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Actualidad

Lun 30 Oct 2023

“El sínodo derrotó los prejuicios y las ideologías, como lo había anticipado el Papa”: P. Raúl Ortiz Toro

Tras la celebración eucarística de clausura de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos desarrollada en Roma durante todo este mes de octubre, presidida por el papa Francisco el domingo 29 de octubre en la Basílica de San Pedro en el Vaticano, los padres y madres sinodales iniciaron sus viajes de regreso a las comunidades eclesiales de pertenencia, llevando consigo grandes expectativas y tareas a realizar durante este periodo de preparación que culminará con la segunda sesión, en octubre de 2024.El día anterior había sido presentado el informe de síntesis de la primera sesión, documento que en versión oficial por ahora solo está disponible en italiano, a partir del cual se han generado algunas inquietudes y en el que todos los miembros del Pueblo de Dios estamos llamados a profundizar.Para iniciar esta camino de discernimiento y retroalimentación, el Departamento de Comunicaciones del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano entrevistó al padre Raúl Ortiz Toro, director del Departamento de Doctrina, sobre algunos aspectos que permiten comprender no solo las propuestas del documento final titulado “Una Iglesia sinodal en misión”, sino, en general, los principales temas tratados durante la XVI Asamblea General.Padre Raúl, ¿Cree que ya finalizada esta primera sesión de la Asamblea Sinodal se han disipado los temores y tensiones que la antecedieron?Efectivamente. Sin embargo, recuerdo aquel adagio: “calumniad, calumniad, que algo queda”; es decir, lamento mucho que los profetas de calamidades hayan logrado hacer mella en tantas personas inocentes que desconocen la teología o el derecho canónico al punto de sembrarles desazón y desconsuelo. El mismo Papa Francisco lo advirtió cuando contó que habiendo llamado a unas monjitas, estas le expresaron que tenían miedo del Sínodo porque habían escuchado que allí iban a “cambiar la doctrina”, lo cual no ha pasado para nada. Es lamentable que haya tantos prejuicios, pero a la vez es esperanzador, porque esto quiere decir que los temores eran infundados y que, en verdad, el Espíritu Santo fue el protagonista.La prensa, que no es nada ingenua, gozó con los que prejuiciosamente anticipaban un cisma, e hizo uso de los detractores del Sínodo que se detuvieron en temas de tono disciplinar, que ahora vemos que no fueron centrales o ni siquiera fueron abordados, como la ordenación de mujeres, el levantamiento del celibato sacerdotal y la bendición de parejas homosexuales. Sabían, pero sin embargo lo callaron, que el Sínodo es un órgano de participación eclesial de carácter consultivo y no deliberativo; y sabían, además, que el sínodo alemán había sido un proceso con una metodología y resultados distinto a lo propuesto por Francisco en el Sínodo sobre la Sinodalidad, dos caminos diferentes, pero tendenciosamente los equipararon como si se tratara de una misma cosa. Esta experiencia debe enseñarnos que la altura de una discusión se basa en la sensatez de los argumentos y no en los prejuicios infundados. En conclusión, el sínodo derrotó los prejuicios y las ideologías como lo había anticipado el Papa.¿Qué pasará ahora mientras llega la segunda sesión del Sínodo en octubre de 2024?Hemos entrado a una nueva etapa de discernimiento en perspectiva de retroalimentación. De la consulta a las Iglesias locales entre 2021 y 2022 salieron grandes intuiciones que fueron recogidas en las síntesis nacionales y continentales, que se vieron a su vez reflejadas en el Documento de Trabajo del Sínodo. Durante la Asamblea, las madres y los padres sinodales escucharon la voz del Espíritu Santo, a través de la conversación espiritual, que es un método que no es nuevo en la Iglesia, pero que sí es novedoso en su aplicación durante un Sínodo. Sumado a esto, el silencio fue un protagonista especial que permitió hacer síntesis interior. La espiritualidad de la sinodalidad con base en la escucha en un doble pero único sentido, es decir, del Espíritu Santo y del santo pueblo fiel de Dios, es una riqueza grande que debemos explorar y profundizar en nuestras comunidades eclesiales locales. Para ello, la síntesis de esta primera sesión de la Asamblea Sinodal ha logrado identificar unos temas que en nuestras Iglesias Particulares seguramente se trabajarán con la metodología de conversación espiritual durante este año antes de la segunda sesión.¿Cuáles son, entonces, esos temas nucleares para el discernimiento?El documento está organizado de manera tripartita externa e internamente. Es decir, hay 20 temas agrupados en tres grandes bloques y luego cada uno de esos 20 capítulos está desarrollado en tres partes. Los tres grandes bloques son, el primero, el que se refiere a la teología y a la espiritualidad de la sinodalidad, como sentando unas bases argumentativas, pero vivenciales, de lo que se necesita para lograr ser “Una Iglesia sinodal en misión”, que es el nombre que le han dado a esta síntesis. El segundo, es un bloque que se detiene a pensar en las personas, en los sujetos del sentido de la fe (sensus fidei), es decir, todos los miembros del pueblo de Dios en la dinámica de sinodalidad-colegialidad episcopal-primado petrino, desde una perspectiva de comunión para la misión. Finalmente, el tercer bloque trata el tema de los procesos y de las instituciones, y la necesidad de que sean cada vez más sinodales, esto es, que promuevan y faciliten la corresponsabilidad, el liderazgo compartido en la Iglesia.