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iglesia colombiana

Mié 20 Sep 2023

Dos nuevas congregaciones recibieron formación en prevención de abusos por parte del Consejo para la Cultura del Cuidado

El pasado 13 de septiembre, en el Seminario Padre Manyanet de Chía y en la Casa Provincial Misioneros Consolatos en Bogotá, miembros del Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) lideraron dos nuevos encuentros pedagógicos con religiosos y futuros pastores de la Iglesia Católica, enfocados en la prevención de abusos.En el primer espacio participaron cerca de 20 personas, entre seminaristas y formadores. Allí se socializaron las Líneas Guía y las Líneas Operativas para la Cultura del Cuidado de la CEC. También se llevó acabo un taller de buenas prácticas para esa congregación, conocida como Hijos de la Sagrada Familia Jesús, María y José. Durante el segundo encuentro, el Consejo Nacional capacitó a 50 religiosos consolatos procedentes de diferentes regiones del país.En la primera jornada en Chía, la abogada Ilva Myriam Hoyos, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado de la Conferencia Episcopal, abordó temas sobre la realidad del abuso, las violencias en la Iglesia y el abordaje que se realiza desde la década de los 80’s hasta la actualidad. También detalló el surgimiento, desarrollo y elaboración de los documentos que orientan la cultura del cuidado desde el episcopado colombiano.Por su parte, la doctora María Fernanda Alarcón, también miembro de este consejo, desarrolló el taller de buenas prácticas, fomentando la interacción de los participantes para la generación de preguntas y respuestas pedagógicas.“Todo lo que hacemos, lo que trabajamos por cuidar a todas las personas, especialmente a los niños y adultos vulnerables, lo hacemos por Nuestro Señor. Con mayor cuidado ustedes, que en la persona de Cristo pastorean la Iglesia”, expresó en el espacio la doctora Alarcón.Entre tanto, la jornada en Bogotá estuvo guiada por la doctora Ilva Myriam Hoyos y la psicóloga Diana Marcela Suárez, miembro del mismo organismo y encargada de la Oficina del Buen Trato de la Arquidiócesis de Bogotá. Este encuentro culminó con una Eucaristía presidida por monseñor Joaquín Humberto Pinzón Güiza, Vicario Apostólico de Puerto Leguízamo-Solano y miembro de esta comunidad religiosa.El propósito central de estos encuentros fue concientizar a los jóvenes en formación y a los profesores sobre la realidad del abuso en el marco eclesial y la importancia de asumir prácticas preventivas de cualquier tipo de violencia en el contexto formativo y pastoral para favorecer la cultura del cuidado. “Para nosotros fue importante conocer y saber cuál era la realidad de la Iglesia para que futuramente seamos buenos pastores y sepamos cuidar a la Iglesia. Lo importante es que nosotros como sigamos el camino de Jesús, cuidando a las personas y que las llevemos a Él”, manifestó el hermano Mattheus Rosa, alumno de segundo año de teología en la etapa configuradora de la Congregación Hijos de la Sagrada Familia. En contextoLas líneas guía representan orientaciones generales diseñadas para prevenir y abordar la violación de los derechos fundamentales de las personas y los abusos de cualquier tipo cometidos por ministros ordenados, personas consagradas y laicos que prestan algún ministerio o servicio en la Iglesia Católica colombiana. Por otro lado, las líneas operativas, que se encuentran en el documento titulado “Apóstoles del Cuidado”, proporcionan criterios de acción para la implementación de buenas prácticas en el servicio del cuidado al interior de la Iglesia.

Mar 19 Sep 2023

Diez puntos entresacados de un mensaje poderoso y muy actual - San Juan Pablo II

“No hay paz sin justicia, no hay justicia sin perdón”Mensaje de San Juan Pablo II en la Jornada por la paz del año 2002“La verdadera paz, pues, es fruto de la justicia, virtud moral y garantía legal que vela sobre el pleno respeto de derechos y deberes, y sobre la distribución ecuánime de beneficios y cargas. Pero, puesto que la justicia humana es siempre frágil e imperfecta, expuesta a las limitaciones y a los egoísmos personales y de grupo, debe ejercerse y en cierto modo completarse con el perdón, que cura las heridas y restablece en profundidad las relaciones humanas truncadas. Esto vale tanto para las tensiones que afectan a los individuos, como para las de alcance más general, e incluso internacional. El perdón en modo alguno se contrapone a la justicia, porque no consiste en inhibirse ante las legítimas exigencias de reparación del orden violado. El perdón tiende más bien a esa plenitud de la justicia que conduce a la tranquilidad del orden y que, siendo mucho más que un frágil y temporal cese de las hostilidades, pretende una profunda recuperación de las heridas abiertas. Para esta recuperación, son esenciales ambos, la justicia y el perdón.”1.Siguiendo la enseñanza y el ejemplo de Jesús, los cristianos están convencidos de que mostrar misericordia significa vivir plenamente la verdad de nuestra vida: podemos y tenemos que ser misericordiosos, porque nos ha sido manifestada la misericordia por un Dios que es Amor misericordioso.2.A cuantos le objetaban que comía con los pecadores, Jesús les ha contestado: «Id, pues, a aprender qué significa aquello de: Misericordia quiero, que no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores» (Mt 9, 13). Los seguidores de Cristo, bautizados en su muerte y en su resurrección, deben ser siempre hombres y mujeres de misericordia y perdón.3.El perdón, antes de ser un hecho social, nace en el corazón de cada uno. Sólo en la medida en que se afirma una ética y una cultura del perdón se puede esperar también en una «política del perdón», expresada con actitudes sociales e instrumentos jurídicos, en los cuales la justicia misma asuma un rostro más humano.4.En realidad, el perdón es ante todo una decisión personal, una opción del corazón que va contra el instinto espontáneo de devolver mal por mal. Dicha opción tiene su punto de referencia en el amor de Dios, que nos acoge a pesar de nuestro pecado y, como modelo supremo, el perdón de Cristo, el cual invocó desde la cruz: «Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen» (Lc 23, 34).5.El ser humano cuando comete el mal, se da cuenta de su fragilidad y desea que los otros sean indulgentes con él. Por tanto, ¿por qué no tratar a los demás como uno desea ser tratado?6.Todo ser humano abriga en sí la esperanza de poder reemprender un camino de vida y no quedar para siempre prisionero de sus propios errores y de sus propias culpas. Sueña con poder levantar de nuevo la mirada hacia el futuro, para descubrir aún una perspectiva de confianza y compromiso.7.El perdón es necesario también en el ámbito social. Las familias, los grupos, los Estados, la misma Comunidad Internacional, necesitan abrirse al perdón para remediar las relaciones interrumpidas, para superar situaciones de estéril condena mutua, para vencer la tentación de excluir a los otros, sin concederles posibilidad alguna de apelación. La capacidad de perdón es básica en cualquier proyecto de una sociedad futura más justa y solidaria.8.Por el contrario, la falta de perdón, especialmente cuando favorece la prosecución de conflictos, tiene enormes costes para el desarrollo de los pueblos. ¡Cuánto sufre la humanidad por no saberse reconciliar, cuántos retrasos padece por no saber perdonar! La paz es la condición para el desarrollo, pero una verdadera paz es posible solamente por el perdón.9.La propuesta del perdón no se comprende de inmediato ni se acepta fácilmente; es un mensaje en cierto modo paradójico. En efecto, el perdón comporta siempre a corto plazo una aparente pérdida, mientras que, a la larga, asegura un provecho real. La violencia es exactamente lo opuesto: opta por un beneficio sin demora, pero, a largo plazo, produce perjuicios reales y permanentes.10.El perdón podría parecer una debilidad; en realidad, tanto para concederlo como para aceptarlo, hace falta una gran fuerza espiritual y una valentía moral a toda prueba. Lejos de ser menoscabo para la persona, el perdón la lleva hacia una humanidad más plena y más rica, capaz de reflejar en sí misma un rayo del esplendor del Creador. +Luis José Rueda AparicioArzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia

Lun 18 Sep 2023

Obispos de la frontera entre Colombia y Venezuela se reúnen para coordinar nuevas acciones pastorales transnacionales

Desde este lunes 18, hasta el próximo miércoles 20 de septiembre, los obispos de las jurisdicciones eclesiásticas ubicadas en las fronteras entre Colombia y Venezuela se encontrarán nuevamente en la ciudad de Cúcuta. En esta oportunidad, para coordinar acciones pastorales transnacionales que respondan a los desafíos actuales que plantea el fenómeno migratorio en esta región.“Caridad en la frontera 2023” es el tema que inspirará este espacio organizado por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y la Diócesis de Cúcuta. En él, los prelados presentarán el panorama de la pastoral migratoria en sus territorios. A partir de allí, se abrirán diversos espacios de reflexión y trabajo.Durante la ceremonia de apertura intervendrán el Subsecretario del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, monseñor Anthony Ekpo; monseñor Luis José Rueda Aparicio, presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia; monseñor Jesús Gonzáles de Zárate, presidente de la Conferencia Episcopal de Venezuela, y el Obispo de Cúcuta, monseñor José Libardo Garcés.En este evento, que reunirá cerca de 35 personas, participarán también los responsables de las Cáritas nacionales y regional, de la Red Eclesial Latinoamericana y Caribeña de Migración, Desplazamiento, Refugio y Trata de Personas (Red CLAMOR) y de la Comisión Católica Internacional para las Migraciones (ICMC).En enero de 2020, también en la Diócesis de Cúcuta, se había realizado un encuentro similar. Estos espacios son una respuesta concreta a la preocupación del papa Francisco por las situaciones migratorias fronterizas y su llamado a crear sinergias para el desarrollo de actividades caritativas en favor de las personas más débiles y vulnerables de la región.Precisamente en el mensaje emitido por el papa Francisco para la celebración de la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado 2023 que se llevará a cabo el próximo domingo 24 de septiembre, el Santo Padre subraya que “es necesario un esfuerzo conjunto de cada uno de los países y de la comunidad internacional para que se asegure a todos el derecho a no tener que emigrar, es decir, la posibilidad de vivir en paz y con dignidad en la propia tierra”.Ver el mensaje del papa Francisco AQUÍ.

Lun 18 Sep 2023

La Voz del Pastor | 17 de septiembre de de 2023

Reflexión de monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y primado de Colombia:Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 18, 21-35

Vie 15 Sep 2023

Episcopado colombiano le da la bienvenida al Nuncio Apostólico, monseñor Paolo Rudelli

Este viernes, 15 de septiembre, con una Santa Misa celebrada en la Catedral Primada, los obispos colombianos le dieron la bienvenida a monseñor Paolo Rudelli a Colombia, nuevo Nuncio Apostólico, designado por el papa Francisco en el mes de julio. La Eucaristía fue presidida por monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, acompañado del cardenal Jorge Enrique Jiménez Carvajal, así como por el vicepresidente y el secretario general del episcopado, monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos y monseñor Luis Manuel Alí Herrera, respectivamente.En la celebración también participaron los sacerdotes que dirigen los diversos departamentos del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano, así como miembros del clero y seminaristas de la Arquidiócesis de Bogotá. Cientos de fieles laicos también se hicieron presente para acoger a monseñor Rudelli.Un peregrino de la esperanza enviado por el Santo Padre a ColombiaDurante su homilía, monseñor Rueda Aparicio, en representación de toda la Iglesia Católica colombiana, agradeció al señor Nuncio por aceptar este ministerio y “disponerse como peregrino de la esperanza para servir a la evangelización de nuestro país”.Precisamente en el contexto de la fiesta litúrgica de Nuestra Señora de los Dolores, el primado de Colombia le recordó a monseñor Paolo Rudelli la importancia que tiene la Virgen para todos los fieles en el país, especialmente con la devoción a la Virgen del Rosario de Chiquinquirá.“Señor Nuncio ha llegado usted a Colombia que es tierra de la virgen María, venerada en todas las regiones en todas las iglesias particulares…Ella está en todas las cruces del sufrimiento de nuestra Patria (…) Ella lo acompañará también a usted en su misión apostólica, con ternura”, le expresó monseñor Luis José Rueda Aparicio al representante del Santo Padre.“Ir a lo esencial, renovarse e involucrase”: las consignas del Papa Francisco en Colombia que inspiran al NuncioAl concluir la Eucaristía, monseñor Paolo presentó su saludo en nombre papa Francisco; agradeció por la acogida que ha recibido en su llegada y felicitó a monseñor Rueda por su creación como cardenal el próximo 30 de septiembre. Además, manifestó su alegría por llegar a la nación en el contexto de la celebración de los 115 años de la Conferencia Episcopal de Colombia.Monseñor Paolo Rudelli recordó que la misión del Nuncio es hacer cada vez más estrechos los vínculos entre la Santa Sede y las iglesias locales, así como trabajar, especialmente, por el progreso y la paz de los pueblos.En el contexto de una audiencia privada que tuvo monseñor Rudelli con el Santo Padre en los últimos días, el señor Nuncio reafirmó el cariño que tiene el papa Francisco por el pueblo colombiano. Recordó que durante su visita apostólica en 2017 pontífice tuvo la oportunidad de expresar su interés por la paz y la reconciliación del país. Dijo, además, que está seguro que sus mensajes siguen marcando el norte de la Iglesia. También remarcó la importancia de las tres consignas expresadas por el Santo Padre durante paso por Medellín: “ir a lo esencial, renovarse e involucrase”.Finalmente, monseñor Paolo Rudelli dijo que, al comenzar su misión como representante del Santo Padre, pide al Señor poder compartir los gozos, las tristezas y las esperanzas de todo el pueblo colombiano. Además, pidió a todos orar por él y por el Papa.

Jue 14 Sep 2023

Obispos presentan al país "Luces en el camino hacia la paz"

Este jueves 14 de septiembre, día en el que la Conferencia Episcopal de Colombia celebra sus 115 años de creación, en rueda de prensa, los obispos presentaron al país "Luces en el camino hacia la paz", un documento que propone al pueblo colombiano 18 orientaciones concretas para la búsqueda y construcción de la paz. En el espacio estuvieron presentes monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente del episcopado; monseñor Omar Alberto Sánchez, arzobispo de Popayán y vicepresidente de la CE; y monseñor Juan Carlos Barreto, obispo de Soacha y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social.Los prelados explicaron el contenido del documento que nace, no solo desde la misión de la Iglesia, sino también de su preocupación ante la compleja crisis social y humanitaria que vive hoy el país por cuenta de situaciones asociadas a la violencia, el conflicto armado, las injusticias y la polarización. Por esto, pidieron a todos conocer estas propuestas y apropiarlas.Las orientaciones del texto están estructuras desde seis luces concretas:La luz del Evangelio: “La paz se teje cada día cuando asumimos las virtudes enseñadas por Jesús”.La luz de caminar y trabajar juntos: “Caminar juntos nos exige volvernos prójimos de todos”.La luz del servicio: “Promover la dignidad humana es servir a la paz”.La luz de la misericordia: “La misericordia nos impulsa a la salida misionera por la paz”.La luz del perdón y la reconciliación: “Sólo el perdón de corazón conduce a la paz”.La luz de la esperanza: “La esperanza nos abre caminos para concretar la paz”.Durante estos 115 años, los obispos han caminado con el pueblo colombiano enfrentando diferentes momentos, muchos de ellos llenos de sombras y oscuridad, que han generado dolor en las comunidades que acompañan. Desde allí, han denunciado los atentados contra la vida y la dignidad humana y han promovido el desarrollo humano integral, la defensa de los más vulnerables y el bien común. Iniciativas que se hacen realidad no solo desde el acompañamiento espiritual sino también en el marco de diversos proyectos de asistencia y promoción social.Por esto, reconociendo la gravedad del acontecer actual pero sin desfallecer, los pastores insisten en seguir promoviendo entre todos los actores y sectores, caminos que conduzcan a verdaderas transformaciones de orden humano, espiritual, social, político y económico. Esto, desde el enfoque de la misericordia, tema que inspiró su más reciente asamblea plenaria.“El objeto de la esperanza tiene que ser todo el bien que puede surgir de las personas de buena voluntad, de la sociedad civil, y de las instituciones comprometidas con el bien común y el servicio a la persona. También de las autoridades legítimas, que tienen la gran responsabilidad de abrir caminos para concretar la paz y la justicia social”, plantean en el texto.Durante la rueda de prensa de presentación, monseñor Luis José Rueda hizo énfasis en que la educación para una cultura de paz, tema propuesto en el documento, es clave para esa transformación tan anhelada. Explicó que existen narrativas de odio contra personas e instituciones que causan mucho daño. Por ello, afirmó que desde la pedagogía, se tiene la posibilidad de ayudar a que se superen esos círculos de odio y se creen narrativas de fraternidad, de esperanza y de servicio.En el espacio, el designado Cardenal por el papa Francisco el pasado 9 de julio, aprovechó para invitar a recordar y hacer un homenaje a quienes durante estos 115 años han impulsado con vehemencia esta misión para el país, entre ellos, monseñor Luis Augusto Castro Quiroga, ex presidente del episcopado, quien "fue un apóstol de paz y reconciliación", dijo monseñor Rueda.Vea la transmisión de la rueda de prensa:

Mié 13 Sep 2023

El Cardenal Pedro Rubiano, convocante de la Comisión de Conciliación Nacional, celebra 91 años de vida

El Cardenal Pedro Rubiano Sáenz, nacido en Cartago (Valle) el 13 de septiembre de 1932, es reconocido a través de la historia de la Iglesia Católica en Colombia. Su cumpleaños no pasa desapercibido y es un momento especial para destacar su vocación, entrega y servicio al país. Fue presidente de la Conferencia Episcopal (CEC) de Colombia durante dos periodos consecutivos, entre 1990 y 1993, y de 1993 a 1996.En estos 91 años de vida el Cardenal Pedro Rubiano ha sido reconocido por sus aportes a la pastoral educativa, el vínculo matrimonial y por ser miembro y creador de varias comisiones de paz, entre ellas, la Comisión de Conciliación Nacional de la CEC, organismo que fue convocado por monseñor Rubiano el 4 de agosto de 1995 bajo el propósito de buscar soluciones políticas al conflicto armado colombiano que en aquella época pasaba por su momento más álgido. Bajo esa misión, se perfiló como uno de los mayores críticos de las guerrillas en Colombia.El Cardenal fue ordenado sacerdote en 1956 para la Arquidiócesis de Cali. Posteriormente, en 1971, el papa Pablo VI lo nombró Obispo de Cúcuta, también el 26 de marzo de 1983 fue nombrado Arzobispo Coadjutor de Cali, y dos años más tarde, en el 1985, fue designado Arzobispo de esta misma jurisdicción.Fue creado cardenal el 21 de febrero del 2001; recibió la birreta roja y el título de la Transfiguración de Nuestro Señor Jesucristo. Asistió a la X Asamblea Ordinaria del Sínodo Mundial de Obispos, Ciudad del Vaticano, del 30 de septiembre al 27 de octubre de 2001.Monseñor Pedro Rubiano participó en el cónclave del 18 y 19 de abril de 2005. Asistió a la XI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, Ciudad del Vaticano, 2 al 23 de octubre de 2005.La Conferencia Episcopal de Colombia celebra su cumpleaños número 91 y se une en acción de gracias por su vida y por toda la labor dedicada a la Iglesia y al servicio de la comunidad.

Mar 12 Sep 2023

115 años del episcopado colombiano: la celebración y los momentos para recordar

El próximo jueves, 14 de septiembre, la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) cumplirá 115 años de haber sido creada bajo el propósito de animar la unidad, participación y fraternidad de los obispos católicos, promover la evangelización, e incidir en la construcción social del país y el desarrollo humano integral.Desde esta misión y preocupados por el difícil contexto que vive actualmente Colombia, a través de una rueda de prensa, durante este día los prelados presentarán al pueblo colombiano “Luces en el camino hacia la paz”. Se trata de un documento que propone 17 orientaciones concretas para la búsqueda y construcción de la paz, desde el horizonte de la misericordia, tema que protagonizó la CXV asamblea plenaria del episcopado desarrollada en el mes de julio del presente año.Posteriormente, a las 6:00 p.m., en la sede de la CEC en Bogotá, los obispos celebrarán una Eucaristía especial por este aniversario que será presidida por monseñor Ricardo Tobón Restrepo, arzobispo de Medellín y concelebrada por los obispos de Palmira y Granada, monseñor Edgar de Jesús García Gil y monseñor José Figueroa Gómez, respectivamente. Esta Santa Misa será transmitida a través del canal Teleamiga y de las redes sociales de la Conferencia Episcopal (episcopadocol).Una mirada a los 115 años de historiaEn el marco de esta celebración el padre Raúl Ortiz Toro, director del Departamento de Doctrina y Promoción de la Unidad y del Diálogo (PUD) del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano, comparte algunos de los momentos, personajes y aportes más destacados de los 115 años de historia de este órgano colegiado:El 14 de septiembre de 1908, en Bogotá, nació la Conferencia Episcopal de Colombia con el beneplácito del papa san Pío Décimo, quien envió a través de su Delegado Apostólico, Monseñor Francesco Ragonesi, su especial bendición y lineamientos. Las reuniones de la primera Asamblea Plenaria se prolongaron hasta el 15 de octubre de ese mismo año, es decir, durante un mes. En ese momento existían en Colombia 18 jurisdicciones eclesiásticas que eran cuatro arquidiócesis, nueve diócesis, tres vicariatos apostólicos y dos prefecturas apostólicas; en aquella ocasión hubo presencia de catorce jurisdicciones representadas por quince personas: trece obispos y dos presbíteros vicarios capitulares.Las conclusiones de esta Primera Asamblea Plenaria se difundieron a través de dos pastorales colectivas. La primera, ponía en guardia a los fieles católicos ante las doctrinas masónicas que se publicaban en la prensa nacional con doctrinas anticlericales y de oposición a la labor de las comunidades religiosas en el campo educativo; también se honró la memoria de cincuenta religiosas Hermanas de la Caridad fallecidas durante la Guerra Civil de los Mil Días por auxiliar a las víctimas de la violencia y se reconoció la labor de multitudes de sacerdotes, muchos de ellos extranjeros, que ejercían su misión de evangelización y caridad en lugares apartados del país.En la segunda carta pastoral de aquella primera Asamblea, los obispos recordaron que la Constitución Política de Colombia reconocía a la religión católica como la base del orden social y exhortaron al pueblo a no ceder “a las contiendas armadas y a las luchas fratricidas que no han sido ni serán jamás remedio para los males de nación alguna”. En consecuencia, insistieron en trabajar por la concordia en el país y presentaron algunos medios para lograrlo: escuchar las justas reclamaciones de los ciudadanos, propiciar en el campo político o administrativo algunas concesiones equitativas para dar participación a todos los partidos y vincular en la administración pública a personas competentes “de honradez probada y de aptitudes no comunes”. Pero, sobre todo, hicieron énfasis en que dichas propuestas solo serían efectivas en la medida en que se restauraran todas las cosas en Cristo a través de la extensión de su ley divina en todos los ámbitos de la vida social y política; solo así, “la paz de Dios que sobrepuja a todo entendimiento será la guardia de los corazones y de los entendimientos de todos”.Así pues, desde hace 115 años, los obispos católicos de Colombia se reúnen colegialmente para crecer en la fraternidad y la comunión episcopal, pero, también, para trazar líneas de acción que benefician la evangelización como un proyecto conjunto. Una de estas líneas siempre ha sido la reconciliación y la paz, y se ha visto reflejada en las actividades pastorales de cada jurisdicción en la historia del país; esto indica que la Conferencia Episcopal, desde sus inicios, ha sabido leer los signos de los tiempos y discernir lo que más conviene para el bien de la nación a través del ejercicio de los deberes cristianos y civiles del pueblo de Dios. civiles.En la actualidad, la Conferencia Episcopal ha crecido en número y en acciones evangelizadoras, pues en ella participan los obispos de 78 jurisdicciones eclesiásticas distribuidas así: 14 arquidiócesis, 52 diócesis, 10 vicariatos apostólicos, 1 obispado castrense y 1 exarcado para los católicos maronitas.Hacemos memoria de los fundadores de la Conferencia Episcopal de Colombia:-Mons. Bernardo Herrera Restrepo, arzobispo de Bogotá-Mons. Pedro Adán Brioschi, arzobispo de Cartagena-Mons. Manuel Antonio Arboleda, arzobispo de Popayán-Mons. Manuel José Caicedo, arzobispo de Medellín-Mons. Moisés Higuera, obispo auxiliar de Medellín-Mons. Evaristo Blanco, obispo de Socorro-Mons. Eduardo Maldonado Calvo, obispo de Tunja-Mons. Gregorio Nacianceno Hoyos, obispo de Manizales-Mons. Ismael Perdomo Borrero, obispo de Ibagué-Mons. Esteban Rojas Tovar, obispo de Garzón-Mons. Francisco Simón y Rodenas, OFM cap., obispo de Santa Marta-Mons. Adolfo Perea Yuste, obispo de Pasto-Mons. Atanasio Vicente Soler, vicario apostólico de la Goajira-Pbro. Antonio María Colmenares, vicario capitular de la diócesis de Nueva Pamplona-Pbro. Francisco Cristóbal Toro, vicario capitular de la diócesis de Santa Fe de Antioquia.Entre las ausencias se cuentan:-Vicariato Apostólico de Casanare: por muerte del obispo Gregorio Nicolás Casas y Conde, OAR.-Vicariato Apostólico de Los Llanos de San Martín: por la reciente creación de la jurisdicción y consagración de su primer vicario apostólico, el obispo Joseph Marie Désiré Guiot, SMM.Por ley canónica las prefecturas apostólicas dependen directamente de la Santa Sede; los prefectos de aquellas jurisdicciones eran sacerdotes misioneros y, aunque no pertenecían específicamente a la Conferencia de obispos, sin embargo, vale la pena consignar sus datos pues estos territorios dieron paso posteriormente a varias diócesis y vicariatos hoy existentes:-Prefectura Apostólica de Caquetá: donde era prefecto el fraile capuchino Josep Pujol i Coll, OFM, cap.-Prefectura Apostólica de Chocó: por reciente creación de la prefectura donde fue designado el padre claretiano Juan Gil y García, CMF.En 115 años de historia, la Conferencia Episcopal de Colombia ha acompañado o suscitado varios acontecimientos: la creación de 60 jurisdicciones eclesiásticas, la visita de tres Pontífices, la implementación de varios métodos de evangelización, la creación de distintos organismos para la promoción social, la celebración de acontecimientos eclesiales del orden nacional e internacional, además de ser la representación de la Iglesia Católica Colombiana ante la Santa Sede a través de las relaciones con la Nunciatura Apostólica y con los Dicasterios de la Curia Romana.A continuación, un recorrido por los acontecimientos más relevantes durante los 23 lustros: