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conferencia episcopal de colombia

Mar 19 Mar 2024

El papa Francisco designa nuevo obispo para la Diócesis de Apartadó: monseñor Carlos Alberto Correa Martínez

Monseñor Carlos Alberto Correa Martínez, quien desde febrero de 2014 se venía desempeñando como Vicario Apostólico de Guapi, en el departamento del Cauca, es nombrado por el Santo Padre como obispo para la Diócesis de Apartadó, una circunscripción eclesiástica ubicada entre los departamentos de Antioquia y Chocó. Así lo dio a conocer a primera hora de este martes 19 de marzo la Nunciatura Apostólica en Colombia. El prelado, nacido en Medellín y formado en el Seminario Misionero del Espíritu Santo de la Diócesis de Sonsón-Rionegro, asumirá ahora la importante misión de pastorear una Iglesia particular que se ha caracterizado por la amplia corresponsabilidad de sus laicos, así como por sus múltiples aportes a la búsqueda de la reconciliación y la paz territorial. En la Diócesis de Apartadó también confluyen diversos desafíos pastorales, sociales y culturales que seguirán siendo acompañados, visibilizados y atendidos desde la Iglesia, ahora bajo el liderazgo de monseñor Correa Martínez quien, durante estos diez años en Guapi, ha impulsado un importante trabajo en este sentido.En contextoPrecisamente, del 19 al 22 de marzo, en Ciudad de Panamá, convocados por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, se llevará a cabo un encuentro de los obispos de la frontera entre Colombia, Costa Rica y Panamá. En él se abordará una de los principales desafíos que tiene la Diócesis de Apartadó: el de la migración. En representación de esta jurisdicción, estará participando en el espacio el padre Leonidas Moreno Gallego, quien desde marzo de 2023 ha estado administrando esta jurisdicción, por encargo de sus hermanos sacerdotes a través del Colegio de Consultores.Los resultados y perspectivas de trabajo pastoral que se adelante duranta actividad que contempla, además, una visita y la celebración de la Santa Misa en en el campo de acogida de Lajas Blancas, ubicado en la selva de Darién, en donde viven alrededor de 3.000 migrantes, seguramente trazarán un importante camino para el nuevo encargo episcopal de monseñor Carlos Alberto Correa Martínez.Cabe recordar que el anterior obispo de esta jurisdicción fue monseñor Hugo Alberto Torres Marín, quien estuvo allí, desde octubre de 2014 hasta marzo de 2023, tras su posesión como Arzobispo Metropolitano de Santa Fe de Antioquia, provincia de la que hace parte la Diócesis de Apartadó.

Lun 18 Mar 2024

¿Qué es lo mínimo que se necesita en Colombia para construir reconciliación y paz territorial? Iglesia da a conocer las respuestas de las comunidades

El pasado jueves, 13 de marzo, la Comisión de Conciliación Nacional (CCN), organismo adscrito a la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), presentó el documento final del proceso de renovación de los “Mínimos para la reconciliación, la paz y el desarrollo en Colombia”. Una iniciativa que, desde el año 2020, ha buscado identificar, integrar y visibilizar la voz de cerca de 6.200 líderes y lideresas de los 32 departamentos del país, frente a las necesidades y desafíos estructurales que presentan actualmente los territorios para la construcción de paz.El texto presentado por la CCN plantea un primer elemento transversal a todos los demás que, además, es central en la misión de la Iglesia: la protección de la vida y la dignidad humana. En este caso, se aborda desde el Derecho Internacional Humanitario, como “un llamado humanitario esencial a los actores ilegales del conflicto armado y al Estado para que se logren pactos vitales, acuerdos humanitarios, ceses al fuego recíprocos o, incluso, unilaterales no solo como señal de paz y verdadera disposición de diálogo y búsqueda de soluciones y salidas políticas, sino como necesidad o presupuesto de humanidad fundamental”.A partir de esta primera dimensión, se plantean diez “mínimos”: 1.Cultura política para la democracia y la cultura de paz como solución real de los conflictos sociales. 2. Superación del problema de la corrupción, ineficiencia e ineficacia institucional. 3. Superación del modelo económico extractivista por un modelo de economías diversas y autosostenibles. 4. Descentralización de la administración pública y de los recursos para el desarrollo territorial económico y social. 5. Renovación territorial para la equidad económica, la autonomía alimentaria, la sostenibilidad agrícola, la conservación ambiental y el mejoramiento climático del país. 6. Superación de la pobreza multidimensional y de su impacto sobre las familias y las poblaciones más vulnerables. 7. Solución al problema de las economías ilícitas y el incremento de grupos armados organizados. 8. Seguridad humana para la protección de la vida, que incluye prioritariamente, la erradicación del reclutamiento forzado de niños, niñas, adolescentes y jóvenes (NNAJ). 9. Salud mental colectiva para la superación de los traumas de la violencia sociopolítica, el conflicto armado y la pandemia del covid-19 en Colombia. 10. Acceso a información mediática veraz, contextualizada, despolitizada y objetiva.“Se les denomina mínimos, pero en el fondo constituyen una búsqueda de máximos de verdad, justicia, reparación y restauración del tejido social, lo cual pasa por una seria y profunda transformación de las dinámicas que han dado pie a la gran deuda social de desarrollo humano integral incluyente y a la consolidación de una democracia que avance de lo formal a lo real. Dado que se considera, por ejemplo, que no podemos avanzar a un país en paz social, si no se supera la corrupción que se roba los recursos de inversión del Estado necesarios para apoyar el resurgimiento del campo colombiano; de igual manera, la aplicación de una necesaria reforma no solo agraria, sino rural integral, así como de reformas sociales en materia de calidad de empleo, restauración de los derechos a la salud y la educación, derechos estos que requieren que los recursos que se destinan para su atención no se esfumen por arte de los corruptos”, enfatiza el padre Eliecer Soto Ardila, secretario general de la Comisión de Conciliación Nacional.Con este resultado, que también se ha hecho posible gracias a la articulación entre la CCN y las arquidiócesis, diócesis y vicariatos apostólicos del país, la Iglesia buscará ayudar a las comunidades a incidir en diversos espacios institucionales que faciliten la implementación de iniciativas y políticas públicas para la reconciliación y la paz.Bajo un compromiso decidido con aportar a esta importante misión de la Iglesia colombiana, la Conferencia Episcopal Italiana aportó los recursos para el desarrollo de la iniciativa en sus diferentes fases: consultas a líderes de las comunidades, a miembros de diversos sectores de la sociedad y apersonas de otras confesiones religiosas; sistematización y análisis de la información, reuniones con representantes de instituciones públicas para presentar resultados parciales de la investigación a nivel local y regional; encuentros con periodistas para socializar el proceso.En el evento de presentación, llevado a cabo en la sede del episcopado colombiano, estuvo presente monseñor Luis Manuel Alí Herrera, obispo auxiliar de Bogotá y secretario general de la CEC. Intervino el Nuncio Apostólico en Colombia, monseñor Paolo Rudelli. Participaron de manera presencial los obispos de Yopal, Villavicencio, y Magangué. Los prelados de Santa Marta e Istmina-Tadó participaron de manera virtual para hablar de la experiencia vivida en sus jurisdicciones a través del proyecto. Además, sacerdotes, religiosas, agentes pastorales, líderes y lideresas comunitarias que aportaron en el proceso, así como representantes de embajadas de Chile, México y Cuba, así como de organismos de cooperación internacional.El cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá, presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia y, a su vez, de la Comisión de Conciliación Nacional, envió un mensaje especial a todos los asistentes destacando el valor del diálogo amplio y el trabajo conjunto que ha tenido esta iniciativa:“Queridos hermanos, ustedes que están allí en cada una de las regiones, acompañando al pueblo de Dios, saben que el camino de la reconciliación y la paz continua, que es un esfuerzo, una tarea permanente, un tejer juntos. Yo quiero llamarlos a eso, a tejer juntos. No podemos dedicarnos individualmente a este trabajo de la reconciliación y la paz. Estamos llamados a la comunión misionera dentro de la Iglesia para servirle mejor a nuestras regiones en nombre del Evangelio, en nombre de Jesucristo, el Señor. Pero a la vez, es necesario que articulamos con entidades nacionales e internacionales, organismos que están trabajando también con distintas motivaciones para que Colombia vaya avanzando en ese camino de reconciliación y paz”.Por su parte, monseñor Paolo Rudelli, valoró la relevancia de este trabajo desde el punto de vista de la integración con los diferentes actores de la sociedad civil y desde la posibilidad de identificar las raíces del conflicto. Remarcó que puede representar un punto de partida para que el país se ponga de acuerdo, ”por lo menos en los fundamental”, para la construcción de la paz, tan necesaria.“Una felicitación a la Comisión de Conciliación Nacional y ahora un animar a todos a hacer que estos mínimos no se queden como letra muertas, que no se queden en el papel, sino que sigan. Para nosotros como Iglesia Católica serán un poco un punto de referencia para nuestro trabajo que tratamos de hacer en colaboración con todos los otros componentes de la sociedad para construir paz y reconciliación. La palabra mínimos significa esenciales. no son para nada cosas pequeñas, pero sin las cuales la paz no puede ser construida (…) Sí, hay situaciones muy distintas, pero las que sufren son las poblaciónes y ahí, creo, la Iglesia está presente como un factor de reconciliación, para tratar por lo menos de aliviar las consecuencias”, afirmó el representante del Santo Padre en Colombia.El documento final de los mínimos puede ser consultado y descargado directamente desde la página de la Comisión de Conciliación Nacional (www.comisiondeconciliacion.co), sección “Publicaciones” o ingresando aquí. Vea a continuación el video de presentación de los mínimos: Vea a continuación la transmisión del evento de lanzamiento:

Vie 15 Mar 2024

La Voz del Pastor | 17 de marzo de 2024

Reflexión del señor Cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y primado de Colombia:Lectura del Santo Evangelio según San Juan 12, 20-33

Vie 15 Mar 2024

Monseñor Luis Manuel Alí Herrera: nuevo secretario de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores

Monseñor Luis Manuel Alí Herrera, obispo auxiliar de Bogotá, quien se venía desempeñando como secretario general de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) desde julio de 2021, fue designado por el papa Francisco como nuevo secretario de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores. La noticia se dio a conocer este viernes, 15 de marzo, a través de la Oficina de Prensa de la Santa Sede.El prelado hacía parte de este importante organismo de la Curia Romana desde diciembre de 2014. Además, en esta labor, monseñor Luis Manuel Allí se ha destacado como fundador de la Oficina para el Buen Trato de la Arquidiócesis de Bogotá, área encargada de dinamizar políticas enfocadas en la cultura del buen trato a través de estrategias de prevención y de atención psicosocial desde esa Iglesia particular.El obispo, quien es licenciado en psicología en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, lideró también la implementación de la Oficina para la Cultura del Cuidado de la Conferencia Episcopal de Colombia desde julio de 2023. Fue el impulsor de la iniciativa “Iglesias Seguras y Protectoras” en todas las diócesis del país. Una apuesta concreta por promover procesos de sensibilización y formación sobre prevención de abusos y violencias en todos los grupos y entornos de la Iglesia Católica colombiana."Recibo esta designación en obediencia y con infinita gratitud. Los miembros de la Comisión tenemos una inmensa responsabilidad hacia el Santo Padre y su llamado a afrontar “el desafío que supone el escándalo de abusos y el sufrimiento de las víctimas, a conocer directamente el impacto de los abusos y a dar a conocer los frutos de la labor que adelantemos”. Ahora que asumo mi encargo como secretario de la Comisión Pontificia para la Tutela de los Menores deseo seguir trabajando por la cultura del cuidado y la protección de nuestros niños, adolescentes, jóvenes y personas vulnerables para hacer de nuestra Iglesia un hogar seguro", expresó monseñor Luis Manuel al conocer esta nueva misión que le encomendó el papa Francisco al servicio de la Iglesia Universal.Ahora, como secretario de esta Comisión Pontificia, monseñor Alí Herrera deberá proponer al Santo Padre iniciativas enfocadas en la protección de los menores y personas vulnerables, así como en el acompañamiento a las víctimas.El obispo colombiano también tendrá a su cargo actividades de relacionamiento entre la Comisión y las distintas conferencias episcopales regionales, así como la articulación de iniciativas con otras dependencias de la Santa Sede. Además, será de su competencia la revisión, actualización y propuesta de orientaciones (líneas guía) que impulsen la implementación de las mejores prácticas en materia de prevención y protección, tanto de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores, como de la Iglesia en cada país.Junto a este nombramiento, se conoció también el de la norteamericana Teresa Kettelkamp como secretaria adjunta de la misma Comisión. Es la primera vez que, para tales cargos, son designados un obispo y una mujer laica con amplia experiencia en el tema, pues la señora Kettelkamp fue la encargada de la oficina de protección de infancia y juventud de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos de América.BiografíaMonseñor Luis Manuel Alí Herrera nació en Barranquilla, Colombia, en 1967. Estudió en el Seminario Conciliar de Bogotá y fue ordenado sacerdote en 1992. Después de graduarse en Teología en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá (2003), obtuvo una licenciatura en Psicología en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma (2007). Como joven sacerdote fue nombrado párroco de las iglesias de San Clemente Mártir y Los Santos Ángeles Custodios en Bogotá y capellán de la Universidad Nacional de Colombia, destacándose por su trabajo con los jóvenes y la pastoral en las universidades (1994 -2001). Es asociado senior del Colegio Colombiano de Psicólogos.Antes de ser consagrado obispo, monseñor Alí Herrera era párroco de la iglesia de San José de Calasanz, y también de la parroquia maronita de Nuestra Señora del Líbano de la Arquidiócesis de Bogotá. Ha estado encargado de la formación de los futuros ministros ordenados como educador y director del área de orientación psicológica del Seminario Conciliar de la Arquidiócesis de Bogotá (2002-2015).El 17 de diciembre de 2014 fue designado miembro de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores. El 7 de noviembre de 2015, el papa Francisco lo nombró obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Bogotá, y obispo titular de Giubalziana. Su consagración episcopal tuvo lugar el 12 de diciembre del mismo año en la catedral de Bogotá.Desde el día de su ordenación episcopal, ha sido vicario general y director de la Oficina para el Buen Trato de la Arquidiócesis de Bogotá.En la asamblea 111 del episcopado colombiano, desarrollada del 5 al 7 de julio del 2021, fue nombrado secretario general de la Conferencia Episcopal de Colombia. El 14 de septiembre de 2022, el Santo Padre lo ratificó para un tercer mandato de cinco años en la Comisión Pontificia para la Protección de Menores.Desde el mes de marzo de 2023, junto con el Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado, ha acompañado los talleres de formación en todas las jurisdicciones eclesiásticas del país implementando el programa “Iglesias seguras y protectoras”.En el mes de julio de 2023, monseñor Luis Manuel Alí Herrera, dio inicio a la Oficina para la Cultura de Cuidado de la Conferencia Episcopal de Colombia.

Mié 13 Mar 2024

Ya viene Ikuméni 2024: una oportunidad de formación ecuménica e interreligiosa para los jóvenes cristianos de Colombia

Hasta el próximo 31 de marzo estarán abiertas las inscripciones para que jóvenes colombianos de diferentes denominaciones o tradiciones cristianas hagan parte de la cuarta edición del Laboratorio de Buenas Prácticas Ecuménicas e Interreligiosas conocido como Ikuméni. Se trata de un programa que busca formar liderazgos participativos y comunitarios, en torno a la promoción del desarrollo y la ecología integral; construcción de paz; respuesta a los asuntos humanitarios y resiliencia comunitaria.El espacio pedagógico que, en esta oportunidad, se desarrollará del 16 de mayo al 15 de septiembre (16 semanas) a través de encuentros sincrónicos y un encuentro presencial, cuenta con el apoyo de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), a través del Departamento para la Promoción de la Unidad y del Diálogo. Además, la participación será certificada por el Centro Bíblico Teológico Pastoral para América Latina y el Caribe del CELAM y la Corporación Universitaria Reformada.En Ikuméni, mediante diferentes módulos y estaciones temáticas, jóvenes cristianos con edades entre los 18 y los 35 años, de diferentes países de América Latina y el Caribe, podrán interactuar entre sí para intercambiar experiencias, establecer lazos de fraternidad y conocer nuevas dinámicas de cooperación inter- eclesiástica e interreligiosa. De acuerdo con el programa, recibirán formación de tipo experiencial, espiritual y comunitaria, con un énfasis especial en herramientas de liderazgo. Metodología que les permitirá diseñar propuestas sobre buenas prácticas que pueden aplicar en sus comunidades de origen.“Lo que me llevo de mi experiencia en Ikuméni, es aprender a tener una escucha profunda, atreverse a apagar mis juicios internos, las ideas preconcebidas, donde dejé de lado todo lo que he ido aprendiendo para de verdad conectar con lo que está compartiendo mi compañero; y el resultado es a veces impresionante, porque yo he llegado con una idea de solución pero cuando me atrevo de verdad a escuchar al otro se replantean las ideas e inclusive pueden salir nuevas ideas. Ha sido súper enriquecedor compartir con mis compañeros de todo centroamérica y latinoamérica", así lo expresa Lucero Jaque, joven católica de Lima, Perú.Datos clave sobre Ikuméni 2024:- Periodo de inscripciones: del 22 de diciembre al 31 de marzo 2024.- Entrevistas y admisiones: del 1 de abril al 3 de mayo 2024.- Itinerario formativo: del 16 de mayo al 15 de septiembre 2024.- Modalidad: Encuentros sincrónicos: jueves a las 17:30 PM México; 18:30 PM (Colombia); 20:30 PM (Argentina) por Zoom. Encuentro presencial: del 13 al 15 de septiembre de 2024.Para conocer más detalles, haga clic aquí.Para inscribirse, haga clic aquí.

Mar 12 Mar 2024

Sacerdotes de la Diócesis de Líbano-Honda recibieron formación sobre prevención de abusos y violencias

Entre el 4 y el 6 de marzo, cerca de 40 sacerdotes de la Diócesis de Líbano-Honda participaron de una nueva jornada de formación. En el espacio se abordaron dos temas que son prioridad para la misión de la Iglesia en Colombia: cultura del cuidado y comunicación.En la dimensión de comunicaciones, los espacios pedagógicos estuvieron a cargo del padre Martín Sepúlveda Mora y de Lida Losada Castro, director y coordinadora de comunicaciones de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), respectivamente. Para abordar temas asociados a la prevención de abusos y violencias, se contó con el apoyo de la doctora Ilva Myriam Hoyos, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado de la CEC. Sobre la comunicación, el padre Sepúlveda enfatizó en la esencia de esta en la evangelización. Para ello, presentó a los sacerdotes las orientaciones y mensajes centrales que se han dado desde el magisterio de la Iglesia. Por su parte, Lida Losada socializó la importancia de la comunicación institucional y compartió herramientas que le permitan a los sacerdotes potenciar su misión digital, aprovechando el uso de diferentes plataformas como redes sociales y aplicaciones móviles.Por otro lado, la doctora Hoyos presentó a los miembros del clero diocesano un panorama de la situación que ha vivido la Iglesia a nivel universal y local con el tema de los abusos. Además, socializó las líneas guía y las líneas operativas para la cultura del cuidado, dos documentos emitidos por los obispos de Colombia para dar una respuesta más efectiva y unificada a estas situaciones, así como para prevenirlas. La reunión fue liderada por monseñor José Luis Henao Cadavid, obispo de esa jurisdicción eclesiástica ubicada en el departamento del Tolima. El prelado pidió a los presbíteros asumir las orientaciones recibidas en todos los niveles de su actividad pastoral, lo que permitirá fortalecer un trabajo específico que desde 2008 vienen adelantando como Iglesia particular en este sentido.“Que todos nos dispongamos en el respeto y en la ayuda siempre del servicio a buscar medios, caminos, modos de hacer, que es la dignidad de la persona humana siempre sea respetada y que, desde la Iglesia, con mayor razón, sepamos estar atentos a este esfuerzo que se hace por estar superando todas estas situaciones que afectan realmente a la Iglesia”, expresó el monseñor Henao.El padre Esteban Mazo, sacerdote participante ha destacado que la Iglesia está cada vez más consiente que la prioridad debe ser contar con pastores que cuiden al Pueblo Santo de Dios. Razón por la cual refirió que este espacio de reflexión y formación les aporta significativamente. También afirmó que, ante estas situaciones que generan tantas heridas, es fundamental que los sacerdotes vivan un profundo examen de conciencia sobre su ser y acción ministerial, teniendo como base la coherencia. Además, recordó que la centralidad debe estar en las víctimas y personas que han sufrido por esta causa.“Estas situaciones han herido y lacerado profundamente la unidad y el corazón de la Iglesia, pues se han producido por factores que aún hoy continúan acompañando nuestro camino eclesial: la lucha en contra del clericalismo, el pensar que los sacerdotes, quizá, seamos los intocables; quizá la falta de espiritualidad que se concentra detrás de la elección de un ministerio; la formación humana como un elemento transversal de la formación de los futuros sacerdotes, pero que camina sobre todo hacia los campos de la madurez afectiva y personal; la valoración de la familia como eje catalizador de todo nuestro ministerio. Yo creo que con estos y otros, son abundantes los retos que hoy la Iglesia nos solicita que podamos llevar a cabo para poder mejorar en este aspecto que es fundamental y, sobre todo, no vale la pena dejarlo por fuera: la atención a aquellos que han sido heridos por tantas circunstancias de humanidad dentro de la Iglesia, las víctimas que siempre tienen que ser escuchadas”, precisó el sacerdote.Los presbíteros también reconocieron que transversalizar sus entornos y procesos desde el cuidado representa una prioridad que deben liderar. Eso sí, integrando a todos los miembros de las 31 parroquias que tiene esta diócesis, principalmente a nivel rural, para que en realidad se trate de todo un sistema que cuide a las personas. Así lo explica el padre Andrés Soto:“Las parroquias ciertamente tienen un contacto con todas las personas, con los niños, con los jóvenes, con los adultos y todo lo que hemos visto durante estos días, todo lo que se nos ha hablado al respecto, es una motivación importante para que nosotros, en nuestras parroquias, aprendamos a llevar de la mejor manera el cuidado que debemos tener (…) También sabemos que el mismo Papa, con este tema de la sinodalidad, nos ha invitado, que estamos todos en camino y que sabemos que ese camino guiado por el Espíritu Santo, nosotros como sacerdotes, como catequistas, como los laicos, todos en ese camino, debemos preservar y cuidar nuestra integridad física, nuestra integridad moral y nuestra integridad ante el Señor”.Vea a continuación el informe audiovisual:

Mar 12 Mar 2024

Obispos de Cauca y Nariño piden desescalar el conflicto y brindar atención humanitaria urgente a sus comunidades

A través de un comunicado conjunto, la presidencia de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) y los obispos de los departamentos de Cauca y Nariño hacen un llamado urgente a los actores armados y a las autoridades para que se desescale el conflicto que tanto daño está causando en estas regiones del sur del país. Asimismo, piden facilitar la atención humanitaria para sus comunidades.“El terror que causa el fuego de las armas, la muerte y daño en la integridad física y emocional, el desarraigo de la tierra, los desplazamientos y confinamientos, las minas antipersonales, la ruptura del tejido comunitario, las afectaciones a los ecosistemas, son hechos que lamentamos. Exhortamos a que se terminen, para no lastimar en el corazón de los pueblos el frágil pero esperanzador brote de una vida en paz”, enfatizan los prelados en su mensaje.En el mensaje, que busca hacer eco de las voces atemorizadas de las comunidades que pastorean, los obispos de las diócesis de Ipiales, Tumaco y Pasto; de los vicariatos apostólicos de Guapi y Tierradentro; así como el arzobispo de Popayán y vicepresidente de la CEC, monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos, afirman que los esfuerzos que actualmente se están haciendo por buscar la paz, deben verse reflejados en tranquilidad, seguridad y justicia para los territorios. El cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, junto a su secretario general y obispo auxiliar de Bogotá, monseñor Luis Manuel Alí Herrera, respaldan esta petición.“Nuestro Dios, hoy vuelve a repetir: «Bien vista tengo la aflicción de mi pueblo…, ya conozco sus sufrimientos» (Ex 3, 7). Así nos exhorta, como a Moisés, a disponer nuestras capacidades y esfuerzos en la construcción de la paz; que estas semillas germinen y encuentren condiciones que favorezcan su implantación y crecimiento; que sus frutos en el presente y hacia el futuro aseguren a todos, la posibilidad del desarrollo humano integral”, afirman en el comunicado.

Lun 11 Mar 2024

Sinodalidad, misión digital y cultura del cuidado: prioridades para la Pastoral Juvenil de Colombia

Entre el 4 y el 6 de marzo se desarrolló la versión número 38 del Encuentro Nacional de Delegados Diocesanos de Pastoral Juvenil. Tres temas protagonizaron los momentos de reflexión, aprendizaje y trabajo desarrollados en este espacio: el Sínodo de la Sinodalidad, la evangelización digital y la prevención de abusos y violencias.La reunión fue convocada en Bogotá por la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), a través de su Departamento de Estado Laical, dirigido por la hermana Arelis Gaviria Montoya. En ella participaron cerca de ochenta personas provenientes de diferentes regiones del país; sacerdotes, religiosas, religiosos y laicos encargados de animar y fortalecer la participación de los jóvenes en la Iglesia Católica colombiana.Monseñor Orlando Olave Villanoba, obispo de la Diócesis de Tumaco y miembro de la Comisión Episcopal de Estado Laical, lideró la reunión. El prelado resaltó que, de esta manera, la pastoral juvenil también asume la manera de ser Iglesia sinodal, desde una decidida actitud de escucha, a la que ha llamado el papa Francisco. Además, la relevancia de lo que significa este encuentro como primer paso conjunto en el camino de preparación de los jóvenes colombianos al Jubileo del 2025, tema que también fue abordado en el espacio.Durante los ejercicios de análisis, los participantes tomaron como base el capítulo 17 del informe de síntesis de la primera parte de la asamblea sinodal, titulado: “Misioneros en el ambiente digital”.A propósito de la misión digital, el obispo también afirmó que es una necesidad fortalecerla, pues representa una oportunidad importante para llevar el mensaje del Evangelio a más jóvenes. Eso sí, dejando claro que se trata de una tarea a asumir con responsabilidad:“Este tema de lo digital en la evangelización es un elemento esencial y lo que queremos es conocer este mundo, no ser simplemente comunicadores de un mensaje vacío, sino comunicadores de un mensaje que lleve esperanza, que lleve vida, que lleve alegría a nuestros jóvenes, no alegrías pasajeras, sino esa alegría que nace de un encuentro con Jesús".La orientación sobre temas asociados a la prevención de abusos con especial énfasis en el trabajo de esta pastoral, estuvo a cargo de la Oficina para la Cultura del Cuidado de la CEC. La psicóloga Diana Marcela Suárez Cristancho, miembro del Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado y coordinadora de la Oficina del Buen Trato de la Arquidiócesis de Bogotá, abordó riesgos, protocolos de prevención y líneas guía en este sentido.Al respecto, el padre John Edison Saldarriaga, delegado de la Diócesis de La Dorada-Guaduas resaltó: “Nos han hablado sobre esos ambientes seguros en los cuales nuestros jóvenes y también nosotros. nos debemos mover, para tener unos encuentros pastorales y unos encuentros con esos jóvenes más seguros y por supuesto, más eficaces”.Por su parte, el padre Gabriel Peña Arciniegas, afirmó que lo aprendido en el encuentro les ayuda a enfrentar el reto, cada vez mayor, que significa llegar a los jóvenes, conociendo las realidades que viven y tocando sus corazones:“Ante la realidad y ante una cultura de la muerte, hoy nuestros jóvenes se ven expuestos a muchas situaciones difíciles que los oprimen, que los excluyen. Nosotros, como Pastoral Juvenil de Colombia, tenemos el reto de llegar a ellos. Hacer una pastoral desde los jóvenes y para los jóvenes, acompañándolos en su proceso de fe”.El encuentro permitió también la socialización de experiencias y desafíos a nivel regional, así como la proyección de nuevas acciones de fortalecimiento a nivel nacional, especialmente, especialmente en el camino de preparación al Jubileo del 2025. Además de destacar la importancia de insistir y formar a los delegados diocesanos para que sean cuidadores de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes en cada Iglesia particular, al cierre del encuentro, la hermana Arelis Gaviria remarcó tres compromisos que asumirán ahora como pastoral juvenil:“El primero: la oración como preparación para el gran Jubileo que vamos a tener en el año 2025. El segundo compromiso grande es perder el miedo a las redes y hacer de ellas un uso adecuado donde podamos llevar el amor y la misericordia de Cristo. El tercero será seguir fortaleciendo nuestros equipos nacionales de Pastoral Juvenil: equipo nacional, equipo de asesores, equipo de formación, equipo de comunicación”.La religiosa también aprovechó para destacar la esencia central de esta pastoral en la Iglesia colombiana:“Porque somos una familia que, en el trabajo sinodal con nuestros jóvenes, busca tener claridad sobre los conceptos sobre el amor de Cristo, para que sigamos siendo una Iglesia que camina y peregrina en Colombia con la alegría de los jóvenes, porque ellos son el ahora de Dios, son tierra sagrada”.Conozca otros detalles del evento a través del siguiente informe audiovisual: