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Actualidad

Sáb 30 Sep 2023

Los detalles, testimonios y mejores momentos de la creación de monseñor Luis José Rueda como Cardenal: informe especial desde el Vaticano

Durante el noveno Consistorio Ordinario Público celebrado por el papa Francisco en la mañana romana de este sábado 30 de septiembre, en la Plaza de San Pedro, y con cientos de obispos, presbíteros, religiosas, religiosos, fieles laicos, turistas y periodistas como testigos, monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia fue creado cardenal de la Iglesia Católica Universal, el número once en la historia de nuestro país.El primado de Colombia, al igual que sus otros 20 hermanos en la fe quienes también vivieron en Rito del Consistorio hoy (18 electores y 3 no electores por edad), estará aún más unido con el Sucesor de Pedro y ha sido llamado a cooperar directamente con él. Entró a ser parte del clero romano y con su título recibió la asignación de la Parroquia San Lucas, donde más adelante deberá tomar posesión.Durante su alocución en la ceremonia, el Santo Padre le pidió al Colegio Cardenalicio con sus nuevos inrtegrantes parecerse a una orquesta sinfónica, una Iglesia que debe representar la sinfonía y sinodalidad, en medio de la diversidad. Esto, de acuerdo con el pontífice, exige tener cada mes más una actitud y disposición a la escucha y la creatividad.En su mensaje el Papa también les pidió ser evangelizadores evangelizados y no funcionarios. "Somos evangelizadores en la medida que conservamos en el corazón el asombro y la gratitud de haber sido evangelizados; más aún, de ser evangelizados, porque en realidad se trata de un don siempre actual, que requiere ser renovado continuamente en la memoria y en la fe", anotó.Para el nuevo Cardenal colombiano, este momento ha sido muy especial, aún más porque le ha permitido recordar diversos momentos y personas especiales que han pasado por su vida durante sus 34 años de presbiterio.La alegría de la Iglesia colombiana por este momento ha sido tan evidente dentro de Colombia como fuera de ella, una dicha compartida desde la fe, y así lo ha sentido el purpurado con cada mensaje y expresión de fraternidad. Desde que se enteró de su designación el pasado 9 de julio tras el rezo del Ángelus en el mismo lugar que hoy fue escenario de este momento memorable, ha insistido en que este título no se trata de él sino de todo el país, que no es Cardenal por sí solo y que esto debe representar esperanza para seguir trabajando juntos, como hermanos, en la búsqueda de la paz y la reconciliación en el país.En la Ciudad del Vaticano, se sintió esta misma emoción, cientos de colombianos se hicieron notar durante la ceremonia y, posteriormente, cuando pudieron saludar personalmente al Cardenal y pedir su bendición, lo manifestaron.Desde la Conferencia Episcopal de Colombia, presentamos un informe audiovisual especial de esta jornada. Vea lo que dice el Cardenal sobre cómo la vivió y lo que sigue en su misión:Sínodo de los Obispos

Jue 28 Sep 2023

“Uno sigue siendo el ser humano pequeño, frágil, que sufre, que se equivoca”: Mons. Rueda Aparicio

