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conferencia episcopal de colombia

Mié 4 Jun 2025

05 de Junio | Lectura del Santo Evangelio según San Juan 17, 20-26

05 Junio, Jueves. 7ª Sem. de PascuaJn 17, 20-26¡Qué sean completamente uno!Lectura del santo Evangelio según san Juan.EN aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, oró diciendo: «No solo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno; yo en ellos, y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí. Padre, este es mi deseo: que los que me has dado estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo. Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y estos han conocido que tú me enviaste. Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté en ellos, y yo en ellos». Palabra del Señor.

Mié 4 Jun 2025

Un adiós lleno de gratitud, reconocimiento y esperanza para monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid

Con un sentido homenaje en la Catedral Castrense Jesucristo Redentor, familiares, 21 de sus hermanos obispos, militares y civiles despidieron a monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, quien, por cuatro años, acompañó espiritualmente a las Fuerzas Armadas y de Policía, y dejó una profunda pastoral en jurisdicciones como Medellín, Málaga-Soatá y Cúcuta.El cardenal Luis José Rueda Aparicio presidió la Eucaristía y destacó el legado espiritual del obispo castrense, recordándolo como "semilla de esperanza" para Colombia. Basado en el Evangelio de Juan (12,24), el arzobispo de Bogotá y primado de Colombia comparó la vida de monseñor Ochoa con una semilla que, al morir, da frutos abundantes."Monseñor Víctor Manuel fue un sembrador de la Palabra y los sacramentos, un pastor que echó raíces en los corazones de quienes pastoreó", afirmó el cardenal, resaltando su labor en la formación espiritual de los uniformados y sus familias. También recordó que su vocación nació en un hogar cristiano y se consolidó cuando fue ordenado sacerdote por san Juan Pablo II.Un legado entre soldadosMonseñor Ochoa no solo sirvió en el altar, sino que se convirtió en guía moral para los miembros del Ejército, la Policía y sus familias, dejando un legado de cercanía y servicio. Su trabajo en el Obispado Castrense fue reconocido por altos mandos militares, religiosos y laicos que llenaron la Catedral para darle el último adiós:“Monseñor Ochoa nos recordó que la dignidad del ser humano está por encima del uniforme de la jerarquía y de las armas. Y nos enseñó que la defensa de la patria sin la guía de los valores, se vuelve frágil, pero que, guiada por la justicia, la compasión y la paz, se convierte en verdadera garantía de la democracia…Su legado no se mide solo en documentos o decretos, sino en las almas que consoló en los jóvenes, que ordenó, en los dolientes, que escuchó, en los caídos, que despidió”, expresó el Ministro de Defensa, Pedro Sánchez.La misa fue concelebrada por monseñor José Roberto Ospina Leongómez, designado por el Papa León XIV como administrador apostólico castrense. Se refirió al legado de oración de monseñor Víctor Manuel y expresó su cercanía a toda la comunidad, como pastor, hermano y amigo.“Permítanme decirles, queridos sacerdotes, que si el Papa me ha nombrado sin mérito propio, estoy dispuesto a ser un hermano, a ser alguien que está dispuesto a servirles de la mejor manera posible lo que necesiten. Ese es el papel de un obispo ser un hermano que camina con hermanos, queridos sacerdotes del obispado.Sientan en mí un hermano, un amigo, un padre, un obispo. Yo vi a al señor Ministro decir que monseñor Víctor Manuel siempre oraba por las Fuerzas Armadas y de Policía Nacional. Sepan que ya he comenzado a orar también por ustedes...Oren también por mí para que el tiempo que el Señor me permita estar entre ustedes, lo haga con la generosidad, la sabiduría, la prudencia y la entrega total”.Monseñor David Paul Charters, secretario de la Nunciatura Apostólica en Colombia, fue el encargado de dar a conocer el mensaje enviado por el Secretario de Estado Vaticano, el cardenal Pietro Parolín, en nombre del Santo Padre:“El Papa XIV, a la vez que ofrece sufragios por el eterno descanso de esta abnegado pastor que con fidelidad entregó su vida al servicio de Dios y de la Iglesia…Lo encomienda a la más tierna intercesión de la Bienaventurada Virgen María e imparte, con afecto, la confortadora Bendición Apostólica como signo de fe y esperanza en Cristo resucitado”.El secretario general de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Germán Medina Acosta, fue el encargado de dar a conocer el mensaje publicado por el Episcopado al conocer la noticia de la partida de monseñor Cadavid.La ceremonia concluyó con un toque militar en su honor y la entrega de la bandera de Colombia a sus familiares.Con este homenaje, Colombia despide a un obispo que, como semilla, dejó frutos de fe en la Iglesia y en quienes defendieron la patria.Vea a continuación el video con algunos de los momentos más emotivos de las honras fúnebres y honores militares:

Mié 4 Jun 2025

Sinodalidad: El Evangelio hecho camino compartido

Por Pbro. Mauricio Rey - En muchos momentos de la vida, las personas sienten que caminan solas, que cargan responsabilidades sin ser tenidas en cuenta, que sus palabras no cambian nada. Esa misma experiencia, con sus heridas y silencios, también se ha vivido dentro de la Iglesia. Quienes aman profundamente su fe muchas veces han sentido que no tienen lugar para hablar desde su experiencia, ni espacio para participar en las decisiones que también les afectan. Ante esta realidad, el Papa Francisco ha hecho una convocatoria clara y necesaria, pues nos llama a volver al modo de Jesús, es decir, recuperar el estilo original del Evangelio. Esa forma concreta de ser Iglesia tiene un nombre exigente y contundente: Sinodalidad.La sinodalidad no es un modelo organizativo; es el retorno a una forma de vida eclesial en coherencia con el Evangelio, es una respuesta madura y consciente ante los desafíos de nuestro tiempo actual. Supone comprender que la Iglesia no se edifica desde las cúpulas, sino desde el encuentro, desde la escucha, desde la comunión. Que todos, laicos, consagrados, pastores, somos responsables de la vida de la Iglesia, porque todos hemos recibido el Espíritu en el Bautismo y la Confirmación. Esto se plantea como una convicción vivida, todos tenemos una palabra que ofrecer, una historia que contar, una luz que aportar al discernimiento común. El Concilio Vaticano II ya nos recordó que la Iglesia es el Pueblo de Dios en camino, no una minoría iluminada que decide por el resto, sino una comunidad donde cada persona tiene un lugar, una dignidad y una misión. La sinodalidad recoge ese llamado y lo actualiza para nuestro tiempo, quiere formar una Iglesia que no tema escucharse, que no tema dialogar, que no tema caminar juntos, incluso cuando el camino sea incierto, difícil o complejo.Sin embargo, esta llamada toca nuestras resistencias, pues nos exige una conversión integral. Porque caminar juntos implica renunciar al control, requiere humildad, paciencia, abrirse a la escucha, aceptar el tiempo del otro; implica aceptar que el Espíritu Santo actúa más allá de nuestros esquemas, permitiendo que pueda hablar por medio de quien menos imaginamos, y que de esta manera, ninguna vocación cristiana puede vivirse aislada del resto del Cuerpo de Cristo. Implica crear espacios reales de diálogo, donde no se decida todo desde los escritorios, sino desde el encuentro con la vida cotidiana de las personas en contextos concretos. Por eso, la sinodalidad también es una conversión espiritual, pues conlleva pasar de la autorreferencialidad al discernimiento comunitario, del individualismo eclesial al nosotros eclesial, de la comodidad de lo establecido al dinamismo del Espíritu.Todo esto se concreta en lo cotidiano. Una comunidad sinodal es aquella donde las decisiones no se imponen desde arriba sin diálogo, sino que se toman a la luz de la Palabra y la experiencia del pueblo fiel. Una parroquia sinodal es aquella que escucha activamente a sus agentes pastorales, a los jóvenes, a las mujeres, a los adultos mayores, a los pobres, y no los deja fuera del proceso pastoral. Una Iglesia sinodal es aquella que reconoce que su credibilidad se juega no sólo en lo que anuncia, sino en cómo vive internamente la comunión, la participación y la corresponsabilidad en su misión. Muchos están cansados de instituciones que excluyen o que solo hablan desde la distancia. La sinodalidad responde a ese cansancio con una firme propuesta, que caminemos juntos como hermanos, no como competidores; escuchar para transformar, no solo para cumplir; construir juntos una Iglesia que nos acerque mucho más al Reino que Jesús anunció.Esto no significa que todo se decida por mayoría ni que todo se relativice. No se trata de diluir la verdad, sino de buscarla juntos, sabiendo que el Espíritu Santo guía a toda la Iglesia, no solo a unos pocos. La sinodalidad no reemplaza el Magisterio, lo enriquece desde la escucha del sensus fidei del pueblo fiel. No debilita la autoridad, la purifica y la humaniza. No es desorden, es comunión vivida con plena madurez. Nos invita a preguntarnos con honestidad cómo vivimos nuestra fe cristiana eclesialmente, cómo la transmitimos, y si nuestras estructuras ayudan o dificultan su testimonio.Y cuando se vive con autenticidad, la sinodalidad no solo transforma la Iglesia, sana también las heridas del alma. Porque todos hemos sentido alguna vez lo que significa no ser escuchados. Por eso, una Iglesia sinodal no es solo más evangélica, sino también más humana, más fraterna, más cercana. Más parecida a esa comunidad que anhelamos en nuestras propias familias, en nuestros barrios, en nuestras relaciones. Una Iglesia que no juzga de entrada, que no impone, que no margina; sino que acoge, acompaña, discierne y camina al ritmo del pueblo.Así entendida, la sinodalidad no es simplemente “hacer juntos”. Es discernir juntos, orar juntos, decidir desde una misma fe, pero con todas las voces en la mesa, porque no hay Evangelio sin comunidad; no hay comunidad sin escucha; no hay escucha sin humildad; y no hay humildad sin amor por la verdad. Por eso, la sinodalidad es hoy uno de los rostros más necesarios de la Iglesia. Es el modo concreto de vivir el Evangelio con otros, no como una carga, sino como una gracia compartida. Es una manera de decirle al mundo que sí es posible caminar juntos, decidir sin imponer, vivir la fe sin excluir, buscar la verdad sin miedo, y servir sin dominar.Si la Iglesia quiere responder con verdad a los desafíos del presente, debe ser una Iglesia que escucha, que discierne y que camina con su pueblo. Ese es el llamado. Ese es el camino. Y ese es el Evangelio que nos acompaña siempre, el mismo que hoy estamos llamados a vivir.Pbro. Mauricio Rey SepúlvedaDirector del Secretariado Nacional de Pastoral Social - Cáritas Colombiana

Mar 3 Jun 2025

04 de Junio | Lectura del Santo Evangelio según San Juan 17, 11b-19

04 Junio, Miércoles. 7ª Sem. de PascuaJn 17, 11b-19Que sean uno, como nosotrosLectura del santo Evangelio según san Juan.EN aquel tiempo, levantando los ojos al cielo, oró Jesús diciendo: «Padre santo, guárdalos en tu nombre, a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros. Cuando estaba con ellos, yo guardaba en tu nombre a los que me diste, y los custodiaba, y ninguno se perdió, sino el hijo de la perdición, para que se cumpliera la Escritura. Ahora voy a ti, y digo esto en el mundo para que tengan en sí mismos mi alegría cumplida. Yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los retires del mundo, sino que los guardes del maligno. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en la verdad: tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así yo los envío también al mundo. Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad». Palabra del Señor.

Mar 3 Jun 2025

¿Dónde quedaría la Patria Potestad de los padres de familia?

Por Mons. Miguel Fernando González Mariño- Respecto a la Resolución 309 del Ministerio de Salud de Colombia. Luego de la lectura y análisis de la Resolución 309 de 2025 del Ministerio de Salud y Protección Social, publicada el 20 de febrero, que tiene por finalidad impartir «lineamientos para garantizar la participación en la toma de decisiones en salud y el ejercicio de la autonomía progresiva y contextual de niños, niñas y adolescentes, a través del asentimiento pediátrico y el proceso de consentimiento informado», en las atenciones en salud, veo con preocupación que en esta Resolución, usando el argumento del interés superior del niño, se menoscaba y se pone en segundo plano el derecho-deber fundamental de los padres de familia a ejercer su custodia permanente tomando decisiones sobre el tipo de educación y de estilo de vida saludable para sus hijos, como parte del ejercicio del derecho de libertad de enseñanza.Los padres de familia son los protagonistas en el auténtico desarrollo personal de los menores de edad, especialmente teniendo en cuenta su fragilidad en estas etapas del desarrollo como son la infancia, la niñez y la adolescencia. La experiencia y los estudios sobre el proceso del desarrollo humano explican ampliamente los cambios fuertes que se dan en la preadolescencia y adolescencia que causan profunda inestabilidad y crisis de identidad en las personas, que perturban el ejercicio de la capacidad de tomar decisiones suficientemente informadas y conscientes Especial atención y análisis se debe hacer sobre el Anexo de la norma, que en nuestro parecer desborda la misma Resolución indicando ámbitos concretos en los cuales se invadirá la vida de las familias sustrayendo a los niños, niñas y adolescentes de la protección y custodia por parte de sus padres en temas tan delicados como la salud y las decisiones en ámbitos como el crecimiento armónico e integral en la sexualidad. No se trata de oponer al camino de crecimiento y paulatina madurez de los menores, el deber que tienen los padres de familia, por la Patria Potestad, de custodiar y proteger a sus hijos, sino de reconocer que el crecimiento de los menores no se puede dar sin el concurso necesario de los padres.Por ello, me permito recordar que la Patria Potestad es sobre todo un derecho de los niños, porque:1.Los niños tienen derecho a la protección de la familia, ésta es el primer entorno protector para los niños, y tiene la responsabilidad de garantizar su bienestar y desarrollo, como lo dispone la Constitución política de Colombia en los artículos 42 y 44. La familia es el núcleo fundamental de la sociedad porque constituye el origen y fundamento de las relaciones sociales. La familia no es sólo un lugar de afectos, sino una relación social que genera el desarrollo de la sociedad, incluyendo valores y normas de convivencia. La familia actúa como un modelo de vida y un espacio para la formación de personas con carácter ético, contribuyendo a la construcción de una sociedad más justa y humana. 2.La Corte Constitucional en la sentencia C-1003 de 2007 señaló que la Patria Potestad o Potestad Parental es intrasmisible, irrenunciable, imprescriptible, temporal y comprende la representación de hijo menor. Por lo cual no se puede sustraer a los Padres o dejarlos como actores secundarios en un rol de emitir un “consentimiento sustituto” en materia de salud de sus hijos, como lo dispone la Resolución. Por lo anterior, el mejor modo de amparar los derechos de los menores es salvaguardar los derechos de la familia pues ellos están en el centro de la vida familiar ya que todos los derechos de la familia son derechos de los niños. La familia es la comunidad en la que, desde la infancia, se aprenden los valores morales y a ejercer con responsabilidad la libertad, hay que ofrecerle los medios para que ella desempeñe su vocación educativa con idoneidad y así contribuya al bien superior de los menores de edad.3.Los derechos de la familia y de los padres no son concesiones del Estado, ni corresponden a una exigencia ética de un momento histórico determinado, sino que son derechos preferentes por ser la familia, una institución natural constituyente del ser de la persona humana y anterior al Estado. Los derechos de la familia son también derechos naturales que manifiestan su estructura jurídica fundamental.4.Es un avance y un cambio positivo el proceso por el cual hemos pasado de considerar a los niños, niñas y adolescente como sujetos de derechos y por tanto la necesidad de continuar transformando pautas de crianza y de educación de los hijos de tipo autoritario y sin tomar en consideración de manera progresiva y prudente el parecer de los menores. Pero esto no significa desconocer su necesidad de guía, orientación, acompañamiento especialmente en las dimensiones más sensibles de su desarrollo y personalidad como lo son la salud y la educación. La «autonomía progresiva contextual de niños y adolescentes» reconoce la capacidad creciente de los menores para ejercer sus derechos y asumir responsabilidades, mientras que la Patria Potestad de los padres implica la obligación y el derecho de velar por su bienestar y desarrollo. Ambos conceptos se complementan, buscando la mejor forma de equilibrar la protección parental con la creciente autonomía del menor, por ello privilegiar uno en menoscabo de otro, vulnera los derechos integrales de los niños, niñas y adolescentes. En la búsqueda para que los menores de edad tengan un rol activo en las decisiones relacionadas con su atención médica, según su desarrollo y madurez, preocupa cómo se define el nivel de madurez del menor para tomar decisiones, especialmente aquellas de alta complejidad y aquellas que afectan de manera permanente en su identidad y desarrollo personal. El papel de los padres de familia es fundamental porque ellos tienen el derecho-deber de cuidar, proteger y custodiar el bien del menor, en este caso el bien de la salud y de su desarrollo personal.5.El Estado y las instituciones sociales tienen como misión favorecer, apoyar y propender a que los padres de familia desarrollen su vocación en favor de los menores. Ninguna institución puede suplantar o reemplazar a la familia en esta su tarea primera y primordial. La tarea del Estado está mediada por los principios de la corresponsabilidad y subsidiariedad. Así en virtud de la subsidiariedad el Estado debe garantizar, promover y fomentar la subjetividad de la institución familiar y el papel de protagonista que ella tiene en la vida social. El Estado debe permitir que la familia realice la misión que le corresponde. La tarea del Estado es respetar y complementar la misión de la familia. Por lo que surge la pregunta, si se tuvo en cuenta la participación y el parecer de las organizaciones de padres de familia y de la educación, en la elaboración de esta Resolución, que los afecta en sus derechos y los deja en un rol secundario como educadores de sus hijos.En este marco, la familia juega un papel esencial, ya que es el primer entorno de amor, protección y formación. Fortalecerla no sólo garantiza los derechos de los niños, sino también el futuro de una sociedad más justa y solidaria, como lo ha afirmado el Papa León XIV, en su discurso al cuerpo diplomático el pasado 16 de mayo, la familia «bien pequeña, es cierto, pero verdadera sociedad y más antigua que cualquiera otra; por ello, es tarea de quien tiene responsabilidad de gobierno aplicarse para construir sociedades civiles armónicas y pacíficas. Esto puede realizarse sobre todo invirtiendo en la familia».Finalmente, me permito hacer un reconocimiento a los padres de familia que con entrega y generosidad se esfuerzan por buscar el mejor bien para sus hijos: la salud, la educación y el crecimiento humano y espiritual. +Miguel Fernando González MariñoObispo de El EspinalPresidente de la Comisión Episcopal de Matrimonio y Familia

Mar 3 Jun 2025

Papa León XIV designa a monseñor José Roberto Ospina Leongómez como administrador apostólico del Obispado Castrense

El Papa León XIV designó a monseñor José Roberto Ospina Leongómez, obispo emérito de Buga, como Administrador Apostólico del Obispado Castrense. Desde el pasado 30 de mayo, en medio del delicado estado de salud que afrontaba monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid (Q.E.P.D.), monseñor José Roberto estaba acompañando esta jurisdicción como Administrador sede plena. Sin embargo, ahora, tras el fallecimiento de monseñor Víctor Manuel, asume como Administrador en sede vacante, hasta que el Santo Padre nombre un nuevo obispo.Precisamente en la noche de este lunes, 2 de junio, monseñor José Roberto celebró una Eucaristía en acción de gracias por la vida de monseñor Víctor Manuel La Santa Misa se llevó a cabo en la Catedral Castrense Jesucristo Redentor. Allí, permanecerá el féretro en cámara ardiente hasta el medio día de este martes 3 de junio cuando se celebre la Eucaristía que presidirá el cardenal Luis José Rueda Aparicio. En horas de la tarde será trasladado a la ciudad de Bello (Antioquia), su tierra natal.El miércoles 4 de junio, a las 3:00 p.m., en la Parroquia Nuestra Señora del Rosario de Bello, el arzobispo de Cartagena y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Francisco Javier Múnera Correa, presidirá la Eucaristía de exequias. Al terminar, monseñor Víctor Manuel será sepultado en la cripta de este mismo templo.

Lun 2 Jun 2025

“Luto de Iglesia y dolor de Patria”: falleció monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, Obispo Castrense de Colombia

Con profundo dolor y fe en la Resurrección, la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) se une al duelo del Obispado Castrense y de toda la Iglesia en el país por el fallecimiento de monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, quien partió a la Casa del Padre este domingo 1 de junio a las 11:55 p.m., tras permanecer varias semanas en delicado estado de salud.A través de un comunicado, el Obispado Castrense de Colombia oficializó esta lamentable noticia; expresó que la partida de su pastor representa un “luto de Iglesia y dolor de Patria". Monseñor Víctor se distinguió por su entrega misionera, su amor a la formación sacerdotal, su liderazgo en la promoción de la fe y la caridad, y su incansable labor por la justicia social. La Presidencia del Episcopado también ha emitido un comunicado a través del cual destaca las virtudes de monseñor Víctor y su liderazgo en la Conferencia Episcopal. Además, expresa condolencias a su familia, al clero y fieles, confiando en que Cristo Resucitado lo ha acogido en la vida eterna.Vida y ministerio de un pastor entregadoNacido en Bello (Antioquia) el 18 de octubre de 1962, monseñor Ochoa Cadavid realizó sus estudios eclesiásticos en el Seminario Conciliar de Medellín y posteriormente se especializó en Filosofía en la Pontificia Universidad Santo Tomás de Aquino (Angelicum) en Roma, donde también obtuvo su doctorado. Fue ordenado sacerdote por San Juan Pablo II el 5 de julio de 1986, durante la visita del Pontífice a Colombia, e incardinado en la Arquidiócesis de Medellín. A lo largo de su ministerio, se desempeñó como vicario parroquial, formador de seminaristas, director de casas de formación en Roma y colaborador en la Comisión para América Latina. Fue distinguido con el título de Capellán de Su Santidad el 15 de abril de 1995.El 24 de enero de 2006, el Papa Benedicto XVI lo nombró Obispo Auxiliar de Medellín, recibiendo la ordenación episcopal el 1 de abril del mismo año. El 24 de enero de 2011, Su Santidad Benedicto XVI lo nombró Obispo de la Diócesis de Málaga – Soatá y tomó posesión canónica de esta sede, el 5 de marzo de 2011. El 24 de julio de 2015, el papa Francisco lo nombró Obispo de la Diócesis de Cúcuta y tomó posesión canónica de la misma el 15 de agosto de 2015. Desde el 30 de enero de 2021, también por designación del papa Francisco, ejercía como Obispo Castrense de Colombia.Un Pastor de Esperanza en el Año JubilarLa Presidencia de la Conferencia Episcopal de Colombia, al recibir la noticia de su partida, recordó que, en este Año Jubilar de la Esperanza, las palabras del Papa Francisco en la Bula Spes non confundit iluminan este momento: "¿Qué será de nosotros, entonces, después de la muerte? Más allá de este umbral está la vida eterna con Jesús, que consiste en la plena comunión con Dios, en la contemplación y participación de su amor infinito. Lo que ahora vivimos en la esperanza, después lo veremos en la realidad" (n. 21). Monseñor Ochoa Cadavid fue un hombre de fe inquebrantable, creativo, estudioso y de profundas relaciones humanas. Ordenado sacerdote por San Juan Pablo II el 5 de julio de 1986 durante su visita a Colombia, mantuvo siempre una gran admiración por el Pontífice, con quien colaboró en Roma. Se distinguió como un sacerdote entregado, administrador competente y servidor incansable, incluso en medio de su frágil salud. Su amor por la naturaleza, especialmente por las orquídeas, reflejaba su sensibilidad y contemplación de la creación. Una vida al servicio de la Iglesia en ColombiaEn la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Ochoa se desempeñó como Presidente de la Comisión Episcopal de Doctrina y miembro del Comité Económico. También lideró con dedicación el Consejo Superior de la Fundación MASC (Mutuo Auxilio Sacerdotal Colombiano), trabajando por el bienestar de los sacerdotes y obispos eméritos. Su labor en diversas comisiones dejó un legado de servicio, organización y caridad pastoral en toda la Iglesia colombiana. Un legado de solidaridad en la fronteraDurante su servicio como Obispo de Cúcuta, monseñor Víctor Manuel Ochoa se destacó por su incansable labor en favor de los migrantes, desplazados y comunidades vulnerables de esta región fronteriza. En medio de las crisis humanitarias derivadas del flujo migratorio venezolano, promovió la creación de albergues, comedores comunitarios y centros de atención integral, en coordinación con Cáritas Diocesana y organizaciones internacionales. Impulsó, además, programas de regularización migratoria, acompañamiento jurídico y apoyo psicosocial, convirtiendo a la Iglesia local en un referente de esperanza y acogida. Su liderazgo pastoral fue clave para articular respuestas de emergencia durante los momentos más críticos, siempre defendiendo la dignidad de los más pobres y abogando por soluciones estructurales a la crisis. Llamado a la oración y esperanza en CristoEl Obispado Castrense y la Conferencia Episcopal de Colombia invitan a unirse en oración por el eterno descanso de monseñor Ochoa, confiando en las palabras de Jesús: "Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá" (Jn 11,25).

Sáb 31 Mayo 2025

01 de Junio | Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 24, 46-53

01 Junio, Domingo. EN EL DIA DE LA SOLEMNIDADLc 24, 46-53Mientras los bendecía, fue llevado hacia el cieloConclusión del santo Evangelio según san Lucas.EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Así está escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se proclamará la conversión para el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Ustedes son testigos de esto. Miren, yo voy a enviar sobre ustedes la promesa de mi Padre; ustedes, por su parte, quédense en la ciudad hasta que se revistan de la fuerza que viene de lo alto». Y los sacó hasta cerca de Betania y, levantando sus manos, los bendijo. Y mientras los bendecía, se separó de ellos, y fue llevado hacia el cielo. Ellos se postraron ante él y se volvieron a Jerusalén con gran alegría; y estaban siempre en el templo bendiciendo a Dios. Palabra del Señor.