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evangelio

Jue 27 Oct 2016

Dios es misericordioso, nunca nos abandonará

Queridos hermanos, la Palabra de Dios nos muestra cómo Dios, rico en amor y misericordia, nos perdona y nos tiende su mano para compadecerse de nosotros. Hemos sido creados por Él y jamás nos abandonará. Busquemos, pues, todos, esa mirada de Jesús. Dispongámonos a celebrar con fe nuestro encuentro personal, familiar y comunitario con Jesús en la Eucaristía dominical. Lecturas [icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: Sabiduría 11,22 – 12,2[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Salmo de respuesta: 145(144),1-2.8-9.10-11.13cd-14 (R. cf. Sb 11,23)[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: 2Tesalonicenses 1,11 – 2,2[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Lucas 19,1-10[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO BÍBLICO[/icon] Una vez más los textos de la Misa de hoy nos vuelven a hablar de la misericordia divina. Es lógico que se repita tanto esta inefable realidad, porque la misericordia de Dios es una fuente inagotable de esperanza y porque nosotros estamos muy necesitados de la clemencia divina. Todos necesitamos que se nos recuerde muchas veces que el Señor es clemente y misericordioso. Así, en efecto, en la primera lectura nos hace presente hoy esta bondad y cuidado amoroso de Dios sobre toda la creación y especialmente por el hombre; el Evangelio nos habla del encuentro misericordioso de Jesús con Zaqueo que intentaba ver a Jesús para conocerle, pero no podía a causa de la muchedumbre, porque era pequeño de estatura. Nada le importa lo que pudieran pensar las gentes al ver a un hombre de su posición correr primero y subir después a un árbol. Es esta una formidable lección para nosotros que, por encima de todo, queremos ver a Jesús y permanecer con Él. Zaqueo comprendió que para seguir a Cristo era necesario el más completo desprendimiento y por eso le abrió la puerta de su casa y de su vida para que Jesús entrara y lo transformara, porque necesitaba de Él. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO SITUACIONAL[/icon] Debemos examinar hoy la sinceridad y el vigor de estos deseos, en medio de la realidad de indiferencia ante las cosas de Dios y ante las personas mismas que comparten nuestro existir aún muy cerca de nosotros: ¿Quiero yo ver a Jesús? –Preguntaba el Papa Juan Pablo II al comentar este pasaje del Evangelio–, ¿hago todo lo posible para poder verlo? Este problema, después de dos mil años, es tan actual como entonces, cuando Jesús atravesaba las ciudades y poblados de su tierra. Y es actual para cada uno personalmente: ¿verdaderamente quiero contemplarlo, o quizá evito el encuentro con Él? ¿Prefiero no verlo o que Él no me vea? Y si ya le vislumbro de algún modo, ¿prefiero entonces verlo de lejos, no acercándome mucho, no poniéndome ante sus ojos para no llamar la atención demasiado..., para no tener que aceptar toda la verdad que hay en Él, que proviene de Él, de Cristo?. Cualquier esfuerzo que hagamos por acercarnos a Cristo es largamente recompensado. Cuando Jesús llegó al lugar, levantando la vista, le dijo: Zaqueo, baja pronto, porque conviene que hoy me hospede en tu casa. El Maestro, que había leído en su corazón la sinceridad de sus deseos, no quiere dejar pasar esta ocasión. Zaqueo «descubre que es amado personalmente por Aquel que se presenta como el Mesías esperado, se siente tocado en lo más profundo de su espíritu y abre su corazón». Se trata, entonces, de una llamada a la esperanza. En medio de esta realidad muchas veces oscuras y en la que nos encontramos muchas veces perdidos, hemos de saber y tener la esperanza que Jesús, el Buen Pastor, saldrá enseguida a buscarnos. Nunca se olvida de los suyos el Señor. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO CELEBRATIVO[/icon] Nos ha de ayudar la figura de Zaqueo que celebró a Jesús en su vida, para no dar nunca a nadie por perdido o irrecuperable para Dios. Nunca debemos perder la esperanza, ni siquiera cuando parece que no hay nada que hacer. La misericordia de Dios es infinita y omnipotente, y supera todos nuestros juicios, siempre que pensamos en la bondad y compasión divina para con sus hijos, nos quedamos cortos. No nos desanimemos nunca ni dudemos en continuar celebrando la presencia del Señor en la oración diaria, en la Palabra escuchada y vivida, en los sacramentos, especialmente en la Eucaristía dominical y en el servicio a los pobre, para que, encontrándonos con Él, y por muy difíciles o extremas que sean las situaciones en que nos encontremos continúe transformando nuestra historia. Su misericordia es siempre más grande que nuestros pobres juicios. [icon class='fa fa-play' link='']Recomendaciones prácticas[/icon] Enfatizar en que se va acercando el final del Año litúrgico, con su marcado acento escatológico. Insistir en la frase “Señor, tú tienes compasión de todos porque lo puedes todo”. Resaltar y motivar la importancia y valor del Sacramento de la Reconciliación como espacio de encuentro con la misericordia de Dios. Se puede emplear el Prefacio Dominical VII: «La Salvación por la obediencia de Cristo», p. 389 del Misal. Tener presente que esta semana: - El martes 1° de noviembre, es la solemnidad de Todos los Santos. El miércoles 2, es la Conmemoración de todos los Fieles Difuntos. El jueves 3, es en Colombia, la Memoria obligatoria de san Martín de Porres, religioso.

Jue 13 Oct 2016

Las personas de Dios, se identifican con Dios

Las personas de Dios, que se identifican con Dios, saben esperar confiados en Él y saben también interceder por sus hermanos y por sí mismos en sus necesidades. Este es el mensaje que nos trae ahora la palabra de Dios. Escuchemos atentos. Lecturas [icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: Éxodo 17,8-13[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Salmo de respuesta: 121(120),1-2.3-4.5-6.7-8 (R. cf. 2) [/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: 2Timoteo 3,14 – 4,2[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Lucas 18,1-8[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO BÍBLICO[/icon] Dios es por excelencia, para el pueblo de Israel, el que salva: salva liberando, calmando la sed, dando alimentos y protegiendo de los enemigos; para ello Dios interviene siempre por un elegido. Moisés, en efecto, es el prototipo de ese ministro de Dios que ejecuta sus órdenes; eso también lo sabe Pablo cuando le dice a su discípulo Timoteo, el hombre que está relacionado con Dios se identifica con Dios. El elegido es un ministro del Señor que se comunica con Él a través de la oración y en las grandes luchas no vence por las batallas, sino por la oración de intercesión (Arón y Jur), amigos de intercesión (1 Lectura). Para Israel Dios no solo está cerca, si no que acoge tiernamente y a Él se le encomienda toda la vida y la muerte, por ello el hombre de Dios sabe que Él cuida de todo el pueblo como de cada uno de sus miembros, en cada una de sus actividades cotidianas, por eso Dios sale en defensa del pobre, de la viuda, del huérfano (Evangelio) y éstos, a su vez, aprenden que jamás se desaniman de saber confiar en el Señor, por ello su oración es animada y constante, porque saben que Dios siempre los escucha y no se hace el indiferente ante los gritos de ayuda que expresan es su oración (Salmo); de ahí que lo más importante es vivir en una actitud de oración constante y de esperanza firme. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO SITUACIONAL[/icon] Cuantas veces en nuestras vidas de creyentes escuchamos expresiones como “ayúdeme a pedirle a Dios, téngame en cuenta es sus oraciones, hagamos cadena de oración”, en fin, expresiones como estas para pedir la intercesión del Señor ante determinadas situaciones. Sí, la oración de intercesión sigue siendo válida, pero debemos de ser constantes, no por repetir mucho, si no por no desanimarnos y no cansarnos, hay que tener una actitud de fe, ella hará que no perdamos la esperanza y que nunca seamos indiferentes ante nuestras propias situaciones y la de los demás. Nos urge mantener un espíritu de verdadera oración y, como la mujer del evangelio, ser constantes sin desfallecer. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO CELEBRATIVO[/icon] La Palabra que el Señor nos ha regalado en esta celebración, nos está invitando a que tengamos conciencia de su presencia en cada momento de nuestra vida, Él provee para nuestras necesidades y con la oración triunfamos en los pleitos y luchas antes que con nuestras propias capacidades. A ejemplo de Moisés y quienes lo acompañaban, es bueno contar también en nuestra oración con la intercesión de nuestros hermanos que conforman la Iglesia, los grupos de oración, las comunidades de evangelización o apostolado; incrementemos nuestra oración de intercesión de los unos por los otros, estando seguros de que Dios es Padre bueno, tierno y misericordioso, que no se deja ganar en generosidad para responder prontamente a nuestras necesidades. Él está ahora aquí presente, dispuesto a escucharnos y a responder solicito en esta Eucaristía a nuestra oración. [icon class='fa fa-play' link='']Recomendaciones prácticas[/icon] Téngase en cuenta las palabras: Dios está presente en la historia de cada uno y de toda la Iglesia, oración, intercesión, suplica, confianza, esperanza, constancia, ánimo, fe. Se puede seguir El Prefacio Dominical IX: «La acción del Espíritu en la Iglesia», p. 391 del Misal. Recordar que estamos en el mes de las misiones, que es una oportunidad para orar por las obras misionales pontificias, recordar que el próximo domingo es la jornada mundial de las misiones y debemos dar nuestra colaboración. Recomendar el rezo del santo del santo rosario para interceder por nuestra patria. El próximo martes 18, fiesta del Evangelista San Lucas; el viernes 21 memoria de Santa Laura Montoya y el sábado 22 memoria de San Juan Pablo II Papa. Foto CC0 Public Domain

Mié 5 Oct 2016

Acudamos, confiemos y agradezcamos al Señor

[icon class='fa fa-youtube fa-2x' link='']Ir a lista de reproducción[/icon] El Evangelio de este domingo nos deja tres lecciones: acudir al Señor, confiar en Él y ser agradecidos. Así lo explicó el arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia, cardenal Rubén Salazar Gómez en su habitual vídeo reflexión. El purpurado inspirado en el Evangelio en el que se relata la curación de 10 leprosos, recordó que en primera instancia debemos reconocer que vivimos en pecado y que necesitamos de la misericordia de Dios. "Acudamos al Señor y pidamos que nos salve, porque el pecado es como la lepra que no nos permite estar en comunión con Dios y los demás", explicó.En segundo lugar invitó a que confiemos en la Palabra del Señor al igual que lo hicieron los leprosos en el relato bíblico. Finalmente animó para que seamos agradecidos del mismo modo que el samaritano que tras ser curado regresó donde el Señor para darle las gracias por el milagro obrado en él. El cardenal Salazar Gómez recordó que el perdón del Señor es ilimitado por ello invitó a que el primer deseo que tengamos en nuestro corazón es contar con la misericordia de Dios. Tweets by cardenalruben

Lun 3 Oct 2016

La Palabra de Dios no está encadenada

La “Palabra de Dios no está encadenada”, es decir, siempre se anuncia y se proclama con toda libertad. En este día recibamos con atención y respeto el mensaje de la Palabra de Dios y hagamos el propósito de no encadenarla en nuestro egoísmo, ni en nuestra falta de compromiso, para que la podemos anunciar a los demás. Lecturas [icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: 2Reyes 5,14-17[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Salmo de respuesta: 98(97),1.2-3ab.3cd-4 [/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: 2Timoteo 2,8-13[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Lucas 17,11-19[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO BÍBLICO[/icon] «Ahora reconozco que no hay dios en toda la tierra más que el de Israel». Naamán después de recibir el beneficio de la sanación por medio de la acción del profeta, regresa con su séquito para agradecer y quiere hacerlo de dos formas: la primera tiene que ver con el ofrecimiento de un bien, que rechaza el profeta; la segunda, haciendo una profesión de fe, reconociendo al Dios de Israel como el único en toda la tierra. En este relato se pone de presente el poder universal del Dios de Israel, que beneficia incluso a los enemigos de su pueblo, pues es un Dios rico en misericordia, que tiene entrañas de Padre para acoger a todo el mundo. Además, es otra oportunidad, en la revelación veterotestamentaria, para manifestar el señorío absoluto de Yahvé sobre la historia. «Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros». El texto del evangelio de este domingo nos presenta un milagro de Jesús, que tiene elementos comunes con el texto del libro de los Reyes y está encaminado a ofrecernos un mismo mensaje. Se trata de la misma enfermedad de la lepra que padecen unas personas y que termina aislándolas de la comunidad por la impureza de sus cuerpos. Jesús obra el milagro de la sanación solicitada por ellos que lo reconocen como el Maestro que viene a hacer presente la misericordia de Dios y por eso la súplica: “ten compasión de nosotros”. Han descubierto en Él el rostro de la misericordia del Padre. Igual que Naamán, el leproso extranjero regresa a dar las gracias por la curación que ha obtenido, glorifica a Dios que lo ha liberado de la enfermedad, ha quedado limpio y ya puede incorporarse a la comunidad. El mensaje sobre la gratitud debe ocupar nuestra reflexión, pues los seres humanos y en especial los creyentes solo empleamos la faceta de la petición y la súplica, olvidándonos de agradecer, alabar, bendecir y glorificar a Dios por todas las obras que hace en favor de nosotros. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO SITUACIONAL[/icon] «Haz memoria de Jesucristo el Señor, resucitado de entre los muertos, nacido del linaje de David». En esta exhortación a su discípulo Timoteo, el apóstol lo invita para que no pierda de vista que el centro de todo está en esta obra maravillosa de la misericordia de Dios. No podemos olvidar que antes de cualquier súplica que nosotros hagamos al Señor, Él ha salido antes a nuestro paso, siempre ha tomado la iniciativa, primero para venir en nuestro auxilio. Nada se debe a nuestro mérito, todo es gracia, bondad y misericordia. Nos lo ha enseñado el Santo Padre Francisco: “la misericordia de Dios no es una idea abstracta, sino una realidad concreta con la cual Él revela su amor, que es como el de un padre o una madre que se conmueven en lo profundo de sus entrañas por el propio hijo”. En los textos de la Palabra aparece este don abierto a todos. Jesús resalta que es un extranjero el que regresa a dar gracias, el que reconoce la acción de Dios en su favor. El salmista incluye a toda la humanidad en su oración: El Señor se compadece de todos nosotros. Qué importante este mensaje en estos momentos de tantas exclusiones. Además, vivimos una época en la que todo tiene un valor material. El hombre cree que todo lo puede y lo debe comprar y de ahí depende su validez. Por eso nos cuesta vivir la fe en el ámbito de la gratuidad, del reconocimiento de que Dios no actúa por negocios. Cuántas veces le presentamos al Señor la cuenta de cobro de nuestras pobres acciones, de nuestros rezos a veces acelerados, de algunas obras de caridad que hacemos, no siempre con la más recta intención. Naamán, el leproso extranjero, la compasión universal del Señor y la memoria de Cristo Jesús, resucitado de entre los muertos, nos llaman en este día a ofrecer al Señor una acción de gracias intensa por los beneficios que siempre recibimos de Él, ya que estamos Llamados a impregnar el mundo de gratitud y de reconocimiento de la universal bondad y compasión del Señor por todos. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO CELEBRATIVO[/icon] «¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?». La eucaristía que celebramos es el culto de acción de gracias a Dios por medio de su Hijo Jesucristo para bien de toda la humanidad. Muchos cristianos, en la actualidad, tienen un valor muy relativo de la eucaristía del domingo, esto nos obliga a los pastores y presidentes de la asamblea eucarística a fortalecer la catequesis sacramental en favor de la participación parroquial en la eucaristía dominical. Pareciera que el reclamo de Jesús sigue siendo muy actual, pues los que somos sus discípulos no queremos volver donde Él al finalizar la semana para agradecer tantos beneficios recibidos. «Tu fe te ha salvado». Naamán, el sirio profesa su fe en el Dios de Israel, Jesús exalta la fe del extranjero que regresa a dar gracias. En esta celebración estamos llamados a fortalecer la fe, como respuesta generosa a la inmensa bondad y compasión de nuestro Dios con nosotros. Una fe firme que aprecia y valora el sacramento de la eucaristía, fe que acoge con amor la Palabra escuchada, fe que nos integra a la comunidad como hermanos de un mismo Padre y redimidos por el único sacrificio de Cristo en la cruz. Gratitud y fe, dos grandes virtudes que celebramos en esta liturgia dominical. [icon class='fa fa-play' link='']Recomendaciones prácticas[/icon] Resaltar en cartelera las palabras centrales del mensaje de hoy: Gratuidad – Acción de gracias – Fe – Misericordia. Recordar a los fieles el tercer mandamiento de la ley de Dios: santificar las fiestas y el mandamiento de la Iglesia católica: participar en la eucaristía todos los domingos y fiestas de guardar. Un compromiso de gratitud y alabanza. En esta semana: El sábado 12 de octubre, es la fiesta nacional del día de la raza. Por ser el día del descubrimiento de América, se recomienda escoger una de las Misas apropiadas para la ocasión. En la Oración Universal o de los Fieles se aconseja hacer peticiones por América y su Nueva Evangelización. Seguir facilitando la vivencia del Año de la Misericordia con el lema “Misericordiosos como el Padre”. Insistir en la vivencia de las obras de misericordia: siete espirituales y siete corporales. Foto CC0 Public Domain

Vie 30 Sep 2016

Dios nunca se olvida de nosotros y nos da lo que nos conviene

En este domingo, 27 del tiempo ordinario, la liturgia nos habla de la fe, de que el justo ha de vivir por la fe, y la fe es capaz de mover montañas. Algunos cristianos, sin embargo, nos desanimamos, cuando nuestras peticiones no son atendidas inmediatamente por Dios. Una verdadera actitud cristiana ha de llevarnos a fiarnos siempre de nuestro Padre Dios, que nunca se olvida de nosotros, y que siempre nos da lo que más nos conviene, aunque nos cueste entenderlo. Celebremos en la alegría y esperanza. Lecturas [icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: Habacuc 1,2-3; 2,2-4[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Salmo de respuesta: 95(94),1-2.6-7ab.7c-9[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: 2Timoteo 1,6-8.13-14[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Lucas 17,5-10[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO BÍBLICO[/icon] El contexto bíblico de las lecturas de este día está orientado a evaluar, purificar y cultivar nuestra fe. En efecto, Habacuc nos invita a perseverar en la fe, el salmo nos exhorta a escuchar la Palabra de Dios, como elemento clave del hombre de fe, Pablo, por su parte, nos invita luchar desde la fe y Lucas nos invita a cultivar la fe y a expresarla con obras concretas. También se nos invita a mirar la realidad que nos rodea, Habacuc ve una sociedad llena de corrupción y habla a Dios, el salmo previene contra un culto vacío, simples acciones superficiales y nada de espiritualidad, Pablo motiva a Timoteo a mirar su espiritualidad para que así pueda iluminar la realidad que lo rodea. Por último se nos exhorta a mirar en qué tenemos puesta nuestra esperanza, nuestra confianza, a fin de no endurecer el corazón a Dios, lo que significaría ser sordos o no querer escuchar a su voz. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO SITUACIONAL[/icon] En este domingo estamos llamados a mirar de qué calidad es nuestra fe, estamos llamados a evaluar las obras que reflejan la sinceridad de nuestra fe, pues la fe es inseparable de dos virtudes importantes, el amor y la esperanza, por eso estas tres virtudes son llamadas teologales; así, por tanto, la fe tiene dos miradas que, en su vivencia, fortalecen la vida espiritual: La primera es una mirada vertical: está puesta en Dios, como salvador, como Señor, una mirada llena de confianza y esperanza, pues la acción de Dios no defrauda, pero requiere perseverancia. La segunda mirada es horizontal: está puesta en el prójimo, es una mirada fraterna, de solidaridad, de compromiso, es una mirada llena de amor, una mirada que no es indiferente sino que se compromete. Por eso para ser hombres y mujeres de fe, debemos ser capaces de amar, de perdonar y de servir. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO CELEBRATIVO[/icon] Hoy la Palabra nos invita, a celebrar la alegría de la fe, a poner nuestra mirada no en lo malo, ni en lo negativo de la vida y de nuestro pasado, sino a mirar al futuro con amor, con esperanza; infortunadamente las acciones negativas del pasado no las podemos cambiar pero lo que si podemos hacer es luchar para no cometer los mismos errores. La Palabra de Dios en esta celebración nos invita a cultivar la fe, a poner sinceramente nuestra confianza en Dios y a demostrar nuestra fe con acciones llenas de amor; igualmente la recepción del Cuerpo y Sangra de Cristo nos fortalecen en estas virtudes que dinamizan nuestra vida y nos dan la clave de salvación. [icon class='fa fa-play' link='']Recomendaciones prácticas[/icon] Se pueden resaltar las palabras: Fe, Confianza, Escucha, Obediencia, Misión. En la Misa, en lugar del acto penitencial, se puede hacer la bendición y aspersión del agua en memoria del Bautismo (formulario I), como aparece en el Apéndice I del Misal, pp. 1053-1055. Podría seguirse el Prefacio Dominical X: «El Día del Señor», p. 392 del Misal. Tener presente que: El viernes 7, la Memoria Obligatoria de Nuestra Señor, la Virgen del Rosario. Motivar y realizar el Santo Rosario con intención misionera. El sábado 8 y domingo 9: Jubileo Mariano. Octubre es el mes del santo rosario. Orientar una decoración en el templo, en los demás lugares de culto y en los hogares, por medio de la cual se incentive a los fieles a la oración del Santo Rosario. Mes de las misiones: comenzar a motivar a los fieles en la importancia de orar y colaborar con el trabajo misionero de las diferentes comunidades religiosas que tienen este carisma y de muchos sacerdotes que se dedican a la evangelización en territorios difíciles. Foto CC0 Public Domain

Vie 23 Sep 2016

“Para seguir a Jesús hay que rechazar la riqueza de la cultura del bienestar”

Las lecturas del día de hoy podrían ser analizadas desde varias perspectivas. Les proponemos reflexionarlas en clave de seguimiento a Jesús, lo que implica dos aspectos importantes: la escucha de su palabra y nuestro aporte en la construcción del Reino de Dios. Las lecturas nos invitan a preguntarnos ¿Cómo estamos escuchando a Jesús? y ¿qué impacto tiene su Palabra en nuestros proyectos vitales? En relación con la escucha, Lucas nos había hecho ya un llamado de atención en 8, 18a, “Mirad, pues, cómo oís”. Y la pregunta tiene peso, porque, después de veinte siglos, seguimos sin entender la hondura de la Palabra de Jesús, quien se siente enviado a “anunciar a los pobres la Buena Nueva” (4,18b). Y nosotros, igual que el rico de la parábola, continuamos ignorando a los pobres, y en la medida en que la avaricia, el poder y la riqueza se apoderan de nuestro corazón, cada vez nos incapacitamos más para sentir con los que sufren, para trabajar en la transformación de realidades que, por imponer la riqueza, deshumanizan, empobrecen y generan muerte. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar documento[/icon] Pedagogía por la paz Para entender las diferentes fases de un proceso que lleva al perdón, la reconciliación y la paz, la Comisión de Conciliación Nacional de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) propone a obispos, sacerdotes, religiosos(as) y laicos comprometidos la campaña denominada “Pedagogía por la paz”. Esta es una campaña de sensibilización para crear escenarios posibles de discusión para el tema de la paz.

Jue 22 Sep 2016

Seamos justos y escuchemos a Dios

[icon class='fa fa-youtube fa-2x' link='']Ir a lista de reproducción[/icon] El eje central del Evangelio de este domingo es la justicia, así lo manifestó el cardenal Rubén Salazar Gómez en su habitual reflexión. El purpurado recordó que si queremos alcanzar la vida eterna entonces hay que ser justos en esta vida, para ello es fundamental escuchar la Palabra de Dios. "Todos los días Dios está presente en nosotros, debemos ser capaces de escuchar y seguirle", manifestó. El cardenal explicó que aquel que es capaz de escuchar a Dios no se aprovecha de los demás, no comete injusticia, no recurre a la violencia, fomenta la fraternidad y se hace capaz de construir la paz. "En Colombia estamos viviendo un momento de construir un nuevo país (por ello) tenemos que se capaces de descubrir la justicia fundada en el amor, la fraternidad y la solidaridad", concluyó. Tweets by cardenalruben

Lun 19 Sep 2016

La misericordia es el nombre de Dios

¿Toda nuestra confianza está puesta en Dios? O no será que, seducidos por las riquezas de este mundo, estamos llevando una vida fácil y cómoda que no conduce a la verdadera felicidad? Escuchemos con devoción y atención la Palabra de Dios que se nos propone para esta celebración dominical. Lecturas [icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: Amós 6,1a.4-7[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Salmo de respuesta: 146(145),6c-7.8-9a.9bc-10[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: 1Timoteo 6,11-16[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Lucas 16,19-31[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO BÍBLICO[/icon] Cuan estrecha es la mirada de las personas que lo tienen todo. Esto no es un impedimento para encontrar al Señor, pero sí se absolutiza, se convierte en el mayor de los obstáculos para encontrarlo. No solo porque se olvide a Dios, sino porque se olvida al hermano, e incluso se olvida uno de sí mismo. Pensamos en la verdad de ser cristiano, lo cual consiste no solo creer en el Dios que no vemos, sino amar al hermano a quien sí vemos. Estamos ante dos cuadros bien distintos: en el primero están aquellos hombres ( el rico del evangelio y los notables de Israel en Amós) que están ciegos y pierden la noción del encuentro que en el hermano se tiene con Dios, se olvidan que en esa persona se puede estar recibiendo al mismo Señor, que se ha acercado. Esta ceguera voluntaria impide ver al hombre la invitación que Dios le hace a la salvación y le hace perder dicha oportunidad. En el segundo cuadro se nos manifiesta la misericordia venida de Dios, a la que se acudirá durante la celebración del día de hoy, pues ante nuestros pecados, la misericordia de Dios se manifiesta como remedio y seguridad de los que han caído por el pecado. Sí, es la misericordia la forma como Dios muestra que sale de sí mismo para darse a los hombres, es por misericordia que se acuerda de los pobres, los huérfanos, las viudas, es la misericordia lo más propio de Dios. O como diría el papa Francisco: la misericordia es el nombre de Dios. Ante la ceguera de los hombres del tiempo de Amós el salmo responde con la misericordia divina. Y ante la ceguera del rico del evangelio, Dios responde acordándose del pobre Lázaro. Con razón ante esta manera de obrar de Dios la respuesta del hombre es elevar el alma para que alabe al Señor por sus grandes obras, “porque es eterna su misericordia”. Este es el testimonio que necesitan los hombres para convertirse. No es tan necesaria la resurrección de un muerto, sino creer en la misericordia de Dios que se revela en Moisés, los profetas y, de una manera admirable, en Jesús. Queda clara la invitación que se nos hace de aprender a mirar como mira el Señor: con misericordia, para reconocer la necesidad del otro y allí conocerse a sí mismo. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO SITUACIONAL[/icon] La gran crisis del mundo actual es la falta de misericordia. Cada vez más los hombres nos encerramos en nosotros mismos y nos limitamos ante las posibilidades que tenemos en frente. Quien sale de sí mismo para darse a quien lo necesita no solo consigue calmar el hambre y la sed de aquellos que sufren, sino que también logra abrirse a la gran posibilidad del protagonista en la construcción de un mundo distinto, más justo, más humano, más servicial, más misericordioso. Si cada corazón humano dejara de contemplarse, encerrado en el egoísmo, y saliera a contemplar el rostro del hermano que sufre, palpitaría más fuerte y buscaría por todos los medios transformar esta realidad. Cuando uno escucha o ve en los medios de comunicación los efectos tan horribles de la persecución que se está dando en Medio Oriente y en África, la forma como la gente tiene que emigrar en búsqueda de paz a lugares en los cuales no siempre encuentran acogida ni misericordia; entonces es posible que se muevan los corazones de aquellos a los cuales toque la Palabra para emprender acciones concretas en favor de los desamparados, desplazados, violentados que tienen que vivir a la puerta de aquellos que lo tienen todo, deseando hartarse de las migajas que caen de sus mesas. Si fuéramos más misericordiosos, no sólo alcanzaríamos la verdadera santidad personal, sino que se calmaría el hambre, cesarían las guerras, finalizarían las muertes violentas, porque un corazón misericordioso ve el dolor humano y lo ilumina desde la luz de Jesús, actúa y no se queda esperando que otros hagan, sino que se sabe responsable de todo lo que sucede y capaz de solucionarlo. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO CELEBRATIVO[/icon] La liturgia de hoy nos pone en sintonía con uno de los más grandes atributos de Dios en la Sagrada Escritura: su misericordia. Todas las lecturas y las oraciones de la Misa nos encaminan en esta celebración a sentir a Dios que sale de sí mismo para darse. De este modo, al momento de contemplar el Pan de la Vida y el Cáliz de la Salvación levantado en el altar, el creyente comprenderá que lo que allí sucede no es una invitación a quedarse quieto, sino a continuar la obra que el mismo Dios está haciendo ahí: entregarse por completo. De igual forma, el discípulo que celebra la Eucaristía ha de salir a darse completamente, para que todos vean en esto el signo de la presencia de Dios, incluso que hable con amor y misericordia a los corazones más duros y alejados. La invitación es pues clara: nuestro mayor testimonio debe ser la misericordia: vivida, celebrada y compartida. Este es el testimonio que necesitan los hombres para convertirse. [icon class='fa fa-play' link='']Recomendaciones prácticas[/icon] Invitar a los fieles para que este día traigan una ofrenda de mercado para compartirlo con los pobres. Invitarlos a ofrecerla en el momento de la procesión de los dones Se podría seguir la Plegaria Eucarística para Diversas Circunstancias IV: “Jesús que pasó haciendo el bien”. Se puede realizar al final de la Misa la fórmula de Bendición Solemne: 18. En el Tiempo Ordinario IX, p. 478 del Misal. En este domingo se celebra el día mundial del turismo. Jubileo de los catequistas. Tener presente que: El jueves 29, es la fiesta de los santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. El viernes 30, Memoria obligatoria de San Jerónimo, concluye el mes de la Biblia. Conviene preparar un homenaje para cerrar este mes. Pronto estaremos iniciando el mes de octubre, dedicado especialmente al Rosario y el mes de las misiones. Foto CC0 Public Domain