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Iglesia

Jue 20 Oct 2016

El perdón inauguró ExpoCatólica 2016

La temática del primer día vivida en expoCatólica fue el perdón. Todos los escenarios invitaron e hicieron un llamado a vivir este valor. A reflexionar sobre su poder, sobre su grandeza y sobre todo el papel que juega en la construcción de la paz en Colombia. En el auditorio, salones de conferencias, talleres, presentaciones artísticas, música y teatro se centraron en este valor. Desde el acto inaugural, presidido por el señor cardenal Rubén Salazar Gómez, arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia-Presidente del CELAM, se hizo un llamado a desarmar corazones y clamar al Señor nos conceda a todos los colombianos el Don de la paz. Iglesia comprometida a la reconciliación de los colombianos Con una Iglesia en salida, trabajando por el perdón, la paz, la justicia social y la solidaridad, se abrieron las puertas de ExpoCatólica en su versión número seis, esta vez organizada por la arquidiócesis de Bogotá con el apoyo de la Conferencia Episcopal de Colombia. Más de 150 stands con participantes de comunidades religiosas, fundaciones, representantes de la Iglesia, grupos, Universidades, seminarios, empresas de artículos religiosos, invitados internacionales de Estados Unidos, España y Fátima entre otros. La arquidiócesis de Cali, Medellín, medios de comunicación nacionales e internacionales, invitados especiales y conferencistas son apenas algunas de las personas que se encuentran en este evento ferial, lleno de momentos especiales, aprendizaje y experiencias únicas en su categoría. Mañana viernes la temática que se manejará en ExpoCatólica es la Reconciliación.

Vie 14 Oct 2016

Tiempo de responsabilidad y esperanza

Al cierre de la reunión extraordinaria, los obispos invitaron a los colombianos a asumir la situación actual del país como un tiempo de responsabilidad y esperanza, que exige reafirmar nuestro compromiso en el anuncio y trabajo por la paz de Colombia. “Los Obispos católicos de Colombia, con nuestras comunidades eclesiales, reafirmamos el compromiso con la tarea de la reconciliación y con la construcción de una auténtica paz. La Iglesia católica, al margen de cualquier vinculación partidista, sigue firme en su invitación a que todos trabajemos desinteresadamente por el bien común”. Interpretando el sentir del pueblo colombiano, los obispos en un comunicado de presna, hicieron un llamado al Gobierno Nacional y a las FARC-EP para que se llegue pronto a un acuerdo definitivo y se mantenga indefinidamente el cese de hostilidades. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon] Así mismo, los obispos expresaron la urgencia de tener un proyecto nacional, donde se identifiquen los males que aquejan al país y se vea reflejada la participación de todos los colombianos. “Solicitamos al Presidente de la República y a las instituciones responsables del país que acojan los aportes que están surgiendo de diversos miembros de la sociedad, para configurar este proyecto, que dé unidad nacional y que dé respuesta a los múltiples problemas que tenemos”. Durante dos días los obispos reunidos en la sede de la Conferencia Episcopal, en un clima de oración y discernimiento reflexionaron frente a la realidad del país.

