Pasar al contenido principal

arzobispo de cali

Mié 1 Nov 2023

Arquidiócesis sinodal y misionera

Por Mons. Luis Fernando Rodríguez Velásquez - El pasado 29 de octubre culminó en el Vaticano la primera sesión del Sínodo ordinario sobre la sinodalidad. La segunda sesión se realizará en octubre de 2024. Ha sido un tiempo maravilloso durante el cual el Papa, con los miembros de la asamblea sinodal, han hecho el ejercicio de orar, de dialogar, de escucharse y de proponer, dejando espacio a la acción del Espíritu Santo que, seguramente, marcó las líneas diciéndoles a ellos y a nosotros lo que quiere para la Iglesia de hoy y de mañana.PRIMERO: Los tiempos de la Iglesia y del mundo no son fáciles. Los retos siguen siendo enormes. La llamada de la Iglesia a caminar juntos, sinodalmente, daría la impresión que no ha sido entendida ni valorada. Es una llamada que va más allá de lo religioso, para que la humanidad comprenda que el único camino de avanzar, de crecer y de superar los problemas es caminar juntos, aún en medio de la diferencia.Las noticias de las acciones bélicas entre diversos pueblos del mundo, y en nuestros territorios, no solo nos llenan de dolor, sino que nos deben llenar de vergüenza, pues cómo es posible entender, que en un mundo donde el desarrollo científico, industrial social y de la conciencia de los derechos y la dignidad de los seres humanos son tan evidentes, nos podamos ver sumidos en una hecatombe de estas dimensiones. Es como decir que el ser humano no aprende las lecciones de vida, con guerras por doquier, guerras que solo dejan a su paso destrucción, muerte y desolación.Es una pena que deba iniciar este editorial haciendo referencia a lo que desde mediados del pasado mes de octubre se está viviendo en el medio oriente, con la guerra entre el grupo Hamás e Israel, y el continuar de la guerra entre Rusia y Ucrania, entre otros. En palabras del Papa Francisco, estamos sumidos en una guerra mundial fraccionada.Es nuestro deber orar. No nos podemos cansar de hacerlo. Como arzobispo los exhorto para en todo momento, en los templos y las casas, se hagan oraciones y súplicas al Señor, para que nos regale la paz que tanto necesitamos.Pero en medio de estas realidades, que tocan también a nuestro país, que acaba de celebrar comicios lectorales regionales, también está el llamado para que los nuevos gobernantes (gobernadores, alcaldes, miembros de las asambleas departamentales y concejos municipales y los ediles) acojan este mensaje de unidad, que sean valientes para trabajar y caminar juntos en favor de las comunidades a las que están llamados a servir y sean artesanos de la paz.SEGUNDO: Nuestra Arquidiócesis está de fiesta. Después de varios años de arduo trabajo se ha podido concluir una primera etapa de las asambleas sinodales. En ellas, cientos de fieles, en la parroquias y grupos de clérigos, religiosos, religiosas, movimientos apostólicos, familias y jóvenes, se pusieron a la escucha de lo que el Espíritu Santo nos estaba diciendo, para discernir acerca de nuestra historia eclesial, y vislumbrar los planes y acciones pastorales que animen la Iglesia que peregrina en la Arquidiócesis de Cali. Sea esta la oportunidad para agradecerles a todos. Estoy seguro que sus aportes harán más fructífera la misión de nuestra Iglesia.Para recoger estos trabajos y socializarlos, tendremos el sábado 11 de noviembre, en el Coliseo del Pueblo, la Gran Asamblea Sinodal Arquidiocesana. Allí, en ambiente de oración, testimonio y fiesta, daremos a conocer los resultados y algunas de las conclusiones de las asambleas pastorales parroquiales. Que nadie se sienta excluido de esta fiesta eclesial. A todos los invito.Nos acompañará el Nuncio Apostólico en Colombia, monseñor Paolo Rudelli, quien viene a Cali en su calidad de Legado pontificio, para imponerme también el palio Arzobispal y así concluir, por así decirlo, el protocolo del inicio de mi servicio como arzobispo de Cali, que comencé oficialmente el 8 de diciembre de 2022.El palio, hecho de lana virgen, que es bendecido por el Papa y se coloca en la tumba del apóstol Pedro, es entregado solo por el Papa o por quien él delegue, pues es un signo con el que se fortalece la comunión del arzobispo con el Sucesor de Pedro, y se carga simbólicamente sobre los hombros, la responsabilidad de buscar y cuidar las ovejas, en la caridad, por la senda de la cruz liberadora de Cristo.Los invito pues para que nos acompañen en esta celebración y con el Nuncio Apostólico que representa en nuestra casa al Papa, asumamos el compromiso de trabajar y caminar juntos en la Arquidiócesis. En ella somos llamados a ser discípulos misioneros.+Luis Fernando Rodríguez VelásquezArzobispo de Cali

