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Tumaco conmemora 118 años del Milagro Eucarístico que lo salvó de la tragedia
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![118 años del Milagro Eucarístico de Tumaco](/sites/default/files/styles/large/public/2024-01/cec-tumaco-milagro-eucaristico-118-anos.jpg?itok=emG7PGm4)
Por estos días, en el suroccidente de Colombia, concretamente en el departamento de Nariño, la Iglesia y los habitantes de San Andrés de Tumaco conmemoran el aniversario número 118 del único Milagro Eucarístico hasta ahora registrado en el país: "El Milagro de la Ola’. Un acontecimiento sin precedentes que el 31 de enero de 1906, desafió por completo la naturaleza, salvó múltiples vidas y arraigó profundamente la fe de los habitantes de esta "Perla del pacífico nariñense", como es conocido el municipio.
“Tumaco es la única ciudad, el único lugar en el mundo donde Dios, con su dedo, supo tocar sus aguas para bendecirlas. Las aguas de Tumaco son sanadoras, las aguas de Tumaco tienen el milagro patente del poder de Dios”, así lo expresa, con contundencia y fe desbordante, el padre Hevert Lizcano Quintero, fraile de la Orden de los Carmelitas Descalzos que ha liderado un importante trabajo de investigación y documentación sobre este milagro.
Hoy, junto a la conmemoración del hecho mediante diversas actividades espirituales, culturales y educativas convocadas por la Diócesis de Tumaco, en articulación con otros actores institucionales, los habitantes siguen elevando súplicas a Dios por su territorio. Esta vez, no bajo la amenaza de un episodio natural, sino por el cese de la violencia y el abandono institucional que muchos allí padecen.
“La gran festividad de todas las comunidades de nuestras parroquias y en cada una de las parroquias también se hicieron momentos de oración, momentos de súplica al Señor, ya para que esa ola no sea, no es hoy la ola de las del mar, sino la ola de la violencia, de la corrupción, del abandono. También para que nuestros pueblos sean mirados con misericordia, sean mirados con benevolencia y podamos transformar esos territorios del pacífico nariñense”, afirma al respecto monseñor Orlando Olave Villanoba, obispo de la Diócesis de Tumaco.
La amenaza de un catastrófico episodio natural y la búsqueda de ayuda espiritual
En la mañana de aquel 31 de enero de 1906, mientras un movimiento sísmico de enormes proporciones (8.8 de magnitud, el más grande que Colombia ha experimentado) arrasaba ya con poblaciones vecinas a Tumaco, ubicadas en la frontera entre Colombia y Ecuador), un devastador tsunami anunciaba su llegada a la isla nariñense.
Los tumaqueños, atemorizados por la situación, deciden dirigirse al templo parroquial para pedir la ayuda de fray Gerardo Larrondo, párroco de Tumaco, y de fray Julián Moreno, su vicario parroquial, dos religiosos de la Orden de los Agustinos Recoletos que se encontraban de misión allí desde 1899, por encargo de monseñor Ezequiel Moreno, hoy venerado como santo en la Iglesia Católica.
Aunque los frailes no entendían muy bien la situación, ni dimensionaban el peligro, como los lugareños nacidos junto a estas aguas, animan al pueblo para acudir y confiar en el incomparable poder de Dios. “Vamos, hijos, vamos hacia la playa y que Dios se apiade de nosotros”, fue la expresión que usó fray Gerardo para emprender la procesión de todos hacia la playa.
“Inmediatamente fray Gerardo consumió todas las hostias que estaban en el Sagrario y, movido por la fe de toda la comunidad, lleva la Hostia Magna hacia la playa y junto con todos va orando, dirigiéndose a esta pared de agua que venía con una velocidad de 300 kilómetros por hora, según los investigadores y especialistas en temas de tsunami”, narra fray Hevert Lizcano.
El acto de fe en la playa y el instante de la intervención divina
“Todos se colocan ahí, frente a la playa, observan la pared de agua y fray Gerardo, que tiene confianza en Dios, que sabe que Jesús tiene autoridad sobre los espíritus, sobre los demonios y sobre las tormentas, eleva la hostia ante este Tsunami y hace la señal de la cruz. Inmediatamente, esta pared de agua lo único que hace es desvanecerse y llegar hasta la cintura de toda la población y especialmente la cintura de estos dos frailes”, agrega el padre Lizcano.