Mié 12 Oct 2016

Hemos dado un paso adelante

Por Mons. Ricardo Tobón Restrepo - El plebiscito que acaba de vivir Colombia ha sido un buen ejercicio de reflexión y participación ciudadana, que debemos analizar y aprovechar para continuar el camino hacia la paz. Aunque parezca lo contrario, todos hemos ganado. Hay logros innegables en el proceso que se está haciendo: la afirmación de la paz como una realidad fundamental e indispensable en la vida de un pueblo, la aceptación del diálogo como el verdadero medio para solucionar cualquier conflicto, la participación democrática en la decisión de lo que le conviene a la nación, la esperanza que nunca muere. Sin embargo, a partir de ahora es necesario perfeccionar las metas, de tal manera que motiven y pongan de acuerdo a la población, que saquen de su inadmisible indiferencia a los abstencionistas, que den mayores espacios a las nuevas generaciones que vivirán el futuro que estamos construyendo. La paz es un vestido que es preciso hacerlo a la medida del país. Un gran ideal, apetecible para todos, no necesita artimañas jurídicas ni presiones publicitarias. Éstas, finalmente, resultan contraproducentes porque sin dificultad se percibe que buscan engañar o manipular la libertad. La paz no se puede imponer ni por las armas ni por la ley. El que quiera abrir una flor por la fuerza, la despedaza. Si lo que se propone como paz le causa miedo al pueblo es inútil insistir en ese camino. Para que se acepte la paz, primero es necesario ganar la confianza procediendo con verdad, con humildad, con evidente amor a la patria. Tenemos que entender que la paz es mucho más que ausencia de guerra, que no se puede reducir a un acuerdo con un grupo alzado en armas. Nos ha quedado claro que politizar la paz tiene nefastas consecuencias; que la verdad y la recta intención no se pueden fingir; que el diálogo es con todos o los excluidos no marchan en el proyecto. El pueblo, en último término, no se resiste a dar el perdón aun de grandes crímenes, entiende que lo mejor es la participación de los alzados en armas en la vida política, acepta pagar los grandes costos sociales y económicos de un nuevo estado de cosas. Sin embargo, exige que ceda la prepotencia de un grupo que sin ningún respaldo popular quiere imponerse por la fuerza de las armas o por la astucia, para organizar la nación según un proyecto socialista que naciones vecinas están padeciendo. Necesitamos serias reformas sociales pero hechas en casa y acordadas por todos. El momento que vivimos no es para triunfalismo de unos, para represalia de otros, para aislamiento de algunos y para la indiferencia de los demás. Es una hora importante que nos llama a todos a la responsabilidad, a la humildad, al buen criterio, a la generosidad y al propósito de caminar decididamente hacia el futuro. No es ocasión de criticar sino de proponer medios para afrontar los grandes retos nacionales: la familia, la educación, la economía, la salud, el empleo, la lucha contra la corrupción. Estamos en un momento oportuno y delicado que no podemos arruinar. Debemos andar con mucho cuidado. Hemos dado un paso adelante en nuestro camino histórico, pero debemos cuidar que en nombre de la paz no surja más violencia. Por tanto, depongamos ya la agresividad, superemos las rivalidades, no pensemos más en intereses individuales. Es necesario que vayamos al fondo de nuestra realidad humana y social para que nos aceptemos mutuamente y construyamos juntos una nueva comunidad nacional. Dejemos que Dios toque nuestro corazón porque necesitamos sabiduría, decisión de convertirnos, capacidad de reconciliarnos y compromiso permanente de construir un país que para acoger a unos no tenga que excluir a otros. + Por Monseñor Ricardo Tobón Restrepo Arzobispo de Medellín

Lun 10 Oct 2016

Querer es poder

Por Mosn. Gonzalo Restrepo - Muchas veces hemos escuchado este refrán que dice: “Querer es poder”, como todos los refranes populares está lleno de sabiduría y refleja el sentir del pueblo. “Querer es poder”, significa que en la vida nuestra, en cualquier circunstancia que nos encontremos, en cualquier etapa de nuestra historia, en cualquier clase social, todo lo que nos propongamos lo podemos sacar adelante. Puede ser que muchas veces tengamos que esperar un tiempo, que en ocasiones las cosas nos parezcan imposibles, pero si tenemos paciencia, si perseveramos, con seguridad salimos adelante. Tenemos que poner los medios suficientes que nos aseguren la consecución de los fines que deseamos alcanzar. Tenemos que tener una “determinada determinación” que nos permita estar siempre en la búsqueda de lo que queremos. Habrá cosas que no podemos alcanzar porque hay obstáculos insalvables que no podemos evitar, pero no dejemos de insistir siempre, tengamos la perseverancia hasta el final. No olvidemos que “querer es poder”. Todo esto tiene que ver con el sentido de superación, con el esfuerzo constante que hemos de colocar en la realización de todos nuestros proyectos. Las cosas no salen ni resultan de la noche a la mañana. Es necesario perseverar. Cuando una persona pierde el sentido de superación, está perdiendo una de sus mayores fortalezas. Pudiéramos decir que una persona sin sentido de superación está muriendo, está prescindiendo de una característica humana fundamental. Nada puede hacernos desistir de los proyectos, a no ser que estemos proponiéndonos cosas imposibles. Recuerda “querer es poder”, no dejes que nada ni nadie debilite tu voluntad. Fortalécela siempre y dale a tu espíritu motivos de superación, para que así puedas llegar a la realización de tus proyectos. Nada puede desanimarte. El desaliento no puede habitar tu interior. Tienes muchos motivos para seguir adelante. Detrás de una batalla perdida vendrán otras ganadas. Nunca te dejes derrotar. Cuando caigas, recuerda que es humano caer, pero es mucho más humano, caer y levantarse. Siempre tendrás una nueva oportunidad y siempre podrás darle a los demás nuevas oportunidades. Recuerda y no lo olvides nunca “querer es poder”. Éste es uno de los secretos más grandes para el éxito en tu vida. + Monseñor Gonzalo Restrepo Arzobispo de Manizales

Jue 6 Oct 2016

CCN invita a buscar una pronta solución que lleve a superar crisis en el país

Tras los resultados del Plebiscito realizado el pasado 2 de octubre en Colombia, la Comisión de Conciliación Nacional (CCN) hizo un llamado a las diferentes instancias a superar la crisis y a mantener un diálogo abierto. "Hace un llamado al Gobierno Nacional, a todas las organizaciones políticas, sociales y económicas y a las FARC-EP, a alcanzar una solución a la mayor brevedad posible, sin dejar de lado los logros ya obtenidos, y con base en una agenda realista que permita la superación de la crisis". En un comunicado, los miembros de esta Comisión exhortaron al grupo de las FARC-EP a reflexionar sobre todo lo acontecido y les pidieron "tender puentes con la realidad nacional, con el fin de ayudar a encontrar una salida a la coyuntura actual". Hicieron un llamado al Estado para que se mantenga el cese bilateral del fuego y de las hostilidades, con el fin garantizar de esta forma la seguridad nacional de toda la población colombiana. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon] Con el fin de persistir en la construcción de una paz duradera en el país, los miembros de la Comisión de Conciliación invitaron a la Comunidad Internacional a mantener el apoyo político y económico que siempre han ofrecido, hasta la implementación de los acuerdos finales entre el Gobierno y las Farc. Por otra parte hicieron un llamado al Gobierno Nacional y al grupo insurgente del ELN para que cuanto antes se formalice una mesa de diálogo. La Comisión de Conciliación Nacional, fue creada y convocada por la Conferencia Episcopal de Colombia desde 1995, pretende buscar soluciones políticas a las diversas situaciones sociales de nuestro país; en esta oportunidad se encuentra brindando su acompañamiento y orientación frente a los acuerdos de paz en Colombia como tema transcendental en la vida nacional.

Jue 6 Oct 2016

La Iglesia y el plebiscito

Por Pbro. José Elver Rojas - En un país polarizado, cada grupo compite por contar con el mayor respaldo, eso lo hace más fuerte y superior a su adversario. Es muy notorio que en Colombia los grupos políticos busquen el apoyo de las instituciones religiosas, quienes ceden cada vez más a las propuestas de sus pretendientes. De ahí que movimientos religiosos libres se proclamen abiertamente seguidores de un partido o líder político. Los resultados del plebiscito, donde los medios de comunicación resaltan la imagen entre vencedores y vencidos, enerva los ánimos de los ciudadanos quienes, al no aceptar los resultados, se desahogan buscando culpables para agredir con palabras ofensivas e información engañosa a través de las redes sociales. Los del No, acusan a la Iglesia que estaba a favor del Sí. Los del Sí señalan que la Iglesia por temas que solapadamente estaban en los acuerdos y atentaban contra la familia, hizo campaña a favor del No. La Iglesia Católica por su tradición y experiencia en la vida política del país, ha aprendido que matricularse con un partido es profundizar más la división de las comunidades y perder el papel de madre y maestra que le permite “velar con maternal solicitud por la vida de los individuos y de los pueblos”. (Mater et Magistra N° 1) Como maestra, la Iglesia debe apoyarse en el Evangelio de donde puede sacar las enseñanzas para “resolver por completo el conflicto, o, limando sus asperezas, hacerlo más soportable; ella es la que trata no sólo de instruir la inteligencia, sino también de encauzar la vida y las costumbres de cada uno con sus preceptos”. (R N, n. 16) La Iglesia existe para evangelizar, es decir, anunciar a Jesucristo, ser dispensadora de la gracia de la reconciliación para todos y ser “misericordiosa como el Padre”, (Lc 6,36). Ella no asume identidad partidista, es respetuosa de la conciencia y libertad de las personas, en consecuencia, quienes buscan el aval de la Iglesia católica para propuestas políticas, se olvidan o desconocen que la Iglesia como madre y maestra debe estar al servicio de todos porque “los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón… La Iglesia por ello se siente íntima y realmente solidaria del género humano y de su historia”, (GS 1). Ahora que en el país la incertidumbre y la desconfianza arrecian y un manto de soberbio delirio de omnipotencia se posa en los hombros de algunos líderes políticos; la Iglesia Católica como madre, ha de acoger y escuchar a sus hijos para enseñarles que más allá de nuestras diversas y distintas maneras de pensar, somos hermanos y nos une un mismo Dios, una misma patria y el mismo deseo: vivir reconciliados y en paz. Padre José Elver Rojas Herrera Director del Departamento de Comunicaciones Conferencia Episcopal de Colombia

Lun 3 Oct 2016

Pansexualismo

Por Pbro Raúl Ortiz Toro - La sexualidad es un don de Dios; es una bendición que hace de nosotros seres dinámicos y reales, ubicados en una identidad propia. La sexualidad va más allá de la genitalidad, la integra y la supera al mismo tiempo, puesto que la primera es un conjunto de condiciones anatómicas, fisiológicas, relacionales, morales y espirituales mediante las cuales nos ponemos en situación frente a los demás, mientras que la mera genitalidad se reduce a ese aspecto más corporal de la sexualidad que se centra en lo anatómico. Ni la práctica del sexo ni la sexualidad son pecados en sí mismos; en otra época se pensó que sí pues hasta los esposos se confesaban de haber sostenido una relación sexual. Ahora es más claro saber que lo que configura un pecado en este caso es cómo se administra la sexualidad, cómo se ejerce el don, de acuerdo al plan que Dios tiene para cada uno de nosotros desde la creación. El sacerdote en su ordenación prometió celibato, el religioso hizo voto de castidad, el casado prometió fidelidad, el soltero hace un propósito de continencia. No es un absurdo; no es un trastorno; es un modo posible de vida que solo el que no lo vive puede señalarlo de antinatural. Le indilgan a Freud la responsabilidad de haber pansexualizado la sociedad con sus teorías del psicoanálisis, a finales del siglo XIX; digamos que logró evidenciar unas fuerzas que mueven el comportamiento humano pero la sociedad ya estaba en ese horizonte mucho antes de las novelas de amor cortés del siglo XII y los hermosos cantos erotizados del Cantar de los Cantares. La sexualidad hace parte integral de la persona humana, desde que se apercibe como creatura: “se dieron cuenta de que estaban desnudos” (Gn. 3, 7b); esa conciencia de desnudez a la que llegan Adán y Eva, más allá de las hermenéuticas bíblicas y las interpretaciones teológicas, es una evidencia de su realidad, de su identidad: cuando conocen el pecado (y el texto no indica que haya sido sexual) conocen la integridad de su fragilidad y su diferencia, de su ser creatural. Como don de Dios, la sexualidad no se aprende en la escuela sino que es un tema privilegiado de casa. Las intenciones de ciertas políticas públicas de salud sexual en los gobiernos de turno del mundo parecen tener un buen motivo: evitar cualquier tipo de discriminación, erradicar la plaga de la pedofilia, propiciar la responsabilidad del cuidado del cuerpo, entre otros. Pero les han fallado los métodos y por ello han fracasado en sus alcances. Esto ha evidenciado también que hemos hecho poco por la educación integral de los niños en el seno de los hogares; aún hoy en día, a ciertos padres de familia les cuesta trabajo responder una pregunta con este carácter y muchos prefieren delegar esto a la escuela, razón por la cual los gobiernos se apropian esta misión. El silencio del tema en los hogares ha sido cómplice: “el arma más poderosa de los que abusan de los niños es el silencio de quienes serían incapaces de abusar de ellos” (M. Pistorino), pero la excesiva información de la escuela ha sido desastrosa: “El equipo que en 2 minutos dibuje el mayor número de objetos similares al pene y a la vagina, gana un premio (Kit educación sexual Mavex S.A.S. Revista Semana virtual 23.09.16). Dos extremos aterradores que como Iglesia estamos llamados a enfrentar a través de la invitación a las familias para que ofrezcan una verdadera educación sexual. Serviría de mucho leer los numerales 280-286 de Amoris Laetitia donde el Papa Francisco nos recuerda que “la sexualidad solo podría entenderse en el marco de una educación para el amor, para la donación mutua”. Todos los agentes de pastoral tenemos un momento privilegiado para saber enfrentar este tema y es en las reuniones con padres de familia de niños y jóvenes que se preparan para recibir los sacramentos de la primera comunión y la confirmación, y con los mismos muchachos. Si no está hecha, deberíamos realizar una verdadera propuesta para contrarrestar lo que nos quieren imponer. P. Raúl Ortiz Toro Docente del Seminario Mayor San José de Popayán [email protected]

Dom 2 Oct 2016

“Los invito para que voten como buenos ciudadanos, voten a consciencia”: Mons. Castro

El presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Luis Augusto Castro Quiroga hizo hoy un llamado a los ciudadanos a salir a las urnas para que con un voto consciente decidan lo que es mejor para el país. “Los invito para que voten como buenos ciudadanos, voten a consciencia, es decir hacer un discernimiento para ver cuáles son los puntos positivos y cuáles los negativos y después tomar una decisión, la que cada uno sin dejarse manipular considere que sea la mejor”. “Esperamos que toda Colombia sienta el deseo de expresar su sentido ciudadano a través de la participación democrática en este momento especial para el país”, aseveró el jerarca. El también arzobispo de Tunja, dijo que respeta la decisión de aquellas personas que no han pensado en acercarse a las urnas, los exhortó a reflexionar y analizar el momento histórico que el país está viviendo. “Las personas que no van a votar, sus razones tendrán de no hacerlo ojalá reflexionen en la posibilidad de cambiar su decisión para que participen como buenos ciudadanos, en un evento que no tienen que ser forzados en una dirección u otra, pero sí a participar con miras a prestar un servicio al país”, dijo. Monseñor Castro Quiroga indicó que sin importar cuál sea el resultado de la consulta popular, los colombianos deben seguir trabajando por la construcción de un país en paz. “Tenemos que seguir trabajando por la paz ya sea de una manera u otra, no podemos resignarnos ni a volver a la guerra, ni a quedarnos siempre en el limbo, debemos construir una nación de hermanos que se apoyan y se aman y no de lobos que se despedazan”, afirmó.