lugar, se les reveló este mensaje de salvación, pero posteriormente la herencia también se dio para los paganos como coherederos, es decir, que se comparte la herencia de la salvación junto con los judíos. Así, la salvación es una herencia a la que todos podemos acceder por gracia de Dios como don reservado para los hombres y mujeres de buena voluntad que se adhieren a Jesucristo mediante la fe. En el Evangelio nos encontramos con el epílogo de San Marcos donde se narra el envío solemne de los discípulos por parte de Jesús resucitado. El envío es para aquellos que son testigos de la resurrección del Señor, todos los que son discípulos de Cristo y pueden dar testimonio de la buena noticia de la Vida que ha vencido a la muerte. Ese envío es para ir todo el mundo conocido, es decir que no debe quedar ningún lugar sin ser partícipe de este anuncio, por lo tanto, es una tarea ardua y exigente porque son muchos los hombres y mujeres que aún no lo han recibido y para ellos es este mensaje de salvación. De este anuncio también participa la creación como obra salida de las manos de Dios y que experimenta la redención que trae Jesucristo para toda la humanidad. Para recibir la salvación se pone como condición fundamental la fe para el sacramento del bautismo como puerta de entrada a la salvación, de modo que es una tarea que aún se sigue realizando, ya que muchos hombres y mujeres no se han bautizado y necesitan de este anuncio para poder creer. Los discípulos que son enviados tienen la garantía de que no están solos, ellos como enviados serán acreditados por los mismos signos y hechos que acompañaron al maestro. Jesús después de haberlos enviado es elevado al cielo a la diestra de Dios y desde allí sigue acompañando a la Iglesia como aquel que intercede delante de la presencia del Padre para que esta tarea misionera se siga cumpliendo, por eso los discípulos salen a anunciar el Evangelio y son acreditados con los signos que realizan en nombre de Jesucristo. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? La salvación es un don que Dios hace para toda la humanidad, no hay nadie excluido de ella, pues Dios ama a todos sus hijos y su deseo es que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad, tal como lo recuerda la oración colecta de la misa por la evangelización de los pueblos. Pero para acceder a la salvación solo hay una condición, y es la aceptación de Cristo por la fe, es la fe la que posibilita el sacramento del bautismo como puerta de entrada a la salvación. Por eso, Jesús envía a sus discípulos para que en su nombre anuncien la buena noticia de la salvación, al igual que lo hizo san Pablo en su momento, que abrió paso al anuncio del Evangelio entre los pueblos paganos, también nosotros como bautizados estamos llamados a anunciar esta salvación para que los hombres y mujeres de buena voluntad abracen la fe y reciban el sacramento del bautismo. Es cierto que este mandato misionero aún falta por cumplirse, ya que en el mundo actual son muchos los hombres y mujeres que aún no acogen la fe o muchos no se han bautizado, o incluso habiéndose bautizado se han alejado y permanecen indiferentes viviendo como si Dios no existiera. Por eso nosotros como discípulos del Señor, por el bautismo somos enviados para seguir llevando la buena noticia del Evangelio a todo el mundo, eso es a todos los lugares del planeta donde hace falta este anuncio y un anuncio que hace partícipe a toda la creación, pues también ella como la obra salida de las manos de Dios necesita experimentar la salvación que Dios ha traído para todo el género humano. Para comonecesidad de un encuentro profundo y sincero con el Señor, cara a cara con él, para poder ser testigos de su Palabra, ya que necesitamos experimentar la fuerza de su resurrección, pues Él sigue vivo en medio de su pueblo y no nos ha dejado solos, ante las dificultades o limitaciones de nuestra condición humana, debemos saber que él mismo Cristo nos ha prometido estar con nosotros; los mismos signos y prodigios que él realizó durante su pasó por la tierra, son los mismos signos que nos acompañan a nosotros como sus discípulos, pero necesitamos acercarnos a él por medio de la fe y la oración que son los medios que nos posibilitaran un encuentro personal con Jesucristo para poder tener la fortaleza de quienes le anuncian en la misión. El Papa Francisco en su homilía del 19 de octubre de 2019, nos decía que “la Iglesia, está en misión en el mundo: la fe en Jesucristo nos da la dimensión justa de todas las cosas haciéndonos ver el mundo con los ojos y el corazón de Dios; la esperanza nos abre a los horizontes eternos de la vida divina de la que participamos verdaderamente; la caridad, que pregustamos en los sacramentos y en el amor fraterno, nos conduce hasta los confines de la tierra”. Hoy como ayer somos enviados por Jesús para que anunciemos el Evangelio con alegría como lo hicieron los apóstoles que fueron testigos del Resucitado. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? En este domingo mundial de las misiones, nos dirigimos a ti, Padre bueno para pedirte que nos concedas un corazón sensible para que podamos adquirir un compromiso misionero, sabemos que en el mundo son muchos los hombres y mujeres que no te conocen o habiendo escuchado hablar de ti, se han alejado por diversas causas. Concédenos la fe y entrega necesaria para que nuestros corazones ardan de alegría y se decidan a anunciarte entre los hermanos para que tu Hijo Jesucristo sea conocido y amado por todos. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Nos reunimos en torno al altar para dar gracias a Dios por el bautismo que nos inició en la vida de la fe y nos compromete como discípulos y misioneros de Jesucristo para ir por todo el mundo y predicar el Evangelio. Pidamos al Señor que nos permita cumplir su mandato misionero para anunciarlo con alegría. Participemos con fe en esta celebración. Monición a la Liturgia de la Palabra La salvación es un don que Dios ofrece a la humanidad, todos tenemos acceso a Dios tal como lo relata el profeta Isaías, esto no es para un grupo exclusivo como lo recuerda San Pablo a los Efesios; así, al igual que los discípulos en el Evangelio, nosotros somos enviados a proclamar la buena noticia de la salvación a toda la creación. Escuchemos con atención. Oración Universal o de los Fieles Presidente: A Dios Padre, que en su Hijo nos envía como discípulos y misioneros de su Palabra, elevemos nuestra suplica confiada diciendo: R. Padre bueno, ayúdanos a anunciar tu Palabra 1. Por el Papa y los ministros consagrados, para que con su predicación den testimonio de la salvación que Dios ofrece a toda la humanidad. 2. Por los gobernantes, para que garanticen el respeto a la libertad religiosa y se permita el anuncio del Evangelio en todo el mundo. 3. Por las familias, para que sean educadoras en la fe y con su testimonio anuncien el Evangelio de la vida. 4. Por los misioneros, para que con nuestra oración y la ayuda material, sigan anunciando a Cristo con valentía. 5. Por los que no conocen a Cristo, para que reciban el anuncio del Evangelio y abracen la fe que se les predica. Se pueden añadir otras intenciones personales... Oración conclusiva Acoge Padre, nuestra súplica confiada y envía operarios que anuncien tu Palabra a todas las naciones. Por Jesucristo Nuestro Señor. R. Amén.

Jue 14 Oct 2021

La mies es abundante y los obreros pocos

VIGESIMONOVENO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Octubre 17 de 2021 Primera lectura: Is 53,10-11 Salmo: Sal 33(32),4-5.18-19.20+22 Segunda lectura: Hb 4,14-16 Evangelio: Mc 10,35-45 (forma larga) o Mc 10, 42-45 (forma breve) I. Orientaciones para la Predicación Introducción En su camino hacia Jerusalén que es un símbolo de su marcha hacia la hora pascual de su muerte y resurrección, Jesús anunció por tercera vez que iba a ser entregado y morir, en este contexto llega la petición de los dos apóstoles de estar en la gloria y la lección que luego da Jesús a todos: • El siervo de Dios, Jesucristo, sufriendo por todos nosotros “representa” a todos los hombres y mirándolo a Él, el Padre misericordioso reconcilia a toda la humanidad. • Jesucristo es nuestro “Sumo y Eterno Sacerdote” que perpetua su obra en la vida de los sacerdotes que entregan su vida por el bien de todos. • Jesús propone un modelo de grandeza diferente para sus discípulos: el humilde servicio reciproco, la entrega total de cada uno por el bien de los hermanos. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? Este domingo la liturgia nos lleva a reflexionar en torno al carácter servicial de la autoridad, y del seguimiento de Cristo. Dos de los protagonistas del relato son los hermanos Santiago y Juan, apóstoles de Jesús. Estos hermanos se dirigen a Jesús con un pedido muy especial; “Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda”. Jesús responde claramente que no saben lo que piden. Jesús había anunciado a sus discípulos que debía padecer, morir y resucitar al tercer día. Este pedido de Santiago y Juan nos muestra que quienes acompañaban a Jesús en ese momento, estaban inmersos en sus propios intereses, y no habían captado correctamente las palabras de Jesús. Quieren participar de la gloria de Cristo, y este es un magnífico deseo, el mejor que cualquier hombre puede desear en su vida. Pero desconocen que el camino de la Gloria es el de la Cruz. Confunden la gloria con una propia aspiración personal, el éxito terreno, el prestigio y la honra. A la pregunta de Jesús, acerca de si pueden beber el cáliz y recibir el mismo bautismo, ellos responden que sí. Jesús consintió, pero con respecto al pedido de sentarse a la derecha o a la izquierda en el Reino, Jesús dice, que sólo al Padre le corresponde concederlo, y no a él. “Beber el cáliz”, del sufrimiento o de la alegría era una metáfora muy usada en la literatura judía para referirse a los dolores o alegrías que debía experimentar una persona; aquí se refiere a la Pasión de Cristo. No es una pretensión equivocada la de los hermanos, su deseo es vivir algo grande e inmenso, aunque no lleguen a comprender que se trata del Reino de los cielos. Por lo tanto, no es una grandeza según los esquemas del mundo en que todo se mide por el éxito, poder, dinero, etc. Sino que Jesús propone un camino diferente para lograr esta grandeza: la humildad. Los otros diez apóstoles que escucharon el pedido de los hermanos Santiago y Juan, se indignaron, y tuvieron malos sentimientos. Surge en ellos el veneno de la envidia y de la ambición, sentimientos comunes de quienes buscan el poder, y el reconocimiento. Es por eso que Jesús pone el ejemplo de los gobernantes, y de los poderosos, haciendo un llamado a no ser como ellos. Para ser “grande”, hay que hacerse servidor, y para ser el primero, hay que hacerse el sirviente de los hermanos. Esto no es sólo una enseñanza de Jesús, sino lo que Él mismo vino hacer: a servir y a dar su vida en rescate de una multitud. Jesús enseña con sus palabras, pero más aún con su propia vida. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Jesús critica el modelo reinante en su tiempo y que se ha perpetuado hasta nuestros días, el entender la autoridad como dominio y tiranía. A todos nos gusta más ser servidos que servir. Ocupar los primeros lugares que los últimos, buscamos poder esclavizar a otros, sí podemos. El mal uso de la autoridad no solo habría que referirlo al ámbito social y político que nombra Jesús, sino también al familiar, comunitaria y eclesial. Todos tenemos la tentación de dominar y tiranizar a los demás. La Iglesia, toda entera, como comunidad de discípulos de Jesús, debe ser servidora de la Humanidad, y no dueña y señora. No apoyada en el poder, sino dispuesta al amor servicial, animada por el ejemplo de Jesús en el lavatorio de la Última Cena. Ante la situación que vive la humanidad y también nuestras comunidades se nos pide a todos como Iglesia una actitud de renuncia y sacrificio que refleje el verdadero amor y seguimiento cristiano. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Nosotros, como los discípulos de Jesús, Santiago y Juan, también con frecuencia le pedimos cosas al Señor, que aparentemente son buenas, pero no responden a la construcción del Reino de Dios en medio de nosotros. Los discípulos de Jesús comprendieron después la grandeza de la cruz y aprendieron a renunciar a todo por los valores más sublimes. En este domingo le pedimos al Señor que nos ayude a entender el seguimiento cristiano como una búsqueda de la entrega y del servicio a los más necesitados. Los hombres no queremos beber el cáliz de la pasión, el cáliz de la humillación, los hombres deseamos cosas sublimes, pero rechazamos las humildes. Debemos recordar que nadie puede construir un edificio elevado si antes no ha puesto firmes los cimientos. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Nos congrega el Señor este domingo, para escuchar su Palabra y alimentarnos de su Cuerpo y de su Sangre. El mensaje que la Palabra de Dios tiene para nosotros no es fácil de vivir. Sin embargo, tenemos como ejemplo a Cristo, que cargó con nuestros pecados. Todos estamos llamados a beber del cáliz de este sufrimiento, entregándonos al servicio de los demás. En la Eucaristía, en que renovamos la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, Dios nos da la fuerza que necesitamos para seguir a Jesús, para servir a los demás. Celebremos con fe y esperanza. Monición a la Liturgia de la Palabra La Palabra de Dios viene a nuestro encuentro y lo hace de manera especial en la celebración de la Eucaristía. Hoy nos recuerda que en nuestro anuncio sólo tenemos a Cristo pobre y crucificado. En este siervo de Dios, encontramos la salud, la esperanza y la victoria ante las adversidades; sin embargo, ello implica que abracemos la cruz cada día. Dispongamos nuestro ser, para escuchar este mensaje de salvación. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Queridos hermanos: Cristo Jesús, habiendo entregado su vida por nosotros, se hizo servidor de la humanidad. Es justo elevar nuestras voces suplicantes a Dios Padre, en este domingo, diciendo: R. Escúchanos, Padre misericordioso 1. Oremos por la Iglesia extendida por todo el universo, por sus ministros ordenados, por los religiosos y los laicos, para que, haciendo de su vida una entrega continua, sean evangelizados y evangelicen a sus hermanos. Oremos. 2. Oremos por quienes tienen el encargo de gobernar a las naciones, para que no busquen ser servidos, sino servir desinteresadamente, según el modelo que encontramos en la persona de Jesús, misionero del Padre. Oremos. 3. Oremos por todos los que sufren, de manera especial por los pobres, los más afectados por la pandemia y los enfermos, para que nuestro servicio fraterno alivie sus sufrimientos. Oremos. 4. Oremos por todos los que participamos en esta celebración, para que a imitación de Jesús, Siervo de Dios, aprendamos a servir y dar la vida por todos. Oremos. Se pueden añadir otras intenciones personales... Oración conclusiva Padre Santo, que has enviado a tu Hijo al mundo para que nuestros pueblos en Él tengan vida, escucha la oración que confiados te presentamos Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.

