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Iglesia

Vie 19 Oct 2018

Un Sínodo de los jóvenes

Por: Mons. Ismael Rueda Sierra - La palabra “sÍnodo” significa ir, transitar por el mismo camino para encontrarse, ir juntos para discernir y tomar opciones favorables hacia el futuro. Es sin duda, providencial, la convocación y ahora puesta en marcha de la Asamblea del “sínodo de los jóvenes” por parte del Papa Francisco, con el propósito primario de escucharlos, compartir sus sueños, valorar sus reclamos y con ellos proponer acciones pastorales concretas junto con los convocados al discernimiento, base para la exhortación post-sinodal que entregará el Santo Padre, seguramente, como es usual en estos acontecimientos de Iglesia. Sin duda, desde el momento mismo de la convocación se desplegó en la Iglesia universal la respectiva consulta desde las bases para conocer más de cerca la situación de las nuevas generaciones en el contexto del tipo de cultura y sociedad que estamos viviendo. La idea del papa no es ir “hacia los jóvenes” sino “con los jóvenes”: “La Iglesia, no sale hacia las nuevas generaciones, sino que sale con las nuevas generaciones, y el Sínodo es fruto de un trabajo en el que ustedes han sido y son protagonistas”, dijo Francisco en una de las sesiones. Este ejercicio, ha dado a conocer las mayores preocupaciones del mundo juvenil, que se ubican entre otras, en situaciones de desarraigo y pertenencia, vacilaciones de identidad, los interrogantes sobre la sexualidad en el clima de su madurez y relaciones, la atracción por el lujo que priva de lo sencillo e importante y naturalmente los temas que se relacionan con la valoración de la música y el deporte, la ecología, la era digital unidas a las condiciones de trabajo y desempleo, la guerra y la pobreza y los alejamientos de la vida de familia. De primera mano nos llevaría esto a pensar que estas percepciones de los jóvenes, reflejan indudablemente el tipo de cultura y sociedad vigentes y un gran indicativo de lo que significa el reto de la propuesta de Jesús como razón de sentido y base también para construir un mundo nuevo y mejor, y una Iglesia renovada que escucha y acompaña, no con auto-referencia sino mirando al evangelio. Por sí solo el método y espíritu señalado por el papa Francisco y aplicado en el desarrollo del Sínodo, sugieren también un cambio de paradigma en el modo tradicional de hacer la pastoral juvenil, a menudo cargada de esquemas y estructuras, pero en la práctica, con poca eficacia para llegar a los jóvenes. Escuché en una ocasión a un apóstol del trabajo con los jóvenes, quien decía que no entendía cómo se pretendía “hacer pastoral juvenil sin los jóvenes”. Traducida esta apreciación al resultado de la “escucha” que quiere ser el Sínodo, sería aceptar con humildad el reclamo de los jóvenes que nos podrían decir: “como pueden trabajar por nosotros sin nosotros?”. Pero aún va más a fondo el Papa. En el aula Paulo VI en reunión organizada por la Secretaría General del Sínodo y la Congregación para la Educación Católica les decía a los jóvenes: “Por favor, jóvenes, niños y niñas, ¡Ustedes no tienen precio! ¡Ustedes no están subastados!. Y les pidió que repitieran: “¡no estoy en una subasta, no tengo precio. Soy libre, soy libre!. Necesario pues reconocer que los jóvenes tienen su propio puesto, personalidad y protagonismo en la sociedad y en la Iglesia. Llamados a construir un mundo mejor del heredado por los mayores. + Ismael Rueda Sierra Arzobispo de Bucaramanga

Vie 19 Oct 2018

Réplica del lienzo de la Virgen de Chiquinquirá llega a los Llanos orientales

En el marco del año jubilar del Centenario de la Coronación de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá como Reina y Patrona de Colombia, los frailes dominicos del Santuario Mariano Nacional, visitarán la región de los llanos con la imagen del lienzo de Nuestra Señora Renovada de Chiquinquirá. Esta peregrinación estará del 20 al 22 de octubre. Allí la comunidad tendrá la oportunidad de vivir momentos de oración y predicación sobre la importancia que tiene para Colombia la presencia de la Virgen, en su advocación de Nuestra Señora del Rosario. La siguiente es la agenda de la gira: Villavicencio: octubre 20,21 y 22. Puerto Gaitán: octubre 23 y 24. Acacías: octubre 25. Guamal y Granada: octubre 26. Mesetas y San Juan de Arama: octubre 27. Lejanías y Granada: octubre 28. Yopal: octubre 29 y 30. Restrepo: octubre 31. Villavicencio: noviembre 1 (despedida). #ModoCentenario #Centenario #VirgeDeChiquinquirá

Jue 18 Oct 2018

Sínodo: La Iglesia debe ser cercana con los jóvenes y hablar su lenguaje

Así lo aseguró el obispo de Florencia – Caquetá, monseñor Omar de Jesús Mejía Giraldo, durante su intervención en el Sínodo de obispos que se celebra por estos días en Roma. El prelado aseguró que se requiere de una conversión pastoral y misionera que dedique más tiempo a los jóvenes. “Los jóvenes quieren que la Iglesia viva de verdad la ‘cultura del encuentro’, los jóvenes quieren que nosotros sus pastores vayamos a ellos, compartamos sus historias, sus retos y motivaciones; ellos quieren contarnos sus angustias y fracasos, pero necesitan que les invirtamos más tiempo”, aseguró el prelado. El obispo aseguró que es urgente que la Iglesia se muestre comprometida en un escenario “anclado en el mundo, pero sin ser del mundo”. “Los jóvenes reclaman de nosotros una Iglesia libre de ataduras pasajeras, una Iglesia que sea lo que es, lo que prometió ser, una Iglesia transparente, cercana, dinámica, alegre, una Iglesia fresca y con rostro joven. Los jóvenes quieren una Iglesia que les diga y les dé testimonio que sí es posible el celibato, la castidad y la virginidad. Los jóvenes buscan en la Iglesia signos de Dios, ellos esperan que nosotros les enseñemos a orar, pero no a punta de sermones y teorías sobre la oración, ellos quieren que nosotros sus obispos, sacerdotes y agentes misioneros oremos, juguemos, caminemos, luchemos con ellos. Los jóvenes nos quieren ‘hombres de Dios, frescos y transparentes’, afirmó el obispo. Su reflexión se basó en el documento “Instrumentum laboris”, numeral 137, que invita a un renovado entusiasmo misionero, a través de un camino de conversión pastoral y misionera. “De esta experiencia sinodal debe brotar muchos caminos pedagógicos que fortalezcan nuestra Iglesia en este ‘instante vital’. Pidamos al Espíritu Santo, que nuestra ‘conversión pastoral’ se refleje en el compromiso de ser una Iglesia más cercana, más alegre, más práctica, menos discursiva y más acogedora”, aseguró. Monseñor Mejía Giraldo, recordó además, como los jóvenes reclaman hoy de la Iglesia una conversión efectiva, afectiva y económica. Al referirse a esta última, dijo que “una conversión concreta se manifiesta cuando como pastores invertimos recursos económicos en nuestra pastoral juvenil”. Así mismo, recordó las angustias y llamados que le hicieron los jóvenes de la Amazonía colombiana para que fueran presentadas ante los padres sinodales: “Queremos que los adultos se conviertan en verdaderos acompañantes, que los sacerdotes no se contenten con ofrecernos sólo el sacramento de la confesión, que vayan más allá, que orienten nuestra vida y nos ayuden en el seguimiento del Señor (…) Queremos que la Iglesia nos enseñe la manera cómo debemos unificar nuestra vida personal, educativa, laboral, afectiva, espiritual; ojalá, nos ofrezcan espacios de formación. Finalmente, aseguró que los jóvenes exigen de la Iglesia espacios de participación para crear, proponer y evangelizar. Espacios que sean acompañados por los adultos para guiar, orientar, motivar y generar procesos de formación que muestren una Iglesia viva y llena de Dios. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar intervención de Mons. Omar Mejía[/icon]

Mié 17 Oct 2018

Cúcuta da la bienvenida a Nuestra Señora de Fátima de Portugal

La Diócesis de Cúcuta dio la bienvenida en el aeropuerto internacional Camilo Daza, a la imagen peregrina de Nuestra Señora de Fátima en la tarde de este 16 de octubre, que estará peregrinando hasta el sábado 20 de octubre, recorriendo las vicarías, decanatos y parroquias de la Diócesis. La Virgen llega a una zona golpeada por una grave crisis humanitaria, social y económica, pero trae consigo un mensaje de esperanza para sus fieles. A su llegada, el Obispo de la Diócesis de Cúcuta, Monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, expresó que la imagen peregrina trasmite reconciliación y le encomienda a ella la defensa de la vida humana, los enfermos, los ancianos y los tristes; una especial intención manifestó Monseñor hacía Nuestra Señora de Fátima, y es, por el pueblo venezolano. Mons. Víctor, junto a sacerdotes, diáconos, seminaristas y fieles recibieron a la Reina del cielo y emprendieron con ella una caravana, custodiada por la Policía Nacional y la Policía de Tránsito, Bomberos, en la que la imagen peregrina de Nuestra Señora de Fátima hizo su primera visita al Hospital Universitario Erasmo Meoz, donde de manera especial los niños enfermos se acercaron a ella y se rezó el Santo Rosario por los enfermos y necesidades de sus familias. La caravana culminó en la Catedral San José, allí se oró nuevamente con el Santo Rosario y se celebró su llegada a Cúcuta con la Santa Misa, presidida por Monseñor Víctor Manuel Ochoa, quien insistió en que la presencia de la Virgen es una ocasión especial para asumir tres actitudes: la oración, como experiencia de encuentro con Dios, una actitud constante de silencio. Conversión, una llamada a revisar nuestra vida en un compromiso vital de servir a Dios. Penitencia, como un reconocernos pecadores para entregarnos a Dios. “Que estas actitudes sean la experiencia para el encuentro con Dios”, dijo Monseñor iniciando su homilía en la Sagrada Eucaristía. Cuanta falta nos hace la oración, una actitud de coloquio con Dios, una actitud constante de atención a las enseñanzas del Señor”, afirmó Monseñor y recalcó que la principal enseñanza de Fátima es la oración. Por otra parte, el padre Freddy Ochoa, Vicario de Pastoral, manifestó su regocijo en este día, el cual lo declaró “muy importante para la Diócesis de Cúcuta”, porque “este es un tiempo de gracia, un tiempo privilegiado, la Santísima Virgen nos invita a la conversión, a forjar caminos de paz, a orar juntos y particularmente en este mes, un mes dedicado al Santo Rosario por la obra misionera de la Iglesia”. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Ver programación[/icon]

Mar 16 Oct 2018

Apoyemos todos la #Alimentatón2018

En el marco del 'Día Mundial de la Alimentación' que se celebra cada año el 16 de octubre, la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) se une a esta jornada de sensibilización e invita a todos los colombianos a participar de la #Alimentatón2018, una campaña que busca incentivar a empresas y sociedad civil en la lucha contra el hambre. Presentamos la invitación de la CEC donde se anima a vivir esta jornada y se exhorta a buscar caminos que permitan acabar con el hambre y la desnutrición en Colombia. Esta campaña, que se desarrolla durante esta semana, entre el 16 y el 20 de octubre, es coordinada por la Asociación de Bancos de Alimentos de Colombia (ABACO). Los Bancos de Alimentos de Colombia (ABACO), son organizaciones sin ánimo de lucro que trabajan disminuyendo las pérdidas y desperdicios de alimentos con el fin de mejorar la seguridad alimentaria y nutricional de las personas más vulnerables del país.

Mar 16 Oct 2018

Frente al hambre, nuestras acciones son nuestro futuro

Por: Mons. Fernando Chica Arellano - Un año más, hoy, 16 de octubre celebramos el Día Mundial de la Alimentación. En esta ocasión, el lema escogido es «Un mundo #HambreCero para 2030 es posible». Viene acompañado de una invitación para cada uno de nosotros: «Nuestras acciones son nuestro futuro». A día de hoy, unos 821 millones de personas carecen del pan cotidiano. Desde hace tres años, para sonrojo de la humanidad, la cifra de los hambrientos no ha dejado de aumentar. Lo sorprendente es que, en septiembre de 2015, en el seno de la ONU, 193 países se comprometieron a acabar con la pobreza y el hambre, proteger el planeta y garantizar la prosperidad para todos, de forma que nadie quede atrás. Concretamente, el Objetivo 2 de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible se propone alcanzar el Hambre Cero. El Papa Francisco, cada vez que se detiene en estas cuestiones, insiste en la necesidad de superar la retórica y las meras declaraciones para pasar a la acción con gestos tangibles e iniciativas bien coordinadas. Individual y colectivamente, todos deberíamos poner lo mejor de nosotros mismos, abandonando la indiferencia y el egoísmo. Solo así terminará la penuria de los postergados de nuestro planeta. A este respecto, cuatro puntos adquieren particular relieve. Necesitamos actuar ya. La llamada a la acción no es algo opcional. Es imprescindible, sobre todo si miramos el trayecto recorrido. Es triste recordar que, ya en 1974, se aprobó la «Declaración universal sobre la erradicación del hambre y la malnutrición», que marcaba el objetivo de que, para el año 1984, «ningún niño, mujer u hombre se vaya a la cama con hambre». A su vez, la Conferencia General de la FAO reiteraba este compromiso al instituir el Día Mundial de la Alimentación en 1979. Ahora se fija el año 2030 como nuevo horizonte para acabar con la lacra del hambre. Es obvio que este plazo queda demasiado lejos para quienes sufren por no tener nada, o casi nada, que llevarse a la boca. Los pobres no merecen esta espera. Necesitamos actuar mejor. En este trayecto, hay lecciones aprendidas, iniciativas exitosas y proyectos fracasados. El problema fundamental no es de producción de alimentos, sino de acceso a los mismos y su distribución equitativa. Sabemos que lograr la seguridad alimentaria exige un enfoque integrado que aborde todas las formas de malnutrición, la productividad y los ingresos de los pequeños productores de alimentos, la resiliencia de los sistemas alimentarios y el uso sostenible de la biodiversidad y los recursos genéticos. El reto es que nada de ello se quede en papel mojado, sino que haya recursos suficientes y voluntad política para emprender una acción eficaz. Desgraciadamente, los datos de seguimiento indican que hay poco avance y algunos retrocesos. A este ritmo, dice la FAO, no se lograrán alcanzar los objetivos trazados en la Agenda 2030. Necesitamos actuar concretamente. Ante la envergadura del drama del hambre, podemos caer en la tentación de la parálisis, al sentirnos desbordados. Sin embargo, siendo un desafío global, es también una realidad muy cercana. Recordemos, por ejemplo, que un tercio de los alimentos producidos en todo el mundo se pierde o se despilfarra. En Europa cada consumidor desperdicia unos cien kilogramos de comida por persona y año. Son estadísticas escandalosas. Algo se podría remediar si, cada día, en la cocina y el comedor de nuestros hogares, en los restaurantes y supermercados de nuestras ciudades, tomáramos medidas más incisivas y solidarias para que mucha comida no acabara en la basura. Necesitamos actuar con visión amplia. Alrededor del 80 por ciento de las personas que sufre pobreza extrema en el mundo vive en zonas rurales. La mayoría de ellas depende de la agricultura. Según informes recientes, los conflictos y el cambio climático están afectándoles gravemente, sobre todo en África y Asia. Es necesario cambiar de rumbo, invertir en paz, sumar esfuerzos para paliar los desastres relacionados con la variabilidad climática extrema, que causan incontables daños en el sector agrícola y ganadero. El Señor, Jesús, al ver que sigue habiendo una multitud hambrienta, nos dice a cada uno de nosotros con toda claridad: «Dadles vosotros de comer» (Mt. 14, 16). A este imperativo se agregan las palabras del apóstol Santiago: «Suponed que un hermano o hermana andan medio desnudos, faltos del sustento cotidiano, y uno de vosotros le dice: “id en paz, calientes y saciados”, pero no le da para las necesidades corporales, ¿de qué sirve? Lo mismo la fe que no va acompañada de obras, está muerta del todo» (2,15- 17). Frente al hambre no bastan las palabras. Obras son amores y no buenas razones. Serán las acciones las que posibilitarán el futuro de nuestros hermanos más pobres. Y también el presente. Mons. Fernando Chica Arellano Observador permanente de la Santa Sede ante la FAO el FIDA y el PMA

Mar 16 Oct 2018

Sínodo: "Hay que valorar e impulsar la cultura de la escucha en los jóvenes"

En el sínodo de los jóvenes que se desarrolla en Roma, monseñor Omar Mejía Giraldo, obispo de Florencia y quien hace parte de la delegación colombiana presente en este importante evento eclesial, ofrece algunas reflexiones personales, a partir de aspectos y aportes ofrecidos por los padres sinodales. Retos de la Iglesia 1. Cercanía, salir, nuevos métodos, formación sacerdotal y formación de agentes misioneros para que vayan a los jóvenes, trabajar los temas de: sexualidad, afectividad, la mujer en la Iglesia y el mundo digital. 2. Debemos ser más propositivos. Tenemos que ser capaces de unir todos los enfoques y dejar de ser tan occidentales. Retomar el tema de la paternidad y la maternidad espiritual. Profundizar el mundo virtual y digital… Con la situación de los abusos sexuales, debemos superar el escándalo y sus efectos y sobretodo, comprometernos en renovar la Iglesia desde dentro. Tenemos que llamar a la virtud mediante la vivencia de la castidad y la virginidad. Es necesario que seamos claros en la presentación del magisterio de la Iglesia. 3. Debemos poner todo nuestro empeño en la vivencia de la liturgia y en la presentación de las homilías. Es urgente promover la participación activa de los jóvenes en la Iglesia. Es necesario hablar y compartir más experiencias y ser menos teoría. Debemos profundizar el tema de la relación entre mundo moderno y fe. Es necesario que les hablemos a los jóvenes de la identidad y la libertad. Urgente crecer en nuestra Iglesia en el tema de la calidad y la calidez de nuestras relaciones humanas. También es bueno que presentemos los aspectos positivos de la Iglesia y no quedarnos sólo con lo negativo. 4. El documento no se puede quedar hablando de los miedos de los jóvenes debe ser más esperanzador. En el acompañamiento de los jóvenes es central la escucha y el diálogo. Se hace necesario que mencionemos más explícitamente a Dios. Los jóvenes quieren ver a la Iglesia como un lugar de honestidad y transparencia. Valorar e impulsar la cultura de la escucha. 5. Es necesario tener presente los diferentes contextos de los jóvenes e ir allí donde ellos están. Necesitamos ir al mundo universitario. Valoremos más los aportes de los medios digitales, éste es un medio maravilloso de evangelización. Pongámosle atención a las sectas, ellas están creciendo y es un factor bastante preocupante. Falta profundizar el mundo indígena. Se hace necesario crear espacios físicos de encuentro y evangelización para los jóvenes. Profundizar más el tema de los jóvenes y la vida consagrada. 6. Se hace urgente que los pastores conozcamos la realidad de los jóvenes. Debemos presentar el rostro visible y glorioso de la Iglesia. Que las homilías no sean ideas o discursos, que apunten fundamentalmente a tocar el corazón de las personas. Usar la web sin dejarnos usar de la web. No necesitamos ser expertos, pero si acompañantes de los jóvenes. Pongámosle atención a la: ludopatía, corporeidad, sexualidad, comunicación. En el trabajo con los jóvenes debemos utilizar más la pedagogía del silencio. 7. Con los jóvenes démonos a la tarea de: escuchar, reconocer, descubrir, mirar, observar, encontrarnos con ellos… 8. La crisis de la transmisión de la fe, hace parte de la crisis general que vive el mundo de hoy. Urgente: Salir, dar testimonio, cercanía entre movimientos y comunidades nuevas, articulación entre todos… La Iglesia debe ser profética. Debemos insistir en la integralidad de la persona. Promovamos la conversión entre los jóvenes. Propuestas: 1. Debemos resaltar más el aspecto propositivo y positivo de los jóvenes. Propuesta: que se den pequeños mensajes cada semana, algo breve, con pocas palabras y muchas imágenes. Decirle a los jóvenes: Queremos escucharlos, lamentamos nuestros errores, los amamos… Profundizar el tema de la amistad. Elaborar pequeños talleres interactivos y con preguntas abiertas, donde los jóvenes se puedan expresar. 2. Que se haga un mensaje corto y concreto para los jóvenes, máximo de tres minutos y con muchas imágenes. Debemos decirle a los jóvenes: ustedes son parte de la Iglesia, estimados jóvenes ustedes son ya en presente. Partir de nuestra propia actitud de conversión para acompañar a los jóvenes.

Lun 15 Oct 2018

CEC ora por el eterno descanso de Monseñor Darío Molina Jaramillo

La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) informó que, en la mañana de hoy, a la edad de 83 años, falleció en la clínica del Sagrado Corazón de Jesús, de Medellín, Monseñor Fray Ramón Darío Molina Jaramillo, OFM, obispo emérito de la diócesis de Neiva. Los obispos de Colombia enviaron su saludo de condolencia a la familia Molina Jaramillo, a la Provincia Franciscana de la Santa Fe de Colombia, a Monseñor Froilán Casas Ortiz, obispo de Neiva y al clero diocesano de esta Jurisdicción, donde compartió los últimos años su gran testimonio de vida y ministerio episcopal. “Que el Dios y Padre de las misericordias, acoja en su seno de amor a Monseñor Ramón Darío Molina Jaramillo y le conceda el eterno gozo de los Bienaventurados”, expresó Monseñor Elkin Álvarez, obispo auxiliar de Medellín y secretario general de la Conferencia Episcopal de Colombia. VELACIÓN: Martes, 16 de octubre, desde las 9:00 a.m., en la Casa San Pedro Bautista, de Itagüí -ANT. HONRAS FÚNEBRES: Este miércoles 17 de octubre a las 10:00 am,en la parroquia Santa Gertrudis de Envigado en Medellín, se realizaráuna ceremonia especial para despedir amonseñorRamón Diario Molina Jaramillo. La eucaristía será presidida por monseñor Ricardo Tobón Restrepo, Arzobispo de Medellín. Finalizada la eucaristía,su cuerpo será trasladado a la ciudad de Neiva,al templo Colonial donde permanecerá en cámara ardiente.Las exequias se realizarán el día jueves 18 de octubre a las 10:00 am, en la Catedral La Inmaculada,en ceremonia presidida por el obispo de esta diócesis, monseñor Froilán Casas Ortiz. El cuerpo de monseñor Molina será sepultado en este mismo lugar. Biografía: Monseñor Ramón Darío Molina Jaramillo nació el 31 de agosto de 1935 en Envigado, Arquidiócesis de Medellín. Comenzó los estudios eclesiásticos en el Seminario Franciscano de Cali y cursó, luego, los ciclos de filosofía y teología en la Universidad de San Buenaventura en Bogotá. Obtuvo la licenciatura en Teología dogmática en la Universidad Lateranense y en Teología moral en la Academia Alfonsiana de Roma. Emitió la profesión solemne en la Orden de Frailes Menores el 6 de enero de 1957 y fue ordenado sacerdote el 28 de octubre de 1961. En el ejercicio de su ministerio presbiteral desempeñó cargos de enseñanza y otros oficios en su Congregación Religiosa: Profesor de Teología moral y sacramental en la Universidad de San Buenaventura, Profesor en el Instituto de Estudios Sociales de la misma Universidad, Definidor Provincial. Se desempeñó también como sub-secretario de la Comisión de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal. Fue nombrado Obispo titular de Timici y Auxiliar de Bogotá el 6 de mayo de 1977 y recibió su ordenación el 29 de junio de 1977; trasladado a la Diócesis de Montería el 23 de marzo de 1984, y nuevamente trasladado a la Diócesis de Neiva el 19 de enero de 2001. El 4 de febrero de 2012 S.S. Benedicto XVI le acepto la renuncia, por límite de edad.