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Diócesis de Duitama-Sogamoso: Por primera vez un sacerdote será administrador de su jurisdicción
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"No miro que sea la persona de Oscar Iván, sino que la Nunciatura y la Conferencia Episcopal de Colombia han tenido a bien que sea un sacerdote diocesano y eso denota una madurez en el caminar de nuestra iglesia particular".
Tras la designación recibida el pasado 03 de marzo por parte del Colegio de Consultores, el padre Óscar Iván Pinzón Bonilla, quien se venía desempeñando desde el 20 enero del 2020 como Vicario de Pastoral de esa jurisdicción ubicada en el departamento de Boyacá, proyecta desde ya los tres enfoques centrales que se propondrá liderar en su nueva misión: Mantener la atención en el trabajo pastoral con enfoque en el Sistema Integral de la Nueva Evangelización; impulsar procesos de escucha activa al clero diocesano en modo sinodal; y salir a callejear la fe en el territorio de la jurisdicción con especial atención en los jóvenes.
La elección del padre Pinzón Bonilla representa un hecho histórico para esa iglesia particular erigida el 07 de marzo de 1955, pues es la primera vez que este órgano colegiado designa un Administrador Diocesano para regirla temporalmente. Esto, luego que esa sede quedara vacante tras el nombramiento y la reciente posesión de monseñor Misael Vacca Ramírez (anterior obispo) como nuevo Arzobispo de Villavicencio.
El presbítero, nacido el 31 de julio de 1985 en el municipio de Duitama, fue ordenado sacerdote el 10 diciembre 2011, tras cursar sus estudios filosóficos y teológicos en el Seminario Mayor Arquidiocesano de Bucaramanga y una Licencia en Teología Pastoral de la Pontificia Universidad Lateranense en Roma (Italia). Desde entonces ha desempeñado diferentes oficios pastorales, entre ellos: Vicario Parroquial Parroquia Catedral de Duitama, Párroco de la Parroquia Nuestra Señora de Chiquinquirá en Labranzagrande, Párroco de la Parroquia Nuestra Señora de Monguí, Delegado de la Pastoral Familiar y Vicario de Pastoral Diocesano.
A propósito de su nueva misión, en entrevista con el Departamento de Comunicaciones de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), el sacerdote manifestó su sorpresa, gratitud y alegría ante este encargo, pero también compartió los desafíos y expectativas que desde ya prevé alrededor de ella, siendo enfático en que se tratará de un trabajo en espíritu de comunión con sus hermanos sacerdotes.
Pregunta: ¿Cómo recibe esta noticia y qué retos desde ya le significa frente al momento actual que vive Iglesia?
Respuesta: “Como parte del clero diocesano, estoy muy contento, porque no miro que sea la persona de Oscar Iván, sino que la Nunciatura y la Conferencia Episcopal de Colombia han tenido a bien que sea un sacerdote diocesano y eso denota una madurez en el caminar de nuestra iglesia particular. Ya cumplimos esta semana 68 años de la creación de la Diócesis y aproximándose el cumpleaños 70, para nosotros esto es un signo de confianza muy lindo con el clero. También hay que resaltar que así haya un responsable, un solo administrador, de fondo está el Colegio de Consultores, de los presbíteros, o sea que las decisiones son colegiadas, ese un respaldo muy lindo y habla de la eclesialidad y de la comunión que habrá allí.
Con respecto a mí, el que los sacerdotes, mis hermanos presbíteros, me hayan designado, habla de una gran responsabilidad y lo que estoy tratando de hacer es una lectura de fe, una lectura creyente de un llamado que Dios me hace (…) El sí que yo di ante el Colegio de Consultores y la profesión de fe que yo hice, la hice en consonancia con el sí del día de mi ordenación, es decir, no hay discontinuidad entre una cosa y la otra.
El momento actual no es sencillo (…) A nosotros nos ha tocado vivir un momento de purificación, de tratar de “espabilarnos” de cierto relajamiento en cuestiones disciplinarias, de oración (…) Pienso que a esto responderemos solamente con la fidelidad al espíritu de Dios; no me siento solo ni que esté siendo objeto de crítica, sino mas bien con un deseo de responder con total honestidad y lealtad a un encargo que Dios ha hecho al clero de la Diócesis y en el que estoy yo en primera persona”.
Pregunta: ¿Cuáles serán principales enfoques del trabajo pastoral que liderará usted en este nuevo encargo?
Respuesta: “Son tres los frentes, todos se relacionan: Primero, mantener la atención del trabajo pastoral, haciendo lo que hemos venido haciendo en nuestro Sistema Integral de Nueva Evangelización, que es una opción que ya la diócesis hizo hace mas de 7 años y que ha dado frutos, ha dado resultados; lo hemos evaluado y hemos renovado esa opción de trabajo. Hay que animarnos, es el principal reto, animarnos a seguir entusiasmados para trabajar por la nueva evangelización.
El segundo, al interior del presbiterio, me interesa mucho que, en espíritu sinodal, haya una escucha activa, atenta, honesta, sincera pero también con mucha valentía, sobre todo a los sacerdotes; pienso que el presbiterio necesita ser escuchado, para animarnos a trabajar, para animarnos en la misión; solamente si nosotros partimos de la base de la escucha, podremos proyectarnos en la misión.
Tercero, cito al Papa Francisco: “Callejear la fe”. Como vicario de pastoral a finales de enero le dije al presbiterio de la diócesis: “Quiero que vayamos juntos a visitar casas, a visitar colegios, a confesar a los jóvenes; a mostrarles que la inquietud vocacional, que la vida vocacional, que la vida al seguimiento de Cristo, que los valores del Evangelio, son sumamente importantes para la sociedad actual, pero eso tenemos que hacerlo no tanto en el templo parroquial, sino saliendo, descentralizando la parroquia, yendo a los sectores y, sobre todo, a los colegios”".
Cuaresma: un camino de fe en comunidad
Jue 7 Mar 2024
Conversión pastoral para ir en salida misionera
Mié 21 Feb 2024
Dom 24 Mar 2024
Semana Santa 2024: obispos piden reflexionar sobre la necesidad de la escucha y el diálogo en Colombia
En el marco de la Semana Santa 2024, los obispos envían un mensaje especial al pueblo colombiano. En él, los prelados invitan a que, en medio de los múltiples desafíos sociales que enfrenta el país, se aproveche este tiempo para profundizar sobre el aporte que debe dar cada quien en el camino hacia la construcción de una nación, en la que se aseguren todos los valores humanos de la vida, la dignidad y la fraternidad. Para ello, piden poner al centro la necesidad de escucha y el diálogo."Los desafíos que surgen, una y otra vez, como resultado de la fuerza de la violencia que tiende a escalar, merecen todo el rechazo de la sociedad en su conjunto y la toma de medidas necesarias, para garantizar la convivencia y los derechos humanos personales y comunitarios. Al mismo tiempo, esos hechos no nos pueden vencer imponiendo un camino diferente al del diálogo y a centrar la palabra, como la mejor y más poderosa herramienta para superar los conflictos sociales, políticos, comunitarios y familiares", expresan en el comunicado.Además, a "quienes han emprendido el camino del diálogo político o social para superar conflictos históricos", los animan a continuar delante, "asumiendo el gran mensaje histórico de la Pascua: Cristo vence a la muerte; y en Él, el amor aniquila al odio y la paz deja sin armas a la violencia".
Vie 22 Mar 2024
Obispos de Colombia, Costa Rica y Panamá definen estrategias pastorales conjuntas y piden compromiso total con las personas migrantes
Este viernes, 22 de marzo, en Ciudad de Panamá, finalizó el encuentro de obispos y agentes pastorales de Colombia, Costa Rica y Panamá. Diferentes propuestas de trabajo pastoral con enfoque regional surgieron en este espacio animado por el Vaticano a través del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral. Entre ellos: formación de agentes pastorales en temas de movilidad humana, transversalización de la realidad de la movilidad humana en los planes de pastoral diocesanos, concientización con miembros de la Iglesia sobre el deber cristiano de acoger, proteger, promover e integra a estos hermanos; estrategias de información a personas que consideren migrar por rutas irregulares sobre los riesgos a los que se exponen, e incidencia social y política en favor de la protección de sus derechos humanos y garantías para su desarrollo. Todo, a la luz del Evangelio y guiados por la Doctrina Social de la Iglesia.Conscientes que esta realidad supera a la Iglesia, ratificaron también la necesidad de articularse con otros actores e instituciones que trabajen por el bienestar de las personas migrantes y refugiadas. Esto, permitirá potenciar la misión y evitar la duplicación de esfuerzos o recursos.Aunque la asistencia humanitaria que brinda la Iglesia en diferentes centros de acogida, parroquias, carpas humanitarias, comunidades y programas es fundamental, como medida de urgencia o transitoria, los pastores están convencidos que su misión debe trascender a procesos que construyan a largo plazo y que propendan por una búsqueda de justicia para estas personas que, en la mayoría de los casos, se ven obligadas a dejar su hogar y a exponerse a todo tipo de vulneración, abusos e incluso, a circunstancias mortales. Esto, durante las tres etapas del flujo migratorio: origen, tránsito y destino.Los cerca de 30 asistentes también reafirmaron que deben fortalecer su lucha contra la indiferencia y la cultura del descarte, incluso, dentro de la misma Iglesia, tal y como ha pedido el papa Francisco, quien se hizo presente en este encuentro a través de dos mensajes: uno que envió a los participantes animándolos en el trabajo y otro, a las personas migrantes de tránsito en el campamento de Lajas Blancas en el Darién, lugar que visitaron este miércoles para corroborar la difícil situación y llevarles la esperanza de Cristo a través de la oración.Otras estrategias de implementación interdiocesano e intereclesial, con enfoque espiritual, investigativo, formativo y psicosocial, también surgieron en el espacio. Están convencidos que esta situación requiere un abordaje sinodal. Por ello, también propusieron la creación de una comisión que de alcance y seguimiento al trabajo proyectado en el encuentro.“Un «tapón» de inhumanidad”Al cierre, los obispos hicieron una contundente declaración, firmada también por el cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, en la remarcan la tragedia que viven miles de personas diariamente en su paso por la selva del Darién, calificándola como “un«tapón» de inhumanidad por las condiciones de vulnerabilidad y muerte a la que se enfrentan hombres, mujeres, jóvenes, niñas y niños”. Recuerdan que constantemente mueren personas por diversas causas naturales o de abuso humano, cuyos cuerpos no son rescatados.Los pastores afirman en su mensaje que esta es una realidad dolorosa que interpela y compromete a todos. Recordando que todos somos migrantes y peregrinos, durante la rueda de prensa de socialización del mensaje final, monseñor Mario de Jesús Álvarez Gómez, obispo de la Diócesis de Istmina-Tadó, aprovechó para hacer un llamado a sacerdotes, religiosas y religiosos para que sean conscientes de su tarea ante esta situación y ayuden generar esa misma conciencia entre las comunidades, aunque no se encuentren en lugares con alto flujo migratorio.En la declaración, los obispos piden construir un continente latinoamericano y caribeño cada vez más humano, equitativo, cordial y hospitalario.“En línea con las reuniones de Obispos de Pasto, San Salvador y Cúcuta, nos unimos al grito de la Iglesia continental que ha reconocido que hoy, diez millones de latinoamericanos y caribeños viven en un país que no es donde nacieron. La migración forzada afecta a millones de personas, pero, de modo particular, a las más vulnerables: cada vez más tiene cara de mujer y de niño. Estamos ante un proceso de degradación de la vida. Los migrantes en su recorrido son víctimas de estructuras y grupos criminales, hasta de carácter transnacional, que hacen de la desesperación de nuestros hermanos su negocio y profanan la dignidad de hombres y mujeres a través de la trata de personas y muchas otras prácticas que ofenden, indignan y avergüenzan. Esta realidad es un desafío para las comunidades eclesiales en los lugares de partida, de paso y de acogida” .A continuación, vea el informe audiovisual con los hechos más destacados:Descargue aquí la declaración final
Jue 21 Mar 2024
Obispos visitaron a migrantes en el Darién y les llevaron un mensaje del papa Francisco
En el marco del encuentro multilateral que adelantan por estos días las Iglesias de Colombia, Costa Rica y Panamá, los obispos y agentes pastorales participantes, junto a representantes del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano, se desplazaron este miércoles, 20 de marzo, hacia el Vicariato Apostólico del Darién. El punto de llegada principal fue el campamento de Lajas Blancas, ubicado a cerca de cinco horas de Ciudad de Panamá, vía terrestre.Lajas Blancas es la segunda parada que realizan las personas migrantes tras haber sobrevivido a su paso por el temido Tapón del Darién. Estando allí, quedan a la espera de poder conseguir 60 dólares para pagar por un cupo en un bus que los traslade a la frontera con Costa Rica y así, continuar su camino hacia el Norte, generalmente con Estados Unidos como destino final.En este campamento, los representantes de la Iglesia dialogaron, oraron y dieron la bendición a algunos de los migrantes. Además, les llevaron un mensaje especial del papa Francisco. En él, el Santo Padre les expresa su cercanía y les pide que “no se olviden de su dignidad humana, que no tengan miedo de mirar a los ojos porque no son un descarte, sino que también forman parte de la familia humana y de la familia de los hijos de Dios”. Estando en la zona también visitaron el campamento de San Vicente. Allí entregaron kits de aseo y algunos detalles para los niños. El padre Leonidas Moreno, administrador diocesano de Apartadó, jurisdicción a la que toca directamente esta realidad en Colombia, encontró también aquí el rostro del dolor que, en repetidas ocasiones ha tenido que ver en Necoclí, Turbo y poblaciones vecinas, pero también, la crudeza de saber que hay quienes se aprovechan de la situación de los migrantes para hacer negocios de todo tipo. El sacerdote califica esta realidad como una tragedia y a los migrantes, seres humanos que hay que atender y acoger.Aunque el acompañamiento de agentes pastorales en la zona es frecuente, en esta visita, la mayoría de los obispos, por primera vez, vieron de frente la difícil realidad que padecen diariamente cientos de migrantes en su paso por el corredor que conecta a los tres países y que, desde 2015, es escenario de una crisis humanitaria de grandes proporciones.Haití, Ecuador, Chile, Cuba, Nepal, Bangladesh, Pakistán, China y, por supuesto, Venezuela, son solo algunos de los lugares de los que provienen hombres, mujeres y niños en busca de mejores condiciones de vida, un sueño que, a veces, resulta opacado por el dolor, e incluso, la muerte. Uno de los aspectos que más preocupa es el aumento considerable en el número de menores que transitan por esta zona, muchas veces, solos.Según datos de las autoridades de migración de Panamá, a finales de 2023, la totalidad de migrantes que se desplazaron a través del Tapón del Darién alcanzó 520.085, de los cuales, cerca de 120.000 fueron menores de edad, lo que ha representado un incremento de 109% con respecto al 2022. En lo que va corrido del 2024, este flujo ha seguido aumentando, situación que agravaría aún más la crisis. Una realidad que confronta y que duele, pero que también impulsa a la Iglesia a seguir trabajando de manera conjunta y activa bajo esta misión. Así lo indicó el padre Rafael Castillo Torres, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social-Cáritas colombiana.Tras esta visita, los participantes del encuentro continuarán este jueves en Ciudad de Panamá analizando el fenómeno de la migración y la atención que hasta hoy ha brindado la Iglesia. El turno será para los representantes de las pastorales sociales y de movilidad humana de los tres países. El padre Rafael Castillo presentará los datos de Colombia. Monseñor Mario de Jesús Álvarez también intervendrá abordando la realidad de Istmina-Tadó y el padre Leonidas Moreno, narrará lo que se vive en el Urabá chocoano y antioqueño.A continuación, vea informe audiovisual con más detalles:
Jue 21 Mar 2024
El papa Francisco designa obispo para la Diócesis de Girardota: el padre Juan Manuel Toro Vallejo
El papa Francisco nombró al padre Juan Manuel Toro Vallejo, miembro del clero de la Diócesis de Sonsón-Rionegro, como nuevo obispo de la Diócesis de Girardota. Así lo dio a conocer la Nunciatura Apostólica en Colombia a primera hora de este jueves 21 de marzo.Esta jurisdicción eclesiástica ubicada en el departamento de Antioquia venía siendo pastoreada desde el año 2010 por monseñor Guillermo Orozco Montoya, quien, al haber cumplido los 77 años de edad, pasará a ser emérito.El padre Juan Manuel nació en Medellín el 9 de mayo de 1959. Después de cursar estudios en la Escuela Superior de Mercadotecnia, ingresó al Seminario Cristo Sacerdote ubicado en el municipio de La Ceja, Antioquia. El 3 de noviembre de 1995 fue ordenado presbítero para la Diócesis de Sonsón-Rionegro.Entre los roles desempeñados durante su ministerio, con un especial énfasis en la formación de futuros ministros ordenados, se destacan:− 1996-1997 Formador del Seminario Intermisional “San Luis Beltrán”, Bogotá− 1998-1999 Formador del Seminario “Cristo Sacerdote”, Yarumal− 1999-2000 Rector del Colegio “Mons. Alfonso Uribe Jaramillo”, Rionegro− 2001-2003 Formador del Seminario “San Pedro Apóstol”, Cali− 2003-2004 Estudios de Espiritualidad con la Compañía de S. Sulpicio, Montreal, Canadá− 2005-2007 Formador del Seminario Diocesano “Nuestra Señora”, de Sonsón – Rionegro.− 2008-2009 Rector del Seminario Diocesano “Nuestra Señora”, de Sonsón – Rionegro− 2010-2017 Rector del Seminario Intermisional “San Luis Beltrán”, Bogotá− 2018-2020 Servicio en la “Pastoral Sacerdotal Diocesana”, La Ceja− 2020-a la Fecha Director de la Asociación Sacerdotal “Siervos del Espíritu Santo”