Vie 24 Sep 2021

La voz del Pastor | 26 de septiembre de 2021

Reflexión de monseñor Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y primado de Colombia Lectura del Santo Evangelio segúnSan Marcos 9, 38-43. 45.47-48

Vie 17 Sep 2021

La voz del Pastor | 19 de septiembre de 2021

Reflexión de monseñor Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y primado de Colombia Lectura del Santo Evangelio segúnSan Marcos 9,30-37

Jue 9 Sep 2021

La fe, si no tiene obras, está muerta

VIGESIMOCUARTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Septiembre 12 de 2021 Primera lectura: Is 50,5-9a Salmo: Sal 115 (114),1-2.3-4.5-6.8-9 (R. cf. Lc 9,57) Segunda lectura: St 2,14-18 Evangelio: Mc 8,27-35 I. Orientaciones para la Predicación Introducción El Domingo XXIV del tiempo durante el año nos lleva al encuentro con una Palabra en este mes de la Palabra de Dios y plantea el comienzo de un camino en torno al discipulado desde el Evangelio de Marcos y que se ve iluminado y fortalecido por los demás textos de la Sagrada Escritura. El texto tomado del tercer canto del Siervo del Señor en el Profeta Isaías (Is 50,5-9) que se proclama en la primera lectura nos abre el horizonte de comprensión de un camino en fidelidad que implica sufrimientos pero que no es camino en soledad porque la mano del Señor acompaña y por eso perfectamente responde el salmista una invocación confiada “caminaré en presencia del Señor en el país de los vivos” (sal 114) en un camino que implica el don de la fe, vivida en compromiso y concretada en obras que expliciten su contenido (segunda lectura de Santiago 2,14-18). Todo este camino se vuelve camino de discipulado en una relación con Jesús que implica voluntad, negación, cruz y seguimiento (Evangelio de Marcos 8,27-35) 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El mensaje de la Palabra de Dios en este domingo va llevando un hilo conductor que es la aceptación de la cruz como punto focal del discipulado. Primera lectura (Is 50,5-9a): El tercer canto del Siervo sufriente del Señor en el profeta Isaías se enmarca en una reflexión de la autoconciencia de la misión y de sus consecuencias. El Siervo, no se menciona con el título de “Siervo” pero el lenguaje es muy cercano al de los demás cantos del siervo sufriente y muestra que la obediencia en el camino implica no reservarse nada y estar siempre dispuesto a la tarea que el Señor ha entregado, porque se está seguro de no quedar defraudado (cf. V.8) Salmo 116 (114-115): El trozo que se proclama en este domingo, hace parte de un salmo de acción de gracias por parte del salmista frente a un Dios que no abandona a quien está en la crisis o en los momentos más cruciales de la existencia. La confianza en Dios lleva a proclamar la fe en un Dios que no busca la muerte de sus fieles sino la vida y por eso saca de los lazos de la muerte, generando en el creyente un deseo de caminar en su presencia. Segunda lectura (Sant 2,14-18): Toda la carta de Santiago se puede enmarcar en un lema: “vivir la fe en medio de la prueba”. Este pasaje de la carta no quiere poner en contraposición la fe y las obras, sino que busca presentar la imagen verdadera de la religiosidad como coherencia de vida. La fe se traduce en una manera concreta de vivir y no se reduce al cumplimiento de preceptos, por eso la caridad se vuelve eje constitutivo de la vida cristiana. Evangelio (Mc 8,27-35): En el Evangelio de Marcos la gran proclamación del discipulado se encuentra en un amplio texto (Mc8,27-10,52), que bien puede mirarse como seguimiento del Mesías crucificado. El comienzo de este texto se puede dividir en dos partes: la confesión de fe mesiánica (8,27-30) y el primer anuncio de la pasión (8,31-35). El punto de insistencia discipular está en los tres imperativos del texto: Esta sentencia de Jesús viene compuesta en imperativos de tercera persona singular, es decir, que son universales e implican la libertad para aceptar a Cristo y no puede entenderse la construcción de la frase sino como que cada imperativo clarifica mejor el anterior. “Niéguese a sí mismo”, es un imperativo que sobrepasa los límites de la ascesis y de la pobreza. En época de persecución este verbo era usado para hablar de la apostasía, pero realmente significa tomar distancia, es una ruptura con el propio yo y un tomar distancia de sí mismo y para entender en qué sentido se debe tomar distancia, entonces se necesita pasar al otro imperativo. “Tome su cruz”, es mucho más que marcar en la frente una letra o un signo para ser protegidos. Los cristianos recordamos que la cruz era un medio de suplicio usado por los romanos para los esclavos y sediciosos condenados a muerte. La Cruz no es el símbolo de la ascesis cristiana ni mucho menos la invitación a aceptar pacientemente el sufrimiento. La Cruz es, sobre todo, el símbolo de una pertenencia total, donde el hombre se juega el todo por el todo. La salvación, entonces, no pasa por el camino del egoísmo y de la idolatría del EGO, sino en la relación con Cristo crucificado como elemento fundamental que da sentido a la YO y a la vida. Para cada uno se convierte en “su cruz” porque es una decisión personal. “Y me siga”, ahora el verbo es en presente y esto hace comprender plenamente lo que se dijo antes: la distancia de sí mismo como meta última y la pertenencia al camino de Cristo se expresan en el seguimiento diario. En otras palabras, se necesita la perseverancia, como explicita Lucas cuando añade que el cargar la cruz es “cada día” (Lc 9,23). El camino y la vocación se inician con el seguimiento, pero ahora este seguimiento tiene nuevas perspectivas, porque este seguimiento es en el camino del Mesías Crucificado. Por esta razón, la cruz no es derrota sino salvación, no es pérdida sino Victoria. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? El tiempo durante el año es una oportunidad grandiosa para descubrir quién es Jesús en la vida de la comunidad creyente y sobre todo, para descubrir y revisar el ejercicio del discipulado en circunstancias tan difíciles como las de una pandemia que transformado la vida de la sociedad actual. Como ministro de la Palabra de Dios y llamado a ser agente de esperanza tengo que llevar a los demás una palabra de consuelo marcada por la fidelidad de Dios que se proclama hoy: “yo con mis obras te mostraré mi fe” (Sant 2,18). Es momento para hacer un examen de conciencia comunitario sobre nuestra vida fraterna como discípulos del Mesías crucificado, porque el dolor y el sufrimiento seguramente nos van a acompañar, pero siempre deberá resplandecer la cruz como signo de esperanza y no como derrota, resplandecer la fraternidad y la lucha comunitaria por vencer este enemigo invisible que se ha llevado a tantos seres queridos. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? En este domingo venimos a ti, Señor, con el firme propósito de ser tus discípulos, queremos ponernos detrás de ti y vivir nuestra existencia en la negación, en la cruz y en el seguimiento, para transformar nuestro mundo y buscar hacer siempre tu voluntad, descubriendo el valor del hermano y construyendo senderos de caridad y comunión. Amén. Para mostrar el encuentro con Cristo el camino será la fraternidad y ayudará mucho repetir insistentemente “la fe, si no tiene obras, está muerta”. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa La Iglesia, convocada por la llamada del Señor se reúne en el domingo para proclamar las maravillas del amor que se hace vida y experiencia en la comunidad cristiana. Celebremos con gozo la eucaristía, seguros de la fidelidad de Dios que nos llama y nos pone en camino para llevar una noticia de esperanza a todos los hombres. Monición a la Liturgia de la Palabra La Palabra que se proclama es siempre una llamada y exige de la asamblea una respuesta generosa y capaz en el seguimiento fiel del Señor. Con oídos de discípulos escuchemos esta Palabra y vivamos en la generosidad del amor fraterno. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Celebremos el amor de Dios que nos llama y nos compromete en la vivencia de una religión auténtica en la fraternidad y digamos: R. Guárdanos en tu amor, Señor 1. Por el Papa Francisco, nuestro obispo N., y todos los ministros de la Iglesia, para que sean siempre testigos valientes del amor de Dios y de la caridad. Oremos al Señor. 2. Por los gobernantes de nuestra nación, sigan buscando los caminos para el desarrollo auténtico e integral de los pueblos y promuevan caminos de reconciliación fraterna. Oremos al Señor. 3. Por los enfermos y los que sufren, para lean su historia a luz de la Palabra que hemos proclamado y encuentren motivos para no perder nunca la esperanza. Oremos al Señor. 4. Por esta asamblea eucarística, que en su dimensión de discípulos siempre esté abierta a escuchar y obedecer la llamada del Señor para cargar la cruz. Oremos al Señor. Oración conclusiva Recibe, Padre santo estas oraciones que te presentamos en tu hijo, el Mesías crucificado que nos ha traído salvación y plenitud a todos los hombres. Él que vive y reina por los siglos de los siglos. R. Amén.

Vie 3 Sep 2021

Hace oír a los sordos y hablar a los mudos

VIGESIMOTERCER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Septiembre 5 de 2021 Primera lectura: Is 35,4-7a Salmo: Sal 146(145),7.8-9a.9bc-10 (R. 1) Segunda lectura: St 2,1-5 Evangelio: Mc 7,31-37 I. Orientaciones para la Predicación Introducción La Palabra de Dios que se nos ofrece a consideración nos ofrece algunas ideas temáticas para nuestra reflexión y oración: • Dios que se encarna en Jesús, viene en persona para salvar a la humanidad. • Jesús viene a salvar a la humanidad, mediante la vivencia de la pobreza y la curación de todas las dolencias. • El testimonio de Jesús empuja a los discípulos y a la humanidad a actuar coherentemente, de acuerdo a la vivencia del estilo del Señor. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El profeta Isaías profetiza un tiempo de Gracia en el que el mismo Dios baja al mundo en persona para resarcir y salvar a la humanidad; y los signos que lo acompañan son: despegar los ojos del ciego, abrir los oídos a los sordos, el mudo cantará y el cojo saltará. El evangelista san Marcos no hace otra cosa, que testimoniar que en Jesús este tiempo ha llegado y se hace presente, mediante el hecho vivo de un acto taumatúrgico donde el Señor hace oír y hablar a un sordomudo. En realidad, lo que las Sagradas Escrituras manifiestan, es el cumplimiento de las promesas proféticas en nuestro Señor Jesucristo. Por su parte el salmo, que hace parte de los himnos veterotestamentarios, profundiza en la presencia de Dios, mediante otros signos que se complementan al anuncio profético cuando dice que las promesas de Dios se cumplirán porque Él es fiel, y viene a resarcir la justicia a los oprimidos, abrir los ojos al ciego, enderezar a los que ya se doblan, sustentar al huérfano y a la viuda, y proteger el camino de los peregrinos (forasteros, extranjeros). Consecuencia de la presencia del Señor en nuestra vida, es que como discípulos misioneros nuestra actitud como cristianos es no hacer acepción de personas, concretamente nos invita a dar testimonio en el culto y en todos los aspectos de la vida a no discriminar entre un rico y un pobre, entre uno que esté mal vestido y otro que, por su apariencia, esté en mejores condiciones económicas; este ejemplo concreto se encuentra en la segunda lectura del apóstol Santiago y la lectura cierra con una pregunta que nos debe hacer reflexionar y actuar: ¿Acaso no ha elegido Dios a los pobres del mundo para hacerlos ricos en la fe y herederos del reino, que prometió a los que lo aman? 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? El Papa Francisco, en la IV Jornada mundial de los pobres, nos exhorta a que la oración a Dios y la solidaridad con los pobres y los que sufren son inseparables. Para celebrar un culto que sea agradable al Señor, es necesario reconocer que toda persona, incluso la más indigente y despreciada, lleva impresa en sí la imagen de Dios. De tal atención deriva el don de la bendición divina, atraída por la generosidad que se practica hacia el pobre. Por lo tanto, el tiempo que se dedica a la oración nunca puede convertirse en una coartada para descuidar al prójimo necesitado, sino todo lo contrario, la bendición del Señor desciende sobre nosotros y la oración logra su propósito cuando va acompañada del servicio a los pobres. Así mismo, nos señala el papa Francisco, que no se trata simplemente de ayudar al pobre y no discriminarlo, como lo ratifica el profeta Isaías, el salmo 146, el apóstol Santiago y el evangelista san Marcos en estas lecturas. Se trata, como bautizados, de ser otros Cristos en la tierra, con el ejemplo de austeridad, pobreza; no puede ser que yo sea generoso donando desde mi comodidad y no viva la pobreza evangélica como una opción fundamental de mi testimonio. A propósito, escribe el Papa: “El encuentro con una persona en condición de pobreza siempre nos provoca e interroga. ¿Cómo podemos ayudar a eliminar o, al menos, aliviar su marginación y sufrimiento? ¿Cómo podemos ayudarla en su pobreza espiritual? La comunidad cristiana está llamada a involucrarse en esta experiencia de compartir, con la conciencia de que no le está permitido delegarla a otros. Y para apoyar a los pobres es fundamental vivir la pobreza evangélica en primera persona. No podemos sentirnos “bien” cuando un miembro de la familia humana es dejado al margen y se convierte en una sombra. El grito silencioso de tantos pobres debe encontrar al pueblo de Dios en primera línea, siempre y en todas partes, para darles voz, defenderlos y solidarizarse con ellos ante tanta hipocresía y tantas promesas incumplidas e invitarlos a participar en la vida de la comunidad”. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Suplicamos Señor que no seamos ciegos, sordos y mudos ante tantas pobrezas y miserias que vive nuestra humanidad hoy. Que como Cristo nos animemos ser el cuerpo de tu Iglesia que ayude a los hermanos más vulnerables de la sociedad: los pobres, los ciegos, los sordos, mudos, huérfanos, viudas, migrantes, enfermos y todos los que sufren en su cuerpo y en su alma. Que podamos como comunidad cristiana ser otro Cristo que ayuda a abrir las puertas de posibilidades a quienes se les han cerrado las oportunidades de vivir dignamente; que no Te ignoremos en las personas más necesitadas. Que practiquemos las obras de misericordia tanto espirituales como corporales. Que podamos romper con el egoísmo y el orgullo que nos encierra en un mundo donde la autosuficiencia y la auto referencialidad amenazan con vivir auténticamente el Evangelio. Ante esta pandemia que nos desafía y que está develando nuestra profundas contradicciones, inequidades y desigualdades, no cerremos la mano a quien lo necesita, no nos hagamos los de oído sordo o cerremos los ojos ante tantos que padecen las consecuencias de nuestras contradicciones; sino que abramos los sentidos para establecer un mundo más justo, equitativo y donde todas las personas sean tratadas con dignidad y sus limitaciones las veamos no como un obstáculo, sino como un trampolín para servirlos, ayudarlos, acogerlos, protegerlos y ser mejores cristianos que transforman de verdad el mundo con la vivencia del amor. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Señor, en la Eucaristía nos encontramos como comunidad, para darte gracias por todos los beneficios que tu infinita misericordia nos ha proveído. Hoy que también nos instruyes con tu Palabra, que no se trata de ser oyentes olvidadizos, sino que nos hace instrumentos de salvación para la humanidad, constituyéndonos desde el bautismo en otros cristos que ayuden a mitigar la multiplicidad de pobrezas que vive nuestra humanidad. Hermanos con el gozo de sentirnos hijos de Dios, participemos con fe. Monición a la Liturgia de la Palabra Las lecturas de hoy nos muestran que Dios se hace persona en Cristo y viene a reinar dando ejemplo de pobreza. Pues Él siendo rico se hizo pobre para enriquecernos con su Gracia. Escuchemos con atención laPalabra de Dios. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Dios Padre, rico en misericordia que te has hecho pobre en Jesucristo para enriquecernos, abre nuestro corazón a la generosidad. Humildes digámosle: R. Escucha, Padre bueno, nuestra oración 1. Por la Iglesia, para que, en sus ministros y fieles, sea testigo del amor misericordioso, viviendo, mediante el ejemplo, los valores evangélicos de la pobreza, austeridad y generosidad. Roguemos al Señor. 2. Por los gobernantes de las naciones, para que reconociendo que la autoridad que tienen procede de Dios, se preocupen por oír y atender a las necesidades que el pueblo le reclama. Roguemos al Señor. 3. Por los huérfanos, viudas, migrantes, desplazados por la violencia, víctimas de la trata de personas, para que encuentren en la comunidad cristiana, discípulos misioneros que les ayuden a mitigar y proveer sus necesidades espirituales y materiales. Roguemos al Señor. 4. Por todos los lisiados, cojos, ciegos, sordos y mudos que padecen en el cuerpo y en el alma; para que encuentren, tanto en la comunidad cristiana, como en las personas de buena voluntad, un sentido de la subsidiaridad que les ayude a vivir dignamente su condición humana. Roguemos al Señor. 5. Por nosotros, que participamos en esta Eucaristía, para que abras nuestros ojos, renueves nuestras vidas, y con tu Luz podamos iluminar nuestras tinieblas del pecado y del egoísmo. Roguemos al Señor. Oración conclusiva Dios Padre, misericordioso atiende benigno, estas súplicas que te presentamos con fe. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.

Vie 27 Ago 2021

"Estos preceptos son su sabiduría e inteligencia"

VIGESIMOSEGUNDO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Agosto 29 de 2021 Primera lectura: Dt 4,1-2.6-8 Salmo: Sal 15(14),2-3a.3bc-4ab.5 (R. 1a) Segunda lectura: St 1,17-18.21b-22.27 Evangelio: Mc 7,1-8.14-15. 21-23 I. Orientaciones para la Predicación Introducción El vigésimo segundo domingo del tiempo ordinario está globalmente enmarcado por los mandamientos como tema general que atraviesa todas las lecturas; enunciamos tres ideas temáticas que orientan nuestra reflexión y oración: • Los mandamientos como fuente de la normativa de un pueblo que ayuda, no solo a constituirse como un código de reglas, sino que ayuda al pueblo de Israel a constituirse como nación. De hecho, se puede observar que todos los países tienen una carta magna constitucional que les permite fijar las normas que los van a identificar y constituir como nación; en el caso de Israel, Dios dictamina la fuente de su reglamentación. • Los mandamientos como fuente de honestidad del ser humano. En este sentido se puede observar cómo el contenido del salmo 14 describe de qué manera se puede regir un hombre que quiere habitar en presencia de Dios padre; en pocas palabras se indican los parámetros para ser honesto y caminar de la mano de Dios y llegar a ser santo. • Los mandamientos brotan de las normas esenciales del interior del hombre y no se quedan en el cumplimento de las meras apariencias. El evangelio muestra a Jesús indicando esta parte fundamental de los mandamientos, no es la norma por la norma que se pega a la letra de actitudes externas, sino que es la norma que transforma al hombre de adentro a hacia fuera. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El salmo 14 2-3ª.3b-c-4ab.5 condensa el mensaje central de cómo un ser humano puede andar rectamente en la vida, a partir de configurar su vida con el mayor tesoro que puede tener su corazón en la vida: Dios. El poderse hospedar en la casa de Dios, constituye el camino y la meta del sueño del ser humano, y los mandamientos que llegan a regir este camino, como describe el salmista son: proceder honradamente, practicar la justica, tener intenciones leales, no calumniar con la lengua, no hacer mal al prójimo, ni difamarlo, honrar a los que temen al Señor, no prestar dinero a usura, ni aceptar soborno contra el inocente; y cierra el salmo diciendo: quien así obra nunca fallará. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? La ley por ley no me justifica, se pueden aprender y conocer los mandamientos y ser injusto; se puedan cumplir las normas de manera externa y no producir una conversión interior. En el evangelio Jesús explica de manera extraordinaria: “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos”. Jesús establece un parámetro entre cumplir los mandamientos de manera externa y cumplir los mandamientos de corazón, desde el interior. No es lo que entra de fuera lo que hace impuro al hombre, sino lo que sale de dentro. Llama la atención sobre un estilo de vida religioso que se ha apegado a la ley, pero han olvidado lo principal la misericordia, y por esto, el culto se ha vuelto vacío, porque se adora con los labios más no con el corazón; se aprenden y enseñan la doctrina de manera externa, pero no se convierten de corazón. El peligro de practicar una religión de manera externa, muy dada a las prácticas cultuales, a los largos rezos, a la multiplicidad de ejercicios devocionales; pero que olvida y descarta lo esencial del ser humano que es practicar la justicia. No se puede decir que se ama a Dios con los labios y se desprecia, ignora o discrimina al prójimo sin brindarle lo esencial para que viva con dignidad en sus necesidades como son la salud, el techo, el alimento, el trabajo, la educación. Por otra parte, Jesús proclama diáfanamente, no es lo que entra de fuera lo que hace impuro al hombre, sino lo que sale de dentro. El ser humano que quiere vivir rectamente, que quiere alcanzar la santidad, no puede aprovecharse del prójimo en sus penurias, hablando mal, explotándolo en todos los sentidos. Al respecto Jesús aclara que es del interior del hombre desde donde brotan los malos propósitos, y se convierten en las antinomias de la santidad: fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfrenos, envidias, difamaciones, orgullos, frivolidad. Contario al ser humano que quiere habitar en la tienda del Señor por siempre, y que se ilumina con su buen comportamiento ante los demás, contrasta el ser humano que se va cerrando a la gracia de Dios y la oscurece hasta convertirse en un depravado que lo hace impuro y lo corrompe por dentro. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? El papa Francisco en las encíclicas Laudato sii y Fratelli tutti, denuncia una serie de pecados sociales, que son consecuencia del egoísmo del hombre y del antropocentrismo y la demasiada auto referencialidad. Por eso, dice que no se trata de dos crisis ambientales y sociales, es una solo crisis socio ambiental, porque el hombre sin Dios va autodestruyéndose y destruyendo la naturaleza. Por eso, la economía del sistema neoliberalista y capitalista a ultranza que mata al ser humano y lo destruye todo a su alrededor. Hacerse un dios a la medida del hombre es el pecado de la idolatría que lo carcome y lo encierra en un mundo que lo va oscureciendo. En Fratelli tutti el Santo Padre dedica un capítulo a las sombras de un mundo que se va encerrando en sí mismo y que va rompiendo a pedazos los sueños de una auténtica fraternidad universal. Hechos como el descarte mundial de personas “valoradas por su utilidad”, despilfarro de alimentos, falta de hijos, ancianos abandonados, obsesión por producir los costos laborales, mientras que campea el desempleo, la inequidad y la pobreza. Si se mira la Palabra de Dios donde el miso Jesús denuncia las injusticias en una sociedad llena de leyes, el papa Francisco, denuncia esta injusticia ante los derechos humanos no suficientemente universales: injusticias nutridas por visiones antropológicas reductivas, por un modelo económico basado en las ganancias, que no duda en explotar, descartar e incluso matar al ser humano. Mujeres que sufren exclusión, maltrato, violencias; donde la persona humana es tratada como una mercancía u objeto, como un medio y no como un fin, redes criminales, abortos, secuestros, venta de órganos, trata de personas. Toso esto y mucho más vive el mundo que se va cerrando al auténtico valor de la justicia y el cumplimiento de la ley. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Al celebrar en comunidad la Palabra que transforma y la Eucaristía que nos alimenta, te damos gracias, Señor, por constituirnos en una nación santa mediante el bautismo, para que mediante la vivencia de los mandamientos nos hagas partícipes del banquete celestial en la tierra. Participemos con fe y alegría en esta celebración. Monición a la Liturgia de la Palabra Jesús, en su Palabra nos invita a purificarnos de las prácticas externas de nuestra fe, que no nos justifican; y podamos revestirnos de la práctica de la justicia que debe caracterizar a los hijos de Dios en comunidad. Vivamos el llamado a la santidad que nos hace la Palabra de Dios, purificándonos mediante las obras de caridad hacia el prójimo. Escuchemos con atención la Palabra de Dios. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Dirijamos nuestras plegarias a Dios Padre, con la certeza de que siempre nos concede lo que más nos conviene. y digámosle humildes: R. Acógenos en tu casa, Señor 1. Por tu Iglesia, para que, mediante la vivencia de la caridad el Papa Francisco, los obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles laicos, vivamos auténticamente los mandamientos con el criterio de la caridad. Roguemos al Señor. 2. Por los gobernantes de las naciones; para que, en el reconocimiento de Dios y de sus normas, en sus constituciones y derechos humanos universales; reconozcan y defiendan la dignidad de la persona empezando por los más vulnerables. Roguemos al Señor. 3. Por quienes tienen la tarea de crear las leyes en país: congresistas, representantes a la cámara, jueces, abogados; para que, en el corazón de las leyes prime la dignidad del ser humano, la justicia, la fraternidad, la solidaridad y la misericordia. Roguemos al Señor. 4. Por los que sufren y pasan necesidad, para que experimenten la fuerza de Dios y la solidaridad de los creyentes, y nunca se dejen vencer por las dificultades de la vida. Roguemos al Señor. 5. Por los padres de familia y catequistas, para que transmitan la ley del amor de Dios, enseñando a sus hijos, niños y niñas a respetar la imagen y semejanza de Dios presente en todo ser humano que viene a la tierra y lo sirvan con amor. Roguemos al Señor. Oración conclusiva Escucha Padre, las súplicas que te presentamos, por intercesión de tu Hijo, Jesucristo, Nuestro Señor. R. Amén.