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Conferencia Episcopal Actualidad
Santuarios de Colombia: protagonistas en la preparación del Jubileo de la Esperanza 2025
Lun 2 Oct 2023

Entre el 26 y el 28 de septiembre, 46 sacerdotes que lideran diversos santuarios en el país, se reunieron en la sede de la Conferencia Episcopal de Colombia para participar en un encuentro que permitió identificar el rol crucial que cumplen estos importantes centros de culto en la tarea evangelizadora de la Iglesia.El Departamento de Liturgia del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (SPEC) fue el encargado de convocar y liderar la realización del espacio. De acuerdo con su director, el P. Jairo Ramírez, este espacio fue clave en el contexto de la preparación desde la oración para el Jubileo de la Esperanza que se llevará a cabo en 2025.Cada uno de los tres días de reunión acogió una ponencia central. La primera de ellas estuvo a cargo del padre Raúl Ortiz Toro, director del Departamento de Doctrina del SPEC, quien la tituló: “Los Santuarios como promotores de evangelización permanente”.La segunda ponencia abordó los aspectos fundamentales del peregrinar religioso en los santuarios y estuvo a cargo de monseñor Mauricio Rueda Beltz, Nuncio Apostólico en Costa de Marfil, quien estuvo presente en el evento antes de su viaje al país africano el próximo 15 de octubre.Sobre su intervención, el señor Nuncio remarcó tres elementos: “El primero es la oración personal y el silencio interior, también a través de la oración litúrgica de la Iglesia que cada santuario le proporciona; en el segundo, el peregrino, mediante la caridad en el santuario, cuya mayor expresión es el sacramento de la misericordia y el perdón con los que logra también ese encuentro transformador; y en tercer lugar, a través de la piedad popular, el “tacto de Dios” se logra igualmente esa transformación de su corazón”.Para cerrar el espacio, se llevó a cabo la tercera exposición titulada “la administración de los recursos económicos de los santuarios”. Esta conferencia fue dirigida por el padre Oscar Martínez, Sacerdote redentorista y por el padre Ramiro Bustamante, rector del Santuario del Señor de los Milagros de Buga.Este encuentro fue tan formativo, como vivencial, pues los rectores también compartieron espacios de oración y de peregrinación hacia el Santuario del Divino Niño y de la Basílica Nuestra Señora de Lourdes de la ciudad de Bogotá.Por su parte, Luis Carlos Gavilán, rector del Santuario de Nuestra Señora del Rosario de las Lajas en Ipiales (Nariño), comentó que “este encuentro fortalece los lazos entre los responsables de los santuarios, y esto permite reflexionar sobre el papel fundamental que se desempeña en la tarea de la nueva evangelización”.

Conferencia Episcopal Actualidad
“Nuestra vida no es una idea...Nuestra vida es un camino”: Sr. Cardenal Luis José Rueda en su primera Eucaristía
Lun 2 Oct 2023

Este domingo, 1 de octubre, en la Capilla del Santísimo de la emblemática Basílica de San Pedro, el señor Cardenal Luis José Rueda Aparicio presidió su primera Eucaristía bajo este nuevo rol de servicio y liderazgo en la Iglesia Universal. El purpurado ofreció la celebración por el inicio del mes de las misiones.Durante esta Santa Misa monseñor Rueda estuvo acompañado por sus familiares, algunos miembros del clero de la Arquidiócesis de Bogotá que asistieron al consistorio, así como por sacerdotes y religiosas de otras jurisdicciones eclesiásticas que se encuentran estudiando en Roma.Además, seis de sus hermanos en el episcopado también estuvieron allí, celebrando junto a él y manifestándole, una vez más, su fraternidad y cercanía en este momento especial. Se trata específicamente de monseñor Ismael Rueda, arzobispo de Bucaramanga, monseñor Germán Medina, obispo auxiliar de Bogotá, monseñor Pedro Salamanca, obispo de Facatativá, monseñor Luis Augusto Campos, obispo de Socorro y San Gil y monseñor Ramón Alberto Rolón, obispo de Montería.Durante su homilía, el purpurado puntualizó tres aspectos fundamentales:1. Para tener nosotros una relación viva con el padre celestial como hijos e hijas, debemos parecernos a Cristo, tener los sentimientos de él y vivir todos los días en una búsqueda permanente para obrar y pensar cómo él.2. Debemos pedirle a Dios que nos enseñe sus caminos. Sobre esto expresó: “Nuestra vida no es una idea, nuestra vida no es una definición teórica, nuestra vida es un camino…No permitas Señor que yo me equivoque de camino”.3. Recordó los mensajes que les dio a conocer el Santo Padre el pasado sábado 30 de septiembre durante el consistorio en horas de la mañana y, posteriormente, en la Vigilia Ecuménica "Together" celebrada también en la Plaza de San Pedro.El papa Francisco pidió a los cardenales y, a través de ellos a todo el Pueblo Fiel de Dios, ser como una orquesta sinfónica que interpreta una melodía única a pesar de las diferencias de instrumentos y músicos. Para lograrlo, dijo el Cardenal, es necesario no comparar, sino articular.En la tarde, durante la vigilia, el pontífice habló sobre la importancia del silencio para recibir las mociones del espíritu. "Debemos cultivar el silencio, escuchar al otro requiere silencio, escuchar la voz de Dios y escucharnos a nosotros también. En un mundo de ruidos, de frenesí, de quejas, de reclamos, es necesario estar en silencio para poder pasar a la gratitud de la vida", puntualizó el purpurado.Además, agradeció los signos de fraternidad espiritual quienes lo han acompañado. Dijo que estos han sido una expresión de la fraternidad de toda la Iglesia colombiana.Posteriormente, al terminar la celebración, el presidente del episcopado colombiano estuvo compartiendo en la Basílica con algunos de los fieles y turistas presentes allí que, de manera especial, al verlo, quisieron saludarlo y pedir su bendición.

Conferencia Episcopal Actualidad
Los detalles, testimonios y mejores momentos de la creación de monseñor Luis José Rueda como Cardenal: informe especial desde el Vaticano
Sáb 30 Sep 2023

Durante el noveno Consistorio Ordinario Público celebrado por el papa Francisco en la mañana romana de este sábado 30 de septiembre, en la Plaza de San Pedro, y con cientos de obispos, presbíteros, religiosas, religiosos, fieles laicos, turistas y periodistas como testigos, monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia fue creado cardenal de la Iglesia Católica Universal, el número once en la historia de nuestro país.El primado de Colombia, al igual que sus otros 20 hermanos en la fe quienes también vivieron en Rito del Consistorio hoy (18 electores y 3 no electores por edad), estará aún más unido con el Sucesor de Pedro y ha sido llamado a cooperar directamente con él. Entró a ser parte del clero romano y con su título recibió la asignación de la Parroquia San Lucas, donde más adelante deberá tomar posesión.Durante su alocución en la ceremonia, el Santo Padre le pidió al Colegio Cardenalicio con sus nuevos inrtegrantes parecerse a una orquesta sinfónica, una Iglesia que debe representar la sinfonía y sinodalidad, en medio de la diversidad. Esto, de acuerdo con el pontífice, exige tener cada mes más una actitud y disposición a la escucha y la creatividad.En su mensaje el Papa también les pidió ser evangelizadores evangelizados y no funcionarios. "Somos evangelizadores en la medida que conservamos en el corazón el asombro y la gratitud de haber sido evangelizados; más aún, de ser evangelizados, porque en realidad se trata de un don siempre actual, que requiere ser renovado continuamente en la memoria y en la fe", anotó.Para el nuevo Cardenal colombiano, este momento ha sido muy especial, aún más porque le ha permitido recordar diversos momentos y personas especiales que han pasado por su vida durante sus 34 años de presbiterio.La alegría de la Iglesia colombiana por este momento ha sido tan evidente dentro de Colombia como fuera de ella, una dicha compartida desde la fe, y así lo ha sentido el purpurado con cada mensaje y expresión de fraternidad. Desde que se enteró de su designación el pasado 9 de julio tras el rezo del Ángelus en el mismo lugar que hoy fue escenario de este momento memorable, ha insistido en que este título no se trata de él sino de todo el país, que no es Cardenal por sí solo y que esto debe representar esperanza para seguir trabajando juntos, como hermanos, en la búsqueda de la paz y la reconciliación en el país.En la Ciudad del Vaticano, se sintió esta misma emoción, cientos de colombianos se hicieron notar durante la ceremonia y, posteriormente, cuando pudieron saludar personalmente al Cardenal y pedir su bendición, lo manifestaron.Desde la Conferencia Episcopal de Colombia, presentamos un informe audiovisual especial de esta jornada. Vea lo que dice el Cardenal sobre cómo la vivió y lo que sigue en su misión:Sínodo de los Obispos

Conferencia Episcopal Actualidad
“Uno sigue siendo el ser humano pequeño, frágil, que sufre, que se equivoca”: Mons. Rueda Aparicio
Jue 28 Sep 2023

Antes de viajar a Roma para ser creado cardenal de la Iglesia Católica Universal por el papa Francisco el próximo sábado 30 de septiembre, en una conversación tan sencilla como su esencia misma, monseñor Luis José Rueda Aparicio, compartió detalles de su historia de vida con el equipo de comunicaciones de la Conferencia Episcopal de Colombia, organismo que preside desde el año 2021.“La cuestión es que cuando lo eligen a uno cardenal, generalmente la figura es muy superficial. Miran desde afuera, se les olvida que los miembros de la Iglesia somos seres humanos de carne y hueso, que nacimos en una familia”, inicia afirmando el prelado.Durante la conversación, el arzobispo santandereano narró detalles que hasta hoy han sido poco conocidos públicamente. Algunos muy íntimos, otros, familiares y los demás, asociados a su camino pastoral. Todos dan cuenta de cómo ha influido su origen humilde, el ejemplo y amor de su familia, lo que ha aprendido de sus hermanos en la fe, las realidades de las tres jurisdicciones eclesiásticas que ha pastoreado y sus convicciones éticas y sociales, en quien es hoy.“A la Iglesia le debo todo”Con convicción y gratitud profunda monseñor Luis José, bautizado a los 15 días de nacido, como sus otros 11 hermanos, afirma que a la Iglesia le debe todo. Sin embargo, hace una precisión: “A la Iglesia pueblo de Dios, no a la Iglesia solamente “jerarquía”. Porque cuando se habla de la Iglesia unos piensan en los obispos, en el Papa, en los sacerdotes, y se les olvida que papá y mamá, que los hermanos laicos, que los casados, que los sobrinos, las sobrinas, son Iglesia”.El primado de Colombia cuenta, por ejemplo, que gracias a Dios, a través de uno de los sacerdotes de su tierra natal, para quien su padre trabajó en la construcción de un templo, él y su familia, lograron tener casa propia.“¿Cuál es la historia? En San Gil, hasta 1950, solamente había una parroquia. Pero en esa década ya empezó San Gil a crecer un poquito más, entonces el obispo de ese tiempo dice: “Nos toca crear otra parroquia” y un donante dice “yo”, y donó un terreno y otro donante donó otro terreno. Entonces el párroco de ese tiempo se ve en el dilema de no rechazar a los dos donantes y los dos lotes buenos para ser parroquia”, cuenta el pastor.“Optó por uno y se la jugó por otra medida”-continúa explicando-, “dijo entonces al otro donante: “Allá en el lote que nos donó, no vamos a construir el templo, pero vamos a construir siete casas. En el templo duraron más de cinco años construyendo el templo y mi papá, que trabajaba en construcción, Luis Emilio, trabajó todos los años””.Cuenta después que sorpresivamente y con una especie de “responsabilidad social eclesial”, el sacerdote terminó asignándoles con escritura cada una de esas casas a siete de los trabajadores que permanecieron siempre en la obra. “Por eso tenemos casa propia”, puntualiza monseñor. Casa que aún conservan como patrimonio familiar, que visita y en la que comparte con los suyos cada vez que su ministerio se lo permite.Sobre su infancia, hay detalles muy especiales en el relato. “Los vecinos del barrio, los que me conocen en San Gil saben que no era un ángel, que era normal, tampoco era un vago porque trabajábamos mucho, pero pero éramos normales, sin pretender santidades que no existen. Pero algo sí era muy importante: todo los domingos, misa y comunión”, comenta monseñor.Uno de los 21 nuevos cardenales que tendrá próximamente la Iglesia, el hijo de Luis Emilio y Socorro, junto a sus hermanos y como seguramente muchos otros de su época, llegaba a acuerdos con su padre para participar de la Eucaristía dominical: “Llegó la adolescencia y nosotros le negociábamos a mi papá: no vamos a la misa de diez porque nos corta la mañana, no vamos en la noche porque en la noche es mejor ir con las amigas. Entonces más bien, madrugamos a Misa y salimos de eso. Era la forma de decirle a mi papá y él decía “listo entonces, pero van a misa y comulgan. Y esa era nuestra tarea”.Ese adolescente también experimentó su vida afectiva. Vivió desde el inicio del bachillerato y durante seis años, una relación muy especial con Nancy, una joven a la que quiso mucho y con quien compartía, entre otros, su gusto por jugar ping pong durante largas horas. Además, es seguidor del fútbol (hincha del Atlético Bucaramanga, por cierto), aprendió de construcción gracias a su padre y de metalistería gracias a su colegio, derramó lágrimas durante su servicio militar obligatorio del que fue “rescatado” por su madre en La Guajira y más adelante, se vinculó al laboratorio de una cementera.“Yo pasaba de la empresa la casa por un templo donde está el cementerio de San Gil y yo entraba a rezar un ratico con mi uniforme, con mi overol y yo veía al Cristo, era un Cristo crucificado, pero con los ojos abiertos. Hasta ahora entiendo que era un Cristo agonizante, no estaba muerto, no es un Cristo con los ojos abiertos. Yo decía: pero, ¿Él está muerto o está vivo? Porque tiene los ojos abiertos. Y me impresionaba mucho y eso se me fue metiendo, hasta que un día le dije a ella: yo quiero ser sacerdote”.A monseñor Rueda le costó entender su vocación por esa “extraña” manera en que sintió el llamado a los 19 años de edad. En aquella época hasta llegó a pensar que ingresar al seminario podía ser una especie de traición a Nancy, con quien seguía compartiendo; también a su familia, pues él aportaba para el sostenimiento de su casa, ya su padre estaba enfermo, irse limitaba por completo sus posibilidades de seguirlo haciendo.Tomar la decisión de iniciar su vida sacerdotal fue una reto, pero lograr que le creyeran y poder ingresar al Seminario Conciliar San Carlos de San Gil, significó uno mayor. Aunque su padre lo había animado a dar el primer paso para empezar ese camino, advirtiéndole que debía hacerlo bien, varias pruebas se le cruzaron en él, entre ellas, lograr que algún sacerdote le diera una especie de “carta de recomendación”.“Yo quiero ser sacerdote. ¿Pero eso cómo es, señor obispo?”“Yo quiero ser sacerdote. ¿Pero eso cómo es, señor obispo? ¿Entonces él se rió, me atendió, era una persona muy seria, muy respetuoso y me dijo Usted tiene novia? Yo dije Sí, le digo que sí. Me dice váyase, no sé cómo será eso. ¿Y yo le dije no, así como tal, no? Y entonces él me dijo: Es bueno que consiga una amiga, que usted experimente su afectividad, que interactúe con ella. Salí aburrido de ese diálogo, debí haberle dicho la verdad a monseñor Víctor”, cuenta, con cierta emotividad, el hoy presidente del episcopado colombiano, al referirse a su primera conversación con monseñor Victor López Forero, el arzobispo emérito de Bucaramanga, en ese tiempo…,quien precisamente el pasado 23 de septiembre partió a la casa del Señor.Aunque finalmente consiguió esa carta con el capellán del Colegio Nacional San José de Guanentá Integrado de San Gil, uno de los cinco por los que pasó porque, coincidencialmente, los cerraban o se trasladaba. Él mismo cuenta que no fue realmente activo a nivel de vida parroquial. Aunque la Misa de los domingos y el rezo del Santo Rosario en su hogar, eran sagrados, no fue de participar activamente en comunidades ni grupos. De hecho, recuerda que en esa exploración, una de las primeras cosas que hizo fue ir a una convivencia vocacional y no le gustó.“Uno aprende a ser cura con la gente”Finalmente monseñor Luis José ingresó al seminario, disfrutó de su proceso y tras terminarlo, a los 27 años de edad, fue enviado por monseñor Leonardo Gómez Serna, a una parroquia rural en una localidad llamada Albania que en ese tiempo pertenecía a la Diócesis de Socorro y San Gil y estaba ubicada a siete horas de San Gil.“Quiero advertirle que de allí se han retirado cuatro sacerdotes por distintos motivos. Uno por el alcoholismo, otro porque se enredó con una dama, pero yo confío en usted y está listo”, le dijo monseñor Gómez Serna al Luis José Rueda de aquella época, aún inexperto, que jamás llegó si quiera a sospechar la misión que el Santo Padre le encomendaría hoy. “Y me di cuenta de una cosa que uno en el seminario aprende la teoría, pero que uno aprende a ser cura con la gente”, agregó con firmeza el cardenal electo.Hoy, 33 años después de ordenado, recuerda con cariño pero también con cierta sorpresa su camino episcopal. Tres jurisdicciones pastoreadas en regiones muy distintas, un periodo en la presidencia del episcopado que terminará en julio del 2024 junto a sus hermanos monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos y Luis Manuel Alí Herrera, vicepresidente y secretario general de la Conferencia, respectivamente. Ademas, una gran cantidad y diversidad de lugares y personas que ha podido conocer, desde los más humildes y necesitados, hasta las personalidades más destacadas de la vida social y política del país.“Yo pensé que los obispos eran de familias ricas”Aunque significó una alegría muy grande para sus coterráneos, la noticia de que el papa Benedicto XVI lo había nombrado obispo de la Diócesis de Montelíbanofue toda una sorpresa, no solo para él sino también para su familia.“El día que avisaron que iba a ser obispo yo ya sabía, pero toca guardarlo en secreto. Y uno está ahí, como con “el entre pecho y espalda”, con ese secreto. Cuando ya se supo, hubo mucha alegría en la familia y en San Gil. Solo en la tarde pude ir a comer con mi madre y le dije, Y ella dijo: “Yo pensé que los obispos eran de familias ricas”. Fue la expresión que nunca se me olvida”, narró monseñor.El prelado partió hacia esta Iglesia particular en Córdoba, región que no conocía, en la que tuvo que acompañar durante seis años a las comunidades en medio de complejos retos del contexto social por cuenta de situaciones asociadas al conflicto armado, pero a la que quiso mucho.“Yo aprendí a ser obispo con los sacerdotes”“Estando allá, cambia la ruta porque renuncia Benedicto y nombran a Francisco, y Francisco me pasó a Popayán y yo llegué a ser Arzobispo de Popayán. Eso es una cosa muy grande, pero uno sigue siendo el ser humano pequeño, el ser humano frágil, el ser humano que sufre, que se equivoca”, afirma monseñor.Al conocer y celebrar la Eucaristía en todas sus parroquias, monseñor Luis José se enamoró del Cauca, de su gente, su cultura y su geografía. Sin embargo, no había cumplido los dos años aún y es notificado en mayo de 2018, a través de monseñor Luis Mariano Montemayor, nuncio apostólico en Colombia durante esta época, que el Santo Padre lo había nombrado arzobispo de Bogotá.“¡No puede ser! ¿Suceder a monseñor Rubén Salazar Gómez? ¡Esas son palabras con mayúscula sostenida!”La capital, tan grande y diversa, recibió en junio de 2020 a monseñor Luis José, en plena época de confinamiento obligatorio por la pandemia del COVID-19. Los retos de esa época y la responsabilidad tan enorme que sentía en ese nuevo encargo eran inmensos.Su misión en Bogotá y, al tiempo, la tarea de presidir el episcopado colombiano, le han permitido al arzobispo hacer llegar un mensaje más directo a diferentes actores y sectores frente a sus preocupaciones por las realidades que vive hoy el país. Su insistencia en la defensa de la vida y en la necesidad de construir la reconciliación y la paz, desde la justicia, el amor y el respeto por los derechos humanos, han sido permanentes.“Y aprendí a conocer Bogotá y a amarla, y a darme cuenta de que Bogotá no es lo que otros piensan desde fuera. Algunos dicen Bogotá tiene dos partes el sur y el norte, falso, Bogotá tiene una multiplicidad. En el norte hay periferias existenciales, en el sur hay belleza, riquezas, hay de todo”, afirma monseñor Rueda, al tiempo que recuerda su gusto por haberse podido acercar e involucrar con la realidad de los habitantes de calle.“Como dice el Papa, yo he cometido muchos pecados, pero yo he sido misericordiado por el Señor”.Enterarse de la noticia de su designación como Cardenal el pasado 9 de julio, fue más inesperada aún. La semana previa había finalizado la asamblea plenaria del episcopado y justamente, un día antes, la Iglesia colombiana iniciaba su luto por la partida de monseñor Elkin Fernando Álvarez Botero, obispo de Santa Rosa de Osos.Esa noticia, que llegó para el país como un bálsamo de esperanza, pareciera aún increíble para monseñor Rueda Aparicio. “El Papa me mandó una carta muy bonita, una carta privada personal donde me anima, donde me dice: “Ahora entra al Colegio Cardenalicio” y lo que eso significa en clave de servicio, en clave de unidad con el Papa, con el sucesor de Pedro y de martirio. Y por eso debe estar dispuesto”, expresa con actitud de obediencia el arzobispo de Bogotá.Luis José Rueda Aparicio, no solo el del nuevo título que recibirá en la Santa Sede, sino el ser humano, el hijo, el hermano, el tío, el primo, el amigo, narra que mirar hacia atrás, le da la oportunidad de darse cuenta cómo su vida se la ha ido transformando el Señor. Termina su relato afirmando que más allá de las pruebas, ama a Dios, a la Iglesia y al país y está dispuesto a entregar su vida.Vea la entrevista completa aquí:

 
La Iglesia en Colombia
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Motivados por el papa Francisco, obispos de Colombia y Venezuela reafirman su compromiso caritativo con los hermanos migrantes

Jue 21 Sep 2023

En la ciudad de Cúcuta, del 18 al 20 de septiembre, se llevó a cabo la segunda reunión de los obispos y agentes pastorales de la frontera entre Colombia y Venezuela. En esta ocasión, se creó un espacio de análisis y participación para coordinar acciones pastorales transnacionales que corresponden a los desafíos que plantea el fenómeno migratorio en esta región fronteriza.El encuentro, desarrollado bajo el lema “Caridad en la frontera”, fue convocado por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y la Diócesis de Cúcuta. El espacio se centró en analizar el trabajo que han venido realizando las diversas jurisdicciones y proyectar los nuevos desafíos pastorales que plantean los considerables flujos de movilidad humana entre ambos países, particularmente visibles en las zonas fronterizas.Este evento reunió aproximadamente 35 personas. Por parte de la iglesia colombiana, se hicieron presente los pastores y directores de pastoral social de la Arquidiócesis de Nueva Pamplona y de las diócesis de Cúcuta, Tibú, Riohacha, Arauca y Valledupar; así como de los vicariatos apostólicos de Inírida y Puerto Carreño.También participaron los responsables de las Cáritas nacionales y regionales, de la Red Eclesial Latinoamericana y Caribeña de Migración, Desplazamiento, Refugio y Trata de Personas (Red CLAMOR) y la Comisión Católica Internacional para las Migraciones (ICMC).En la ceremonia de apertura, monseñor Jorge Alberto Ossa Soto, arzobispo de Nueva Pamplona, presidió una Eucaristía en la que pidió al Señor iluminación para que este espacio les ayude a "continuar con la obra de caridad que la Iglesia realiza con las personas en condición de vulnerabilidad que migran permanentemente”.También intervinieron en el espacio Subsecretario del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, monseñor Anthony Ekpo; el presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, el presidente de la Conferencia Episcopal de Venezuela, monseñor Jesús Gonzáles de Zárate y el obispo de Cúcuta, monseñor José Libardo Garcés.Sobre este encuentro, monseñor Luis José Luis Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, expresó que estas articulaciones para seguir acompañando a los migrantes permiten dignificar su vida. “Como ha dicho el papa Francisco, haciendo respetar los derechos de los ciudadanos de cada uno de los países, para que tengan el derecho a vivir en paz en su propia tierra. Si es el caso, puedan emigrar y hacerlo con dignidad”, precisó el prelado.Durante el evento, los obispos presentaron el panorama de la pastoral migratoria en sus territorios. En el primer día se llevó a cabo un diálogo fraterno a través de la puesta en común de experiencias y los desafíos que plantean los enormes flujos migratorios entre ambos países.Monseñor Jesús González de Zarate, presidente de la Conferencia Episcopal de Venezuela, explicó al equipo de comunicaciones de la Diócesis de Cúcuta que “la primera acción de la iglesia de Venezuela es mantener la esperanza y la confianza de construir un futuro mejor para los que se quedan en nuestro país, también la asistencia de humanitaria primaria en alimentación de nuestro compatriota”.Además, Janeth Márquez, directora de Cáritas Venezuela, afirmó: “nosotros hemos desarrollado varias actividades, pero en especial se ha hecho un trabajo en la conformación de las Cáritas parroquiales y del voluntariado. Esto ha sido de gran ayuda para acompañar y animar a que nuestra gente se quede”.“Somos dos iglesias hermanas, hemos sentido la importancia de trabajar juntos con esperanza y alegría. Seguimos caminando con Jesús, de la mano ayudándonos, sabiendo que en nuestras realidades tienen problemas y conflictos, pero hemos tratado irlas solucionando mutuamente. El mensaje es para seguir trabajando unidos y seguir venciendo las adversidades”, expresó monseñor Israel Bravo, obispo de Tibú.Así se pronunciaron al respecto los presidentes de ambas conferencias episcopales:

Arquidiócesis de Bogotá y Unimonserrate lanzarán la quinta edición de la Revista Faro: ¡Participe!

Mar 19 Sep 2023

El próximo jueves 21 de septiembre, a las 7:00 p.m., el Observatorio de Evangelización de la Arquidiócesis de Bogotá y la Fundación Universitaria Monserrate lanzarán la quinta edición de la Revista Faro en versión digital, una publicación que, desde un enfoque profético, da a conocer temas de interés general sobre realidades de ciudad y los procesos que se adelantan a nivel pastoral con respaldo académico.La revista recoge temas abordados en los “Diálogos en la ciudad”. Estos diálogos reúnen a una diversidad de actores de la Iglesia Católica para conversar sobre diferentes temas de la vida social, económica, cultural, política, eclesial de la arquidiócesis y el país, para encontrar en dicha realidad la voz de Dios.El evento de lanzamiento se llevará acabo de manera virtual a través de la plataforma Zoom. Este espacio contará con la presencia del doctor Nelson Mafla, teólogo, docente e investigador de la Pontificia Universidad Javeriana y el candidato a doctor Camilo Barrera, director del programa de Trabajo Social en la Escuela de Ciencias Humanas y Sociales de la Fundación Universitaria Monserrate – Unimonserrate.Las personas interesadas en participar, se pueden inscribir a través del siguiente enlace: https://forms.gle/Y36qmtzyun4ReGMS8 .En contextoDesde el 2017 este Observatorio Arquidiocesano de Evangelización (OAE) ha apostado por divulgar las reflexiones, discernimientos y resultados de las investigaciones que se adelantan por medio de la publicación Revista Faro.De acuerdo con la Arquidiócesis de Bogotá, el OAE es un organismo de apoyo estratégico para la evangelización. “Es responsable de hacer permanente lectura evangélica y pastoral de la realidad, para discernir los desafíos en su contexto y coyuntura que la ciudad-región y el mundo globalizado le plantean a la tarea evangelizadora arquidiocesana con una mirada de conjunto, orientada desde el discernimiento evangélico permanente.El resultado de su labor contribuye al desarrollo de los procesos comunicativos y de lectura creyente de la realidad, en los distintos campos de la Evangelización y en los diversos niveles de la vida arquidiocesana”.Para conocer más, ingrese AQUÍ.

Episcopado al día
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Los detalles, testimonios y mejores momentos de la creación de monseñor Luis José Rueda como Cardenal: informe especial desde el Vaticano

Sáb 30 Sep 2023

Durante el noveno Consistorio Ordinario Público celebrado por el papa Francisco en la mañana romana de este sábado 30 de septiembre, en la Plaza de San Pedro, y con cientos de obispos, presbíteros, religiosas, religiosos, fieles laicos, turistas y periodistas como testigos, monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia fue creado cardenal de la Iglesia Católica Universal, el número once en la historia de nuestro país.El primado de Colombia, al igual que sus otros 20 hermanos en la fe quienes también vivieron en Rito del Consistorio hoy (18 electores y 3 no electores por edad), estará aún más unido con el Sucesor de Pedro y ha sido llamado a cooperar directamente con él. Entró a ser parte del clero romano y con su título recibió la asignación de la Parroquia San Lucas, donde más adelante deberá tomar posesión.Durante su alocución en la ceremonia, el Santo Padre le pidió al Colegio Cardenalicio con sus nuevos inrtegrantes parecerse a una orquesta sinfónica, una Iglesia que debe representar la sinfonía y sinodalidad, en medio de la diversidad. Esto, de acuerdo con el pontífice, exige tener cada mes más una actitud y disposición a la escucha y la creatividad.En su mensaje el Papa también les pidió ser evangelizadores evangelizados y no funcionarios. "Somos evangelizadores en la medida que conservamos en el corazón el asombro y la gratitud de haber sido evangelizados; más aún, de ser evangelizados, porque en realidad se trata de un don siempre actual, que requiere ser renovado continuamente en la memoria y en la fe", anotó.Para el nuevo Cardenal colombiano, este momento ha sido muy especial, aún más porque le ha permitido recordar diversos momentos y personas especiales que han pasado por su vida durante sus 34 años de presbiterio.La alegría de la Iglesia colombiana por este momento ha sido tan evidente dentro de Colombia como fuera de ella, una dicha compartida desde la fe, y así lo ha sentido el purpurado con cada mensaje y expresión de fraternidad. Desde que se enteró de su designación el pasado 9 de julio tras el rezo del Ángelus en el mismo lugar que hoy fue escenario de este momento memorable, ha insistido en que este título no se trata de él sino de todo el país, que no es Cardenal por sí solo y que esto debe representar esperanza para seguir trabajando juntos, como hermanos, en la búsqueda de la paz y la reconciliación en el país.En la Ciudad del Vaticano, se sintió esta misma emoción, cientos de colombianos se hicieron notar durante la ceremonia y, posteriormente, cuando pudieron saludar personalmente al Cardenal y pedir su bendición, lo manifestaron.Desde la Conferencia Episcopal de Colombia, presentamos un informe audiovisual especial de esta jornada. Vea lo que dice el Cardenal sobre cómo la vivió y lo que sigue en su misión:Sínodo de los Obispos

Falleció monseñor Víctor Manuel López Forero, arzobispo emérito de Bucaramanga

Lun 25 Sep 2023

La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) lamenta el fallecimiento de monseñor Víctor Manuel López Forero, arzobispo eméritode Bucaramanga, quien partió a la casa del Padre en la noche del sábado 23 de septiembre.Al tiempo, los obispos de Colombia expresan su cercanía y fraterna solidaridad a la familia de monseñor Víctor Manuel, así como a los sacerdotes, religiosos y files laicos de esta jurisdicción que pastoreó durante once años en Santander, departamento de donde también él era oriundo.Al respecto, en un comunicado, monseñor Ismael Rueda Sierra, arzobispo de Bucaramanga, resaltó su entrega e importante obra pastoral durante su ministerio presbiteral y servicio episcopal.Las exequias de monseñor Víctor Manuel se llevarán a cabo este lunes 25 de septiembre a las 10:00 de la mañana en la Catedral La Sagrada Familia de la capital santandereana.Dios reciba en su gloria a monseñor. Unidos en oración.Biografía:Monseñor Víctor Manuel López Forero nació en Puente Nacional (Santander), el 29 de marzo de 1931.Cursó los estudios de bachillerato, Filosofía y Teología en el Seminario de Bogotá. En la Universidad Javeriana consiguió la Licencia en Derecho Canónico.Fue ordenado sacerdote el 27 de octubre de 1957 y ejerció su ministerio en la Arquidiócesis de Bogotá desempeñándose en los siguientes cargos: Vicario Cooperador de Junín (Cundinamarca), Director Espiritual del Seminario Menor, Capellán Regional del SENA de Cundinamarca, Notario y Promotor de Justicia del Tribunal Eclesiástico, Párroco de Soacha y del Perpetuo Socorro en el Barrio Olaya, Rector de Colegios Parroquiales Arquidiocesanos, Formador en el Seminario Mayor y Vicario Episcopal del Sur.El 6 de mayo de 1977 fue nombrado por Su Santidad Pablo VI Obispo Titular de Cilibia con el oficio de Auxiliar de Bogotá. Recibió la ordenación episcopal el 29 de junio del mismo año.Fue designado como Obispo de Socorro y San Gil el 6 de diciembre de 1980, cargo que ocupó hasta el 7 de junio de 1985 cuando fue nombrado como Ordinario Militar para Colombia.El 21de junio de 1994 Su Santidad Juan Pablo II lo nombró Arzobispo de Nueva Pamplona.El 27 de junio de 1998 Su Santidad Juan Pablo II lo nombró Arzobispo de Bucaramanga.El 2 de mayo de 2009 pasó a ser Arzobispo Emérito de la Arquidiócesis de Bucaramanga.Representaciones que ha llevado: A nivel nacional es Representante del SENA y Presidente de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social; habiéndose desempeñado en años anteriores como Presidente de la Comisión Episcopal para la Catequesis. A nivel de Iglesia Universal, ha participado en la Comisión de Catequesis y Educación del CELAM y miembro de la Oficina Central de Coordinación Pastoral de los Ordinariatos Militares.
El 13 de febrero de 2009 fue aceptada su renuncia al cargo episcopal.

 
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Sínodo 2021 - 2024
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Desde 2021 la Iglesia emprendió el proceso sinodal en las iglesias locales; luego se vivieron las etapas nacional y continental; de cada fase han surgido experiencias e iniciativas para “caminar juntos” por una Iglesia que se renueva constantemente.Ahora, la 16ª Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, en la que participarán personas del estado laical y presbiteral con derecho a voto, se llevará a cabo en Roma en dos momentos: la primera, en octubre de 2023 y, la segunda, en octubre de 2024.El próximo 23 de septiembre, por iniciativa del Papa Francisco, el movimiento “Together. Encuentro del pueblo de Dios”, liderará una “vigilia ecuménica de oración” antes del inicio de labores de la Asamblea. Auditorio Félix Restrepo (Cra. 7 No. 43-82) de la Universidad Javeriana de Bogotá a partir de las 4:00 p.m. Información en www.together2023.net

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