¿Y esto no es demasiado teórico y quizá reiterativo?Es necesaria teología; es la sana doctrina según el principio de Tradición que nos legó san Vicente de Lérins en el siglo V: lo que se ha creído siempre, en todos los lugares y por todos. Estas bases iluminan entonces la distribución tripartita interna de cada uno de los 20 temas que han sido tratados así: convergencias, cuestiones que se deben afrontar y propuestas; podríamos decir que esta es la parte práctica; precisamente, aquí es donde se ve que el Sínodo es un órgano consultivo y no fue convocado para cambiar la doctrina. Entonces, por ejemplo, tomemos el tema tercero que es la iniciación cristiana: las convergencias son los principios basilares del tipo: “la celebración de la Eucaristía, sobre todo el domingo, es la primera y fundamental forma en la que el pueblo de Dios se reúne y encuentra” (3 e); en consecuencia, una cuestión que se debería afrontar es que “el sacramento del bautismo no puede ser entendido de manera aislada, al margen de la lógica de la iniciación cristiana, ni tampoco de manera individualista” (3 g); por ello, una propuesta es que “si la Eucaristía da forma a la sinodalidad, el primer paso es obrar en consecuencia con la gracia a través de un estilo celebrativo a la altura del don y con una auténtica fraternidad. La liturgia, celebrada con autenticidad, es la primera y fundamental escuela de discipulado y fraternidad” (3 k). Ningún buen católico podrá resistirse a este tipo de reflexión a la vez tan concreta como trascendente.¿Cómo se aterriza cada convergencia, cuestión y propuesta del documento final al discernimiento comunitario?Lo primero es que el documento debe ser leído en el contexto de una espiritualidad de la sinodalidad que tiene de base la conversión permanente, sincera y progresiva, en el ámbito personal y evangelizador. Los principales detractores del Sínodo sobre la Sinodalidad no son los que hablan prejuiciosamente de la metodología o el contenido de la Asamblea sinodal, sino aquellos que no están convencidos de que los tiempos nos desafían a ser una “Iglesia sinodal en misión”, en salida a las periferias. Son las resistencias más peligrosas, las de la inactividad. Se me viene a la cabeza una frase del papa Pío XII que habló en 1950 de “la herejía de la acción”, una acción que no se basa en la ayuda de la gracia y no busca la santidad. Pero ahora podríamos parafrasear al papa Pacelli porque el clericalismo que ha denunciado Francisco ha llevado, más bien, a una “herejía de la inacción”. En algunas comunidades eclesiales la fe dormita porque los agentes de evangelización están cansados, parece que llevaran un peso encima desde hace dos mil años. Por ejemplo, hace poco, en un encuentro ecuménico internacional, la cantidad de jóvenes saliendo a misión – que nosotros llamamos ad gentes – nos dejó atónitos a la vez que preocupados, no solo por la cantidad, sino porque ninguno era católico.Padre, creo que aún no me ha respondido la pregunta…Bueno, estaba haciendo un preámbulo, que hace parte de la respuesta: si no hay pasión por evangelizar, ni conciencia de la vocación misionera, la sinodalidad pasará a la historia como una buena idea más, sin mayor trascendencia. ¿Cómo se aterriza, entonces? En primer lugar, aparece el liderazgo de las Conferencias Episcopales; a ellas se les ha pedido que reflexionen sobre varios asuntos, por ejemplo, instituir comisiones de estudio sobre cuestiones discutidas, profundizar las relaciones con las conferencias de la vida religiosa, buscar caminos para la inculturación de la liturgia, usar un lenguaje más cercano en sus documentos, promover las pequeñas comunidades, establecer métodos para rendición de cuentas, recordar la obligatoriedad de los consejos episcopales y de pastoral, y una larga lista.Creo que las Conferencias Episcopales estudiarán los 20 capítulos de la síntesis y decidirán qué es necesario discernir a nivel parroquial, diocesano, nacional o continental, por supuesto con apoyo de los organismos de participación y corresponsabilidad según cada nivel. Algo muy concreto es que las Iglesias Particulares deberían convertir en hábito el discernimiento a través de la metodología de conversación espiritual, con las herramientas de la escucha y el silencio, haciendo uso del documento síntesis del Sínodo y la experiencia de esta primera sesión que acaba de terminar. En ello, el liderazgo de nuestros obispos, presbíteros, religiosos, religiosas, laicos y laicas es fundamental.¿Quizá el tema que va a ser más cuestionado sea el número 15 que trata del “Discernimiento eclesial y cuestiones abiertas”?Como lo decía hace un momento algunas personas se van más por las ramas que por el tronco. Ese capítulo, seguramente, será tratado y discernido sinodalmente por el pueblo de Dios, colegialmente por los obispos y, en últimas, definido por el primado petrino. Los participantes en el Sínodo han asegurado que hablando de estas cuestiones se dieron cuenta de lo importante que es escuchar y hacer silencio para entender los argumentos de los demás (cf. 15 a) sobre todo en temas “controvertidos” como los efectos antropológicos de las tecnologías digitales y la inteligencia artificial, la tensión entre no violencia y legítima defensa, las problemáticas relativas a los ministerios en la Iglesia, los temas que se conectan con la corporeidad y la sexualidad, y otros (cf. 15 b) como la identidad de género y la orientación sexual, el final de la vida, y las situaciones matrimoniales difíciles (cf. 15 g). Algo interesante es que justo en este tema, la síntesis recuerda que la Iglesia ya se ha manifestado en su magisterio sobre tales cuestiones que aguardan a ser “traducidas a iniciativas pastorales apropiadas” (15 g). Esto me parece muy iluminador porque la tendencia que algunos grupos tienen a la reivindicación es suscitada por la marginación; pero si a la persona se le integra en la comunidad de fe, el afecto suscita la conciencia. Es la pedagogía de Jesús con Zaqueo: lo integra y esta acogida le abre los ojos, reconoce sus injusticias y se convierte.¿Podría dar un ejemplo concreto respecto del ya cuestionado tema 15?Voy a poner el ejemplo de las personas con orientación sexual diversa porque es uno de los temas por ahora más visibles y controvertidos: la Iglesia tiene sobre este asunto un magisterio muy claro, pero ha costado trabajo aterrizarlo en prácticas pastorales concretas. La diversidad sexual existe, está ahí, como la diversidad religiosa también, no podemos tapar el sol con las manos. Si el Catecismo desde 1992, en el numeral 2358, afirma que las personas con tendencias homosexuales cargan sobre sus hombros “una auténtica prueba” y que “deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza”, además de evitárseles “todo signo de discriminación”, ¿cuántas son las parroquias o comunidades que después de tres décadas han considerado al menos implementar una pastoral adecuada para ellas? Las hay, pero son poquísimas. Acoger, formar, exigir, no se trata de hacer lobby por un tema, eso no, sino de ser consecuentes.El Catecismo es claro al enseñar que a las personas homosexuales se les debe ayudar a realizar en sus vidas la voluntad de Dios, a educar la libertad interior y a que descubran a Jesús como solidario en medio de las dificultades de su condición; solo así puede presentárseles la propuesta del llamado a la castidad que todos hemos recibido. Sin embargo, generalmente saltamos a lo segundo – “sean castos” –, sin haber hecho lo primero – una escuela de acogida y formación cristiana y humana. Volviendo al caso, la reivindicación de quienes solicitan, por ejemplo, la “bendición de una pareja homosexual”, es más bien una reacción de quien nunca ha recibido algo más que señalamientos: si a esa misma pareja se le acoge, se le brinda formación cristiana, se le integra en la comunidad, estoy casi seguro de que nunca exigirá una bendición de su unión, porque el solo hecho de ser acogido ya será asimilado como una bendición.¿Qué novedades cree que puede haber en este año antes de la segunda sesión del Sínodo?Me ha llamado la atención que la síntesis nos pide promover, antes de la segunda sesión, iniciativas que permitan un “discernimiento común sobre cuestiones doctrinales, pastorales y éticas controvertidas”, con base en la Palabra de Dios, en las enseñanzas de la Iglesia, en la reflexión teológica y en la experiencia sinodal (15 k). No por ser controvertidas son prohibidas; es mejor tratar estos temas y darles claridad, sobre todo en un contexto como el actual en que todo es cuestionado. Este es otro punto que debe dar tranquilidad a quienes ven con sospecha el Sínodo porque se deja en claro que las fuentes de la Revelación son la Palabra de Dios, escrita y transmitida, interpretada por el magisterio eclesial, con ayuda de los teólogos y el sensus fidei fidelium, es decir, el sentido de fe que tienen los fieles del pueblo de Dios, entre los que se encuentran aquellos estigmatizados por diversas razones: su pobreza, su condición sexual, su discapacidad, su estatus migratorio, etc.Una gran novedad es que se pide conformar una comisión intercontinental de teólogos y canonistas para estudiar las implicaciones canónicas de la sinodalidad y, al mismo tiempo, se solicita un estudio preliminar para la revisión del Código de Derecho Canónico. Otra novedad es que se invita a que en las iglesias locales haya formación para algunos ministerios como la escucha, la resolución pacífica de conflictos, la misión digital, el acompañamiento a los matrimonios y la práctica del método de conversación espiritual. Además, se recuerda que las parejas que viven “situaciones afectivas y conyugales complejas” (sobre todo los casados por la Iglesia, divorciados por lo civil y vueltos a casar) pueden ser integradas en diversos servicios eclesiales como por ejemplo los organismos de participación, tales como un consejo pastoral parroquial (18 f). Muy seguramente también asistamos, en este año, a la confección de un martirologio ecuménico y quizá la convocación de un sínodo ecuménico, según las propuestas.¿Y alguna novedad en la renovación de estructuras?A propósito, una iniciativa que ya veíamos venir, particularmente después de la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, realizada en 2021, es la de empezar a pensar, eso sí sin cuestionar la existencia y permanencia de las Conferencias Episcopales, en la creación de Asambleas Eclesiales de carácter permanente, en el orden continental y nacional, con participación de todos los miembros del Pueblo de Dios, que se reúnan bien sea antes o después de las asambleas episcopales (19 m). También la síntesis invita a que en este año se tenga en cuenta en los proyectos pastorales la rendición de cuentas como buena práctica de transparencia en la administración de los bienes (11 k), así como la vinculación serena y bien pensada de sacerdotes que dejaron el ministerio presbiteral para que asuman algunos oficios pastorales discretos (11 l). Especial mención merece la petición de inclusión de mujeres en los organismos de participación eclesial donde se toman decisiones (9 m), la equidad de salarios, que puedan ser jueces en todo tipo de procesos y la continuidad de la investigación teológica y pastoral sobre su acceso al ministerio del diaconado (9 n).A propósito, ¿Qué dijo el Sínodo sobre el diaconado femenino? Quizá uno de los temas más álgidos…Algo que debe quedar claro es que la propuesta sinodal versa sobre la ministerialidad en la Iglesia y no sobre la ordenación presbiteral de las mujeres. Son dos cosas distintas y la discusión sobre el diaconado femenino se enmarca en la primera y no en la segunda. Debemos partir de lo que dice el documento Lumen Gentium, a propósito de que existe una relación intrínseca y profunda, pero también una diferencia esencial y no solo de grado, entre los ministerios bautismales y el ministerio ordenado. Me parece importante lo que ha resaltado el Sínodo acerca de la urgente necesidad de desmontar el clericalismo tanto en los presbíteros como en los laicos. Esto explica un tanto el por qué un sector reclama el acceso de la mujer a la ordenación sacerdotal: piensan que en este mundo de luchas por la equidad de género sería inconcebible sostener que un hombre tenga un privilegio y una mujer no. Pero esta lectura es propiamente mundana, en el sentido que el Papa le ha dado a esta palabra. La solución no es que la mujer acceda al presbiterado como privilegio, pues este separa al ministro de la comunidad y perpetúa el clericalismo, sino que el hombre ejerza el presbiterado como un servicio, pues este sí permite la equidad. Solo el servicio nos permite a hombres y mujeres ser las manos y el corazón de Jesús, mientras el privilegio nos separa por géneros.Ahora bien, las reflexiones sobre el diaconado femenino no van encaminadas al acceso de las mujeres al presbiterado sino al ejercicio del ministerio bautismal. El Sínodo ha expresado que el diaconado permanente fue restablecido a partir del Vaticano II como grado propio y permanente de la jerarquía, pero antes no era así. Hay que decir que, al menos en la historia de la teología, este no es un tema tabú, porque lo que sale de la investigación es que el diaconado femenino estuvo presente en la Iglesia primitiva en el contexto de la praxis bautismal, cuando se necesitaban servidoras de la comunidad para la inmersión de las mujeres adultas en el agua de regeneración; a eso puede referirse, por ejemplo, san Pablo (Rom 16, 1) a propósito de la diaconisa Febe.Pero volviendo al asunto, podríamos decir que el Papa Francisco ya ha restituido este tipo de diaconado (servicio) como ministerio bautismal sin necesidad de ubicarlo en el orden jerárquico. Esto ha sido posible desde hace un par de años gracias al acceso de las mujeres a los ministerios instituidos, reconocidos públicamente, es decir, el lectorado y el acolitado, además del ministerio de catequista. Así, a medida que se incluye más a la mujer en los ministerios bautismales, en las instancias de gobierno – como pasa ahora en varios dicasterios vaticanos – y en los organismos de participación de las iglesias locales, va cediendo el ánimo reivindicativo como síntoma de exclusión y así nadie puede acusar a la Iglesia de discriminación. A propósito, el Sínodo ha pedido que los diáconos permanentes no se limiten al servicio litúrgico, sino que se enfoquen principalmente en el servicio de caridad. De aquí que resulte muy necesaria y urgente la formación en la sinodalidad, iniciando por nosotros, los que hacemos parte del ministerio ordenado.Precisamente, no sé si está de acuerdo, en que es importante que las nuevas generaciones de presbíteros y diáconos permanentes sean más “empáticas” con el tema sinodal…Totalmente de acuerdo; por ello considero que el tema más urgente en el contexto que estamos viviendo en la Iglesia es el número 14 que versa sobre la formación con énfasis sinodal, no solo para todos los bautizados sino, específicamente, para los que optan por el sacerdocio ministerial. Además, este tema no solo está en dicho capítulo sino que aparece transversal en todo el documento; al respecto, las cinco propuestas (14 k,l,m,n,o) son todo un desafío para los obispos, los rectores de seminarios y la pastoral vocacional y sacerdotal ya que se pide una revisión de la reciente Ratio Fundamentalis, que es como la carta constitucional o la bitácora que rige los procesos de formación hacia el presbiterado y el diaconado permanente. Además, se pide que para la segunda sesión se haga una evaluación de la recepción y asimilación del proceso sinodal en estos itinerarios de formación.Esta propuesta me parece muy pertinente porque si los ministros ordenados no están permeados de la espiritualidad y la teología del Pueblo de Dios, que es la base de la sinodalidad, será difícil lograr esta renovación en la Iglesia. Esto supone seguir avanzando en la “desacademización” de la formación, es decir, que el camino hacia el presbiterado no sea simplemente matricularse en unas materias y vivir herméticamente en un recinto, lo que no pocas veces ha ocasionado ambientes artificiales y aislados de las comunidades cristianas que ocasionan inmadurez afectiva y relacional. Los llamados Seminarios Conciliares lo son porque fueron el magnífico resultado del Concilio de Trento; pero desde que San Carlos Borromeo fundó el primer seminario no han pasado más de 500 años, entonces, ¿cómo se formaron las generaciones de sacerdotes durante los anteriores 15 siglos? Debemos dirigir la mirada a las experiencias significativas y efectivas de esas épocas y a los actuales cambios socioculturales y pensar en Seminarios Sinodales que no se rijan por contenidos académicos sino por el encuentro personal con Jesucristo en las comunidades eclesiales, de tal modo que se permita una mayor inserción en el pueblo de Dios desde los inicios. Pero esto es un tema que no podemos agotar en una pregunta.¿Algo más que agregar Padre Raúl?Habría muchos otros temas por tratar, pero por ahora esto es suficiente. Pienso que este Sínodo nos confirma una vez más que la Iglesia está dirigida por el Espíritu Santo. Cuando estudiamos la historia de este misterio divino, no solo como institución humana, encontramos unos momentos especiales en los que se renueva Pentecostés, por ejemplo, la época apostólica y patrística con sus respectivos concilios, el surgimiento del monacato y de las órdenes mendicantes, la Reforma Católica de Trento y sus gloriosas consecuencias, ¡La pérdida de los Estados Pontificios! (que permitió la separación entre el poder político y el servicio eclesial), el Concilio Vaticano II y el actual Proceso Sinodal. No debemos tener la mirada y los oídos tan cerrados a la voz del Espíritu; la Iglesia tiene más de dos mil años, cuenta con la asistencia del Espíritu Santo y es de revelación divina que “el poder del infierno nunca prevalecerá contra ella”.A continuación, compartimos la versión oficial del documento de síntesis:

Vie 27 Oct 2023

Iglesia en Atlántico y Antioquia: comprometida con la formación para la prevención de abusos

Bajo una misión conjunta por seguir construyendo la cultura del cuidado en la Iglesia Católica colombiana, se llevaron a cabo tres nuevos encuentros de formación en prevención de abusos: entre el 19 y el 20 de octubre, la Oficina para la Cultura del Cuidado de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) realizó dos charlas en la ciudad de Barranquilla, una en la curia diocesana con líderes eclesiásticos y la otra con seminaristas en el Seminario Regional de la Costa Atlántica Juan XXIII. El tercer espacio fue facilitado el 21 de octubre por el Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado en Antioquia, concretamente en el municipio de Marinilla.Durante estos espacios pedagógicos se tuvo como propósito fundamental socializar las líneas guía y las líneas operativas para la cultura del cuidado aprobadas por el episcopado colombiano, documentos que sirven como guía para la implementación de prácticas seguras y cuidadoras en ambientes eclesiales, de manera especial, con niños, niñas, adolescentes y personas vulnerables.Los espacios de formación desarrollados en la capital del Atlántico fueron convocados por la Arquidiócesis de Barranquilla en el marco del Encuentro Nacional de Delegados para la Pastoral de Infancia y la Niñez realizado allí por la Conferencia Episcopal de Colombia, en el que también se abordó este tema. Diana María Guzmán Romero, coordinadora de la Oficina para la Cultura del Cuidado fue la encargada de facilitarlos.En la mañana del 19 de octubre participaron más 70 personas, entre sacerdotes, agentes de pastoral, representantes de diversas pastorales y organizaciones que trabajan con niños y adolescentes en la Iglesia. Esta sesión proporcionó una comprensión detallada de cómo implementar un Sistema de la cultura del cuidado en los entornos eclesiásticos. Posteriormente, en la tarde del mismo día y durante la mañana del 20 de octubre, se llevó a cabo una reunión con 16 seminaristas y un formador.“Este evento es fundamental, la Cultura del Cuidado es prioridad en nuestra Iglesia, los niños, niñas, adolescentes y las personas más vulnerables son nuestra prioridad. Hay que llevar estas líneas guías a la práctica, de esa forma podemos transformar y ayudar a formar los agentes de pastoral y a las personas que tienen que ver con cuidado de los niños, jóvenes y adolescentes”, afirmó el padre Álvaro Berdejo, párroco de San Felipe y Juez del tribunal eclesiástico de Barranquilla.Por su parte monseñor Pablo Emiro Salas Anteliz, arzobispo de Barranquilla, subrayó la importancia de estos espacios de formación. Anunció planes para implementar estas líneas guía a través de un decreto que se aplicará en toda la arquidiócesis a partir de 2024. Este paso marca un compromiso firme hacia la creación de ambientes eclesiales protectores y seguros, adaptados a las necesidades específicas de la Iglesia Católica del Atlántico. En un evento paralelo, el Seminario Nuestra Señora de Marinilla acogió a cerca de 240 personas que se sumaron a la causa de la cultura del cuidado. Con el apoyo de la doctora Milena Barguil, miembro del Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado de la CEC. Entre los participantes se encontraban 170 seminaristas distribuidos de la siguiente manera: del municipio de La Ceja, 110 hacen parte del Seminario Nacional Sacerdotal, 25 de la Asociación Sacerdotal Siervos del Espíritu Santo y 7 de la Asociación Sacerdotal San Pablo Apóstol. De Marinilla estuvieron 30 seminaristas del Seminario Nuestra Señora de Marinilla. Además, 25 presbíteros y formadores de dichas instituciones. También participaron cerca de 50 personas de varias comunidades religiosas, entre ellas, las Carmelitas Descalzas, las Hijas del Fiat, la Visitación, las Siervas del Plan de Dios y los hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios.“Estoy muy contento de poder disfrutar de esta formación donde podemos seguir asumiendo conciencia de lo que es la Cultura del Cuidado. Primero cuidándonos a nosotros mismos, cuidar nuestra dimensión espiritual, dimensión emocional y así entonces poder cuidar a los demás, aportar elementos a nuestros seminaristas para que ellos sean, hombres sanos, formados integralmente y puedan ser apóstoles del cuidado”, manifestó el padre José Jairo Holguín, formador en el Seminario Nuestra Señora de Marinilla de la Diócesis de Sonsón-Rionegro.Por otra parte la hermana Elvis Leonor, priora del Monasterio de Jesús, María y José de Carmelitas Descalzas de La Ceja afirmó: “Esta formación nos ayuda a entender más del tema de la cultura del cuidado que se está promoviendo en la Iglesia Católica, sobre todo para tener conciencia como comunidad y orar por estas situaciones, por estas prevenciones y sobre todo para tener herramientas para que nuestra comunidad sea de un ambiente seguro, donde el Señor siendo el centro sea servido en todos los ambientes”.

Jue 26 Oct 2023

¿Qué dice la Iglesia Católica sobre los animales? Lo más destacado del nuevo libro de la Conferencia Episcopal de Colombia

¿Tienen límites los cuidados que damos a los animales de compañía? ¿En qué sentido los animales son bienes? ¿Cómo repercute esta realidad en la crisis de la familia? ¿Qué pensar del proyecto de “familias multiespecie”? ¿Qué decir de las personas que se declaran “transespecie”? A estas y otras inquietudes, últimamente muy frecuentes desde diferentes sectores del país, sobre la posición de la Iglesia Católica frente a los animales, se les da respuesta en “Los animales en el plan de Dios”, el nuevo libro publicado por la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC).En el texto, desarrollado a partir de 25 preguntas concretas, recopila y profundiza en elementos históricos, escriturísticos, de teología dogmática y moral, de bioética y pastoral, en consonancia con el magisterio eclesial, esta percepción que está tan orientada a delimitar el rol que cumplen los animales en la vida humana, como los cuidados que debemos tener con ellos. Así lo plantea en la presentación del libro, monseñor Óscar Vélez Isaza, obispo de Valledupar y presidente de la Comisión Episcopal de Doctrina de la Conferencia Episcopal de Colombia.En “Los animales en el plan de Dios” se afirma, por ejemplo, que “la Iglesia ni cosifica a los animales ni los considera iguales en dignidad que la persona humana. Les da, eso sí, el puesto que Dios mismo les ha otorgado en el plan divino de la creación; advierte, en un horizonte de ecología integral, que la ecología ambiental es importante, pero, a la vez, que la ecología humana es fundamental; proclama que la defensa de la dignidad de la persona humana es, al mismo tiempo, preservación y cuidado de todo lo creado".Esta publicación ha sido inspirada, principalmente, en consultas que han hecho llegar diferentes instituciones y personas al Departamento de Doctrina de la CEC liderado por el padre Raúl Ortiz Toro, autor del libro, y que se convierten en inquietudes propias de este momento de la historia en el que este tema tiene una particularidad resonancia en la sociedad civil y en el ámbito legislativo, como las suscitadas por los tribunales a partir de diferentes tutelas interpuestas por parejas de esposos, que al separarse, han exigido la “custodia” de sus mascotas, atribuyendo aspectos como las afecciones que puede tener una persona cuando es alejada de un animal o viceversa.Cinco puntos clave que se destacan en el texto:1. Contexto Bíblico: Se analiza la relación de los animales con el ser humano, ambos creados por de Dios.2. Jesús y los animales: Se destaca la interacción de Jesús con los animales en diversas situaciones de su vida y ministerio, mostrando su respeto y consideración hacia ellos.3. La Iglesia primitiva: Se menciona cómo la Iglesia primitiva superó la distinción entre animales puros e impuros; esto se vio reflejado en la integración de personas procedentes de diferentes culturas, lo que produjo una visión más positiva de los animales en las comunidades cristianas.4. Santos y animales: Se resaltan ejemplos de santos que han mostrado amor y cuidado hacia los animales, como San Francisco de Asís, San Antonio Abad, San Felipe Neri y otros, influyendo en la tradición cristiana.5. El papel actual de la catequesis: Se explica cómo la catequesis tiene un papel importante en educar a los cristianos sobre la relación que deben tener con los animales a la luz del Evangelio en el contexto moderno, abordando cuestiones éticas y sociales relacionadas con el cuidado de los animales.Ocho aspectos que se exploran desde algunas de las preguntas planteadas en el texto:1. Virtudes animales y su simbolismo humano: Se mencionan diferentes virtudes animales, como la nobleza de la paloma, la fidelidad del perro y la valentía del león, que han sido consideradas ejemplos para los seres humanos. Estos comportamientos se han interpretado moral y espiritualmente a lo largo de la historia.2. Los animales como camino para conocer a Dios: Los animales son considerados como una manera de conocer a Dios a través de su creación. Santo Tomás de Aquino desarrolló las cinco vías para demostrar la existencia de Dios, y la armonía y características internas de los seres vivos son parte de esta revelación divina.3. Maltrato animal y pecado ecológico: El maltrato a los animales se considera un pecado, sobre todo cuando se les hace sufrir inútilmente y se afecta su integridad, como en el caso de los animales usados para corridas de toros y peleas de gallos. Además, existe la noción de "pecado ecológico", que implica acciones u omisiones el medio ambiente, afectando las generaciones futuras.4. Animales y salud pública: La pandemia del COVID-19 ha destacado la estrecha relación entre la vida humana, los animales y el medio ambiente. Se reconoce el papel del personal de salud, ecologistas y científicos en la prevención y gestión de enfermedades zoonóticas.5. Animales como bienes: Los animales son considerados bienes en el contexto del séptimo mandamiento, que prohíbe perjudicar las cosas y seres creados. Su cuidado y respeto están vinculados a la dignidad humana y a las responsabilidades morales.6. Bendición de los animales: Existen ocasiones, como el día de San Antonio y el día de San Francisco de Asís, en las que se bendicen a los animales como parte de la tradición católica. Esto se realiza en reconocimiento de que los animales están encaminados al bien común en favor de la vida humana.7. Animales en celebraciones sacramentales y pastorales: Se permite la participación de animales en celebraciones litúrgicas y actividades pastorales, siempre que se sigan ciertas pautas para garantizar el comportamiento adecuado de los animales y el respeto hacia las personas que puedan ser afectadas por su presencia.8. El cielo para los animales: La enseñanza católica sostiene que los animales no tienen un lugar específico de vida ultraterrena, ya que no poseen almas inmortales. La preocupación excesiva por este tema puede llevar a la humanización indebida de los animales y desviar la atención de cuestiones más fundamentales sobre el cuidado de la creación.El libro "Los animales en el plan de Dios" ya está disponible para ser adquirido a través de la librería de la Conferencia Episcopal de Colombia o de las Librerías San Pablo, desde donde se realizó la coedición del mismo.Para mayor información, consulte en: [email protected] | 9157779 Ext.125Vea la transmisión de presentación del libro:

Mié 25 Oct 2023

Cardenal pide a los colombianos recibir la carta emitida por la Asamblea Sinodal como hoja de ruta e instrumento de fraternidad

A través de una carta publicada este miércoles 25 de octubre, la Asamblea sinodal dio a conocer un balance de la primera parte de su encuentro de oración, discernimiento y trabajo en el Vaticano, en el marco de esta etapa universal del Sínodo sobre la Sinodalidad que inició el pasado 30 de septiembre. Sobre este importante mensaje el Cardenal Luis José Rueda Aparicio envió un eco a la Iglesia colombiana en el que pide que se acoja y afirma que será una hoja de ruta para seguir caminando en la comunión, misión y participación.“Reciban esta carta al pueblo de Dios como un instrumento de fraternidad, como un puente de unidad entre ustedes, allá en sus trabajos y en sus parroquias y nosotros aquí en la última semana de la Asamblea sinodal”, dijo el arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia.Al inicio de la carta, los padres y madres sinodales, entre los que ha estado el purpurado colombiano, comparten una valoración de lo que ha sido este encuentro, sus puntos diferenciales y la riqueza de la metodología usada, valorando el protagonismo del silencio, la escucha respetuosa y el deseo de comunión en el Espíritu. Además, la importancia de favorecer durante la asamblea intercambios recíprocos entre la tradición latina y las tradiciones del Oriente cristiano.“Ha sido una experiencia sin precedentes. Por primera vez, por invitación del Papa Francisco, hombres y mujeres han sido invitados, en virtud de su bautismo, a sentarse en la misma mesa para formar parte no solo de las discusiones, sino también de las votaciones de esta Asamblea del Sínodo de los Obispos. Juntos, en la complementariedad de nuestras vocaciones, de nuestros carismas y de nuestros ministerios, hemos escuchado intensamente la Palabra de Dios y la experiencia de los demás. Utilizando el método de la conversación en el Espíritu, hemos compartido con humildad las riquezas y las pobrezas de nuestras comunidades en todos los continentes, tratando de discernir lo que el Espíritu Santo quiere decir a la Iglesia hoy”, plantea el texto.Frente a lo que sigue en este camino sinodal, se remarca en el texto la importancia de seguir escuchando desde la Iglesia a todos con espíritu de conversión, priorizando a los más pobres, a aquellos que no tienen derecho a la palabra en la sociedad o a quienes se sienten excluidos y a quienes han víctimas de abusos cometidos por miembros del cuerpo eclesial. Estableciendo con estas últimas personas un compromiso concreto y estructurado frente a la no repetición. "¿Y ahora? Esperamos que los meses que nos separan de la segunda sesión, en octubre de 2024, permitan a cada uno participar concretamente en el dinamismo de la comunión misionera indicada en la palabra “sínodo”. No se trata de una ideología, sino de una experiencia arraigada en la Tradición Apostólica".En este sentido, se evoca también la importancia de avanzar en el discernimiento sinodal a nivel de las Iglesias.“El mundo en el que vivimos, y que estamos llamados a amar y servir también en sus contradicciones, exige de la Iglesia el fortalecimiento de las sinergias en todos los ámbitos de su misión. Precisamente el camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio” (Papa Francisco, 17 de octubre de 2015). Así finaliza la carta.Conozca la carta:

Mar 24 Oct 2023

Aviso importante: en cumplimiento a lo ordenado por la Corte Constitucional (Oficio OPTB-251/2023)

La Conferencia Episcopal de Colombia, en cumplimiento a lo ordenado por la Corte Constitucional (Oficio OPTB-251/2023 de octubre 23 del presente año, en el resolutivo CUARTO), publica el contenido de este Edicto. Las personas que se crean con derecho a intervenir y consideren que deban ser vinculadas a este proceso, se pronuncien dentro de los términos fijados (10 días hábiles desde su publicación). Esta deberá realizarse a los correos institucionales: [email protected] y [email protected].

Mar 24 Oct 2023

Iglesia Católica entregó 19 mil kits de aseo en cárceles de Bogotá y Cundinamarca

"¡Una mano amiga!": este es el nombre de la campaña de solidaridad impulsada entre los meses de junio y agosto por la Arquidiócesis de Bogotá, a través de la cual 2.335 mujeres y 16.665 hombres recluidos en los diferentes centros penitenciarios, estaciones de Policía y Unidades de Reacción Inmediata Fiscalía General de la Nación en la capital colombiana, recibieron recientemente kits de aseo. Esto, “como un signo de esperanza, muestra de fraternidad humana, y símbolo de la reconciliación, que contribuye al desarrollo humano integral”, así lo indicó esta jurisdicción.​De acuerdo con la Arquidiócesis, "esta jornada de solidaridad con las personas privadas de la libertad se llevó a cabo en la cárcel Modelo; cárcel La Picota; cárcel Distrital; en el reclusorio femenino El Buen Pastor, en Bogotá. Así como en URI’s, estaciones de policía, y en el centro penitenciario y carcelario de Cáqueza". Los kits entregados, que se hicieron posible gracias al aporte de $20.000 que realizaron cientos de fieles en las diferentes parroquias de la ciudad, estaban compuestos por: papel higiénico, shampoo, jabón de baño, desodorante, crema dental, cepillo dental, jabón para ropa, cuchilla de afeitar para los hombres y toallas higiénicas para las mujeres. Además, se hizo entrega una oración titulada ‘Desde la Cárcel te clamo’, escrita por el cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia:DESDE LA CÁRCEL TE CLAMOEntre rejas:Cómo olvidar tu rostro,cómo no llamarte,cómo vivir sin ti,si eres mi madre, María,mi casa acogedora,mi bella luz de alegría;eres ternura y bondad,mi madre virgen María,mi anhelo de libertad.En la cárcel: mis horas son lentas,los días se repiten,temo perder la sonrisa,busco en silencio la paz;eres mi madre, María,abrazo sin condenas, pan de buen sabor,camino de mi futuro,medicina en mi dolor.Virgen, libérame desde dentro.Madre, renueva mi corazón.María, muéstrame el camino,volvamos juntos a casa,salgamos de esta prisión.Virgen y madre María,aunque estoy preso te amo:¡tú mi fortaleza!¡tú mi sabiduría!Desde la cárcel te clamo:¡mi esperanza de alegría!¡Tú, mi dulce compañía!Acoge mi oración.Amén.La iniciativa impulsada por la Iglesia, se hizo posible gracias una articulación entre la diaconía para el desarrollo humano integral, la Pastoral Penitenciaria y el Banco de Alimentos de Bogotá.“Hemos logrado llegar al 100 por ciento de la población privada de libertad en esta provincia eclesiástica, este es un signo de misericordia, que ayuda a la dignificación de estas personas”, destacó el padre Edgar Galeano, capellán de la cárcel La Modelo y coordinador arquidiocesano de evangelización del mundo penitenciario, al tiempo que precisó que la campaña es una acción que hace parte del servicio pastoral y evangelizador que se brinda en estos centros, con el apoyo de sacerdotes – capellanes, comunidades religiosas, del Banco de Alimentos, la Fundación Caminos de Libertad, y más de 100 laicos que hacen parte de la Pastoral Penitenciaria Arquidiocesana.Monseñor Ricardo Pulido, vicario de la diaconía para el desarrollo humano integral, agradeció la solidaridad de las comunidades parroquiales, religiosos y religiosas, animadores de evangelización, laicos voluntarios, y les animó a continuar tejiendo caminos de fraternidad y generosidad."Aquí hay muchas personas que no recibimos ayuda externa. Por ende, no tenemos a veces acceso a un rollo de papel, un jabón y esto que nos dan, nos alivia bastante. La Iglesia Católica siempre es un apoyo moral, espiritual", así lo dio a conocer Yesid, persona privada de la libertad a la Arquidiócesis de Bogotá.Pastoral Penitenciaria de la Arquidiócesis de Bogotá110 laicos que se reúnen cada ocho días hacen parte de este servicio pastoral, brindando asistencia espiritual, acompañamiento en los sacramentos y formación en la fe.De la mano de los capellanes, acercan el amor misericordioso de Dios Padre a estas personas y, apoyan, además, jornadas solidarias.También, desde la Fundación Caminos de Libertad, se orienta en temas jurídicos y médicos - brigadas de salud; así como el acompañamiento a las familias y a las personas privadas de la libertad en su reintegración a la sociedad.Fuente: Oficina Arquidiocesana de ComunicacionesA continuación, el balance audiovisual de la campaña elaborado por la Arquidiócesis de Bogotá:

Vie 20 Oct 2023

Cultura del cuidado: tema protagonista de los encuentros de Pastoral Infantil y Pastoral Familiar desarrollados en Barranquilla

Desde el miércoles 18 hasta el sábado 21 de octubre, la Arquidiócesis de Barranquilla ha sido sede de dos importantes espacios de reflexión y trabajo para la Iglesia Católica en el país convocados por la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) a través de los departamentos de Matrimonio y Familia, Promoción y Defensa de la vida, y Estado Laical. Se trata del Encuentro Nacional de Delegados para la Pastoral de Infancia y la Niñez que se llevó a cabo los días 18 y 19, y del Encuentro Nacional de Pastoral Familiar 2023 que se ha estado desarrollando desde este jueves 19 en el Seminario Regional Juan XXIII."Iglesia y Familia promoviendo la participación de las nuevas generaciones" es el lema que ha inspirado ambos eventos, en los que ha estado como anfitrión monseñor Pablo Emiro Salas Anteliz, arzobispo de Barranquilla. En esta oportunidad, se han organizado de manera articulada por un importante tema que los transversaliza: la cultura del cuidado, abordado principalmente desde la dimensión familiar y la realidad eclesial. Por esta razón, han estado presentes Diana Guzmán, coordinadora de la Oficina para la Cultura del Cuidado de la CEC y Yary Calderon, psicóloga de la Oficina del Buen Trato Arquidiócesis de Bogotá.El encuentro de infancia buscó, esencialmente, brindar a los delegados herramientas formativas que les permitan vincular a los niños, niñas y adolescentes en el proceso sinodal; privilegiando la promoción de la cultura del buen trato a través del conocimiento de rutas y la implementación de protocolos para el cuidado y la protección de los menores de edad y las personas vulnerables. En esta actividad participaron 30 personas entre sacerdotes, religiosas y laicos. Además, estuvo acompañado por monseñor César Balbín Tamayo, obispo de Cartago y presidente de la Comisión Episcopal de Estado Laical. Por su parte, el encuentro de pastoral familiar ha tenido como objetivo central sensibilizar a los participantes sobre los desafíos que están afrontando actualmente los padres de familia en la tarea educativa de sus hijos. Además, como Pastoral Familiar en Colombia, discernir y promover el desarrollo de iniciativas conjuntas que generen caminos de acompañamiento a las familias en la preparación remota al sacramento del Matrimonio. "¿Dónde están los hijos? ¿A dónde queremos conducirlos? La Iglesia sostiene la misión educativa de la familia¨: estas son la pregunta y la premisa que trazan este camino de reflexión. Este último espacio, en el que están participando cerca de 180 personas, entre sacerdotes, religiosas, diáconos permanentes y laicos de diferentes jurisdicciones eclesiásticas del país, ha sido acompañado por monseñor Marco Antonio Merchán, obispo de Neiva y presidente de la Comisión Episcopal de Familia, monseñor Edgar de Jesús García Gil, obispo de Palmira, también miembro de esta comisión, y por monseñor José Mario Bacci, obispo de Santa Marta.En la jornada de este viernes se ha llevado a cabo la presentación de los equipos y de las principales actividades desarrolladas por la pastoral familiar de las jurisdicciones ubicadas en las regiones del Eje Cafetero y Tolima Grande. El día sábado, al cierre del evento, se llevarán a cabo actividades de proyección pastoral a nivel regional y nacional. Además, el padre Johnier de Jesús Montoya Castaño, docente de la Fundación Universitaria Monserrate, con doctorado en Teología del matrimonio y la Familia en el Pontificio Instituto Juan Pablo II Roma, realizará una ponencia al respecto del Pacto Católico Global sobre la Familia.

Jue 19 Oct 2023

Obispos colombianos piden grandeza política a candidatos y participación con conciencia a electores para los comicios del 29 de octubre

Preocupados por los problemas humanitarios, sociales, económicos y políticos que afectan gravemente a la nación y de cara a las elecciones que se llevarán a cabo en las diferentes regiones de Colombia el próximo 29 de octubre, los obispos católicos del país hacen un contundente llamado a la búsqueda de una verdadera ““grandeza política”, que obre por principios y se comprometa a reformar las instituciones, que asuma proyectos de largo alcance, que vaya más allá de las pasiones y los personalismos, y en la que los sujetos políticos actúen con criterios justos y sean visionarios de una nación en paz”.Inspirados en la Encíclica Fratelli Tutti del papa Francisco los pastores colombianos piden a los electores participar en los comicios con conciencia y priorizando el bien común. Y a quienes resulten elegidos, los exhortan a no olvidar los compromisos adquiridos con el pueblo durante las campañas y a “ejercer su autoridad con espíritu de servicio, moderación, caridad y generosidad”.En su mensaje, los prelados ponen en evidencia las graves consecuencias producidas por problemáticas como la conflictividad social, la confrontación armada, el narcotráfico, la exclusión, la pobreza y la corrupción que afirman “se ha vuelto una costumbre arraigada”.“Estas y otras situaciones que debilitan el tejido social y erosionan los esfuerzos por la reconciliación y la paz nos preocupan y, por eso, invitamos a que se conviertan en un desafío para todos los gobernantes de los distintos territorios del país”, puntualizan los prelados.Además, invitan a todo el Pueblo Fiel de Dios a acompañar esta hora decisiva para el país con la oración, elevando juntos una plegaria por el bien y el progreso, pidiendo a Jesucristo los dones necesarios para ser artesanos de paz y reconciliación, así como promotores de la dignidad humana.