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“Vinimos a compartirle al Santo Padre los grandes dolores y desafíos de Colombia”
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Luego de la audiencia con el Papa Francisco en el Vaticano, la presidencia de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), dialogó con Radio Vaticana - Vatican News, donde contaron algunos detalles de este encuentro. Algunos de los temas abordados con el santo Padre fueron: Realidad de la Iglesia en Colombia (el proceso sinodal); en lo social: la pobreza e inequidad, la violencia, el narcotráfico, la insurgencia, entre otros
La delegación que se reunió con el santo Padre, estuvo compuesta por el arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), monseñor Luis José Rueda Aparicio; el arzobispo de Popayán y vicepresidente de la CEC, monseñor Ómar Sánchez Cubillos; y obispo auxiliar de Bogotá y secretario general de la CEC, monseñor Luis Manuel Alí Herrera.
Lea aquí la entrevista completa ⬇️
Obispos de Colombia al Papa: La paz ahora no es un propósito nacional
El encuentro del Santo Padre con los obispos de la presidencia de la Conferencia episcopal de Colombia recorrió, en 40 minutos, los “grandes dolores y desafíos” de un país que suma esfuerzos por la paz. Una conversación serena y sincera donde recibieron del Papa algunas claves para continuar el camino sinodal.
“Vinimos a compartirle al Santo Padre los grandes dolores y desafíos de Colombia”. Así lo expresaron los obispos de la presidencia de la Conferencia episcopal de Colombia a Vatican News, tras la audiencia de este jueves, 24 de marzo, con el Papa Francisco.
Y es que no se puede hablar de Colombia sin hablar de reconciliación y de paz, de los más de 50 años de conflictos armados, de narcotráfico, desplazamientos forzados, inequidad y muerte, pero tampoco se pueden ignorar las riquezas de un pueblo que van desde su cultura hasta una profesión de fe, mayoritariamente católica, y que no abandona la esperanza y lucha por una mejor calidad de vida y dignidad humana.
Todos estos han sido temas tratados en los 40 minutos que duró el encuentro del Pontífice con monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia episcopal de Colombia (CEC); el vicepresidente, monseñor Omar Sánchez Cubillos, arzobispo de Popayán, y monseñor Luis Alí Herrera, auxiliar de Bogotá y secretario de la CEC. Una conversación “abierta, serena y sincera” coincidieron los prelados donde se habló de evangelización y sinodalidad y la difícil realidad nacional con sus luces y sombras.
La razón de ser de la Iglesia
“Es una oportunidad maravillosa poder encontrarnos con el Santo Padre para hablar de lo central, de la razón de ser de la Iglesia católica en todo el mundo, que es la evangelización”, comenta monseñor Rueda, al destacar que el proceso sinodal, el espíritu sinodal, ha sido el primer tema tratado con Francisco. En especial, los obispos colombianos agradecieron la clave que el Pontífice ha propuesto a la Iglesia para “tratar de entendernos primero como pueblo de Dios y luego, como pueblo de Dios en camino”.
En este sentido, el arzobispo de Bogotá confirmó que el camino sinodal ha sido asumido en cada una de las jurisdicciones eclesiásticas, donde se ha realizado una profunda consulta sinodal y se ha podido dialogar con distintos sectores humanos, las academias, los líderes sociales, los indígenas, los afroamericanos, niños, jóvenes y movimientos apostólicos. Sin embargo, el prelado insistió en la necesidad de que el Sínodo y la sinodalidad no se conviertan en una frase, sino en “una actitud, una manera de ser Iglesia, una manera de ser pueblo de Dios”.
La importancia de la I Asamblea Eclesial Latinoamericana, en noviembre, que ha avanzado paralelamente con el camino sinodal, también fue tema de conversación con el Pontífice. Y al respecto, el presidente de la CEC destacó que “desde hace muchos años, motivados por el CELAM (Consejo episcopal latinoamericano) y por el Concilio Vaticano II, la Iglesia latinoamericana “ha aprendido a ser pueblo de Dios y en esto llevamos un avance y sensibilidad mayor de sinodalidad”, agregó, con respeto a otras iglesias.
Inequidad y pobreza escandalosas
“Por supuesto que Colombia tiene avances, tiene cosas positivas, ha hecho evoluciones en todos los campos incluso, en lo social, hay un gran sentido de solidaridad, por ejemplo, con la cuestión de la migración, pero tenemos grandes dolores, grandes desafíos que compartimos con el Santo Padre”. Éstas las palabras de monseñor Sánchez, al dividir estos retos en tres grandes grupos: la inequidad, la pobreza y la ilegalidad.
El “abismo enorme” en temas de inequidad y pobreza en Colombia fue ilustrado por el arzobispo de Popayán con cifras: Cerca de 7 millones de personas viven en pobreza absoluta y 21 millones de personas, según las últimas estadísticas, pasan hambre: “En la grande plataforma económica que tiene el país, no se logra integrar a tantos pobres. Hay una pobreza muy distante de los grandes capitales, y eso escandaliza, esa brecha duele y la compartimos con el Santo Padre”.
En este contexto, el vicepresidente de la CEC subrayó que esta situación ha provocado reclamaciones sociales, de derechos sociales, por parte de esa pobreza que “ya no guarda silencio” y que se ha traducido en manifestaciones, paros, y protestas que son la expresión del “dolor que está en la estructura del país”.
Narcotráfico, insurgencia e ilegalidad
El tema de la ilegalidad y también de “esa legalidad” que, de alguna manera, se mueve a partir de la ilegalidad, la producción de coca y de otros cultivos de uso ilícito y su consecuencia directa, el narcotráfico, también fueron tocados en el encuentro con Francisco.
“Colombia está atrapada en una herradura”, explica monseñor Sánchez al hablar de los territorios que en Colombia engloban el negocio del cultivo, el tráfico y la violencia armada por su dominio y control. “Ahí, la maquinaria de guerra se fortalece con esos capitales y, por supuesto, ahí también hay muchas víctimas, hay reclutamiento forzado, ahí hay temas muy graves de asesinatos por temas políticos, por temas de Derechos Humanos, por temas de reclamación de territorios, temas ambientales, en fin, digamos que esa es una amenaza muy grande para el país.
Violencia: Una pandemia que no quiere irse de Colombia
“La apuesta de paz en el país se ha ido a la sombra, ha bajado en el marco de interés nacional, nos hemos resignado al conflicto”. Con estas palabras describe el arzobispo de Popayán el tema de la reconciliación y la paz que tanto preocupa al Papa Francisco. Tras hablar de los acuerdos de desmovilización de una de las guerrillas (FARC) en La Habana, el prelado colombiano, afirma que sus débiles resultados han impedido un “verdadero clima de paz”, que “lo haya saboreado la sociedad civil y lo haya valorado como para querer continuar en esa batalla.
“Digamos que la paz ahora no es un propósito nacional. Digamos que los colombianos, los grupos que lideran lo político, no consideran que la paz sea una variable determinante”, enfatizó el arzobispo de Popayán, no sin antes manifestar que espera que las “nuevas contiendas electorales le den un poco más de proyección a estos grandes temas”.
Se acerca la beatificación de la Madre Berenice
Monseñor Luis Manuel Alí Herrera, obispo auxiliar de la arquidiócesis de Bogotá y secretario general de la CEC comentó a Vatican News los diversos encuentros que ha tenido la presidencia de la CEC en su paso por los dicasterios de la Santa Sede. En particular, mencionó la visita a Propaganda Fide, con el cardenal Luis Antonio Tagle, a quien presentaron la situación de los nueve vicariatos apostólicos del país y de algunas diócesis que, a pesar de ser territorios muy pobres, “hacen un trabajo evangelizador y misionero muy importante”. De igual manera, la Comisión para América Latina y la Congregación para la Causa de los Santos, fueron también dos importantes visitas.
“Hicimos como una lista de nuestros datos y de todas aquellas personas que están en proceso de beatificación y de canonización. La próxima será la madre Berenice, una mujer muy santa que hizo un trabajo apostólico hermoso y es la madre de todas las Hermanas de la Anunciación que, en Colombia y en tantas regiones de Latinoamérica, tienen una extensión evangelizadora muy importante”.
Fuente: Radio Vaticana | Vatican News
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Obispos de Colombia, Costa Rica y Panamá definen estrategias pastorales conjuntas y piden compromiso total con las personas migrantes
Este viernes, 22 de marzo, en Ciudad de Panamá, finalizó el encuentro de obispos y agentes pastorales de Colombia, Costa Rica y Panamá. Diferentes propuestas de trabajo pastoral con enfoque regional surgieron en este espacio animado por el Vaticano a través del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral. Entre ellos: formación de agentes pastorales en temas de movilidad humana, transversalización de la realidad de la movilidad humana en los planes de pastoral diocesanos, concientización con miembros de la Iglesia sobre el deber cristiano de acoger, proteger, promover e integra a estos hermanos; estrategias de información a personas que consideren migrar por rutas irregulares sobre los riesgos a los que se exponen, e incidencia social y política en favor de la protección de sus derechos humanos y garantías para su desarrollo. Todo, a la luz del Evangelio y guiados por la Doctrina Social de la Iglesia.Conscientes que esta realidad supera a la Iglesia, ratificaron también la necesidad de articularse con otros actores e instituciones que trabajen por el bienestar de las personas migrantes y refugiadas. Esto, permitirá potenciar la misión y evitar la duplicación de esfuerzos o recursos.Aunque la asistencia humanitaria que brinda la Iglesia en diferentes centros de acogida, parroquias, carpas humanitarias, comunidades y programas es fundamental, como medida de urgencia o transitoria, los pastores están convencidos que su misión debe trascender a procesos que construyan a largo plazo y que propendan por una búsqueda de justicia para estas personas que, en la mayoría de los casos, se ven obligadas a dejar su hogar y a exponerse a todo tipo de vulneración, abusos e incluso, a circunstancias mortales. Esto, durante las tres etapas del flujo migratorio: origen, tránsito y destino.Los cerca de 30 asistentes también reafirmaron que deben fortalecer su lucha contra la indiferencia y la cultura del descarte, incluso, dentro de la misma Iglesia, tal y como ha pedido el papa Francisco, quien se hizo presente en este encuentro a través de dos mensajes: uno que envió a los participantes animándolos en el trabajo y otro, a las personas migrantes de tránsito en el campamento de Lajas Blancas en el Darién, lugar que visitaron este miércoles para corroborar la difícil situación y llevarles la esperanza de Cristo a través de la oración.Otras estrategias de implementación interdiocesano e intereclesial, con enfoque espiritual, investigativo, formativo y psicosocial, también surgieron en el espacio. Están convencidos que esta situación requiere un abordaje sinodal. Por ello, también propusieron la creación de una comisión que de alcance y seguimiento al trabajo proyectado en el encuentro.“Un «tapón» de inhumanidad”Al cierre, los obispos hicieron una contundente declaración, firmada también por el cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, en la remarcan la tragedia que viven miles de personas diariamente en su paso por la selva del Darién, calificándola como “un«tapón» de inhumanidad por las condiciones de vulnerabilidad y muerte a la que se enfrentan hombres, mujeres, jóvenes, niñas y niños”. Recuerdan que constantemente mueren personas por diversas causas naturales o de abuso humano, cuyos cuerpos no son rescatados.Los pastores afirman en su mensaje que esta es una realidad dolorosa que interpela y compromete a todos. Recordando que todos somos migrantes y peregrinos, durante la rueda de prensa de socialización del mensaje final, monseñor Mario de Jesús Álvarez Gómez, obispo de la Diócesis de Istmina-Tadó, aprovechó para hacer un llamado a sacerdotes, religiosas y religiosos para que sean conscientes de su tarea ante esta situación y ayuden generar esa misma conciencia entre las comunidades, aunque no se encuentren en lugares con alto flujo migratorio.En la declaración, los obispos piden construir un continente latinoamericano y caribeño cada vez más humano, equitativo, cordial y hospitalario.“En línea con las reuniones de Obispos de Pasto, San Salvador y Cúcuta, nos unimos al grito de la Iglesia continental que ha reconocido que hoy, diez millones de latinoamericanos y caribeños viven en un país que no es donde nacieron. La migración forzada afecta a millones de personas, pero, de modo particular, a las más vulnerables: cada vez más tiene cara de mujer y de niño. Estamos ante un proceso de degradación de la vida. Los migrantes en su recorrido son víctimas de estructuras y grupos criminales, hasta de carácter transnacional, que hacen de la desesperación de nuestros hermanos su negocio y profanan la dignidad de hombres y mujeres a través de la trata de personas y muchas otras prácticas que ofenden, indignan y avergüenzan. Esta realidad es un desafío para las comunidades eclesiales en los lugares de partida, de paso y de acogida” .A continuación, vea el informe audiovisual con los hechos más destacados:Descargue aquí la declaración final
Jue 21 Mar 2024
Obispos visitaron a migrantes en el Darién y les llevaron un mensaje del papa Francisco
En el marco del encuentro multilateral que adelantan por estos días las Iglesias de Colombia, Costa Rica y Panamá, los obispos y agentes pastorales participantes, junto a representantes del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano, se desplazaron este miércoles, 20 de marzo, hacia el Vicariato Apostólico del Darién. El punto de llegada principal fue el campamento de Lajas Blancas, ubicado a cerca de cinco horas de Ciudad de Panamá, vía terrestre.Lajas Blancas es la segunda parada que realizan las personas migrantes tras haber sobrevivido a su paso por el temido Tapón del Darién. Estando allí, quedan a la espera de poder conseguir 60 dólares para pagar por un cupo en un bus que los traslade a la frontera con Costa Rica y así, continuar su camino hacia el Norte, generalmente con Estados Unidos como destino final.En este campamento, los representantes de la Iglesia dialogaron, oraron y dieron la bendición a algunos de los migrantes. Además, les llevaron un mensaje especial del papa Francisco. En él, el Santo Padre les expresa su cercanía y les pide que “no se olviden de su dignidad humana, que no tengan miedo de mirar a los ojos porque no son un descarte, sino que también forman parte de la familia humana y de la familia de los hijos de Dios”. Estando en la zona también visitaron el campamento de San Vicente. Allí entregaron kits de aseo y algunos detalles para los niños. El padre Leonidas Moreno, administrador diocesano de Apartadó, jurisdicción a la que toca directamente esta realidad en Colombia, encontró también aquí el rostro del dolor que, en repetidas ocasiones ha tenido que ver en Necoclí, Turbo y poblaciones vecinas, pero también, la crudeza de saber que hay quienes se aprovechan de la situación de los migrantes para hacer negocios de todo tipo. El sacerdote califica esta realidad como una tragedia y a los migrantes, seres humanos que hay que atender y acoger.Aunque el acompañamiento de agentes pastorales en la zona es frecuente, en esta visita, la mayoría de los obispos, por primera vez, vieron de frente la difícil realidad que padecen diariamente cientos de migrantes en su paso por el corredor que conecta a los tres países y que, desde 2015, es escenario de una crisis humanitaria de grandes proporciones.Haití, Ecuador, Chile, Cuba, Nepal, Bangladesh, Pakistán, China y, por supuesto, Venezuela, son solo algunos de los lugares de los que provienen hombres, mujeres y niños en busca de mejores condiciones de vida, un sueño que, a veces, resulta opacado por el dolor, e incluso, la muerte. Uno de los aspectos que más preocupa es el aumento considerable en el número de menores que transitan por esta zona, muchas veces, solos.Según datos de las autoridades de migración de Panamá, a finales de 2023, la totalidad de migrantes que se desplazaron a través del Tapón del Darién alcanzó 520.085, de los cuales, cerca de 120.000 fueron menores de edad, lo que ha representado un incremento de 109% con respecto al 2022. En lo que va corrido del 2024, este flujo ha seguido aumentando, situación que agravaría aún más la crisis. Una realidad que confronta y que duele, pero que también impulsa a la Iglesia a seguir trabajando de manera conjunta y activa bajo esta misión. Así lo indicó el padre Rafael Castillo Torres, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social-Cáritas colombiana.Tras esta visita, los participantes del encuentro continuarán este jueves en Ciudad de Panamá analizando el fenómeno de la migración y la atención que hasta hoy ha brindado la Iglesia. El turno será para los representantes de las pastorales sociales y de movilidad humana de los tres países. El padre Rafael Castillo presentará los datos de Colombia. Monseñor Mario de Jesús Álvarez también intervendrá abordando la realidad de Istmina-Tadó y el padre Leonidas Moreno, narrará lo que se vive en el Urabá chocoano y antioqueño.A continuación, vea informe audiovisual con más detalles:
Jue 21 Mar 2024
El papa Francisco designa obispo para la Diócesis de Girardota: el padre Juan Manuel Toro Vallejo
El papa Francisco nombró al padre Juan Manuel Toro Vallejo, miembro del clero de la Diócesis de Sonsón-Rionegro, como nuevo obispo de la Diócesis de Girardota. Así lo dio a conocer la Nunciatura Apostólica en Colombia a primera hora de este jueves 21 de marzo.Esta jurisdicción eclesiástica ubicada en el departamento de Antioquia venía siendo pastoreada desde el año 2010 por monseñor Guillermo Orozco Montoya, quien, al haber cumplido los 77 años de edad, pasará a ser emérito.El padre Juan Manuel nació en Medellín el 9 de mayo de 1959. Después de cursar estudios en la Escuela Superior de Mercadotecnia, ingresó al Seminario Cristo Sacerdote ubicado en el municipio de La Ceja, Antioquia. El 3 de noviembre de 1995 fue ordenado presbítero para la Diócesis de Sonsón-Rionegro.Entre los roles desempeñados durante su ministerio, con un especial énfasis en la formación de futuros ministros ordenados, se destacan:− 1996-1997 Formador del Seminario Intermisional “San Luis Beltrán”, Bogotá− 1998-1999 Formador del Seminario “Cristo Sacerdote”, Yarumal− 1999-2000 Rector del Colegio “Mons. Alfonso Uribe Jaramillo”, Rionegro− 2001-2003 Formador del Seminario “San Pedro Apóstol”, Cali− 2003-2004 Estudios de Espiritualidad con la Compañía de S. Sulpicio, Montreal, Canadá− 2005-2007 Formador del Seminario Diocesano “Nuestra Señora”, de Sonsón – Rionegro.− 2008-2009 Rector del Seminario Diocesano “Nuestra Señora”, de Sonsón – Rionegro− 2010-2017 Rector del Seminario Intermisional “San Luis Beltrán”, Bogotá− 2018-2020 Servicio en la “Pastoral Sacerdotal Diocesana”, La Ceja− 2020-a la Fecha Director de la Asociación Sacerdotal “Siervos del Espíritu Santo”
Mar 19 Mar 2024
Iglesias de Colombia, Costa Rica y Panamá: unidas en favor de los migrantes en el Darién
Este martes, 19 de marzo, en Ciudad de Panamá, inició el encuentro de obispos de las jurisdicciones eclesiásticas ubicadas en las fronteras entre Colombia, Costa Rica y Panamá. Hasta el próximo viernes, 22 de marzo, los pastores estarán reunidos para discernir sobre la situación migratoria en la región, especialmente, desde la realidad del Darién. También, definirán estrategias pastorales conjuntas que le permitan a la Iglesia seguir acompañando, de manera efectiva, a tantos hombres y mujeres que hoy experimentan diversos sufrimientos y condiciones de vulnerabilidad por esta causa.En el espacio participan también directores de pastoral social, miembros de la pastoral de movilidad humana, de la Red Clamor y del Observatorio Sociopastoral de Movilidad Humana de Mesoamérica y el Caribe, quienes aportarán a la reflexión de los prelados importantes mapeos de la situación actual, para que puedan ver, discernir y actuar, metodología propuesta para el encuentro.En representación de la Iglesia colombiana, están presentes monseñor Mario de Jesús Álvarez, obispo de Istmina-Tadó y administrador apostólico de Quibdó. Además, el padre Leonidas Moreno Gallego, administrador diocesano de Apartadó, el padre Rafael Castillo Torres, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social – Cáritas colombiana y el padre Arturo Arrieta, director de la pastoral social de la Diócesis de Palmira y Director de la Red Clamor Colombia.“Pascua con nuestros hermanos migrantes”: es la frase que inspira esta actividad promovida por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano, que se enmarca en el tiempo litúrgico que vive la Iglesia. Además, porque este miércoles, 20 de abril, los participantes estarán visitando el campo de acogida de Lajas Blancas, en el Darién. En este lugar, viven actualmente alrededor de 3.000 migrantes.Durante la jornada de instalación el Nuncio Apostólico en Panamá, monseñor Dagoberto Campos Salas, dio a conocer un mensaje enviado por el papa Francisco a los obispos y agentes pastorales presentes en el encuentro. En la carta, el Santo Padre pide trabajar incansablemente para erradicar la indiferencia:"De tal manera que cuando un hermano o una hermana migrante llegue, encuentre en la Iglesia un lugar donde no se sienta juzgado, sino acogido; donde pueda calmar el hambre y la sed, y revivir la esperanza. Por eso, la pastoral para la atención a la movilidad humana nos impulsa, como dice Isaías, a ensanchar el espacio de la tienda (cf. 54,2) y así, reconociéndonos también forasteros, con nuestras propias vulnerabilidades y carencias, podamos generar las condiciones necesarias para acoger al prójimo como un hermano o hermana, y hacerlo así, partícipe de nuestra cotidianidad".Además, los exhorta a sumar esfuerzos con las instancias de la comunidad internacional, para que todos tengan derecho a permanecer en su tierra de manera digna y pacífica.El padre Fabio Baggio, Subsecretario del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, afirmó que, aunque el fenómeno de la movilidad humana crece más rápido que la respuesta que se puede dar, se deben hacer todos los esfuerzos necesarios para seguir respondiendo desde los cuatro verbos que ha indicado el Santo Padre: acoger, proteger, promover e integrar."Aquí nadie es huésped, todos son miembros de nuestra Iglesia", enfatizó.Sobre la convocatoria del encuentro, el padre Baggio manifestó que hace parte de una serie de encuentros fronterizos que ya se han venido promoviendo desde el Dicasterio, de los que Colombia fue escenario en dos oportunidades en 2023, en Nariño y Cúcuta. Además, que el Papa ha pedido una especial atención a las Iglesias locales.Por su parte, monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, arzobispo de Panamá, invitó a ver este encuentro como un signo de esperanza y valoró el sentido de sinodalidad que tiene. Recordó que de manera individual no se podría sacar adelante una misión tan importante.Durante su intervención, el padre Rafael Castillo extendió un mensaje enviado por el Cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia. También remarcó cuatro desafíos que ha identificado la Iglesia colombiana en esta dimensión: la formación de agentes de pastoral para la movilidad humana, la articulación del mapa de actores que trabajan en temas de movilidad y la incidencia. Además del apoyo humanitario que se brinda permanentemente, trabajar para que se haga justicia y reestablezcan los derechos de las personas, sin caer en la revictimización, el asistencialismo o la dependencia.Conozca más detalles a continuación en el informe audiovisual: