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iglesia colombiana

Vie 17 Ene 2025

No tienen vino

SEGUNDO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIOEnero 19 de 2025Primera lectura: Isaías 62,1-5Salmo: 96(95),1-2a.2b-3.7-8a.9-10ac (R. cf. 97[96],6)Segunda lectura: 1Corintios 12,4-11Evangelio: Juan 2,1-11I. Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónLas lecturas que nos propone la liturgia de este domingo tienen un tono festivo, provocado por el gozo eterno que celebra el amor desbordante de Dios que nunca abandona, sino que cuida, restaura y mantiene firme su elección y alianza con Israel. Esta alianza encuentra su plenitud en Jesús, quien inaugura su misión, según el Evangelio de Juan, en una boda donde la alegría y el gozo de la fiesta no tienen límite, porque “el mejor vino” ha llegado: Jesús.1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?Tanto la primera como la segunda lectura hablan de una boda, un desposorio que evoca la alianza en la que se declara el profundo amor y compromiso de Dios hacia su pueblo. Y es justamente, en el contexto de una boda, donde Jesús realiza, en el Evangelio de Juan, el primero de una serie de signos que irán revelando, progresivamente, la Gloria de Dios.El evangelio empieza con una indicación temporal ─“el tercer día”─ que tiene una fuerte connotación teológica en el Antiguo Testamento. En el tercer día se verifican eventos decisivos en la historia de Israel, sobre todo, en el contexto de la alianza (Gn 22,4-8; Ex 19,1. 10-11. 16). El tercer día, por tanto, pone el relato del evangelio, a nivel teológico, en el contexto de la alianza. Una alianza que, debido a las acciones del pueblo, le empezó a faltar “el mejor vino”.Después de ubicar la narración en un tiempo y lugar ─ elementos que anuncian que Jesús no está distante ni desconectado de nuestras actividades diarias, más bien, Él desea estar con nosotros en cada aspecto de nuestra vida, participando en nuestras alegrías y preocupaciones ─ el evangelista nos presenta a los invitados principales de la boda: La madre de Jesús y Jesús con sus discípulos: “Jesús fue invitado con sus discípulos”. Jesús y sus discípulos ya son uno. Ya uno no está más sin el otro.Justo, cuando lo mejor de la boda está por empezar, la madre de Jesús observa una necesidad y acude a su hijo: “no tiene vino”. Aunque Jesús inicialmente responde que no ha llegado su “hora”; María nos invita a entrar en el camino de la fe y del encuentro con su Hijo al decirnos: “¡hagan lo que él les diga!” … “Y llenaron las tinajas hasta el borde”.Nosotros, como los sirvientes, somos llamados a estar atentos a la voz de nuestro “Señor” y a responder con prontitud a su palabra, Él es la Palabra de vida eterna. No somos espectadores, somos partícipes y testigos de la obra salvífica de Dios en su Hijo. Resuenan aquí las palabras de Jesús: “Ustedes son mis amigos si hacen los que yo les digo. Ya no los llamo siervos, porque los siervos no saben lo que hace el amo; los llamo amigos porque todo lo que he oído a mi padre, se los he dado a conocer” (Jn 15,14-15).Cómo advino el gran signo, en qué momento el agua se convirtió en vino, esto no está descrito: “la acción de Dios no se deja objetivar”. Pensemos un momento en los pequeñas y grandes transformaciones que vivimos cada día… Nuestra fe en Jesús hace que lo ordinario de la vida sea extraordinario. Hemos de celebrar cada día que el vino de la vida nueva, de la alegría, de la hora inaugurada en Jesús, no tiene fin… Cada uno de nosotros portamos en nuestra vida una gota desbordante del “mejor vino” … Nosotros, como los diáconos, hemos participado del signo, sabemos al igual que ellos de dónde proviene el “mejor vino” … Sabemos dónde encontrarlo y estamos llamados a sacarlo y ofrecerlo a la humanidad carente e incapaz de reconocer los signos abundantes del amor de Dios.2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad?El mundo nos propone un gozo y alegría momentáneo que va generando progresivamente la escasez de vida plena en nosotros. Poco a poco, sin darnos cuenta, podemos quedar como las tinajas, vacíos, pesados y agrietados. Incluso, podemos correr el riesgo de enterrar los carismas que hemos recibido ─de los que habla Pablo en la segunda lectura─ en el vaivén de la rutina y del tiempo que parecen ser los dueños y señores de nuestra vida. Sin embargo, así como los discípulos, somos invitados por Jesús a participar de la fiesta eterna de la vida en la que continuamente se está manifestando la Gloria de Dios. Invitemos a Jesús a la fiesta de nuestra vida, Él siempre viene.María nos indica el camino, ella nos invita a fijar los ojos en Jesús, Él es la fuente de toda alegría plena y, junto con “los servidores”, estamos llamados a poner al servicio del Reino de Dios nuestros carismas para continuar sacando el “mejor vino” y ofrecerlo para que todos “tengan vida y vida en abundancia” (Jn 10,10).Creamos, como nos dice el Papa Francisco, queel mejor de los vinos está por venir, aunque todas las variables y estadísticas digan lo contrario; el mejor vino está por venir en aquellos que hoy ven derrumbarse todo.Murmúrenlo hasta creérselo: el mejor vino está por venir. Murmúrenselo cada uno en su corazón: El mejor vino está por venir. Y susúrrenselo a los desesperados o a los desamorados…El mejor vino está por venir.3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?El evangelio concluye con dos afirmaciones: “En Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él”.Los discípulos han sido invitados a la boda con Jesús, estaban con Él y contemplaron su gloria e inician su camino de fe en el Señor de la vida. Para nosotros, discípulos y creyentes, el signo abundante del “mejor vino” es un constante recuerdo de que Jesús puede transformar todas nuestras escaseces en gracias abundantes, basta que tengamos fe y que creamos que la Gloria de Dios se manifiesta cada día en nuestra vida. Supliquemos humildemente: ¡Señor, aumenta mi fe! ¡Llena mi vida del “mejor vino”! ¡Tú, Señor de mis alegrías y esperanzas! María, mujer creyente, acompaña nuestro caminar._______________________Recomendaciones prácticas:•24 – 26 de enero. Jubileo del Mundo de la ComunicaciónII.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Cada Domingo celebramos la gran fiesta del Banquete Eucarístico, en la que Jesús se nos da como el pan de vida eterna. Hoy María nos anima a hacer todo lo que Jesús nos diga, para que Jesús, “el mejor vino” alegre el corazón de todos los creyentes. Participemos con fe. Monición a la Liturgia de la Palabra La Palabra que nos ofrece la liturgia de hoy, nos invita a regocijarnos y celebrar cada día el amor eterno de Dios que nos sana y restaura. Un amor que, en su Hijo Jesús, “el mejor vino”, se hace abundante y se nos ofrece para que la fiesta del Reino continúe. Dispongámonos como los servidores del evangelio para acoger la palabra de Dios, que sea ella quien nutra los carismas que cada uno hemos recibido por la gracia del Espíritu Santo.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Reunidos, como pueblo de la nueva alianza, confiados a la intercesión de María y con los ojos fijos en Jesús, dirijamos nuestras súplicas a Dios Padre. Digamos con feR. Padre misericordioso, escúchanos.1.Por la Iglesia para que, al igual que María en las bodas de Caná, siempre interceda por las necesidades de todos los fieles y guíe a todos hacia su Hijo Jesucristo. Oremos.2.Por los que tienen la misión de gobernar las naciones, para que asuman con responsabilidad y cuidado los recursos humanos, económicos y de la madre tierra. Oremos.3.Por los matrimonios y las familias, para que vivan siempre la abundancia del “mejor vino” ofrecido por Jesús: el amor, la unidad, la paz y el perdón. Oremos.4.Por los necesitados y los que sufren, para que experimenten el amor de Dios que cuida y restaura toda dolencia. Oremos.5.Por nuestra comunidad, para que, inspirados por el signo de Caná, seamos siempre generosos y atentos a las necesidades de los demás, viviendo en fraternidad y solidaridad. Oremos.6.Por el Jubileo del Mundo de la Comunicación, para que la Iglesia promueva a través de los medios de comunicación, los valores de la persona humana, lleven a los hombres a la unidad y al amor fraterno. Oremos.Oración conclusivaDios de amor y misericordia, escucha nuestras oraciones y, por intercesión de la Virgen María, concede lo que con fe te pedimos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.R. Amén.

Vie 17 Ene 2025

La Voz del Pastor | 19 de enero de 2025

Reflexión del cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y primado de Colombia:Lectura del Santo Evangelio según San Juan 2,1-11

Jue 16 Ene 2025

El padre John Mario Mesa Palacio liderará la vivencia de la comunión en la Iglesia Colombiana desde la Conferencia Episcopal

En un paso significativo para el fortalecimiento de la comunión, la misión y la estructura pastoral en la Iglesia Católica colombiana, la Comunidad de Presidencia de la Conferencia Episcopal designó al padre John Mario Mesa Palacio, sacerdote de la Diócesis de Santa Rosa de Osos, como nuevo Director del Departamento de Lugares Eclesiales para la Vivencia de la Comunión. Con este nombramiento, se busca promover, con mayor fuerza, la sinodalidad y la participación activa de los laicos en los diversos espacios eclesiales. La formación y la articulación de los planes diocesanos serán clave en este propósito.El padre Mesa llega al cargo con una amplia trayectoria pastoral y formativa en 30 años de vida sacerdotal, que incluye roles como vicario episcopal, delegado de pastoral misionera y familiar, rector del Seminario Diocesano Santo Tomás de Aquino y animador de ministerios laicales. Además, Director y apoyo al equipo Nacional del Servicio de Animación Comunitaria - SEDAC. Su experiencia será clave para articular la vida comunitaria en la parroquia, las diócesis, los movimientos eclesiales y las pequeñas comunidades, promoviendo experiencias de evangelización que respondan a los desafíos actuales.En entrevista con el Departamento de Comunicaciones de la Conferencia Episcopal de Colombia, el padre John Mario Mesa expresó su compromiso y visión para esta nueva misión que le han encomendado los obispos desde el ámbito nacional:“Este es un desafío, pero también una oportunidad de articular y fortalecer la vivencia de la comunión eclesial y la sinodalidad como un ‘caminar juntos’. Es clave en una Iglesia llamada a ser testimonio de unidad frente a un mundo marcado por el individualismo y la dispersión”.Un desafío en tiempos de sinodalidadEl Departamento de Lugares Eclesiales para la Vivencia de la Comunión tiene como misión principal animar la vida comunitaria en los espacios donde los fieles experimentan a Cristo y a la Iglesia como comunión, tal como lo subraya el documento de Aparecida: “La Iglesia es comunión misionera, llamada a ser hogar y escuela de la comunión” (DA 368). Bajo esta premisa, el trabajo del departamento se centrará en integrar las acciones pastorales de las diócesis y parroquias en una perspectiva de comunión y misión compartida.El padre Mesa destacó que el fortalecimiento de estos lugares no se limita a estructuras físicas, sino que involucra a las personas, es decir, a las comunidades que los conforman.“La parroquia, como comunidad de comunidades, es el espacio donde la mayoría de los fieles viven su fe. Allí debemos potenciar la sinodalidad, permitiendo que la comunión no sea solo una teoría, sino una experiencia viva que involucre a todos: laicos, sacerdotes y movimientos eclesiales”, afirmó el sacerdote.Primeros pasos y objetivos del departamentoEntre las primeras acciones que marcarán la gestión del padre Mesa, de acuerdo a los lineamientos de la Comunidad de Presidencia del Episcopado, se encuentra la consolidación de un directorio pastoral que ofrecerá lineamientos claros para la vivencia de la comunión en las parroquias y diócesis. Asimismo, se promoverán procesos de formación para garantizar que los agentes pastorales y comunidades puedan vivir y transmitir una espiritualidad de comunión. “No se trata de añadir tareas, sino de articular las iniciativas existentes, potenciando su impacto y asegurando que nadie quede excluido del caminar eclesial”, señaló.Además, el nuevo Director destacó la importancia de trabajar en equipo con los otros 13 departamentos del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano y de ser un puente entre la Presidencia y las jurisdicciones eclesiásticas o Iglesias particulares para consolidar un enfoque unificado en la evangelización.Un nombramiento que aportará la vivencia de la sinodalidad en ColombiaEste nombramiento responde al llamado del papa Francisco a construir una Iglesia más sinodal, donde el caminar juntos se traduzca en una comunión efectiva y misionera. En este contexto, el trabajo del Departamento de Lugares Eclesiales cobra especial relevancia en un país como Colombia, marcado por profundas desigualdades y desafíos sociales.“Es momento de unir fuerzas para que la Iglesia sea signo de reconciliación, unidad y esperanza en medio de tantas realidades de distanciamiento”, expresó el padre Mesa.Con este nuevo liderazgo, la Conferencia Episcopal de Colombia reafirma su compromiso de fortalecer las células vivas de la Iglesia y de impulsar una evangelización que transforme, inspire y conecte con los fieles en su realidad cotidiana y territorial.Comisión Episcopal de Lugares Eclesiales para la Vivencia de la ComuniónDesde julio de 2024, esta comisión es presidida por monseñor José Clavijo Méndez (Obispo de Sincelejo). La integran también: monseñor Luis Felipe Sánchez Aponte (Obispo de Chinquinquirá), monseñor Edgar de Jesús Mejía Orozco (Obispo Auxiliar de Barranquilla), monseñor William Prieto Daza (Obispo de San Vicente del Caguán) y monseñor Fadi Bou Chebl (Exarca Apostólico Maronita en Colombia).Vea la entrevista a continuación:

Mié 15 Ene 2025

Conferencia Episcopal de Colombia lamenta fallecimiento del hermano de monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos

La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) expresa sus más sentidas condolencias a monseñorGabriel Ángel Villa Vahos, arzobispo de Tunja y vicepresidente de la CEC, por el sensible fallecimiento de su hermano mayor, el señor Luis Fernando Villa Vahos, sucedido este martes 14 de enero.Al elevar sus plegarias por el eterno descanso del señor Luis Fernando, el episcopado colombiano manifiesta también su compañía y solidaridad con la familia del prelado.

Mar 14 Ene 2025

“El corazón de nuestro servicio está en la solidaridad”: Pbro. Mauricio Rey Sepúlveda, nuevo director de Cáritas Colombiana

Con la llegada del 2025, la Comunidad de Presidencia de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) designó al padre Mauricio Alejandro Rey Sepúlveda como nuevo director del Secretariado Nacional de Pastoral SocialCáritas Colombiana (SNPS-CC). Tras haber liderado la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Barranquilla, el sacerdote de 46 años de edad, asume este importante rol con una visión que prioriza las realidades territoriales, la articulación y la proyección desde la acción transformadora del Evangelio y la doctrina de la Iglesia.El padre Rey Sepúlveda sucede en esta misión al sacerdote cartagenero Rafael Castillo Torres, quien dirigió el SNPS-CC desde febrero del año 2022, tras ser elegido por los obispos del país durante la CXII Asamblea Plenaria.Un líder con sólida formación y experienciaOrdenado sacerdote en 1999, en la Arquidiócesis de Barranquilla, el padre Mauricio Rey cuenta con una sólida formación académica que incluye dos estudios de postgrado en Roma: un doctorado en ciencias sociales y una maestría en teología fundamental. Su experiencia pastoral ha sido transversalizada por casi dos décadas de trabajo pastoral en diversas comunidades de Colombia, desde pequeños municipios hasta barrios vulnerables de la capital del Atlántico.El padre Mauricio Rey es autor de varios libros, entre ellos: Acuerdo de paz en Colombia y su impacto en el desarrollo económico y social en la subregión de los Montes de María; El testimonio en la exhortación apostólica Evangeli Gaudium; Contribución de las Arquidiócesis de Barranquilla y Cartagena al proceso de paz en Colombia; y La Sábana Santa: El quinto Evangelio.“Servir es transformar contextos”En entrevista con el Departamento de Comunicaciones de la CEC, el padre Rey se refirió a su interés de servir con esperanza a la Iglesia y al país dándole continuidad a la importante labor realizada por el padre Castillo, pero también, enfrentando nuevos retos que permitan que esa misión se sienta, cada vez con más fuerza en los territorios. Para ello, destacó su compromiso de articular, proyectar y visibilizar la dimensión social de la evangelización de la Iglesia Católica.“La Pastoral Social no se limita a hacer cosas, busca transformar realidades y acompañar comunidades. Debemos construir puentes que acerquen a las personas y generar procesos de paz y reconciliación”, afirmó.Priorizar la solidaridadEl nuevo director subrayó que la solidaridad mensaje, estilo de vida y valor cristiano, será uno de los ejes centrales de su gestión en la Pastoral Nacional: “Es la caridad puesta al servicio. En un país dividido, la solidaridad nos une como hermanos, más allá de diferencias culturales, políticas o económicas”, anotó.Precisamente sobre este tema, el padre Mauricio escribió su primer artículo para ‘Mar Adentro’, el blog web de la Conferencia Episcopal de Colombia, titulado ‘De la caridad esporádica a la solidaridad transformadora’. Evocando diferencias entre la acción de “dar” y la solidaridad, el presbítero explicó allí que “solidarizar implica un compromiso que va más allá de la acción momentánea, pues busca entender, acompañar y transformar las condiciones que generan injusticia”.Retos y oportunidades en un año decisivo para ColombiaEn un 2025 marcado por desafíos sociales, económicos y políticos en el país, el padre Rey señaló que la labor de Cáritas Colombiana será clave para animar el diálogo, la fraternidad y la paz: “La Iglesia debe armonizar diferencias y construir comunidad. No se trata de evitar los conflictos, sino de transformarlos desde la esperanza y la luz del Evangelio”.Refiriéndose a su experiencia en la Pastoral Social de Barranquilla, el sacerdote enfatizó la importancia de aprovechar el capital humano local para el desarrollo efectivo de la misión: “Cada persona tiene algo valioso que aportar. La construcción de una sociedad más justa y solidaria empieza desde lo que somos y tenemos como comunidad”.Un mensaje para los colombianosEl nuevo Director del Secretariado Nacional de Pastoral Social recordó a los colombianos la necesidad de ser agentes de cambio y trabajar juntos, en clave sinodal, por un país reconciliado. “Solo acercándonos al otro, construyendo juntos y poniendo en práctica los valores del Reino lograremos un futuro de paz, solidaridad y esperanza”, concluyó.En contexto:El Secretariado Nacional de Pastoral SocialCáritas Colombiana SNPS-CC es un organismo eclesial, sin ánimo de lucro, dependiente de la Conferencia Episcopal de Colombia que tiene como misión principal aportar a la búsqueda de la verdad, la reconciliación, la justicia y la caridad en las relaciones y estructuras básicas de la sociedad, a la luz del Evangelio y desde la doctrina de la Iglesia Católica.En la actualidad, el SNPS-CC desarrolla su acción bajo cuatro grandes dimensiones: paz y reconciliación, tierra y territorio, protección, fortalecimiento institucional y la Red Eclesial Panamazónica (REPAM).Vea la entrevista a continuación:

Mar 14 Ene 2025

De la caridad esporádica a la solidaridad transformadora

Por. Pbro. Mauricio Alejandro Rey Sepúlveda - En el mundo actual, donde las desigualdades sociales, económicas y culturales son cada vez más evidentes, el acto de dar es un gesto valorado y necesario para aliviar el sufrimiento inmediato. Sin embargo, muchas veces este acto se queda en la superficie, reduciendo al receptor a una posición de dependencia y al donante a un rol de benefactor pasajero.La acción de dar puede ser vista como una respuesta instintiva ante la necesidad, pero no siempre es suficiente para transformar la realidad de fondo. Este es el desafío que enfrentamos como Iglesia y como sociedad: pasar del dar asistencialista a una solidaridad que construya puentes, dignifique a las personas y transforme las estructuras que perpetúan la exclusión. Este artículo busca reflexionar sobre esta transición y ofrecer claves para promover una verdadera solidaridad transformadora, inspirada en los valores del Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia.1. Diferencias clave entre “Dar” y “Solidarizar”El acto de dar responde generalmente a un impulso noble de aliviar el dolor o la carencia inmediata del otro. Aunque necesario, suele quedarse en el plano de lo transitorio: se da un alimento, un recurso o una ayuda concreta sin profundizar en las causas estructurales de esa necesidad. En contraste, solidarizar implica un compromiso que va más allá de la acción momentánea, pues busca entender, acompañar y transformar las condiciones que generan injusticia.Dar:•Resuelve necesidades inmediatas.•A menudo implica una relación vertical entre quien da y quien recibe.•Puede generar dependencia si no se complementa con acciones de promoción humana.Solidarizar:•Supone una relación horizontal de igualdad y reciprocidad.•Se basa en el reconocimiento del otro como hermano, no como alguien “menos afortunado”.•Busca soluciones duraderas, atacando las raíces del problema y promoviendo la autonomía.Por tanto, la solidaridad no es solo un acto, sino un estilo de vida que implica justicia, empatía y compromiso constante.2. Solidaridad como principio cristianoLa Doctrina Social de la Iglesia presenta la solidaridad como un principio fundamental que conecta el Evangelio con la acción social. En palabras de San Juan Pablo II, la solidaridad es “la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común”. Esto significa reconocer que no vivimos aislados, sino que estamos profundamente interconectados como miembros de una misma familia humana.Jesús mismo nos muestra un modelo de solidaridad en su vida y ministerio:•Reconocer la dignidad del otro: Al tocar a los enfermos, dialogar con los marginados y ofrecer consuelo a los pobres, Jesús no solo daba, sino que solidarizaba.•Promover la inclusión: Jesús desafiaba las estructuras de su tiempo al incluir a los excluidos y al llamar a sus discípulos a vivir en comunión fraterna.Como cristianos, estamos llamados a seguir este ejemplo. La solidaridad no es opcional, es un mandato evangélico que nos invita a construir un mundo más justo y humano.3. Ejemplos prácticosLa transición del “dar” al “solidarizar” requiere acciones concretas que fomenten un cambio sostenible. Algunos ejemplos incluyen:•Proyectos de desarrollo comunitario: Iniciativas que empoderen a las comunidades para que sean protagonistas de su propio progreso, como cooperativas agrícolas, microcréditos o programas de educación.•Pastorales transformadoras: Cambiar las dinámicas de las pastorales sociales para que no se limiten a entregar ayuda, sino que promuevan el encuentro, la formación y la organización comunitaria.•Testimonios de vida: Relatar historias de personas o comunidades que, a través de la solidaridad, han superado situaciones de exclusión o pobreza. Estos ejemplos inspiran y muestran que el cambio es posible.4. Propuestas para el cambioTransformar el dar en solidarizar implica educar a las personas y comunidades sobre el valor de la solidaridad. Algunas propuestas incluyen:•Formación en valores: Diseñar programas educativos en parroquias y escuelas que promuevan la empatía, la justicia y la fraternidad.•Espacios de diálogo y reflexión: Generar encuentros entre quienes dan y quienes reciben para fomentar el entendimiento mutuo y la corresponsabilidad.•Abordaje integral: En lugar de centrarse solo en las necesidades materiales, incluir aspectos espirituales, emocionales y sociales para una promoción humana integral.Este cambio también exige replantear nuestras estructuras pastorales, alineándolas con una visión más humanizadora y participativa.5. ConclusiónEl paso del dar al solidarizar no es solo un cambio de acción, sino de mentalidad. Requiere una conversión personal y comunitaria que nos lleve a ver al otro como un igual y a comprometernos en la construcción de un mundo más fraterno.En palabras del Papa Francisco: “La solidaridad no es un sentimiento superficial, sino la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común”. Como Iglesia, estamos llamados a ser signos de esta solidaridad, promoviendo no solo la asistencia, sino también la justicia, la dignidad y la comunión entre los pueblos.Este es el desafío y la misión que tenemos ante nosotros: transformar las dinámicas del dar para que sean verdaderos actos de amor y solidaridad transformadora.Pbro. Mauricio Rey SepúlvedaDirector del Secretariado Nacional de Pastoral Social - Cáritas Colombiana

Lun 30 Dic 2024

Frente al año preelectoral 2025 en Colombia, el cardenal Luis José Rueda Aparicio llama a la responsabilidad y la fraternidad

En el contexto del fin de año, el cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y primado de Colombia, compartió un balance del 2024, destacando los desafíos y aprendizajes que dejó para la Iglesia y para el país. Además, pidió a los colombianos asumir el 2025, año preelectoral, con un profundo sentido de responsabilidad, fraternidad y compromiso con el bien común.Reflexionando sobre el año que termina, el cardenal Rueda evocó una popular canción colombiana: “Yo no olvido el año viejo porque me ha dejado cosas muy buenas”. Desde allí, destacó que, aunque el 2024 estuvo marcado por complejas guerras en el mundo, como las de Ucrania y Gaza; así como por el conflicto armado, inundaciones y dificultades sociales en Colombia, también dejó signos de esperanza que deben animar a la nación a seguir avanzando.En el ámbito social, el purpurado subrayó la importancia de la COP 16, celebrada en Cali en el mes de octubre, como un momento clave para reflexionar sobre el cuidado de la “casa común” y la responsabilidad que tienen los colombianos de proteger la biodiversidad y priorizar la dignidad humana.A nivel eclesial, el cardenal Rueda resaltó la segunda sesión de la Asamblea del Sínodo de los Obispos sobre la sinodalidad, que invitó a la Iglesia universal a caminar junta, escuchando, perdonando y trabajando como un solo cuerpo. Además llamó la atención sobre el curso que debe seguir lo concluido allí:“Nos queda un camino por recorrer. Debemos implementar lo que el Sínodo nos ha ofrecido, no como un documento de estudio, sino como una práctica viva en parroquias, familias y comunidades”, afirmó el primado de Colombia, instando a construir una Iglesia más inclusiva y corresponsable, guiada por el Espíritu Santo.Al mirar hacia el 2025, el cardenal Luis José Rueda hizo un llamado a los colombianos a vivir este año preelectoral como un tiempo de responsabilidad y fraternidad. En un país marcado por tensiones políticas, y citando la enseñanza del papa Francisco sobre la buena política como servicio al bien común expresada en su Encíclica Fratelli tutti, afirmó: “La política debe implicarnos a todos; no puede ser un espacio para la indiferencia, la división o la polarización”.En este sentido, el primado de Colombia destacó la importancia de que los ciudadanos asuman su rol en la democracia, fomentando relaciones de respeto y buscando caminos comunes. “Las futuras generaciones necesitan instituciones fuertes y consolidadas, y un pueblo colombiano unido trabajando por la paz, la vida, la reconciliación y el desarrollo integral de todas las regiones”, agregó.Finalmente, el cardenal Rueda Aparicio invitó a todos a celebrar el Jubileo de la Esperanza, propuesto por el papa Francisco, como una oportunidad para renovarse y caminar juntos como humanidad y como Iglesia:“Que el año 2025 sea una ocasión para mirarnos con realismo, reconocer los signos de sufrimiento, pero también los de esperanza, y avanzar unidos como pueblo de Dios al servicio de la humanidad”.Vea el mensaje a continuación:

Sáb 28 Dic 2024

El Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia hace un llamado a la esperanza y la reconciliación para el 2025

De cara al 2025, y en un momento crucial para Colombia, marcado por grandes desafíos sociales y políticos, monseñor Francisco Javier Múnera Correa, arzobispo de Cartagena y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, envía un mensaje cargado de esperanza. Invita a todos a cerrar este año 2024 con un corazón agradecido y abrir el 2025 bajo la perspectiva de un tiempo de gracia especial: el Jubileo Ordinario convocado por el papa Francisco.Según el prelado, este Jubileo de la Esperanza es una oportunidad para que los colombianos renueven su compromiso con los valores del Evangelio:“Los invito a no desfallecer en el cuidado de nuestros niños, jóvenes y abuelos, a tender la mano a los migrantes, a los enfermos y a quienes son excluidos. Juntos, con fe y esperanza, construiremos un país reconciliado y lleno de vida”.El presidente del Episcopado también hizo un llamado especial a los colombianos a no dejarse vencer por la desesperanza ni por las divisiones:“Recordemos las palabras del Santo Padre en su visita a Colombia en 2017: ‘No se dejen robar la esperanza, no se dejen robar la alegría’. Que este Jubileo sea un tiempo propicio para fortalecer nuestras familias, apoyar a los más vulnerables y comprometernos con la búsqueda de la paz y la justicia”.Monseñor Francisco Múnera recordó también que la paz es uno de los grandes anhelos de la nación. “No perdemos la esperanza en el camino que recorremos para alcanzarla”, expresó, destacando la necesidad de que para que esta sea posible, existan gestos concretos de reconciliación, especialmente en un país que aún enfrenta las heridas del conflicto. En este sentido, recordó que el Jubileo será una oportunidad privilegiada para renovar el compromiso con la construcción de un futuro fraterno y solidario.En el marco de la 58 Jornada Mundial de la Paz, que se celebrará el 1 de enero de 2025 bajo el lema “Perdona nuestras ofensas, concédenos tu paz”, monseñor Múnera Correa recuerda que la paz no es solo la ausencia de violencia, sino el fruto de la reconciliación con Dios, con los hermanos y con nosotros mismos.El Jubileo Ordinario 2025: un tiempo de gracia para Colombia“La virtud de la esperanza nos recuerda que nuestra vida es una peregrinación hacia Dios. En este Jubileo, queremos reforzar nuestra confianza en que el bien y la paz son posibles, superando el pesimismo y las sombras de la violencia”, afirma monseñor Múnera, haciendo eco del llamado del Papa en la bula de convocatoria del Jubileo.Participación en el Rito de Iniciación del Jubileo en las catedralesEl presidente de la Coferencia Episcopal de Colombia también invita a los fieles a unirse, este domingo 29 de diciembre, al Rito de Iniciación del Jubileo en las catedrales de todo el país. Este acto será un signo de comunión con la Iglesia universal y un paso más en el camino hacia un futuro lleno de esperanza.El mensaje de la Iglesia es claro: el 2025 será un tiempo para renovar el espíritu y trabajar juntos como verdaderos Peregrinos de Esperanza, convencidos de que la paz y la reconciliación son posibles.Vea el mensaje a continuación: