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diócesis de Cúcuta

Jue 11 Jun 2020

En tres años, Casa de Paso en Cúcuta entregó más de 3 millones de raciones

La Diócesis de Cúcuta celebra por estos días los tres años de apertura de la Casa de Paso ‘Divina Providencia’, que ha entregado más 3.530.520 raciones de alimentos. Este un lugar inició como una olla de caridad, por iniciativa del obispo de esta Iglesia Particular, monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, y se convirtió en la vivencia profunda del Evangelio y los valores que inspira la Palabra. En este sitio se demostró que “la caridad de Cristo nos urge” (2 Cor 5, 14), siendo una obra que se edificó con el anhelo de ayudar a los hermanos migrantes venezolanos y colombianos retornados, gravemente afectados por una crisis social, económica y política, proveniente del vecino país de Venezuela. En la Casa de Paso ‘Divina Providencia’ durante casi tres años, miles de personas necesitadas a diario recibieron permanente acompañamiento espiritual; una alimentación balanceada; atención médica, así como la entrega de medicina; atención psicosocial y jurídica gratuita, con el apoyo de profesionales voluntarios. Para cumplir con estos servicios, la Iglesia Católica de Cúcuta estuvo permanentemente apoyada por el Papa Francisco, los cucuteños, empresas, organizaciones internacionales como: Programa Mundial de Alimentos (PMA); Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR); Cáritas Internationalis; Adveniat; Cáritas Colombia; Cáritas Española; la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos; Conferencia Episcopal Española; y la cadena radial española COPE. Gracias a la generosidad de estas personas de buena voluntad y organizaciones, en el primer año de funcionamiento se entregaron 421.400 almuerzos, atendiendo diariamente a 1.500 migrantes. Para el segundo aniversario, se llegó a la cifra de 1.500.000 raciones entre almuerzos, desayunos y “repeles”, para entonces, ya llegaban 5.000 personas cada día, donde se les daba prioridad a los niños, mujeres embarazadas y adultos mayores. A sus casi tres años de servicio, el 13 de marzo de 2020, la Casa de Paso sumaba 3.530.520 raciones de alimentos, en esta fecha tuvo que cerrar sus puertas, cumpliendo con las normas dadas por el gobierno nacional, debido a la pandemia del coronavirus (COVID-19). El padre José David Caña Pérez, coordinador de la ‘Divina Providencia’, manifiesta que desde el cierre, “en la medida de lo posible se ayuda en las parroquias, con caridad, con mercados que llegan a través del Banco Diocesano de Alimentos”. En Cúcuta, la Iglesia ha sembrado caridad, esperanza y fraternidad, el padre David explica que estas virtudes y valores se continúan evidenciando con acompañamiento espiritual y material en las diferentes comunidades parroquiales, ya que en medio de la dificultad “en que estamos todos”, no se ha desamparado al más necesitado. En este día especial, recordando el 5 de junio de 2017, Monseñor Víctor Manuel Ochoa, saluda con gratitud a los colaboradores, voluntarios, “personas que con gran corazón nos han ayudado”, expresa el señor Obispo y asegura que aunque no se está trabajando directamente en la Casa de Paso, “la caridad sigue viva y esperamos poder nuevamente buscar las formas de ayudar a los hermanos migrantes de Venezuela”. Como un signo de esperanza, el padre David Caña, gracias a la contribución de benefactores, se prepararon 300 almuerzos, que con el apoyo de voluntarios, fueron llevados a distintos sectores, donde se presenta mayor cantidad de personas en condición de calle o con limitados recursos para cocinar en sus viviendas. De esta manera, se celebró el tercer aniversario de la Casa de Paso ‘Divina Providencia’ en la mañana de este viernes 5 junio, brindando un almuerzo completo a hermanos necesitados. La entrega se realizó en los siguientes lugares: Vía Pamplona (60 almuerzos); Anillo vial, vía La Parada (60); semáforos del centro de Cúcuta (60); parque Lineal (60); redoma de la cárcel Modelo (60). La Diócesis de Cúcuta, continúa siendo testigo de la caridad de Cristo en la frontera. Fuente y fotos: Centro de Comunicaciones Diócesis de Cúcuta

Lun 20 Abr 2020

La caridad de la Iglesia Católica en tiempos de pandemia

La Iglesia Católica en Cúcuta, durante este tiempo de prueba, ocasionado por la pandemia del virus COVID-19 (SARCS-CO-2), ha querido permanecer en oración y cuidado de los pobres y necesitados con sus estructuras de caridad. Gracias a la Divina Providencia y a muchos benefactores, entre ellos el Santo Padre Francisco, hemos podido permanecer cerca de los fieles, en este confinamiento, para alentar al pueblo de Dios en la fe y la esperanza. Siempre hemos querido estar cerca de los más pobres y necesitados para asistirlos en la caridad de Cristo. La Diócesis de Cúcuta, con la ayuda de benefactores y de sus propios recursos, ha entregado más de 20.800 mercados completos (14.000 del BDA, 6.500 COSPAS, 300 Fundación Asilo Andresen) y 5.000 provisiones con elementos de aseo. Así mismo, con la tarea del Banco Diocesano de Alimentos y con la ayuda de la Orden de Malta, se ha logrado entregar 30 toneladas de arroz vitaminizado en zonas muy pobres de la ciudad; y con la ayuda de empresas de Norte de Santander, otras 30 toneladas de arroz y alimentos perecederos como papa, verduras y pollo. Los alimentos entregados superan las 250 toneladas. Esto ha comportado un ingente trabajo de laicos, sacerdotes, religiosos y religiosas. Estos alimentos han sido entregados en las parroquias de Cúcuta y su Área Metropolitana y en la zona rural de la misma. Se ha buscado atender también a los colombianos retornados, como a los emigrantes de Venezuela presentes en la zona. Monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, Obispo de Cúcuta, expresa su gratitud con quienes han hecho posible mitigar las necesidades de cientos de familias: “Gracias a quienes desde la Corporación de Pastoral Social, el Banco Diocesano de Alimentos, la Fundación Asilo Andresen, las capellanías de los hospitales y clínicas, y desde las distintas parroquias e iniciativas, viven la caridad con los necesitados. Dios les pague a todas las instituciones, comerciantes, personas que nos han donado elementos y bienes para atender esta emergencia”. Es importante dar a conocer que la entrega de alimentos cuenta con las medidas preventivas establecidas por el Instituto Nacional de Salud. Por tal motivo, en todas las estructuras de caridad de la Diócesis de Cúcuta se han tomado las medidas de seguridad sanitaria para el personal y voluntarios. Se ha recibido una valiosa ayuda de la Policía Nacional y del Ejército de Colombia y de otras instituciones. En esta línea de acciones de caridad, La Fundación Pía Autónoma Asilo Andresen, institución bajo la responsabilidad del obispo de la Diócesis, que debió suspender la asistencia de los niños a sus instalaciones desde el 16 de marzo, continúa contribuyendo con su alimentación, otorgando cada 15 días a las familias de 300 menores, mercados y confecciones con elementos de aseo, para que permanezcan seguros en el aislamiento preventivo y de igual forma, nos les falte la comida. Por su parte, la Corporación de Servicio Pastoral Social (COSPAS), como institución con una larga historia de caridad, ha continuado liderando los programas Multipropósito y de Integración Local, dentro de ellos se activaron planes de contingencia en alianza con el Programa Mundial de Alimentos (PMA), ACNUR y GIZ de Alemania, para beneficiar a población necesitada en Cúcuta, El Zulia, Sardinata y Bucarasica. Entre marzo y abril se han otorgado 6.500 provisiones de alimentos, beneficiando aproximadamente a 15.000 personas. Las entregas se realizaron después de una identificación de la población más necesitada, con el apoyo de los presbíteros y de los agentes pastorales de las distintas parroquias de la Diócesis. Además de los beneficios alimenticios, también se han entregado elementos de aseo y de bioseguridad en los sectores de mayor necesidad. Durante este tiempo ha continuado con su tarea el Centro de Migraciones de la Diócesis de Cúcuta bajo el cuidado de los padres Scalabrinianos, atendiendo unas 140 personas entre niños y enfermos. Con ingenio y creatividad los sacerdotes de la Diócesis de Cúcuta, la Emisora VOX DEI (1.120 AM), el Periódico LA VERDAD y la presencia en las distintas redes sociales, gracias a las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación se ha mantenido el contacto con los fieles de un modo virtual y constante, celebrando con ellos la Semana Santa; ofreciendo diariamente la Santa Misa, el rezo del Santo Rosario fortaleciendo la oración y entregando profundas reflexiones espirituales. La Iglesia de Cúcuta fiel al mandamiento del amor, busca acompañar esta difícil situación, sembrando esperanza y tratando de no abandonar a sus hermanos y fortaleciendo en la fe, anunciando siempre que “Cristo es nuestra esperanza” (Col 1, 27).

Mié 26 Feb 2020

Cúcuta ya cuenta oficialmente con la primera Basílica Menor

Como Sacrosanta Basílica, saludó Monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, Obispo de la Diócesis de Cúcuta, a esta nueva casa real, que llena de dones y privilegios a Norte de Santander. Este 22 de febrero de 2020 con una Eucaristía, presidida por Monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, fue oficialmente elevada la parroquia San Luis Gonzaga a Basílica Menor, dignidad que fue otorgada el pasado 30 de octubre de 2019 por Su Santidad, el Papa Francisco. A la ceremonia de concesión del título de Basílica Menor de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, asistieron el Secretario de la Nunciatura Apostólica en Colombia, el padre italiano Giovanni Bicchierri; Monseñor Héctor Epalza Quintero, Obispo Emérito de Buenaventura; Monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos, Obispo de la Diócesis de Tibú; el presbiterio diocesano; seminaristas; autoridades civiles; miembros de la Policía Nacional y fieles laicos. La gran romería que se congrega en la parroquia San Luis Gonzaga, fue uno de los méritos por los que el Papa Francisco concedió el título de Basílica Menor, lo cual se apreció en esta ceremonia, donde el Templo recibió gran aglomeración de feligreses tanto adentro, como afuera, por lo que fue necesaria la instalación de dos pantallas gigantes, para que los fieles y personas de buena voluntad no perdieran detalle de este momento santo e histórico. En su homilía, el Obispo de esta Iglesia Particular expresó su agradecimiento al Papa Francisco: “Al Santo Padre va nuestro recuerdo agradecido, nuestra devoción filial, la intención de escucharlo y amarlo, como "Centro de la Unidad de la Iglesia", orando por su ministerio como sucesor de Pedro en su Cátedra de Roma”. Recordando que por ser Basílica, las intenciones de la Eucaristía serán a diario también por el Papa. Monseñor manifiesta que este título del que ahora goza no sólo una comunidad, sino una región entera, es la “infinita bondad de Dios”, quien “nos revela su amor con la prueba más grande: la Encarnación del Verbo”. Gracias a la Santísima Virgen María, en este pueblo de Dios que peregrina en la zona de frontera, “miramos con amor y devoción hoy más que nunca el rostro de Cristo, el Hijo bendito en los brazos de una Madre que también nos mira y acoge a nosotros”. Desde esta Basílica, Monseñor Víctor afirma que “seguiremos pidiendo por el don de la paz, para que se viva la reconciliación y la justicia social, para que reine entre nosotros el diálogo”. De igual forma, a los pies de la Reina del cielo, añade el señor Obispo: “imploramos por tus hijos que vienen de Venezuela, pedimos por ellos, por sus necesidades, acógelos dentro de tu manto”. Finalmente, Monseñor en nombre de la Diócesis de Cúcuta, se compromete con ‘La Chinita’, como le dicen a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, a agradecerle a diario por su protección, a ratificar la fe y devoción, vivir como hermanos, mantener la esperanza, ser fieles al Evangelio y expresar el afecto agradecido por el Papa Francisco que “nos conoce y nos ama, porque sabe que en esta tierra bendita amamos lo que es el amor de su corazón de padre: el pobre, el migrante, el que lleva sobre su corazón el dolor de Cristo aumentado en tantas dolorosas experiencias de humillación de desplazamiento y de marginación”.

Mié 8 Ene 2020

Diócesis de Cúcuta entrega 135 millones en ayudas para familias vulnerables

El programa ‘Follow Up To’ Respuesta Conjunta Colombia, concluyó el 2019 con la entrega de 135 millones de pesos en ayudas materiales para 120 hogares de zonas marginadas de la ciudad de Cúcuta. Este proyecto es una iniciativa que lidera la Diócesis de Cúcuta, a través de la Corporación de Servicio de Pastoral Social (Cospas), en alianza con el Secretariado Nacional de Pastoral Social Cáritas Colombiana y la Pastoral Social de Holanda (Cordaid), el cual consistió en estudiar las necesidades de la población perteneciente al Centro de Evangelización Santo Tomás, que comprende los barrios La Fortaleza, El Talento y La Flor, en el Anillo Vial Occidental. Lo que más alertó fue la presencia de niños que viven en situaciones precarias, sobre todo por la falta de salubridad, desde el lugar donde duermen, hasta para su higiene personal. Por esta razón, se censó a la comunidad y se identificaron a las mujeres cabeza de familia, a los migrantes venezolanos, colombianos retornados y víctimas desplazadas por el conflicto armado. Los beneficiarios de ‘Follow Up to’ recibieron acompañamiento psicosocial en lo corrido del año; capacitación en el manejo y saneamiento básico del agua; encuentros pastorales y de evangelización, apoyados por el padre que guía espiritualmente el Centro de Evangelización Santo Tomás, el presbítero Fabián Pacheco, y por las hermanas Misioneras de la Nueva Vida, quienes hicieron una intervención integral. Después de estos procesos, el pasado 30 de diciembre, el padre Abimael Bacca Vargas, director de Cospas y Yazmín Esmeralda Corzo Sánchez, coordinadora del proyecto, hicieron la entrega de camas con sus respectivos colchones y sábanas; kits de aseo (shampoo, jabón, papel higiénico, cepillo dental); útiles de cocina (ollas, jarras, cubiertos, platos); recipientes para almacenar aproximadamente 250 litros de agua, ya que en estas zonas el agua potable llega cada 15 días. Esta obra de caridad cerró el año 2019 beneficiando a 120 familias, que suman cerca de 700 personas. Fuente: Oficina de comunicaciones diócesis de Cúcuta

Lun 18 Nov 2019

La Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá en San Luis de Cúcuta

Por: Mons. Víctor Manuel Ochoa Cadavid - La bondad del Papa Francisco y su constante cuidado por la Iglesia que peregrina en Cúcuta, puerto de la esperanza para tantos hermanos, y casa de comunión y de evangelización, nos ofrece ahora un signo de especial afecto: El Título de Basílica Menor para una Iglesia muy nuestra, la Casa de la Virgen de Chiquinquirá, la Kacika, fue proclamado el 7 de octubre de 2019, con una Carta Apostólica, el Breve Pontificio, firmado por el Cardenal Robert Sarah en nombre del Santo Padre. La palabra “basílica” proviene del latín basílica, que deriva del griego basiliké que significa “casa real”. En los tiempos del Imperio Romano, las basílicas eran edificios desde donde se ejercía la justicia o se administraba la sociedad en nombre del Emperador. Cuando cesaron las persecuciones, cuando la libertad religiosa, primero, y luego las distintas concesiones imperiales abrieron al culto cristiano algunos espléndidos espacios, el título de Basílica le fue dado no solo al lugar sino a la experiencia de reconocer que el Señor resucitado, glorificado y reinante es el verdadero Señor, al que celebran los creyentes reuniéndose en su nombre, escuchando su Palabra, viviendo la comunión. La Kacika, título tan popular, define la presencia y el amor de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá por sus hijos aquí en esta tierra bendita en la que, la protección de nuestra Señora recibe como respuesta el amor fervoroso de sus hijos que la han engalanado con detalles de fe y de piedad y le han edificado una casa que ahora se llama Basílica no sólo porque allí es honrado el único Señor y Rey, sino porque el pueblo santo, pueblo de reyes, puede encontrarse con su Reina, La Señora de Casa, la Madre bondadosa que desde remotos tiempos es faro de luz y de esperanza para su gozosos hijos. Ahora la Basílica debe ser un centro de evangelización en el que se siga proclamando la fe, en la que el Magisterio del Papa sea luz para el camino espiritual, en la que los distintos servicios apostólicos nos recuerden que somos una Iglesia dinámica, una familia que, aún en medio de las no pocas contingencias de la historia, sigue caminando en la fe y en la esperanza, sigue proclamando el Reino de Jesucristo, la gloria de la Trinidad, la amorosa intercesión de la Madre del Salvador. Las Basílicas Menores se distinguen con unos signos: Un escudo de que pende una campanita, recordándonos que el Sello del Papa, las llaves que Jesús le confió a San Pedro, siguen abriendo no sólo las puertas del Reino, sino también las puertas del corazón solidario y fraterno en el que todos encuentren paz y alegría. También se pone en las Basílicas una ‘Umbrela’, una especie de gran quitasol, que en sus colores oro y rojo indica la unión de gloria y caridad con las que la Iglesia cubre amorosamente la vida de sus hijos y la protege y cobija con la amorosa bendición de Dios. En las Basílicas ha de celebrase siempre el culto con especial dignidad, es decir, se ha de vivir la liturgia como expresión de la fe y revelación armoniosa de la vida eclesial que congrega, evangeliza, glorifica y sirve con amor fecundo y con gozosa alegría todo el amor de Dios. En Norte de Santander es la primera Iglesia que recibe este título, pero el título no sólo dice que la Iglesia de san Luis es la Casa del Rey, sino que todo el Pueblo de Reyes que allí se congrega, es una familia de hermanos que tiene en La Reina Chiquinquireña de Cúcuta, la dulce madre que lidera y acompaña el camino de todos. + Víctor Manuel Ochoa Cadavid Obispo de la Diócesis de Cúcuta

Vie 27 Sep 2019

Iglesia anima misión pastoral y evangelizadora en la zona rural del Nororiente colombiano

Atendiendo el llamado del Papa Francisco a ser una Iglesia en salida, la Diócesis de Cúcuta desarrolló, del 23 al 26 de septiembre, la Misión Rural 2019. Sacerdotes, seminaristas, religiosos, religiosas, agentes de pastoral, movimientos apostólicos y laicos de esta Iglesia Particular, se trasladaron a la Vicaría Rural, para compartir la Palabra casa a casa, realizar encuentros entre las comunidades de las veredas y corregimientos de los municipios de Norte de Santander, con el objetivo de animarlos a perseverar en la fe. La jornada misionera, en la que participaron 66 seminaristas, 50 sacerdotes y 200 agentes de pastoral, responde al llamado del Papa Francisco a “atrevemos a salir de nosotros mismos e ir a las periferias”, allí, precisa el Santo Padre, “encontraremos a Jesús”. Monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, Obispo de Cúcuta, también acompañó la Misión Rural. Estuvo visitando los municipios de Lourdes, Sardinata, El Zulia y Gramalote, siendo ejemplo del empeño de cumplir con la labor de “llevar la Palabra de vida a los hermanos”, así lo recalcó durante sus homilías. “Esta es una tarea pastoral y evangelizadora que se realiza con la alegría de anunciar a Jesucristo, porque en la Diócesis de Cúcuta “somos Bautizados y Enviados”, insistió.

Jue 6 Jun 2019

Cáritas Colombia y de Luxemburgo crean espacios para familias venezolanas en Cúcuta

Despertar la solidaridad, crear nuevas alianzas y formas de ayuda humanitaria para generar espacios seguros a familias migrantes, bajo estos objetivos el Secretariado Nacional de Cáritas, con el apoyo de Cáritas Luxemburgo, Cáritas Cúcuta y la corporación de servicio de pastoral social de la diócesis de Cúcuta en alianza con la fundación pía autónoma Asilo Andresen, han desarrollado el proyecto ‘Ayuda de emergencia población venezolana en condición migratoria’. Con esta apuesta pastoral, los agentes de Cáritas y sus aliados salen al encuentro de los más vulnerables precisamente para desarrollar lo que hasta el momento otras organizaciones no han hecho: sanar heridas y ser hospitales de campaña. Con ello el ente eclesial asume el compromiso de hacer realidad los 4 verbos a los que el Papa Francisco ha invitado: acoger, proteger, promover e integrar. Un plan de trabajo integral Al respecto Dora Lisbeth Gómez, coordinadora del proyecto, ha dicho que “el trabajo en redes fue la clave del éxito, trabajamos tanto con entes públicos como privados”. Este trabajo en redes se lograron importantes alianzas con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados (Acnur), Servicio Jesuita para Refugiados (SRJ), centro Scalabrini, fundación Tierra de Hombres, comité internacional de rescate del Consejo Noruego como los proyectos al interior de Cáritas Cúcuta tal es el caso del Programa Mundial de Alimentos y respuesta multisectorial a la crisis migratoria venezolana. Asimismo asegura que con este proyecto “se logró una comunicación cercana que permitió entender la necesidad, pertinencia e impacto del proyecto a población venezolana en condición migrante”. “Nuestra inspiración y principal motivación nacen de los principios de la doctrina social de la Iglesia y del pontificado del Papa Francisco, como también las normas de carácter Internacional y nacional frente a la consolidación de un plan de trabajo integral”, mencionó. Metas superadas Un total de 499 personas fueron atendidas con este proyecto, cuyo desarrollo fue bajo tres dimensiones: orientación jurídica, atención psicosocial y asistencia humanitaria. Se gestionaron un total de 109 procesos jurídicos entre los que se atendieron problemas como niños en situación apátrida, acciones para asegurar salud, afiliación y acceso al SISBEN (Salud pública), orientación para los asuntos de convalidación de título y acceso a educación; así como remisiones a otras organizaciones. Se realizó atención grupal a padres de familia e individual a los nuños, niñas y adolescentes a través de talleres de prevención del abuso sexual para un total de 7 talleres promovidos. Además se hizo la entrega de 8.182 raciones de alimentos entre los meses de marzo y abril, especialmente a niños y niñas en situación de vulnerabilidad. Mapeo de servicios eclesiales Un equipo de profesionales integrado por una trabajadora social, una abogada, una psicóloga, un asistente financiero, cuadrillas de voluntarios y personal de atención a la primera infancia de parroquias e instituciones públicas, acompañaron cada uno de estos procesos. Cabe destacar que junto con la atención de jurídica y de asistencia humanitaria se logró hacer mapeo de las instituciones referenciando la actualización de oferta institucional que se anexa al presente informe. “Se logró hacer una referenciación a través de un libro que permite dar a conocer la oferta de las organizaciones que componen el comité de casos en Norte de Santander con la debida georreferenciación de las mismas”, destacó Gómez. Estos espacios seguros fueron posibles gracias al esfuerzo mancomunado y trabajo voluntario de organizaciones y personas como fundación autónoma Andrés, Uniminuto, Club de Leones, Sena, Protelco, General Santander, Liderar, ex-alumnas del colegio Santa Teresa, las parroquias Señor de los milagros, Jesús Cautivo, Santos Apóstoles, Sagrado Corazón, Cristo Maestro, Jesús de Nazareth, Pablo Benítez, Marcela Méndez, Alejandra Sandoval, Jairo Gamboa.

Sáb 1 Jun 2019

Id al mundo entero y proclamad el Evangelio

Por: Mons. Víctor Manuel Ochoa Cadavid - Este domingo celebramos la Solemnidad de la Ascensión del Señor. En los evangelios encontramos dos textos que nos relatan este acontecimiento de fe, 40 días después del domingo de la Resurrección. San Lucas en el capítulo 24 (Lucas 24, 50-53) y San Marcos en el capítulo 16 (Marcos 16, 19) nos relata este acontecimiento particular en el cual Jesús, acompañado de los 11 discípulos Asciende glorioso hacia el cielo. El relato de este acontecimiento de la vida del Salvador es presentado, con más amplitud de detalles, por San Lucas en el libro de los Hechos de los Apóstoles (Hechos 1, 9-11). En este relato, abunda en detalles y elementos precisos de este momento de la vida de Cristo y su despedida de esta tierra. En los relatos hay una clara y sentida realidad teológica: El envío de los Apóstoles a evangelizar y a predicar en toda la tierra. Es el mandato misionero de Jesús. Al oriente de la ciudad de Jerusalén, en la cúspide de una pequeña montaña, que comienza en el llamado Huerto de los Olivos, en el camino hacia Betania, se encuentra el monte de la Ascensión, donde el Señor vuelve al Padre, lugar significativo y de gran belleza, hoy ocupado por un lugar religioso de los musulmanes. Para nosotros es la oportunidad de celebrar esta Solemnidad en la liturgia, que trae a nuestra historia este hecho de la vida del Maestro. La Ascensión del Señor abre a la comunidad creyente las puertas de un bello y largo camino, el camino de la vida de la Iglesia y de la Evangelización, que terminará cuando se acabe esta historia dramática, llena de gozos y esperanzas, de pruebas y de dolor, en la que se mueve nuestra vida y la vida de la Iglesia. Dicen los Evangelios que Jesús fue preparando este momento de dos modos: En la Última Cena tras ofrecerse como alimento y vida de sus apóstoles, les prometió de diversos modos que cuando retornara al Padre les regalaría el don admirable del Espíritu Santo, como consta en los capítulos 14, 15, 16 del Evangelio de San Juan. Es la promesa del Consolador, del Paráclito, que nos servirá de abogado y que regala a la Iglesia la fuerza evangelizadora para predicar a Jesucristo como Salvador del mundo entero. En los Evangelios Sinópticos, en varias presencias suyas les anunció que el retorno al Padre era inminente y, finalmente los citó para despedirse y para enviarlos a anunciar la verdad y la vida a todos los pueblos. Podemos leer esto con atención y cuidado en el texto que hemos citado en los Hechos de los Apóstoles. Aquel día glorioso, la Ascensión, la celebrábamos en jueves, ahora, en la esperanza, el Domingo de la Ascensión nos centra en la familia que celebra la Pascua de Jesús, como cada semana, pero en el clima de envío y de misión que hace de los Bautizados. Un elemento central de esta fiesta y de los relatos de la Palabra de Dios, es que somos enviados a proclamar la vida de Jesús, a santificar la historia de la humanidad, a conversar con las culturas para hallar en cada pueblo las huellas del amor divino que el Espíritu Santo ha inscrito en cada ser humano. Estamos llamados a ANUNCIAR A JESUCRISTO, salvación y vida para todos los hombres y mujeres en la historia de la humanidad. Es aquí donde adquiere sentido la belleza de una Iglesia peregrina que proclama la fe, que muestra al mundo que Jesús, el Hijo de Dios, Dios verdadero, nos ha traído la misericordia que sana y salva, que ilumina y acompaña la vida. En esta fiesta tenemos que sentirnos comprometidos y, sobre todo, parte de la Iglesia que es misionera y anuncia una gran verdad, la Redención. Quiero resaltar esta dimensión, aquella jornada de la Ascensión inaugura la realidad misionera de una Iglesia que nació del costado traspasado del Señor para ser enviada al mundo, para ser puesta como la servidora más abnegada, más viva, más cercana al corazón de la humanidad, de una Iglesia en la que María sigue acompañando el camino de todos con la misma alegría con la que acompañó, en el cenáculo a los Apóstoles en la espera del Espíritu Santo (Hechos 2, 1-4). Este es el contexto de esta Celebración, de importancia litúrgica y misionera para nuestra Diócesis. Somos “Peregrinos” también en un mundo confuso en el que los enemigos de Cristo se empeñan en frustrar la obra de la salvación, en una sociedad sedienta de verdades auténticas, en una familia humana en la que, si bien no faltan los dolores, esta comunidad de creyentes que somos los Bautizados y Enviados, tiene la gloriosa tarea de ser el cuerpo vivo cuya cabeza, que es Cristo glorificado, ha abierto para siempre la puerta de la esperanza y tiene la perentoria indicación del Señor que la consagra como testigo del amor de Dios siempre, en todas partes, aun en medio de la adversidad. La Ascensión, con su carácter de SER ENVIADOS, es también día de oración por los comunicadores, para que, fieles a la verdad que salva, anuncien la esperanza, proclamen la paz, muestren cómo Dios sigue acompañando el camino de la historia y venciendo el poder de la mentira, del pecado, de la muerte, cada vez que se anuncia la salvación. Esta Solemnidad nos pone en la espera del don maravilloso del ESPÍRITU SANTO, que recibiremos en PENTECOSTÉS, donde el Don maravilloso de la fuerza de Dios vendrá para animarnos, fortalecernos y llevarnos a todos a dar testimonio de Cristo. Bautizados y Enviados, vayamos a ANUNCIAR A JESUCRISTO al mundo, a ser testigos del amor del Maestro, para dar vida a todos. + Víctor Manuel Ochoa Cadavid Obispo Diócesis de Cúcuta