Antes de viajar a Roma para ser creado cardenal de la Iglesia Católica Universal por el papa Francisco el próximo sábado 30 de septiembre, en una conversación tan sencilla como su esencia misma, monseñor Luis José Rueda Aparicio, compartió detalles de su historia de vida con el equipo de comunicaciones de la Conferencia Episcopal de Colombia, organismo que preside desde el año 2021.“La cuestión es que cuando lo eligen a uno cardenal, generalmente la figura es muy superficial. Miran desde afuera, se les olvida que los miembros de la Iglesia somos seres humanos de carne y hueso, que nacimos en una familia”, inicia afirmando el prelado.Durante la conversación, el arzobispo santandereano narró detalles que hasta hoy han sido poco conocidos públicamente. Algunos muy íntimos, otros, familiares y los demás, asociados a su camino pastoral. Todos dan cuenta de cómo ha influido su origen humilde, el ejemplo y amor de su familia, lo que ha aprendido de sus hermanos en la fe, las realidades de las tres jurisdicciones eclesiásticas que ha pastoreado y sus convicciones éticas y sociales, en quien es hoy.“A la Iglesia le debo todo”Con convicción y gratitud profunda monseñor Luis José, bautizado a los 15 días de nacido, como sus otros 11 hermanos, afirma que a la Iglesia le debe todo. Sin embargo, hace una precisión: “A la Iglesia pueblo de Dios, no a la Iglesia solamente “jerarquía”. Porque cuando se habla de la Iglesia unos piensan en los obispos, en el Papa, en los sacerdotes, y se les olvida que papá y mamá, que los hermanos laicos, que los casados, que los sobrinos, las sobrinas, son Iglesia”.El primado de Colombia cuenta, por ejemplo, que gracias a Dios, a través de uno de los sacerdotes de su tierra natal, para quien su padre trabajó en la construcción de un templo, él y su familia, lograron tener casa propia.“¿Cuál es la historia? En San Gil, hasta 1950, solamente había una parroquia. Pero en esa década ya empezó San Gil a crecer un poquito más, entonces el obispo de ese tiempo dice: “Nos toca crear otra parroquia” y un donante dice “yo”, y donó un terreno y otro donante donó otro terreno. Entonces el párroco de ese tiempo se ve en el dilema de no rechazar a los dos donantes y los dos lotes buenos para ser parroquia”, cuenta el pastor.“Optó por uno y se la jugó por otra medida”-continúa explicando-, “dijo entonces al otro donante: “Allá en el lote que nos donó, no vamos a construir el templo, pero vamos a construir siete casas. En el templo duraron más de cinco años construyendo el templo y mi papá, que trabajaba en construcción, Luis Emilio, trabajó todos los años””.Cuenta después que sorpresivamente y con una especie de “responsabilidad social eclesial”, el sacerdote terminó asignándoles con escritura cada una de esas casas a siete de los trabajadores que permanecieron siempre en la obra. “Por eso tenemos casa propia”, puntualiza monseñor. Casa que aún conservan como patrimonio familiar, que visita y en la que comparte con los suyos cada vez que su ministerio se lo permite.Sobre su infancia, hay detalles muy especiales en el relato. “Los vecinos del barrio, los que me conocen en San Gil saben que no era un ángel, que era normal, tampoco era un vago porque trabajábamos mucho, pero pero éramos normales, sin pretender santidades que no existen. Pero algo sí era muy importante: todo los domingos, misa y comunión”, comenta monseñor.Uno de los 21 nuevos cardenales que tendrá próximamente la Iglesia, el hijo de Luis Emilio y Socorro, junto a sus hermanos y como seguramente muchos otros de su época, llegaba a acuerdos con su padre para participar de la Eucaristía dominical: “Llegó la adolescencia y nosotros le negociábamos a mi papá: no vamos a la misa de diez porque nos corta la mañana, no vamos en la noche porque en la noche es mejor ir con las amigas. Entonces más bien, madrugamos a Misa y salimos de eso. Era la forma de decirle a mi papá y él decía “listo entonces, pero van a misa y comulgan. Y esa era nuestra tarea”.Ese adolescente también experimentó su vida afectiva. Vivió desde el inicio del bachillerato y durante seis años, una relación muy especial con Nancy, una joven a la que quiso mucho y con quien compartía, entre otros, su gusto por jugar ping pong durante largas horas. Además, es seguidor del fútbol (hincha del Atlético Bucaramanga, por cierto), aprendió de construcción gracias a su padre y de metalistería gracias a su colegio, derramó lágrimas durante su servicio militar obligatorio del que fue “rescatado” por su madre en La Guajira y más adelante, se vinculó al laboratorio de una cementera.“Yo pasaba de la empresa la casa por un templo donde está el cementerio de San Gil y yo entraba a rezar un ratico con mi uniforme, con mi overol y yo veía al Cristo, era un Cristo crucificado, pero con los ojos abiertos. Hasta ahora entiendo que era un Cristo agonizante, no estaba muerto, no es un Cristo con los ojos abiertos. Yo decía: pero, ¿Él está muerto o está vivo? Porque tiene los ojos abiertos. Y me impresionaba mucho y eso se me fue metiendo, hasta que un día le dije a ella: yo quiero ser sacerdote”.A monseñor Rueda le costó entender su vocación por esa “extraña” manera en que sintió el llamado a los 19 años de edad. En aquella época hasta llegó a pensar que ingresar al seminario podía ser una especie de traición a Nancy, con quien seguía compartiendo; también a su familia, pues él aportaba para el sostenimiento de su casa, ya su padre estaba enfermo, irse limitaba por completo sus posibilidades de seguirlo haciendo.Tomar la decisión de iniciar su vida sacerdotal fue una reto, pero lograr que le creyeran y poder ingresar al Seminario Conciliar San Carlos de San Gil, significó uno mayor. Aunque su padre lo había animado a dar el primer paso para empezar ese camino, advirtiéndole que debía hacerlo bien, varias pruebas se le cruzaron en él, entre ellas, lograr que algún sacerdote le diera una especie de “carta de recomendación”.“Yo quiero ser sacerdote. ¿Pero eso cómo es, señor obispo?”“Yo quiero ser sacerdote. ¿Pero eso cómo es, señor obispo? ¿Entonces él se rió, me atendió, era una persona muy seria, muy respetuoso y me dijo Usted tiene novia? Yo dije Sí, le digo que sí. Me dice váyase, no sé cómo será eso. ¿Y yo le dije no, así como tal, no? Y entonces él me dijo: Es bueno que consiga una amiga, que usted experimente su afectividad, que interactúe con ella. Salí aburrido de ese diálogo, debí haberle dicho la verdad a monseñor Víctor”, cuenta, con cierta emotividad, el hoy presidente del episcopado colombiano, al referirse a su primera conversación con monseñor Victor López Forero, el arzobispo emérito de Bucaramanga, en ese tiempo…,quien precisamente el pasado 23 de septiembre partió a la casa del Señor.Aunque finalmente consiguió esa carta con el capellán del Colegio Nacional San José de Guanentá Integrado de San Gil, uno de los cinco por los que pasó porque, coincidencialmente, los cerraban o se trasladaba. Él mismo cuenta que no fue realmente activo a nivel de vida parroquial. Aunque la Misa de los domingos y el rezo del Santo Rosario en su hogar, eran sagrados, no fue de participar activamente en comunidades ni grupos. De hecho, recuerda que en esa exploración, una de las primeras cosas que hizo fue ir a una convivencia vocacional y no le gustó.“Uno aprende a ser cura con la gente”Finalmente monseñor Luis José ingresó al seminario, disfrutó de su proceso y tras terminarlo, a los 27 años de edad, fue enviado por monseñor Leonardo Gómez Serna, a una parroquia rural en una localidad llamada Albania que en ese tiempo pertenecía a la Diócesis de Socorro y San Gil y estaba ubicada a siete horas de San Gil.“Quiero advertirle que de allí se han retirado cuatro sacerdotes por distintos motivos. Uno por el alcoholismo, otro porque se enredó con una dama, pero yo confío en usted y está listo”, le dijo monseñor Gómez Serna al Luis José Rueda de aquella época, aún inexperto, que jamás llegó si quiera a sospechar la misión que el Santo Padre le encomendaría hoy. “Y me di cuenta de una cosa que uno en el seminario aprende la teoría, pero que uno aprende a ser cura con la gente”, agregó con firmeza el cardenal electo.Hoy, 33 años después de ordenado, recuerda con cariño pero también con cierta sorpresa su camino episcopal. Tres jurisdicciones pastoreadas en regiones muy distintas, un periodo en la presidencia del episcopado que terminará en julio del 2024 junto a sus hermanos monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos y Luis Manuel Alí Herrera, vicepresidente y secretario general de la Conferencia, respectivamente. Ademas, una gran cantidad y diversidad de lugares y personas que ha podido conocer, desde los más humildes y necesitados, hasta las personalidades más destacadas de la vida social y política del país.“Yo pensé que los obispos eran de familias ricas”Aunque significó una alegría muy grande para sus coterráneos, la noticia de que el papa Benedicto XVI lo había nombrado obispo de la Diócesis de Montelíbanofue toda una sorpresa, no solo para él sino también para su familia.“El día que avisaron que iba a ser obispo yo ya sabía, pero toca guardarlo en secreto. Y uno está ahí, como con “el entre pecho y espalda”, con ese secreto. Cuando ya se supo, hubo mucha alegría en la familia y en San Gil. Solo en la tarde pude ir a comer con mi madre y le dije, Y ella dijo: “Yo pensé que los obispos eran de familias ricas”. Fue la expresión que nunca se me olvida”, narró monseñor.El prelado partió hacia esta Iglesia particular en Córdoba, región que no conocía, en la que tuvo que acompañar durante seis años a las comunidades en medio de complejos retos del contexto social por cuenta de situaciones asociadas al conflicto armado, pero a la que quiso mucho.“Yo aprendí a ser obispo con los sacerdotes”“Estando allá, cambia la ruta porque renuncia Benedicto y nombran a Francisco, y Francisco me pasó a Popayán y yo llegué a ser Arzobispo de Popayán. Eso es una cosa muy grande, pero uno sigue siendo el ser humano pequeño, el ser humano frágil, el ser humano que sufre, que se equivoca”, afirma monseñor.Al conocer y celebrar la Eucaristía en todas sus parroquias, monseñor Luis José se enamoró del Cauca, de su gente, su cultura y su geografía. Sin embargo, no había cumplido los dos años aún y es notificado en mayo de 2018, a través de monseñor Luis Mariano Montemayor, nuncio apostólico en Colombia durante esta época, que el Santo Padre lo había nombrado arzobispo de Bogotá.“¡No puede ser! ¿Suceder a monseñor Rubén Salazar Gómez? ¡Esas son palabras con mayúscula sostenida!”La capital, tan grande y diversa, recibió en junio de 2020 a monseñor Luis José, en plena época de confinamiento obligatorio por la pandemia del COVID-19. Los retos de esa época y la responsabilidad tan enorme que sentía en ese nuevo encargo eran inmensos.Su misión en Bogotá y, al tiempo, la tarea de presidir el episcopado colombiano, le han permitido al arzobispo hacer llegar un mensaje más directo a diferentes actores y sectores frente a sus preocupaciones por las realidades que vive hoy el país. Su insistencia en la defensa de la vida y en la necesidad de construir la reconciliación y la paz, desde la justicia, el amor y el respeto por los derechos humanos, han sido permanentes.“Y aprendí a conocer Bogotá y a amarla, y a darme cuenta de que Bogotá no es lo que otros piensan desde fuera. Algunos dicen Bogotá tiene dos partes el sur y el norte, falso, Bogotá tiene una multiplicidad. En el norte hay periferias existenciales, en el sur hay belleza, riquezas, hay de todo”, afirma monseñor Rueda, al tiempo que recuerda su gusto por haberse podido acercar e involucrar con la realidad de los habitantes de calle.“Como dice el Papa, yo he cometido muchos pecados, pero yo he sido misericordiado por el Señor”.Enterarse de la noticia de su designación como Cardenal el pasado 9 de julio, fue más inesperada aún. La semana previa había finalizado la asamblea plenaria del episcopado y justamente, un día antes, la Iglesia colombiana iniciaba su luto por la partida de monseñor Elkin Fernando Álvarez Botero, obispo de Santa Rosa de Osos.Esa noticia, que llegó para el país como un bálsamo de esperanza, pareciera aún increíble para monseñor Rueda Aparicio. “El Papa me mandó una carta muy bonita, una carta privada personal donde me anima, donde me dice: “Ahora entra al Colegio Cardenalicio” y lo que eso significa en clave de servicio, en clave de unidad con el Papa, con el sucesor de Pedro y de martirio. Y por eso debe estar dispuesto”, expresa con actitud de obediencia el arzobispo de Bogotá.Luis José Rueda Aparicio, no solo el del nuevo título que recibirá en la Santa Sede, sino el ser humano, el hijo, el hermano, el tío, el primo, el amigo, narra que mirar hacia atrás, le da la oportunidad de darse cuenta cómo su vida se la ha ido transformando el Señor. Termina su relato afirmando que más allá de las pruebas, ama a Dios, a la Iglesia y al país y está dispuesto a entregar su vida.Vea la entrevista completa aquí:

Mié 27 Sep 2023

De Roma a Costa de Marfil para crear puentes de unión, amor y perdón como representante del papa Francisco: Monseñor Rueda Beltz

Monseñor Mauricio Rueda Beltz, quien en junio de este año fue nombrado Nuncio Apostólico en Costa de Marfil por el papa Francisco, dio a conocer su sentir sobre la nueva misión que le encomendó el Santo Padre, en este caso, en el país africano.El representante Vaticano visitó la sede de la Conferencia Episcopal de Colombia en Bogotá este miércoles 27 de septiembre, con motivo de la presentación de su ponencia denominada “Peregrinar religioso en los Santuarios”, en el marco del Encuentro Nacional de Rectores de Santuarios de Colombia, que desarrolla esta semana el Departamento de Liturgia del Secretariado Permanente del Episcopado.En su mensaje recordó las palabras de su director espiritual durante la época del seminario a propósito del servicio, la entrega y obediencia que asumen como actitudes de vida desde su vocación: “En el momento de la ordenación uno está firmando un cheque en blanco al Señor y es el Señor que lo va llenando a lo largo de nuestro ministerio sacerdotal, y así ha sido mi vida sacerdotal. Yo he dejado que el Señor llene ese cheque en blanco que firmé hace 27 años".Sobre este nuevo encargo, ahora en el episcopado y al servicio de la Iglesia Universal y el Santo Padre afirmó: “Son las diferentes fichas del rompecabezas de nuestra historia personal que el Señor a lo largo de nuestra vida va colocando con total generosidad, con total entrega a la Iglesia”.La ordenación episcopal del Nuncio colombiano se llevó a cabo en Roma el pasado 9 de septiembre, en la Basílica de San Pedro. La Eucaristía fue presidida por el Secretario de Estado en la Santa Sede, el Cardenal Pietro Parolin y concelebrada por el Cardenal Rubén Salazar Gómez, arzobispo emérito de Bogotá.“Parto de Roma a una de las periferias del mundo a llevar el mensaje del Evangelio…Hoy en Costa de Marfil, y después, cuando él lo decida en otro lugar, creando puentes de unión, puentes de amor y puentes de perdón entre los fieles, el episcopado y las autoridades.”, expresó monseñor Rueda, quien ha estado desempeñando labores diplomáticas en el Vaticano desde el 2004 y durante cuatro años fue director de los viajes papales. Ahora será una especie de embajador del Estado Vaticano y jefe de misión de la Santa Sede en dicho país.

Mar 26 Sep 2023

Durante audiencia, el papa Francisco animó a campesinos y a la REPAM a seguir promoviendo la protección de la Amazonía colombiana

Este lunes 28 de septiembre, Juan Felipe Martínez, secretario ejecutivo de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) Colombia, junto a tres líderes campesinos del sur del país, fueron recibidos en audiencia privada por el papa Francisco. Durante el encuentro en la Santa Sede, los representantes comunitarios presentaron al pontífice la realidad que vive hoy la Amazonía colombiana y la importancia del campesinado para la protección de este territorio.De acuerdo con la REPAM, durante este encuentro, el Santo Padre agradeció por su misión y los animó a continuar con ella, diciéndoles que “la Amazonía y toda la Casa Común necesita un alto para que sea protegida y valorada”. El papa Francisco les dijo también que la sabiduría sobre este tema no la tiene él, sino que es él quien aprende de la sabiduría de los pueblos para poder entregársela en sus escritos y cartas a la comunidad.En cuanto a los tres líderes que participaron en la audiencia, se trata de Marleny Yucuma Vásquez, Gerardina Cardozo Aragón y Francisco Rodríguez Tovar. Estos, hacen parte de la Arquidiócesis de Florencia, la Diócesis de San Vicente del Caguán y el Vicariato Apostólico de Puerto Leguízamo-Solano, respectivamente.Gerardina Cardozo Aragón hace parte de la ComisiónCoordinadora y el Comité Asesor de la REPAM Colombia, además lidera y coordina el proyecto“Amazonia” en San Vicente del Caguán. Siempre está en el constante trabajo de conservar, cuidar y defender la Amazonía Colombiana.Marleny Yucuma Vásquez es unalideresa campesina de la Vicaria del Sur en la Arquidiócesis de Florencia (Caquetá) y miembro de REPAM Colombia. Defensora de la tierra, trabaja día a día para conservar las semillas criollas y contribuir al cuidado de la Casa Común.Francisco Rodríguez Tovar es un campesino que hace parte de un proyecto del Secretariado Nacional de Pastoral Social denominado Transición Ecológica Justa (Ecología integral) para el fortalecimiento de los actores en Solano - Caquetá, representando al Vicariato Apostólico de Puerto Leguízamo - Solano.Entre los temas abordados durante el encuentro con el pontífice, estuvieron: gobernanza compartida, cómo frenar el extractivismo minero energético, regular los dineros de cooperación en la Amazonia,fortalecer las culturas y valorar el aporte del conocimiento ancestral y campesino para el cuidado de la Amazonia, así como promover una ecología integral.Este encuentro con el Santo Padre se produjo en el marco de una gira que realizarán los representantes de la REPAM por Roma, París y Bruselas entre el 25 de septiembre y el 7 de octubre. Periodo que coincide, en gran parte, con el “Tiempo de la Creación” convocado por el pontífice. Se trata de un tiempo de oración y acción ecuménica por el cuidado de la casa común, que inició a celebrarse este 1 de septiembre a nivel universal y que se clausurará el próximo 4 de octubre en Roma, actividad en la que también estará presente esta comitiva.Además de la audiencia con el Papa, “en Roma vamos a reunirnos con el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, con representantes del cuerpo diplomático acreditado en la Santa Sede, de la Cáritas Internacionalis; en París, con la Cáritas Francesa; y en Bruselas, con la Unión Europea”, dio a conocer en días pasados el Secretario de la REPAM.Así registró el encuentro Vatican News:Ver esta publicación en InstagramUna publicación compartida por Vatican News (@vaticannews)

Lun 25 Sep 2023

Comisión de Conciliación Nacional lidera convocatoria de pactos por la paz con candidatos a elecciones de octubre

Bajo el lema “La buena política al servicio de la reconciliación y la paz”, inspirado en el mensaje del papa Francisco en el año 2019 y con miras a las elecciones locales y regionales que se llevarán a cabo el próximo 29 de octubre, la Comisión de Conciliación Nacional (CCN) de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), en conjunto con las diferentes jurisdicciones eclesiásticas, está convocando una serie de encuentros entre líderes comunitarios y candidatos a las alcaldías, gobernaciones, asambleas, concejo y juntas administrativas locales de los diferentes territorios del país.El primero de estos espacios se llevó a cabo el pasado 17 de agosto en el municipio de Guadalajara de Buga (Valle del Cauca), seguido de Cesar (Valledupar), Istmina (Chocó), Soacha (Cundinamarca) y Neiva (Huila).Durante estos encuentros, el documento “Nuevos Mínimos de Reconciliación y Paz”, compilado por la CCN, sirve como insumo para que los líderes sociales presenten a los candidatos diferentes propuestas de solución a las principales problemáticas sociales que afectan a sus comunidades. El objetivo es contribuir a la reconciliación y la paz logrando que estas propuestas sean incluidas en los planes de desarrollo.En el evento convocado en la Diócesis de Istmina-Tadó, el padre Jorge Zapata Ochoa, vicario de la pastoral y delegado de comunicaciones de esa jurisdicción afirmó que “la validación de los mínimos es un ejercicio importante y permite a la comunidad trasmitir sus verdaderas necesidades y la realidad que están viviendo”.Por su parte, el sacerdote Fernando Álvarez Muños de la Diócesis de Neiva, director de la Pastoral Social, se refirió a la relevancia de “una política donde resalte la responsabilidad, la transparencia y el compromiso con las comunidades de cumplir a lo que se están comprometiendo”.Los próximos eventos se llevarán a cabo en San Andrés y Providencia, Leticia (Amazonas), San José del Guaviare (Guaviare), Puerto Inírida (Guainía), Maicao (La Guajira), Mocoa (Putumayo), Mitú (Vaupés). La CCN se propone poder llegar con esta iniciativa a los 32 departamentos del país antes de los comicios.En los eventos realizados han participado alrededor de 50 candidatos entre alcaldías y gobernaciones que han firmado el pacto. Además, cerca de 500 personas de las comunidades, entre líderes sectoriales, agentes de pastoral, religiosos y comunidad en general.“Construir juntos, en compañía de los futuros alcaldes de Istmina, las propuestas que van a ser llevadas a cabo y se van a realizar durante los próximos cuatro años para el beneficio de la comunidad, estrategias que van a generar paz, sana convivencia y resolución de los conflictos que se presentan en nuestro territorio”, expresó Juan David Palacios, habitante de ese municipio, sobre el propósito de la actividad.Sobre el encuentro realizado en Valledupar, monseñor Oscar Vélez Isaza, obispo de esa Iglesia particular dijo que “es fundamental que se encuentren los candidatos que muchas veces no conocen nada del otro, sino únicamente a través de las redes y los periódicos. Aquí se han podido ver, encontrarse y comprometerse en hacer una campaña decente, respetuosa, democrática y sin corrupción, eso es lo que integra fundamentalmente el pacto ético”.En contextoLa Comisión de Conciliación Nacional, en representación de la Conferencia Episcopal, coordina la realización de estos encuentros entre comunidades y candidatos en el marco de su línea de trabajo sobre incidencia política que busca impulsar una política permanente de paz que congregue la voluntad de todos los sectores y regiones del país, así como animar la participación activa de la sociedad civil en la búsqueda y construcción de la misma.

Lun 25 Sep 2023

Falleció monseñor Víctor Manuel López Forero, arzobispo emérito de Bucaramanga

La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) lamenta el fallecimiento de monseñor Víctor Manuel López Forero, arzobispo eméritode Bucaramanga, quien partió a la casa del Padre en la noche del sábado 23 de septiembre.Al tiempo, los obispos de Colombia expresan su cercanía y fraterna solidaridad a la familia de monseñor Víctor Manuel, así como a los sacerdotes, religiosos y files laicos de esta jurisdicción que pastoreó durante once años en Santander, departamento de donde también él era oriundo.Al respecto, en un comunicado, monseñor Ismael Rueda Sierra, arzobispo de Bucaramanga, resaltó su entrega e importante obra pastoral durante su ministerio presbiteral y servicio episcopal.Las exequias de monseñor Víctor Manuel se llevarán a cabo este lunes 25 de septiembre a las 10:00 de la mañana en la Catedral La Sagrada Familia de la capital santandereana.Dios reciba en su gloria a monseñor. Unidos en oración.Biografía:Monseñor Víctor Manuel López Forero nació en Puente Nacional (Santander), el 29 de marzo de 1931.Cursó los estudios de bachillerato, Filosofía y Teología en el Seminario de Bogotá. En la Universidad Javeriana consiguió la Licencia en Derecho Canónico.Fue ordenado sacerdote el 27 de octubre de 1957 y ejerció su ministerio en la Arquidiócesis de Bogotá desempeñándose en los siguientes cargos: Vicario Cooperador de Junín (Cundinamarca), Director Espiritual del Seminario Menor, Capellán Regional del SENA de Cundinamarca, Notario y Promotor de Justicia del Tribunal Eclesiástico, Párroco de Soacha y del Perpetuo Socorro en el Barrio Olaya, Rector de Colegios Parroquiales Arquidiocesanos, Formador en el Seminario Mayor y Vicario Episcopal del Sur.El 6 de mayo de 1977 fue nombrado por Su Santidad Pablo VI Obispo Titular de Cilibia con el oficio de Auxiliar de Bogotá. Recibió la ordenación episcopal el 29 de junio del mismo año.Fue designado como Obispo de Socorro y San Gil el 6 de diciembre de 1980, cargo que ocupó hasta el 7 de junio de 1985 cuando fue nombrado como Ordinario Militar para Colombia.El 21de junio de 1994 Su Santidad Juan Pablo II lo nombró Arzobispo de Nueva Pamplona.El 27 de junio de 1998 Su Santidad Juan Pablo II lo nombró Arzobispo de Bucaramanga.El 2 de mayo de 2009 pasó a ser Arzobispo Emérito de la Arquidiócesis de Bucaramanga.Representaciones que ha llevado: A nivel nacional es Representante del SENA y Presidente de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social; habiéndose desempeñado en años anteriores como Presidente de la Comisión Episcopal para la Catequesis. A nivel de Iglesia Universal, ha participado en la Comisión de Catequesis y Educación del CELAM y miembro de la Oficina Central de Coordinación Pastoral de los Ordinariatos Militares.
El 13 de febrero de 2009 fue aceptada su renuncia al cargo episcopal.

Sáb 23 Sep 2023

Carta abierta del Obispo de Mocoa-Sibundoy ante la crítica situación de violencia que afecta a sus comunidades

Ante la crítica situación de violencia que afecta a este territorio ubicado en el suroccidente colombiano, a través de una contundente carta abierta titulada “Juntos, permitamos que la vida viva”, el obispo de la Diócesis de Mocoa-Sibundoy, monseñor Luis Albeiro Maldonado Monsalve, pide signos de paz y subraya el respeto por el derecho a la vida.En el documento, el prelado envía un mensaje de condolencias a las familias que han perdido a sus seres queridos y también a los jóvenes que “experimentan el rigor del lamentable flagelo” del conflicto en los campos y pueblos.En este comunicado, el obispo dirige mensajes a las instituciones, familias, colegios, parroquias, otras entidades religiosas y a los actores en conflicto, con el fin de garantizar la vida y la paz. A estos últimos les recuerda: “ustedes también hacen parte de nuestra sociedad, la vida de ustedes también es sagrada y debe ser respetada”.Monseñor Luis Albeiro Maldonado afirma que “la Iglesia Católica está dispuesta a facilitar y acompañar todo lo que garantice el cuidado de la vida de la persona”. Además, invita a todos a cuestionarse desde estas tres preguntas: ¿Reconozco la vida humana como don sagrado? ¿Quién va a garantizar “la vida y la honra” de nuestra gente? ¿En el centro de nuestros proyectos, está el valor y la dignidad de la persona humana?“Con mi bendición, los pongo en manos del Señor de la paz”, así concluyó su carta.

Vie 22 Sep 2023

En Colombia también se vivirá “Together – Encuentro del Pueblo de Dios”

En español, la palabra “Together” significa “juntos” y es el nombre que se le ha dado a las jornadas de oración ecuménica que se llevarán a cabo como preparación al Sínodo sobre la Sinodalidad en Roma, en el próximo mes de octubre, una propuesta que fue presentada en el mes de enero por el hermano Alois (Alois Löser), prior de la comunidad cristiana ecuménica de Taizé. En Bogotá esta iniciativa se realizará el sábado 23 de septiembre, a partir de las 4:00 p.m., en el Auditorio Félix Restrepo de la Universidad Javeriana, mientras en Roma se celebrará el 30 de septiembre en la plaza de San Pedro, presidida por el papa Francisco.Para el caso de la jornada de oración ecuménica en Colombia, entre los organizadores del evento se encuentran la Comunidad de Taizé – Bogotá, la Central de Juventudes, la Iglesia Evangélica Luterana, la Iglesia Ortodoxa Griega, la Red Juvenil Ignaciana, el Movimiento de los Focolares y el Departamento de Promoción de la Unidad y del Diálogo (PUD) de la Conferencia Episcopal de Colombia.Según lo ha expresado el hermano Alois a medios vaticanos, aunque el Sínodo de la Sinodalidad es una actividad de la Iglesia Católica, una mirada ecuménica a este proceso puede llevar a que exista una comunión real entre cristianos para la búsqueda de la paz vital. Afirma: “¿Cómo podemos hacer avanzar la unidad de los cristianos? Todos llevamos el tesoro de Cristo en vasijas de barro y tal vez brilla aún más cuando reconocemos humildemente lo que nos falta. Dentro de la propia Iglesia Católica, el sínodo sacará a la luz grandes diversidades. Estas serán un tanto más fecundas en la búsqueda de la comunión, no para evitar u ocultar los conflictos, sino para alimentar un diálogo que reconcilie”.Al respecto, el papa Francisco, que lleva el tema de la fraternidad humana y el diálogo ecuménico en su corazón, afirmó en el Ángelus del 15 de enero de este año:“El camino hacia la unidad de los cristianos y el camino de conversión sinodal de la Iglesia están vinculados. Por eso, aprovecho esta ocasión para anunciar que el sábado 30 del próximo mes de septiembre, en la plaza de San Pedro, tendrá lugar una Vigilia ecuménica de oración, con la que encomendaremos a Dios los trabajos de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos. Para los jóvenes que acudan a la Vigilia habrá un programa especial durante todo ese fin de semana, a cargo de la Comunidad de Taizé. Desde ahora, invito a los hermanos y hermanas de todas las confesiones cristianas a participar en esta reunión del Pueblo de Dios”.Para seguir la actividad a nivel mundial, está disponible la página: www.together2023.net¿Qué es la Comunidad de Taizé?Taizé es una comunidad monástica ecuménica fundada en Francia a finales de la Segunda Guerra mundial. Su vocación fundamental es la comunión, la reconciliación de los hombres y en particular de los cristianos divididos. Busca vivir esa vocación practicando los valores fundamentales del Evangelio: la alegría, la sencillez y la misericordia. Comparte esa vivencia con miles de personas provenientes de diferentes países, edades, culturas, tradiciones religiosas, que a lo largo del año y durante una semana, tienen la experiencia de convivir armoniosamente a pesar de las diferencias.Por su preocupación de buscar la reconciliación entre los cristianos, la comunidad de Taizé siguió con interés el Concilio Vaticano II, y promovió la escucha de la Iglesia Católica a las inquietudes de los jóvenes a propósito de la vivencia auténtica de una espiritualidad cristiana.Según lo expresa la comunidad, el actual sínodo convocado por el papa Francisco abre nuevamente una oportunidad importante de renovación de la Iglesia, regresando a los valores fundamentales del Evangelio, y buscando encarnarlos en la vida cotidiana del siglo XXI.