“¡Milagro, milagro!”, grita tras este hecho fray Julián Moreno.
Así, impresionados y entre lágrimas de gratitud hacia Dios por haberlos protegido, los miembros de la comunidad, con Jesús Sacramentado, caminan en procesión por la orilla de la playa, hasta llegar al templo. Allí culminan con la celebración de la Sagrada Eucaristía.
De acuerdo con la tradición católica, un Milagro Eucarístico implica manifestaciones sobrenaturales en relación con la Eucaristía, generalmente asociadas a la transformación milagrosa del pan y el vino en el cuerpo y la sangre de Cristo. La Iglesia ha reconocido como tal este importante hecho.
El arraigado fervor católico en Tumaco y la visita papal
“¿Qué es lo que hace la comunidad? Busca a Dios a través de sus ministros, a través de los dos sacerdotes que estaban. Y sale con esa presencia eucarística. Entonces, eso evidencia como nuestros pueblos son profundamente eucarísticos. La Eucaristía está en el corazón de nuestras comunidades y hoy queremos seguir fortaleciéndolo”, explica monseñor Olave.
Sin duda, este Milagro Eucarístico entretejió en Tumaco un lazo de fe que ha perdurado con el paso del tiempo, consolidando el fervor de su población y respaldando el trabajo de la Iglesia Católica en el territorio. No en vano, ochenta años después, esa población recibió la visita del papa Juan Pablo ll.
Celebración y eventos conmemorativos de los 118 años
Desde 1906, cada año, el pueblo tumaqueño se reúne para agradecer por este inolvidable hecho de intervención divina. Así, renueva la promesa de preservar esta herencia espiritual que ha forjado su identidad. La Eucaristía, sostenida por fray Gerardo en aquel momento crucial, sigue siendo el principal protagonista.
Por estos días, la Diócesis de Tumaco, pastoreada por monseñor Orlando Olave Villanoba, convocó una serie de actividades conmemorativas, entre ellas, espacios de adoración al Santísimo en todas las parroquias, conciertos musicales y charlas educativas. Además, un conversatorio sobre el documental "El Milagro Eucarístico de la ola”, producción audiovisual que fue estrenada hace un mes en plataformas digitales y cuya dirección estuvo a cargo del padre Hevert Lizcano.
El libro y el documental que reviven el hecho e inspiran la fe
“Nosotros, como pacífico nariñense y casi todo el pacífico, tenemos un gran valor por la narración oral. No existía nada hecho en Tumaco, salvo distintos videos que publicados en YouTube y en otras plataformas que contaban este milagro. Y lo que hicimos fue desde un libro, reconstruir esta historia, reconstruirla, narrarla a través de distintas voces, de las voces, desde la teología, desde la experiencia comunitaria, desde la experiencia de fe, desde la experiencia científica y de la experiencia histórica”, afirma el obispo.
Como lo refiere monseñor Orlando, este documental está basado en el libro titulado “Milagro Eucarístico de la ola de Tumaco, 1906”, escrito también por el padre Hevert. El texto fue presentado a nivel local el 27 de diciembre de 2023. Desde ese momento el texto ha tenido una acogida muy positiva, pues mientras relata el acontecimiento, inspira a sus lectores a encontrar la fortaleza necesaria para enfrentar los desafíos de la vida, de la mano de Cristo.
“Para poder llegar a esta compilación tuvimos que investigar en archivos eclesiásticos, en bibliotecas, tuvimos que hacer conversatorios con las personas mayores de Tumaco para poder entregar este documento que servirá para la historia y servirá como un testigo de lo que aconteció...Este libro ha tenido una aceptación muy grande en el tumaqueño, porque tiene la posibilidad de mostrarlo con orgullo, tiene la posibilidad de decir que ha nacido en un territorio donde aconteció un milagro tan grande y tan bello como el milagro eucarístico”, comenta el Carmelita Descalzo.
El joven Beato que registró el Milagro
Este trascendental acontecimiento también fue documentado por el Beato Carlo Acutis, quien creó una exposición con una amplia variedad de fotografías y descripciones históricas, a través de las cuales narra los principales milagros eucarísticos que ocurrieron a lo largo de los siglos en varios países del mundo y que han sido reconocidos por la Iglesia.
La misión decidida de la Iglesia en Tumaco
Pese a los múltiples desafíos que persisten hoy en San Andrés de Tumaco, marcados por factores como los cultivos de uso ilícito, el conflicto armado, la desigualdad, la corrupción y el abandono institucional, hoy la Iglesia en Tumaco continúa empeñada en su misión de acompañar a sus comunidades con el mensaje del Evangelio, brindándoles apoyo espiritual y social permanente; siendo un faro de esperanza en medio de las adversidades, como en aquel entonces lo hizo ‘El Milagro de la Ola’.
Vea la nota audiovisual sobre este acontecimiento y su conmemoración:
Escuche la pieza radial que narra el acontecimiento:
Vea el documental producido por la Diócesis de Tumaco y la Orden de Carmelitas Descalzos:
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La familia defiende y protege la vida
Mar 11 Jun 2024
![](https://cec.org.co/sites/default/files/2024-06/25-fallecimiento-monse%C3%B1or-william-de-jesus-ruiz-velasquez.jpg)
Mar 25 Jun 2024
Falleció monseñor William de Jesús Ruiz Velásquez, Prefecto Apostólico Emérito de Leticia
A sus 82 años de edad, falleció monseñor William de Jesús Ruiz Velásquez, quien, entre el 8 de julio de 1997 y el 23 de octubre del 2000, se desempeñó como Prefecto Apostólico de Leticia (Amazonas). El pastor antioqueño fue el segundo en desempeñar este oficio, antes que dicha circunscripción eclesiástica fuera elevada a Vicariato Apostólico por el papa Juan Pablo II.La muerte de monseñor Ruiz Velásquez se produjo en la madrugada de este martes 25 de junio en la ciudad de Medellín, donde vivía desde el año 2016 en una casa familiar.Monseñor William de Jesús nació el 2 de octubre de 1941 en el municipio de Entrerríos (Antioquia). Realizó sus estudios de Filosofía y Teología en el Seminario Conciliar Santo Tomás de Aquino de la Diócesis de Santa Rosa de Osos. Cursó una maestría en Catequesis en la Universidad Católica de París (Francia).Fue ordenado sacerdote para el clero esa misma jurisdicción el 11 de septiembre de 1966, por monseñor Miguel Ángel Builes. Allí desempeñó múltiples oficios pastorales, entre ellos: Vicecanciller de la Curia y Notario del Tribunal Eclesiástico (1969), Promotor Diocesano de la Pastoral Vocacional (1973), Vicario de Pastoral de la Diócesis (1995) y Coordinador de la Pastoral Familiar (1996). En julio de 1997 fue nombrado Prefecto Apostólico de Leticia, misión que desempeñó por tres años.Al regresar a su región natal, entre los años 2001 y 2016 fue párroco en los municipios de Amalfi, Yarumal y Donmatías. Allí apoyó también diferentes procesos de desarrollo municipal e impulsó iniciativas asociadas a la educación, la defensa de la vida y la institucionalidad.Fue colaborador permanente del Consejo de Administración de la Cooperativa Fraternidad Sacerdotal.El padre Luis Alfonso Urrego Monsalve, administrador diocesano de Santa Rosa de Osos, expresó sus condolencias a familiares y amigos del presbítero, e informó que las exequias se celebrarán este miércoles 26 de junio, a las 3:00 p.m., en la Catedral Metropolitana de Medellín.
