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diócesis de Cúcuta

Mar 15 Nov 2022

Diócesis de Cúcuta entrega la distinción San Pedro Claver

A través de la Corporación de Servicio de Pastoral Social (COSPAS), de la Diócesis de Cúcuta, se hizo entrega este 13 de noviembre de la distinción San Pedro Claver, un galardón que en reconocimiento reciben las personas o instituciones que trabajan en este departamento del Norte del Santander en favor de los menos favorecidos. En su séptima versión, la estatuilla fue entregada en esta ocasión a las hermanas de la Caridad de santa Teresa de Calcuta; hermanas Adoratrices; hermanas Lauritas, y a las hermanas de María Auxiliadora. “Este es un galardón que reciben las personas o instituciones que trabajan por los Derechos Humanos, y que, ante los diversos problemas sociales, aportan soluciones que expresan la caridad de Cristo y el mejoramiento de la condiciones sociales de la población vulnerable en esta Iglesia Particular”, expusieron sus organizadores. La ceremonia de entrega tuvo lugar en el Centro Comercial Unicentro, después de la Sagrada Eucaristía que presidió el Vicario General de la Diócesis de Cúcuta, el sacerdote William Aguilar Vargas y concelebrada por el padre Abimael Vaca Vargas, director de COSPAS. La distinción Orden San Pedro Claver fue instituida en el año 2009 y busca reafirmar un compromiso con las instituciones y personas para seguir trabajando en la promoción de la dignidad humana en sus condiciones menos favorables.

Jue 22 Sep 2022

La misión de la Iglesia es anunciar la Palabra de Dios

Por: Mons. José Libardo Garcés Monsalve - Avanzamos en este mes de septiembre que en sus comienzos ha estado dedicado a orar por la paz, recibirla en el corazón como don de Dios y llamados a trasmitirla a nuestros hermanos, y ahora seguimos con esa intención, reforzando nuestro compromiso con la escucha atenta de la Palabra de Dios, con el llamado que nos hace la Iglesia y nuestra Diócesis de Cúcuta a reflexionar sobre el contenido de las Escrituras en la próxima Semana Bíblica para la que nos preparamos, que fortalecerá el Proceso Evangelizador de la Iglesia Particular, que este mes tiene como lema: “El amor todo lo puede, sigamos adelante”. El llamado insistente que el Papa Francisco nos sigue haciendo es el fortalecimiento en la Iglesia de la conciencia misionera, que es el mandato de Jesucristo desde los orígenes: “Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos y bautícenlos para consagrarlos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, enseñándoles a poner por obra todo lo que les he mandado. Y sepan que yo estoy con ustedes todos los días hasta el final de los tiempos” (Mt 28, 19-20), como una invitación a compartir la fe con los hermanos, que hoy se hace realidad en nuestra Iglesia particular que está en salida misionera y desea transmitir la Palabra de Dios por todas partes. La misión de la Iglesia es anunciar la Palabra de Dios a tantas personas que no conocen a Jesús, para ello, el Papa Francisco lo recuerda como la tarea prioritaria de la Iglesia: “quiero recordar ahora la tarea que nos apremia en cualquier época y lugar, porque no puede haber auténtica evangelización sin la proclamación explícita de que Jesús es el Señor, y sin que exista un primado de la proclamación de Jesucristo en cualquier actividad de evangelización” (EG 110), que está contenido en la Palabra de Dios y por esta razón, la fuente de la predicación y la evangelización se encuentra en las Sagradas Escrituras, que contienen la fuente de nuestra salvación. La Evangelización es tarea de la Iglesia, entendiendo aquí el llamado a todos los bautizados a trasmitir el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo a los demás, porque ese tesoro que se recibe no puede quedar escondido, hay que comunicarlo a otros para que también tengan la alegría de conocer a Jesús. Así nos lo enseñó el Papa Benedicto XVI en ‘Verbum Domini’: “No podemos guardar para nosotros las palabras de vida eterna que hemos recibido en el encuentro con Jesucristo: son para todos. Toda persona de nuestro tiempo, lo sepa o no, necesita de este anuncio. El Señor mismo, suscita entre los hombres nueva hambre y sed de las palabras del Señor. Nos corresponde a nosotros la responsabilidad de transmitir lo que, a su vez, hemos recibido por gracia” (VD 91). Con esto, todos los cristianos entendemos que la misión de la Iglesia de transmitir la Palabra de Dios, no puede ser algo opcional, ni un agregado a nuestra vida de fe, esperanza y caridad, sino que es el núcleo de nuestro ser de cristianos que estamos llamados a comunicar como prioridad en nuestra vida, pues se trata de participar en la vida y misión de la Iglesia, escuchando la voz del Espíritu Santo que nos ilumina la manera como debemos comunicar hoy a Nuestro Señor Jesucristo. Se hace necesario para los cristianos redescubrir cada vez más la prioridad y la urgencia de anunciar la Palabra de Dios, para que el Reino de Jesucristo llegue y crezca en todos los corazones y familias de nuestras comunidades cristianas. Esta tarea corresponde a cada uno de nosotros, así lo repite el Papa Benedicto XVI cuando afirma que “la misión de anunciar la Palabra de Dios es un cometido de todos los discípulos de Jesucristo, como consecuencia de su bautismo. Ningún creyente en Cristo puede sentirse ajeno a esta responsabilidad que proviene de su pertenencia sacramental al Cuerpo de Cristo. Se debe despertar esta conciencia en cada familia, parroquia, comunidad, asociación y movimiento eclesial. La Iglesia como misterio de comunión, es toda ella misionera y, cada uno en su propio estado de vida, está llamado a dar una contribución incisiva al anuncio cristiano” (VD 94). Con este llamado que hace Benedicto XVI a todos a participar en la misión de la Iglesia de trasmitir la Palabra de Dios por todas partes, invito a todos los bautizados, familias, parroquias, comunidades cristianas, asociaciones y movimientos apostólicos de nuestra Diócesis de Cúcuta a redoblar los esfuerzos por la evangelización y cada uno desde su carisma y don que ha recibido del Espíritu Santo se ponga en salida misionera, para transmitir la fe a otros que no conocen a Jesús, porque “la actividad misionera representa aún hoy día el mayor desafío para la Iglesia y la causa misionera debe ser la primera” (EG 15). Como cristianos comprometidos sigamos en salida misionera, anunciando la Palabra de Dios por todas partes. Que esta Semana Bíblica (del 25 de septiembre al 2 de octubre) que vamos a vivir juntos, sea un momento especial de gracia para interiorizar la Palabra de Dios, conocer y amar más a Jesucristo y comunicarlo a nuestros hermanos, incluyendo a aquellos que no lo conocen o lo rechazan abiertamente. Que la Santísima Virgen María y el glorioso Patriarca san José, alcancen del Nuestro Señor Jesucristo el fervor misionero para cumplir con la misión de la Iglesia de anunciar la Palabra de Dios por todas partes. En unión de oraciones, reciban mi bendición. + José Libardo Garcés Monsalve Obispo de la Diócesis de Cúcuta

Jue 15 Sep 2022

Así vivió la Diócesis de Cúcuta la 35° versión de la ‘Semana por la Paz’

Este año, la Diócesis de Cúcuta animó la Semana por la Paz, con el lema del proceso pastoral de la Jurisdicción para el mes de septiembre: “El amor todo lo puede, sigamos adelante”, unido igualmente al propuesto a nivel nacional: “Territorios en movimiento por la paz, reconociendo, resignificando y reivindicando”. Desde el año 1987 se conmemora la ‘Semana por la Paz’, un espacio en el que, como Iglesia Católica, se resalta la importancia de este don de Dios precioso para toda la humanidad, a través de actividades que permiten romper barreras individualistas a cambio de un pensamiento colectivo que construya el bien común. La Semana por la Paz, nace en el marco del ‘Programa por la paz’ de la Compañía de Jesús, con el objetivo de mantener viva en el seno de la sociedad colombiana la idea de solución política al conflicto armado interno, e incentivar la construcción de paz por parte de la sociedad, desde cada uno de los municipios y regiones del país. Esto en compañía de Redepaz y el Secretariado Nacional de Pastoral Social Cáritas Colombiana. Como lo menciona monseñor José Libardo Garcés Monsalve, obispo de la Diócesis de Cúcuta, “la misión de Nuestro Señor Jesucristo en esta tierra, fue conducirnos a la paz, reunir a los que están dispersos y divididos, y establecer la paz entre los que crean división”. Con estas palabras del prelado, como Iglesia particular, la Diócesis de Cúcuta a través de la Corporación de Servicio Pastoral Social (COSPAS), del 4 al 11 de septiembre desarrolló la Semana por la Paz, desde diferentes espacios de participación que permitieron no solo encontrarse como Iglesia, sino como hermanos con un mismo fin: la búsqueda de la paz. Durante esta semana se llevaron a cabo foros, conversatorios y espacios radiales (a través de la Emisora Vox Dei), donde se trataron temáticas sobre la paz territorial, el reconocimiento de las víctimas en su dignidad, la reconstrucción de memoria histórica, el reconocimiento como reconciliación, y la resignificación de la vida en Cristo para construir paz desde el amor. Además, se adelantaron actividades de integración que llevan a construir paz, como la visita al Salón de la Memoria en la Biblioteca Pública Julio Pérez Ferrero, donde asistieron personas de diversas instituciones, incentivando el conocimiento de la historia del conflicto armado, para la no repetición; y el ciclopaseo, que permitió desde el deporte, unirse como hijos de Dios. En el desarrollo de cada encuentro se recordaba las enseñanzas del obispo de Cúcuta, quien afirma que “debemos aceptar que la paz es una responsabilidad de todos, y es compromiso aceptarla como propia y extenderla a los hermanos”. En el marco de la Semana por la Paz también fueron partícipes miembros de las instituciones de educación superior de la ciudad, como la Universidad Francisco de Paula Santander (UFPS), la Universidad de Santander (UDES) y la Universidad Simón Bolívar (Unisimón); miembros de organizaciones de cooperación internacional en la región como la Misión de Verificación para las Naciones Unidas y la Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia (MAPP-OEA); y la Agencia de Cooperación Cáritas Alemana, desde su proyecto PARTICIPAZ que incide en el municipio de Sardinata, región del Catatumbo, desde donde se busca promover el desarrollo humano integral, fundamentado desde la Doctrina Social de la Iglesia, a organizaciones de base comunitaria de la región del Catatumbo, fortaleciendo sus estructuras, y promoviendo acciones desde lo político, y socioeconómico que construyen paz y el tejido social afectado por el conflicto armado a lo largo de los años. Este proyecto centra su objetivo en la búsqueda del bien colectivo, y tiene retos importantes como la reconstrucción del tejido social afectado por el conflicto a lo largo del tiempo, a través de asociaciones productivas que Participaz ha guiado en todo su proceso de formación y comercialización, lo que ha sido una oportunidad laboral para muchas familias productivas, en donde no se da cabida para la ilegalidad; al igual que su trabajo con las Juntas de Acción Comunal, a las que brindaron acompañamiento con ciclos formativos y ser legalmente constituidas. Ahora tanto asociaciones como Juntas de Acción Comunal del municipio de Sardinata y corregimientos aledaños, van tras el bien común y la consolidación de la paz territorial. Desde la Diócesis de Cúcuta y la Pastoral Social, para el trabajo de la evangelización de lo social, continúa el reto de motivar a las comunidades a seguir practicando el ejercicio de la paz desde la dinámica de avanzar hacia los valores de la Doctrina Social de la Iglesia, donde hay que dejar entrar las virtudes al corazón para que, desde la fe, la esperanza y la caridad se procuren ambientes de paz. Como menciona Monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria, delegado de la Conferencia Episcopal de Colombia para las relaciones Iglesia-Estado, “la Iglesia cumple el rol de acompañar y apoyar los procesos de paz en las comunidades”; siendo un puente para que las negociaciones avancen, ya que desde el sentido pastoral, la Iglesia genera un clima de confianza, transparencia, respeto y democracia. Desde estos valores se logra transformar el país que todos los colombianos anhelan. Fuente: Centro de comunicaciones Diócesis de Cúcuta

Dom 4 Sep 2022

Emisora VOX DEI de la Diócesis de Cúcuta llega renovada al público

Después de un largo trabajo, gracias a la Fundación Papal (The Papal Foundation), a la Conferencia Episcopal Italiana y a la Providencia Divina, la Emisora Vox Dei culminó el proyecto de modernización que fue impulsado hace un par de años por el noveno obispo de la Diócesis de Cúcuta, monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid. Al llegar monseñor José Libardo Garcés Monsalve como décimo obispo de esta Iglesia Particular, se terminaron de concretizar acciones, y este jueves 1 de septiembre, impartió la bendición de la renovación de los estudios y los equipos, en un acto protocolario que tuvo como invitados a monseñor Óscar Urbina Ortega, fundador de la emisora; los sacerdotes del Consejo de Gobierno diocesano; las autoridades civiles y militares de Cúcuta y Norte de Santander; aliados comerciales; y coordinadores de los programas radiales; a quienes el obispo de Cúcuta presentó a la Emisora Vox Dei, como “una emisora al servicio de la comunidad y del Evangelio, del anuncio gozoso de Nuestro Señor Jesucristo”, cuyo fin no es económico, porque es un instrumento al servicio del pueblo de Dios. Desde la distancia, monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, obispo Castrense de Colombia, envió un mensaje de comunión para los medios de comunicación diocesanos y para esta Diócesis, por la que asegura sentir un gran afecto y a la que aún acompaña con su oración. “Puse todo el empeño para la modernización de nuestro transmisor de 10 KW RD S digital que ha mejorado y potenciado grandemente la señal; también la modernización de los estudios... Mis felicitaciones de corazón para la Diócesis de Cúcuta… Queremos poner a Jesucristo en el corazón, en la vida, en cada actuación de nuestra Iglesia y la llamo “nuestra”, porque sigo afectivamente unido a ustedes y les ofrezco mi oración y cariño”. Mons. Víctor Ochoa. El director del Centro de Comunicaciones de la Diócesis de Cúcuta, el presbítero Diego Eduardo Fonseca Pineda, dio unas palabras a los asistentes y a quienes siguieron la transmisión del evento en vivo (redes sociales y la emisora), donde a través de un breve repaso, detalló lo que ha sido la historia de esta herramienta de la evangelización y lo que significa para esta zona de frontera que a través de los años ha enfrentado diversas y difíciles realidades. Lea aquí el discurso completo. El brindis estuvo a cargo del fundador de la emisora, monseñor Óscar Urbina, quien relató la historia de cómo nació este medio de comunicación y cómo san José fue proveyendo lo necesario para que la Frecuencia de la Esperanza y la Paz, fuese un hecho. Como dato curioso, la emisora que se compró, perteneció a protestantes; desde un diálogo que sostuvo monseñor Óscar Urbina con un padre de la Conferencia Episcopal Italiana, hasta gestiones en Colombia, se fue materializando el proyecto de una emisora que respondiera al clamor de los fieles bautizados por un medio de comunicación que cultivara los valores cristianos en la región. Finalmente, monseñor Urbina aseguró que cuando una institución cumple años de existencia y permanece fuerte, esto tiene “una gran validez” y significa “un gran futuro”. En octubre de este año, el Centro de Comunicaciones de la Diócesis de Cúcuta celebra el aniversario de los medios diocesanos, entre ellos, la Emisora Vox Dei cumpliendo 17 años, siendo el instrumento de evangelización radial de Norte de Santander, construyendo una sociedad reconciliada y en paz. Fuente: Centro de comunicaciones Diócesis de Cúcuta

Mié 24 Ago 2022

La Diócesis de Valledupar vive Jornada de la ‘Diocesanidad’

Hoy 24 de agosto, en la Diócesis de Valledupar concluye la fiesta de la ‘Diocesanidad’, que tuvo como eje central la presentación del nuevo Plan Global Diocesano, que marcará la hoja de ruta de evangelización para los próximos cinco años. Con una eucaristía a las 9:00 a.m. presidida por el arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal, Luis José Rueda Aparicio y acompañado de monseñor Oscar José Vélez Isaza, como obispo de esta Jurisdicción, se conmemorará hoy los tres años de consagración de la nueva Catedral Ecce Homo. Presentación del Plan Global Atendiendo la invitación hecha por el Papa Francisco de ser una Iglesia sinodal, es decir, “ofrecer una oportunidad para que todo el Pueblo de Dios discierna conjuntamente cómo avanzar en el camino para ser una Iglesia más sinodal a largo plazo”, esta jurisdicción eclesiástica presenta hoy su Plan de trabajo, fruto de un proceso de construcción colectiva, a través de la oración meditada de la Palabra y el reconocimiento y análisis de la realidad; con participación de sacerdotes, religiosas y laicos comprometidos. Acontecimientos de fiesta Unido a este momento de gracia como es la presentación del Plan Global, la comunidad vallenata ha tenido también la oportunidad de participar en la celebración de tres grandes acontecimientos eclesiales. Son ellos: los 19 años de posesión canónica de monseñor Oscar José Vélez Isaza, como obispo de esta Jurisdicción, 53 años de posesión del primer obispo de esta diócesis, monseñor Vicente Roigs y Villalba y los tres años de consagración de la nueva Catedral Ecce Homo. Para animar esta fiesta diocesana, se dispuso entre otros momentos de: La Eucaristía y una ponencia a cargo de monseñor Oscar José Vélez Isaza, espacios que se han realizado de forma presencial y transmitidos a través del canal de YouTube de la diócesis de Valledupar.

Mar 23 Ago 2022

Iglesia en Cúcuta abre centro pastoral de orientación y escucha para la farmacodependencia

Después de meses de trabajo y de recaudar los frutos de la Campaña de Comunicación Cristiana de Bienes (CCCB) 2022, la pastoral de las adicciones y farmacodependencia de la Diócesis de Cúcuta, dio apertura oficialmente a la atención de adolescentes y jóvenes sumidos en la drogadicción. El pasado mes de julio inició el proyecto con el centro pastoral de orientación y escucha para la farmacodependencia en el Albergue Juvenil San José, lugar donde reciben a los afectados y sus familiares, los días martes, miércoles y jueves, de 9:00 a.m. a 12:00 m., allí están los sacerdotes vinculados a la pastoral, atendiendo, escuchando y orientando, para comenzar la ruta de desintoxicación y más adelante, de reinserción. Ruta de atención Acudir al Albergue Juvenil San José, ubicado en la calle 6N # 9E-20 barrio Santa Lucía. Después de ser escuchados, se les pedirá la documentación que certifique que están afiliados a una EPS, ARS, medicina prepagada o Sisbén. Con la entidad de salud, se procede a realizar exámenes toxicológicos, para evidenciar cuáles sustancias han consumido y considerar el tipo de medicación que necesitarán en su proceso de desintoxicación. Con el debido acompañamiento médico y psicológico, se establecerá si necesitan un proceso ambulatorio, es decir, que solo acudirán periódicamente al Albergue, se les dará la medicación y recibirán charlas, talleres y actividades lúdico-deportivas; o bien, requerirán de ser internados durante 30 o 60 días en el Hospital Mental Rudesindo Soto, para después vincularse al programa ambulatorio. Una vez superado y/o controlado el tema de las adicciones, la Diócesis de Cúcuta los beneficiará en alguno de sus programas de formación, para que puedan aprender un arte, emprender y tener mejores posibilidades en un campo laboral y productivo. El padre Víctor Manuel Torrado Quintero, párroco de Sagrada Eucaristía y miembro de la pastoral de las adicciones y la farmacodependencia, agradece a toda la Iglesia Particular de Cúcuta, por su generosidad durante la CCCB 2022, expresa que gracias a la iniciativa del señor Obispo, José Libardo Garcés Monsalve, “queremos que los muchachos tomen conciencia junto a las familias de iniciar un proceso de desintoxicación”, ya que “ningún padre pierde la esperanza de que su hijo vuelva a casa, recobre la dignidad de hijo, pues el flagelo de las drogas destruyen no solo a quien consume, sino acaba con los anhelos de tantas familias”. Además, aclara que, aunque el foco principal de atención son los adolescentes y jóvenes, “el consumo no tiene rango de edad”, por esto, la ayuda de la Iglesia no exime a los adultos. Este centro pastoral de orientación y escucha para la farmacodependencia cuenta con el apoyo del Hospital Mental Rudesindo Soto y la Comunidad Cenáculo presente en Cúcuta, cuya experiencia a nivel mundial en la sanación de las adicciones y guía en el encuentro con Dios, refuerza toda la ruta de atención. ¿Cómo ayudar? Los fieles bautizados y personas de buena voluntad pueden vincularse de tres maneras: * Encomendar en sus oraciones desde casa o en la Santa Misa este proyecto, para que tome más fuerza y la Iglesia pueda ayudar a muchas más personas. * Aportes económicos. * Inscribiéndose en el banco del tiempo de profesionales, donde se compromete a donar algunas horas durante la semana, para prestar sus servicios desde sus saberes en calidad de voluntario. Para mayor información, se pueden comunicar a través de las líneas de WhatsApp: 321 317 4339 – 320 445 0891 – 313 383 9722. Fuente: Centro de comunicaciones Diócesis de Cúcuta

Jue 18 Ago 2022

CÚCUTA: Docentes socializan los nuevos Estándares para la Educación Religiosa Escolar

En la ciudad de Cúcuta, el pasado 12 de agosto, se dieron cita en el auditorio de la parroquia San Antonio de Padua, los docentes de educación religiosa, invitados por la Comisión Diocesana de Pastoral Educativa de esta ciudad, con el fin de socializar los nuevos Estándares para la Educación Religiosa Escolar (ERE), fruto de los cambios en materia educativa por cuenta de la pandemia de la COVID-19. Monseñor Francisco Niño Súa, director del Departamento de Educación y Culturas de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), dirigió la socialización de este material; indicó que se tuvieron presentes los tres pasos que el Papa Francisco ha estado señalando a nivel general para la Nueva Evangelización: discernir, acompañar e integrar. El Departamento de Educación y Culturas emprendió el ejercicio de recibir y organizar los aportes de la comunidad educativa, que luego fueron socializados y estudiados por los obispos del país durante la CXII Asamblea Plenaria, que se realizó del 14 al 18 de febrero de 2022, allí fueron aprobados los nuevos Estándares. Durante esta reflexión, monseñor Niño explicó que los Estándares son la actualización de los publicados en 2017, 2012 y 2004, ya que necesitaban incluir la novedad que trajo la pandemia, sobre todo en el contexto del confinamiento y la virtualidad, “para los cuales no estábamos preparados”, expresa monseñor. Además, afirmó que también se necesitaban incluir las enseñanzas del magisterio del Papa Francisco, “quien nos llama a la fraternidad universal en la Encíclica ‘Fratelli Tutti’, nos enseña el cuidado de la Casa Común en ‘Laudato Si’, y destaca la importancia del Pacto Educativo Global, porque la educación no es responsabilidad solo de los docentes en los límites de su territorio, sino lo es también de toda la sociedad, desde los padres de familia, políticos, comunicadores, hasta ‘influencers’, porque todos debemos lograr acuerdos para que la educación cumpla la misión que el Señor nos confía, de construir una sociedad cada vez más justa y fraterna”. Fuente: Centro de comunicaciones Diócesis de Cúcuta

Mar 16 Ago 2022

La corrección fraterna ayuda a vivir la comunión

Por: Mons. José Libardo Garcés Monsalve -En el desarrollo del Proceso Evangelizador de la Iglesia Particular (P.E.I.P.) de nues­tra Diócesis de Cúcuta, este mes de agosto está destinado a reunirnos para celebrar juntos la fiesta dioce­sana, con el lema “Encontrémonos como hermanos, sigamos adelan­te”, el cual tiene como propósito que cada uno pueda afianzar los vínculos de caridad necesarios para vivir en comunión fraterna, en la familia y en la comunidad de creyentes que es la Iglesia. Todos experimentamos en el presen­te un clima de mucha incertidumbre y violencia, donde la raíz de estas di­ficultades está en el hecho de que el otro se ha convertido en una ame­naza para la vida personal. Ya no se mira al prójimo como un hermano, sino como un enemigo, alguien que obstaculiza los planes personales egoístas y mezquinos. Frente a esa realidad, nuestro Señor Jesucristo en el sermón de la montaña, nos enseña que el mandamiento nuevo del amor tiene su alcance en amar a los enemi­gos y a los que se convierten en un obstáculo para mi vida: “Han oído que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen. Así serán dignos hijos de su Padre del cielo, que hace salir el sol sobre buenos y malos, y manda la lluvia sobre jus­tos e injustos” (Mt 5, 43-45). En este camino cristiano y espiritual, el prójimo no es una amenaza, sino un hermano que está frente a mí, a quien debo custodiar y ayudar para que su vida crezca y para que llegue a la santidad. Por este motivo frente al pecado del otro, frente a la equi­vocación que pueda tener en su vida, el camino para recuperarlo es la co­rrección fraterna, tal como lo plantea el evangelista Mateo cuando enseña: “Por eso, si tu hermano te ofende, ve y llámale la atención a solas. Si te hace caso, habrás ganado a tu hermano” (Mt 18, 15), haciendo de la corrección fraterna, un servi­cio fraterno, en la línea de la recu­peración de quien se ha equivocado, como un modo evangélico de situar­se ante el pecado ajeno, tal como lo enseña Terrinoni cuando dice que la corrección fraterna “es un gesto purísimo de cari­dad, realizado con discreción y humil­dad, en relación con quien ha errado; es comprensión carita­tiva y disponibilidad sincera hacia el her­mano para ayudar­le a llevar el fardo de sus defectos, de sus miserias y de­bilidades a lo largo de los arduos senderos de la vida; es una mano tendida hacia quien ha caído para ayudarle a levantarse y reempren­der el camino”. De esta manera, se puede decir que es una solícita intervención fraterna que quiere curar las heridas del alma, sin causar sufrimientos, ni humilla­ciones, que va desde la ayuda que se presta al hermano para que no se extravíe, el apoyo que se ofrece a los débiles o el estímulo dirigido a los pusilánimes, la exhortación, la lla­mada de atención y la corrección. Evidentemente, este modo de enten­der la corrección fraterna exige una ampliación de la perspectiva del sentido del “yo”, una genuina y autén­tica conversión interior. Para llegar exactamente a invertir la insolente frase de Caín (cf. Gén 4,9) y recono­cer que sí, que soy yo el guardián de mi hermano, que Dios lo ha puesto a mi lado para que me ocupe de él, porque es voluntad del Padre celes­tial que no se pierda ninguno. Vivir en familia y en comunidad, consagrados al mismo Padre, signi­fica tomar la decisión de recorrer el mismo camino de santidad. La fami­lia, la comunidad parroquial, es un espacio para crecer en santidad, es el lugar donde cada uno construye su propio itinerario per­sonal de perfección. La corrección frater­na es la manifestación coherente de la res­ponsabilidad asumida en relación con aquel que es mi hermano, y cuya santidad me preocupa, más aún, junto al cual yo me santifico. De lo contrario, lo que hay es aislamiento, marginación fraterna, esa sutil violencia de la perfección privada que no deja espacio para el otro en mi corazón, en definitiva, lo que hay es el “homicidio”. No hay que pensar que este término es exagerado, porque, o me hago res­ponsable de mi hermano o lo exclu­yo de mi vida, exactamente como si lo matara; no hay un término medio. Realmente Caín mató y obró “como si matara” a su hermano Abel, cuan­do a la pregunta del Señor respondió: “¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano?” (Gn 4, 9); ahí, en ese preciso momento le asestó el golpe de gracia; esas palabras matan de­finitivamente a un hermano, a una familia y a una comunidad; pronun­ciadas ante Dios que es Padre, pre­tenden suprimir cualquier rastro de paternidad. Este es el gran peligro de quien no re­conoce su propia responsabilidad en relación con el otro; pero vaya donde vaya, aunque huya, le perseguirá y no lo dejará en paz la pregunta del Padre: “¿Dónde está tu hermano?” (Gn 4, 9). De esta manera, ‘comuni­dad cainita’ es la que demuestra des­interés por el prójimo, como si uno no fuera el guardián de los demás y más aún cuando el hermano está a punto de caer o ya ha caído. Como creyentes en Cristo seguimos comprometidos con la comunión que estamos llamados a realizar desde la caridad, que tiene una misión muy importante en la corrección fraterna y que ayuda a encontrarnos como hermanos, no como simple acto emo­cional, sino como una respuesta de fe en nuestro Señor Jesucristo, que nos invita desde el Evangelio a amarnos los unos a los otros, tal como Él nos ha amado, creando comunión y for­taleciendo los vínculos de unidad desde el perdón y la reconciliación, incluyendo a nuestros enemigos. Que la Santísima Virgen María y el glorioso Patriarca san José, alcancen del Señor todas las gracias y bendi­ciones necesarias, para vivir la co­munión en la familia y en la Iglesia, desde la corrección fraterna, con la certeza que es la respuesta adecua­da para un mundo que se torna cada vez más dividido y violento. Por eso resuena en el corazón la invitación: encontrémonos como hermanos, sigamos adelante. Reciban mi bendición. + José Libardo Garcés Monsalve Obispo de la Diócesis de Cúcuta