SISTEMA INFORMATIVO
Respondamos con fidelidad
Tags: fidelidad Plan de Predicación Liturgia

Hoy Jesús nos invita a estar despiertos y lúcidos para transcender y responder con fe y esperanza a las vicisitudes de nuestra historia. Que esta celebración nos anime a caminar bajo las virtudes de la fe y la esperanza para enseñar el camino de la vida nueva.
Lecturas
[icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: Sabiduría 18,6-9[/icon]
[icon class='fa fa-play' link=''] Salmo de respuesta: 33(32),1+12.18-19.20+22 (R. cf. 12b)[/icon]
[icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: Hebreos 11,1-2.8-19[/icon]
[icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Lucas 12,32-48[/icon]
[icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link=''] CONTEXTO BÍBLICO[/icon]
Las lectura nos propone un modelo de fe que nos anima a saber responder de manera coherente ante la adversidad, así como los padres determinaron su historia hoy se nos anima a responder con mayor fidelidad, pues conocemos la plenitud de la revelación, ya que nuestro sentido de vida encuentra su plenitud en el misterio de Cristo quien es el autor y perfeccionador de nuestra Fe. La fe de los antiguos sirve de aliento para los discípulos que libres de todo apego a cosas materiales se han de preparar para la salida inminente; y por eso Jesús, en el Evangelio, los anima a constituir un tesoro en el cielo. Jesús empieza llamando la atención sobre la codicia y va más allá cuando pide no estar preocupados por la comida o por el vestido, pues la fe permite esperar todo lo bueno y noble del Padre, pide más bien la preocupación por el reino, que todas esas cosas llegaran por añadidura. Vivir en perspectiva de futuro es vivir una vida de fe y esperanza a ejemplo de los antiguos padres, es una actitud que compete a todos en general, aunque probablemente no todos tendrán el mismo grado de conciencia de esa perspectiva o no todos la vivirán con la misma intensidad. En el verso 35 del Evangelio, se nos presenta una nueva bienaventuranza cuando felicita al servidor que se encuentra en vela a la espera de su amo; es la espera dichosa del reino que llega con Jesús, es la dinámica de la fe y la esperanza que se perfecciona en la persona adorable de nuestro Señor que anima a los discípulos a estar libres y despiertos para responder de manera lúcida y coherente a las vicisitudes del mundo moderno
[icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link=''] CONTEXTO SITUACIONAL[/icon]
La liturgia de la palabra nos invita a madurar nuestros estilos de vida por la fe en Dios Padre y en su Hijo muy amado. En una sociedad que ha perdido el valor de ser “hijo de Dios”, estos ejemplos y palabras nos animan a madurar en la Fe como respuesta dinámica a Dios y a articularla con la esperanza, como movimiento lanzado hacia el futuro. Es Jesús quien nos anima hoy en medio de la desesperanza para que todo hombre, obediente a la fe, sea hombre nuevo, constructor de una nueva historia, cultura y sociedad, somos los discípulos testigos de la misericordia de Dios, que ha estado grande con nosotros, pues nos dio a conocer la plenitud del Amor, la Verdad y la Vida.
[icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link=''] CONTEXTO CELEBRATIVO[/icon]
- Estamos llamados a rescatar el valor de las virtudes teologales fe y esperanza, como parte de nuestro comportamiento modelo para la vida en sociedad. A la luz de la Palabra recibida y fortalecidos con la Eucaristía, celebremos la vida en perspectiva de futuro confiados que el espíritu de Dios dará la vitalidad necesaria para que cada hombre, cada mujer y, por tanto, cada uno de nosotros dé testimonio, en medio de la crisis, de la vida nueva que ofrece el Hijo santo de Dios.
[icon class='fa fa-play' link=''] Recomendaciones prácticas[/icon]
- Destacar la figura de Bienaventurada Virgen María, como mujer Obediente, de Fe y Esperanza, modelo del hombre nuevo.
- Se puede seguir el Prefacio Dominical II: «El misterio de la salvación», p. 384, del Misal.
- Jornada Nacional de la Pontificia Obra de San Pedro Apóstol (POSPA) para la promoción de los sacerdotes nativos del mundo. En Colombia esta Obra apoya al Seminario Colombiano Intermisional San Luis Bertrán que forma a los futuros pastores de los Territorios y Situaciones Misioneras de nuestro país.
- Hoy se celebra el 7 de agosto, fiesta nacional, recuerdo de la batalla del Puente de Boyacá. En la Oración Universal o de los Fieles se aconseja hacer peticiones por la Patria.
- Tener presente que en esta semana, El miércoles 10 de agosto, es la fiesta de san Lorenzo, diácono y mártir.
Foto Tomado de Internet



El Samaritano se acercó y curó las heridas
Mar 21 Nov 2023

“Para ser libres, Cristo nos ha liberado” (Gálatas 5, 1)
Vie 17 Nov 2023


Vie 3 Nov 2023
El primero entre vosotros será vuestro servidor
TRIGÉSIMOPRIMER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO5 de noviembre de 2023Primera lectura: Malaquías 1, 14b - 2,2b.8-10Salmo: 131(130),1.2.3Segunda lectura: 1Tesalonicenses 2, 7b-9.13Evangelio: Mateo 23, 1-12.I. Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónLa Iglesia avanza en el conocimiento del completo misterio de Cristo que se experimenta a lo largo del ciclo anual de celebraciones. En este domingo, partiendo de la lectura atenta de los textos bíblicos, descubrimos algunas urgencias señaladas por la Palabra de Dios, como son: la importancia de profundizar en la acción moral y el testimonio cristiano; la visión del sacerdocio como servicio; y la humildad al momento de contemplar a los jefes como seres humanos sometidos a la fragilidad (Cf. Directorio Homilético, apéndice I). Así, se propone a continuación el examen del formulario de lecturas para la Misa con el acento del primer punto arriba señalado, esto es, de la importancia del testimonio cristiano, de la vida en Cristo.1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?En la Primera lectura, de la profecía de Malaquías (Ml 1,14b - 2,2b.8-10), Dios, el Rey, llama a sus elegidos los sacerdotes a volver a su camino porque apartándose de la ley hicieron extraviar a muchos, de manera que hay una gran culpa sobre sus espaldas, que no quedará impune según la Palabra del Señor. Esto constituye un irrespeto al nombre de Dios que debería ser honrado por todas las naciones al ver la coherencia de los herederos de la alianza con Leví. Ante tal anuncio de justicia el Salmista ora a Dios pidiéndole que guarde su alma en la paz (Sal 131[130],1.2.3) y tributándole la ofrenda de su docilidad, expresada en la sentencia: «mi corazón no es ambicioso, ni mis ojos altaneros; no pretendo grandezas que superan mi capacidad» (v. 1). Este es el llamado salmo del abandono confiado en los brazos de Dios, actitud que contrasta por su bondad a lo reprochado a los sacerdotes en la Primera lectura. La Segunda lectura, por el contrario, muestra al Apóstol con una actitud de obediencia a Dios y de honra para que el nombre de Dios sea honrado en verdad, toda vez que se dedica con todas las fuerzas a la promoción del Evangelio de Dios y a la ofrenda de su propia persona, en otras palabras, de todo lo que tiene hasta el extremo. Al contrario de ser tropiezo para el pueblo el Apóstol busca ni siquiera ser gravoso a nadie. En el pasaje del Evangelio el Maestro Jesucristo reprocha a los escribas y a los fariseos acusando proféticamente que ellos no hacen lo que dicen, esto es realmente muy fuerte. La falta de coherencia y de empatía, además de la vanidad son verdaderamente un obstáculo para la obra de Dios. El Evangelio termina con algunas recomendaciones en orden al buen testimonio de los que llevan el nombre de Cristo: «no se dejen llamar maestro, porque uno solo es su maestro, y todos ustedes son hermanos. No llamen padre suyo a nadie en la tierra, porque uno solo es su Padre, el del cielo. No se dejen llamar consejeros, porque uno solo es su consejero, Cristo. El primero entre ustedes será su servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido» (Directorio Homilético, 142). Por lo demás, recordemos que «el conocimiento de la estructura global y de los elementos característicos de cada Evangelio [en este caso de Mateo] puede ayudarle [al homileta] a profundizar su comprensión del texto», así, vale apuntar que este pasaje se encuentra insertado entre los textos que aluden a acontecimientos que implican la aceptación o rechazo del Reino y precede al discurso escatológico que es ofrecido en los siguientes domingos del Tiempo Ordinario (cf. Directorio Homilético, 143).2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad?Meditemos en la importancia de permanecer verdaderamente en Cristo y vivir como Él, la vida del cristiano debe ser coherente con el Evangelio, pues un desfase entre la propuesta de la voluntad divina y las obras que son llevadas a cabo constituye un pecado patente, pero también una piedra de tropiezo para los que oyen y ven tales incoherencias. El Catecismo de la Iglesia Católica apunta sobre la realidad de la acción moral y el testimonio cristiano lo siguiente, en relación a la misión (CEC 2044):«La fidelidad de los bautizados es una condición primordial para el anuncio del Evangelio y para la misión de la Iglesia en el mundo. Para manifestar ante los hombres su fuerza de verdad y de irradiación, el mensaje de la salvación debe ser autentificado por el testimonio de vida de los cristianos. “El mismo testimonio de la vida cristiana y las obras buenas realizadas con espíritu sobrenatural son eficaces para atraer a los hombres a la fe y a Dios”».Obras son amores y no buenas razones, reza un proverbio, porque son los frutos los que nos permiten reconocer la calidad de la planta; con el Evangelio podemos decir así, usando una famosa frase atribuida a san Francisco de Asís: «Predica el Evangelio en todo momento y, si es necesario, usa las palabras». Es de sobra sabido que la liturgia tiene que ver con hacer de la propia vida un sacrificio vivo espiritual agradable a Dios (cf. Rm 12,1) de forma que no se cumpla en uno el fortísimo reproche: «Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me rinden culto, ya que enseñan doctrinas que son preceptos de hombres» (Mt 15,8-9 = Is 29,13). Más aun, consideremos con el Concilio Vaticano II, en su Constitución sobre la sagrada liturgia Sacrosanctum Concilium (n. 12), cómo «pedimos al Señor en el sacrificio de la Misa que, "recibida la ofrenda de la víctima espiritual", haga de nosotros mismos una "ofrenda eterna" para Sí». ¡Permanezcamos con Cristo y vivamos como Él!3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Supliquemos al Señor, para vivir con mayor compromiso la misión, que nos conceda la sencillez de la unidad interior, es decir la coherencia de vida, porque «la vida moral es un culto espiritual. El obrar cristiano se alimenta en la liturgia y la celebración de los sacramentos» (CEC 2047). ¡La buena relación entre la vida cotidiana y la vida celebrativa es un respaldo para la misión del cristiano! Pero puede venirnos una inquietud, ¿es, acaso, esa coherencia un puro esfuerzo humano? ¡Cierto que no! Dios se vale de nuestros empeños honestos y se encarga de hacerlos fructificar, por eso es importante suplicarle con insistencia que nos ayude a «correr sin tropiezos hacia los bienes que nos promete» (Misal Romano [para Colombia], Domingo XXXI del Tiempo Ordinario, Colecta). El encuentro con Jesucristo y la fe que le corresponde los manifestamos concretamente, y no exclusiva ni principalmente, con las obras y no con las palabras. ¡Cumplamos cuanto decimos con tanta humildad!_______________________Recomendaciones prácticas:II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa En este día del Señor tributemos nuestra Acción de gracias a Dios, recordando que «la vida moral “posee el valor de un ‘culto espiritual' que nace y se alimenta de aquella inagotable fuente de santidad y glorificación de Dios que son los sacramentos, especialmente la Eucaristía; en efecto, participando en el sacrificio de la Cruz, el cristiano comulga con el amor de donación de Cristo y se capacita y compromete a vivir esta misma caridad en todas sus actitudes y comportamientos de vida. (Sacramentum Caritatis 82).Monición a la Liturgia de la Palabra La Palabra de Dios, que será proclamada, nos impulsa a un cambio de vida para no apartarnos del camino de Dios y corresponder con humildad a su amor. Acojamos con docilidad y con todo nuestro propio ser a Dios que nos habla.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Invoquemos confiadamente a nuestro Padre del cielo y supliquémosle por nuestras necesidades y las de la humanidad entera.R. En ti confiamos, Señor.1.Por el papa, los obispos, para que por el Espíritu Santo conozcan el camino que deben trazar en la Iglesia.2.Por la santa Iglesia, que trabajando día y noche, anuncie incansablemente el Evangelio de salvación a todos.3.Por los líderes y gobernantes: haz que ayuden a sus gentes a mirar a un futuro genuino con renovada esperanza.4.Por los sufrientes: haz que reciban el consuelo de sus pesares y la recompensa prometida a tus trabajadores fieles.5.Por nosotros, reunidos aquí alrededor del Altar: que la Eucaristía que celebramos aumente en nosotros la coherencia de vida.Oración conclusivaPadre de bondad,escucha benignamentelas súplicas que te dirigimosen favor de la realización de tu Reino.Por Jesucristo, nuestro Señor.R. Amén.

Vie 27 Oct 2023
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón
TRIGÉSIMO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO29 de octubre de 2023Primera lectura: Éxodo 22,20-26Salmo: 18(17),2-3a.3bc-4.47 y 51ab (R. 2)Segunda lectura: 1Tesalonicenses 1,5c-10Evangelio: Mateo 22,34-40I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónDespués de varias preguntas comprometedoras, Jesús fue consultados por los fariseos de Jerusalén acerca del mandamiento principal de la Ley; el Señor respondió citando la frase que los judíos decían cada mañana en la oración: “Escucha Israel…, amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón”. A este precepto equiparó el del amor al prójimo, conforme al Antiguo Testamento y a sus intérpretes (primera lectura); pero lo original de Jesús era la universalidad de su precepto de prójimo, que comprendía incluso a los enemigos (Evangelio).La Iglesia de Tesalónica se convirtió en misionera de toda su región gracias al ejemplo de la nueva vida de sus miembros; su testimonio hizo innecesarias las palabras (segunda lectura).1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?La liturgia de la Palabra inicia con el relato de la legislación apodíctica (mandatos impositivos) situada en el Sinaí (Éx 22,20-26), durante la promulgación del código de la alianza, insistiendo en el amor y la misericordia debidos al prójimo, que parten de la experiencia de Israel en tierras extranjeras, llevándolos a reflexionar sobre su pasado y el origen de su fundamento. Estas leyes revelan la sensibilidad del querer de Dios, aunque en algunas ocasiones se muestre injusto.Ahora bien, el (Salmo 17) inicia con la expresión de un enamorado de Dios, y que empieza a tornarse con una lamentación del pasado que pronto se vuelve un himno de liberación, y termina en una fórmula de alabanza a la divinidad. Por su parte, la segunda lectura 1Ts 1,5c-10, es la acción de gracias que Pablo, expresa a las comunidades que parte de la oración por ellas, en donde la presencia del Resucitado convoca y transforma la vida de los creyentes que allí se encuentran.La actitud de los Tesalonicenses refleja una fe activa que se traduce en obras, un amor que implica una donación, y una esperanza que es paciente y permanece en el tiempo, y que los lleva a una vivencia total del compromiso cristiano al aceptar a Jesucristo en sus vidas. El resurgir de la Iglesia de Tesalónica se debe al entusiasmo de Pablo al predicar el Evangelio lleno de energía y eficacia dada por el Espíritu Santo, y que fue fecundando y dando fruto evangélico, en medio de grandes dificultades, que permitieron a los Tesalonicenses convertirse en imitadores de Jesucristo, y convertirse en modelo para los creyentes de Macedonia y Acaya.Finalmente, el Evangelio (Mt 22,34-40) sobre el precepto más importante relacionado con el amor de Dios y con el prójimo. El amor es la clave de la escritura, el principio unificador entre Dios y el hombre. Sin amor al prójimo no hay amor a Dios, pero hay que tener en cuenta que el amor a los demás no invalida el de Dios, al contrario, lo diviniza y lo sublima.2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad?Benedicto XVI, regaló a la Iglesia la encíclica Deus Caritas Est (Dios es Amor), siendo este el primer gran documento de su pontificado donde abordó el tema del amor Cristiano, la cual está dividida en dos grandes bloques: en el primer bloque encontraremos una profunda reflexión sobre la unidad del amor en la creación y en la historia de la salvación; en el segundo bloque, lo dedica a reflexionar propiamente sobre la caridad, donde nos habla sobre el ejercicio del amor por parte de la Iglesia como Comunidad de amor.En esta encíclica se afirma que como cristianos hemos creído en el amor de Dios y así cada cristiano puede expresar la opción fundamental de su vida, ya que no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o por una idea de momento, sino por el encuentro con la persona de Jesucristo que da un nuevo horizonte a la vida y con ello una orientación decisiva.El amor es ocuparse del otro y preocuparse por el otro, ya no se busca a sí mismo, sino que se ansía más bien el bien del otro, el bien del ser amado. Es, así pues, que el amor se convierte en renuncia y el estar dispuesto al sacrificio no en el sentido de un arrebato momentáneo, sino como camino permanente saliendo del yo que está encerrado en sí mismo hacia su libertad en la entrega de sí en el camino que Jesucristo marcó.El camino de Jesucristo es la entrega hasta dar la vida por el otro, hasta dar la vida por el prójimo y el prójimo según esta encíclica es cualquiera que tenga necesidad de mí, y que yo pueda ayudar se universaliza dando sentido al concepto de prójimo.Entonces sí hemos creído en el amor de Dios y tenemos el camino por Jesucristo ¿qué nos impide a amar a nuestro prójimo?1.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Examinemos nuestro corazón: ¿estoy creyendo en el amor de Dios? ¿lo manifiesto a mis hermanos? ¿cuánto se asemejan mis sentimientos con Jesucristo? Comuniquemos la alegría de sentirnos amados por Dios y amemos con sus mismos sentimientos, teniendo un corazón desprendido del mundo y que crezca en los deseos de eternidad._______________________Recomendaciones prácticas:II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la MisaQueridos hermanos, cada celebración de la eucaristía es un rayo de ese sol sin ocaso, que es Jesús resucitado. Examinemos nuestro corazón, nuestro actuar y nuestro amor a Dios reflejado en el trato fraterno a nuestro prójimo, y dispongamos todo nuestro ser para participar en la misa dominical que significa entrar en la victoria del Resucitado. Participemos con fe y alegría.Monición a la Liturgia de la PalabraLa Palabra de Dios, expuesta continuamente en la liturgia, es siempre viva y eficaz por el poder del Espíritu Santo, y manifiesta el amor del Padre a través de hijo Jesucristo. Escuchemos con atención. Oración Universal o de los FielesPresidente: Como Iglesia, reunidos en torno al altar, supliquemos al Padre y entreguémosle las necesidades de nuestros hermanos diciendo:R. Padre bueno, escúchanos 1.Para que la Iglesia ejerza su misión pastoral con espíritu de servicio y entrega. Oremos al Señor. 2.Para que los gobernantes sean siempre fermento de amor y busquen vivir el mandamiento principal. Oremos al Señor. 3.Para que en el corazón de todos los hombres crezcan siempre sentimientos de paz, de justicia, solidaridad y amor a los hermanos. Oremos al Señor.4.Para que los enfermos especialmente los agonizantes, encuentren consuelo en tu cruz que es signo de esperanza y de fe. Oremos al Señor.5.Para que siempre fortalezcamos el deseo de crecer en el conocimiento y el amor a Jesucristo. Oremos al Señor.Oración conclusivaEscucha, Padre, nuestras humildes oraciones. Tú que eres la fuente de toda gracia y bondad.Por Jesucristo, nuestro Señor.R. Amén.

Vie 20 Oct 2023
Dar a Dios, lo que es de Dios
VIGÉSIMO NOVENO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO22 de octubre de 2023Primera lectura: Isaías 45,1.4-6Salmo: 96(95),1 y 3.4-5.7-8.9-10a y c (R. 7b)Segunda lectura: 1Tesalonicenses 1,1-5bEvangelio: Mateo 22,15-21I. Orientaciones para la PredicaciónIntroducción-Algunos reyes, en su época, fueron instrumentos en las manos de Dios. De esa manera el profeta Isaías evoca la actuación de Ciro, el Ungido, y su misión para doblegar ante él las naciones, no dejando de recordar que Dios es el único y verdadero Señor.-El texto a los tesalonicenses es el más antiguo de los escritos del Nuevo Testamento, escrito unos veinte años después de la muerte de Cristo. Es interesante que ya allí se da el nombre de “Iglesia” a una comunidad cristiana, en este caso a la de Tesalónica. Allí se destaca que la adhesión al Señor no ha sido solo de palabras sino también demostrado en la actividad de la fe, el esfuerzo en el amor y la esperanza en la tribulación.-Es importante tener presente dos cosas: Primero: Dios no exime a la persona de sus responsabilidades en la sociedad, por el contrario, la invita a contribuir en la construcción de la misma desde los valores cristianos. Segundo: su poder no entra en competencia con el nuestro: es don, amor y servicio, no apropiación, ni violencia ni dominio.1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?v. 21 “Pues páguenle al César lo que es el del César y a Dios lo que es de Dios”. Así responde Jesús a la pregunta de sus interlocutores “¿es lícito pagar impuesto al César o no?”. Cualquier respuesta que hubiese dado Jesús se da por descontado que habría sido “polémica”, como sucede con cualquier opinión que pueda dar un obispo o un presbítero ante la situación política de una nación, en un mundo en donde la estrategia de quienes mueven los hilos del poder es polarizar, poniendo a las personas de una parte o de otra.Si Jesús hubiera dicho que había que pagar el tributo a los opresores romanos, se había puesto contra el pueblo, si hubiera dicho que no había qué pagarlo, se habría ido en contra de la autoridad.“Dad al César lo que es del César”. Es claro: si tienes la moneda del César, reconoces su autoridad y le debes tributo. El cristiano reconoce la autoridad civil y la respeta en lo bueno que ella hace, al organizar la convivencia de los hombres. Su servicio proviene de Dios (Rm 13, 1-7) aunque el modo realmente no viene de Él. Esto no significa que el cristiano deba ser aliado del poder y cuando este se propone como absoluto e impone normas contra la conciencia, debe encontrar el rechazo.“Y a Dios lo que es de Dios”. Todo es de Dios. No en el sentido de que Él se apropia de todo sino como lo da: como un don a todos. Ese poder lo conoce el Hijo y es un poder de mansedumbre, don y servicio. Dar a Dios lo que es de Dios significa vivir la gratuidad (sin sentirnos dueños de todo), la libertad y la fraternidad que es posible aquí y ahora. Por eso damos gracias por la vida, por los alimentos, por la salud porque todo lo consideramos regalo de Dios.v. 22: “Quedaron maravillados”. Así termina el texto advirtiendo que la respuesta de Jesús los sorprende. Además de la alternativa puesta por ellos, existe otra posibilidad. La trampa que le han tendido a Él es en realidad la trampa en la que ellos mismos caen.2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad?La relación entre la autoridad del César y la de Dios es, desde siempre, algo que se debe gestionar con cuidado y prudencia. Es la misma difícil relación que los profetas tuvieron con las instituciones de gobierno. La desconfianza entre el estado y la iglesia nace desde el mismo momento en que ésta última tiene que ser profética: anunciar y denunciar. Por eso, a lo largo de la historia se han vivido momentos que van desde la persecución por la fe hasta la lucha por la justicia y la libertad, pero también desde la lucha por defender intereses propios hasta la alianza por mantener privilegios, desde el alejamiento por comodidad hasta la subordinación alterna entre los dos, que es nociva para todos.Sólo quien da a Dios lo que es de Dios sabe lo que ha de dar al César. Lo que es de Dios, que quiere el Padre, es la dignidad y libertad de los hijos y el amor de los hermanos. En la moneda está esculpida la imagen del César, pero en la persona está esculpida la imagen de Dios (Gn 1, 27) y por tanto “dar a Dios lo que es de Dios” significa el respeto a la dignidad y libertad de toda persona desde su concepción hasta su muerte.La Iglesia siempre insistirá en ser buenos ciudadanos y cumplir los deberes cívicos, además de orar por los gobernantes de cada nación, aun cuando estos, en algunas ocasiones, persiguen a sus miembros. Pero al único que se debe dar culto es a Dios. Si entendemos esto, tenemos que actuar decidida y confiadamente para llevar al mundo –en cada momento de la historia- la fe, la esperanza y el amor, con la convicción de que el Evangelio es “una fuerza del Espíritu Santo para transformar al mundo”.3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Me dispongo, con un momento de silencio, para entrar en oración. Introduzco este momento pidiendo al Padre la presencia del Espíritu Santo ayudado por una oración que puedo tener lista al momento de empezar la oración.Dejo que algunas palabras del texto, que he leído, hagan eco en mi corazón.Luego pido al Señor lo que quiero: discernir qué debo hacer aquí y ahora para vivir la libertad como hijo y como hermano; ¿cómo puedo contribuir, desde mi comportamiento para que mi país, mi ciudad o municipio sea mejor? ¿Hoy qué debo dar a Dios que sea de Dios? ¿Puedo orar para que los gobernantes sean instrumentos en manos de Dios en favor de todos los pueblos?Hay que subrayar estas palabras:“den al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”. ¿Qué significa para mí que las personas tienen esculpida la imagen de Dios en su ser?_______________________Recomendaciones prácticas:•Jornada Mundial de las Misiones•Se puede celebrar la misa por la “Evangelización de los pueblos” (Misal Romano pág. 934-936). Lecturas, Ciclo A: Is 60, 1-6/ Sal 19 (18), 2-3.4-5/ Rm 10, 9-18/ Mt. 28, 16-20.II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa “Den al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”. Jesús vino para dar a Dios lo que es de Dios: a restituir a las personas su libertad de Hijos de Dios. Su poder no lucha contra el César. Es sencillamente diferente. La Iglesia no lucha contra los poderes terrenales, busca acompañarlos e iluminarlos desde la Palabra de Dios. Hoy se nos invita a reconocer y respetar toda autoridad civil y su servicio a la sociedad, pero sin aceptar ningún modelo de gobierno que sea violento y destructivo especialmente con los menos favorecidos. Oremos por nuestros gobernantes y por nuestra Iglesia para que ponga en la sociedad la levadura y la sal del evangelio de la vida.Monición a la Liturgia de la Palabra Jesús, respondiendo sabiamente sobre el tributo al César, deja claro que su reino no es de este mundo y que no viene a cambiar a la sociedad políticamente sino a curarla desde dentro, enseñando a “dar a Dios lo que es de Dios”. De esa manera el profeta Isaías, en la primera lectura, también nos recuerda la actuación del gobernante Ciro como Ungido del Señor, no sin dejar de resaltar que Dios es el único y verdadero Señor. Que nuestra presencia en la sociedad, como resalta la Carta a los tesalonicenses, esté marcada no solo por las palabras sino por la fe en el actuar, el esfuerzo en el amor y la esperanza y fortaleza en las dificultades. El Espíritu Santo disponga nuestros corazones para le Escucha.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Hermanos y hermanas: oremos al Padre celestial por la Iglesia y por todas las personas de nuestra sociedad, diciendo a una sola voz:R. Escucha, Señor, la oración de tu pueblo.1.Por la Iglesias de Oriente y Occidente, por las que viven en países de misión y por sus obispos, presbíteros y misioneros, oremos al Señor.2.Por quienes han sido constituidos en autoridad, por quienes dan al césar lo que es del César y por los que dan a Dios lo que es de Dios, oremos al Señor.3.Por los que no creen en Cristo, para que la gracia del Espíritu Santo, los lleve a conocerlo, amarlo y servirle, oremos al Señor.4.Por los hombres y mujeres que no tienen felicidad, por quienes sufren la dictadura de los gobiernos y la represión; y por todos aquellos cuyos derechos humanos no son respetados, oremos al Señor.5.Por nuestra asamblea, aquí reunida, por los fieles que permanecen firmes en la esperanza y por quienes practican con alegría la caridad, oremos al Señor.Oración conclusivaSeñor, Dios del universo,que acoges las oraciones y acciones de graciasde quienes se reúnen en la Iglesia,escucha los deseos del corazóny las súplicas que a ti te presentamos con toda confianza.Por Jesucristo, nuestro Señor.R. Amén.

Vie 13 Oct 2023
A todos los que encontréis, llamadlos a la boda
VIGÉSIMO OCTAVO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO15 de octubre de 2023Primera lectura: Isaías 25,6-10aSalmo: 23(22),1-3a.3b-4.5.6 (R. cf. 5a)Segunda lectura: Filipenses 4,12-14.19-20Evangelio: Mateo 22,1-14I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducción-A los profetas, especialmente Isaías, les gusta comparar la felicidad de los elegidos por Dios con aquellos comensales invitados a participar en un banquete magnífico. Eso es lo que Dios tiene reservado para nosotros: una intimidad con Él que produce una alegría inigualable.-Retomando esta imagen bíblica tradicional, Jesús la amplía dándole las dimensiones de Historia de la Salvación. Es evidente que el rey que invita es Dios. En el hijo, cuyas bodas celebra, reconocemos a Jesús, el Señor que ha “desposado” a la Humanidad, asumiendo nuestra carne mortal, glorificada en su Resurrección y triunfo celestial. Es para este acontecimiento que estamos siendo continuamente llamados.-Invitados al banquete examinemos continuamente nuestra conciencia para que cuando llegue el rey nos encuentre vestidos con un traje nupcial.1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?Las bodas son la imagen más hermosa de nuestra relación con Dios: en el amor el uno se vuelve vida del otro y viceversa. Por eso, en la Sagrada Escritura encontramos en varias oportunidades esta alegoría para referirse a la alianza de amor de Dios con la humanidad.v. 2-10: El reino de los cielos se compara a las bodas del Hijo y se habla de tres invitaciones sucesivas. Hay una invitación antes de la fiesta, que se renueva cuando el banquete está preparado y sigue el rechazo (v. 3). Se da una invitación ulterior, dirigida a Israel, que es la que hacen los apóstoles después de la muerte de Jesús: en ella se repite el rechazo, indiferente o violento (vv. 4-7). Este rechazo que viene de una parte de Israel se convierte en una ocasión de salvación para los otros: la invitación va dirigida a todos, hasta cuando está llena la sala del banquete (vv. 8-10). Estos últimos comensales constituyen la Iglesia, pero en ella, como en todas partes, hay buenos y malos.“Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de boda?”, pregunta el rey a uno que ha respondido a la invitación para la boda, pero no tiene el traje de boda. Los que participan en la boda del Hijo son los cristianos, que han acogido al Mesías. Pero no basta haber dicho si (Mt 21, 28-30): no el que dice “Señor, Señor” entrará en el reino, sino el que haga la voluntad del Padre (Mt 7, 21). En medio de nosotros, así como también en nosotros, además del trigo existe siempre la cizaña. Lo que se narra de los viñadores homicidas, vale también para nosotros.La segunda parte (vv. 11-14) nos recuerda que para formar parte del pueblo que acoge la piedra desechada, es necesario que primero aceptemos que quizá nosotros estamos de la parte de los que la han rechazado o, dicho de otra manera, somos como el que no tenía el traje de bodas. Sólo así podemos estar entre quienes, al escuchar a Pedro que dice: “Dios ha constituido Señor y Cristo a este Jesús a quien ustedes crucificaron”, sienten traspasar su corazón y se convierten (Hch 2, 36s). Debemos experimentar que el Señor vino a salvar a los pecadores, “y el primero de ellos soy yo”, como dice Pablo (1Tm 1, 15). Entonces, conocemos el amor del Hijo que murió por nosotros, para que nosotros vivamos de Él: participamos en el banquete con el traje nupcial.2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad?La tercera parábola de esta serie, cuyo tema es la invitación al banquete complementa las dos anteriores que hablaban del rechazo del Hijo y por ende a la misma historia de salvación de parte del pueblo de Israel. Y es esto lo que abre el espiral para la misión de los apóstoles y de la Iglesia. El banquete escatológico está servido, se invita a quienes pertenecen al pueblo de Israel que lo rechazan y, por tanto, hay una apertura universal a todas las gentes y todos los pueblos pueden entrar a este banquete de la gracia y la salvación.El rechazo que sufrieron Juan y Jesús es el mismo que viven sus discípulos que, enviados a anunciar la llegada del Reino, son golpeados y hasta asesinados.El texto de Mateo alegóricamente presenta a un rey que hace un banquete de bodas para su hijo. Detrás de esta imagen emerge claramente la referencia a Dios y a la misión del Hijo Jesús. El banquete de bodas es la presencia del Mesías en medio de nosotros. La invitación a este banquete es el ofrecimiento de la salvación. Los primeros invitados, sin embargo, no eran dignos y se autoexcluyeron y por eso la invitación se extiende a otros. Pero además el texto hace referencia a la violencia contra los discípulos que sin duda recuerda el martirio de los apóstoles en el inicio de su misión. Ellos fueron enviados a llevar una bella y buena noticia invitando a esa alianza de amor con Jesús y se encontraron con persona que no solo rechazaron la invitación, sino que además atentaron contra su vida.Después en el texto se agrega otra pequeña parábola: aquellos que entraron al banquete, pero no tenían el vestido adecuado. Más allá de justificar sentimentalmente al invitado, se debe ver la lógica del relato en donde el vestido significa para Mateo la gracia que ha sido recibida y debe ser usada buscando mantenerla limpia. De manera metafórica podemos remitirnos al vestido del día del bautismo y cómo este debería ser mantenido sin mancha alguna hasta la vida eterna. A esto es que hace referencia el texto de Mateo. De esta manera el texto nos permite reflexionar de cómo dentro de la Iglesia existen personas buenas y malas. Aquellos que viven en coherencia con su bautismo y quienes no lo hacen, lo dice explícitamente el texto: “Los apóstoles salieron a los caminos, reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos”.Entrar en la Iglesia no es una garantía de salvación eterna, podemos ser echados afuera si aquel hábito de gracia que nos ha sido donado en el bautismo, como gracia original de la salvación, no se acepta como debe ser y no se vive de acuerdo con él. Si es así, seremos echados fuera de la sala del banquete de la gracia.3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Me dispongo, con un momento de silencio, para entrar en oración. Introduzco este momento pidiendo al Padre la presencia del Espíritu Santo ayudado por una oración que puedo tener lista al momento de empezar la oración.Dejo que algunas palabras del texto hagan eco en mi corazón.Luego pido al Señor lo que quiero: ante todo reconocerme entre quienes han rechazado al Señor, entre aquellos que no han mantenido sin mancha su vestidura bautismal para seguir participando en el banquete de la gracia de Dios.¿Cómo he manchado mi vestidura bautismal?Pido perdón al Señor y hago uno o dos propósitos de vida para que mi vida siga reflejando la presencia de Cristo._______________________Recomendaciones prácticas:•En este domingo podemos invitar a un sacerdote que reciba a las personas en el sacramento de la confesión y motivar, antes de la Eucaristía, este momento de gracia.II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Queridos hermanos, Dios nos espera para compartir con nosotros su Palabra y su Pan y si realmente nos saciamos de ellos deberíamos salir a las calles y plazas a invitar a otros a este banquete eucarístico lleno de gracia y de salvación. Aquí pueden venir todos, malos y buenos, porque en el corazón de Dios hay puesto para todos. Lo importante es que su Palabra nos ayude a ser mejores cada día.Con alegría y en el Espíritu Santo participemos de nuestra Eucaristía.Monición a la Liturgia de la Palabra En la parábola de los invitados al banquete, Jesús anuncia que, ante el rechazo del pueblo de Israel a su don de salvación, los pecadores y quienes pertenecen a otros pueblos participarán en el Reino de los cielos. El llamado a todos los pueblos a participar en la salvación ofrecida por el Mesías había sido profetizada con la imagen del banquete que nos ofrece la primera lectura. El llamado generoso de Jesús no nos priva de un esfuerzo por endosar un hábito que corresponda a un auténtico discípulo de Cristo, viviendo siempre en la confianza en Dios como afirma San Pablo en la segunda lectura cuando afirma: “Todo lo puedo en aquel que me fortalece”. El Espíritu Santo disponga nuestro corazón para escuchar la Palabra de Dios.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Hermanos y hermanas, oremos al Señor, nuestro Dios, que nos invita a todos al banquete de bodas de su Hijo, y digamos con alegría:R. Dios omnipotente, ven en nuestro auxilio.1.Para que nuestro obispo…, sus presbíteros y diáconos no se cansen de invitar a todas las personas a tomar parte del banquete del Cordero, oremos al Señor.2.Para que quienes ocupan cargos públicos sean servidores de los ciudadanos y se preocupen sobre todo de los más pobres, oremos al Señor.3.Para que Jesús enseñe a sus discípulos a vivir en la abundancia y en la escasez y a dejarse convertir interiormente, oremos al Señor.4.Para que las palabras del Evangelio de este día nos ayuden a ensanchar, sin preconceptos, el corazón hacia todas las personas, oremos al Señor.5.Para que los miembros de nuestra comunidad revelen, en sus gestos y palabras, el rostro de Jesús a quienes encuentran en su diario vivir, oremos al Señor.Oración conclusivaSeñor, Dios nuestro,que nos invitas a subir al monte santo,enjuga las lágrimas de todos los rostrosy desaparece del mundo la violenciay la miseria que nos destruyen.Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.R. Amén.