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iglesia colombiana

Mié 14 Ago 2024

Extender el cese al fuego: el llamado urgente del Obispo de Istmina-Tadó al Gobierno Nacional y al ELN

En medio de la grave situación humanitaria que padecen las comunidades de la subregión del San Juan (Chocó), y tras el anuncio de paro armado indefinido hecho en las últimas horas por la guerrilla del ELN, el obispo de la Diócesis de Istmina-Tadó, monseñor Mario de Jesús Álvarez Gómez, hace un llamado urgente para que se extienda el cese al fuego y se alivie el temor, dolor y las necesidades que están viviendo estas poblaciones ribereñas.“Que lleguen a un acuerdo. Entiendo que hay ahora una discusión de carácter técnico y jurídico; que se pueda superar esa dificultad, de tal manera que nuestras comunidades sientan un alivio. Es urgente, es necesario que se prolongue el cese al fuego para que nuestras comunidades vayan sintiendo fortaleza en su caminar y se vislumbre que la paz está cerca”, expresa el prelado en el videomensaje.La Diócesis de Istmina-Tadó informó también que, entre los municipios más afectados, se encuentran Nóvita, Sipí y Medio San Juan; han evidenciado el desplazamiento desde comunidades como Brisas, Doidó, Chambacú, Torrá, Barranconcito y Charco Largo, hacia otras localidades como Negría, Noanama, Puerto Murillo y hacia las cabeceras municipales de Istmina y Medio San Juan. Las poblaciones de Torrá, Barranconcito y Charco Largo, también se encuentran confinadas.Además, desde esta jurisdicción eclesiástica se dio a conocer que las comunidades confinadas están requiriendo con urgencia elementos básicos como filtros purificadores de agua, ropa, aseo personal; también apoyo psicosocial y atención en salud ante muchos casos de niños, niñas y adultos mayores que se encuentran enfermos.Según ha informado la Defensoría del Pueblo, este paro armado del ELN tiene confi¡nadas alrededor de 45.000 personas en Chocó; de las cuales hay cerca de 7.500 tienen doble afectación, por cuenta del conflicto armado y de situaciones de emergencia ambiental.De manera particular, la Pastoral Social de la Diócesis de Istmina-Tadó, ha entregado esta relación de afectaciones de las comunidades de Sipí:Buenas Brisas: 41 familiasDesplazadas: 22Confinadas: 19San Agustín: 49 familiasDesplazadas: 1Confinadas: 48Chambacú: 30 familiasDesplazadas: 3010 familias en la comunidad de Negria y el resto en comunidades aledañas, como noanama, San Agustín y Buenas Brisas.En la sede de Acadesan están desplazados: 18 familias, de los cuales 50 son niños, 17 adultos y 1 lactante.La Iglesia hace presencia allí a través de sacerdotes, religiosas, así como de los miembros de la Comisión de Reconciliación, Paz y Desarrollo (REPAD), que tiene como misión velar por el acompañamiento y búsqueda de ayuda para las víctimas del conflicto.Vea el videomensaje a continuación:Ver esta publicación en InstagramUna publicación compartida por Conf. Episcopal de Colombia (@episcopadocol)

Lun 12 Ago 2024

“Para mí, vivir es Cristo”: la certeza bíblica que guía a monseñor Rodrigo Gallego Trujillo, obispo electo de Palmira

El pasado, sábado, 10 de agosto, en la Basílica Menor del Señor de Los Milagros de Buga, se llevó a cabo la ceremonia de ordenación episcopal de monseñor Rodrigo Gallego Trujillo, quien fue nombrado obispo de la Diócesis de Palmira por el papa Francisco el pasado 31 de mayo.El ordenanteprincipal fue monseñor José Roberto Ospina Leongómez, obispo de la Diócesis de Buga, presbiterio al que pertenece el obispo electo de Palmira. Además de monseñor Ospina, en este importante momento y como signo de acogida y comunión episcopal, a monseñor Rodrigo lo acompañaron cerca de 30 obispos más. En representación de la Nunciatura Apostólica, estuvo presente su secretario, monseñor DavidPaulCharters.Previo al Rito de Ordenación, durante la homilía, monseñor José Roberto Ospina Leongómez expresó su gratitud con el papa Francisco y la alegría que han experimentado en esa jurisdicción tras la noticia del nombramiento.“Esta Diócesis de Buga ha sido hija de la Diócesis de Palmira y hoy, con alegría, desde la hija, la Iglesia llama a un pastor para la Iglesia madre, es emocionante”, expresó monseñor Ospina.Así mismo, monseñor José Roberto hizo referencia al sentido profundo de la sucesión apostólica y a la responsabilidad que implica la nueva misión que asume monseñor Rodrigo: “Así como en las familias hay una genealogía, en el episcopado hay una genealogía. Un obispo a otro obispo le va pasando la sucesión apostólica; y hoy yo tengo la alegría de ser el transmisor de esa genealogía, que en el siglo XX contó con San Pío X, con el papa Benedicto XV, con el papa Pío XII, con San Pablo VI. Una genealogía de Santos que nos obliga a continuar en la santidad” .El obispo de Buga también le pidió a monseñor Rodrigo, tener presente cuatro prácticas de vida centrales durante su ministerio: Disculpar sin límites, creer sin límites, esperar sin límites y aguantar sin límites. “Sigue esas cuatro frasecitas querido nuevo obispo, te ayudarán a relacionarte con tu clero”, agregó monseñor José Roberto.A propósito del templo en el que se llevó a cabo ordenación, la Basílica del Señor de los Milagros, a donde diariamente acuden con devoción tantos fieles nacionales y extranjeros, monseñor José Roberto afirmó que el mejor de los milagros que se le puede pedir es “creer en Jesucristo para servirle y seguirlo, como Él quiere ser servido: siguiéndolo hasta la Cruz”. Con lágrimas de alegría en los ojos, terminó su homilía deseándole a monseñor Rodrigo la protección de la Virgen Santísima y de San José. Con el mismo sentimiento en su rostro, monseñor Rodrigo acogió estas palabras.“Para mí, vivir es Cristo”: con esta expresión bíblica, tomada de la Carta a los Filipenses, el nuevo obispo inició sus palabras. Afirmó que esa certeza lo ha acompañado desde su diaconado y que también quedó consignada en su escudo episcopal para que le recuerde su prioridad y dirección.“Para indicarme que toda mi vida le pertenece al Señor y a la Iglesia, sin distracciones innecesarias. Y he dejado esta sentencia bíblica en mi escudo episcopal para que siga siendo el faro luminoso en mis pasos y nunca olvide lo que debo ser: ministro de Cristo”, agregó monseñor Rodrigo.El obispo electo de Palmira también agradeció a su familia, a su municipio de origen (Sevilla, Valle del Cauca), a sus formadores en el Seminario Mayor Juan Pablo II de la Diócesis de Armenia, por haber sembrado en él, el gusto por la docencia; gusto que se vio reflejado en su proceso como formador, docente y rector del Seminario Mayor Los Doce Apóstoles de Buga. Además , expresó su responsabilidad con el Pontífice; se refirió a la colegialidad con sus hermanos obispos, a lo que pide el Concilio Vaticano II para el ministerio: “Enseñar, santificar y servir”. Además, hizo una petición muy especial a Dios:“Que me dé siempre la alegría del ministerio; serenidad para vivir cada momento con sabiduría y acierto; generosidad para darme totalmente a mi amada Diócesis de Palmira, a la cual de verdad amo con todo mi ser desde ya”.A propósito de la sucesión apostólica celebrada allí, el obispo electo de Palmira también pidió al Señor que le concediera lo mejor de los doce apóstoles, evocando características y dones muy particulares de cada uno.La ceremonia de posesión canónica de monseñor Rodrigo en la Diócesis de Palmira se llevará a cabo el próximo sábado, 17 de agosto.Vea a continuación la transmisión de la ceremonia de Ordenación Episcopal:

Vie 9 Ago 2024

La Voz del Pastor | 11 de agosto de 2024

Reflexión del señor Cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y primado de Colombia:Lectura del Santo Evangelio según San Juan 6, 41-51

Vie 9 Ago 2024

La Diócesis de El Espinal celebró su primer Congreso Eucarístico: más de 700 fieles adorando al Santísimo y pidiendo vocaciones sacerdotales

A un mes de que la Iglesia Universal viva en Quito (Ecuador) el próximo Congreso Eucarístico Internacional, en Colombia, la Diócesis de El Espinal convocó su primer Congreso Eucarístico Diocesano. Esta Iglesia particular, ubicada en el suroriente del departamento del Tolima, logró reunir, en el municipio de Melgar, a más de 700 personas de sus 62 parroquias, en torno al amor, la devoción y el conocimiento teológico de la Santísima Eucaristía.Acogidos por el obispo diocesano, monseñor Miguel Fernando González Mariño; en el congreso también se hicieron presentes el arzobispo de Ibagué, monseñor Orlando Roa Barbosa, el obispo de Girardot, monseñor Jaime Muñoz Pedroza, y el obispo de Neiva, monseñor Marco Antonio Merchán Ladino. Esto significó un episodio fundamental no solo para el caminar de la Iglesia en la Diócesis de El Espinal, sino para toda la Provincia Eclesiástica de Ibagué de la que hacen parte estas jurisdicciones.El Nuncio Apostólico en Colombia, monseñor Paolo Rudelli, fue el invitado de honor de esta fiesta eucarística celebrada del 2 al 4 de agosto. Además de presidir la Eucaristía inaugural, en la que, por haberse celebrado en el parque principal de Melgar, participaron más de mil personas, el representante del Santo Padre en el país, recibió las llaves del municipio y varios reconocimientos como huésped de honor. Esto, por parte de la Alcaldía de Melgar y de las Fuerzas Armadas y de Policía, quienes también se vincularon y apoyaron la realización de todo el evento.La agenda del Congreso Eucarístico contempló Misas, peregrinaciones, predicaciones, charlas formativas y, por supuesto, momentos de adoración y alabanza; actividades que hicieron de esta, una asamblea de profundo valor espiritual para la jurisdicción, dejando ver y sentir una Iglesia viva, alegre, fraterna, diversa y dispuesta a caminar en sinodalidad, con profundo amor hacia la Eucaristía y hacia sus sacerdotes, pues, sin ellos “no hay Eucaristía y sin Eucaristía no hay Iglesia”, certeza que se convirtió en el lema central del evento. Al respecto, monseñor Miguel Fernando, obispo de El Espinal, explicó:“El lema del congreso fue “Sin sacerdotes no hay Eucaristía” ¿Por qué? Porque nuestro Señor Jesucristo en la Última Cena instituyó a sus apóstoles: “Haced esto en conmemoración mía”. Los hizo sacerdotes para que hicieran la Eucaristía, para que confeccionaran, como lo dice la teología, la Eucaristía; para que el pan de vida llegara a todos los fieles a lo largo del tiempo. Jesús ha querido necesitar de los sacerdotes para repartirse como pan de vida a todos. Por eso están intrínsecamente unidos el don de la Eucaristía, el sacramento de la Eucaristía y el don y sacramento de el sacerdocio”.El prelado también afirmó que la diócesis vive una época de escasez en las vocaciones sacerdotales, por lo que motivar el amor por la Eucaristía puede ayudarles a ser más conscientes de la necesidad de tener más sacerdotes: “Creando un ambiente de espiritualidad eucarística reforzada y enriquecida nuestra diócesis, pues en nuestras parroquias viva un ambiente más propicio para que surjan más vocaciones sacerdotales. Esa la lógica que hemos visto”, agregó el obispo diocesano.Fray Nelson Medina, O.P, reconocido por su testimonio vocacional, por su trayectoria en la academia y por ser uno de los pioneros de la misión digital en Colombia, estuvo a cargo de las predicaciones centrales del Congreso. Durante sus reflexiones bíblicas el sacerdote compartió con los asistentes elementos sobre diversas dimensiones de la Divina Eucaristía. Por ejemplo, explicó:“Dios le dio a su pueblo el regalo del hambre para darle después el regalo del alimento. Es esa necesidad la que nos conduce al altar de Dios y abre un espacio para que entre Cristo a nuestras vidas como rey y señor (…) Dios tiene que sacarnos de la falsa saciedad, para llevarnos a la verdadera hambre, para recibir el verdadero alimento que es Cristo (..) El desierto es el lugar del amor. Cristo ya no es un amor más, es nuestro amor, el amor de nuestras almas. La cruz es el lugar del amor, el lugar del nuevo desierto. Él es el pan verdadero”.De manera especial, durante el segundo día del Congreso, los participantes peregrinaron hacia SantuarioNacional Nuestra Señora delCarmen De Apicalá, importante templo ubicado a tan solo 14 kilómetros de Melgar, en el municipio del mismo nombre. Al llegar allí, fue precisamente fray Nelson quien presidió la Eucaristía.Al cierre del Congreso, la Diócesis de El Espinal fue testigo de la ordenación presbiteral del padre Jhon Alejandro Prieto Morales, un joven sacerdote que, a partir de ahora, tendrá como misión ayudar a que el Pan de Vida Eterna continúe llegando a muchas más personas, como lo pidió el Señor Jesucristo desde la Última Cena, cuando instituyó La Eucaristía y el Orden Sacerdotal.La cultura de la región también estuvo presente en el Congreso Eucarístico Diocesano de El Espinal, a ritmo de danzas típicas y letras que dan testimonio de la fe arraigada en sus pueblos, se animaron diversos momentos. Como símbolo especial del momento, cada uno de los 62 párrocos recibió un Copón Litúrgico para las Sagradas Hostias. Además, dos de sus sacerdotes (el padre Juan Carlos Neira y el padre Hanner René Díaz), le regalaron un himno al Congreso, que animó cada una de sus jornadas y que quedó como canto fervoroso para esta Iglesia particular. En él, se resaltan frases como estas:“Un pueblo que camina en el desierto, hambriento y sediento él esta. Tu mano milagrosa lo sostiene. Su fuente y alimento es el maná.El nuevo pueblo hoy somos la Iglesia, tu cuerpo convocado en el amor. A quién sostiene y guía tu Palabra, y tu cuerpo y tu Sangre...En la comunión.Sin Sacerdotes no hay Eucaristía,Son ellos el puente que nos guía, en cada Misa, en cada oración.Sin la Eucaristía, no habría Iglesia: es la fuente que sostiene nuestra vida. Es Jesús, que nos alimenta con su amor. Es Jesús que nos da su corazón”.Monseñor Miguel Fernando calificó este Congreso como un “éxito rotundo”; una fiesta diocesana que transciende el evento para dejar importantes compromisos para todos sus miembros.“Lo que esperamos es justamente que haya un ambiente en donde se valore más la necesidad de sacerdotes (…) Nuestras comunidades parroquiales ya tienen el compromiso de orar todos los jueves delante del Santísimo. Una oración que hemos compuesto pidiendo por las vocaciones sacerdotales. Así que sacerdocio y Eucaristía, nuestros grandes amores en nuestra diócesis, deben ser los frutos; tener muchos más jóvenes que quieran seguir al Señor. Al descubrir la vocación que Dios les está haciendo, le digan que sí, que no la rechacen, sino que la reciban con agradecimiento, con humildad y con total disponibilidad”, afirmó el prelado.Al cierre de esta asamblea que puso de relieve el protagonismo de la Eucaristía en la vida de la Iglesia y de su misión, el Alcalde de Melgar, Rodrigo Hernández Lozano y su esposa, Yolanda Pérez, agradecieron a la Iglesia por haber elegido a su municipio como sede del Congreso Eucarístico Diocesano. “Fue lo que le pedí a Dios, que me permitiera en que, en algún momento, el municipio de Melgar fuera bendecido, para que Melgar siga progresando”, agregó el líder político local.Conozca todos los detalles y vea los mejores momentos en el informe audiovisual:Escuche a continuación el himno del Congreso Eucarístico de la Diócesis de El Espinal:

Vie 9 Ago 2024

Yo soy el pan de vida

DÉCIMO NOVENO DOMINGODEL TIEMPO ORDINARIOAgosto 11 de 2024Primera lectura: 1R 19, 4-8Salmo: 34(33),2-3.4-5.6-7.8-9 (R. cf. 9a)Segunda lectura: Ef 4, 30–5, 2Evangelio: Jn 6, 41-51I.Orientaciones para la PredicaciónEl domingo es día santo en que la familia del Señor se reúne para la escucha de la Palabra y “en la comunión del pan único y partido”, que ha recibido como don de amor por medio de la extensión del sacerdocio del Señor Jesucristo hasta nuestros días, en la persona de sus ministros sacerdotes. En esta ocasión pueden ser varios los puntos que, brotando de la Palabra Divina, servirían de centro a la meditación orante que antecede a la liturgia eucarística, como por ejemplo: el atender a la declaración del Señor “Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo” que nos advierte su mismísima presencia como sacramento; o el hecho que su mandato “Hagan esto en conmemoración mía”, que se pronuncia en cada Misa, ratifica el deseo vivo de permanecer como alimento para la vida del mundo todos los días; o el anhelo ardiente de comunión pues anuncia “Tomen y coman todos de él” (cf. Directorio homilético. Apéndice I).Introducción1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?La primera lectura, tomada del Primer libro de los Reyes (1R 19, 4-8), que dentro de la estructura bíblica propia se ubica en la sección que nos habla del profeta Elías, nos narra un episodio en que el hombre de Dios, agotado en demasía pierde la fuerza y va a la tierra, se sienta, en este descenso implora la muerte, y extenuado se queda dormido. Su desánimo es algo más que puramente físico, algunos versículos más delante de lo que nos presenta el texto litúrgico, se puede leer su queja: “Dios Sebaot, porque los israelitas han abandonado tu alianza, han derribado tus altares y han pasado a espada a tus profetas; quedo yo solo y buscan mi vida para quitármela” (v. 14). Pero la voluntad divina tenía un proyecto para él que no terminaba en ese momento y que lo haría ascender a la altura de Dios, al monte Horeb, así que le es enviado un ángel que le ofrece alimento, propiamente comida y bebida, y lo sirve en su proximidad (“a su cabecera”, “una torta cocida sobre piedras calientes y un jarro de agua”), por este ser es tocado y llamado para alimentarse (“Levántate y come”), pero tal era su estado cansino que se recuesta nuevamente, y con un segundo toque y llamado del ángel para comer, recibe el anuncio de que el camino que le queda “es muy largo”, es así que comiendo recobra las fuerzas y con ellas “caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta el Horeb, el monte de Dios”.El Salmo 34 (33) presenta una alegre alabanza a Dios por su grandeza y porque ha concedido un beneficio al orante, quien justamente manifiesta la dicha de quienes se acogen a él: “Yo consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias”; aparece también la figura del “ángel del Señor” que favorece con su protección “a quienes le temen”. Por otra parte, la segunda lectura, tomada de la Carta del apóstol san Pablo a los Efesios (Ef 4, 30-5, 2), propone una exhortación a ser imitadores de Dios, o dicho de otra forma, a vivir en el amor como el Señor Jesucristo y esto se concretiza en el destierro de “la amargura, la ira, los enfados e insultos y toda maldad” (todo estas realidades constituyen un entristecimiento del Espíritu), de manera que se abra campo al ser “buenos, comprensivos, perdonándose unos a otros como Dios perdonó en Cristo”.Finalmente, y coronando la proclamación de la Palabra, el pasaje del Evangelio según san Juan (Jn 6, 41-51) nos propone la escena el Señor manifestándose como “el pan vivo que ha bajado del cielo” y por ello es fuertemente criticado por los judíos, alegando contra él que se manifiesta “bajado del cielo”, cuando claramente se sabe de sus orígenes humildes (“el hijo de José”; “conocemos a su padre y a su madre”). Ese pan es propiamente “su carne por la vida del mundo”, para que quien lo coma viva “para siempre”; y hay algo que se manifiesta semejante en su efecto en el texto: “el que cree tiene vida eterna”. Este “comer” tiene que ver con la fe.2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad?El deseo ardiente del Señor Jesucristo es la comunión, sabemos que la entrega de su vida contiene el anhelo de la unidad en Dios Padre y el Espíritu, pues de hecho Jesús no iba a morir para salvar solo a los judíos “sino también para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos” (Jn 11, 52), a propósito, ya en la inminencia de su Pasión ora así: “que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros” (Jn 17, 21). La Eucaristía es pan de unidad único, pero partido para los que comparten la mesa y por muchos (“por ustedes y por muchos”, por el resto, por una multitud, por todos). Pensemos en las palabras de la Plegaria eucarística II, pronunciadas por el sacerdote: “Te pedimos humildemente que el Espíritu Santo congregue en la unidad a cuantos participamos del Cuerpo y la Sangre de Cristo”.Además, considerando la presencia benévola del ángel, tanto en la primera lectura como en el salmo, consideremos el inmenso don que hemos recibido por parte de Dios que nos ha dado a su “enviado”, a su propio hijo, para darnos la fuerza, a quienes habíamos caído de nuestra dignidad agobiados por el pecado, para hacernos ascender hasta Él, en el cumplimiento de su misión, quien vino a traernos el alimento y la bebida para el camino (“Este es el pan de los ángeles, pan de los peregrinos, verdadero pan de los hijos”, Secuencia Lauda Sion, trad. esp.). Dice el Canon Romano: “Te pedimos humildemente, Dios todopoderoso, que esta ofrenda sea llevada a tu presencia, hasta el altar del cielo, por manos de tu ángel, para que cuantos recibimos el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, al participar aquí de este altar, seamos colmados de gracia y bendición”. En honor del deseo de la comunión del Cristo la Iglesia ora fervientemente para que constantemente se realice en el tiempo lo que será plenamente efectuado en la bienaventuranza: “Reúne en torno a Ti, Padre misericordioso, a todos tus hijos dispersos por el mundo”.3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?La súplica por la unidad es inspirada por la comunión con la Palabra y con la Eucaristía, el pan partido por nosotros (“pan de hijos y herederos que a un extraño no se da”, Secuencia Lauda Sion, trad. esp.) es como un signo que anticipa el entonces en que Dios será todo para todos (1Co 15, 28). Sabemos que “la antigüedad cristiana designó con las mismas palabras Cuerpo de Cristo el Cuerpo nacido de la Virgen María, el Cuerpo eucarístico y el Cuerpo eclesial de Cristo. Este dato, muy presente en la tradición, ayuda a aumentar en nosotros la conciencia de que no se puede separar a Cristo de la Iglesia” (SaC 15). De ese modo, oremos por la unidad del cuerpo de Cristo que busca la unidad de todo y de todos en Dios.Un compromiso y reflejo en la vida del sincero encuentro con Cristo en la santa Misa de este domingo, es empeñarse en la verdadera promoción de la comunión y el desprecio de aquello que divide. Motivados por el papa preguntémonos: “¿Promuevo reconciliación y creo comunión, o estoy siempre buscando, husmeando dónde hay dificultades para criticar, para dividir, para destruir?, ¿perdono, promuevo reconciliación, creo comunión? Si el mundo está dividido, si la Iglesia se polariza, si el corazón se fragmenta, no perdamos tiempo criticando a los demás y enojándonos con nosotros mismos, sino invoquemos al Espíritu. Él es capaz de solucionar estas cosas” (FRANCISCO, homilía, 28 de mayo de 2023).II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Hermanos, hemos sido reunidos por la unidad de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, para celebrar la santa Misa, precisamente en comunidad, y para que sea incrementada la comunión genuina de cuantos participamos de la escucha de la Palabra, y del cuerpo y la sangre de Cristo.Monición a la liturgia de la Palabra Escuchemos verdaderamente la Palabra que es vida para el mundo, porque no solo de pan vive el hombre: ¡el que cree tiene vida eterna! El pan que el Señor nos da es su cuerpo y sangre, vida para el mundo.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Hermanos, invoquemos al Señor, nuestro Dios, que escucha a quien lo invoca para salvarlo; pidámosle por nosotros y por la humanidad entera para que todos recibamos abundantemente sus bendiciones.R/. Escúchanos, Señor.1. Concede a tu Iglesia, Señor, libertad y paz, para que la fuerza de la Palabra y de la Eucaristía redunden en vida para el mundo. Oremos.2. Ilumina a los líderes de las naciones, Señor, para que en la verdadera promoción de sus gentes amen la paz y desprecien la violencia. Oremos.3. Alivia a los sufrientes, Señor, para que ensalcen juntos tu nombre que salva de las angustias. Oremos.4. Robustece a quienes tomamos parte en esta celebración, Señor, con la vida que, desde la Palabra y la Eucaristía, brotan para la eternidad. Oremos.5. Fortalece a quienes trabajan en el campo, que su esfuerzo se vea recompensado en sus cosechas. Oremos.Oración conclusivaDios que amas la unidad,escucha la súplica unánimeque te dirige esta familia congregada por tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.R/. Amén.

Jue 8 Ago 2024

Iglesia colombiana destaca el Día de los Pueblos Indígenas 2024 como una oportunidad para reflexionar sobre sinodalidad, esperanza y misión

La Conferencia Episcopal de Colombia, a través del Área de Etnias del Centro Nacional Misionero, se une a la conmemoración del Día Internacional de los Pueblos Indígenas que se celebrará este 9 de agosto, con un mensaje en clave de sinodalidad, esperanza y misión, que destaca, de manera especial, la experiencia cotidiana, forma de relacionamiento y cultura de los pueblos originarios.A través de un video, es el padre Carlos Alberto Zuluaga Benjumea, director de esta sección en el Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (SPEC), quien transmite dichas palabras.El misionero consolato inicia el mensaje destacando la importancia de esta celebración propuesta desde 1994 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, para que también la Iglesia reflexione sobre la presencia de los Pueblos Indígenas en la comunidad humana y planetaria: “Nos brinda una oportunidad extraordinaria para mirarnos como humanidad, interconectada con la “comunidad de la vida””. Seguidamente, el padre Carlos Alberto afirma:“Cuando en la Iglesia hablamos hoy de sinodalidad nos estamos refiriendo a esa experiencia que Ustedes, pueblos indígenas, han vivido desde siempre en las chagras y los tambos, en las mingas y los rituales, en las fiestas y festivales. Ese sentir juntos, conversar entre todos, decidir en comunidad, caminar juntos, trabajar y celebrar comunitariamente, defender juntos, como pueblo, el territorio, la lengua y la cultura. Así la viven ustedes, así la entendemos nosotros, así la queremos vivir con ustedes y todos los pueblos de la tierra. Como familia universal que se respeta, respeta, es respetada y se hace respetar. Todos participando en y de la mesa común. La mesa de la comunidad planetaria.Esta es la esperanza que nos impulsa y atrae. Poder vivir en este territorio común, llamado planeta. Vivir en armonía y en paz, en respeto y colaboración, en perdón y reconciliación, en justicia y equidad, en participación sin corrupción ¡Qué lindo sería! Un paraíso que vale la pena soñar y construir. Una fiesta mundial de la fraternidad, en el Jubileo de la Esperanza, a la cual nadie debe faltar.Que eso es una utopía, gritarán ¡Y es verdad! Pero nos atrae, nos gusta, nos provoca y nos convoca, se vuelve misión. Sí, misión aquí, misión allí, misión allá. Vamos todos en salida misionera, a trabajar por la paz mundial y la ecología integral. El Dios de la vida nos aplaudirá”.Vea el mensaje a continuación:En contexto:De acuerdo con Naciones Unidas, el 23 de diciembre de 1994, la Asamblea General decidió que cada 9 de agosto se conmemorará el Día Internacional de las Pueblos Indígenas, como una oportunidad para evidenciar, de manera especial, "las barreras a las que se enfrentan las comunidades indígenas de todo el mundo: discriminación, difícil acceso a educación y salud, daño del medio ambiente, violaciones de derechos humanos y su lucha por conservar sus costumbres, lengua y tradiciones".Esta organización internacional también informa que en Colombia, según el último censo, realizado en 2018, "1.905.617 personas informaron pertenecer a 115 pueblos indígenas nativos, lo que representa un 4,4% de la población total del país. Los cuatro pueblos indígenas más numerosos son los Wayuu, Zenú, Nasa y Pastos; estos "concentran el 58,1% de la población indígena del país".

Mar 6 Ago 2024

Con Congreso Mariano, la Diócesis de Ipiales celebró 60 años de su creación y 270 años de la aparición de la Virgen de Las Lajas

En el marco de la conmemoración de los 270 años de la aparición de la Virgen de Nuestra Señora del Rosario de Las Lajas y los 60 años de la creación de la Diócesis de Ipiales, esta jurisdicción eclesiástica, ubicada en el sur del departamento de Nariño, celebró el Congreso Jubilar Mariano. Un evento que reunió durante el 30 y el 31 de julio, a obispos, sacerdotes, religiosos, laicos y destacados expertos, en una serie de celebraciones litúrgicas, ponencias magistrales y actividades que reflejaron el profundo significado histórico y espiritual de la celebración.La profunda devoción a nuestra Señora del Rosario de las Lajas, su influencia espiritual y la conexión especial que se ha establecido con los fieles no solo de esta región y de Colombia, sino también de otros países del mundo a lo largo de los siglos, permitió dimensionar la importancia de este encuentro, desarrollado bajo el lema “Caminando junto con María vivamos la Eucaristía”.El anfitrión del evento fue monseñor José Saúl Grisales, obispo de Ipiales y presidente de la Comisión Episcopal de Liturgia. También estuvieron presentes monseñor Juan Carlos Cárdenas Toro, obispo de la Diócesis de Pasto; monseñor Noel Londoño Buitrago, obispo de Jericó; monseñor Carlos Washington Yépez Naranjo, obispo de la Diócesis de Tulcán (Ecuador); miembros de la Federación de Santuarios de Colombia, entre ellos, el padre Jairo de Jesús Ramírez como director del Departamento de Liturgia de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC); y los rectores de los santuarios más destacados del país. Además, contó con una amplia participación de sacerdotes, religiosos, religiosas, seminaristas y laicos de la Iglesia que peregrina en esta región del país.De manera especial, las ponencias estuvieron a cargo de destacados expositores como la doctora Francesca Cocchini, profesora de Historia Cristiana en la Universidad de La Sapienza en Roma y miembro de la Pontificia Academia de Teología; Consuelo Vélez, miembro del Comité teológico de la CEC; el doctor Luis Alberto Suárez Guava, profesor de la Universidad de Caldas; y el doctor William Pasuy Arciniegas, profesor de la Universidad de La Salle en Bogotá.La agenda del congreso mariano también contempló muestras culturales, una visita al Museo “Justino Mejía y Mejía”, que cuenta con un amplio registro fotográfico, elementos litúrgicos antiguos y piezas arqueológicas de los “Pastos”.Además, fue la ocasión para presentar el libro “Milagro de Dios en el Abismo. Historia y arquitectura en el contexto de las Lajas”, escrito por el doctor William Pasuy Guava.Vea a continuación la transmisión de la Ecuaristía de clausura del Congreso Mariano:

Mar 6 Ago 2024

“El sacerdocio es el amor del corazón de Jesús” (Santo Cura de Ars)

Por Mons. José Libardo Garcés Monsalve - El mes de agosto está mar­cado desde sus comienzos para hacer una reflexión en torno al sacerdocio ministerial, con motivo del recuerdo que ha­cemos del Santo Cura de Ars, patrono de los párrocos y de los sacerdotes. Un sacerdote en quien sus palabras, sus gestos, su estilo de vida, todo su ser, lleva el testi­monio de Cristo al corazón de la Iglesia y a todo el pueblo de Dios.San Juan María Vianney nació en una familia de campesinos pro­fundamente cristiana, creció en un hogar donde reinaban la unidad y la caridad hacia el pobre, donde se vivía la fe, aún en medio de las dificultades por la oposición hacia la fe cristiana. En Francia llega el momento en que pasa la tormen­ta que obstaculizaba el anuncio del Evangelio y se pudo retomar la vida eclesial. Las cuatro déca­das del ministerio del Santo Cura de Ars, fueron tiempos de nueva evangelización y de reconstruc­ción del corazón de muchas per­sonas y familias que volvieron a Dios.Con motivo de esta memoria que hacemos en este mes del Santo Cura de Ars, volvemos la mira­da y la reflexión sobre el minis­terio pastoral de los sacerdotes, teniendo en mente la llamada del Papa Francisco a una conversión pastoral: “Espero que todas las comunidades procuren poner los medios necesarios para avanzar en el camino de una conversión pastoral y misionera, que no pue­de dejar las cosas como están. Ya no nos sirve una ‘simple adminis­tración’. Constituyámonos en to­das las regiones de la tierra en un ‘estado permanente de misión’” (Evangelii Gaudium 25).Hoy vivimos el mi­nisterio sacerdotal en medio de dificul­tades y obstáculos, como los que afrontó el Santo Cura de Ars, quien supo atraer a muchos hacia Dios en la práctica cons­tante del Sacramento de la confesión, que fue su método pas­toral más eficaz, junto con una oración profundamente contem­plativa por su pueblo y la Euca­ristía celebrada cada día para re­cibir la fortaleza, para afrontar su tarea evangelizadora con alegría, en medio de las dificultades que afrontaba diariamente.Con el Sacramento de la Confe­sión que administró con constan­cia, anunció el Evangelio de la misericordia de manera nueva y renovada, recuperando en los fie­les el deseo de acudir al Señor a pedir perdón cada vez que el pe­cado y el mal invaden la vida y el corazón de los creyentes. El Santo Cura de Ars con su modo de aten­der a los fieles en confesión dejó plasmada la certeza del perdón de Dios sin límites para quien se acer­ca arrepentido. El Papa Francisco así nos lo enseña cuando afirma: “Dios no se cansa nunca de per­donar, somos nosotros los que nos cansamos de acudir a su miseri­cordia. Aquel que nos invitó a per­donar setenta veces siete (Mt 18, 22) nos da ejemplo: Él perdona setenta veces siete. Nos vuelve a cargar sobre sus hombros una y otra vez. Na­die podrá quitarnos la dignidad que nos otorga este amor in­finito e inquebranta­ble” (EG 3).Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote ha instituido el sacerdo­cio ministerial para hacerse pre­sente en la Eucaristía y alimentar al pueblo de Dios con su cuerpo y con su sangre y también para re­conciliar a toda la humanidad con el Padre misericordioso, median­te el Sacramento de la Confesión. El Santo Cura de Ars, meditando sobre el ministerio sacerdotal nos dice que: “El sacerdocio es el amor del corazón de Jesús”, es una frase que define lo esencial de la misión y santidad del sacerdote, que con­vertida en oración contemplativa nos invita a reconocer con grati­tud a Dios el don tan grande que representan los sacerdotes, para la Iglesia y para las comunidades parroquiales, quienes recibien­do el llamado del Señor y dando una respuesta generosa a su plan de salvación, cada día repiten las palabras y los gestos de nuestro Señor Jesucristo para que pastores y fieles tengan el pan de la Palabra y de la Eucaristía que es el camino a la vida eterna.Un sacerdote al estilo de Jesús, a ejemplo del Santo Cura de Ars, animador de una comunidad pa­rroquial es capaz de renovar y convertir una parroquia, en una comunidad de discípulos misione­ros al servicio del Evangelio. Así lo expresa Aparecida cuando afir­ma: “La renovación de la parro­quia exige actitudes nuevas en los párrocos y en los sacerdotes que están al servicio de ella. La pri­mera exigencia es que el Párroco sea un auténtico discípulo de Je­sucristo, porque sólo un sacerdote enamorado del Señor puede reno­var una parroquia. Pero, al mis­mo tiempo, debe ser un ardoroso misionero que vive el constante anhelo de buscar a los alejados y no se contenta con la simple administración” (Documento de Aparecida 201).Que la intercesión del Santo Cura de Ars, de la Santísima Virgen María y del Glorioso Patriarca San José, alcancen del Señor mu­chas bendiciones y gracias que ayuden a todos los sacerdotes a vivir en fidelidad a Cristo y a la Iglesia y a todos los fieles, a seguir unidos en oración y colaboración con sus sacerdotes en las comunidades parroquiales, para que jun­tos podamos hacer profesión de fe, diciendo: Tú eres el Cristo, condúcenos al Padre y vayamos en salida misionera a iniciar nuevos cristianos y reiniciar a los que se han alejado, mediante el proce­so evangelizador que nos invita al encuentro con Jesucristo. +José Libardo Garcés Monsalve Obispo de Cúcuta