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Mar 25 Jun 2024
Finaliza la segunda etapa de ‘Iglesias seguras y protectoras’: la última jornada de formación en prevención de abusos se desarrolló en la Provincia de Barranquilla
Entre el 19 y el 21 de junio, en la ciudad de Barranquilla, se llevó a cabo la última jornada de capacitación de la iniciativa ‘Iglesias Particulares Seguras y Protectoras’ implementada por la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) con el auspicio de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos. Un proyecto que tiene como finalidad promover la atención y prevención de abusos y violencias en las diferentes regiones del país.A este llamado por la cultura del cuidado en la Iglesia Católica acudieron alrededor de 500 personas, entre obispos, sacerdotes, consagrados y laicos de la Arquidiócesis de Barranquilla y de las diócesis de Riohacha, Santa Marta, Valledupar y El Banco, jurisdicciones que conforman la Provincia Eclesiástica de Barranquilla.Como parte de la agenda desarrollada en esta última etapa, se implementaron diferentes talleres y conferencias sobre la cultura del cuidado: los desafíos a nivel social y eclesial, la generación de entornos protectores y la atención a víctimas. También se presentaron las líneas guía, líneas operativas y buenas prácticas propuestas por la CEC. Estos espacios estuvieron a cargo de los miembros del Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado, del Departamento de Comunicaciones de la Conferencia Episcopal y del presidente del Tribunal Eclesiástico de Bogotá, monseñor Pedro Mercado.La psicóloga Diana Suárez, miembro del Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado, comenta que se pudo dar un encuentro como comunidad eclesial para trabajar en aspectos que, en materia de prevención, son de gran importancia. De ellos, destacó el reconocimiento de la realidad sobre la problemática de violencia sexual en cada territorio de la Provincia de Barranquilla, así como la evaluación de los factores de protección que favorezcan el cuidado, de manera especial, de niños, niñas y adolescentes.Por una cultura del cuidado con rostro provincialEstos tres días de formación significaron el encuentro fraterno de una “Iglesia viva, actuante y alegre”, así lo indicó la doctora Ilva Myriam Hoyos, presidenta de ese organismo de la CEC.De acuerdo con monseñor Pablo Emiro Salas Anteliz, arzobispo de Barranquilla, los prelados de las cinco Iglesias particulares estuvieron de acuerdo con que estas jornadas coincidieran con la formación obligatoria de sus cleros, de tal manera que se les diera la mayor importancia posible. “Para la provincia ha sido un momento providencial porque también nos ha permitido acercarnos de manera mucho más profunda y consistente al Sistema para la Cultura del Cuidado que ha impulsado la Conferencia Episcopal. Diríamos que ahora este sistema va a adquirir un rostro provincial, el rostro de la Provincia de Barranquilla”, así lo expresó monseñor José Mario Bacci Trespalacios, obispo de Santa Marta.Monseñor Bacci Trespalacios, indicó también que ahora cada Iglesia particular tiene como tarea no solo divulgar los contenidos abordados, sino también profundizar en cómo hacer vida la cultura del cuidado en todos los ámbitos eclesiales.Una cultura del cuidado que no se agota en las jornadas de las provincias“Es muy importante reconocer que el ejercicio no se puede quedar solamente en esta capacitación o en las capacitaciones realizadas en las diferentes provincias. Es necesario que esta información también sea comunicada con los diferentes miembros que hacen parte de los ambientes eclesiales y de allí la importancia de realizar un trabajo muy riguroso con las comunidades”, señaló la doctora Diana Suárez.La piscóloga, quien, además, coordina la Oficina del Buen Trato de la Arquidiócesis de Bogotá, señaló también la necesidad de sensibilizar a los agentes de evangelización y a los padres de familia sobre los riesgos que hay en el entorno digital para los menores y en las normas específicas para el cuidado y la protección de todos los que hacen parte del ambiente eclesial. Además, brindar un acompañamiento integral a las personas que han sufrido a causa de abusos o violencias, sin riesgo a revictimizarlas.Al cierre de estas jornadas, monseñor Pedro Mercado, indicó que, a pesar de que la primera parte del proyecto se ha cumplido, la labor pedagógica debe continuar, de manera especial, con los futuros pastores de la Iglesia: “Hay que acentuar todavía más la prevención e ir sobre todo a los seminarios para que la cultura del cuidado no llegue ya en un momento tardío de la formación sacerdotal, sino precisamente cuando se está gestando ese futuro ministro, ese futuro sacerdote, servidor del pueblo de Dios. De tal manera que, desde esa etapa temprana, la cultura del cuidado haga parte de su formación para un servicio integral a la Iglesia”, remarcó monseñor Mercado.De esta forma, concluyeron las jornadas de capacitación sobre atención y prevención de abusos implementadas por la Conferencia Episcopal de Colombia en once de las catorce provincias eclesiásticas del país, desde la iniciativa ‘Iglesias Seguras y Protectoras’. La Oficina para la Cultura del Cuidado continuará animando y articulando otros procesos formativos en diversas instituciones eclesiales bajo el propósito de aportar a la construcción del Sistema para la Cultura del Cuidado propuesto por los obispos en las ‘Líneas guía’.Vea el resumen informativo de la jornada:Para conocer más información sobre el trabajo de la Iglesia colombiana por la cultura del cuidado, haga clic aquí.
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Vie 21 Jun 2024
En “La Sucursal del Cielo”: Iglesia, Estado y comunidad luchan juntos contra el hambre
Con la operación de 713 comedores, ubicados en las 22 comunas y en 15 corregimientos del Distrito Especial de Santiago de Cali, la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Cali, en articulación con la Alcaldía de la capital vallecaucana y gracias al apoyo de gestores de la comunidad, diariamente brinda alimento a 58.000 personas de diferentes edades que tienen grandes necesidades económicas.En el caso de la Iglesia, la iniciativa se realiza mediante un servicio conocido como “Diaconía del Pan”. Desde el cual no solo brindan alimento material sino también espiritual a personas de escasos recursos.A través de estas acciones, la Arquidiócesis de Cali busca hacer vida la Doctrina Social de la Iglesia. Es así, como el padre Diego Fernando Guzmán, delegado de la pastoral social arquidiocesana, comenta que, hace aproximadamente nueve años, existe una alianza con el Distrito de Cali y los gestores sociales, mediante la cual se ha generado un impacto social importante para mitigar el hambre, un problema de grandes dimensiones en la denominada “Sucursal del Cielo”.“Desde esta acción conjunta logramos que la acción del Evangelio, el amor misericordioso de Jesucristo, la invitación a la fraternidad, a la mano tendida para el más pobre, pues se pueda hacer realidad, se pueda hacer efectiva”, agregó el sacerdote.De ollas a comedores comunitariosLa historia de estos comedores se remonta a 1996 con la creación de la Comisión Arquidiocesana Vida, Justicia y Paz y del Banco de Alimentos, por iniciativa de monseñor Isaías Duarte Cancino. El pastor que abanderó una lucha decidida contra la violencia y la defensa de los derechos humanos. Lucha que, seis años más tarde, le costaría la vida, pues fue asesinado, al parecer, por sus fuertes denuncias en el marco del conflicto armado que afectada a la capital vallecaucana y a muchas otras regiones del país.En el año 2015, la Arquidiócesis y la Alcaldía de Cali firmaron el primer convenio para trabajar por la mitigación del hambre. Con el apoyo de un importante número de laicos que hasta hoy desempeñan labores de gestores, pusieron en funcionamiento 46 espacios denominados “ollas comunitarias”, a través de los cuales alimentaban a cerca de 6.000 personas.En dichas “ollas” se unían diferentes familias, lideradas en su mayoría por las mujeres, para cocinar y compartir grandes cantidades de alimento como medio de supervivencia, debido a la difícil situación económica y la enorme ola de violencia que golpeada su territorio. En dicha misión, al calor de fogón de leña, prevalecía siempre el sentido por el bien común.Con el pasar de los años la iniciativa se fue fortaleciendo y permitió pasar “de las ollas”, a la creación de un programa más integral de comedores comunitarios. Desde él, ya no solo buscan brindar alimento material sino también alimento espiritual y acompañamiento psicosocial a las personas beneficiadas. Además, han logrado crear huertas comunitarias y apoyar emprendimientos locales, entre ellos, de pequeños productores, favoreciendo así el desarrollo y empoderamiento de las comunidades.Conozca más detalles ingresando aquí.
![](https://cec.org.co/sites/default/files/2024-06/19-Iglesia-en-Boyaca-atencion-y-prevencion-de-abusos-cultura-del-cuidado.jpg)
Jue 20 Jun 2024
Iglesia en Boyacá recibió formación en atención y prevención de abusos: casi 800 personas participaron
Entre el 12 y el 14 de junio, Duitama fue sede de las jornadas regionales de capacitación sobre atención y prevención de abusos desarrolladas por la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) en el marco de la iniciativa “Iglesias Seguras y Protectoras”. En esta oportunidad, con obispos, sacerdotes, seminaristas, religiosas y laicos de la Provincia Eclesiástica de Tunja. De manera especial, de las cuatro jurisdicciones de Boyacá: la Arquidiócesis de Tunja y las diócesis de Duitama-Sogamoso, Garagoa y Chiquinquirá.Cerca de 800 personas de zonas urbanas y rurales del departamento acudieron a esta convocatoria, liderada por los obispos y los miembros de los organismos encargados de la cultura del cuidado en cada una de estas Iglesias particulares . También asistieron algunos representantes de la Diócesis de Yopal, que hace parte de esa provincia.Se trata del cuarto ciclo de formación por provincias eclesiásticas facilitado en lo que va corrido del 2024 por el Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado y el Departamento de Comunicaciones de la CEC, así como por el Presidente del Tribunal Eclesiástico de Bogotá, monseñor Pedro Mercado. En él, se llevaron a cabo conferencias, talleres y diálogos específicos en torno a temáticas como: claves para generar entornos protectores, elementos psicosociales para identificar situaciones de abuso, fundamentos canónicos para la atención y aspectos necesarios para comunicar con enfoque de cuidado y prevención.“Este momento ha sido un paso más, un escalón más, en todo el compromiso que tenemos las diferentes diócesis de esta jurisdicción, en esta cultura del cuidado y ser verdaderas apóstoles de la prevención”, expresó el padre Ricardo Alonso Lache, también de la Diócesis de Garagoa.Sobre el sentido fundamental de la cultura del cuidado y las reflexiones suscitadas durante las jornadas, monseñor Julio Hernando García Peláez, obispo de Garagoa, afirmó: “Se trata de un acto de responsabilidad en lo que es la Iglesia como tal, que debe continuar la obra de Jesús, atendiendo de modo especial a los niños y brindándole a los niños ambientes seguros. Jesús bendecía a los niños. Nosotros estamos para cuidar a los niños y bendecirlos.”Por su parte, el padre Óscar Pinzón, administrador diocesano de Duitama, destacó la necesidad de afianzar cada vez más el trabajo por la cultura del cuidado a nivel provincial, así como los retos que tienen tras esta formación:"Aquí en Boyacá el tema provincial está muy muy arraigado y hemos trabajado de la mano las diócesis vecinas, conformando una suerte de comisión o Delegación Provincial para la Cultura del Cuidado, con la cual nos reunimos mes a mes, hemos preparado también remotamente este encuentro de Iglesias particulares, pero sigue el esfuerzo de ver qué nos hace falta: perfeccionar los decretos con los cuales se crean las comisiones, las oficinas, también de los materiales y de las formas en que en cada diócesis podemos llegar a ser multiplicadores de esta buena noticia".Monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos, arzobispo de Tunja también valoró la actividad como una oportunidad para aclarar dudas y unificar criterios. Además, aprovechó para hacer una invitación especial que permita seguir fortaleciendo el Sistema para la Cultura del Cuidado que ha sido definido por la Iglesia Católica colombiana:"Invitar a todos los que ya han pasado también por esta formación a que demos un paso adelante: que se estabilice en cada una de las jurisdicciones la oficina, como lo ha pedido el papa Francisco "Vos Estis Lux Mundi", que haya un organismo en el cual la gente tenga fácil acceso a todo lo que tiene que ver con denuncias o prevención de este fenómeno, de los abusos de poder, de conciencia y sexuales, que tanto dolor causan en la sociedad y específicamente nuestra Iglesia".Las jornadas finales de este ciclo formativo se están desarrollando entre el 19 y el 21 de junio con las jurisdicciones que conforman la Provincia Eclesiástica de Barranquilla. Así, la Conferencia Episcopal de Colombia clausurará la segunda etapa de este proyecto, que ha sido auspiciado por la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos.Vea a continuación el informe del evento: