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Cúcuta: Inauguran Centro Pastoral de Escucha y Orientación para la Farmacodependencia
Tags: diócesis de Cúcuta centro de escucha farmacodependencia comunicación cristiana de bienes drogadicción Iglesia
En el barrio Santa Lucía, donde funcionaba el Albergue Juvenil San José, la Diócesis de Cúcuta ha establecido el Centro Pastoral de Escucha y Orientación para la Farmacodependencia, gracias a los frutos de la Campaña de Comunicación Cristiana de Bienes (CCCB) 2022, este sitio se remodeló y adecuó para prestar una atención integral (trabajo social, psicología, enfermería y dirección espiritual) a niños, jóvenes y adultos en situación de drogadicción.
El pasado 14 de enero, el obispo de la Diócesis de Cúcuta, monseñor José Libardo Garcés Monsalve, impartió su bendición a estas instalaciones, en donde se ha sembrado la esperanza tanto para quienes padecen la adicción, como para sus familias o personas que viven directamente este drama. Monseñor hizo acotación al lema que acompañó la CCCB: “Estaba perdido y lo hemos encontrado” (Lc 15, 32), explicando que, esta frase de la parábola del ‘hijo pródigo’, “manifiesta la misericordia del padre para levantar y ayudar a su hijo que estaba perdido”.
Asimismo, invitó a todos los fieles, personas de buena voluntad, instituciones públicas y privadas, a vincularse a esta obra, ya que “este Centro lo ponemos al servicio de todos”, por lo que pide el apoyo y colaboración a todos los ciudadanos. “Bienvenidos a esta obra social y de caridad de esta Iglesia Particular, los convoco a que como sociedad cucuteña se unan a ese proyecto y entre todos, caminando juntos, lo saquemos adelante”.
Los servicios del Centro son prestados voluntariamente por profesionales en enfermería, psicología, trabajo social, derecho, y la dirección espiritual, por los sacerdotes de la Diócesis de Cúcuta, en cabeza del padre Víctor Manuel Torrado Quintero, quien es el delegado de la pastoral para las adicciones y farmacodependencia, quien, en este día, expresó su alegría, ya que, al abrir estas puertas, “podemos ayudar y ser parte fundamental en la rehabilitación de tantas personas. Lo que soñamos, hoy se hace realidad y en el corazón del Obispo están cada una de las familias que sufren por sus seres queridos inmersos en la adicción”.
El sacerdote asegura que este es un primer paso, ya que la pastoral tiene en su visión varios sueños más: En palabras del presbítero: 1. Un “centro día”, para aquellos jóvenes que están en situación de calle, para poder ofrecerles un lugar donde cubrir sus necesidades básicas; posteriormente, vincularlos con las terapias de escucha y orientación. 2. Una casa terapéutica, donde las personas con problemas de adicción severos puedan hacer un proceso de rehabilitación. 3. Programa de reinserción y emprendimiento; en lo cual ya puede adelantar, porque la Diócesis de Cúcuta cuenta con la Fundación Pía Autónoma Asilo Andresen, el Centro de Formación Beato Luis Variara y la granja de la Corporación de Servicio Pastoral Social, lugares donde se ofrecen talleres de aprendizaje en varios saberes.
“Son los grandes sueños; y todas las personas nos pueden ayudar materialmente, pero también orar desde sus casas, para que podamos seguir apoyando a nuestros niños, jóvenes y adultos”, concluye el padre Víctor Ordóñez.
Ruta de atención
1. Comunicar su caso a su párroco o comunicarse con la línea de WhatsApp 313 705 0474.
2. Acudir al Centro Pastoral de Escucha y Orientación para la Farmacodependencia (calle 6N #9E-20 barrio Santa Lucía).
3. Escucha y orientación con los sacerdotes.
4. Acompañamiento médico y valoración para la detección temprana en salud.
5. Intervención con equipo interdisciplinario y creación de ruta de atención para la rehabilitación en programa ambulatorio.
6. Orientación y reinserción a una nueva vida productiva a través de los programas de la Diócesis de Cúcuta.
Fuente: Centro de comunicaciones Diócesis de Cúcuta
“Les traigo la paz” (Juan 20, 19.21.26)
Vie 5 Abr 2024
Vie 19 Abr 2024
Obispos eméritos de Colombia se reunieron para generar aportes al trabajo de la Iglesia colombiana y universal con énfasis sinodal
Este 15 y 16 de abril, en la sede de la Conferencia Episcopal de Colombia, se reunieron veinte obispos eméritos del país para desarrollar su encuentro anual. En esta oportunidad, bajo el propósito central de abordar aspectos relacionados con la realidad eclesial y sociopolítica del país, así como para estudiar el documento síntesis de la primera etapa de la asamblea general del sínodo de los obispos, desarrollada en octubre de 2023.Los prelados fueron convocados y acompañados permanentemente por el cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente del episcopado, quien los escuchó y tomó en cuenta sus recomendaciones para el trabajo de la Iglesia colombiana y para hacer eco de ellas en la siguiente fase de la asamblea sinodal. Esto, reconociendo su amplia experiencia y la importancia de los aportes que aún pueden realizar, pese a estar retirados del gobierno pastoral por su edad.El cardenal Jorge Enrique Jiménez Carvajal, arzobispo emérito de Cartagena, quien lideró el espacio, destacó esta oportunidad: “Es bonito sentir las manos extendidas, pero además de la fraternidad, sentir que algo podemos aportar nosotros al caminar de Iglesia colombiana y eso se le debe al señor cardenal Rueda, quien es el presidente de la Conferencia Episcopal y que valora este encuentro y lo manifiesta especialmente, nos anima y está con nosotros todo el tiempo”.A propósito del discernimiento que realizaron sobre la situación actual del país, el cardenal Jiménez remarcó que pese a tantos desafíos y preocupaciones que se viven, la Iglesia está llamada a sembrar esperanza: “la esperanza de que lo que se acerca no es un precipicio, sino que podemos construir verdaderamente una Colombia digna de todos los colombianos, de todos los jóvenes y especialmente de los que están más necesitados”.A continuación, conozca los detalles, narrados por el cardenal Jorge Enrique Jiménez:
Mié 17 Abr 2024
“La historia contará el legado de sus obras”: Cardenal Rueda sobre el Cardenal Pedro Rubiano Sáenz durante su Misa Exequial
Cientos de personas, entre familiares, amigos, obispos, sacerdotes, consagrados, autoridades civiles y militares, así como fieles laicos, participaron en las honras fúnebres del cardenal Pedro Rubiano Sáenz, arzobispo emérito de Bogotá, quien durante tres periodos fungió como presidente del episcopado colombiano. El papa Francisco también se unió a esta despedida a través de una carta que envió al cardenal Luis José Rueda Aparicio, en la que encomendó al purpurado, que ya vive su Pascua, a la Virgen de Rosario de Chiquinquirá y lo reconoció como un pastor que "con su dedicación y trabajo ofreció su vida por el bien de la Iglesia".El primer momento de oración por su Eterno Descanso, se produjo este martes 16 de abril en la capilla del Seminario Conciliar de Bogotá donde los restos mortales del cardenal permanecieron en cámara ardiente. Posteriormente, en la mañana del miércoles, su cuerpo fue trasladado a la Catedral Primada de Colombia. Allí se llevó a cabo la Santa Misa Exequial, que fue presidida por el cardenal Rueda Aparicio y contó con una masiva asistencia.Durante su homilía, el primado de Colombia destacó varios de los roles que ejerció el cardenal Rubiano. Además, se refirió a las ordenaciones de los nueve obispos que celebró durante su episcopado: Alfonso Cabezas Aristizábal, Fernando Sabogal Viana, Octavio Ruiz Arenas, Oscar Urbina Ortega, Daniel Caro Borda, José Roberto Ospina Leongomez, Héctor Epalza Quintero, Francisco Antonio Nieto Súa y José Daniel Falla Robles.“La historia contará, de manera completa, el legado de sus obras. Su misión apostólica será motivo de gratitud del Pueblo fiel de Dios, y su esperanza lo llevará a la casa de Dios nuestro Padre, donde se colmarán todos los anhelos de su vida, que fueron muchas veces expresados en su salmodia: “Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida, espera en el Señor, querido hermano Pedro Rubiano Sáenz, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor. (Salmo 26)”, así concluyó su reflexión el cardenal Luis José Rueda Aparicio.A continuación, vea la homilía completa, compartida por la Oficina de Comunicaciones de la Arquidiócesis de Bogotá:
Lun 15 Abr 2024
La oración: protagonista en la celebración de la Semana Vocacional 2024 en la Iglesia colombiana
El próximo 21 de abril, durante el cuarto domingo de Pascua, la Iglesia Católica Universal celebrará la LXI Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones bajo el lema “Llamados a sembrar la esperanza y a construir la paz”. Esto, en el contexto de la fiesta litúrgica de ‘Jesús, el Buen Pastor’, que trae a la memoria la vida y ministerio de cada uno de los obispos y presbíteros, quienes, mediante la consagración sacramental, se han configurado con Jesucristo, en cuanto cabeza y pastor de la Iglesia, y reciben como don una potestad espiritual, que es participación de la autoridad con la cual Jesucristo, guía la Iglesia.Bajo el propósito de profundizar en la importancia de esta celebración, la Conferencia Episcopal de Colombia anima la celebración de la Semana Vocacional 2024 entre el 14 y el 21 de abril. Para ello, la Comisión Episcopal de Ministerios Ordenados y el Equipo de Apoyo de la Pastoral Vocacional, han desarrollado un documento guía que propone una metodología especial y momentos espirituales concretos a vivir. En esta ocasión, en línea con lo referido por el papa Francisco en su mensaje y con miras al Año Jubilar 2025, dicho insumo tiene como tema transversal la oración."Esta Jornada está dedicada a la oración para invocar del Padre, en particular, el don de vocaciones santas para la edificación de su Reino: «Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha» (Lc 10,2). Y la oración —lo sabemos— se hace más con la escucha que con palabras dirigidas a Dios. El Señor habla a nuestro corazón y quiere encontrarlo disponible, sincero y generoso. Su Palabra se ha hecho carne en Jesucristo, que nos revela y nos comunica plenamente la voluntad del Padre", afirma el pontífice en dicho mensaje.Por su parte, el padre Manuel Hernando Vega León, director de los Departamentos de Ministerios Ordenados y Vida Consagrada del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano, refiere en el documento que la oración es una acción inherente a la tarea y discernimiento vocacional. “No es que la oración tenga ese fin, ni mucho menos que en ella recibamos respuestas inmediatas a nuestros interrogantes; al contrario, toda experiencia de oración si es vivida en silencio interior y exterior, en la profundidad de un encuentro personal con el Señor, conlleva un ejercicio de discernimiento, porque pone la realidad de la propia vida en contacto con el querer de Dios”, explica.De acuerdo con el padre Vega, la oración que acompaña este discernimiento vocacional tiene algunos rasgos particulares que enriquecen la respuesta vocacional. Entre ellos destaca:⎯ “La oración siempre ha de estar centrada en la Palabra de Dios, puesto que la oración nos exige la escucha de la Palabra del Señor, en ella descubrimos la voluntad de Dios y los grandes valores y criterios del Evangelio que nutren la vida cristiana y sin duda la vocación de especial consagración.⎯ La oración se realiza desde la propia realidad, en ella ponemos la verdad de nuestra vida, sin apariencias, ni ocultamientos, con el deseo de dejarnos trasformar por la verdad del Evangelio, en la aceptación de nuestras propias limitaciones y el trabajo decidido para hacer que, en el silencio de la oración surjan los signos de madurez que se requieren en el servicio a Dios y a su Iglesia.⎯ La oración no es egoísta, ni aislada, tiene un profundo sentido comunitario, eclesial, en la oración nos ponemos en el mundo y al servicio de él, en la oración nos hacemos puentes entre Dios y las realidades de los hombres, es en este rasgo que surgen las motivaciones de servicio y entrega a los demás.⎯ La oración ayuda a definir las capacidades y la generosidad, exigidas para optar por el seguimiento de Cristo, casto, pobre y obediente y configurar el corazón con Él, en el ministerio ordenado o la vida consagrada en los diversos carismas que el Espíritu da a la Iglesia”.
Lun 15 Abr 2024
Falleció el Cardenal Pedro Rubiano Sáenz
En la mañana de este lunes, 15 de abril, a sus 91 años de edad, falleció en la ciudad de Bogotá, el cardenal Pedro Rubiano Sáenz, arzobispo emérito de Bogotá. El purpurado fungió como presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) durante tres periodos (1990 – 1993; 1993-1996; 2002-2005) y sirvió a la Iglesia durante casi 68 años de vida sacerdotal. Fue creado Cardenal Diácono de la Iglesia Católica Universal en el Consistorio del 21 de febrero de 2001 en el pontificado del papa Juan Pablo II.Entre sus múltiples roles destacados, el cardenal fue vicepresidente de la Comisión Católica Internacional de Migraciones y Refugiados en Ginebra desde 1983 hasta 1989.De manera especial, el 4 de agosto de 1995, el cardenal Rubiano Sáenz fundó la Comisión de Conciliación Nacional bajo el propósito de poner al servicio del país, una instancia social y políticamente diversa que ayudara a buscar soluciones políticas al conflicto armado colombiano, acompañar los esfuerzos de paz y establecer escenarios de confianza para el encuentro con diversos actores.Los restos mortales del señor cardenal Pedro Rubiano Sáenz estarán en cámara ardiente, a partir del martes 16 de abril, de 9 de la mañana a 5 de la tarde, en el Seminario Mayor de San José de la Arquidiócesis de Bogotá ubicado en la carrera 7 No. 93A – 50. Las exequias se llevarán a cabo el día miércoles, 17 de abril, a las 10 de la mañana, en la Catedral Primada de Bogotá.A través de un comunicado, la presidencia de la CEC, ha invitado al pueblo colombiano a unirse en oración por su Pascua.Además, a través de un videomensaje y en nombre de los demás obispos del país, el cardenal Lui José Rueda ha destacado la obra y misión del cardenal Pedro Rubiano:BiografíaEl Eminentísimo Señor Cardenal Pedro Rubiano Sáenz, nació el 13 de septiembre de 1932 en Cartago (Valle del Cauca).Realizó sus estudios de primaria en el Colegio de María Auxiliadora - Madres Franciscanas de Cartago y en el Colegio Ramírez, dirigido por Miguel A. Ramírez Cartago.El primer año de Bachillerato lo realizó en el Colegio Diocesano de Santa Teresita, Bitaco, dirigido por el Padre Alejandro Cardona Fontal. Los demás años de Bachillerato los cursó en el Seminario Menor de Cali y el Seminario Menor de Popayán.Inició los estudios de filosofía en el Seminario Mayor de Popayán y los de teología en la Universidad de Laval en Quebec (Canadá). En esta misma Universidad obtuvo la licenciatura en Sagrada Teología, posteriormente efectuó estudios de Ciencias Sociales y Doctrina Social de la Iglesia en el Instituto de Estudios Sociales de Santiago de Chile (ILADES).Recibió la ordenación Sacerdotal de manos del Excelentísimo Monseñor Julio Caicedo y Téllez, el 8 de julio de 1956 en la Capilla del Seminario de San Pedro en Cali.En el ejercicio del ministerio sacerdotal ha desempeñado los siguientes oficios:-Vicario Cooperador de la Parroquia de San Fernando Rey.- Capellán de la Escuela de Aviación Militar Marco Fidel Suárez.- Fundador de la Parroquia de San Pedro Claver, en el barrio la Independencia en Cali.- Fundador y Párroco de la Parroquia de Nuestra Señora de la Providencia, en Cali.- Tesorero y Vicario de Pastoral de la Arquidiócesis de Cali.- Profesor y capellán en el Colegio de Santa Librada.- Asistente espiritual en el Colegio Luis Camacho Perea en Cali.- Miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social. Fue Presidente de la misma Comisión del 17 de septiembre de 1975 al 1° de junio de 1981.-Vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Colombia en el período de 1987 a 1990.-Vicepresidente de la Comisión Católica Internacional de Migraciones y Refugiados en Ginebra de 1983 a 1989.- Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, primer período de 1990 a 1993 y reelegido para el período de 1993 a 1996.- Fue elegido nuevamente en julio de 2002, Presidente de la Conferencia Episcopal para el período 2002 – 2005.- Presidente de la Comisión de Conciliación Nacional.Fue preconizado Obispo de Cúcuta el 3 de junio de 1971, por el Papa Pablo VI. Recibió la ordenación Episcopal en la Catedral de Cali el 11 de junio de 1971, de Su Excelencia Angelo Palmas, Nuncio Apostólico en Colombia. Fue Obispo de Cúcuta hasta el 26 de marzo de 1983.Nombrado Arzobispo Coadjutor de Cali con derecho a sucesión por el Papa Juan Pablo II el 26 de marzo de 1983.Arzobispo Metropolitano de Cali desde el 7 de febrero de 1985, por sucesión, por renuncia de Monseñor Alberto Uribe Urdaneta. Recibió el Palio Arzobispal, de manos del Excelentísimo Señor Angelo Acerbi, Nuncio Apostólico en Colombia, el 26 de enero de 1986 en la Catedral de Cali.Fue Administrador Apostólico de Popayán del 22 de abril de 1990 hasta el 25 de enero de 1991.Trasladado a la Arquidiócesis de Bogotá el 27 de diciembre de 1994 y tomó posesión de la Sede Primada de Colombia el 11 de febrero de 1995.En el Consistorio del 21 de febrero de 2001 fue creado Cardenal Diácono de la Santa Iglesia Católica.El Santo Padre le aceptó la renuncia al gobierno pastoral de la Arquidiócesis de Bogotá, el día 8 de julio de 2010.