Mar 10 Oct 2023

Discípulos misioneros

Por Mons. Luis Fernando Rodríguez Velásquez - Es tradicional que el mes de octubre sea dedicado a reflexionar en torno del compromiso misionero que nos compete como bautizados.Es muy importante tener presente que la dimensión misionera tiene varias aristas que deben ser consideradas. La misión que Jesús encomienda a sus discípulos tiene como fin inicial la salvación de los seguidores del Señor, es decir, una misión ad intra, que parte de la conversión personal; luego acompañar y educar en las verdades de la fe y el conocimiento de Jesucristo, es decir, misión ad extra, que se manifiesta en el testimonio del cristiano a través de la coherencia de vida; y la que está orientada a proponer el mensaje de salvación a aquellos que no lo conocen, es decir, misión ad gentes.El Catecismo de la Iglesia católica dice que “La fidelidad de los bautizados es una condición primordial para el anuncio del Evangelio y para la misión de la Iglesia en el mundo. Para manifestar ante los hombres su fuerza de verdad y de irradiación, el mensaje de la salvación debe ser autorizado por el testimonio de vida de los cristianos” (Catecismo, 2044).Esto que afirma el Catecismo es clave para que tomemos conciencia de la imperante necesidad que tenemos todos de vivir conscientemente los compromisos del bautismo. El anuncio misionero del Evangelio de Jesucristo nunca puede estar alejado de la vida, de la forma de vivir de los creyentes. Los primeros cristianos hacían misión viviendo unidos, siendo solidarios, amándose los unos a los otros, siendo felices en medio de las persecuciones. Por eso los paganos cuando los veían afirmaban, como es el caso de Tertuliano en el siglo II: “¡pero miren cómo se aman!” Los Hechos de los apóstoles dirá de los primeros cristianos que “los que aceptaban su palabra se hicieron bautizar, y ese día se unieron a ellos unas tres mil personas” (Hch. 2, 41) y que “alaban a Dios y gozaban de la simpatía de todo el pueblo. Cada día el Señor incorporaba a la comunidad a los que se salvaban” (Hch. 2, 47).Esto quiere decir que no podemos ser “cristianos del montón”, esto es, cristianos de partidas de bautismo, pero alejados de los compromisos de la vida cristiana. Es muy posible que muchos católicos se pasen a engrosar los templos de iglesias hermanas no católicas por el anti-testimonio que, consciente o inconscientemente, podemos estar dando los católicos.Vivamos con alegría, con esperanza y solidariamente nuestra fe. Es la mejor forma de hacer misión. Por eso acojamos con gozo la reiterada invitación del Papa a hacer de nuestra Iglesia una Iglesia en salida.Leamos este aparte de la Exhortación apostólica Evangelii Gaudium, el Gozo del Evangelio, del Papa Francisco, que nos dice que “la intimidad de la Iglesia con Jesús es una intimidad itinerante, y la comunión «esencialmente se configura como comunión misionera». Fiel al modelo del Maestro, es vital que hoy la Iglesia salga a anunciar el Evangelio a todos, en todos los lugares, en todas las ocasiones, sin demoras, sin asco y sin miedo. La alegría del Evangelio es para todo el pueblo, no puede excluir a nadie” (n. 23).Pero hay otro aspecto que no quiero dejar pasar de largo y es el compromiso misionero de nuestra Arquidiócesis, que tiene en cuenta lo que el Catecismo de la Iglesia católica, entre otros documentos dice a los ministros ordenados: “En virtud del sacramento del Orden, los presbíteros participan de la universalidad de la misión confiada por Cristo a los apóstoles. El don espiritual que recibieron en la ordenación los prepara, no para una misión limitada y restringida, sino para una misión amplísima y universal de salvación hasta los extremos del mundo, dispuestos a predicar el Evangelio por todas partes” (Catecismo, 1565). Y esto se aprende desde el seminario.Los invito a orar por los presbíteros de nuestra Arquidiócesis que están presentes en Iglesias necesitadas como Cádiz, Valencia, Albacete y Lérida, en España; en San Jacinto, Ecuador; en Idaho, USA; en Roma, en Buenaventura y en Popayán. También un sacerdote ad gentes en Bogotá en la Universidad Uniminuto. 17 sacerdotes y un diácono transitorio que están sirviendo en Iglesias donde escasean los ministros ordenados. Nosotros, que también tenemos limitaciones en el número de sacerdotes, damos de nuestra pobreza, seguros de que el Señor nos recompensará.Octubre es el mes del Santo Rosario, homenaje a Nuestra Señora del Rosario, cuya fiesta se celebra el 7 de octubre. A ella nos encomendamos con fe.Y en octubre es la colecta por las misiones, el DOMUND, el 22 de octubre. Seamos generosos con la oración, el sacrificio personal y el aporte económico para la misión de la Iglesia universal, colecta que se envía a las Obras Pontificias Misionales.+Luis Fernando Rodríguez VelásquezArzobispo de Cali

Lun 4 Sep 2023

Diálogo y fraternidad social

Por Mons. Luis Fernando Rodríguez Velásquez - La Conferencia Episcopal Colombiana, inquieta por la situación tan compleja que atraviesa el país, y en la proximidad también de las jornadas electorales del mes de octubre, ha publicado un documento muy interesante cuyo título es: “Hacia una pastoral para la reconciliación y la paz. Orientaciones de la Conferencia Episcopal de Colombia”.Recuerda el documento, entre otras cosas, que “el Papa Francisco entiende la paz como un imperativo moral y una realidad al alcance de la humanidad: “La paz es posible, la paz es un deber, la paz es la principal responsabilidad de todos” (Mensaje Urbi et Orbi del 17 de abril de 2022). Por su parte, el Papa Juan XXIII en la encíclica Pacem in Terris (1963), consolida la visión de paz como “la construcción de una convivencia basada en la verdad, la libertad, el amor y la justicia” (pg. 9).Propongo la lectura del documento de la Conferencia que puede hacerse en el portal de ésta en el link caritascolombiana.org. Será de mucha ayuda pues, además de servir para motivar al trabajo por la paz, ofrece una serie de criterios generales que todos los ciudadanos debemos tener presentes en estos tiempos de prueba. Son muy útiles también para los obispos, los presbíteros y los que tienen responsabilidades de liderazgo público, que deben considerar lo delicado del servicio al que están llamados de acompañar las comunidades. Es necesario estar lejos de polarizaciones y posiciones ideológicas que se quieran imponer. Un líder debe ser capaz de “volar por encima de los polos en tensión”. El líder, aunque tenga una posición personal que se respeta, debe considerar que su deber principal es ofrecer criterios para que los ciudadanos, por ejemplo en el caso de las elecciones, hagan libremente su discernimiento sobre el candidato o la candidata por la cual desean votar. Imponer u obligar de cualquier forma una votación, se sale de los parámetros de la justicia y la libertad de conciencia, y corre el riesgo de convertirse en un atentado contra la libre elección y por tanto de la democracia.En el mes de septiembre se realiza la Semana por la Paz, que en Cali tendrá como tema diálogo y fraternidad social.El propósito de estas jornadas, es ofrecer a todos los cristianos, a los que hacen parte de la Iglesia católica, y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, insumos espirituales y sociales para el trabajo por la paz y la reconciliación en nuestros territorios.En el contexto de las próximas elecciones en Colombia, estas jornadas adquieren una especial importancia para intensificar, especialmente, la oración por la paz y para que estemos bien dispuestos a dejarnos orientar por el Espíritu Santo en la elección de los candidatos que han de trabajar codo a codo, con y por sus comunidades como Gobernadores, Alcaldes, Diputados, Ediles, Presidentes de acciones comunales, etc.Cómo duelen las noticias de los atentados, de las emboscadas, de los asesinatos, de los desplazamientos, del terrorismo, signos de cómo a veces se ve lejana la meta de la paz, alimentando de esta forma la desesperanza y la desconfianza en los esfuerzos que el Estado hace por alcanzar la paz. Cómo es de necesario que se tome conciencia real de que así no podemos seguir y que, de no cambiar, el país va a seguir hundiéndose en un espiral de dolor sin fin.En la publicación de “Hacia una pastoral para la reconciliación y la paz”, se recuerda lo que San Juan Pablo II propone para lograr la meta de la paz, que sin duda no se limita solamente a silenciar las armas, sino también, y sobre todo, a atacar la causas que llevan a la violencia. Propone el Papa “tres caminos para construir una paz duradera. En primer lugar, el diálogo entre las generaciones, como base para la realización de proyecto compartidos. En segundo lugar, la educación, como factor de libertad, responsabilidad y desarrollo. Y, por último, el trabajo para una plena realización de la dignidad humana. Estos tres elementos son esenciales para «la gestación de un pacto social», sin el cual todo proyecto de paz es insustancial” (Juan Pablo II, Mensaje en la Jornada Mundial de la Paz, 2002) (pg. 10).Los exhorto a hacer de la Arquidiócesis de Cali, con sus cinco municipios de Cali, Dagua, La Cumbre, Jamundí y Yumbo, un auténtico territorio de paz. El príncipe de la paz, Cristo Jesús, los bendiga y acompañe. La paz sí es posible, está en nuestras manos construirla. Pido a los párrocos para el que jueves 7 de septiembre tengan una especial jornada de oración eucarística por la paz.+Luis Fernando Rodríguez VelásquezArzobispo de Cali

Mié 9 Ago 2023

Cali: sede del Encuentro Pastoral del Sistema de Nueva Evangelización para Obispos y Sacerdotes

Bajo el lema “Somos una Iglesia en salida”, desde hoy 9 hasta el próximo viernes 11 de agosto, la Arquidiócesis de Cali será sede del Encuentro Pastoral del Sistema de Nueva Evangelización (SINE) para Obispos y Sacerdotes. En el espacio participarán 26 obispos y varios animadores diocesanos del sistema en Colombia.Con el encuentro se buscará aportar al fortalecimiento de los procesos de la Nueva Evangelización desde una mirada integradora de la realidad actual. Por ello, retomará el mensaje del Papa Francisco, en el cual expresa que la Iglesia está llamada a ser siempre la casa abierta del Padre.“Es el llamado que el Señor nos hace para vivir intensamente el bautismo y la vida cristiana, no a manera de movimiento, sino como un estilo de vida acorde al plan de Dios, que “quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de verdad””, expresó al respecto monseñor Luis Fernando Rodríguez Velásquez, arzobispo de Cali.Los participantes del evento tendrán la oportunidad de participar en espacios de reflexión, espacios académicos y conferencias donde se evaluarán los actuales procesos de evangelización a partir del intercambio de experiencias sobre la realidad de las celebraciones litúrgicas.Adicionalmente, se desarrollará un espacio en el que los laicos, integrantes de las pequeñas comunidades que acompañan y animan el sistema en las parroquias, podrán asistir para expresar a los obispos y los sacerdotes, lideres de los procesos, sus inquietudes, sus sueños y proyectos, generando en un diálogo que culminará con la celebración de la Eucaristía.

Jue 3 Ago 2023

Nuestra meta es el cielo

Por Mons. Luis Fernando Rodríguez Velásquez - “La Virgen inmaculada, preservada libre de toda mancha de pecado original, terminado el curso de su vida en la tierra, fue llevada a la gloria del cielo y elevada al trono por el Señor como Reina del universo, para ser conformada más plenamente a su Hijo, Señor de los Señores y vencedor del pecado y de la muerte” (LG, 59). “La Asunción de la Santísima Virgen constituye una participación singular en la Resurrección de su hijo y una anticipación de la resurrección de los demás cristianos” (Catecismo, 966).La solemnidad del Dogma de la Asunción de la Bienaventurada Virgen María por el Papa Pio XII en 1950, está ubicada en el centro del mes de agosto, y nos invita a pensar en la motivación central que debemos tener todos los bautizados. No solo nos presenta a María como modelo del cristiano, de la persona que, siendo igual a nosotros, se esforzó por acoger en su corazón, en su mente y en su vientre al Hijo de Dios e hizo todo posible por cumplir en su vida su voluntad. Su fiat, es decir, su sí al anuncio del ángel, fue una clara expresión de la nobleza de su alma y la generosidad para entregarse por completo al Dios que la invitaba a hacer parte de su plan de salvación para toda la humanidad.María es la bienaventurada precisamente porque había creído. Y no solo, lo era también porque había acogido la Palabra y la había puesto en práctica.María fue la mujer valiente que no abandonó nunca a su Hijo, y la vez era la mujer que confiaba en que los planes de Dios siempre se cumplirían. Por eso junto a los discípulos permanecía en oración expectante.María es el modelo del cristiano que estamos llamados a imitar. Por eso mismo, “lo que se conmemora en esta festividad es no sólo el hecho de que el cuerpo sin vida de la Virgen María no estuvo sujeto a la corrupción, sino también su triunfo sobre la muerte y su glorificación en el cielo, a imitación de su hijo único Jesucristo” (Pío XII, Constitución apostólica Munificentissimus Deus).En este mismo orden de ideas, cuán necesario es que volvamos la mirada a María, y le pidamos que nos ayude hacer de nuestra fe, de nuestra religión, una auténtica experiencia de relación personal con su Hijo, y a su vez, con el Padre del cielo. Ha de ser una fe y un ejercicio de nuestra religión, que busque no solo la solución de nuestros problemas, de nuestras falencias, de nuestras necesidades. La auténtica religión no es la de los milagros, es la de la vida eterna, la que nos permita entrar, como María, al cielo. Hay que buscar, como lo dice Jesús, primero el Reino de Dios y justicia, pues lo demás viene por añadidura.Somos peregrinos en esta tierra. Nuestra meta es el cielo. Por eso los cristianos celebramos cotidianamente los sacramentos, que nos ayudan a preservar y fortalecer la fe, y a buscar con ánimo ferviente gozar un día de la presencia de Dios en el cielo.A eso invito a los fieles de nuestra Arquidiócesis, a que pongan su mirada en la realidades del cielo, no tanto en las de la tierra. Las primeras son eternas, las segundas son siempre pasajeras. María, asunta a los cielos, nos anima a caminar alegres por las sendas de la vida y a darnos cuenta de que, si ella pudo entrar gloriosa al cielo, también nosotros, por gracia, también podemos entrar a él. Ánimo, es mi voz de aliento.Este mes en la Arquidiócesis de Cali vamos a tener una serie de eventos para los cuales pido especiales oraciones: Congreso nacional de diaconado permanente, con la presencia de cerca de 180 diáconos permanentes que vienen de todo el país, varones casados, en su inmensa mayoría, que descubrieron también un llamado especial para santificarse celebrando un nuevo sacramento el del orden diaconal, para hacer extensiva la caridad de Dios y el servicio de altar.También vamos a tener el encuentro nacional del Obispos y líderes del Sistema Integral de Nueva Evangelización – SINE, con la presencia de cerca de 26 Obispos y los animadores diocesanos del sistema en Colombia. Es el llamado que el Señor nos hace para vivir intensamente el bautismo y la vida cristiana, no a manera de movimiento, sino como un estilo de vida acorde al plan de Dios, que “quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de verdad”.También cuatro hermanos van a ser ordenados diáconos, tres permanentes y un transitorio. Oramos para que su respuesta generosa al llamado del Señor redunde en la santificación de sus vidas y la de todos a quienes sirvan.Por último, les pido unirnos en la oración por la paz y la reconciliación de nuestro país, en la fiesta del 7 de agosto.+Luis Fernando Rodríguez VelásquezArzobispo de Cali

Lun 10 Jul 2023

Hacia una Iglesia siempre joven

Por Mons. Luis Fernando Rodríguez Velásquez -“Jesús, el eternamente joven, quiere regalarnos un corazón siempre joven. La Palabra de Dios nos pide: eliminen la levadura vieja para ser masa joven (1Cor. 5,7). Al mismo tiempo nos invita a despojarnos del hombre viejo para revestirnos del hombre joven (cf. Col. 3,9.10) … Todo lo que Él toca se vuelve joven, se hace nuevo, se llena de vida”. Esto lo dice el Papa Francisco en la Exhortación Apostólica postsinodal Christus vivit, dirigida a los jóvenes y a todo el pueblo de Dios (CV nn. 13,1).Al cumplir el primer semestre de mi servicio como arzobispo de Cali, lo primero que quiero es hacerles llegar mi sincera gratitud por la forma como me han acogido en este nuevo servicio que el Señor me ha confiado. Soy consciente de las expectativas y de los grandes retos que tenemos por delante y pido al Buen Pastor, que nos siga acompañando, a ustedes y a mí en esta tarea.Quiero seguir insistiendo en los sueños. El texto con el que comienzo este editorial recoge tanto la mente del Papa, como lo que debe animar la vida de la Iglesia de ayer y de hoy. Me sueño con una arquidiócesis de Cali siempre joven, alegre, animada y convencida de que el estancamiento significa retroceder, y en algunos casos, el preludio de una muerte o desaparición, como sucede con grupos apostólicos, movimientos y comunidades religiosas que ante la crisis de fe, de vocaciones y de no leer adecuadamente los signos de los tiempos, están teniendo que cerrar sus casas, o fusionarse con otras.El futuro de la Iglesia de Cali está en nuestras manos y en la forma como seamos capaces de dar respuesta a los innumerables retos sobre los cuales debemos tener conciencia.Necesitamos dejar el desaliento evangelizador. Es un reto para todos, los ministros, los consagrados, pero de una manera muy especial para los laicos, que en su mayoría no han sabido entender que ellos también hacen parte de la Iglesia y que, según sus carismas y estado, están llamados a ser testigos de la Buena Nueva de salvación. La Iglesia agradece a los laicos que han acogido con alegría la misión de ser ministros, servidores y catequistas, pero nos falta, por ejemplo, realizar mejor el ministerio de la conyugalidad en la familia.Necesitamos dejar a un lado la pereza para profundizar nuestras verdades de fe. Es sin duda una de las grandes dificultades que tenemos en la evangelización. Cómo sería de bello que los que piden ser admitidos a los sacramentos de la eucaristía y la confirmación, o quienes se preparan para el matrimonio, entiendan que las catequesis que se proponen no son solo requisitos, sino la ocasión de conocer más y mejor nuestra religión, y así poder, como dice el apóstol Pedro, dar razón de nuestra fe.Animo a los laicos para que acojan con gusto la invitación a las catequesis presacramentales, pero también a quienes las ofrecen para sean espacios bien preparados, didácticos, amenos, que permitan a los asistentes no solo prepararse para celebrar un rito, sino para dar espacio a Jesús en sus vidas, a través de los sacramentos. Estos tiempos han de ser adecuados, limitarlos en el tiempo no es conveniente, porque no se trata de “salir rápido de eso”, como algunos lo piden, Muy pronto, en las Orientaciones pastorales que vamos a publicar en Cali, daremos instrucciones a este respecto.Necesitamos ser positivos y personas de fe. La esperanza es lo último que se puede perder. Los tiempos que estamos viviendo están poniendo a prueba nuestra fe y la actitud positiva y esperanzadora como debemos vivir. Las incertidumbres son muchas, y en algunos campos, los problemas crecen. Con la mirada puesta en el cielo y los pies en la tierra, debemos ser capaces de prepararnos para las realidades no previstas que lleguen. De todos modos, hay que tener presente las palabras del Señor Jesús, que nos dice que no debemos tener miedo, porque “Él ha vencido al mundo”.Por eso mismo, una oración constante, una adecuada preparación y un compromiso evangelizador, han de ser las características de una Iglesia joven que está en salida misionera llegando a todos con el saludo y mensaje de la paz.Una solicitud:Durante este mes de julio y las dos primeras semanas de agosto, los presbíteros de Cali harán sus retiros espirituales. Invito a las comunidades parroquiales para que oren por sus párrocos y los presbíteros en general, para que este tiempo les ayude a ellos tener una experiencia fuerte de encuentro con el Señor que los llamó al ministerio ordenado, recuperen sus energías y renueven sus compromisos sacerdotales.+Luis Fernando Rodríguez VelásquezArzobispo de Cali

Lun 15 Mayo 2023

Iglesia llama a educadores a formar a sus estudiantes como constructores de paz

Con ocasión de la celebración del Día del Maestro que se celebra en Colombia este lunes 15 de mayo, monseñor Luis Fernando Rodríguez, arzobispo de Cali y presidente de la Comisión de Educación y Culturas de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) ha enviado un mensaje de felicitación y gratitud a todos los educadores del país por la importante labor que adelantan en la formación y acompañamiento a los niños, niñas, jóvenes, adolescentes y universitarios de las diferentes instituciones. Al tiempo, el prelado hizo un llamado para que infundan entre sus estudiantes amor de patria y la importancia de la paz, la armonía y la reconciliación. De acuerdo con monseñor Luis Fernando, en estos momentos difíciles que vive el país, los educadores tienen un papel clave para hacer de sus estudiantes constructores de la paz y “de una nueva sociedad donde podamos todos aprender a solucionar pacíficamente los conflictos, donde aprendamos a construir y constituir familias, sociedades básicas donde la felicidad y la paz sean sus características”. Sobre el Día del Maestro en Colombia Cabe recordar que esta conmemoración se enmarca, de manera especial, en un contexto religioso, pues luego de que en 1950 el papa Pio XII nombró a San Juan Bautista de La Salle como patrono de los educadores, la Presidencia de la República declaró el 15 de mayo como el Día del Maestro en nuestro país.

Lun 6 Mar 2023

La Cuaresma del encuentro

Por: Mons. Luis Fernando Rodríguez Velásquez - Este año, la Cuaresma comprende este mes marzo y la primera semana de abril. En medio encontramos dos importantes solemnidades: la de San José, el 19 y la Anunciación del Señor, el 25. ¿Cómo vivir este tiempo de gracia? Desde tiempo muy antiguo, la cuaresma ha ocupado un lugar preponderante en la vida de la Iglesia. En estos momentos en que se exalta la libertad, resulta que nos vemos atrapados por formas sutiles de esclavitud: estilos de vida, tradiciones, costumbres, dependencias, vicios… cuarentenas, toques de queda, confinamientos… Por eso es necesario volver a mirar e imitar a quien quien pudo afirmar que “la verdad los hará libres” (Jn. 8,31). En estos momentos en que nos quieren dominar el miedo, la incertidumbre, la enfermedad, las amenazas de guerra…Anhelamos recuperar la paz interior y la fortaleza de ánimo. La cuaresma es “es un tiempo de verdadero cambio y renovación, tiempo para volver a respirar a pleno pulmón, tiempo para poner en orden tantas confusiones, para entablar relaciones auténticas, para establecer diálogos rotos… todo para llegar a la salvación” (Lectio Divina, Ed. Verbo Divino. Vol. 3, pg. 6). Por eso durante la cuaresma y su liturgia, Dios se hace el encontradizo. Cada uno de los ciclos cuaresmales nos proponen un tema central y didáctico. Veamos el ciclo A que corresponde a este año 2023, que tiene como eje central, el anuncio del itinerario bautismal. Este es un tiempo especial para poner la mirada en las profundidades de nuestro bautismo. El 1er domingo es el del encuentro de Jesús con Satanás en el desierto. Nos tenemos que preparar para la lucha que debemos tener ante las tentaciones, presentadas hoy de manera hábil como lo bueno y hace plenamente feliz. Cristo vence las tentaciones. Él nos enseña a vencerlas. El 2º domingo es el encuentro de Jesús con el Padre en la transfiguración, donde el Padre proclama a Jesús como Hijo amado; donde se revela el misterio de la cruz; El Padre cumple su pacto de amor enviando a su Hijo amado. Con esta revelación en el monte Tabor, Jesús pretende arrebatar a los discípulos el escándalo de la cruz y darles fuerza para los momentos de prueba y dolor. El 3er domingo es el del encuentro de Jesús con la mujer Samaritana. Aquí Jesús se presenta como la figura del nuevo templo; a él se le debe adorar en espíritu y en verdad. Se introduce directamente en el misterio del agua que calma la sed definitiva: el agua que da vida. El agua bautismal. El 4º domingo es el del encuentro de Jesús con el ciego de nacimiento. En este sacramento admirable, puerta a la vida sacramental de la Iglesia, el bautizado es liberado de las tinieblas y es llamado a vivir como hijo de la luz. El 5º domingo es el del encuentro con Marta y María y la resurrección de su hermano Lázaro. Es el preludio de la resurrección de Jesucristo, que en relación con el bautismo, es la muestra de cómo este sacramento nos hace pasar de la muerte a la vida. La cuaresma 2023 sea, pues, un momento especial para tener la experiencia del encuentro con Jesús, y dejando que su palabra, sus signos, su llamado a la conversión, logren permear realmente la vida de cada de uno de quienes deseamos prepararnos de la mejor manera para la gran fiesta de la Pascua. Hemos de ser solidarios, a través del encuentro con el pobre y necesitado. La Campaña de Comunicación Cristiana de bienes, así como los actos de penitencia, ayuno, oración y limosna, broten de un corazón que sabe que a través de ello se purifican los corazones y hacemos extensivo el encuentro de Jesús con los más pobres y desvalidos de la tierra. Si salimos al encuentro de Jesús, y la vez nos dejamos encontrar por Él, nuestra vida de bautizados resplandecerá. Tenemos que dejar de ser ser bautizados de título, para serlo de vida, en Cristo. +Luis Fernando Rodríguez Velásquez Arzobispo de Cali