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iglesia colombiana

Mié 3 Abr 2024

Mi Pascua en el Darién

Por P. Arturo Arrieta Aguas - Escrito en "Lajas Blancas", campamento en el Darién.Un sol inclemente azota uno de los campamentos a las orillas de la selva del Darién, donde día a día llegan, de diferentes partes del mundo, cientos de migrantes. Algunos, con la alegría nerviosa de haber pasado la selva, pero con el desconcierto de no saber qué les espera; otros con el corazón desgarrado por haber dejado atrás a otros que ya no llegaran; otros sencillamente llegan...Así fue, estuve en el Darién, en "Lajas Blancas", por el lado de la frontera con Panamá. La vida me trajo aquí nuevamente, y haber visto tantos videos y fotos no se compara con tener la realidad de frente. Siempre la misma escena: niños y más niños que ni entienden lo que pasa, hombres y mujeres casi sin poder caminar. A algunos, por hablar otra idioma, no les entendía lo que me decían, pero su gesto es suficientemente claro: una mano extendida con insistencia hacia nosotros, la otra señalando su estómago y una mirada desgarradora difícil de olvidar.Otra imagen se me ha quedado de manera especial. La de un joven que, con su mirada perturbada, no paraba de llorar diciéndome: "hay niños que murieron ahogados en el rio". Y hoy aquí pensaba: ¿Cómo viviré mi Pascua ahora que llegue a Colombia? ¿Qué podré decir en cada celebración? ¿No sería mejor callar? Sin embargo, ahora entiendo tal vez mejor el acontecimiento de la Pascua que, en imágenes sencillas pero certeras, ha sabido recoger lo esencial del misterio de Dios y de su entrega.Mateo nos dice que el día se tornó oscuro desde la hora sexta hasta la hora novena, desde el mediodía hasta las tres de la tarde (Mateo 27, 45). En el mundo es de noche y los hombres caminamos en tinieblas. Creemos saberlo todo y no vemos lo esencial. El relato tiene mucho de cierto. Si Dios resucita a su Hijo, siempre será para iluminar nuestra ceguera y abrir nuestros ojos al dolor del hermano que sufre.La manera más auténtica de celebrar la pasión del Señor es reavivar nuestra compasión, sin esto se diluye nuestra fe en el “Dios crucificado” y se abre la puerta a toda clase de manipulaciones. Que nuestro beso al crucificado nos ponga siempre mirando hacia quienes cerca o lejos de nosotros viven sufriendo con sus sufrimientos espirituales y materiales, hasta que un día celebremos la pascua celestial y el señor no responderá si eres de los míos “porque tuve hambre y me diste de comer”.La muerte de Jesús trajo frío y hace frío en el mundo actual. Falta el calor del verdadero amor. Se han helado muchos corazones, se han helado muchos países bloqueados por la superficialidad y el bienestar, muchas veces no somos capaces de sentir verdadera compasión por tantos crucificados vivos. El relato dice la verdad...Si Dios resucitó a su Hijo, será para poner en el mundo el calor del amor y la misericordia, este es el sentido de la Pascua.Solo hay una manera de vivir como resucitados: abandonar nuestras presunciones y seguridades, dejar de engañarnos, no confiar en tantas palabras vanas que salen de nuestra boca y tener el coraje de creer más en el amor y en la compasión. Podemos ser mejores, en el mundo puede crecer la solidaridad, pero eso sí, Dios solo puede resucitar allí donde se le deja entrar, y solo se le deja entrar allí donde se deja entrar al amor. Bendiciones.Padre Arturo Arrieta AguasDirector de Pastoral Social de la Diócesis de PalmiraDirector de la Red Clamor - Capítulo Colombia

Mié 3 Abr 2024

Iglesia colombiana profundiza sobre el sacerdocio común de los fieles y el sacerdocio ministerial

En los últimos días la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) convocó un simposio que tenía como propósito central profundizar en la teología fundamental del sacerdocio y enriquecer así la mirada de la Iglesia en el país sobre este importante tema. En el espacio, desarrollado en la Universidad San Buenaventura en Bogotá, participaron, de manera presencial y virtual, obispos, delegados de pastoral sacerdotal, formadores de seminarios y profesores de teología de diversas universidades. También lo acompañó el Nuncio Apostólico en Colombia, monseñor Paolo Rudelli.El simposio contó con la participación especial del cardenal Mark Ouellet, prefecto emérito del Dicasterio para los Obispos del Vaticano, quien, tras abordar en su ponencia los fundamentos teológicos del sacerdocio común de los fieles y del sacerdocio ministerial, destacó que este tipo de reflexiones se enmarcan en el impulso que está dando el papa Francisco para que la Iglesia viva desde un enfoque más sinodal, es decir, más participativo y fraterno. También, en el que, cada vez, se asuma un mayor compromiso con la misión central de la Iglesia de dar el Evangelio al mundo.De acuerdo con el padre Manuel Vega León, director de los departamentos de Ministerios Ordenados y Vida Consagrada de la CEC a través del cual se organizó el evento, este fue propicio para vivir y experimentar la “importancia del sacramento del bautismo que nos configura con el sacerdocio de Cristo”.La primera sesión de trabajo se centró en el discurso del papa Francisco en el simposio del 2022, titulado también "Por una teología fundamental del sacerdocio" en el que habló de las cuatro cercanías a Dios: la cercanía al obispo, la cercanía al presbiterio y la cercanía al pueblo de Dios.Posteriormente, a partir de la Sagrada Escritura, de una mirada especial a la Carta a los Hebreos, se identificaron algunos de los elementos que denotan que no se habla del sacerdocio de Cristo exclusivamente como sacerdocio ministerial, que ubica su ejercicio en la acción evangelizadora del sacerdocio común de los fieles, sino también en el sacerdocio de Cristo que desemboca en el sacramento del bautismo.Monseñor José Miguel Gómez, arzobispo de Manizales, presente en el evento, explica la diferencia y, al tiempo, la conexión entre ambas dimensiones del sacerdocio: “Cuando se dice teología fundamental del sacerdocio, no se habla de los sacerdotes. Se habla más bien de un misterio por el cual todos nosotros, todos los bautizados, por el hecho mismo de ser bautizados, participamos a nuestro modo del sacerdocio de Cristo. De hecho, nuestro Señor Jesucristo, por el bautismo, nos comunica su condición sacerdotal, que consiste en la capacidad para entablar una relación con Dios que permita elevar todo el culto que la humanidad tiene para tributar al Padre, pero también que nos permita recibir de Dios todas sus bendiciones, ese es el sacerdocio fundamental, el más importante y lo tenemos todos los bautizados. El otro sacerdocio, el que se llama ministerial, existe en función del primero. Existe para el servicio de los demás, para que todos, laicos, hombres y mujeres, casados y solteros, en cualquier profesión, en cualquier estado de vida, tengan los auxilios necesarios para vivir su propio sacerdocio”.Haciendo énfasis en la necesidad que todos los miembros de la Iglesia que peregrina en Colombia conozcan más de este aspecto, el prelado también indicó que, para el católico, vivir el sacerdocio bautismal es fundamental, porque de esta manera santifica lo que piensa, lo que hace y los entornos en los que se desarrolla en la cotidianidad.“La primera manera de aplicar todo esto es la formación básica del cristiano por la catequesis y por la formación inicial de los cristianos, todos tenemos que aprender a ofrecer nuestras vidas. El principal sacrificio es que cada uno de nosotros tiene su propia vida, no un sacrificio maluco. Es el sacrificio de lo que hacemos en obediencia a Dios nuestro Señor, a sus mandamientos, y por ese camino, por ese sacrificio de nuestra voluntad, haciéndola parecida a la voluntad de Dios, comenzamos nuestra propia ofrenda. En segundo lugar, hay que entender todo esto a un nivel teológico profundo, de tal manera que la segunda aplicación importante es los seminarios, las casas religiosas y de una manera muy, muy particular, también nos va a servir todo esto para evitar confusiones entre quienes pueden y quienes quieren ser sacerdotes. Finalmente, el de los otros sacerdotes ministros del altar, ese es otro tema”.Por su parte, el padre Rodrigo Gallego Trujillo, delegado Pastoral Sacerdotal de la Diócesis de Buga, indicó que este simposio ayuda a entender que vamos hacia una nueva teología fundamental del sacerdocio, “un tema esencial, sobre todo a esta hora de la nueva evangelización, cuando el papa Francisco quiere que nosotros en la Iglesia pensemos de una manera distinta a partir del Concilio, la vida pastoral de la Iglesia”, agregó el sacerdote.Conozca a continuación más detalles en el informe audiovisual:

Mar 2 Abr 2024

“Si no respetamos a las mujeres, nuestra sociedad no avanzará”: papa Francisco

El papa Francisco pide a la Iglesia Universal dedicar especialmente este mes de abril la oración y la reflexión sobre los pasos que debemos dar como sociedad y como cristianos “para que la dignidad y la riqueza de las mujeres sean reconocidas en todas las culturas, y para que cese la discriminación que sufren en diversas partes del mundo”. Además, exhorta a los gobiernos al compromiso para “eliminar leyes discriminatorias en todas partes” y “trabajar para que los derechos humanos de las mujeres estén garantizados”.Esta petición fue dada a conocer por el Santo Padre en su acostumbrado videomensaje, difundido mensualmente a través de la Red Mundial de Oración del Papa.“Respetemos a las mujeres. Respetémoslas en su dignidad, en sus derechos fundamentales. Y si no lo hacemos, nuestra sociedad no avanzará”, expresa el pontífice.Es el propio Papa quien da ejemplos concretos de que esta es aún una obligación pendiente y urgente, citando "leyes discriminatorias" actualmente en vigor. Entre ellas, la obligación de vestir de una determinada manera, los obstáculos con los que a veces se encuentran para continuar los estudios, o la negación de subvenciones para abrir un puesto de trabajo. Es más, recuerda que "en muchos países, todavía hoy se practican mutilaciones genitales".El video acompaña la intención de oración del Papa, inicia con imágenes fuertes, que dan cuenta de su sentida denuncia. Su mensaje remarca la distancia que existe entre las declaraciones de principio y la realidad de los hechos: "En las palabras todos estamos de acuerdo en que hombres y mujeres tienen la misma dignidad como personas, pero en la práctica eso no ocurre", precisa el Santo Padre.Vea a continuación el mensaje:

Lun 1 Abr 2024

La Voz del Pastor | 31 de marzo de 2024

Reflexión del señor Cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y primado de Colombia:Lectura del Santo Evangelio según San Juan 20, 1-9

Dom 24 Mar 2024

Semana Santa 2024: obispos piden reflexionar sobre la necesidad de la escucha y el diálogo en Colombia

En el marco de la Semana Santa 2024, los obispos envían un mensaje especial al pueblo colombiano. En él, los prelados invitan a que, en medio de los múltiples desafíos sociales que enfrenta el país, se aproveche este tiempo para profundizar sobre el aporte que debe dar cada quien en el camino hacia la construcción de una nación, en la que se aseguren todos los valores humanos de la vida, la dignidad y la fraternidad. Para ello, piden poner al centro la necesidad de escucha y el diálogo."Los desafíos que surgen, una y otra vez, como resultado de la fuerza de la violencia que tiende a escalar, merecen todo el rechazo de la sociedad en su conjunto y la toma de medidas necesarias, para garantizar la convivencia y los derechos humanos personales y comunitarios. Al mismo tiempo, esos hechos no nos pueden vencer imponiendo un camino diferente al del diálogo y a centrar la palabra, como la mejor y más poderosa herramienta para superar los conflictos sociales, políticos, comunitarios y familiares", expresan en el comunicado.Además, a "quienes han emprendido el camino del diálogo político o social para superar conflictos históricos", los animan a continuar delante, "asumiendo el gran mensaje histórico de la Pascua: Cristo vence a la muerte; y en Él, el amor aniquila al odio y la paz deja sin armas a la violencia".

Vie 22 Mar 2024

Obispos de Colombia, Costa Rica y Panamá definen estrategias pastorales conjuntas y piden compromiso total con las personas migrantes

Este viernes, 22 de marzo, en Ciudad de Panamá, finalizó el encuentro de obispos y agentes pastorales de Colombia, Costa Rica y Panamá. Diferentes propuestas de trabajo pastoral con enfoque regional surgieron en este espacio animado por el Vaticano a través del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral. Entre ellos: formación de agentes pastorales en temas de movilidad humana, transversalización de la realidad de la movilidad humana en los planes de pastoral diocesanos, concientización con miembros de la Iglesia sobre el deber cristiano de acoger, proteger, promover e integra a estos hermanos; estrategias de información a personas que consideren migrar por rutas irregulares sobre los riesgos a los que se exponen, e incidencia social y política en favor de la protección de sus derechos humanos y garantías para su desarrollo. Todo, a la luz del Evangelio y guiados por la Doctrina Social de la Iglesia.Conscientes que esta realidad supera a la Iglesia, ratificaron también la necesidad de articularse con otros actores e instituciones que trabajen por el bienestar de las personas migrantes y refugiadas. Esto, permitirá potenciar la misión y evitar la duplicación de esfuerzos o recursos.Aunque la asistencia humanitaria que brinda la Iglesia en diferentes centros de acogida, parroquias, carpas humanitarias, comunidades y programas es fundamental, como medida de urgencia o transitoria, los pastores están convencidos que su misión debe trascender a procesos que construyan a largo plazo y que propendan por una búsqueda de justicia para estas personas que, en la mayoría de los casos, se ven obligadas a dejar su hogar y a exponerse a todo tipo de vulneración, abusos e incluso, a circunstancias mortales. Esto, durante las tres etapas del flujo migratorio: origen, tránsito y destino.Los cerca de 30 asistentes también reafirmaron que deben fortalecer su lucha contra la indiferencia y la cultura del descarte, incluso, dentro de la misma Iglesia, tal y como ha pedido el papa Francisco, quien se hizo presente en este encuentro a través de dos mensajes: uno que envió a los participantes animándolos en el trabajo y otro, a las personas migrantes de tránsito en el campamento de Lajas Blancas en el Darién, lugar que visitaron este miércoles para corroborar la difícil situación y llevarles la esperanza de Cristo a través de la oración.Otras estrategias de implementación interdiocesano e intereclesial, con enfoque espiritual, investigativo, formativo y psicosocial, también surgieron en el espacio. Están convencidos que esta situación requiere un abordaje sinodal. Por ello, también propusieron la creación de una comisión que de alcance y seguimiento al trabajo proyectado en el encuentro.“Un «tapón» de inhumanidad”Al cierre, los obispos hicieron una contundente declaración, firmada también por el cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, en la remarcan la tragedia que viven miles de personas diariamente en su paso por la selva del Darién, calificándola como “un«tapón» de inhumanidad por las condiciones de vulnerabilidad y muerte a la que se enfrentan hombres, mujeres, jóvenes, niñas y niños”. Recuerdan que constantemente mueren personas por diversas causas naturales o de abuso humano, cuyos cuerpos no son rescatados.Los pastores afirman en su mensaje que esta es una realidad dolorosa que interpela y compromete a todos. Recordando que todos somos migrantes y peregrinos, durante la rueda de prensa de socialización del mensaje final, monseñor Mario de Jesús Álvarez Gómez, obispo de la Diócesis de Istmina-Tadó, aprovechó para hacer un llamado a sacerdotes, religiosas y religiosos para que sean conscientes de su tarea ante esta situación y ayuden generar esa misma conciencia entre las comunidades, aunque no se encuentren en lugares con alto flujo migratorio.En la declaración, los obispos piden construir un continente latinoamericano y caribeño cada vez más humano, equitativo, cordial y hospitalario.“En línea con las reuniones de Obispos de Pasto, San Salvador y Cúcuta, nos unimos al grito de la Iglesia continental que ha reconocido que hoy, diez millones de latinoamericanos y caribeños viven en un país que no es donde nacieron. La migración forzada afecta a millones de personas, pero, de modo particular, a las más vulnerables: cada vez más tiene cara de mujer y de niño. Estamos ante un proceso de degradación de la vida. Los migrantes en su recorrido son víctimas de estructuras y grupos criminales, hasta de carácter transnacional, que hacen de la desesperación de nuestros hermanos su negocio y profanan la dignidad de hombres y mujeres a través de la trata de personas y muchas otras prácticas que ofenden, indignan y avergüenzan. Esta realidad es un desafío para las comunidades eclesiales en los lugares de partida, de paso y de acogida” .A continuación, vea el informe audiovisual con los hechos más destacados:Descargue aquí la declaración final

Jue 21 Mar 2024

El papa Francisco designa obispo para la Diócesis de Girardota: el padre Juan Manuel Toro Vallejo

El papa Francisco nombró al padre Juan Manuel Toro Vallejo, miembro del clero de la Diócesis de Sonsón-Rionegro, como nuevo obispo de la Diócesis de Girardota. Así lo dio a conocer la Nunciatura Apostólica en Colombia a primera hora de este jueves 21 de marzo.Esta jurisdicción eclesiástica ubicada en el departamento de Antioquia venía siendo pastoreada desde el año 2010 por monseñor Guillermo Orozco Montoya, quien, al haber cumplido los 77 años de edad, pasará a ser emérito.El padre Juan Manuel nació en Medellín el 9 de mayo de 1959. Después de cursar estudios en la Escuela Superior de Mercadotecnia, ingresó al Seminario Cristo Sacerdote ubicado en el municipio de La Ceja, Antioquia. El 3 de noviembre de 1995 fue ordenado presbítero para la Diócesis de Sonsón-Rionegro.Entre los roles desempeñados durante su ministerio, con un especial énfasis en la formación de futuros ministros ordenados, se destacan:− 1996-1997 Formador del Seminario Intermisional “San Luis Beltrán”, Bogotá− 1998-1999 Formador del Seminario “Cristo Sacerdote”, Yarumal− 1999-2000 Rector del Colegio “Mons. Alfonso Uribe Jaramillo”, Rionegro− 2001-2003 Formador del Seminario “San Pedro Apóstol”, Cali− 2003-2004 Estudios de Espiritualidad con la Compañía de S. Sulpicio, Montreal, Canadá− 2005-2007 Formador del Seminario Diocesano “Nuestra Señora”, de Sonsón – Rionegro.− 2008-2009 Rector del Seminario Diocesano “Nuestra Señora”, de Sonsón – Rionegro− 2010-2017 Rector del Seminario Intermisional “San Luis Beltrán”, Bogotá− 2018-2020 Servicio en la “Pastoral Sacerdotal Diocesana”, La Ceja− 2020-a la Fecha Director de la Asociación Sacerdotal “Siervos del Espíritu Santo”

Mar 19 Mar 2024

Iglesias de Colombia, Costa Rica y Panamá: unidas en favor de los migrantes en el Darién

Este martes, 19 de marzo, en Ciudad de Panamá, inició el encuentro de obispos de las jurisdicciones eclesiásticas ubicadas en las fronteras entre Colombia, Costa Rica y Panamá. Hasta el próximo viernes, 22 de marzo, los pastores estarán reunidos para discernir sobre la situación migratoria en la región, especialmente, desde la realidad del Darién. También, definirán estrategias pastorales conjuntas que le permitan a la Iglesia seguir acompañando, de manera efectiva, a tantos hombres y mujeres que hoy experimentan diversos sufrimientos y condiciones de vulnerabilidad por esta causa.En el espacio participan también directores de pastoral social, miembros de la pastoral de movilidad humana, de la Red Clamor y del Observatorio Sociopastoral de Movilidad Humana de Mesoamérica y el Caribe, quienes aportarán a la reflexión de los prelados importantes mapeos de la situación actual, para que puedan ver, discernir y actuar, metodología propuesta para el encuentro.En representación de la Iglesia colombiana, están presentes monseñor Mario de Jesús Álvarez, obispo de Istmina-Tadó y administrador apostólico de Quibdó. Además, el padre Leonidas Moreno Gallego, administrador diocesano de Apartadó, el padre Rafael Castillo Torres, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social – Cáritas colombiana y el padre Arturo Arrieta, director de la pastoral social de la Diócesis de Palmira y Director de la Red Clamor Colombia.“Pascua con nuestros hermanos migrantes”: es la frase que inspira esta actividad promovida por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano, que se enmarca en el tiempo litúrgico que vive la Iglesia. Además, porque este miércoles, 20 de abril, los participantes estarán visitando el campo de acogida de Lajas Blancas, en el Darién. En este lugar, viven actualmente alrededor de 3.000 migrantes.Durante la jornada de instalación el Nuncio Apostólico en Panamá, monseñor Dagoberto Campos Salas, dio a conocer un mensaje enviado por el papa Francisco a los obispos y agentes pastorales presentes en el encuentro. En la carta, el Santo Padre pide trabajar incansablemente para erradicar la indiferencia:"De tal manera que cuando un hermano o una hermana migrante llegue, encuentre en la Iglesia un lugar donde no se sienta juzgado, sino acogido; donde pueda calmar el hambre y la sed, y revivir la esperanza. Por eso, la pastoral para la atención a la movilidad humana nos impulsa, como dice Isaías, a ensanchar el espacio de la tienda (cf. 54,2) y así, reconociéndonos también forasteros, con nuestras propias vulnerabilidades y carencias, podamos generar las condiciones necesarias para acoger al prójimo como un hermano o hermana, y hacerlo así, partícipe de nuestra cotidianidad".Además, los exhorta a sumar esfuerzos con las instancias de la comunidad internacional, para que todos tengan derecho a permanecer en su tierra de manera digna y pacífica.El padre Fabio Baggio, Subsecretario del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, afirmó que, aunque el fenómeno de la movilidad humana crece más rápido que la respuesta que se puede dar, se deben hacer todos los esfuerzos necesarios para seguir respondiendo desde los cuatro verbos que ha indicado el Santo Padre: acoger, proteger, promover e integrar."Aquí nadie es huésped, todos son miembros de nuestra Iglesia", enfatizó.Sobre la convocatoria del encuentro, el padre Baggio manifestó que hace parte de una serie de encuentros fronterizos que ya se han venido promoviendo desde el Dicasterio, de los que Colombia fue escenario en dos oportunidades en 2023, en Nariño y Cúcuta. Además, que el Papa ha pedido una especial atención a las Iglesias locales.Por su parte, monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, arzobispo de Panamá, invitó a ver este encuentro como un signo de esperanza y valoró el sentido de sinodalidad que tiene. Recordó que de manera individual no se podría sacar adelante una misión tan importante.Durante su intervención, el padre Rafael Castillo extendió un mensaje enviado por el Cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia. También remarcó cuatro desafíos que ha identificado la Iglesia colombiana en esta dimensión: la formación de agentes de pastoral para la movilidad humana, la articulación del mapa de actores que trabajan en temas de movilidad y la incidencia. Además del apoyo humanitario que se brinda permanentemente, trabajar para que se haga justicia y reestablezcan los derechos de las personas, sin caer en la revictimización, el asistencialismo o la dependencia.Conozca más detalles a continuación en el informe audiovisual: